Kate, hoy te tengo una propuesta.
-Kyle.
¿Prestarás finalmente atención y dejarás de copiarme los ejercicios?
-Kate.
Cerca.
-Kyle.
¿No tiene nada que ver con lo que acabo de decir verdad?
-Kate.
La verdad es que no pero, si te hace feliz, podría tratar.
-Kyle.
Nah, descuida, ya estoy acostumbrada, aunque igual se vale soñar, ¿no? Entonces, ¿qué decías?
-Kate.
Quiero que tú y yo hagamos una apuesta.
-Kyle.
¿Una apuesta?
-Kate.
Sí, señora.
-Kyle.
¿Y de qué iría esta apuesta?
-Kate.
De ti y de mí.
-Kyle.
Eso no aclara mi mente, ¿podrías explicarte mejor?
-Kate.
Hablo de que tú y yo apostaremos sobre nosotros mismos.
-Kyle.
Aún no proceso.
-Kate.
Quiero decir, por un día tú actuarás como y yo como tú. ¿Qué te parece mañana?
-Kyle.
Soy perfectamente consciente que te será imposible alcanzar mi nivel de adorabilidad, pero no te sientas intimidada por eso. Con intentarlo estará bien, no te preocupes :)
-Kyle.
Sigo confundida...
-Kate.
¡Oh, vamos, Kate! Tú y yo sabemos que entendiste a la perfección.
Además, estoy segurísimo de que en más de una ocasión te has preguntado que sería estar en los zapatos de Kyle West. No lo niegues, te conozco, mosco.
-Kyle.
Vale, eso no lo niego. Pero, ¿cómo se supone que haríamos eso? (En el dado caso de aceptar, claro).
-Kate.
Solo debes actuar como yo por un día, Kate, eso no debe ser tan difícil. Es tan fácil como relajarte.
-Kyle.
Me gustaría que por un día no te importe lo que el resto piense de ti. Que no te importen las reglas, ni los castigos. Sé como yo.
-Kyle.
¿Ser tú?
-Kate.
Eso dije.
-Kyle.
Pero a mi me gusta ser como soy, Kyle.
-Kate.
Y a mi me gusta que seas tú, Kate.
-Kyle.
Me gusta que seas la chica que hace sus tareas y presta atención al profesor de matemáticas, la que sigue las reglas al pie de la letra y no suele meterse en problemas. Me encanta como eres, Kate, en serio que sí. Pero también me gustaría que de vez en cuando seas capaz de darte un respiro. Ser como yo no puede ser tan malo, ¿o sí?
-Kyle.
Te he notado muy estresada últimamente. Pensé que podría ser divertido cambiar para variar.
-Kyle.
Por lo apuntes y lo demás no te preocupes, yo te los paso luego. Solo disfruta un rato, ¿sí? No miedos, ni preocupaciones.
-Kyle.
Kyle.
-Kate.
¿Sí?
-Kyle.
Gracias.
-Kate.
De nada.
-Kyle.
Kate, solo... una pregunta.
-Kyle.
Escúpela.
-Kate.
¿Mañana tendré que usar esos listones raros que siempre cargas en la cabeza?
-Kyle.
Se llaman cintas para cabello, Kyle.
-Kate.
Y no me molestaría prestarte una para mañana, seguro te quedaría divina :)
-Kate.
Obviamente, ¿cuándo has visto que algo no me siente bien? ¿qué tal una roja? Me gusta el rojo.
-Kyle.
Roja será ;)
-Kate.