Frágil

By danielacgalvis

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Chiara parece tenerlo todo en su vida, está cursando su último año en la universidad, tiene al novio soñado y... More

Sinopsis
Personajes
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Epilogo

Capitulo 26

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By danielacgalvis


Alessandro se removió a mi lado desesperadamente, parecía tener una pesadilla.

—Aless —acerque mis manos para despertarlo.

—¡Chiara! —exclamó levantándose de golpe de la cama, las gotas de sudor bajaban por todo su cuerpo y enseguida me busco con su mirada.

—Aquí estoy —le respondí.

Él me abrazo después de eso, hundió su cabeza en mi hombro y me beso en la mejilla.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —le pregunté.

Él se quedó en silencio un par de segundos, me abrazó con más fuerza y me acarició el cabello con sus manos

—Estoy bien —me tomó del rostro y sonrió—. Ha sido un mal sueño, es todo.

Me acomodé en su pecho mientras regresábamos a las sabanas.

—No parecías verte muy bien con esa pesadilla, ¿seguro que estas bien? ¿Quieres hablar de tu sueño?

Él negó.

—Son solo tonterías.

Una vez más se callaba algo que le preocupaba, me dolía que Alessandro no tuviera la suficiente confianza en mí para hablar de todos sus miedos, no quería que sufriera o se atormentara más con aquello. Él necesitaba ayuda.

—Los miedos no son tonterías. Puedo ayudarte escuchándote.

Él me beso en los labios y me pego más a su cuerpo.

—Con solo tenerte aquí me siento mejor —respondió.

—¿A dónde más iría? —le susurré moviendo mi nariz pegada a la suya—. ¿Quieres darme ideas de nombres para el bebé?

Dije aquello para distraerlo de lo que había sucedido, sabia el sueño que había tenido Alessandro tenía relación conmigo, de lo contrario no estaría tan asustado, la angustia lo estaba consumiendo por dentro, por más que quisiera hacerse el fuerte y disimularlo conmigo.

—¿Nombres? No se me ocurre ninguno ahora.

—He pensado en que tenga uno parecido al tuyo, tanto como el de tu hermano como el tuyo se parecen.

—¿Y si mejor lleva uno que se parezca al tuyo?

—El mío no combina con ninguno —hice un puchero—. Ni siquiera combina con el tuyo.

—Tal vez debamos elegir uno que tenga un significado especial, tan especial como lo eres para mí.

—El significado de mi nombre es luz, mi madre dijo que el día en que nací hubo un hermoso atardecer, así que quiso darme un nombre bonito que le recordase aquel día especial, me dijo que era la luz de su vida y por eso me nombró de esa manera.

—Y no se equivocó, porque a donde vayas irradias luz.

—Hubiera sido sencillo si teníamos una niña, la llamaría Sole, había escogido ese nombre si teníamos una hija. Sería como nuestro hermoso sol.

—Bueno los planes han cambiado —acarició mi vientre—. Cariño, no encuentro tu afán para encontrar nombres para el bebé, aún tenemos tiempo para escogerlo.

—Tienes razón, hay bastante tiempo, pero me gustaría tenerlo antes de su nacimiento. Así lo podremos inscribir en el relicario que hemos comprado para él.

Alessandro me regreso una sonrisa después de eso, y nos quedamos abrazados todo el resto de la noche hasta quedarnos dormidos.

**

Tomé en mis manos una de las fotografías que nos habíamos tomado en la pegué en aquel cuadernillo personal que había escogido para escribirle al bebé.

Hola mini Aless, ¿sabes? el viaje a Florencia con tu padre ha sido encantador, realmente es un buen hombre. Espero que seas igual a él, decidido, fuerte y amoroso. Sé que te lo repito siempre, pero eres un bebé muy especial para los dos...

Me limpié una lágrima mientras seguía escribiendo en aquella hoja.

No importa lo que escuches, solo hay una verdad y es que te amamos. Siempre lo hemos hecho, y no importa si no estamos en un futuro juntos, yo siempre, y eternamente estaré contigo, mi amor por ti permanecerá unido a ti todos los días de mi existencia, no olvides que tu madre y tu padre te aman mucho.

Con cariño, mamá.

—Chiara, ¿cariño estas lista?

La voz de Alessandro me hizo cerrar aquel cuaderno, lo dejé dentro de unos los cajones y me limpié las lágrimas con mis muñecas para ir hasta donde estaba Alessandro. Había prometido llevarme a un bonito lugar cerca a la casa, pero aún no me había dicho de qué se trataba.

Llegué al lado de Alessandro cuando estaba de espaldas poniéndose su reloj de mano, le rodee el rostro con las manos y le susurre al oído.

—¿Adivina quién soy?

—Hum, no puedo reconocer esa voz —se burló.

—Te daré una pista entonces, tiene el cabello rizado, y los ojos cafés, es bastante torpe y muy pronto tendrá un bebé, ¿ahora lo sabes?

—Ahora lo sé. Eres el amor de mi vida.

Quité mis manos de sus ojos y me pare enfrente suyo para sonreírle.

—Ven aquí —me tomó de la cintura mientras me sentaba en sus piernas—. ¿Qué has estado haciendo en esa habitación que te tiene tan distraída, eh? —preguntó alejando un rizo rebelde de mi rostro.

—Necesitaba algo de espacio para mí.

—¿Ideas para tu próxima pintura? —me besó en los labios.

—Quizás lo sea —le rodee el cuello con mis brazos y respingue mi nariz en la suya—. Tengo algunas ideas, las haré una vez lleguemos a Roma, puedes ayudarme si quieres, es divertido mancharse de pintura.

Alessandro me regresó una amplia sonrisa y me llenó de besos por todo el cuerpo.

—¿Qué haces? —me quejé soltando una risa—. Me haces cosquillas con tu barba.

—No te quejabas de eso las otras noches.

—Era diferente.

—He llegado a la conclusión de que solo me estas usando como tu objeto sexual —frunció el ceño.

—¿Ah sí? ¿Tienes alguna queja con eso?

—Ninguna —negó y le despeine los cabellos con mis manos—. Mira esos rizos rebeldes señor Marchetti, son muy sexys.

—No tanto como los tuyos —se levantó para cargarme en sus brazos hasta el primer piso—. Te mostrarte el lugar a donde te llevaré hoy, pero primero quiero que veas algo que he preparado para ti.

—¿Cuantas sorpresas me tienes preparadas? Realmente estoy curiosa de ellas.

—Muchas.

Alessandro me llevó cargada hasta el jardín en donde habían dos bicicletas paradas a un lado de la puerta.

—Prometí enseñarte a montar bicicleta, lo haremos ahora y aquí.

—No sé si este muy segura de eso.

Él me dejo en el suelo y me tomo de los brazos.

—¿Confías en mí?

—Sí, pero no en mi torpeza. ¿Y si caigo?

—Yo voy a sostenerte.

Alessandro me tomo de la mano para llevarme hasta la bicicleta, me ayudó a subir en ella y me pidió que confiara en sus indicaciones.

—Mira siempre al frente, y pedalea sin pensar en que caerás.

Puse un pie en uno de los pedales y temblé con aquello.

—¡Ah, voy a caerme, Alessandro, ayúdame! —grite presa del miedo cerrando mis ojos.

—Estoy aquí, no cierres los ojos —me pidió tomándome por la espalda.

—Ya no quiero intentarlo, tengo miedo.

—Vamos inténtalo una vez más —insistió él.

Me llene de valor y abrí mis ojos para ajustar mis manos en el manubrio y ambos pies en los pedales, moví mis piernas y empecé a moverme con ayuda de Alessandro por el jardín.

—Lo estás haciendo muy bien.

—Por favor no vayas a soltarme, esta cosa podría dejarme caer.

—Voy detrás de ti, no te he soltado.

Respire profundamente, seguí intentándolo por cerca de una hora hasta que logré llegar a un enrome pino de la casa.

—Es sencillo Alessandro, ¿por qué fui tan tonta en no intentarlo antes? —me solté a reír con aquello.

No escuché ninguna respuesta de su parte y cuando me detuve, gire mí vista hacia atrás para darme cuenta de que Alessandro me había soltado hace mucho y que había logrado andar sin su ayuda.

—¡Dijiste que no me soltarías! —le grité—. Mentiroso.

Él corrió hasta donde me encontraba y sonrió.

—Era necesario que lo hiciera para que pudieras lograrlo, has aprendido rápido.

—Sí, pero ya no quiero seguir intentándolo. Puede que me tropiece con algo y no quiero caerme.

Deje a un lado la bicicleta y Alessandro se soltó a reír,

—¿Qué? ¿Tengo monos en la cara que no paras de reírte de mí? —le replique.

—Te enojas como una adolecente.

Me quedé en silencio con aquello.

—Anda no te pongas furiosa.

—Has dicho que me llevarías a un lugar, si me llevas perdonaré tus burlas.

—Y lo haré —él se alejó de mi lado para ir en busca de su bicicleta—. Iremos en esto.

—¿Estas bromeando Alessandro?

—Claro que no —dijo serio—. Anda sube —me señaló el asiento trasero.

Me tomé tan solo unos segundos para sentarme allí, le rodee la cintura con fuerza.

—Sostente fuerte —me pidió.

Alessandro comenzó a moverse por el jardín hasta que abandonamos la casa y tomamos un camino, recorrimos aquel lugar frondoso y colorido adornando por arboles tan grandes que parecían llegar al cielo. Recorrimos el puente juntos mirando como el atardecer se metía detrás de las casas de la ciudad. Finalmente nos detuvimos en una pequeña cafetería en la cual había un bonito lago con patos. Bajamos de la bicicleta y caminamos juntos hasta sentarnos en una de las mesas del lugar.

—Este lugar es precioso Aless —miré embobada a mi alrededor.

—Sabía que iba a gustarte, cuando mencionaste en el restaurante que te gustaba lo simple y bonito, pensé en este lugar. Está lleno de flores y es muy tranquilo.

—Hay muchas flores, nunca había visto tantas...

—Creo que venden algunas semillas, ¿por qué no le das un vistazo?

—Regreso enseguida —me levanté de la mesa para ir al interior de aquella cafetería y buscar algunas semillas para el abuelo Vittorio y otras para plantar en nuestra nueva casa. Después de pensarlo muchas veces me decidí por llevar algunas semillas de rosas amarillas y de tulipanes. Me encantaban porque eran muy coloridos y parecían acuarelas.

Después de unos minutos regresé a la mesa junto a Alessandro quien parecía estarme esperando para decirme algo importante.

—¿Has escogido? —me preguntó.

—Sí, espero le gusten mucho los tulipanes al abuelo Vittorio.

Él me regreso una sonrisa.

—Chiara, quiero que mires algo —Alessandro extendió un papel en mis manos—. Quiero que lo leas y me digas si estás de acuerdo con lo que dice allí.

—¿de qué se trata Aless?

—Míralo por tu cuenta —insistió.

Miré detalladamente aquel documento, en el que mencionaba que el bebé tendría parte en las acciones de la empresa y que además de aquello en caso de que decidiera separarme de Alessandro yo me quedaría con la mitad de su dinero, y con la custodia completa del bebé.

—Aless no estoy entendiendo, ¿por qué me das esto ahora?

—Porque quiero lo mejor para mi familia Chiara.

—No es necesario esto, no estoy contigo por el dinero.

—Lo sé —tomó mi mano en las suyas—. Pero no quiero que si sucede algo estés sola y sin ayuda. Ya he comprobado que no cuentas con nadie más, y no quiero que vayas en busca de tu padre.

—No voy a firmar esto Alessandro, cometí un error una vez y no quiero tener acuerdos contigo.

—Esto no tiene ninguna relación con el acuerdo anterior.

—¿Crees que seré como Carina? ¿Qué me iré con tu dinero?

El negó.

—Nunca he creído eso, pero esto es lo más justo para ti y mi hijo. Es mi forma de protegerlos.

Tomé aquello sin importancia, y terminé firmando el acuerdo con Alessandro a pesar de que no deseaba que un papel me dijera que hacer con mi vida y la de mi hijo. No me sentía bien con aquello.

—Ya está, ¿contento?

Él se burló de mi reacción.

—Se lo daré a mi abogado, Carina ha estado molesta con la cancelación de sus tarjetas de crédito y la casa en Milán. Al parecer no tiene a donde ir.

—Ahora entiendo porque Leandro la odia tanto.

—No arruinemos nuestra luna de miel mencionándola, disfrutemos del lugar —enlazó su mano a la mía.

Hicimos nuestra orden en aquella cafetería y luego nos tomamos un par de fotos en el lago para nuestros recuerdos. Alessandro desconocía por completo lo que hacía con aquellas fotos, pero era parte de mi terapia para canalizar mis heridas y miedos. Regresamos a casa casi a al anochecer y nos tumbamos a la cama para ver una película juntos mientras tomábamos chocolate caliente hasta quedarnos dormidos.

**
Cubrí las semillas con la tierra, me encargué de regarlas para que pudieran crecer y dar hermosas flores.

—Serán unos bonitos tulipanes —sonreí levantándome del césped.

—Claro que lo serán, las has plantado tú —respondió el abrazándome por la espalda.

—Quiero que nuestro jardín tenga muchas flores, y también un columpio, uno grande en el que podamos subirnos los tres, le pondré luces al lado. ¿Podemos regresar para hacerlo?

—Por supuesto que sí.

—Después de eso nos tomaremos unas lindas fotos, el álbum se verá precioso, el bebé tendrá recuerdos de los dos.

—No necesita recuerdos de los dos, estamos juntos.

—Sí, pero quiero que vea en esas fotografías lo feliz que somos. Esa es la función de las fotos capturar recuerdos.

—Haremos todo lo que tú quieras cariño.

—Nunca me había sentido más feliz en mi vida como ahora —cerré mis ojos respirando el aire puro de aquel lugar—. Puedes vivir cien años y no hacer nada con tu vida, o puedes vivir veinticuatro hacer feliz a otros y ser completamente feliz con ello.

Alessandro se alejó de mí y me miró con aquel brillo en sus ojos.

—¿Aless estas bien? —le pregunté.

—Yo... —miró a los lados confundido—. Necesito un momento —dijo para regresarse a la casa.

Le seguí el paso sin entender lo que sucedía. Lo encontré en el mueble con su vista puesta en los zapatos.

—Alessandro, ¿qué sucede? Me has asustado.

Él se quedó en silencio.

—Estas actuando extraño desde ese sueño, dime que fue lo que viste.

—Tú te ibas y yo no podía sostenerte, no podía hacer nada para que te quedaras —dijo entre lágrimas—. Ya no puedo soportarlo más Chiara. Tengo miedo de que te suceda algo, porque si te vas para siempre no podré hacer nada para traerte de vuelta, y si no te traigo de vuelta mi vida será un infierno.

—Oye —le tomé del rostro—. No he dicho que me iré para siempre.

—No lo dices para no lastimarme, pero sé que piensas en eso. Cada vez que hablas, siento aquí en mi corazón como si te estuvieras despidiendo, y el dolor no se va, por más que lo intente no se va, ¡quiero que se vaya!

Nunca había visto a Alessandro tan frágil e indefenso como ahora, tan lleno de tristeza, dolor y rabia.

—Cálmate —lo abracé y lo mimé en mis brazos—. Vamos a ser felices, muy felices. En cuatro meses seremos más felices que ahora. Lo prometo.

Permanecimos así un momento hasta que el teléfono móvil sonó, Alessandro ignoró en un principio la llamada pero después ante la insistencia de su secretaria decidió responderla.

—¿Estas segura de eso Lory? —camino de un lado a otro—. De acuerdo regresaré a roma cuanto antes.

Me quede esperando a Alessandro en aquel mueble hasta que regresó a mi lado.

—Debo regresar a Roma, al parecer hay algunos problemas con unos balances. También debo ir a una junta con unos socios, se supone había cancelado el viaje, pero...

—Está bien, no hay problema. Empacare las cosas y regresaremos.

—No se supone que deberíamos terminar la luna de miel así. Tampoco quiero dejarte sola con mi viaje a Malta.

—Alessandro tu trabajo también importa, no te preocupes, tendremos mucho tiempo juntos después de eso, lo aseguro.

Esa misma tarde decidimos regresar a la casa de Roma, y una vez entramos allí Alessandro descubrió correspondencia con algunos documentos a su nombre y el mío. Al parecer el juicio contra mis amigas y Lorenzo comenzaría en una semana. Pero aquello no era lo peor, Carina había sido llamada a declarar y se había asegurado de contratar un abogado que se encargaría de llevar a la bancarrota a Alessandro si no accedía a algunas de sus peticiones.

—Esa mujer va a volverme loco —dijo furioso mientras arrojaba el papel a un lado.

—No entiendo, que desea de todo esto. Creí que podría alejarse de nosotros por un tiempo por las amenazas en sus contra, pero parece que no se da por vencida.

—Carina no se dará por vencida, ella no es de las que acepte perder.

—ella fue la que te engaño a ti, no le debes nada. Se aprovechó de tu dinero y tu apellido para obtener beneficios solo está furiosa porque no han salido las cosas como las planeaba, es feliz haciendo la vida de otros miserable.

—Yo me encargaré de ella, me reuniré con Carina mañana y pondremos fin a esto de una vez por todas. No me importará pagar una buena suma de dinero si con eso nos deja en paz.

Alessandro parecía muy convencido de sus palabras, pero sabía que aquella mujer planeaba algo más con todo aquello, y tenía miedo de lo peor.

***

GRACIAS POT TODO SU APOYO Y AMOR A LA HISTORIA. NO SE OLVIDEN DE RESPONDER ALGUNAS PREGUNTAS:

¿Qué les ha parecido la reacción de Alessandro con el sueño que ha tenido?

¿Creen que en realidad Chiara se este despidiendo?

¿Qué opinan del acuerdo que propuso Alessandro?

¿Cuál ha sido su parte favorita del capitulo?

¿Les gusta la historia?

¿Pasará algo ahora que Carina ha decidido  dejar en bancarrota a Alessandro? ¿Qué hará?

RECUERDEN DEJAR SUS VOTOS Y COMENTARIOS Y RECOMENDAR LA HISTORIA SI LES GUSTA

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