bad boy โ”โ” [#1] jeon jungkook

Galing kay thebidoom

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โ”โ”๐—•๐—”๐—— ๐—•๐—ข๐—ฌ โel chico malo no era tan maloโž Jeon JungKook quiere esconder sus problemas detrรกs de su fa... Higit pa

ใ€Œ BAD BOY ใ€
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Galing kay thebidoom

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Kim Cleo June

No puede ser que sea hoy. No puede ser que sea hoy. Hace una semana este momento se veía tan lejano que no me preocupé, pero ahora siento más que nunca los nervios a flor de piel.

—Tranquila, CJ. —desde mis espaldas JiMin me tomó de mis hombros, pero inevitablemente él era quien más me alteraba, porque él me comprometió a esto.

Era el día, era viernes. Hoy era ese baile para el que JiMin me comprometió con él a una presentación. Y yo estaba aquí en mi casa, con mi mejor amigo a mi lado tratando de contener mis constantes intentos de lanzarme por la ventana para romperme una pierna y pasar el día hospitalizada.

—¡No entiendes, Park! —me volteé a verlo alterada— ¡Tengo pánico escénico, probablemente me caiga del escenario, y me acaba de crujir la rodilla! ¡No estoy preparada!

Decir que estaba alterada era poco, sentía incluso náuseas y eso me preocupaba por si llegaba a vomitar en algún momento inoportuno. Porque claro, tengo tanta buena suerte que de seguro no pasará ningún desastre que atiente contra mi vida. ¡Por favor, soy yo! Obviamente va a pasar algo malo.

—Oye, aún faltan horas para el baile. Relájate y prepárate tranquilamente. —me altentó con una sonrisa.

¿Horas? Esas horas pasarán en un parpadeo y para cuando me de cuenta estaré temblando arriba de ese escenario con patitas de pollo.

—No... No, Park. Escucha, yo...

De repente él toma mis manos, provocando que hiciera silencio cuando miro estas siendo delicadamente sostenidas por las suyas, y cuado regreso mi mirada a él me recibe con una linda sonrisa sin dientes que sí llegaba a tranquilizarme. Y no sé si lo saben, pero Park JiMin tiene el encanto de una príncipe azúl cuando te mira de esa manera y te dedica una de sus lindas sonrisas.

—Lo harás bien, CJ. Piensa en que es para divertirnos. Además, si te pasa algo, no dudaré en tirarme de cara al suelo para llamar la atención más que tú y que se burlen de mí.

Qué tierno. ¿En serio sería capaz de hacer eso por mí?

Es verdad y debía pensar que, JiMin iba a estar a mi lado. Él nunca ha dejado que nada malo me pase y creo que aún puedo confiar en él para eso. Borremos lo que pasó en mi cumpleaños. No iba a estar sola, solo debía recordar que tendría a mi mejor amigo conmigo.

Okey. Uff... —suspiré y volví a tomar aire— Sí se puede.

—Así se habla. —sonrió más ampliamente dejando ver ahora sus perfectos dientes y desordenó mi cabello con su mano— Bien. Ahora hay que prepararnos...

¡Prepararnos! ¡Mi cabello!

—Ahora tú me ayudarás con algo importante. —le ordené separándome de él y yendo a buscar entre mis cajones lo que durante toda la semana le estuve llorando a mamá que me comprara. Por un momento creí haberlo perdido, pero me calmé cuando la encontré.

—¿Qué es eso? —se acercó a verla y tomó la caja entre sus manos para luego mirarme— ¿Tinte negro? ¿Te tiñes?

—Rocorcholis. Me descubriste. —chasqueé mis dedos— Así es, no soy natural. Durante muchos años he teñido mi cabello para mantenerlo así. En realidad soy castaña.

—Vaya... —dijo asombrado, mirando el tinte en sus manos y luego a mí— Ahora me da curiosidad saber cómo te verías al natural.

Reí divertida, porque incluso yo había olvidado cómo me veía. Hace años me teñía el cabello, una vez empecé ya no podía parar. Cuando entras al negro nunca más puedes salir.

El día de hoy nos habían cancelado las clases para permitirnos organizar el instituto para el baile, aunque calro que yo no movería ni un dedo para ello cuando estaba lidiando con problemas emocionales más grandes. En cambio, JiMin vino a mi casa como ya habrán notado, y juntos íbamos a prepararnos para llegar al instituto tan solo unos minutos antes del comienzo del baile. Esto me era muy útil porque su madre le prestó el auto a JiMin para llevarme e ir juntos más cómodos. Mamá y papá no podrían llevarme porque aún estarían trabajando para cuando yo me fuera de aquí.

De todas formas, la presencia de JiMin también me sirvió de ayuda para mi cabello. Siguió al pie de la letras las instrucciones que venían con los productos para el tinte y debo admitir que se vio gracioso, ya que todo lo hacíamos estando yo sentada frente al espejo, haciéndolo parecer una tarde de peluquería. Por supuesto que aproveché el momento para sacarle fotos mientras estaba distraído.

Cuando estuvo todo listo, según JiMin, y ya podía enjuagar mi cabello para lucir un renovado y brillante negro, fui a darme una ducha mientras JiMin hacía lo mismo e el otro baño.

Todo el proceso se sentía eterno, porque debía secar y planchar mi cabello. Tenía planeado atarlo y en el momento de la presentación dejarlo suelto. Por supuesto que JiMin también me ayudaría con eso.

—Oye, ¿me viste cara de estilista? —se quejó ya cuando estábamos ambos frente al espejo otra vez, sosteniendo él mi secadora en una mano y un cepillo en la otra.

La verdad que así sí tiene pinta.

—No te quejes, yo pagué la pizza. —le eché en cara mientras tomaba una porción de esta y la soplaba antes de morder.

—Pesada.

Y luego de eso él dejó de quejarse, hizo silencio y comenzó a secar mi cabello al mismo tiempo que lo estiraba con el cepillo para deshacerse de las ondulaciones que podrían estorbar a la hora de plancharlo. Y yo lo disfrutaba, porque no hay nada más molesto que el calambre que quedaba en mi brazo después de sostener la secadora por tanto tiempo.

Ya cuando veía mi imágen con el resultado final, JiMin detrás de mí hundía sus dedos en la base de mi cabello para sacudirlo  generando un poco de volumen y movimiento en este.

—¿Señor no esilista? —me reí al verlo tan concentrado en el detalle de cada mínimo pelo de mi cabeza.

—Es para que no lo hagas tú y lo llenes con tus manos aceitosas por la pizza, tontita. —se excusó inútilmente. Yo sé que le gustó y está orgulloso de su obra como estilista.

—Como digas. ¿Qué hora es? —se alejó de mí, no sin antes tomar un trozo de pizza, y mientras la comía fue hasta su celular que dejó cargando a un lado de mi cama. Por otro lado, yo veía sonriente mi imágen en el espejo, feliz de tener a mi buen confiable negro conmigo.

—¡Maldición, Cleo June! —el grito de JiMin me alteró— Tenemos solo treinta minutos para terminar e irnos.

—¿¡Treinta!? —brinqué en mi asiento sorprendida— ¡Pero aún no me maquillé!

—Pues hazlo. Apúrate mientras yo voy a cambiarme. —dijo abandonado el lugar para vestirse en el baño.

Oh, Dios. No puede ser. Tardo siglos para delinearme los ojos.

Okey, okey. No importa, CJ. Hazlo rápido, tú puedes.

Cubrí mi rostro con una base de mi color y con el mejor pulso que alguna vez haya tenido en mi vida delineé lentamente cada uno de mis ojos. Sorprendentemente no me salió mal a la primera, y solo usé una sombra café en las esquinas inferiores de mis párpados. No era mucho, pero es lo que una inútil como yo puede hacer en tan poco tiempo. Y no podía demorar más, por eso fui corriendo al baño, llevándome mis zapatos y vestido para cambiarme.

—¿Me veo bien? —pregunté al salir del baño y ver a JiMin ahí arreglándose el cuello de su traje. Él se acercó a mí y solo acomodó los hombros de mi vestido que aparentemente estaban torcidos.

—Perfecta. ¿Tienes todo? —asentí yendo por mi bolso y levanté ambos pulgares míos cuando ya estaba totalmente lista para irnos. Por así decirlo, terminamos justo a tiempo— La guitarra, CJ —me recordó justo antes de que salieramos.

¡La guitarra! Por Dios, ¿cómo voy a olviarla?

Corro rápidamente y cierro el estuche, ya que ayer en la noche había estado tocando para despejarme un poco. Tratando de ser rápida pero cuiadosa, la tomé y salí a toda prisa de mi habitación yendo detrás de JiMin.

...

—¡Cleo June! —grita EunRin antes de correr a abrazarme, gesto que correspondo torpemente debido a los zapatos. Me había desacostumbrado a los tacones.

—EunRin, te ves muy linda. —dije impresionada del lindo vestido que traía puesto— ¿Es el que SeoHyun dijo que te compraría?

Ella asintió con una gran sonrisa, apartandose de mí y girando en su lugar para mostrar cada parte del vestido.

Era muy bonito. El vestido era corto y sin mangas, de falda un poco acampanada que la hacía lucir como una pequeña princesa. El color lila tan pálido de este, casi llegando al blanco, le hacía lucir de suma delicadeza, tal como es EunRin.

—No tienes idea del chisme que me enteré. —habló en voz baja, ubicandose a mi lado y tomándome del brazo para empezar a caminar juntas— Fui con SeoHyun a comprar el vestido y en el proceso me dijo algo que te dejará con ma boca abierta.

Ya me lo veo venir.

—No tengo idea de qué podría ser.

—A SeoHyun le gusta HoSeok. —susurró super suave para asegurarse de que nadie la estaba escuchando— Te lo cuento a ti porque eres mi super duper hiper mega estelar amiguis, pero no se lo digas a nadie.

—¿Qué dices? Eso es sorprendente, jamás me lo habría imaginado.

—¿Verdad que sí? —chilló ella emocionada— Siempre he pensado que Hobi es muy lindo y se merece el corazón de una verdadera princesa. ¡Y mira, apareció!

—¿Estás feliz por él?

—Pero por supuesto. SeoHyun es tan buena y hermosa, también se merece a alguien como HoSeok en su vida. ¿No crees que harían buena pareja?

Sonreí por lo tierna que me resultaba EunRin, sobretodo por la forma tan linda que tiene de dirigirse y tratar a sus amigos. No tenía nada que ver a los chismes que Lee había inventado sobre ella, y se nota que esa chica es tan odiosa que no se tomó ni dos segundos para realmente tratar de ser amiga de EunRin. Es decir, por unos celos estúpidos realmente arruinó todas sus posibilidades.

—Claro que sí. —reí por sus expresiones felices, mientras seguía caminando a su lado a donde deberían estar el resto de los chicos.

Jeon JungKook

«Hola», leí por quinta vez el mensaje que me estuve debatiendo toda la mañana por mandarle. No era nada elaborado y me hacía sentir un idiota pensar en enviarle algo tan simple como eso. Es decir, ¿después de lo que le hice simplemente le digo «hola» como si nada?

Quiero hablarle, pero no sé qué decirle, y es que diga lo que diga me sentiré como un hijo de puta cada vez peor porque probablemente le arruine el día con un solo mensaje mío. Pero quiero saber cómo está, quiero saber qué está haciendo, quiero saber cómo se siente en este momento. Si está bien me sentiría feliz, y si se siente triste quisiera acompañarla hasta que se sintiera mejor.

En serio... la necesito tanto. No tenerla conmigo me hace sentir tan vacío que en lo único que soy capaz de pensar todo el día es en lo mucho que quiero un abrazo de ella.

Esbocé una sonrisa irónica mientras dejaba mi celular a un lado, sin poder creer que Cleo June me llevó al inimaginable punto de únicamente pensar en ella las veinticuatro horas del día; que de todos los problemas que tengo, el principal sea preguntarme si ella había cenado ayer y desayunado hoy.

Jamás creí que llegaría a amar de esta manera, y debía darle las gracias por hacerme sentir algo tan maravilloso como esto, aun si no estamos juntos. Mierda. Le debía todo a esa chica.

—Oye, ¿puedes dejar de comportarte como un raro? —dice TaeHyung, quien iba manejando a mi lado— No paras de hacer esas caras que dan miedo.

—Cállate, animal. —digo sin mucha emoción, con mi mente siendo únicamente ocupada por Cleo June.

—¿Cuánto tiempo tendré que lidiar contigo así? —murmuró más para él mismo, quejándose. Y que se quejara cuanto quisiera, yo no iba a dejar de pensar en Cleo June— Por ella es que vas a ese baile, ¿verdad?

—Va a cantar en el escenario. Solo voy para verla. —fui directo y sincero.

Y era verdad, esa era la única razón por la que me molesté en vestirme de traje para presentarme en ese baile. Solo quería oírla cantar, escuchar su hermosa voz, y cantar junto a ella desde la lejanía, como si fuera uno de esos momentos en los que yo tocaba el piano para ella. Quería sentirme a su lado.

—Vaya que estás mal, amigo. —dijo como si mi caso ya se tratara de un loco.

Me daba igual, que me considerara loco, estúpido, obsesionada. Lo que sea. Yo solo quería estar para ella, apoyarla desde el público y sonreírle si es que nuestras miradas llegaban a cruzarse.

Ansío tanto verla.

Inevitablemente mi mano comenzó a tocar la pulsera colorida hecha por ella. Aunque en su momento me burlé y la consideré ridícula por sus desordenados colores llamativos, era algo que llevaba a toda hora del día, incluso en la noche. No me lo quitaba por nada. Habiendo venido de ella, era de las cosas que más apreciaba.

—Todo se va a solucionar. —repetí en un suspiro esas mismas alentadoras palabras que he escuchado durante toda la semana por parte de mi amigo, aunque por más que las escuchara nada bueno parecía estar por venir.

Apenas sentí a mi celular vibrar en el asiento lo tomé rápidamente, pensando estúpidamente que podría tratarse de la misma Cleo June, pero las esperanzas vuelven a dejar ese vacío en mí cuando veo que solo se trataba de una estúpida notificación de Youtube; «¿cómo ser un buen novio?», decía la recomendación que no solo me hacía sentir patético, sinó que hasta parecía un misma burla. Lo peor es que no paraban de llegarme este tipo de recomendaciones desde que se me ocurrió la ridícula idea de ver un vídeo para saber cómo declararme a Cleo June.

—Pensé que habías perdido tu celular. —interrumpe TaeHyung mis miles de maldiciones a la plataforma de videos.

—HaNeul me lo dio, aparentemente ella lo tenía por alguna razón. —mentí, aunque no del todo.

Era verdad que HaNeul me había devuelto mi celular, pero estaba seguro de que no había sido ella quien lo tomó, sinó YuRi. Después de todo, aquella noche HaNeul solo se fue llorando, pero YuRi era quien tenía las intenciones de dejar todo mal entre Cleo June y yo. Ella le tiró la bebida encima, me dijo que Cleo June se había ido sola, y probablemente con lo descarada que es fue capaz de tomer mi celular que debí olvidar en la mesa, todo para ignorar los mensajes y rechazar las llamadas de Cleo June haciéndole creer que era yo.

Claro que mis suposición no era algo de lo que podría comentarle a TaeHyung. Primero que nada, él no me creería, porque él es capaz de victimizar y defender a YuRi hasta de lo imposible; segundo, se enojaría conmigo por acusar a su novia de tal acto.

—Taetae. —YuRi recibe extraña e inusualmente a mi mejor amigo con un abrazo y un beso en los labios, cosa que se me hizo de lo más asquerosa.

Quería, pero no podía sacara mi amigo de las garras de esa maldita. Lo peor es que es él quien no quiere desprenderse de las controladoras garras de semejante loca. Por más ingenuo que sea, no entiendo cómo TaeHyung sigue dispuesto a soportarla.

Ella evitó saludarme, hizo como si no existiera y me ignoró completamente, algo que pasó desapercibido. Y así esperaba que fuera, que mantuviera su distancia y no se me acercara con esas asquerosas dobles intenciones suyas.

—Te traje un regalo, hermosa. —le dijo TaeHyung apenas se separó y sacó del bolsillo de su traje una pequeña caja de terciopelo roja. Elegantemente la abrió frente a ella, mostrándole así un delicado collar de oro con una piedra roja que combinaba con su vestido.

YuRi llevó sus manos a que cubrieran su boca impresionada.

—Es hermoso. Me encanta. —sonrió ella, enamorada de la joyería cara— Pónmelo. —básicamente le ordenó, aunque por lo menos le sonreía.

Puse mis ojos en blanco al presenciar su estúpida sonrisa únicamente provocada por los costosos regalos por parte de TaeHyung, porque el vestido y zapatos que usaba ahora mismo también fueron un obsequio de él.

Preferí dejar a la ridícula pareja atrás, asqueado, justo antes de que comenzaran a besarse otra vez, y quise entrar al edificio con la esperanza de ver a Cleo June, aunque sea de lejos. Pero ahora era interceptado por HaNeul, que muy a diferencia de cómo YuRi recibió a mi amigo hace unos momentos, ella estaba cruzada de brazos con una expresión neutra.

—Viniste temprano. —trató de sonar indiferente, pero me era obvio que está molesta.

—No es asunto tuyo. —le digo y sin más prefiero irme para no lidear con ella. Pero nuevamente soy detenido por su voz.

—Me enteré de que Kim cantará con JiMin. —que HaNeul simplemente mencionara a Cleo June ya me generaba escalofríos por pensar en lo peor que era capaz de hacer— ¿Vienes por eso verdad? —escucho sus pasos caminar detrás de mí, acercándose— Vienes a verla.

¿Cómo sabía ella eso? Hasta donde tengo entendido Cleo June no se lo ha dicho a nadie más que a mí y a sus amigos, no andaría divulgando por el instituto algo como eso.

De todas formas, sea como sea, doy media vuelta para enfrentar a HaNeul, y mirándole a la cara hablo:

—Sí. Vengo a verla a ella. —digo sin pelos en la lengua y la veo apretar sus labios tratando de retener su ira. Y sin dejarla decir algo más para detenerme, prefiero caminar rápidamente dentro del instituto.

A mí no me interesaba nada. No me interesaba pasar tiempo con mis amigos, estar con HaNeul, bailar, o lo que sea. Yo solo vine aquí por una sola persona, y esa es Cleo June. No me interesa el baile ni estar en él, prefería estar lejos de las personas y solo estar presente cuando a ella le tocara cantar.

Y ahí estaba. En medio de un pasillo medianamente lejano a las grandes puertas del gimnasio donde se realizaría el baile, charlando casualmente junto a sus amigos.

No sé cuántos suspiros se me escaparon apenas la vi. Inconscientemente sonreí al verla lucir hermosamente ese vestido que ya ha utilizado antes, pero ella es tan única e impresionante que es como si fuera la primera vez que la viera utilizar tal prenda. Su cabello lacio, viéndose más largo de lo normal, le quedaba estupendo, aunque nada se comparaba con su alborotado natural.

Amo esa sonrisa.

La observo desde aquí, lo suficientemente lejos como para que no me notara, y sonreía junto a ella como si estuvieramos en la misma conversación. Pero mi fantasiosa felicidad terminó cuando Park se la llevó por el pasillo. Me exalto al darme cuenta que venían hacia este lado y rápidamente me doy media vuelta con tal de que no me reconociera, porque seguramente verme le arruinaría toda su preocupación. Mi corazón se acelera escuchando los pasos de sus tacones acercarse, y siento que puedo respirar cuando ambos me pasan de largo.

Mi mirada la sigue persiguiendo, resultandome hermoso incluso el apresurado movimiento de lo poco que lograba verse de sus piernas al caminar detrás de Park. Y más que celos, siento envidia, porque me encantaría estar en la situación de Park, ser su mejor amigo para que nuestra relación no haya tenido que ser tan complicada. Lo peor era saber que yo lo arruiné.

Cuando me considero lo suficientemente lejos, me arriesgo a ir detrás de ella, solo con tal de verla un poco más. Sigo sus adorables y torpes pasos sobre esos zapatos altos, la larga falda de su vestido menearse con cada paso que daba.

Caminar detrás de ella por lo menos me daba la ilusión de estar yendo a buscarla, como si todo hubiera terminado y por fin pudiera ir a abrazarla frente a todo el mundo. Pero finalmente de detengo cuando ella entra al que sabía es el salón de música.

Kim Cleo June

—Vaya, te ves bien, SeoHyun. —halagué honestamente viéndola lucir un elegante vestido rojo de hombros caídos, largo y algo acampando, aunque ajustado a su cintura, lo que le hacía lucir unas anchas caderas. Llegaba a la mitad de su pantorrilla, dejando ver sus altos zapatos de tacón.

Fue sorprendente para mí, porque conociendo a SeoHyun y luego de haber visto el vestido utilizado en su cumpleaños, creí que sería algo más llamativo e imponente. Pero el vestido era bastante simple, elegante pero sin detalles.

En respuesta a mis adulaciones, SeoHyun adoptó una pose que inclinaba sus caderas a un costado y colocaba una de sus manos en esta misma, viéndose como una verdadera modelo de pasarela.

—Lo sé, lo sé. Fue el que más me gustó. —sonrió sin una pizca de modestia.

—Mentira, es porque lo eligió HoSeok. —susurré, únicamente audible entre nosotras dos, y la empujé suavemente con mi brazo. Así la confiada postura de reina intocable descendió a una titilante sonrisa y los nervios de una adolescente enamorada. Toda la cara hizo juego con su vestido cuando volteó a ver a HoSeok, temerosa de que este me haya escuchado.

Miren a la diva caer ante un chico que le gusta dibujarse girasoles en las mejillas.

—¿Por qué tuvimos que venir antes?

—Para acompañar a tus amigos. —le replicó SunKo a su novio, molesta por su quejoso comportamiento.

—Son unos perdedores... —murmuró, recibiendo un pinchazo en sus costillas por las largas uñas de la pelinegra— ¡Ay, no me lástimes!

—YoonGi, tú también te vas a presentar. —me burlé de él de la misma forma, cruzándome de brazos.

—Pero no cantaré como un estúpido. ¡Ay, basta! —chilló ante otro pinchazo.

—El baile comienza en unos minutos, vamos a prepararnos, CJ. —dijo JiMin tomándome de la mano, pero como buena cobarde negada a sentirme ridícula me resistí quedándome como estaca en el mismo lugar.

—JiMin...

Por como suspiró ya se veía venir que convencerme por segunda vez iba a ser difícil.

—¿Te recuerdo que esto es porque tuve que ir a rescatarte de una carrera ilegal?

Okey, se había acabado la gentileza. Es verdad, se la debía.

Ahora era yo quien suspiraba rendida, dejándome llevar por él aún sosteniendome de la mano. JiMin parecía la típica mamá que arrastra a su hijo llorón por la calle. Así es, yo soy el niño llorón.

Llegando al salón de música ambos hicimos una reverencia para saludar a los pocos compañeros que estaban aquí, ya que seguramente estuvieron haciendo los arreglos desde mucho antes. Por ahora íbamos a dejar la guitarra aquí, ya que no seríamos los primeros en actuar, lo cual me daba una gran tranquilidad. Bah, "tranquilidad". Casi que me estaba hiperventilando. Y cuando ya no quedó absolutamente nadie más que nosotros dos, me permití entrar en pánico.

—¿¡JiMin, por qué!? ¡Ten piedad en mí, telo ruego! —supliqué con mis manos entrelazadas frente a mi pecho.

—No empieces, Cleo June. —dijo ya cansado de oírme correr detrás de él, chillando y lloriqueando.

—Pero Mochi...

—De no haber sido por mí, ¿sabes lo que pudo haberte pasado esa noche? —me señalo, volviendo a traer el tema que me dejaba contra la espada y la pared. Entonces nuevamente me dejab con la boca cerrada— Ven, vamos con los demás.

Su mano otra vez envolvía la mía, y yo solo me dejaba llevar por él otra vez. Caminábamos juntos por ese casi ya vacío pasillo.

—Oye, Mochi. —y recibí un apenas audible sonido desde su garganta para que prosiguiera— ¿Entonces tú participaste en esas carreras? —pregunto por mera curiosidad.

Fueron tan solo unos segundos de silencio. Apenas hice la pregunta sentí su mano apretar un poco la mía, lo que me hizo creer que era algo de lo que no quería hablar, así que estuve a punto de disculparme.

—Sí. Solo una vez, en realidad. —contestó antes de que siquiera yo volviera a abrir la boca.

—¿Y cómo te fue?

—Aún era un inexperto, fue estúpido de mi parte hacerlo. —habló un tanto resentido de recordar ese momento— Me tiraron de la motocicleta.

Oh, Dios. ¿Él también se cayó? Peor, lo tiraron. Como a mí.

—¿Fue muy grave? —hice notar mi preocupación, a pesar de tenerlo vivo y coleando aquí.

—No. Yo me negué por miedo a que se enteraran mis padres, pero finalmente YoonGi y TaeHyung me llevaron al hospital. Dijeron que la caída no golpeó gravemente ninguna parte de mi cuerpo. Solo fuern heridas superficiales. Pero me llevé el maldito susto de mi vida y nunca más quise participar.

Lo veo entendible. Después de lo que pasó con HaNeul y lo horrible que fue toda la transición de la caída, juro que jamás podría volver a conducir una motocicleta. Siento que el sentimiento de estar a punto de morir no desaparecería.

—¿Y tus padres?

—No se enteraron. TaeHyung pagó e hizo un escándalo en el hospital, y finalmente nos dejaron ir sin llamar a mis padres. —lo vi sonreír ligeramente ante el recuerdo— Ese chico es como una mujer histérica.

Lo dije antes y lo vuelvo a decir, Kim TaeHyung cae tan bien.

Jeon JungKook

No sé cuántas veces había suspirado por ella en lo que iba del día, y creo que sí se me podía considerar un loco cuando lo único que pasa por mi mente sigue siendo Kim Cleo June. Y es que su falta sí me vuelve loco.

Este día había sido más tortuoso de lo que creí. Pero soy un maldito masoquista con tal de verla aunque sea unos segundos, e incluso sería capaz de verla durante horas aunque eso significara seguir sintiendo el intenso dolor de ya no tenerla conmigo. Y en realidad eso era lo que estaba haciendo, mirarla a través de tantas fotos que afortunadamente siempre conservé en mi celular. Eran el único doloroso "consuelo" que tenía.

—No puede ser. ¿En serio aún no la superas? —escucho a mi lado. Instintivamente apago mi celular y mi ceño se frunce para mirar a YuRi, a quien ni siquiera había oído llegar a mi lado— Es patético que debas esconderte en los rincones solo para ver fotos de ella.

—¿Qué haces aquí? —pregunté ignorando por completo lo que acababa de decirme, pero a cambio solo recibí una perversa sonrisa sin dientes de su parte, aunque también noto cómo en su intento de arreglar su vestido solo sube más su falda— Si solo vienes a molestar, lárgate.

No podía creer cómo tenía la cara para hacer estas cosas cuando hace tan solo un rato recibió a TaeHyung con un beso y un abrazo. Me repugna.

—Pero, Kookie, eso debería preguntartelo yo a ti. Ni siquiera sabía que estabas aquí sinceramente, —agudizaba su voz de una forma que me resultaba molesta— creí que... estarías deteniendo a HaNeul.

¿HaNeul?

—¿De qué hablas ahora?

—Oh... es verdad. —soltó unas pequeñas risas— Ella ya no te cuenta sus planes contra Kim.

¿Contra Kim? No sé qué pretende, pero la misma HaNeul aceptó no hacerle nada a Cleo June. Este debía ser algún truco de esta arpía.

—No me hagas perder mi tiempo. —es lo único que digo, dispuesto a ignorarla e irme.

—¿Qué ganaría mintiendote con esto? —insiste ella yendo detrás de mí, oigo perfectamente sus tacones dar cada rápido paso queriendo alcanzarme— De todas formas tienes razón, solo perderías tu tiempo. Es decir, fue solo una deducción mía en realidad. HaNeul solo dijo... que la guitarra de Kim es muy importante.

Inmediatamente me detuve. Dejé de caminar y quedé parado como estatua en medio del pasillo, y tan solo segundos después ella también se detuvo a mis espaldas.

—¿Qué? —pregunté volteando mi cabeza.

—Ella se presentará hoy, ¿verdad? —me miró igual de sonriente que antes, aunque notaba un deje de burla también. Daba unis inquietantes aires de malicia— Probablemente solo le jugue una bromita.

¿HaNeul sabe lo que significa para Cleo June esa guitarra? Pero... ¿cómo? Ni siquiera yo lo sabía del todo. Lo único que Cleo June me había dado a entender es que pertenció a un amigo al que quiso mucho. Nunca entró en detalles, nunca me habló más a fondo de ese amigo o guitarra. ¿Entonces qué sabe HaNeul de ella como para querer hacerle algo?

De todas formas, no podía detenerme a pensar. Sea verdad o no, debía ir a detenerla. Pero ni siquiera llego a moverme de mi lugar cuando YuRi vuelve a interceptarme.

»Espera. No te vayas.

—Quítate. —le ordené y en conjunto con mi mano quise apartarla, pero ella se aferra de mi brazo— ¿Qué haces? Suéltame.

—¿Por qué eres así conmigo? Tú en serio me gustas.

Pero que malidta... descarada.

—¿De verdad me lo estás preguntando? —le reclamo molesto, y fácilmente quito mi brazo de entre sus manos— Eres... —ni siquiera me molesto en decirlo, porque no tenía sentido. Parecía que dijera lo que dijera jamás lo iba a entender.

Pretendo irme nuevamente, pero otra vez la tenía estorbando frente a mí, y de verdad me estaba aguantando por no soltarle un golpe.

—Incluso antes de Kim me ignorabas.

—Eres novia de mi mejor amigo y amiga de HaNeul. ¿Entiendes la clase de persona de mierda que eres?

—Todos lo somos, ¿qué importa? —parecía rogarme con la mirada. Pero no tenía sentido, esta tipa estaba mal de la cabeza y hablar con ella solo me hace perder tiempo.

Pero me toma por sorpresa cuando, repentinamente, casi que se abalanza sobre mí jalando del cuello de mi camisa. La veo acercar su rostro al mío, cerrando sus ojos, y me doy cuenta de que intenta besarme. Ya harto, cansado, asqueado y molesto por todo lo que esta maldita descarada ha hecho, ni siquiera me doy cuenta cuando mi mano abierta se levanta y golpea fuertemente una de sus mejilla, tirándola a ella a un lado.

Hasta a mí me sorprende tal acción de mi partes, porque fue totalmente involuntario, una pura reacción de reflejo. No tenía en mente golpearla, no me creería capaz de responder tan violentamente contra alguien que por lo menos en algún punto de mi vida sí fue mi amiga.

El rostro de YuRi se da vuelta, y mi mano se mantiene firme en el aire, satisfecha con aquél golpe, sin arrepentimiento o titubeo. Y lo cierto es que no había nada por lo que debiera culprme cuando ella trata a TaeHyung como esclavo y sin dudar sería capaz de engañarlo con cualquiera; cuando es capaz de traicionar a HaNeul que, en su momento, ella la había defendido incontables veces; y sobretodo cuando  irrumpió para arruinar mi declaración a Cleo June.

No. Definitivamente, no me arrepentía.

»Te vas a arrepentir, Jeon. —murmuró con su cara aún dada vuelta.

No tenía tiempo para perder, poco me importaba que estuviera bien o no, solo me concentré en correr con todas mis fuerzas por el pasillo hasta ese salón de música donde había visto a Cleo June hace un rato. Me imaginaba que la guitarra debía seguir ahí, ya que el baile apenas estaba dando comienzo y debían estarse preparando.

Rezaba con todas mis fuerzas que todo fueran mentiras de YuRi, que HaNeul no hubiera hecho nada. Y si lo hacía... Mierda, no sé qué era lo que podía pasar. Me negaba a lastimar otra vez a Cleo June.

No me llevó mucho tiempo llegar, casi que respiré con tranquilidad cuando llegué frente a la puerta del salón y lo vi vacío. O eso creí.

—Llegas justo a tiempo, JungKook. —escucho la reconocible voz de HaNeul y tiemblo en mi lugar.

La veo a ella en un lado del salón, cruzada de brazos y sonriente. Ella parecía incluso haberme estado esperando. Mi boca se abre para decir algo, pero no sale ni un ruido cuando HaNeul se mueve de su lugar a un costado, dejándome ver que detrás de ella... se encontraba esas maderas rotas. La guitarra de Cleo June...

Mis ojos se abren de par en par al ver el irreconocible instrumento de lo destrozado que estaba, mientras me acercaba lentamente a él. Mi mandíbula temblaba con cada paso que daba, asustado y aterrado de lo que veía, porque mientras más me acercaba más confirmaba que sí se trataba de su guitarra.

Y aunque hubiera sido poco lo que Cleo June me contó sobre ella, la tristeza de su voz y la nostalgia de su mirada me había dicho todo acerca de lo que sentía y significaba ese instrumento. El valor sentimental era indiscutible, supiera o no la historia detrás de él. Y Cleo June es muy sentimental, más de lo que a ella le gustaría. Llora más de lo que cualquiera creería y ama con intensidad. Entonces sabía perfectamente la catástrofe que esto podría significar para ella.

—¿Qué hiciste? —murmuro sin quitar mi mirada de la destrozada guitarra, estando ya frente de ella. Lentamente me arrodillo con una pierna en el piso, viendo las cuerdas reventadas, partes desprendidas, y las maderas partidas. Esto era irreparable— ¿¡Por qué hiciste eso!? —grité enfadado, levantando la cabeza para mirarla.

—Esto era algo que ella me debía. Ahora estamos a mano. —se encogió de hombros como si nada, sin importarle lo grave que fuera esto para mí.

—Mierda, HaNeul. —maldije a lo bajo mientras me ponía de pie para estar frente a frente con ella, ambos molestos con el otro— Ya terminé con ella, hice lo que querías. Me prometiste que a ella la dejarías en paz.

—¿Acaso piensas que no le voy a cobrar lo que me ha hecho pasar a mí? —sonrió de costado— No te confundas, JungKook. Yo te prometí que no le tocaría ni un pelo, y no lo hice. —dijo con fingida inocencia.

—¿Tienes idea de cuánto significa esta guitarra para ella? —señalé el instrumento arruinado.

—Lo sé perfectamente. Por eso lo hago. La lastimo tanto como ella a mí.

Irritado por lo imposible que era hacerle entender la situación, llevé mis manos a la cabeza, jalando mis cabellos con desesperación. Sentía un enorme nudo en el pecho que quería explotar de forma muy violenta.

—Estás... Eres...

—¿Qué, JungKook? ¿Qué soy? —levantó su mentón retadora— ¿Soy yo quien se burló de ti metiéndome con la persona que más detestas?

—El problema soy yo, HaNeul. Yo te fallé y yo me equivoqué. No tienes por qué desquitarte con Cleo June. —alcé un poco la voz sin poder contener la ira, alarmado por saber que era cuestión de muy poco tiempo para que Cleo June viera lo que acababa de pasar.

—¿No tengo que desquitarme con la perra que vino a robarme a mi novio? Desde que llegó lo estaba intentando, hasta que por fin te convenció de ir tras ella. —rechistó— Esa cualquiera no se merece ningún perdón.

—¿Te recuerdo que tú incluso intentaste matarla? Pero yo me enamoré de ella. —recalqué, queriendo hacerle entender por milésima vez que con quien debía desquitarse era yo.

—Pues ya se acabó su "cuentito" de amor. —dijo haciendo comillas con sus dedos— Le di lo que se merecía sin tocarle un solo pelo. Fin.

—¿Qué hacen ustedes aquí?

Mi cuerpo se congeló. Sentí mi sangre helarse hasta que un frío erizó toda mi piel apenas oí la voz de Park provenir de puerta. La sonrisa malintencionada de HaNeul se dejó ver, alzándome ambas cejas con diversión.

Lentamente volteé con temor, viéndola a ella detras de la seria y molesta expresión de Park. Cleo June se asomaba por sobre su hombro, y sus ojos se hicieron más grandes al verme, con ese característico brillo que siempre me regaló su mirada. Y lo que más temía en estos momentos era ver esos hermosos ojos inunados en lágrimas.

»Les hice una pregunta. —dijo él con brusquedad, ingresando completamente dentro del salón— Ustedes no deberían estar aquí.

—No seas aguafiestas, Park. —respondió HaNeul con un deje de diversión, siendo quien ansiaba a que Cleo June se acercara a ver el desastre en el que había transformado a su guitarra.

Por mi parte, mientras Park y HaNeul se maldecían con sus miradas, yo no podía quitar la mía aterrada de Cleo June. Ella avanzaba junto a Park, pero se mantenía detrás de él. O más bien era Park quien la cubría con su cuerpo. Después de la pelea ocurrida con HaNeul no iba a querer que Cleo June se acercara a ella ni a mí.

Ella también me observaba, tanto que aún no se había percatado de nada, pero por mí mirada ya debía estar percibiendo que algo no estaba bien.

—Lárguense. —nos ordenó Park a ambos, aunque mirando específicamente a HaNeul.

—Oh, no. ¿Cómo vamos a irnos si nuestra queridísima Kim —pronunció bruscamente su nombre, haciendo una pausa para sonreírle con malicia— aún no vio la remodelación de su guitarra?

—¿Qué? —dijo ella desconcertada, moviendo su mirada inmediatamente de mí a HaNeul.

—Vamos, Jeon. Quítate del camino. —entonces ella me empuja, haciéndome a un lado del camino para dejar ver perfectamente el desastre hecho por ella.

Los ojos de Cleo June descienden y se clavan bien abiertos sobre su guitarra ya sin forma. Sus labios se entreabren asombrados cuando asimila cada parte destrozada de tal objeto.

Park estaba igual de asombrado que ella, aunque su ceño se fruncía ligeramente.

—¿Esa... esa es mi guitarra? —tembló su voz.

—Kookie y yo le dimos algunos arreglos, ¿te gusta? —sonrió falsamente para volver a recibir la mirada quebrada de Cleo June sobre ella, y luego sobre mí.

Mordí mi lengua cuando oigo a HaNeul arrastrame junto a ella, y me quedo sin palabras al tener la decepcionada y triste mirada de Cleo June puesta en mí. Pero no podía; no podía dejarla creer algo como eso.

—No. No, Cleo June...

—No seas modesto, cariño. —me interrumpe HaNeul— Bueno, después de esto, Kook, ya estás completamente perdonado.

No dejo de observarla, y a medida que HaNeul habla, los ojos de Cleo June se vuelven más rojos y cristalinos, como si estuvieran a punto de romperse. Y así fue. De un simple parpadeo, lágrimas comenzare a caer de sus ojos, mientras yo le negaba repetidas veces con mi cabeza.

—Cleo... —doy un paso para acercarme a ella, queriendo explicarle lo sucedido, aclarar la mentira de HaNeul. Pero vuelvo a ser interrumpido, esta vez por Park. Él no me deja acercarme, tomándome violentamente del cuello de mi saco.

—¡Imbécil! —y apenas gritó eso delante de mi cara, soltó un golpe con sus nudillos en esta— ¡Eres un infeliz!

Me importa poco el intenso dolor en mi pómulo, me reincorporo rápidamente con toda la intención de ir por ella otra vez.

—¡Sueltame, Park! —grito desesperado, furioso por ser detenido una y otra vez cuando todo lo que quería era ir con ella, y solo me alteraba más verla llorar, con sus mejillar rojas empapadas en lágrimas.

—¿¡Qué mierda ganas lastimandola!? —volvió a soltarme otro golpe.

Esto ya me tenía cansado, así que no dudé en devolverle yo un golpe en la cara con tal de que se apartara de mí, pero él se aferraba a mi ropa y con su cuerpo seguía empujándome hacia atrás para alejarme de Cleo June.

—¡No te metas! —lo empujé esta vez yo a él.

—¡JiMin...! —escucho la quebrada voz de Cleo June alzarse, pero yo estaba más concentrado en sacarme a Park de encima.

—¡Te juro que te voy a matar, Jeon JungKook!

Era una ida y vueltas de golpes entre Park y yo, un constante forcejeo del que ninguno de los dos quería ceder. Yo solo quería ir con ella, pero al contrario Park quería alejarme. Y aunque era verdad que sus motivos tenían sentido, yo quería por lo menos tener la oportunidad de explicárselo.

—¡JiMin! JiMin, basta. —dice ella acercándose a nosotros para separarnos. Estaba tan cerca que yo solo debía aparatar a Park, sea como sea, para abrazarla y explicar la situación. Entonces pretendo darle el último golpe a este imbécil— No tienes que..

Pero tras lanzar tan violentamente mi puño como yo consideré suficientemente fuerte para quitarme a Park de encima, ambos quedamos quietos y con los ojos bien abiertos cuando el cuerpo que cae desplomado al suelo es el de Cleo June. Yo quedo pasmado y mi puño tiembla en el lugar cuando me doy cuenta de que este había impactado erróneamente en ella.

Cleo June se cubre la cara con amabas manos con la cabeza baja, y me alarma aún más ver pequeñas gotas de ese intenso color rojo salpicar en el suelo.

—¡Mira lo que haces, idiota! —recibo un último empujón por parte de Park al que mi cuerpo no opone ninguna resistencia, logrando moverme de mi lugar, y se acerca rápidamente a ella— Cleo June. CJ, ¿estás bien? Mírame. —dice, provocando que ella levantara su rojiza mirada.

—JiMin... —masuculla adolorida.

Entonces Park toma sus muñecas para apartarlas de su rostro, y me petrifico con la sangre de Cleo June salindo abundante por su nariz. Corre por sus labios y mentón, callendo ahora en la falda de su vestido negro.

Miro mi mano aterrado, sabiendo que esta había sido la responsable de tal atrocidad. Había golpeado accidentalmente a Cleo June, pero con una fuerza tan abrumadora que me hacía temer haberle roto la nariz.

Volví a lastimarla.

—Mierda... —maldice Park, quitándose el saco de su traje para limpiar y cubrirle la sangre— Debemos ir al baño, CJ.

Ella asiente un poco aturdida y con ayuda de Park logra ponerse de pie. La fugaz mirada que me dedica, fue efímera pero me rompió de miles formas distintas por dentro. La decepción, la tristeza y el dolor que le provoqué estaban reflejados en ella.

La sigo con la mirada mientras Park se la lleva, y es entonces que me doy cuenta de la cantidad de personas presentes en la puerta habiendo presenciado todo lo que debió ser para ellos un show.

«Jeon Jungkook le rompió la nariz a Kim Cleo June», comenzaron a murmurar muchos.

Y yo me quedé aquí parado como un idiota, viendo como la figura de Cleo June desaparecía por la puerta y entre algunos estudiantes que hablaban sin vergüenza de ella, diciendo estupideces e insinuando que ella había perdido la pelea, como si eso fuera lo más importante cuando va caminando desorientadamente y perdiendo sangre por su nariz.

—Vaya... Mi intención era solo exponerla frente a todos mientras llora como una mocosa. —comentó tranquilamente HaNeul, esbozando una pequeña sonrisa— Pero esto es mucho mejor.

Park JiMin

—¿Así que otra pelea, eh? —habló tranquilamente el director, aunque no podía ocultar del todo la molestia en su tono, teniéndonos a los cuatro sentados frente a él y su escritorio— ¿No dirán nada? Déjenme adivinar, Kim Cleo June y Jeon JungKook volvieron a hacer de las suyas. Aunque superaron mis espectativas haciendo un escándalo en un baile escolar.

Mi mirada que estaba clavada en el piso se elevó a mi izquierda, donde estaba Cleo June sentada y con la mirada perdida a cualquier parte del piso. Afortunadamente la nariz le había dejado de sangrar y no se lesionó de alguna forma grave, pero de todas formas llevaba una bolsa de hielo en esta.

—En realidad...

—Sí. —habló Cleo June sin permitirme aclarar el malentendido— Jeon y So rompieron mi guitarra... y me enojé.

¿En serio iba a echarse la culpa por mí?

—¿Ustedes hicieron eso? —se dirigió el director a esos dos que estaban a mi derecha.

—Era solo una broma. —HaNeul se encogió de hombros, y mi mandíbula se tensó al ver esa actitud de mierda de su parte.

—¿Qué clase de broma es romper cosas ajenas, idiota? —soltó Cleo June de repente, dirigiéndose agresivamente a la otra mujer en la habitación. En respuesta, HaNeul puso sus ojos en blanco como si aquel reclamo le pareciera una mera molestia.

—Joven Kim. —intervino el director para calmarla— Eso no es una broma, joven So, es destrucción de propiedad privada.

—Mis padres pueden pagar el arreglo.

—No quiero ni me interesa tu dinero.

—Pues entonces no te pago nada y deja de chillar.

—Por lo que me enteré, —volvió a irrumpir la discusión de amabas chicas para evitar que pasara a mayores— usted no participó en la pelea. Y usted la golpeó. —señaló a HaNeul y luego a JungKook.

—Fue un accidente...

—¿Por accidente casi le rompes la nariz a la chica con la que ya has peleado otra dos veces? —preguntó con incredulidad, a lo que Jeon solo hizo silencio— Y por lo que tengo entendido, el joven Park estaba en medio también.

Miré fugazmente a Cleo June, quien no parecía querer levantar su mirada. Y no, no estaba dispuesto a dejar que ella se echase la culpa. Yo había perdido el conrol, no pude resistirme y me avalancé hacia JungKook.

—No. En realidad yo fui quien...

—JiMin solo intentó separarnos. —Cleo June volvía a interrumpirme— No tuvo nada que ver.

Y para cuando vuelvo a girar a verla para reclamarle con mi mirada, veo como ella, por primera vez mirándome en todo este momento, solo me pedía guardar silencio.

—Es decepcionante. Iba muy bien, joven Kim. —y tras esas palabras, Cleo June baja otra vez su cabeza— Bien. Veredicto final. So HaNeul, solo está suspendida del baile escolar. Jeon JungKook y Kim Cleo June están suspendidos del baile escolar, el viaje de vacaciones y harán un mes de servicio comunitario durante las vacaciones.

Debe ser una broma.

—¿Servicio comunitario? —preguntó JungKook.

—Dije que si volvían aquí serían suspendidos, pero ahora no hay clases que suspender. Es su forma de compensar los problemas que han causado, sobretodo con un escándalo que arruina el baile a sus demás compañeros.

—No es justo, HaNeul rompió la guitarra. —la señalé.

—Supéralo, Park.

—Creo que eso ya es algo que la joven Kim y So deben arreglar. Por lo menos usted está limpio, joven Park. Ahora llamaré a sus padres para... ¡Señorita Kim! —alzó la voz cuando repentinamente Cleo June se levantó de su asiento y, sin obedecer a los llamados del director, solo salió por la puerta.

Rápidamente yo fui detrás de ella, ignorando igualmente al director. Afortunadamente los pasillos estaban vacíos porque habían obligado a los demás estudiantes a regresar al baile mientras que nosotros atendiamos este asunto con el director. Los únicos que estaban aquí eran nuestros amigos y los de Jeon.

—¡CJ...! —el intento de abrazo de EunRin quedó en el aire cuando Cleo June simplemente la pasó de largo, yendo a toda prisa por el pasillo.

—¡Cleo June! —grité corriendo detrás de ella, y mientras más me acercaba me daba cuenta de que estaba llorando otra vez, porque oía agudos sollozos— Cleo... —digo bajando la voz cuando consigo alcanzarla y la sostengo del brazo, obligándola a detenerse.

Ella queda de espaldas a mí, no parece querer mirarme, solo puedo oírla sorber su nariz repetidas veces. Verla en este estado... me hacía mal de muchas maneras.

—Déjame sola... —murmura con la voz quebrada y, fácilmente, se deshace de mi agarre para continuar su camino sola.

—¿La dejarás ir así, perdedor? —escucho de mis espaldas la voz grave y altanera de YoonGi, quien se acercaba junto al resto de los chicos.

—¿Y qué quieres que haga? Quiere estar sola.

—A ver si usas un poco esa cabezota que tienes, Park. —golpeó con su dedo índice mi frente— Cuando una mujer llorando te dice que quiere estar sola, lo que quiere es que alguien vaya corriendo y la abrace. Ese alguien deberías ser tú, tarado.

—No pudo creer que voy a decir esto, per YoonGi tiene razón. Acaba de pasar algo muy fuerte para ella. Necesita a alguien. —alentó SunKo.

¿Eso es lo que quiere Cleo June ahora? Ya no estamos hablando solo de JungKook, sinó de su guitarra, el recuerdo de una de las personas que más amó en su vida. ¿Qué iba a hacer yo al respecto? En comparación a esa guitarra y ese chico, yo no era la gran cosa en su vida.

¿Iba a hacer algún cambio si iba con ella?

«Habían momentos en los que necesitaba a mi mejor amigo, pero tú estabas enojado. Y solo quería que me sonrieras como siempre» —inmediatamente recordé aquellas palabras que me dijo aquél día en el que nos reconciliamos, aferrada a mí en un abrazo mientras lloraba.

Supongo que ella misma lo dijo, soy su mejor amigo, y eso significa estar a su lado en todo momento.

—Denme un momento. —digo haciéndolos a un lado, sin detenerme a contestar sus preguntas, y corriendo por el pasillo a esa sala de música.

Su guitarra debía seguir ahí. Por más rota que estuvira, era su guitarra y no debía quedar aquí tirada como basura. Iba a llevársela de regreso.

Cuando vuelvo a ver ese instrumento destrozado muerdo mi lengua para controlar la ira que volvía a sentir en todo mi cuerpo. No sé qué mierda le habían hecho, probablemente de todo, pero evidentemente la intención era que no pudiera repararse.

Voy por su estuche y lo coloco junto a las ruinas de la guitarra. Como pude es que coloqué cada parte donde se supone que debería ir.

Partieron el mástil y aparentemente, e seguro, patearon la guitarra con tal de abrirla de esa forma.

Qué hijos de puta.

—No sabía que tu noviecita era tan llorona.

Y hablando de innombrables...

Oír esa voz ya me era suficiente para estresarme, lo menos que quería era lidear con ella.

Ya cuando cada parte de la guitarra había sido guardada, cerré el estuche y tomé la correa de este, girándome ahora para ver la indeseable presencia sonriente de HaNeul.

Y pensar que alguna vez ella fue alguien en mi vida.

—Eres cada vez peor... Cada vez más insoportable y repulsiva.

—¿Qué le pasa a la gente de ahora? —rió de costado acercándose lentamente a mí— ¿Kim es una santa luego de meterse con mi novio? Es una zorra que después de revolcarse un poquito contigo va con otro. ¿Eso no es repulsivo?

—No hables de ella como si la conocieras.

HaNeul resopló cruzándose de brazos, mientras su mirada me recorría con indiferencia de arriba hacia abajo.

—No puedo creer que la defiendas cuando estuvo jugando contigo. La estúpida se lo merecía.

—¿Cómo mierda sabías de la guitarra?. —dije entre dientes tratando de calmar mi ira. Aunque sea una persona tan detestable como HaNeul, tampoco quería volver a descontrolarme.

—¿No es obvio? —torció su cabeza— JungKook me lo dijo. Estaba muy molesta con él, pero me comentó de la guitarra y hasta se ofreció a ayudarme con tal de perdonarlo.

Maldito infeliz. ¿Qué mierda pasaba por mi mente ese día? Debí romerle la cara y obligarlo a alejarse de Cleo June.

Aunque por otro lado estaba esta maldita obsesiva que no para de ir tras Cleo June solo para molestarla y lastimarla de la forma que sea. Después de todo HaNeul y JungKook son tal para cual, un par de hijos de puta sin sentimientos.

Y es que esto me fastidiaba. Porque para HaNeul será un juego, y sí odia a Cleo June lo suficiente como para importarle nada sus sentimientos, pero en serio no tiene idea de lo que significaba todo esto. Bueno, sí lo sabía, después de todo JungKook se lo dije. Por alguna razón me seguía asombando la insensibilidad de esta mujer, como si no conociera tan bien como el resto de sus imbéciles amigos las cosas desagradables que es capaz de hacer. Pero era frustrante pensar en estas cosas y que le sucedan a una persona como Cleo June, quien no se merece tener a HaNeul prácticamente detrás de ella esperando cualquier oportunidad para incluso intentar matarla.

Ya estaba harto de ella. Había abandonado ese grupo, por un lado porque ya no quería verle más la cara específicamente a ella, y ahora resulta que debía seguir soportandola.

—¿Qué no te cansas de fastidiar?

—Vamos, Jimin. —rodó sus ojos— ¿Por qué te pones así? No seas llorón también.

Bajé la cabeza, escapándoseme una risa seca, sin gracia, decepcionado una vez más de lo que era la chica de la en algún momento me enamoré. Y lo peor era saber que no había cambiado, así de repugnante como la veo ahora, en ese momento la veía tan diferente.

Y entonces levanté la mirada para volver a mirarla, viendo que de su rostro no desaparecía aquella sonrisita.

—En serio, HaNeul. ¿Qué tan miserable es tu vida como para que sigas siendo la misma mierda de siempre? —le dije en aquél tono baje, tan gélido, que nunca acostumbro a utilizar. Pero esta vez mis palabras sí parecieron afectarle, puesto a que esa sonrisa se tensó en una mala mueca, aunque trataba de no perder esa postura despreocupada y burlona.

—¿Tú qué sabes de mi vida?

—Lo suficiente para saber la persona desagradable que eres. —y entonces, definitivamente, dejó de reír. Su cara se había transformado a una, aunque más inexpresiva, era evidentemente molesta— No puedo creer que puedan existir personas tan horribles y detestables como tú. Mientes, engañas, manipulas, lastimas, haces de todo por cual sea el capricho que quieres y te importan muy poco los demás.

—Pues bien que me quisiste siendo así de detestable y horrible como dices que soy. —dijo retadoramente, mientras se acercaba para pararse frente a mí. Y cuando lo tuve delante, no pude hacer más que negar con mi cabeza por la persona que seguía siendo hoy en día.

—Y no sabes cuanto me arrepiento. ¿O te olvidaste de lo que me hiciste...?

—Cállate, —me interrumpió antes de que lo dijera— no sabes nada de mí.

—Ya ni me interesa saberlo. ¿Sabes por qué? —di un paso más, acercándome intimidante a ella, que por su lado, solo se mantuvo callada— Porque amo a Kim Cleo June. Ella es una mujer que sí vale la pena y no dejaré que alguien tan asquerosa como tú intente lastimarla, ese es mi límite. —dije directamente en su cara, y vi temblar ligeramente su labio inferior que a penas lograba esbozar otra de sus provocadoras risas.

—Si, claro. Solo intentas olvidarme con ella. —intentó atacar, pero eso no le funcionaría.

—¿Acaso te viste a ti y a JungKook? —le mencioné, sabiendo tanto ella como yo aue detrás de esa relación nada era real— Te borré hace mucho HaNeul, y no me tomó nada. Solo eres parte de la peor mierda de mi pasado y ahí te quedarás. —solté bruscamente esto último, con toda la intención de que tanto mis palabras como actitud la lastimaran.

La expresión de su cara lo decía todo, aunque lo intentara, no podía, mis palabras sí la afectaban y ya ni siquiera parecía tener algo más para contraatacar. Me di media vuelta para irme, pero cuando doy el primer paso ella impidió mi avance colocando una mano en mi brazo.

—N-no es verdad... —su voz era temblorosas al igual que el par de manos que se posaban en mi brazo— Dime que no es verdad. Ella no te gusta.

—¿Y te importa siquiera? No seas hipócrita, solo quieres una razón para llorar y ser la víctima. —la tomé de su muñeca y la aparté de mí bruscamente.

No iba a seguir retrasandome por ella, debía ir con Cleo June. En el camino le había mandado varios mensajes, pero ninguno había sido respondido, lo que me hacía preocuparme cada vez más por ella.

—¿JiMin? —me recibe su madre un tanto preocupada, y noto como limpia disimuladamente sus ojos como si hace tan solo unos momentos hubiera estado llorando. Ya deducía porqué— ¿Estás aquí por Cleo?, ¿sabes qué le pasó? —pregunta desesperadamente, haciendose a un lado para permitirme pasar.

Inclino mi cabeza con respeto cuando entro a su casa, encontrándome con el padre de Cleo June en la misma situación que su madre.

—¿Qué le pasó a mi hija? Llamaron del instituto para decir que hubo una pelea con JungKook.

Por cómo se refirió a él me hace pensar que ya lo conocen, ¿pero en qué sentido?, ¿como amigo o novio de Cleo June?

Tengo a ambos mirándome, esperando a recibir urgentemente respuestas de mi parte. Y supongo que como padres de Cleo June deberían saberlo, así que sin decir una sola palabra preferí dejar que ellos mismos lo vieran, y abrí el estuche de la guitarra frente a ambos.

—¿Esa es...? —murmura la señora Kim, para luego llevar una de sus manos a que cubriera su boca asombrada.

—Por culpa de JungKook rompieron la guitarra de CJ. Comencé a pelear con él, pero ella intentó separarnos y... un golpe de JungKook le dio a ella. —expliqué resumidamente.

—¿JungKook? Pero JungKook... Él no...

Las lágrimas de la señora Kim estaban a punto de caer mientras negaba repetidas veces con la cabeza lo que acababa de escuchar.

—Con su permiso, —volví a inclinarme frente a ambos— iré a hablar con ella.

Kim Cleo June

—¿Cleo June? —escucho a mamá acercándose desde la sala— Oye, me llamaron de instituto y me dijeron que peleaste con JungKook y que tuviste una hemorragia... ¿¡Cleo June!?

Mamá me llamaba desde abajo mientras yo iba a toda prisa a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí y colocándole la traba para que nadie entrara. Entonces, cuando me siento en el vacío de mi habitación, vuelvo a retomar mis lágrimas. Comienzo a llorar como si no lo hubiera hecho en todo el día. No me callo ni me silencio con nada, dejo que los desgarradores y profundos ruidos de mi garganta se escuchen incluso al otro lado de la puerta. Ignoro incluso los golpes y llamados de mis padres del otro lado. Solo quiero llorar.

La densas lágrimas caían por montones en mis mejillas, y por más de que las limpiaba con mis manos una y otra vez, volvían a empaparse. Me sentía patética parada en medio de mi habitación, llorando como si fuera lo único que podía hacer. Lo peor es que sí lo era. Solo podía mirar al piso y llorar por haber sido tan idiotamente irresponsable.

Aún me dolía la nariz, los pies también por haberme venido todo el camino descalza, pero nada se comparaba al enorme dolor de mi pecho que se extendía hasta formar un nudo en la garganta que, por más que lloarara, dolía más y más.

Y es que no podía creerlo. No podía creer que JungKook ayudara a HaNeul con algo como eso solo por querer dejar las cosas bien entre ellos dos. Y esta vez no creía en ninguna otra explicación, porque, ¿de qué otra forma se habría enterado HaNeul? Después de todo, ¿ahora por qué le importaría si me lastima o no? Él ya había elegido quedarse con HaNeul, daba igual que entre nosotros todo estuviera bien o mal. De seguro pensó, «No es tan importante, solo un viejo regalo», sin tener idea de todo lo que era esa guitarra para mí.

Siento a los músculos de mi abdomen y brazos temblar, y en un inútil intento de descargar mi ira, lanzo los zapatos altos que llevé durante todo el camino en mi mano a cualquier lado de la habitación. Pero claro que eso no servía de nada, no arreglaba nada. Podía romper mil cosas en esta habitación, pero nada iba a reparar esa guitarra.

Maldición... Dane, lo siento tanto...

Era una combinación de frustración, ira, y una enorme y abrumadora tristeza. Le había fallado a una persona que me entregó todo de sí. Cuidar esa guitarra era lo único que tenía que hacer, se lo prometí por todo el amor que él me había dado y que yo le había dado a él. Y con esa guitarra hecha pedazos... reduje todo eso a nada.

Y no, Dane había sido demasiado para mí. Por mucho que lo hubiera superado, ese hombre nunca iba a salir de mi corazón por todas las cosas hermosas que me enseñó e hizo por mí. Fue un milagro en mi vida, a diferencia de mí; yo solo le había traído problemas, molestias, y más problemas. Dane no sacaba nada bueno de estar con alguien como yo, una inútil que solo golpeaba a la gente para sentirse importante. Dane me dio tantas cosas buenas porque realmente me amaba, él quería verme bien; no quería que mi autoestima dependiera de qué tanto podía destrozar el cuerpo de una persona a puños. Yo era una mierda, y un chico como él estuvo dispuesto a amarme, incluso después de muerto tenía pretendido hacerlo, por eso me dio su guitarra. Y yo permití que todo eso simplemente se destrozara.

¿Y ahora qué se supone que haga? No puedo arreglarlo. ¿Cómo me disculpo?, ¿tiene sentido hacerlo? ¿Él me perdonaría? ¿Está molesto conmigo?

Qué frustrante. No hice nada por él cuando estaba vivo, y ahora incluso después de muerto... tampoco.

Mi mano se aferra a mi pecho adolorido, rasguñandolo con mis uñas, y sintiendo como estas queman en una línea recta mi piel, queriendo calamar desesperadamente ese dolor. Pero dolía tanto que ni siquiera podía mantenerme correctamente de pie, mi cuerpo se encorbaba y flexionaba como si se tratara del agudo dolor de un filo que se clava lentamente en mí, llorando desconsoladamente mientras aún sostenía mi pecho. De mi garganta salían desgarradores jadeos que demostraban a cualquiera tal estado de sufrimiento.

Sigo oyendo los golpes en mi puerta, mi nombre ser llamado una y otra vez, y debo taparme los oídos para evitar que ello se siga sintiendo como un aturdido eco dentro de mi cabeza.

—¡Vete! —grité con todas mis fuerzas, llegando a raspar mi voz, dándome igual que fueran mis padres y lo preocupados que debían estar por mí— ¡Vete, quiero estar sola! ¡Déjame sola!

Entonces todos aquellos llamados se detienen, y mis gritos también. Solo soy capaz de oír mi densa respiración, profunda por cada bocanada de aire que daba.

—Cleo, —escuchar la inesperada voz de JiMin del otro lado sí me deja desconcertada unos segundos, por lo que me mantengo en silencio. Pero mi postura seguía siendo la misma, quería aislarme de todos para que me dejaran al menos sufrir en paz, e incluso estaba a punto de echarlo de mi casa, pero él se me adelanta— traigo tu guitarra.

Incluso mi respiración se detuvo.

¿Fui capaz de dejar la guitarra ahí? Estaba tan desesperada por huír que lo olvidé por completo.

¿Podía aún llamarse guitarra de lo despedazada que estaba?

Mierda. Solo recordarlo intensificaba todo mi malestar físico y emocional.

Me quedé unos segundos en silencio, inmóvil frente a la puerta, sabiendo que no quería ver otra vez es guitarra rota, pero tampoco podía simplemente desecharla. Esa guitarra todavía era una parte de Dane, una rota parte de Dane.

Mi mano tembló mientras se acercaba lentamente abla puerta, quitando primero la seguridad y luego posandose en el pestillo. Trataba de respirar y relajarme, mentalizarme para cuando volviera a verla, sentirme más preparada. Pero apenas abrí la puerta y vi el estuche cerrado que tenía JiMin en sus manos, viendo la figura de la guitarra dentro de él, mis ojos, torpemente ilusionados con lo que parecía verse como la guitarra intacta.

«¿JiMin la reparó tan rápido? ¿No estaba tan rota como creí? ¿Fue una broma y mi guitarra nunca fue destrozada?», esas preguntas no paraban de rondar por mi mente mientras mis manos titubeantes se acercaban a ese estuche. Apenas lo toqué, ahí mismo donde estaba, se lo arrebate a JiMin y me tiré al suelo para abrirlo, desesperada por ver el instrumento intacto. Pero todo pareció una mala broma cuando vi que solo se trataba de las partes acomodadas como algún tipo de rompecabezas.

Mis ilusiones que se elevaron al cielo en un solo segundo, se desplomaron igual de rápido con la decepcionante vista, y con ellas mis lágrimas. Muerdo mi labio inferior mientras no dejo de mirarla, sorbiendo mi nariz como una estúpida niña llorona, arrodillada desastrosamente en el suelo, y vuelvo a llorar tan intensamente como antes al abrazar patéticamente a ese estuche con solo pedazos rotos. Lloro y lo abrazo con un desgarrador jadeo doloroso, sintiendo otra vez la angustia y desesperación comerme el pecho.

—Cleo June... —oigo decir a JiMin, con su voz tierna y suave, colocándose en cuclillas frente a mí.

En respuesta solo abro mis ojos, que ardían tanto que debían estar rojos junto a todo el resto de mi cara, pero no suelto en ningún momento el estuche de entre mis brazos. Y lo miro; miro a JiMin en busca de soluciones, esperando a que lo que sea que me fuese a decir arreglara mi destruida guitarra. Pero la forma en la que él apreta sus labios me hace saber que se quedó sin palabras.

—JiMin... —le ruego en un agudo hilo de voz— JiMin... ¿qué hago? Me dijo que la cuidara.

—Lo siento, CJ. —su mano viaja a mi cabeza, dando pequeñas caricias en mi cabello— No sé qué decirte. Sé que te duele mucho.

—Era lo que me quedaba de él... —sollocé entrecortadamente, abrazándome más al instrumento— Era lo que me quedaba de Dane... ¿Cómo se lo digo? Él amaba esta guitarra... Tenía que cuidarla.

La triste mirada de JiMin sigue sobre mí, y veo que se cristaliza a cada segundo que me ve derramar lágrima tras lágrima, llorando y soltando cada lametosa palabra. Y JiMin sigue sin ser capaz de decirme algo. Solo termina de apoyar sus rodillas en el piso para envolverme en un abrazo, mientras mi llanto no cesaba y me aferraba inútilmente a la guitarra. Pero JiMin me contuvo entre sus brazos, permitiéndome llorar sobre su pecho, sin importarle que yo ni siquiera pudiese corresponderle el abrazo.

—Lo lameto, Cleo June... Perdón... —me susurraba, aunque no fuera él quien tuviera que disculparse.

Jeon JungKook

—¿Qué crees que estás haciendo, imbécil?

Levanto mi mirada del suelo solo para encontrarme a TaeHyung parado frente a mí, con sus brazos cruzados y mirándome desde arriba cómo estaba yo aquí, sentado y patéticamente derrotado en el suelo en algún rincón del instituto, sin tener idea de cómo me encontró. Por su mirada y tono de voz sabía que no vino a darme una cálida compañía ni mucho menos. Estaba enojado.

—No estoy de humor, TaeHyung. —digo volviendo a bajar mi rojiza mirada al suelo, muy probablemente a punto de llorar otra vez.

—¿No estás de humor? —dijo y soltó una amarga risa— Yo no estoy de humor para tus mariconeras. ¿Te vas a quedar ahí sentado lamentándote en vez de ir por ella?

Claro que para él es fácil decirlo, porque él no entiende lo que significó todo esto para Cleo June. Y repito, yo tampoco lo sé, y eso lo hace simplemente peor. Lo único que tenía por seguro es que no solo se destrozó la guitarra, sinó que a Cleo June también.

Era solo repetir en mi mente todo lo que había pasado, desde que vi la guitarra rota, Cleo June llorando, y después ella en el piso sangrando por un golpe que yo di. ¿Cómo mierda me tomo el atrevimiento de ir tras ella con toda esa secuencia?

—¿Eres consciente de que la golpeé en la cara?

—¿Eres consciente de que todo lo que está pasando es tu culpa? —respondió bruscamente, haciéndome levantar la cabeza y mirarlo molesto, porque lo que menos necesitaba es que jodiera señalándome con el dedo— No me mires así. Tú estuviste con las dos al mismo tiempo, sea con malas intenciones o no. Así como tuviste la cara de sonreírle a una luego de estar con otra, deberías tener la cara para ir a su casa, disculparte como se debe, y explicarle las cosas.

—No tienes idea de lo que significaba esa guitarra para ella.

—No, no tengo idea. ¿Pero acaso tú la rompiste? Házme el favor de dejar de ser tan patético, ponte los pantalones y vuélvete un hombre. En vez de llorar intenta hacer algo, imbécil. —demandó alzando la voz.

—Ella no va a querer verme, TaeHyung. Me perdonó muchas cosas, pero esto no. —le respondí en su mismo tono y rápidamente mi mirada se nublaba y el nudo en mi garganta regresaba para quebrarme la voz— Ya debe estar harta de mí. —suspiré esto último tratando de no soltar ninguna lágrima, per inevitablemente cayeron en un parpadeo.

—Por lo menos inténtalo, idiota. ¿No me dijiste que ella te hace feliz? —lo miré aún desde aquí abajo, recibiendo su severa mirada, y lentamente asentí. Mierda, claro que me hace feliz, como nadie— Por más ridículo que quedes si te cierra la puerta en la cara, ve por ella. Por lo menos demuestrale que te importa.

¿Que me importa? Claro que me importa. Pero también sé que aparecer en la puerta de su casa a pedirle perdón era probablemente lo último que ella quería. No va a gustarle ver mi cara.

—Pero...

—Mierda, Jeon. —ya sin un poco de paciencia, TaeHyung se agachó a mi altura, tomándome del cuello de mi camisa, y me obligó a levantarme del piso bruscamente, dándome un último empujón cuando me puso de pie— No te estoy dando un consejo, te estoy diciendo lo que tienes que hacer. Ve a hacerle frente en vez de esconderte como un cobarde.

Y repentinamente volvió a jalar de mi ropa para acercarme y tenerme cara a cara con él, recibiendo esa mirada fulminante que, si no lo conociera pensaría que TaeHyung estaba a punto de golpearme.

»Si te cierra la puerta en la cara, te lo mereces. Si te quiere escuchar, agradece que te tenga paciencia. Y si al final de cuentas sigue molesta contigo, aguántate. —escupió cada palabra con un inusual tono agresivo— Eso, Jeon, se llama hacerte responsable de tus actos.

Mierda.

TaeHyung tenía razón, yo provoqué todo esto y debería hacerle frente sin importar cuánto temiera a la reacción de Cleo June al verme ahí. Porque si lo admitía, una de las cosas que más me asustaba era verla para que realmente todo entre nosotros terminara. Los peores escenarios es mi mente eran ella odiándome, gritándome que me vaya de su casa mientras llora. Ver eso iba a terminar de romperme el corazón. Pero supongo que era algo que me merezco. Después de todo, el daño a Cleo June estaba hecho, ella ya estaba sufriendo. Si por lo menos mi presencia servía para que ella se desquitara, incluso si quiere abofetearme la cara, está bien, iba a aceptarlo.

Entonces tome aire, con nervios e inevitablemente temeroso del resultado de todo esto. Era algo difícil de predecir, porque desde el lugar de Cleo June no sé si le molestaría más verme la cara o que después de lo ocurrido yo simplemente desapareciera como si no me importara. Pero iba a tener que arriesgarme.

Así que me acerco a TaeHyung, quien se cruza de brazos y arquea una ceja.

—No te daré un abrazo, Je... —se calla cuando se da cuenta que mis intenciones estaban lejos de ser lo que pensaba y simplemente metí mis manos en los bolsillos de su saco para sacar las llaves de su auto, y seguidamente salí corriendo por el pasillo— ¡Oye, es mi auto!

Ignoro los gritos de TaeHyung, solo me importa llegar hasta su auto e ir a casa de Cleo June, esperando conseguir algo positivo de ello. Aunque sinceramente lo dudaba. Porque ya lo dije antes, Cleo June me había tenido mucha paciencia; me acompañó en cada momento y se aguantó mis malos humores, nunca me reclamó terminar con HaNeul, no me hizo ninguna escena cuando la desilusioné terriblemente. Jamás me hizo un escándalo por nada, solo me abrazaba y me comprendía, Cleo June tuvo mucha paciencia. Pero esto ya era cruzar un límite.

Por eso todo mi cuerpo temblaba mientras conducía, sabiendo que esta vez no me iba a recibir una Cleo June de brazos abiertos, que diga amarme a pesar de todo y que no me preocupe. Claro que no.

Apenas bajé del auto, desde aquí afuera podía ver la ventana de su habitación, Cleo June debía estar ahí arriba. Entonces me apresuro y, un poco desesperado, ansioso, golpeo la puerta de su casa. Solo debo esperar unos segundos para que esta sea abierta y ver al padre de Cleo June.

Habiéndo pasado todas las cosas con Cleo June hoy,  siento vergüenza de mí mismo al ver a su padre.

—Señor Kim...

—Vete de mi casa, Jeon. —dijo fríamente sin dejarme hablar.

Sentí el dolor en mi pecho ante el rechazo de la familia que anteriormente me habían abierto cálidamente las puertas de su casa. Aunque tenía bien sabido que me lo merecía después de lo que le hice a su hija.

—Señor Kim, por favor escúcheme. Yo no...

—No me interesa lo que tengas para decir. —vuelve a interrumpirme, viéndose como un hombre completamente diferente al que conocí en un principio— Mi hija llegó golpeada y llorando a casa, y me entero que el responsable fue a quien le pedí no lastimarla.

Mierda... Había quedado como un total hijo de puta frente a sus padres. Y ver esa mirada... tan gélida, me heló la sangre. Jamás había visto a este hombre enojado, y ciertamente tenía una mirada muy aterradora.

—F-fue un accidente. Puedo explicarlo.

—A la única persona que le debes explicaciones es a mi hija, y ella no quiere verte.

Sabía que muy probablemente no, pero por lo menos esperaba tenerla a ella en frente para disculparme de todas formas.

—Señor Kim... por favor...

—Hasta que no sea Cleo June quien lo permita, tú ya no eres bienvenido en esta casa, Jeon. No te quiero cerca de mi hija. —y antes de poder decir algo más, el señor Kim me había cerrado la puerta de su casa.

Permanezco unos segundos estático ahí parado, viendo la puerta cerrada con un intenso dolor en mi pecho, como si esperar a que de repente se abriera y por algún milagro todo esto terminara. Pero entonces reaccioné, debía asumir que esta era la realidad que yo mismo había provocado con mis propias acciones de mierda. Y aún quería disculparme con ella, disculparme por todo. Quería tenerla enfrente para disculparme de hasta el más mínimo mal que le he causado desde que nos conocimos.

Y entonces lo recuerdo; su ventana. Tal vez no la tendría en frente, pero al menos podría verla.

Retrocedí sobre mis pasos hasta estar bajo su ventana, un poco alejado para poder ver dentro de su habitación gracias a la cortina abierta, aunque no se llegaba a ver mucho. En ese momento saqué mi celular y marqué rápidamente su número, sin apartar un solo momento la mirada de su ventana, esperando al momento en el que ella se asomara.

—Por favor contestame. Por favor contéstame. —rogué mientras solo parecía dejarlo sonar, y casi cuando estuvo a punto de terminarse el tiempo de llamada, contesta— ¡Cleo Ju...!

Déjala en paz, Jeon. —lejos de tratarse de ella, escucho la voz de Park.

—Déjame hablar con ella. Debo explicarle...

No quiere verte ni hablar contigo. No quiere oír tus excusas.

Mierda, estaba harto. Parecía que todo el mundo quisiera evitar que tan solo me acercara a ella. Ni siquiera es para rogarle o molestarla, solo quería disculparme y, si ella quería escucharme, explicarle lo aue sucedió. No buscaba hacerle ningún tipo de mal, pero por una razón u otra acercarme parecía imposible.

—Mierda, Park, dale el celular de una vez. —levanto la voz sin una pizca de paciencia.

Entonces veo una figura acercarse por la ventana, y mi corazón se acelera al pensar que se trata de ella. Pero otra vez era Park. Él se asomaba a la ventana y me miraba desde ahí arriba.

¿Puedes pensar aunque sea una sola vez en ella y dejar de molestarla?

—¿Puedes aunque sea dejar que me disculpe con ella?

Ya te lo dije, no quiere hablar contigo.

—Park, devuélvele el celular. —gruñí furioso, viendo como ese imbécil solo se quedaba ahí parado. Pero de repente alguien más estaba a su lado, y cado músculo tenso de mi cara se relaja al ver a Cleo June ahí, habiéndole quitado el celular de las manos a JiMin.

Le veo desde aquí colocar el celular en su oreja, y seguidamente escucho su reputación un tanto densa y entrecortada, lo que me hacía saber que aún estaba llorando. Las lágrimas volvían a acumularse en mis ojos con tan solo oír su estado, haciéndome ver su silueta un tanto borrosa. Pero la tenía ahí, por fin la tenía lo suficientemente cerca para verla y disculparme.

Tan solo logro abrir la boca, pero no llego a decir ninguna palabra cuando es ella quien habla primero.

Vete.

Seguidamente la llamada es cortada y ella vuelva a desaparecer de mi vista, mientras Park solo cierra las cortinas.

••••
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Empezar la universidad no es chido 💀

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

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antes de todo no encontrรฉ la imagen completa haci q sorry y segundo -omegaverse -los hombres pueden embarazarse -habran otros dos ships mรกs (titรกn s...
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