Kakuhidan~Me enamoré de mi he...

By NadiaGuevara048

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Hola de nuevo mis queridos lectores, como ya notaron hay una nueva historia y que la publicaré aqui, para los... More

Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
¡Feliz cumpleaños!
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60

Capítulo 1

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By NadiaGuevara048


Era una tarde lluviosa, las calles estaban salpicando las gotas que caían en ellas. En medio de la gente iba un joven de unos 27 años caminando hacia su casa, tenía el cabello largo de color castaño, ojos color verdes y su piel morena, tenía puesta su ropa de frío y un paraguas negro.

Caminaba en soledad y completa tranquilidad hasta llegar a su casa, al entrar fue recibido con una sonrisa de su querida madre.

---Bienvenido kakuzu, la cena ya está lista, vamos a comer---Dijo la madre abrazandolo para después dirigirse hacia la cocina---

---Voy mamá---Sonrió mientras se quitaba su suéter---

---Tu padre no tardará en llegar del trabajo, hay que apurarse---Aviso la mujer---

---No te preocupes por eso, yo pondré los platos---Dijo el moreno para después agarrar cada plato y ponerlo en la mesa---

---No se que haría sin ti---Dijo su madre abrazandolo y dándole un beso en la mejilla---Eres un muchacho tan bueno y responsable, te amo mucho---

---Y yo a ti, mamá---Le devuelve el abrazo sonriendole con cariño---

---jajaja hay que darnos prisa, ya sabes como se pone tu padre cuando se enoja---Dijo la mujer mientras se separaba de su hijo para después seguir cocinando---

---Insoportable---Concluyó el moreno mientras asintiá con su cabeza estando de acuerdo con su respuesta---

Kakuzu puso manos a la obra y comenzó a ayudar a su madre a servir la comida para que comieran los 3 juntos.

Minutos después escucharon el claxon de un coche dando la señal de la llegada del padre. El hombre que lo manejaba se estaciono y bajo de su vehículo. Se dirigió a la puerta de su casa para después abrirla con su llave.

---Llegué---dijo con una voz sería y cortante---Estoy totalmente cansado---

---Bienvenido mi amor, la cena ya está lista, ven a sentarte con nosotros---Dijo de manera alegre mientras lo abrazaba y besaba con cariño---

---Hoy si que el trabajo estuvo pesado, me duele todo el cuerpo---Suspira cansado para después estirar su cuerpo y sentarse en la mesa---

---Te entiendo, ¿mañana vas a tener el día libre?---Preguntó la esposa mientras se sentaba a su lado---

---Si, solo mañana, ya que al otro día volveré al trabajo---

---La semana pasada dijiste que nos llevarías a un lugar especial---Recordó el moreno a su padre mientras se sentaba con ellos---

---¡Es verdad!---Exclamó la mujer sorprendida---Mañana podemos ir---Dijo sonriendo y dirige su mirada hacia su esposo---¿Te parece bien?---

---Mmm.....---Se pone a pensar unos segundos---

La mujer y el moreno solo se quedaron en silencio, atentos a la respuesta del hombre.

---Esta bien---Respondió con total frialdad---Podemos pasar todo el dia de paseo---

La madre y el hijo sonrieron de felicidad. La familia se puso a comer y al terminar los dos hombres llevaron todos los platos al fregadero comenzando a lavar cada uno, mientras que la mujer los ponía en la alacena.

Una vez terminando de acomodar todo se fueron a sus habitaciones para después dormirse profundamente.

Al día siguiente

La familia ya estaba en el auto, kakuzu iba atras, su madre adelante y su padre era el que estaba manejando.

---¿Y a donde nos llevarás, papá?---Preguntó el moreno mirando por la ventana---

---¿Recuerdas que antes nos preguntaste donde nos habíamos conocido tu madre y yo?---Preguntó el hombre conduciendo sin apartar la vista de frente---

---Si---Respondió sorprendido---¿Nos llevarás ahí?---

---Asi es---Respondió su padre sonriendo recordando el lugar---Hace mucho que querias saberlo, por eso pensé que ya era hora de que lo conocieras---Dijo mirandolo por el retrovisor---

---Estoy seguro de que me encantará---Dijo el moreno emocionado por conocer el lugar donde sus padres se habían conocido---

El hombre estaba conduciendo normal con su mirada hacia adelante, pero no se dio cuenta que en el lado derecho de la carretera venía otro auto a toda velocidad, provocando que chocaran entre si. El choque provocó que los vidrios se rompieran y terminarán enterrados en la cara del moreno, causándole grandes cortadas en ambas mejillas, su cabeza término siendo golpeada por la ventana que estaba aun lado de él haciendo que quedará inconciente. Todas las personas que estaban en la zona se aterraron al ver esa trágica escena, no tardaron en llamar a la ambulancia para que se hiciera cargo de ese desastre.

Algunas horas después

Kakuzu se despertó extrañado al notar que no estaba en su habitacion, miró a ambos lados sintiendo un fuerte dolor en sus brazos, dirigió su vista a estos percatandose que estaban completamente vendados. Sus mejillas también le ardían, le dolía todo el cuerpo. Estuvo a punto de pararse, pero se detuvo a si mismo al ver entrar a un hombre de edad avanzada con un traje blanco.

---Quédese quieto joven---Aviso el doctor---O de lo contrario sus heridas se abrirán---

---¿Qué fue lo que paso?---Pregunto confundido---¿Dónde están mis padres?---

---Tú y tus padres sufrieron un accidente---Respondió el doctor checando unos papeles---

---¡¿Qué?!---Preguntó exaltado---¿Qué está diciendo?---

---Ustedes ya están a salvo---Dijo mirandolo con seriedad---Pero le tengo una mala noticia y lo mejor será esperar a que su padre también despierte---

---¡¿Qué?!---pregunto el moreno asustado---¡¿Estan bien?! ¡Digame!---

---Le pido de favor que se calme---Dijo el doctor poniéndole un sedante---Solo necesita descansar---

Kakuzu sintió como su cuerpo se estaba poniendo debil, ya no podía moverse, solo vio como el doctor se iba dejándolo solo. Tenía muchas preguntas y estaba preocupado por sus padres.

Después de una hora el sedante dejo de hacer efecto y estuvo a punto de gritar, pero se detuvo al ver al doctor en frente de él, sin perder más tiempo empezó a cuestionarlo.

---¡¿Cómo están mis padres?!---Preguntó asustado---¡¿Y cual es esa mala noticia que usted dijo?!---

---Primero tiene que saber algo---Aviso---El choque causó en usted heridas grandes y tuvimos que cocerle la piel---Dijo dándole un espejo---

---¿Esto para qué?---Preguntó confundido---

---Para que vea su cara---Respondió serio---Teníamos que cocerle esas heridas y las demás de su cuerpo---

Kakuzu se tenso al escuchar lo que el doctor le había dicho, así que se miró al espejo para saber a que se refería. Al ver su reflejo se asusto tanto que terminó tirando el objeto al suelo. Se tocó la cara sintiendo el dolor de sus heridas y a la vez el hilo que estaba en ellas.

---¡Me veo horrible!---Grito desesperado---¡No quiero que la gente me vea asi!---

---Tenga---Habló el doctor ofreciéndole con su mano un cubrebocas negro---Espero que esto lo calme un poco---

---Gracias---Dijo el castaño agarrando el cubrebocas y poniendoselo cuidadosamente ---

---También tiene otras coceduras en su cuerpo---Mencionó señalando sus brazos--- Solo quiero avisarle---

---Gracias---Asintió y miro al mayor preocupado---¿Y me dirá cual es la mala noticia?---

---Si---Respondió---Pero tiene que controlarse a lo que le voy a decir---Aviso bajando un poco su mirada---

---¿Por qué?---Preguntó empezando a asustarse---¿Les paso algo malo a mis padres---

---Su padre está bien---Dijo con una voz cortante---Pero su madre....---

---¿Qué pasó con mi madre?---Preguntó preocupado---

---Lamentablemente su madre falleció---Dijo mirandolo a los ojos---

---¡¿Qué?!---Grito sorprendido---¡No! ¡Eso no es verdad!---Empezó a llorar apretando con fuerza sus puños---¡Ella no puede estar muerta!---

---La mujer recibió mucho más daño---Informo con seriedad---Ya que ella iba en el lado derecho, en donde el auto había chocado. Usted y su padre iban en el lado izquierdo donde estaba el volante, es por eso que fue ella quien recibió peor el daño---

---*Mamá*---Pensó con lágrimas en sus ojos---*¿Por qué tú?*---Apretó fuertemente los dientes y las sabanas---

---Lo siento mucho, su padre ya despertó y ya esta enterado---Mencionó dándose la vuelta caminando hacia la puerta---En unas semanas serán dados de alta---Avisó abriendo la puerta---Con permiso, me retiro---

Después de que el doctor se fuera kakuzu agarró la almohada que tenía atrás de su cabeza mordiendola con todas sus fuerzas ahogando su llanto. No podía creer lo que estaba pasando. ¿Por qué tenía que pasar esa desgracia en su familia?

Pasaron los días y ambos hombres les fueron dados de alta. Salieron del hospital cuando les dieron la noticia y se dirigieron a su casa. Pidieron un taxi ya que su auto quedo completamente destruido. Ninguno de los dos decía nada, ni una palabra, solo tenían una expresión de tristeza y con su mirada baja.

Al llegar a su casa y entrar sintieron un vacío enorme dentro de ella, la mujer siempre los recibía muy feliz con una sonrisa en su rostro. Al no ser recibidos por ella les parecía raro, miraron a todos lados recordando como es que siempre estaba en un lugar a otro haciendo la limpieza. Tardarían mucho tiempo en superar su muerte.

Kakuzu se fue a su habitación al igual que su padre se fue al trabajo, dado que había faltado bastantes días.

El moreno al entrar a su habitación se tiro a su cama cubriendo su rostro en la almohada llorando desconsoladamente por la muerte de su madre, le sería muy dificil superarlo. Estaba muy sumido con su tristeza que terminó quedando completamente dormido.

Después de unas horas la noche por fin llegó, kakuzu se despertó y bajo a la cocina. Prendió todas las luces y quedo extrañado al ver que su padre todavía no llegaba. Se preparó comida y se la sirvió en su plato, tenía mucha hambre y una vez estando sentado empezó a comer mientras esperaba a su padre.

Al terminar llevo su plato al fregadero lavandolo, una vez que terminó lo puso en la alacena. Dirigió su vista al reloj, eran las 12 AM. Se le hacía raro que su padre se tardará tanto en llegar a casa, nunca había sucedido antes, le estaba empezando a preocupar, ¿y si le había pasado algo malo? Los nervios cada vez eran más fuertes, así que fue a su cuarto buscando una sudadera. Iría a buscarlo.

Estaba bajando las escaleras cuando escucho la puerta abrirse, sorprendido corrió hacia esta y quedo boquiabierto con lo que vio. Ahí estaba su padre tambaleándose mientras se dirigía al sofa, estaba borracho, de eso no había duda.

---¿Papá?---Le llamó confundido---¿Por qué llegas así?---

---.......---El hombre mantuvo su mirada baja por unos segundos, para después mirarlo con lágrimas en sus ojos---Me corrieron del trabajo---

El moreno quedo muy sorprendido por lo que había dicho padre, lo habían echado del trabajo, sería lógico por los días que había faltado debido que estuvo en el hospital recuperándose.

Las cosas iban empeorando más y más, la madre de Kakuzu acababa de fallecer, el padre acaba de perder su trabajo, ¿Qué sigue? ¿Qué pierdan también la casa?

---¡Maldita sea!---Se quejo el hombre, lanzando la botella de cerveza contra la pared---¡¿Por qué tuvo que pasar esto?!---Dijo desesperado comenzando a apretar la raíz de su pelo---

---Papá, por favor calmate---Dijo el moreno acercandose---Estoy seguro que encontrarás otro trabajo, pero prometeme que no volverás a venir así---

---Kakuzu---Dijo el padre mirándolo con los ojos cristalizados---De ahora en adelante tendrás que ayudarme con esto, no puedo hacer todo yo solo---

---Claro que si, papá---Contestó abrazandolo---Te lo prometo---

El hombre correspondió al abrazo que su hijo le estaba dando, tenía que luchar contra esa guerra que le había dado su vida, no podía quedarse sin hacer nada, no quería que la vida lo derrotara tan fácilmente.

---Papá, será mejor que te sientes y comas algo---Aconsejo el moreno separándose de él---Preparé comida---

---Ay Kakuzu---Dijo con un tono depresivo---Perdoname por haber llegado así, perdí la cabeza---

---No te preocupes---Sonrió y lo abrazo de nuevo---Entiendo como te sientes, pero tenemos que superar esto---

---Lo intentaré---Dijo con la mirada baja aferrándose al abrazo---

---Vamos, tienes que comer o de lo contrario te dolerá el estómago---Advirtió el moreno separándose de su padre---

Una vez dicho esto Kakuzu ayudo a su padre a sentarse en la mesa y le sirvió la comida que había preparado, ya que estaba débil por haber bebido bastante. Cuando termino lo llevo a su cuarto para que descansará, una vez hecho eso bajo a la cocina y comenzó a lavar todos los platos. Después de un rato dirigió su vista hacia el reloj que estaba colgado en la pared, ya eran las 12:30 am.

---Ya es demasiado tarde---Se dijo así mismo---

Apagó todas las luces y subió a su habitación, llegando se acostó en su cama tapándose con las sabanas.

---*Solo espero que las cosas mejoren poco a poco*---Pensó algo depresivo y apagó la luz de su cuarto quedando dormido---

A la mañana siguiente

Kakuzu se despertó por la claridad que salía de su ventana, se tallo un poco su ojo y miro su reloj, eran las 8:15 am. Aún con algo de sueño se levantó de la cama estirandose lo más que podía.

Busco en su armario algo de ropa, cuando la encontró la puso en su cama y se dirigió al baño para comenzar a ducharse. Cuando se había quitado toda su ropa quedo sorprendido al ver las coceduras que tenía su cuerpo, recordó lo que le había dicho el doctor cuando estuvo hospitalizado. Tuvo mucha suerte de haber sobrevivido a ese trágico accidente al igual que su padre. Si seguia vivo debía ser por una buena razón y aprovecharía esa oportunidad de seguir viviendo.

Termino de bañarse colocando una toalla al rededor de su cintura, se acercó al espejo deslizando su mano en el para quitarle la humedad. Miro su reflejo fijándose en sus cicatrices, idiaba ver esas marcas, le recordaba el momento en que su familia se había accidentado, siendo causante de las cicatrices que él ahora tenía.

Apretó su puño con fuerza, para después salir del baño, busco entre los cajones el cubrebocas negro que le había dado el doctor, al encontrarlo se seco por completo su cara al igual que su cabello. Una vez que comprobó que ya no tenía ni una sola gota se lo puso desesperadamente.

---*No quiero volver a ver estas Malditas marcas, usaré esto de ahora en adelante*---Pensó con la mirada baja recordando el choque---

Una vez que Kakuzu estuvo más tranquilo se cambio y acomodo mejor su cabello. Salió de su habitación bajando a la cocina encontrándose con su padre que estaba sirviendo la comida.

---Buenos días, papá---Saludo el moreno con una sonrisa---

---Buenos días hi_---Se detuvo así mismo al ver el cubrebocas que tenía puesto---¿Por qué llevas eso puesto?---Preguntó confundido mientras señalaba la mascarilla---

---No me gusta ver esas cicatrices---Dijo el moreno con tristeza, aferrándose a su cara---Por eso me las cubro---

---Entiendo---Comprendió su padre con la misma mirada baja que su hijo---¿También en todo tu cuerpo?---

El padre dijo eso al ver que su hijo tenía todo su cuerpo tapado, ya sea sus brazos, piernas, cara, etc. Al parecer el choque en serio le había afectado.

---Si, las odio bastante---Admitió el moreno dándo un suspiro pesado---

---Si eso es lo que quieres no voy a obligarte a quitartelo---Dijo su padre con una sonrisa---

---Gracias papá---Soltó el moreno, para después darle un abrazo por su apoyo---

---De nada---Respondió el hombre correspondiendo al abrazo y darle unas palmadas en su hombro---

---Vamos a comer ya---Dijo el castaño separándose de su padre---Tienes que buscar trabajo---

---Si---Asintió---Espero que encuentre uno pronto---

Ambos hombres se sentaron y comenzaron a comer. Era su primer desayuno sin tener la presencia de la mujer cerca de ellos, todo estaba en silencio. Recordaban como la señora siempre tenía un tema para conversar con las personas que más amaba y ahora que todo estaba en silencio se les parecía raro.

Al terminar llevaron sus platos al fregadero y cada quien lavo el suyo. Una vez haciendo eso los pusieron en la alacena para después salir de su casa. Cada quien se fue por su camino a conseguir un trabajo en el que los ayudará a mejorar un poco su nueva vida.

Kakuzu caminaba por todas las calles preguntando en todas las tiendas si podían darle algo de trabajo, pero todos le decían que no, siguio caminando hasta ver un restaurante que en la ventana tenía un cartel que decía que se solicitaba personal.

No perdió más tiempo y entro pidiendo el trabajo. Le dijeron que se encargaría de camarero, el moreno con gusto acepto. Le dieron su uniforme y se fue a cambiar en los baños.

Al salir aún tenía su mascarilla puesta, tenía suerte de que el uniforme tapaba los brazos, no podía soportar la idea de mostrar sus cicatrices a la gente. Su jefe en cuanto lo vio le Preguntó el porqué llevaba eso puesto, Kakuzu solo le pidió que lo dejará usarlo y el jefe al ser una persona buena se lo permitió.

El moreno le agradeció de corazón y se fue a atender a las personas que habían llegado, fue muy amable con ellos y les cayó bien a las personas, al verlo con su cubrebocas no se les hizo raro, ya que por la pandemia casi todos están cuidando su salud. Le dejaron algo de dinero en la mesa y él estando muy agradecido lo acepto.

Después de unas horas el restaurante cerró y Kakuzu se fue a su casa, no sin antes darle las gracias a su jefe por haberle dado el trabajo. Al llegar a su casa se encontró con su padre que estaba en la cocina preparando la cena, al notar que había llegado se acerco a él preocupado, pero se alegro un poco al verlo con un traje que no tenía puesto antes.

---Me alegra que hayas llegado, Kakuzu---Dijo su padre con algo de alivio---Me tenias muy preocupado, pero veo porque no llegabas---Sonrió al verlo con el uniforme---

---Si papá---Dijo el moreno con felicidad---Conseguí trabajo en un restaurante, soy camarero---

---Gracias a dios pudiste conseguir uno en el primer dia---Comentó el padre orgulloso de su hijo---

---¿Y qué hay de ti, papá?---Preguntó Kakuzu curioso---¿Pudiste encontrar un trabajo hoy?---

---No---Respondió el hombre con la cabeza baja---Aún no, solo espero encontrarlo pronto---

---Yo estoy seguro que si---Sonrió el castaño mostrando confianza---

Ambos hombres se sirvieron comida en su plato y comenzaron a comer. Kakuzu le contó todo lo que había hecho ese día, le contó todo acerca de su jefe, su padre al escucharlo todo se sintió tan agradecido con dios de que al menos su hijo pudo conseguir trabajo en el primer día.

Después de que terminaron de lavar su plato se fueron directo a dormir. Mañana iba a ser un nuevo día. Kakuzu volvería a trabajar y su padre buscaría trabajo otra vez.

El moreno se encontraba acostado en su cama mirando al techo, le agradecía al señor de que los ayudará a mejorar la grieta que les había dejado el accidente. Esta vez se encargaría de luchar sin importale los problemas que la vida le diera en el futuro, los enfrentaría sin rendirse nunca. Después de tantos pensamientos el sueño lo termino consumiendo y quedo completamente dormido.

A la mañana siguiente

Kakuzu se levantó con demasiada motivación y se metió a bañar, después de unos minutos salió del baño comenzando a ponerse su uniforme. Bajo las escaleras dirigiéndose a la cocina esperando encontrar a su padre haciendo el desayuno, pero para su sorpresa no estaba, penso que todavía estaba durmiendo, así que comenzó a preparar el desayuno. Minutos después su padre llegó bajando las escaleras apresurado.

---Buenos días, papá---Dijo el moreno sonriendo al verlo---

---Buenos días, Kakuzu---Respondió el hombre apenado---Se me hizo tarde hoy---

---No, aun es temprano---Dijo el de ojos verdes mirando el reloj---Espero que hoy si puedas conseguir trabajo---Comentó sentándose en la mesa---

---Esperemos que si---

Ambos hombres comieron tranquilamente, cada uno lavo su plato, salieron de su casa y Kakuzu se dirigió al restaurante a iniciar otro día de su nuevo trabajo, mientras que su padre iría a conseguir uno.

El castaño al llegar al restaurante se metió a la cocina para que el jefe notará su presencia, este le dijo que atendiera todas las mesas que pudiera, Kakuzu acepto con gusto y se fue a atender la mesa con más personas.

Todo iba perfecto, cada vez más iban llegando más personas haciendo que el moreno se empezará a alterar, ante eso su jefe lo notó y les llamo a sus otros meseros para que fueran a ayudarlo.

---Ey, ¿necesitas ayuda?---Preguntó kisame con una sonrisa de oreja a oreja---

---Sí, por favor---Suplicó el castaño sintiendo un gran alivio por la presencia del peliazul---

---Pues aquí estamos nosotros, te daremos una mano---Dijo un azabache sonriendo con los brazos cruzados---

Los 3 hombres atendieron a las personas y después de una hora de apuros por fin se habían ido todos.

---Uff eso sí que fue pesado---Comentó kisame dando un suspiro de cansancio---Es la primera vez que llega toda esa cantidad de gente---

---Ni que lo digas---Asintió Obito, estando de acuerdo con el contrario---Al menos no fue "esa" mujer---Comentó moviendo sus dedos---

---*¿Esa mujer?*---Pensó Kakuzu mirando al pelinegro confundido---

---¡Ey! Ni siquiera la menciones---Exclamó el peliazul en todo frustrante---Si ella viene tú la vas a atender---

---¿Y yo por qué?---Preguntó el Uchiha ofendido---La odio desde el día que la conocí---

---¿Y crees que yo no? No eres el único que la odia, todos los que trabajamos aquí la detestan y además, yo la atendí la última vez que vino, por eso te digo que te toca a ti---Dijo el tiburón excusandose con tal de no estar cerca de aquella mujer---Y dejame decirte que fue una gran tortura estar escuchando sus quejas---

---Tú lo has dicho, "escuchar" sus quejas---Repitió Obito con fastidio---A mi la otra vez me tiro su comida en la cara solo porque no estaba preparada como ella quería---

---Aaaah---Se quejo el peliazul---Es que no la soporto, es la persona que menos quiero en este planeta---Comentó apretando su pelo---

---Oigan---Llamo el moreno teniendo la atención de ambos chicos---¿De qué están hablando?---Preguntó sin quitar su expresión confundida---

---Cierto---Dijo Obito percatandose del punto de vista del contrario---Tú como eres nuevo no lo sabes---

---¿Saber qué?---Volvió a preguntar ladeando un poco la cabeza---

---Estamos hablando de una mujer que viene muy seguido aquí---Contesto kisame mirando al castaño con una sonrisa---Es muy presumida y molesta, si tan solo la vieras sabrás lo muy odiosa que puede llegar a ser en un solo segundo---

---¿Acaso viene de una familia especial?---Cuestionó Kakuzu dudoso---

---Más o menos escuche algo de eso---Dijo el Uchiha con pose pensativa---Escuché que su padre era dueño de una empresa de celulares---

---¿"Era"?---Preguntó el peliazul confundido---

---Sí, pero hace más de un año que falleció, ahora ella es la dueña---Corrigió el azabache---

---Eso explica el porqué es muy presumida---Dijo el tiburón---Yo también escuche algo acerca de ella---

---¿Qué cosa?---Preguntaron curiosos el moreno y el pelinegro---

---Escuché que muchos hombres tenían citas con ella y le compraban todo lo que ella quería---Respondió Kisame recordando los rumores---Siempre viene con un hombre diferente, como si fuera una zorra cualquiera---

En eso se abre la puerta dejando ver a una mujer de cabellera larga de color gris, lo tenía suelto y un poco ondulado, traía puesto un vestido medio corto. Se sentó en una mesa y cruzó una pierna encima de la otra, miró a los chicos con una expresión molesta esperando a que la atendieran.

---Ay no puede ser---Se quejo el azabache entre susurros fastidiados---

---¿Es ella?---Preguntó Kakuzu mirándola---

---Asi es---Respondió el tiburón con seriedad---

---¡Ey! ¡Buenos para nada!---Grito la mujer golpeando la mesa---¿Me van a atender o qué?---

---Kisame---Dijo el Uchiha mirando al mencionado---Vez tú---Ordenó yéndose a atender las otras mesas---

---Eh...---Dijo este nervioso para después mirar al moreno---Kakuzu, hazlo tú por favor---

El tiburón se fue lo más pronto que pudo, dejando solo al moreno, este se quedó viendo a la mujer desde la distancia, no paraba de gritar y golpear la mesa cada vez más fuerte. No le quedo de otra y se acerco en donde se encontraba la peliplata.

---Buenos días---Dijo el moreno de forma educada---¿Qué desea ordenar?---Preguntó con su pequeña libreta en la mano---

---Por fin---Se quejo la mujer molesta---Pensé que yo tenía que preparar mi propia comida. Para ser nuevo aquí eres demasiado lento con tu trabajo---Dijo con el ceño fruncido---¿Dónde están los demás?---

---Estan ocupados---Respondió apretando un poco su lapiz---Yo soy el único disponible para usted---Sonrió de manera forzosa---

---Ya que---Se quejo de nuevo encogiendo sus hombros---Agradece que te estoy quitando lo flojo e inutil que eres y que no estés haciendo nada---Dijo señalando al moreno con su dedo índice---

---Si, gracias---Dijo medio sarcástico, sin dejar de apretar el lápiz--¿Qué es lo que desea pedir?---

---Ja osea, no me has dado ni el menu---Dijo mirandolo burlonamente---¿Cómo quieres que ordene si no me lo has dado?---

---¡Perdon!---Exclamó el castaño avergonzado---En seguida se lo traigo---Dijo para después agarrar un menú de otra mesa y dárselo a la mujer---Aquí tiene, perdón por eso---

---Se nota que no sirves para esto---Comentó mientras abría el menú---¿En serio te contrataron? Para mi que tu estúpido jefe solo quiere humillarte---

---Jajaja---Sonrió con más resistencia mientras podía sentir sus venas en la frente queriendo explotar---*Ahora me doy cuenta que no mentían de ella, ya quiero que se valla a pesar de ser una clienta*---Pensó el moreno con las pocas probabilidades de seguir con su paciencia---Lo dudo mucho, me contrato porque necesitaba ayuda, solo eso---

---Mmm....---*Pero que hijo de puta más repugnante, es un bueno para nada, buscaré la manera de que lo saquen a patadas cueste lo que me cueste---Pensó la mujer sin quitarle la mirada se encima---*Yo primer jodido lugar, ¿Por qué carajos lleva esa porquería puesta? Parece un bicho raro*---Voy a querer una pequeña porción de arroz blanco, junto a una ensalada de puras frutas, también un té verde, no lo quiero muy amargo ni muy dulce, quiero que mi ensalada tenga manzanas sin nada de piel, no quiero que tengas ni una sola Mancha por tan pequeña que sea, también quiero que las frutas formen un corazón en el plato, ¿Esta claro?---Preguntó mientras se acomodaba mejor su cabello---

---S-si, por supuesto---Respondió desesperadamente mientras escribía como podía todo lo que la albina había pedido, podía jurar que su mano dolía por la presión en el objeto por la alteración---En un momento le traigo su pedido---

La mujer lo miró irse, al percatarse de que lo había perdido de vista dibujo una pequeña sonrisa en su rostro.

---*Te irás directo a la calle, jodido imbecil*---Pensó riendo bajo entre dientes---

Después de casi 15 minutos el moreno se acerco a la mesa con la comida ya preparada, lo dejo en frente de ella cuidadosamente para no cagarla ante la siniestra mirada de la albina.

---Listo, ¿Desea algo más?---Preguntó con una sonrisa forzada, esperando a que le diera la respuesta que deseaba---

---No---Respondió la mujer con el ceño fruncido---Ya te puedes largar, tu asquerosa presencia no me dejará comer tranquila---Comentó con tono agresivo mientras le daba un pequeño sorbo a su té---

---Con permiso---Concluyó el castaño sufriendo del dolor en su cabeza, no sabía si estaba haciendo el mejor esfuerzo con tal de que sus venas no se notarán, pero suponía que no lo estaba haciendo muy bien---

Kakuzu se fue de ahí sacando humo por las orejas, sin dejar de apretar sus puños, todo eso ante la ignorancia de la mujer, cuando notó que el moreno ya se había ido se arrancó un pelo de su cabeza, miró a todos lados para comprobar que nadie la estuviera observando, una vez hecho eso metió el pelo dentro del arroz.

---*Despídete, hijo de puta*---Sonrió con malicia antes de que comenzará a gritar enojada---¡Que puto asco! ¡Hay un jodido cabello en mi comida!---

El escándalo llamo la atención de todos los presentes, incluyendo a Kakuzu, quien al escucharla se acerco rápidamente a ver que ocurria.

---¿Sucede algo?---Preguntó con gesto confuso---

---¡Se nota que no sirves para nada! ¡Cortate ese greñero! ¿quieres? ¡Tus porquerías terminaron en mi plato!---Exclamó fingiendo molestia, siguiendo con sus quejas---¿Por qué mejor no regresas al agujero por donde saliste? Porque para estar aquí eres un inutil, jodida perra la que te parió---

Cuando la albina termino de decir aquello no dudo en agarrar su plato y tirarselo en toda la cara del de ojos verdes, incluyendo el agua.

---Eres un pendejo bueno para nada---

El castaño al escuchar aquello sintió como su cara ardía y sus ojos querían explotar por la rabia que sentia, esta vez su paciencia se había ido al carajo, apretó con fuerza los dientes, tenía suerte de que su mascarilla le cubriera toda la cara, sino la mujer se burlaria más de él. Estaba haciendo un enorme esfuerzo con tal de no salirse de control, por él fuera ya se hubiera abalanzado contra la mujer y enterarle el tenedor en la boca todas las veces que quisiera hasta sentirse satisfecho, pero por más que lo deseara sabía muy bien que no podía hacer eso.

Apenas lo habían contratado en ese trabajo, no podía tomarse el riesgo de agredir a una clienta, a una mujer, aunque no tenía nada para considerarse una. Respiraba pesadamente tratándo de tranquilizarse y de no salir de su control, podría arrepentirse después, pero su irá era más poderosa que su voluntad.

Miro a la albina con odio, queriendo matarla con tan sólo una simple mirada, podía ver en su mente como acababa con ella de una manera tan atroz y salvaje, quería hacer todo lo que veía en su mente, quería hacerlo Adsolutamente todo, cuando dio un solo paso hacia ella su jefe apareció, molesto por el escándalo, no tuvo de otra que tirar su furia a la basura en cuanto lo vio.

---¿Qué es lo que está pasando aquí?---Preguntó ya estando con ellos---Desde mi oficina se está oyendo este escándalo---Comentó mirando con seriedad a ambos---

---"¿Qué es lo que está pasando aqui?"---Repitió la mujer mirándolo con molestia---¡Pasa que este jodido inutil no sabe hacer nada bien! ¡Mi plato tenía un puto pelo suyo! ¡Obvio que no me lo iba a tragar con sus mugres en mi camino!---

---*No vallas, no vallas*---Pensaba el moreno repitiendo una y otra vez la misma frase, cada vez con más intensidad---

---Jefe---Llamo kisame agarrando el pelo del plato---Cheque esto, este pelo no es de Kakuzu, ni de la cocinera---Comentó mirando a la mujer---Este pelo es de ella---

---¿Insinuas que yo misma me heche a perder mi propia comida?---Cuestionó haciéndose la ofendida---¡¿Cómo te atreves?!---

---El cabello es de ella---Dijo el Uchiha uniéndose a la conversación---Yo mismo la vi, se arrancó su propio pelo y lo puso entre el arroz---

El castaño no pudo evitar mirarlos con sorpresa, se empezó a tranquilizar de a poco a poco, sintiendo que el ambiente se había calmado entre su jefe, dado que ya no lo miraba con sospecha, sino que ahora se fijaba en la contraria.

---¿Algo que quiera decir?---Preguntó el hombre mirando con seriedad a la mujer---

---¡Estan mintiendo!---Trato de excusarse---¡De seguro ese tipo pinto el pelo para fingir que es mio o puede ser de otra jodida persona!---

---Si así fuera debería tener sus manos pintadas---Argumento Obito de manera obvia---¿No lo cree?---

---En serio lo siento Kakuzu---Dijo el jefe mirándolo con expresión de culpa y pena---Ve a limpiarte---

---Si señor---Respondió el moreno con una pequeña sonrisa para después irse a los baños a lavarse la cara, siendo seguido por el Uchiha y el tiburón, dejando solos a la mujer y al jefe---

---Le pido de favor que se retire---Ordenó el hombre con tono serio---

La albina solo frunció el ceño y se fue del lugar azotando la puerta con demasiada fuerza, dejando que se cerrará por si sola.

---*¿Por cuanto tiempo más voy a tener que seguir soportando esto?*---Pensó soltando un gran suspiro de frustración y cansancio---

---Si que es insoportable, no voy a seguir aguantandola por mucho tiempo---Se quejo una mujer de pelo morado llegando al lado del mayor---¿Y tú que opinas? Pain---

---Estoy igual que tú---Comentó también el pelinaranja---Pero sigue siendo una queja después de todo---

---Konan, ayudame---Pidió un pelirrojo recién llegando con gestos molestos---¿No podemos simplemente prohibirle el paso a esa zorra? No hace más que causar problemas---

---Créeme que por más que quisiéramos no podemos hacer eso, sabes lo que ella puede provocar si hacemos eso---Respondió el mayor de mala gana---No podemos hacer nada, Sasori---

Este término chasqueando la lengua con disgusto, mientras entre los tres recogían todo el desastre que la albina había provocado. La gente volvió a estar en lo suyo y el pelirrojo se fue a atender a las demás personas.

---Vuelve a la cocina, konan---Ordenó el mayor mirando a la mujer, ella solo Asintió y obedeció al contrario---

Con Kakuzu

Este se encontraba lavando su cara, ya estaba por terminar, noto que su mascarilla también tenía varias manchas de comida y aparte estaba mojado, estuvo a punto de deslizar su mano hacia abajo, sino fuera porque vio a kisame y Obito entrar.

---¿Y bien?---Preguntó el tiburón con tono divertido---

---¿Y bien qué?---Interrogó el moreno confundido---

---¿Qué tal te pareció la mujer loca?---Aclaró el azabache soltando una pequeña risa---

El castaño al ya tener claro a lo que se referían no pudo evitar apretar los dientes y los puños, para después sacar todo el enojo que se había estado guardando desde el principio que había tenido contacto con la albina.

---¿"Loca"?---Repitió con gesto asqueado---¡Es una jodida perra asquerosa! ¿Tuvieron que aguantarla el tiempo que ella venía aquí? ¡Solo necesitaba un solo maldito segundo para dejarla tirada en el suelo! Pero por más que se me antojara hacerlo más de mil veces no podía por el jefe y por mi trabajo, ¡pero juro que para la próxima no contará con la misma puta suerte!---

Mientras el moreno seguia quejándose a gritos kisame y Obito solo lo observaban mientras sonreían con gracia por todas las cosas que el castaño decía de aquella mujer, apenas llevaba un día conociendola y ya sentía que la odiaba con toda su alma.

Después de unos 15 minutos el de ojos verdes por fin se fue tranquilizando poco a poco, se hecho agua en su frente y estuvo a punto de irse del baño, pero fue detenido por el tiburón que lo agarró del hombro.

---Oye, ¿no te vas a quitar eso?---Preguntó señalando su mascarilla---Esta sucio, será mejor que te la quites---

---No....---Respondió el castaño poniéndose tenso---Asi esta bien---

---Vamos---Insistió el azabache apunto de quitarle su cubrebocas---No puedes atender a los clientes así---

---¡No!---Exclamó alterado apartando su mano---Dije que no, así está bien, en serio, me iré a comprar uno nuevo---

Después de que el moreno dijera aquello salió del baño sin dirigirle la mirada a los chicos, estos se quedaron viendo como el castaño se iba quedando confusos por su reacción.

---Este tiene algo---Comentó Kisame sospechando del comportamiento de su compañero---

---Dalo por hecho---Asintió el azabache pensando en lo mismo---No quería quitarse su mascarilla, ¿Por qué crees que será?---Preguntó con un tono curioso---

---Solo hay dos opciones---Respondió mostrando una sonrisa enumerando las razones con su dedo---O es muy feo o no quiere mostrar lo que oculta detrás de ella---

---¿Crees que sea eso?---Preguntó Obito incrédulo---

---No lo se---Respondió encogiendose de hombros---Tendríamos que preguntarle---

Mientras tanto con Kakuzu

Este se encontraba pagando su nuevo cubrebocas de color negro, salió de la tienda y vio una localidad donde decia "Baños públicos", así que pagó para que entrará en uno y ponerse su mascarilla.

---*Me salve....*---Pensó, soltando un suspiro de alivio---*Por ahora*---

Cuando el moreno termino se regreso de nuevo al restaurante, el tiburón y el Uchiha le Preguntaron que era lo que le pasaba, kakuzu Respondió que solo era el enojo que sintió por la mujer que le arruinó la cara.

El día paso de lo más normal, al igual que el siguiente y el siguiente, lo que eran días ahora se habían convertido en meses, volviéndolos en años, habían pasado ya 5 tranquilos años para el castaño, ya no había rastro de la mujer desde la última vez que fue, las cosas en su casa habían mejorado bastando, tanto que Kakuzu ya no podía pedir más, por fin había llegado la paz a su casa y estaba seguro que así sería por siempre.

¿verdad?

En una noche tranquila el moreno estaba cenando junto a su padre, todo estaba en completo silencio hasta que su padre decidió hablar.

---Kakuzu---Llamo a su hijo sin quitar la vista del plato---

---¿Qué pasó?---Preguntó el moreno mirándolo---

---No sé cómo te tomes esto---Inicio con un tono serio---Pero....---

---¿Pero?---Repitió el castaño comenzando a ponerse tenso---

---Me voy a volver a casar---Termino de decir el padre---

El moreno quedo sorprendido por esas palabras, ¿casarse? ¿Desde cuándo? ¿Y por qué no le había dicho nada antes? Aun no superaba del todo la muerte de su madre y no quería que alguien más la reemplazará, simplemente no podía, ya era demasiado.

---¿Casarte?---Preguntó con seriedad mirando a su padre---¿Con quién?---

---Si---Respondió notando su tensedad---No te lo dije porque necesitaba tiempo.... y llego el momento de que tu nueva madre venga a vivir con nosotros---

El castaño no oculto su molestia al escuchar la palabra "Nueva madre", tenía ganas de tirar todos los platos, incluso la mesa si era necesario, pero se controlo. Se supone que era la vida de su padre y que él decidía que iría a hacer con ella. Kakuzu no tenía porque meterse.

---¿Desde cuando la conociste?---Preguntó el moreno apretando su puño por debajo de la mesa---

---Hace 4 años---Respondió el hombre---Y tampoco te he dicho que fue gracias a ella que conseguí trabajo---

---¿Qué? ¿Gracias a ella?---Interrogó inconfiable, algo le estaba dando mala espina---¿Desde cuándo? ¿Y por qué no me habías dicho?---

---No me tomo tanto tiempo---Respondió el padre sonriendo---Bueno, puede que si algo, fue 2 semanas después de conocerla, no te lo dije porque siempre llegabas cansado y no te quería molestar---

---Papá---Habló el moreno acercándose a él tocando su hombro---Para mi nada es una molestia cuando se trata de ti, debiste de habermelo dicho---

---Supongo que si, en serio lamento eso---Dijo el hombre sonando decaído---

---¿Y cuándo llega mi madrastra?---Preguntó el de ojos verdes---

---Mañana---Respondió el hombre como si nada, provocando que el contrario se atragantará un poco---

---Cof.... ¿mañana?---Preguntó con total asombro mientras trataba de recuperarse---

---Si, ¿Por qué te pones así?---Cuestionó mirándolo confundido---

---Por nada---Respondió el moreno mirando hacia otro lado---Solo que jamás imagine que vendría tan rápido cuando me enterará---

---Disculpame Kakuzu, te prometo que te contaré todo para la próxima---Dijo el hombre con una pequeña sonrisa---

---No te preocupes papá, lo entiendo---Comprendió el castaño dándole un cálido abrazo---

---Solo espero que te lleves bien con ella---Comentó preocupado correspondiendo al abrazo---No sólo vendrá tu madrastra, también vendrá su hijo---

---¿Hijo? ¿Voy a tener un hermanastro?---Exclamó con total asombro, poniendo los ojos muy abiertos, sintiendo escalofríos por todo su cuerpo---

---Si---Respondió el mayor con algo de gracia al ver su relación---Sé que es sorprendente, pero quiero que te lleves bien con ello---

---*Ese será el problema*---Pensó el moreno deprimido e inconfiado---Lo intentaré, solo espero que no causemos problemas---

---Eso espero---

A la mañana siguiente

Kakuzu se encontraba preparando el desayuno mientras que su padre estaba preparando la mesa. Se supone que ese día llegaría su nueva madrastra junto a su hijo, tenía muchas preguntas pasando por su mente en ese preciso momento. Se preguntaba si esa nueva familia que formarían ayudaría a curar el vacío que tenía la casa sin su madre.

Su cabeza era hecha un caos y a la vez se sentía algo inseguro, por alguna razón sospechaba de que algo saldría mal, pero lo dejo pasar porque lo tomo como un ataque de nervios.

El moreno aún pensativo sirvió el desayuno, se sentó junto a su padre y espero a que llegarán los nuevos miembros de la familia. Después de unos minutos alguien toco la puerta, el hombre sonrió levantándose de su asiento para después abrirla. Mientras tanto Kakuzu se moría de los nervios, estaba a punto de conocer a su nueva madrastra y a su hermanastro.

---Me alegra bastante de que hayan llegado---Exclamó el padre lleno de alegría---

---Pues ya estoy aquí, querido---Empezó a hablar la mujer enredando sus brazos alrededor de su cuello besandolo en los labios---No sabes lo feliz que estoy de por fin vivir aquí contigo, apuesto a que mi hijo esta igual de emocionado que yo por querer conocer a su nuevo hermano---

---Tsk---Se quejo sin decir ni una palabra estando atrás de su madre con la mirada apartada de los demás---*Si como vergas no, estoy muy jodidamente feliz*---Pensó en modo sarcástico mientras ponia los ojos en blanco---* Mi trasero*---

---*Así que esa es la nueva mujer de mi padre, suena agradable, pero por alguna extraña razón siento que esa voz ya la había escuchado antes*---Pensaba el moreno distraído en sus recuerdos---

Kakuzu no podía ver el rostro de la mujer ya que su padre la estaba tapando por completo con su cuerpo, tampoco podía ver a su hermanastro ya que se encontraba hasta atrás.

---¿Y bien? ¿Dónde está tu hijo? Quiero conocerlo---Preguntó de repente estando muy emocionada, lo que hizo que el hombre se diera la vuelta para observar a su hijo---

---Kakuzu---Lo nombró con una enorme sonrisa---Ven a conocer a tu nueva madre---

Al momento de que el hombre se apartará por completo el castaño pudo alcanzar a ver de quien se trataba, no la podía olvidar nunca y el hecho de que su voz le resultará conocida no era su imaginación, definitivamente era ella, solo que ahora tenía el pelo un poco más corto, recordaba que cuando la vio por primera vez su cabello le llegaba casi a la cintura, ahora le llegaba por debajo de los hombros. Cuando la albina también lo vio no pudo evitar apartar al hombre para verlo mejor.

---¡¿Tú?!---Preguntaron ambos mirándose fijamente---

El padre y el chico de atrás se quedaron confundidos, alzando una ceja por su inesperada reacción.

---Papá---Llamo el moreno levantándose de su asiento---¿Qué hace esta mujer aquí?---

---Kakuzu, ella es tu madrastra---Respondió el hombre sin entender la actitud de su hijo---¿Por qué? ¿Ya la conocías?---

---Algo así---Respondió poniendo los ojos en blanco---

---July, no sabía que ya se habían conocido, ¿Por qué no me dijiste nada?---Le cuestionó el mayor mirando a la mujer---

---En primera, solo lo he visto una vez y en segunda, nunca me dijiste como era, ¿Cómo se supone que iba a saber que lo volvería a ver?---Respondió la mujer con una sonrisa falsa junto a un tono medio divertido---

---De verdad lo siento July, quería que fuera sorpresa, pero al final el sorprendido fui yo, jamás imagine que ya se habían visto antes---Comentó el hombre con tono nervioso---

---Bueno, ya no importa, ahora somos una familia---Habló la albina con una enorme sonrisa falsa y voltea a ver a su hijo---Hidan, ven y saluda---

El chico obedeció la petición de la mujer y entro de mala gana haciéndose ver por los dos hombres que estaban dentro de la casa. Tenía el pelo corto de color gris, ojos rosados, su piel tan blanca como la de su madre

---Mucho gusto---Saludo el menor con un tono agrio y seco, sin mirar a los presentes delante suyo---

---*¿Ese es mi hermanastro?*---Se Preguntó el moreno mirándolo de pies a cabeza---*Por como se ve pienso que no nos llevaremos muy bien que digamos*---

La razón por la que el castaño Pensó aquello era porque el albino traía unos pantalones negros con algunos rasguños, tenía puesta una sudadera negra con el cierre abierto dejando ver una camiseta blanca con el dibujo de una calavera negra, también llevaba un collar con un dije de un símbolo algo raro, se trataba de un triángulo con un círculo en medio, pero lo que más llamo la atención de Kakuzu fue que alrededor de su cuello llevaba un trapo de color azul oscuro tapandolo por completo. Tenía el aspecto de un chico rudo, como un delincuente para ser exactos.

Con Hidan fue lo mismo, miró al moreno de pies a cabeza con total desprecio, tenía puesto su pantalon de mezclilla, una sudadera de color marrón y su típico cubrebocas de color negro, esto último termino llamando su atención. Quedo algo confuso por tener eso puesto, ¿Acaso era tan feo que no les quería mostrar su cara?

Ante ese pensamiento no pudo evitar sacar una pequeña risa de burla, dejando al contrario bastante confundido.

---*¿De qué se ríe?*---Se Preguntó así mismo mientras miraba como el menor no dejaba de reir---

---*Estúpido, no pienso quedarme aquí con un par de jodidos ancianos*---Le dijo dijo desde sus pensamientos mirando profundamente sus ojos---*Haré de sus vidas un exquisito infierno para que nos echen de esta asquerosa casa*---

El padre al notar el silencio incómodo decidió que desayunaran todos de una vez, la mujer fingiendo estar completamente encantada acepto. Hidan paso de lado a Kakuzu sin decirle ni una palabra sentándose en su nuevo lugar, aunque eso al moreno le ofendió dicha actitud, pero decidió ignorarlo y se sentó para empezar su primer desayuno en "familia".

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