Tras el curso de los días, que pasaron lento y rápido al mismo tiempo, finalmente llegó la primavera, y junto con ella vinieron los días cálidos, los estudiantes salían a charlar en el patio, tomando sol, compartiendo almuerzos y riendo con total tranquilidad, incluso Abby, a pesar de todo, todavía tenía una amiga con quién contar.
Una Mai sonriente venía con su mochila y dentro de ella varios paquetes de galletas y jugo, se sentó al lado de Abby y los compartió con ella mientras hablaban de tonterías, las nubes, el clima, las galletas, lo que sea estaba bien, y entonces viene una persona.
–¿Puedo unirme...? –Dijo una voz más o menos grave.
Levantaron la vista y ahí estaba, Puppet, tratando de sonreír y aparentar normalidad cuando claramente se le notaba que tenía muchas cosas por decir, pero Abby prefirió no cuestionar ahora mismo, era un gran día y la tarde no estaba para pensar en cosas controversiales, así que le hizo un lugar y le ofreció un vaso.
–Es un buen día, ¿no? –Expresó Puppet aceptando el vaso y sentándose a ver las nubes también.
–Así es, el sol brilla y la gente se divierte, creo que todos deberían pasar los días así. –Respondió Mai, mirando a Abby.
–Concuerdo com-ple-tamente... –Dijo esta, con un ánimo radiante y los ojos cerrados, contemplando el momento.
Puppet no pudo responder con nada más que una sonrisa y continuó mirando el escenario escolar que las rodeaba, hasta que Mai le hace un gesto y se retira excusandose de que va al baño, definitivamente era una seña de que algo tenía que hacer ahora, y lo intentó.
–Abby... –Dijo Puppet, tratando de lucir casual.
–¿Sí? Puppet. –Le respondió la otra, esperando algo obvio.
–Yo creo... supongo... puede ser... tal vez... es el momento ideal para hablar cierta cosa, más que hablar... debería, no sé... disculparme, ¿no crees?
–Yo creo que sí, pero si lo estás dudando entonces te diría que no te fuerces.
–Ah, no es que me fuerce... es más como... tú me entiendes.
–Nop... pero adelante.
–¿Cómo empiezo? Bueno... después de... reflexionar y recibir el regaño por parte de mi hermana, me di cuenta de que estaba haciendo algo malo, y recordé que en realidad siento empatía, eh...
–Continúa.
Entonces Puppet trató de hacer un discurso muy largo y confuso de que se disculpaba y que había hecho eso por razones que no puede contarle, a lo que Abby se esforzó por entender pero aceptó las disculpas, se veían honestas así que estaba bien darle una oportunidad.