All the young dudes - español

Von zszyam

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¡ESTA HISTORIA NO ES MÍA, PERTENECE A MsKingBean89 EN AO3, SOLO LA TRADUZCO Y ADAPTO! Historia completa (los... Mehr

Capitulo 1: Primer año: St Edmund's
Capítulo 2: Primer año: El expresso de Hogwarts
Capitulo 3: Primer año: Las elecciónes
Capitulo 4: Primer año: Luna llena
Capitulo 5: Primer año: Pociones
Capitulo 6: Primer año: Venganza
Capitulo 7: Primer año: Merodeadores
Capitulo 8: Primer año: Secretos
Capitulo 9: Primer año: Cicatrices
Capitulo 10: Primer año: Historia
Capítulo 11: Primer año: Cumpleaños, libros y los Beatles
Capitulo 12: Primer año: Navidad 1971
Capitulo 13: Primer año: Lectiuncula Magna
Capitulo 14: Primer año: La broma
Capitulo 15: Primer año: Consecuencias
Capitulo 16: Primer año: Astronomía
Capitulo 17: Primer año: Doce
Capitulo 18: Primer año: Revisión
Capitulo 19: Primer año: Fin de la escuela
Capitulo 20: Verano 1972
Capitulo 21: Segundo año: Regulus Black
Capitulo 22 Segundo año The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From
Capitulo 23: Segundo año: Hermandad
Capitulo 24: Segundo año: Pociones, de nuevo
Capitulo 25: Segundo año: horas después
Capitulo 26: Segundo año: Quidditch
Capitulo 27: Segundo año: Un compromiso de cumpleaños
Capitulo 28: Segundo año: Suposiciones
Capitulo 29: Segundo año: Luna de Diciembre
Capitulo 30: Segundo año: Navidad con los Potter
Capitulo 31: Segundo año: Sirius regresa
Capitulo 32: Segundo año: Gryffindor vs Slytherin
Capitulo 33: Segundo año: Descubrimientos
Capitulo 34: Segundo año: Trece
Capitulo 35: Segundo año: ¿Que hay en un hombre?
Capitulo 36: Amor y matrimonio
Capitulo 37: Segundo año: Exámenes
Capitulo 38: El largo último día (parte 1)
Capitulo 39: Segundo año: El largo último día (parte 2)
Capitulo 40: Verano 1973
Capitulo 41: Tercer año: De vuelta a casa
Capitulo 42: Tercer año: Animales fantásticos
Capitulo 43: Tercer año: El mercado negro de Hogwarts
Capitulo 44: Tercer año: Hogsmeade
Capitulo 45: Tercer año: Noble y más antigua
Capitulo 46: Tercer año: El Slung club
Capitulo 47: Tercer año: James Potter y la mierda abultada de elefante
Capitulo 48: Tercer año: Sirius cumple catorce
Capitulo 49: Tercer año: Conozcase usted mismo
Capitulo 50: Tercer año: Philomena Pettigrew
Capitulo 51: Tercer año: The man who cried wolf
Capitulo 52: Tercer año: Confianza
Capitulo 53: Tercer año: Davey Gudgeon
Capitulo 54: Tercer año: Marlene
Capitulo 55: Tercer año: Greyback
Capitulo 56: Verano 1974
Capitulo 57: Cuarto año: Una tormenta en camino
Capitulo 58: Cuarto año: Competencia
Capitulo 59: Cuarto año: Septiembre
Capitulo 60: Cuarto año: Octubre
Capitulo 61: Cuarto año: Noviembre (parte 1)
Capitulo 62: Cuarto año: Noviembre (parte 2)
Capitulo 63: Cuarto año: Diciembre
Capitulo 64: Cuarto año: Navidad
Capitulo 65: Cuarto año: Enero
Capitulo 66: Cuarto año: Febrero (parte 1)
Capitulo 67: Febrero (parte 2)
Capitulo 68: Cuarto año: Marzo
Capitulo 69: Cuarto año: Abril
Capitulo 70: Cuarto año: Separaciones
Capitulo 71: Cuarto año: Junio
Capítulo 72: Verano 1975
Capítulo 73: Quinto año: dinero
Capítulo 74: Quinto Año: Dolor
Capítulo 75: Quinto Año: La sorpresa
Capítulo 76: Quinto Año: Moony & amigos
Capítulo 77 : Quinto Año: Hermoso
Capítulo 78 : Quinto Año: Deseando y Esperando
Capítulo 79 : Quinto Año: Luna celosa
Capítulo 80 : Quinto Año: Fue la noche antes de Navidad
Capítulo 81: Quinto año: imperdonable
Capítulo 82: Quinto año: Consecuencias
Capítulo 83: Quinto año: Enero
Capítulo 84: Quinto año: Sentimientos heridos
Capítulo 85: Quinto año: Bombas de estiércol y armario de escobas
Capítulo 86: Quinto año: Dulces dieciséis
Capítulo 87: Quinto año: La mañana siguiente
Capítulo 88: Quinto año: Punto muerto
Capítulo 89: Quinto año: La semana anterior
Capítulo 90: Quinto año: Búhos
Capítulo 91: Quinto año: La semana después
Capítulo 92: Quinto año: Cierre
Capítulo 93: Verano 1976: Londres
Capítulo 94: Verano 1976: Los Potter
Capítulo 95: Verano 1976: Charlas de Paz
Capítulo 96: Sexto año: Septiembre
Capítulo 97: Sexto año: Octubre
Capítulo 98: Sexto año: Halloween
Capítulo 99: Sexto año: Fiestas y pústulas
Capítulo 100: Sexto año: Límites
Capítulo 101: sexto año: Nueva normalidad
Capítulo 102: sexto año: tartas de carne picada
Capítulo 103: sexto año: Doce noches
Capítulo 104: Sexto año: Mala luna ascendente
Capítulo 105: Sexto año: Derramando secretos
Capítulo 106: Sexto año: Una larga noche
Capítulo 107: sexto año: Negociaciones
Capítulo 108: Sexto año: Mary, Mary
Capítulo 109: Sexto año: Heniokhos
Capítulo 110: Sexto año: Diecisiete
Capítulo 111 : Sexto Año: Separación
Capítulo 112 : Sexto Año: Apariciones
Chapter 113: Sexto Año: La caja
Chapter 114: Verano 1977: Parte uno
Chapter 115: Verano 1977: Parte dos
Chapter 116: Verano 1977: Parte tres
Capítulo 117 : Verano 1977: Parte cuatro
Capítulo 118 : Verano 1977: Parte cinco
Capítulo 119: Séptimo Año: De regreso a la escuela.
capítulo 120: séptimo año: truenos
capítulo 121: séptimo año: compra de plumas
capítulo 122: séptimo año: la mente maestra
capítulo 123: séptimo año: el caer de la oscuridad
capítulo 124: Séptimo Año: Navidad (Parte uno)
capítulo 125: séptimo año: navidad (parte dos)
capítulo 126: séptimo año: navidad (parte 3)
Capítulo 127: Séptimo año: responsabilidades
Capítulo 128: Séptimo año: Preparación
Capítulo 129: Séptimo año: Instinto
Chapter 130: Séptimo año: Castor
Capítulo 131: séptimo año: interludio
Capítulo 132: Séptimo año: Víctimas
Capítulo 133: Séptimo año: domingo por la tarde
Capítulo 134: Séptimo año: San Valentín 1978
Capítulo 135: Séptimo año: bromas internas del Merodeador
Capítulo 136: Séptimo año: Juegos mentales
Capítulo 137: Séptimo Año: Remus el mártir
Capítulo 138 : Séptimo Año: Esperanza
Capitulo 139: Séptimo Año: Borrachos
Chapter 140: Séptimo Año: Ideas brillantes
Capítulo 141: Séptimo año: Star star
Capítulo 142 : Séptimo Año: Visitas al hospital
Capítulo 143 : Séptimo Año: Colapso
Capítulo 144 : Séptimo Año: Decisiones
Capítulo 145 : Séptimo Año: Lo que nos falta
Capítulo 146 : Séptimo Año: Superego
Capítulo 147 : Séptimo Año: Noche y día.
Capítulo 148: Séptimo Año: La final
Capítulo 149 : Séptimo Año: Legado, parte uno.
Capítulo 150: Séptimo Año: Legado, parte dos.
Capítulo 151 : La guerra: Julio, 1978.
Capítulo 152 : La guerra: Infiltración
Capítulo 153 : La guerra: Frente interno
Capítulo 154: La guerra: Otoño, 1978
Capítulo 155: La guerra: Invierno, 1978-1979
Capítulo 156: La guerra: El Cuartel General del Auror
Capítulo 157: La guerra: Manada
Capítulo 158: La guerra: Cautivo
Capítulo 159: La guerra: Sumisión
Capítulo 160: La guerra: Infantería
Capítulo 161: La guerra: Luna sangrienta
Capítulo 162: La guerra: La historia de Moony
Capítulo 163: La guerra: Finales de la primavera, 1979
Capítulo 164: La guerra: Verano de 1979
Capítulo 165: La guerra: Dulce et Decorum est
Capítulo 166: La guerra: Otoño, 1979
Capítulo 167: La guerra: Invierno, 1979
Capítulo 168: La guerra: Primavera y verano de 1980
Capítulo 169: La guerra: Otoño e invierno 1980
Capítulo 170: La guerra: Invierno de 1980 y primavera de 1981
Capítulo 171: La guerra: Triaje
Capítulo 172: La guerra: Verano, 1981
Capítulo 173: La guerra: Otoño, 1981
Capítulo 174: Armisticio
Capítulo 176: 1983
Capítulo 177: 1985
Capítulo 178: 1986
Capítulo 179: 1987
Capítulo 180: 1989
Capítulo 181: 1990
Capítulo 182: 1991
Capítulo 183: Verano 1993
Capítulo 184: Verano 1994
Capítulo 185: Principios de 1995
Capítulo 186: Verano 1995: Grant
Capítulo 187: Verano 1995: Sirius
Capítulo 188: Hasta el final

Capítulo 175: 1982

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Von zszyam

Año Nuevo 1982

THUD-THUD-THUD-THUD-THUD-THUD

Alguien estaba golpeando la puerta.

Alguien había estado haciéndolo durante un tiempo ya y no mostraba signos de querer detenerse. En todo caso, estaba empeorando.

Remus abrió los ojos. Tenía la garganta seca y le dolía la cabeza. En realidad, todo le dolía; había estado durmiendo en el sofá durante semanas. ¿O meses? ¿A quién le importaba? Era incómodo, pero no se atrevía a entrar a el dormitorio. La mayoría de las noches estaba demasiado borracho como para moverse de todos modos. La mayoría de los días estaba demasiado borracho, también. Ya no tenía resaca, solo descansos entre botellas. Al chico de la puerta de al lado no le importaba pasarse por la licorería cada dos días por él, probablemente se dejaba el cambio como pago.

Continuaron los golpes.

— ¡¿Remus?! — El sonido amortiguado llegó a través de la puerta, y quienquiera que estuviera al otro lado siguió martillando,

— Vete a la mierda — gritó, con la garganta en carne viva como papel de lija.

Cogió la botella más cercana que estaba en el suelo debajo de él y bebió un trago. Casi se atragantó con el whisky ardiente, pero se las arregló para tragar la mayor parte, gracias a Dios. No podía permitirse desperdiciar una gota de olvido*.

— ¿Remus? ¡Déjame entrar!

Era Grant. Reconoció su voz ahora, tal vez el olor también, pero sus sentidos eran un desastre desde… no, no no no….

Se acurrucó y hundió la cabeza en los cojines del sofá. No podía hablar con nadie. No podía ver a nadie. Tan solo necesitaba que lo dejaran en paz, para poder beber, para poder olvidar. Por favor.

— ¡Púdrete! — Sollozó, gritando a la puerta: — ¡Déjame en paz!

— ¡No! — Grant gritó en respuesta, y los golpes se hicieron aún más fuertes, un implacable y resonante ruido sordo. Realmente estaba tratando de derribar la puerta, el estúpido idiota.

Remus consideró a medias la posibilidad de lanzar un hechizo silenciador. Pero no estaba seguro de dónde había dejado su varita. Giró de nuevo y se levantó.

El suelo estaba lleno de botellas y latas por todos lados, y estas tintinearon y crujieron mientras él pasaba por su lado. Sus brazos y piernas se sentían como plomo. ¿Qué día era? Hacía frío. Se frotó los brazos mientras se acercaba a la puerta, estremeciéndose por el frío. Había dejado una ventana abierta en algún lugar del piso y se había olvidado de cerrarla. Oh, bueno.

La puerta todavía seguía siendo golpeada mientras él se acercaba para abrirla, la madera se astillaría si no tenía cuidado.

— ¡¿Qué?! — Abrió la puerta de un tirón.

Grant lo miró fijamente, con el puño todavía levantado y los ojos muy abiertos. Sus mejillas estaban rosadas de gritar, respiraba con dificultad. Miró a Remus de arriba abajo.

— Jesucristo. — Dijo, abriéndose paso bruscamente, — ¿Qué pasó? He estado intentando llamarte durante días, ¿Qué le pasó a tu teléfono?

— Lo colgué mal. — Dijo Remus, regresando lentamente a su nido en el sofá, donde al menos estaba caloruso. Enroscó sus pies helados debajo de sí mismo y volvió a coger una botella.

— ¿Qué mierda ha estado pasando aquí? — Grant miró el desorden a su alrededor. Miró a Remus de nuevo, — ... Dios, no te ha dejado, ¿No?

Remus lo miró fijamente y no pudo evitarlo. Comenzó a llorar. Se inclinó hacia adelante de rodillas, dejó caer la cabeza entre las manos y lloró como un niño.

— Mierda, — Grant se apresuró a sentarse a su lado, sin importarle las latas vacías, los cojines y las mantas malolientes, — ¡Yo y mi bocaza! ¡Lo siento! No quise… — atrajo a Remus hacia él sin pensarlo, y debió haber sido horrible para él, porque Remus sabía que no se había bañado en años, todo lo que había hecho era beber y llorar durante días y días y días. Pero Grant lo abrazó firmemente.

— Se han ido. — Remus dijo, cuando pudo hablar. — Estoy solo.

— Carajo. — Dijo Grant. — No estás solo.

Remus lloró aún más fuerte.

...

No pasó un solo día, y no pasaría un solo día, durante muchos años, en el que no pensara en Sirius y sufriera. Era una tortura abstracta y cruel, y Remus se resignó a una vida de absoluta miseria.

Dondequiera que mirara, lo perseguían los pensamientos y recuerdos de sus amigos, de las cosas que nunca podrían hacer abora y de las cosas que él no había hecho a tiempo. Asistió al funeral, uno conjunto para Lily y James, seguido de un homenaje a Peter. Remus se sentó en la parte de atrás y se fue antes del velorio, en caso de que alguien intentara hablar con él.

Estaba aterrorizado de que alguien quisiera preguntarle sobre Sirius, que quisiera preguntarle lo que sabía. O de que le dijieran algo que no quería saber. Así que Remus no se quedó para recordar, o 'celebrar' la vida de sus amigos, (Honestamente, qué idea tan despreciable). Se fue a casa solo y se emborrachó. Se emborrachó todos los días durante semanas.

Se quedó en el piso del Soho; no tenía otra opción; estaba solo sin dinero, sin familia. Sin amigos.

La Orden se disolvió y aquellos que todavía tenían vidas que valían la pena vivir no querían andar con él. No podría encontrar ningún trabajo en el mundo mágico y, al no haberse sentido nunca como en casa, decidió retirarse.

Después de enterarse del destino de los Longbottom en el Diario El Profeta, dejó de leer los periódicos. No se volvió a conectar a la red flu, no usó magia en absoluto a menos que realmente tuviera que hacerlo. Dejó de ir al Callejón Diagon, y por todo lo demás, se quedó viviendo como un muggle.

Mary le envió postales desde Jamaica, desde Trinidad, desde Santa Lucía; parecía tener familia en todo el Caribe. Ella se la pasó escribiéndole "lo siento". Remus no sabía por qué; ambos habían perdido las mismas cosas. Al menos a ella le importaba lo suficiente como para ponerse en contacto con él.

Dumbledore en realidad si trató de contactarlo un par de veces, pero Remus deliberadamente se hizo difícil de alcanzar. Estaba furioso con el anciano, quien en lo que a Remus se refería nunca había levantado un dedo para ayudar. Quién los había metido a todos en la guerra, jóvenes como eran y estúpidos como eran, y que los vio morir uno por uno sin pestañear. Incluso el bebé, Harry, fue rápidamente derivado a algún rincón anónimo de Surrey. En lo que se refería a Harry, era posible que él nunca supiera sobre la existencia de los merodeadores. Mejor hubiese sido que nunca hubiesen existido.

Por un tiempo, Remus se preguntó cuándo terminaría.

Después de bastante tiempo, se dio cuenta de que nunca lo haría, por lo que trató de calmar el dolor. Podría haber sonado egoísta, pero ¿Qué más le quedaba que ser egoísta? Había sacrificado mucho.

Cuando llegó la primera luna llena, el Noviembre después de ese espantoso Halloween, Remus se vio obligado a abandonar el piso. Se apareció de regreso al bosque en el que se había quedado con la manada de Greyback, allá por el '79. Era mejor que una celda. No se quedaría encerrado, no lo permitiría. Así que se fue, se transformó y vagó por el bosque solo, aullando, cazando y gruñendo. La primera vez fue un alivio, pero el lobo estaba solo. La segunda vez fue a la Selva Negra.

No tenía la intención de vivir entre los hombres lobo, solo los usaba como una ruta de escape.

Sabían poco de la guerra, excepto que había terminado. La primera vez, Castor sintió el dolor de Remus de inmediato. No hablaron de eso, porque no había necesidad. Simplemente se transformaron y lo resolvieron como lobos. Remus decidió que cualquier cosa que sucediera cuando no eran humanos no contaba, siempre y cuando no lastimaran a nadie. Fue liberador, y el único alivio que Remus sintió en esos meses más oscuros después de su pérdida.

En las mañanas después de la luna, Remus se quedaba un poco más cada vez, solo para estar cerca de ellos. Sin nada que perder, renunció a cualquier pretensión de superioridad cuando se trataba de la manada, y con el tiempo, Castor finalmente consiguió lo que quería.

Remus sabía que no podría negar su atracción por Castor por mucho más tiempo, y después de todo; ¿A quién tenía que serle fiel? ¿Se suponía que debía vivir célibe por el resto de su vida simplemente porque su primer amor le había roto el corazón? Y no había amor entre él y Castor. Solo necesidad animal; celo bestial. Fue bueno, pero claro fue solo otra forma de olvidar. Y luego Remus regresaba a Londres, dolorido y aún insatisfecho.

En el mundo humano, Grant todavía regresaba para visitas regulares, después de aquella primera vez. Había tomado la llave de repuesto y entraba para ver cómo estaba Remus entre sus clases y turnos de pub. Él era tanto una ayuda como un obstáculo, trayendo botellas de licores muggles y otras sustancias, lo que fuera que Remus le pidiera.

Lo habían echado de su habitación por solicitud de otros según la casera (no era cierto, insistió, simplemente le caía mal a aquella señora) y ahora Grant rebotaba entre las camas de sus novios y los sofás de sus amigos. A veces incluso se quedaba con Remus por una noche o dos, y eso estaba bien, a Remus no le importaba. No le importaba mucho, siempre que tuviera algo para beber. Necesitaba estar borracho. Antes de que terminara la guerra, solo había sido una forma de calmarse; para cambiar su estado de ánimo. Ahora era su único estado de ánimo; el único que podía soportar.

Fue Grant quien le habló, lo molestó, lo arrastró fuera de la cama y lo empujó a la ducha cuando lo necesitó. Incluso lavó su ropa y compró mercadería con los escasos fondos restantes de Remus.

Remus, por su parte, se comportó abismalmente. Lanzó comentarios rencorosos, y una gran cantidad de insultos. Pero Grant no le prestó atención y siguió regresando a él de todos modos.

— Solo regresas porque básicamente estás sin hogar — Remus escupió una noche, desde el sofá, mientras Grant recogía la basura esparcida a su alrededor. Remus no podía soportar el tintineo de las botellas vacías.

— Sí — le respondió Grant alegremente, continuando con sus asuntos—. Eso es correcto. Remus, mi viejo amigo. No tiene nada que ver con el hecho de que amo tu estúpido trasero de vago.

Remus resopló con desdén. Grant no sabía de qué estaba hablando. ¡Amor! Remus sabía la verdad ahora. Sabía que aquella palabra "amo" era algo que la gente decía para hacerte débil, para mantenerte dócil. Nunca más. Nunca, nunca, nunca.

Milagrosamente, Grant ni una sola vez preguntó qué había sucedido. Incluso cuando Remus comenzó a mostrar signos de mejora, cuando comenzó a levantarse y vestirse sin necesidad de empujones, incluso cuando comenzó a salir de la casa. Grant nunca le preguntó el por qué.

Remus sabía que había despotricado, en su borracho estupor, pura miseria y rabia sobre Sirius y James y Lily y el pobre, pobre Peter, y Sirius y Sirius y Sirius...

Si Grant había entendido la mitad de eso o si Remus había dicho demasiado, nunca lo sabría. Pero Grant seguía regresando, de todos modos.

— Seguiré viniendo, mientras me necesites. — Él decía, alegremente mientras revoloteaba. — Nosotros, los idiotas del hogar de niños, tenemos que mantenernos unidos, ¿No?

Remus no le creía. Grant estaba siendo amable, pero eso solo podía durar un tiempo. Nadie se quedaba para siempre.

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