Manhattan: año 1993, miércoles 22 de septiembre.
20:55 pm.
Un año, cuatro meses y tres días desde mi llegada al mundo de Percy Jackson
Que puedo decir de este año, ha sido precioso, no hacer nada, solo comer y mis necesidades en un pañal. Totalmente sublime
Había crecido como un niño bonito y regordete, con cabellos rubios brillantes y unos ojos avellana que acompañaban mi tono de piel apenas bronceada
De mi familia no me puedo quejar en lo más mínimo. Son dos ángeles llenos de luz. La primera es mi mamá, una gran mujer, divertida, me hacia reír con sus morisquetas y cosquillas. Su amor por la medicina estaba a un nivel tan alto que me ensayaba sus propias presentaciones y lo único que podía hacer era reírme al la vez que le aplaudía con mis regordetas manos de bebé. La segunda, que a la vez es la última, era mi oba-chan. Una mujer con un carácter tan duro como el acero pero que su seño fruncido no los engañe, su corazón es tan blando y sensible como la gelatina; ¡está mujer maneja a la vez que trabaja en uno de los hospitales más prestigioso de todo manhattan, ¿que digo manhattan?, de nueva York, no, ni eso, del mundo entero!
Algún día quiero llegar a ser como ellas
¿Saben? ellas dicen soy un bebé muy inquieto y muy curioso, además de inteligente ya que siempre agarraba cualquier cosa y la miraba con detalle. También que había aprendido números y letras más rápido que cualquier otro niño del barrio. Había dicho mis primeras palabras a las dos semanas de cumplir años. Además de caminar a los 10 meses. Y se lo confirmo, es así.
Ellas estaban orgullosas de lo inteligente que era y eso me hacía feliz. Poder ver su alegría y sus sonrisas de orgullo hacia mi. Era espectacular.
En este año transcurrido también me he puesto a pensar en lo que quería lograr con mi vida, sabía que quería que mis habilidades estuvieran al máximo posible, si quería poder contener toda la información necesaria para poder convertirme en uno de los mejores doctores, en uno de los mejores ninjas, y ser el mejor en todo lo que me proponga tenía que poder tener una mente estable, poder tener la capacidad de raciocinio debía entrenar mis capacidades mentales
Así que a eso me dedique, ese será mi primer objetivo de mi vida no importaba si no lo usaría quería poder estar a salvo de cualquier intento de control mental o robo de información de mi mente.
Me puse a dormir, si, a dormir. Al ser un niño, prácticamente un bebe, era la única forma de que mi familia no se preocupara o se entrometiera en la práctica para mejorar mis poderes. Así que cuando la luna comenzaba a subir y la luz del sol apagarse por el horizonte mi autoentrenamiento comenzó. Me había concentrado en poder entrar a mi propio paisaje mental. Aquel donde tendré cada conocimientos que pueda adquirir, no importaba si tendría que robarlo o estudiarlo allí estaría la fuente de mis conocimientos y poder.
En el instante que cerré los ojos relaje mi respiración, dejé que mi mente dejara de pensar. Que lo único que tuviera en ella es un simple vacío donde acomodar todo ese revoltijo de pensamiento e ideas. Y les voy a ser sincero, fue un completó fracaso. No había podido hacer nada. Simplemente había dormido sin siquiera entrar a mi dichosa mente
Me había tardado días, semanas, meses, para lograrlo al completo. Tuve que leer libros sobre la mente que había tomado prestado, léase robado, de mi abuela. tuve que aprender como funcionaba, leer sobre psicología y salud mental durante horas para aprender todo lo que aquellos libros decían.
Ya les digo que la mente no es un juego, un pequeño error con la mente y se puede fracturar, pudiendo dejar graves consecuencias en su Psiquis; podría incluso matarlo de un golpe psionico al ser la mente, de alguien sin o con pocas defensas dejándolo en estado vegetativo e incluso con esfuerzo se pueden cambiar los recuerdos al ser algo tan maleable como la plastimasa
Aunque también tiene su lado positivo, todo esta en la mente, si uno se propone las cosas y lo visualiza podría llegar a la meta, si un enferme tiene una actitud positiva podrá sanar mas rapido.Por eso se debe ser minucioso al estudiar la mente en lo que a cuanto magia se refiere. no puedo ir de golpe, tengo que dejar que el poder fluya para que se adentre y la persona o personas no sientan cambios en su cerebro incluso di las quiere controlar la orden ser algo sutil pero a la vez poderosa para que no haya lugar para el error.
Pero fíjate lo logre, después de meses de arduo trabajo lo logre
Al momento de abrir los ojos lo hice en un páramo blanco, el lugar era completamente blanco, solamente una cabaña maltrecha estaba en el lugar.
Al menos algo es algo
Entre a esa pequeña cabaña de madera podrida a punto de derrumbarse. En el interior solo había veinte libros en un estante que decía "años" cada uno con un número desde el 0 al 19.
-al menos podré recordar mi antigua vida-me dije a mi mismo mientras abría el libro número 15 para leer un pequeña parte. Una sonrisa se instalo en mi rostro al poder leer aquellos preciados recuerdos que había olvidado -pero bueno, basta de leer. Es hora de remodelar este lugar-cerré el libro antes de devolverlo a su lugar
Con un pensamiento todo el lugar exploto. La cabaña había desaparecido para siempre. Lo único intacto fueron los libros junto a los estantes
-Bien, es hora de ponerme a trabajar-
Así es como otra ardua tarea comenzó
Había tardado un año y medio en completar la tarea, imaginando ladrillo por ladrillo, cimento por cimiento, las ventanas, puertas y suelos cada cosa tuvo su tiempo; No podía pretender que una casa apareciera de la nada. Tenía que lograr que mi cerebro captar aquello antes de seguir con el proceso, este tenía que dar el visto bueno, antes de pasar al siguiente, sino, la concentración de cualquier objeto que estuviera construyendo simplemente se esfumaría antes de que pueda volver a comenzar a crearlo desde cero
Tuve que concentrarme durante día y noche para lograrlo cuando supe que la noche no seria suficiente para algo tan difícil no importaba si estaba comiendo o leyendo, dibujando o simplemente sentado sin hacer nada. siempre estaba imaginando un palacio para todo aquello que aprendería, pero, para ello tuve que aprender de construcción, materiales y decoración para que todo tuviese sentido además de armonía
Aunque claro, tenía una vida, no podía ignorar todo lo que sucedía a mi alrededor debía aparentar ser "normal" para los estándares de la sociedad durante dos años por lo cual de las 24 horas del día usaba cuatro o cinco para actividades con mi familia después todo lo otro era puro trabajo mental
A mi edad de 2 años y medio ya había terminado con aquella enorme casa, aunque más que casa parecía una biblioteca.
Manhattan lunes 29 de mayo 1995
8:15 am
Tres años, 9 días y 18 horas desde mi llegada a el mundo de Percy Jackson
Eran las 8 de la mañana de un radiante jueves de septiembre. Me había levantado hace no menos de media hora para poder desayunar junto a la familia.
Me había colocado una remera con un estampado de power ranger. Mighty Morphin, los cuales habían sido estrenados hace un mes junto a un Jean azul. Camine descalzo por los pasillos así adentrarme en el comedor
Con un pequeño empujón de mis pies me subí a las sillas de Roble obscuro. Le di los buenos días mi madre justo cuando coloco una pila de cuatro hotcakes con arándanos y frutillas con un poco de crema batida sobre ellos
-gacias mami-le agradecí. Todavía no podía pronunciar la R.
Tome los cubiertos para cortar un pedazo y saborearlo en mi paladar. Casi me muero de lo rico que es esto. Si fuera mi opción comería esto todo el día aunque luego ruede como bola
-no hay de que mi niño-respondió. Un beso en mi cabeza de su parte me hizo sonreír-pero comételo antes de que la abuela llegue, o sino llegarán tarde al trabajo-me recordó. Comí un poco más rápido hasta terminarlo por completo
¿Trabajo? ¿Como puedes trabajar tendido tres años?. Es inimaginable para cualquier persona. Se dirán ustedes
Pues ya lo verán. Solo esperen y verán
Cuando estoy por terminar siento el ligero sonido de los pies contra la madera de pino crujir al ser sometida a la presión de los pies de una persona adulta. Giro mi cabeza en aquella dirección así ver a mi abuela con su bolso negro en mano, lista para otro día de trabajo.
-Estas listo mi rayo de sol?-me pregunto cuando se acerco hacia mi en la mesa del comedor. Asentí emocionado por poder ir a visitar aquel lugar que me vio nacer. Cada semana mi abuela me llevaba a su trabajo un par de horas. Antes solo era para no dejarme solo por tanto tiempo. Ella me dejaba en la guardería, y cuando era la hora me llevaba con mamá quien me esperaba en el auto, pero ahora era yo quien se lo pedía, quería aprovechar la oportunidad así aprender todo lo que el hospital me pueda ofrecer y desde que termine la biblioteca me puse a estudiar medicina. Desde eso ya van unos cuatro meses
-¡etoy supe listo oba-chan!-le dije super contento a la vez que colocaba un estetoscopio que una de los compañeros de mi abuela me regalo por haber sido tan buen doctor suplente.
-¡bueno, pues agarra tu bata y vamos a ejercer la medicina!-me hablo con emoción mientras ella sonreía con felicidad.
Fui corriendo hasta el perchero de la entraba tomando el prenda blanca antes de colocármela encima de mi ropa. Mi abuela tomo las llaves del auto y nos marchamos de la casa.
Tardamos media hora en llegar al hospital presbiteriano. Un enorme edificio blanco de 15 pisos o más. Este había sido comprado por mi abuela en su juventud después de recibir una gran fortuna, después de ese suceso el hospital fue en ascenso y se había colocado como uno de los mejores del país siendo el segundo después de la clínica mayo ubicada en Rochester, Minnesota.
Al entrar nos dirigimos directamente hacia los vestidores donde nos cambiamos a nuestra ropa predilecta de doctores. Después de eso la abuela se fue a su oficina a hacer un poco de papeleo antes de ir a sus rondas y cirugías programadas para hoy
-bien pequeño Nawaki, ¿quien es el primero en la lista?-me pregunto la dulce enfermera que había sido mi cuidadora durante estos dos meses que estoy viniendo. Por lo que sabía la abuela le encargo los mismos pacientes que a mi así estar a mi cuidado a la vez que podía hacer su trabajo
-primeo vamos con Tommy-ella asintió.
Caminamos un poco hasta llegar a la habitación 210 donde se hospedaba el paciente
Tommy McCall, un niño de 6 años quien sufría de un edema pulmonar, lo cual significa que sus pulmones se habían excedido de líquido Había llegado ayer por la mañana después de que sus padres llamaran al hospital cuando el escupía sangre y vieron que no respiraba bien. Lo bueno que lo descubrí rápido. Y lo único que hizo la diferencia fue que mi prima en mi otra vida lo había padecido. Así que lo diagnostique a los minutos de a verlo visto
Todos los que estaban presentes como las enfermeras, unos internos y mi propia abuela estaban fascinados con el rápido análisis.
Me habían dado una estrellita como recompensa. Incluso yo les di el diagnostico a los padres
Después seguimos con la señora Stevenson, quien había llegado de su casa porque se había quebrado el pierna derecha y el brazo derecho por haberse resbalado de las escaleras. De milagro no se rompió la columna vertebral por el impacto. Lo único que obtuvo de aquel incidente, además de los huesos rotos, fueron algunos moretones y una pequeña contusión nada grave.
Y para finalizar el recorrido llegamos con una de las ancianas más adorables y buenas que conozco. La nana Miller, nombre completo: Mary April Miller, edad: 45, había llegado al hospital hace mas de un mes y medio Yo la cuidaba por al menos unas dos horas para hacerle compañía. La vieja mujer sufría de un cáncer terminal que no pudo ser tratado a tiempo
Entre a la habitación de la dulce mujer con algunos de mis dibujos que había hecho en estos días
-buen día nana Mille, como ha estado?-le pregunté mientras dejaba
-me siento muy bien corazón, podría ir y robar un par de pudines de la cafetería y volver como di nada-me dijo mientras comía uno de los ricos pudines de chocolate-¿esos son tus nuevos dibujos? ¿Los puedo ver?-le entregue varas hojas. Ella los miraba con gran atención; cuando terminó de mirarlos me los devolvió
-son muy buenos como siempre-
-gacias nana-le sonreí. Ella me pidió que me acercara. La ojimarron agarro un pequeño libro que tenia con ella en su mesita de comer-¿que es eso?-
-este es un pequeño regalo de cumpleaños para ti-dijo a la vez que me pasaba el pequeño libro-como yo no podía salir de aquí, le pedí a mi hijo que buscará este libro en mi casa. Fue algo que compré en una bazar por simple curiosidad. Aunque nunca lo pude leer, tenía símbolos raros y esta escrito, por lo que me dijeron en latín o algo así-
Abrí el libro que tenía el tamaño de un diario. Al abrirlo podía ver palabras en latín y otras que no entendía. Pero sabía que ya había oído en otro lado. Quizás debería revisar mis memorias. Algo debe haber en esos viejos tomos
-Gacias nana, lo cuídae mucho-ella tosió un poco. Me preocupe pero ella dijo que estaba bien, solo que le picaba un poco
-Muchachito, ¿quieres ir a buscarme otro pudin? Esta vieja aun tiene hambre de chocolate-asentí-gracia Nawaki, eres un niño muy bueno-ella me beso la cabeza. Su mirada era relajada, tan serena que parecía que estaba por dormir
Camine hasta la cafetería lo más rápido que pude. Le pedí a la cocinera si me podía dar dos pudines, uno para mi y el otro para la nana.
-ahora en un rato mami me debe pasar a buscar-me dije a mi mismo al ver la hora en la pared del pasillo-le dejo el pudin a nana mille y me despido de ella-hable mientras regresaba a la habitación y seguir charlando
Al momento de llegar el lugar estaba en silencio, las máquinas no hacían ruido, la televisión no estaba encendida. Eso me extraño mucho
Cuando me asome vi como una enfermera estaba desconectando todas las agujas de su cuerpo. Un segundo después le taparon el rostro con las sabanas
-lo lamento tanto Nawaki-se disculpo la joven enfermera antes de salir se la habitación.
Las lágrimas brotaron de mis ojos borbotones incontrolables. Mi pecho subía y bajaba con irregularidad. No había podido estar en su últimos momento. Se que es estúpido llorar por ella, por un muerto, ella moriría de todas formas pero me dolía, había sido cercano a ella. Con razón los doctores no debían tener una relación estrecha con sus pacientes. Era tan doloroso.
Escucho unos pasos a mi lado. Era mi abuela quien caminaba con cuidado. Su palma cubrió mi hombro para luego mirarme con pena y dolor
-ella sabía que esto pasaría, no quería que estés cerca para que no la veas fallecer-me dijo mientras me consolaba con suaves caricias en mi espalda
-l-lo se-ella me miró atenta ante lo que iba a decir-sabía que había algo ao en ese pedido de pudin-me limpie los mocos que me caían de la nariz. Su teléfono sonó, lo abrió y miró aquel mensaje que le llegó
-vamos Nawaki, mama ya llego-Mi abuela me cargo en sus brazos y me llevo al auto, donde mamá de esperaba. No había emitido ningún ruido, solo la había saludado antes de callarme por el resto del viaje
Al regresar de aquel paseo en el hospital fui con Bast, mi linda gatita siamesa para que me consolara. ¿Estaba triste?. Si, lo estaba, ¿me dolía? Por supuesto, me había encariñado mucho con esa mujer. Incluso me dejo como ultimo regalo un librito
-Vamos Bast, vamos a dormir un poquito ¿si?-le pedí a la gatita quien de un maullido me siguió hasta mi cama donde dormí con dolor en el pecho
Al siguiente día dolía menos su partida, y al siguiente aun menos hasta que acepte que ella se fue. Desde ahora no me iba a encariñar con pacientes, no importaba que tan grave sea su situación, tenía que aprender
Dos semanas después...
Lunes 12 de junio 10:34 am
Estaba meditando en mi habitación, hace una semana había comenzado a hacerlo así entrenar mis reservas de chakra
Había estado casi dos horas ya en la meditación por lo cual me dio hambre. Así que fui a la cocina a buscar unas
Camine hasta llegar a la sala, pero oí un par de voces hablar desde el jardin. No le iba a prestar atención y seguir con mi camino. Pero me habían nombrado antes de que pudiera salir de allí
-Sabes, me preocupa que Nawaki siempre este metido en sus libros. No hace nada más que eso a parte de dibujar-le confesó la pelinegra a su madre. La anciana la miró mientras posaba la taza de te en la mesita de cristal.
-¿te molesta que el niño lea?-le cuestiono la adulta a su hija
-no oka-san, no es nada de eso, adoro que lea, que aprenda lo que le gusta, lo que me preocupa en realidad es que el no se relacione con otros niños si no es por obligación y solo lo hace con los adultos del hospital o del barrio, casi no sale, si no es con nosotras y su única actividad es pura lectura. Sé que le gusta leer, pero tiene que hacer otra cosa para sacar su cabeza de los libros. Temo que pueda afectar su relación con los otros, que le afecte al momento de ingresar al jardín de niños-
Se que soy un antisocial de mierda, pero no es para tanto mami, se relacionarme con la gente.
-¿y por que no le das un arma? Eso funcionó contigo-le planteo antes de llevarse un mochi de chocolate a su boca.
¿Un arma? ¿Mamá tiene un arma? Quiero verla. Quiero un arma.
Obviamente para hacer cosas de niño bueno, no me voy a poner a matar lo que de me cruce...o tal vez si... solo el tiempo lo dirá
Y la abuela tenía un mochi...y no me compartió. Muy mal
-no es una mala idea, pero, ¿tu dices que esta listo?-pregunto con duda en sus palabras-Tu me diste mis abanicos al cumplir los ocho, no a los tres-le recordó
Me ofende que creas que no puedo, aunque mi capacidad con cualquier tipo de arma sea inexistente, pero se todas maneras me ofende
-es un Senju, el esta listo desde la cuna para cualquier cosa que la vida le ponga por delante-hablo con seriedad y seguridad-además, teniendo que cuenta su ascendencia no le vendría mal algo de práctica-
Gracias oba-chan, tu si entiendes. Por eso eres la mejor abuela de este mundo.
Estaba por retirarme para que no notaran mi presencia en su conversación, aunque siendo como soy, me delate yo solo con la ayuda de un mueble que me había chocado y casi tiro un jarrón de como 100 años
-Nawaki, eres tu, o es Bast-pregunto la anciana. La más joven se levantó par
revisar si era yo o la gatita quien dormía en el sillón de la sala
-soy yo abuela, me choque con el..el..¿como era?-me pregunte a mi mismo. Odio cuando tengo la palabra en la lengua pero no salía
-el mueble-respondió mi madre por mi
-si, eso. Bueno, me voy a mi pieza-le dije a mi progenitora. Estaba por darme la vuelta y regresar a mi morada, pero la mayor me detuvo
-a. Hijo, quería decirte que voy a anotarte en una escuela de esgrima-
Sabía que me haría bien, pero no me gusta que me digan que hacer si no es por mi propia voluntad.
-pero maa-me queje. Ella levantó la mano en forma de silencio
-esto es simple jovencito, o vas, o te saco tus libros de medicina-entrecerré los ojos. ¿Ella no seria capaz? ¿O si?-y si jovencito, soy muy capaz. Además es por tu por tu propio bien, ya veras que te va a gustar-
No tenía otra opción más que aceptar.
Iba a ir a esgrima.