Yizhan.

By MichiLugo

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- Para tí ¿Que es Yizhan? - Un nombre. - ¿Y si te dijera que más que un nombre, son dos, que incluso existe u... More

Prólogo.
Promesa.
Feroz.
Deuda.
Destinados.
Desde aquel balcón.
Mi Corazón es Tuyo.
Solo Mio.
Promesa Rota.
Unión.
Nuestra Noche.
Esa Flor.
Una Vida Pacífica.
Convivencia
Armonía.
Lucharé por ti.
Confabulación.
Cautiverio.
Nuestras Almas Gemelas, Nuestros Grandes Amores.
Inesperada Confesión.
El Pequeño Príncipe.
Castigo.
Paseo.
Tristeza.
El Cachorro del León.
Batalla.
En el frente.
Sorpresas.
Sol y Luna.
Una luna travieza.
Cambio.
Una Peonia Oscura.
Resentimiento.
Peonía negra.
Un amor que provoca enojo.
Cuando el peligro acecha.
Una gran lealtad.
Calma antes de la tormenta.
Preludio.
El desastre se aproxima.
¿Un adios o un hasta luego?
El caos se avecina.
El dolor de la traición.

Confesión.

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By MichiLugo







Ambos omegas se encontraban viéndose a la cara finalmente. En aquella habitación sólo se encontraban ellos dos, no había nadie más con ellos, nadie que pudiera entrometerse en la plática de estas dos personas.

Xiao Zhan seguía de pie a unos pocos metros de la cama de la emperatriz. No dejaba de mirar su pálido rostro tratando de adivinar que pasaba por su cabeza en ese instante.

Lian Hua por su parte se quedó viendo al rey consorte quien mostraba una notable preocupación por medio a su ceño levemente fruncido.

Quizás quien lo viera desde afuera sentiría que aquel ambiente era un tanto tenso pero a pesar del silencio y la incertidumbre, ninguno de los dos omegas experimentó tal tensión.

- ¿Majestad?.- Zhan habló en tono pausado.

- No te quedes allí.- Se hizo a un lado.- Siéntate.

- Gracias.- Caminó hacía la cama y se sentó quedando de frente a la emperatriz.- ¿Ya se encuentra mejor?

- No.- Una amarga sonrisa se dibujó en sus labios.- Creo que durante mucho tiempo no llegaré a sentirme bien.

- Imagino como debe sentirse en este momento...

- Quiero hacerte una pregunta.- Lo interrumpió.- Por favor, espero que seas sincero conmigo.

- Claro. Pregunte lo que desee, este súbdito le jura sinceridad completa.

- Aún sigues refiriendote a ti mismo como un súbdito.

- Es lo que soy.- Sonrió con suavidad.- Soy un súbdito del emperador y la emperatriz. Antes fui un súbdito incluso de mis padres. Mis gobernantes siempre tendrán mis respetos y admiración.

-......- Se quedó viéndolo.

- ¿Que quería preguntarme?

- Quizás sea incomodo para ti.- Bajó la mirada.- Pero espero que me puedas responder.

- La escucho.

- Bien.- Levantó su mirada a atentos ojos del omega.- ¿Es cierto lo que escuché? ¿Es cierto que le hiciste todo eso a mi hermano?.- Su voz se quebró.

- No sé qué fue aquello que llegó a sus oídos por lo que no podría aceptar la responsabilidad por rumores de otros.- Bajó la mirada.- Pero si le diré que su hermano fue castigado bajo la ley de Liang.- Apretó sus manos en puño.- Y fue un castigo...doloroso. Castigo que aquel que se atreve a ir contra la corona recibe.

- Entiendo.- Las lágrimas en sus ojos corrieron.

- Majestad, créame que lo siento mucho. En ese momento me cegue por el enojo y actué olvidando de quien se trataba.- Cerró sus ojos.- Siento mucho que haya tenido que pasar por esta experiencia amarga.

- Tú...- Tenía la mirada baja y sostenía sus sábanas con fuerza.- Desde que apareciste...la vida que tenía, esa vida feliz y perfecta...cambió.

-......

- Yo fui abandonada...Me convertí en la burla de aquellos quienes ha pesar de que he hecho un buen trabajo como emperatriz y esposa siempre buscaron algún defecto para señalarme. Mi esposo...quien solía mimarme y acurrucarme entre sus brazos dejó de hacerlo...he soportado burlas, críticas y señalamientos.- Levantó su mirada mostrando su rostro empapado.- Ahora incluso perdí a mi hermano, lo torturaste...- Su voz se quebró.- Lo volviste nada...- En un movimiento repentino se aferró a las solapas del omega tirando de él.- ¡Mi vida fue en declive con tu llegada!.- Le gritó al rostro.- Pero ¿Sabes que es lo peor?

-.....- Negó en silencio.

- Se supone que debería odiarte con toda mi alma por eso.- Lo sacudió.- ¡Pero no logro hacerlo!.- Rompió en llanto al mismo tiempo que dejaba caer su cabeza en el hombro del omega.- ¡No puedo hacerlo!

Xiao Zhan no esperaba escuchar estas últimas palabras salir de los labios de la emperatriz. Cuando ingresó a su habitación, iba preparado para ser recibido con hostilidad y recibir una fuerte carga de ataques.

Había lastimado a su hermano mayor, lo había torturado de forma cruel y sanguinaria. Era obvio que aquella mujer a pesar de haber accedido a que fuera castigado se iba a sentir dolida con aquel fin.

Espero un escenario caótico de gritos, insultos y estaba listo para recibirlos pero sorprendentemente fue todo lo contrario.

- Lo siento.- La arropo con sus brazos.- Lo siento mucho.- Sus ojos se llenaron de lágrimas.

- ¿Por qué no puedo odiarte?.- Lloró.- ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser así?.- Se aferró al omega y lloró con más fuerzas.

- Lo siento mucho.- Sus lágrimas corrieron.- En verdad lo siento.

..........

- ¿Como crees que le esté yendo a mi cuñado con mi cuñada?.- Li'An caminaba junto al alfa persa.

-......

- ¿Crees que tengan una disputa?

- No lo sé y no me importa.- Tenía la mirada hacía el frente.- Los asuntos personales de mi maestro no son cosas en las que deba meter mis narices.

- Yo creo que no habrá problema.- Se giró hacia el alfa.- Mi cuñada es una buena persona, es muy dulce. Lo único malo que hizo fue eso de hacerle prometer al emperador que no traería más concubinas al palacio y es algo que tanto yo como muchos creemos que su madre tuvo que ver con ello.

- Mi maestro también es una buena persona. No importa si torturó al general Feng, cuando lo hizo estaba iracundo por lo que me había hecho y quería vengarse pero mi maestro es una gran persona.

- Eso lo sé.- Mostró una gran sonrisa.- Ya llegamos.- Se detuvo.- Al final tuviste que acompañarme.- Sonrió.

- Entra, debo ir con mi maestro.- Se dio la vuelta para marcharse pero el joven principe se interpuso en su camino.- Apartate.

- Solo quiero quiero hacerte una pregunta.

- ¿Cual?.- Bajó la mirada hacía el que tenia en frente.

- En realidad ¿Te desagrado?.

El alfa Persa se quedó viendo la expresíon en el rostro del joven omega, esta tenia tintes de tristeza y decepción. Era la primera vez que veia esto en él ya que siempre mantenía una gran sonrisa incluso cuando platicaba sobre sus desgracias.

Por alguna razón se sintió desconcertado e inquieto, no entendia el porque su corazón golpeaba tan fuerte cuando veia ese tipo de expresiones en aquel pequeño y molesto omega. 

Deseaba seguir siendo indiferente a aquellos que lo rodeaban, ahora más que nada ansiaba aquello pues cuando experimentaba este tipo de situaciones con aquel joven principe, sentía que era algo molesto para él ya que eran situaciones y sensaciones que antes jamás había experimentado.

Soltando un pesado suspiro volvió a mirar los grandes y brillosos ojos del pequeño omega frente  a él y entreabrió sus labios aún dudando si debía recitar las palabras que estaban estancadas en su garganta.

- ¿Es dificíl para tí responderme?.- Sonrió con tristeza.- Ya veo, si estás dudando en decirlo es porque en realidad no te agrado y temes expresarlo porque soy el hermano menor del emperador.- Le dio la espalda y volvió a sonreir.- No debes preocuparte por eso, nadie lo sabrá...

- A mí nunca me ha importado lo que digan los demás.- Lo interrumpió.- Incluyendo a tu hermano.

- ¿Entonces por qué no quieres decirme?.- Se giró.

- No me desagradas. Generalmente a mi me desagrada todo el mundo a excepción de mi maestro pero tu no me desagradas.- Desvió su mirada del rostro del principe.- La mayor parte del tiempo eres muy molesto pero no me desagradas.

- Entonces...- Su sonrisa se hizo enorme.- ¿Podemos ser amigos?

- Yo no hago amigos.

- ¿Podría ser yo una excepción?.- Juntó sus manos entre si y jugueteó con ellas.- Tu me agradas y por alguna razón me siento comodo y seguro a tu lado. Ya te lo dije no tienes que preocuparte por mí, casi no puedo considerarme si quiera un omega.

-......

- Prometo que no te fastidiare...Bueno, no mucho ¿Que dices?

- Entra y toma tu medicina.- Pasó a su lado no sin antes llevar su mano al pelo del menor y alborotarlo.- No hagas que tu hermano se enoje.- Se alejó.

- ¡Voy a tomar eso como un si!.- Se quedó viendo como el alfa se alejaba.


...........


Xiao Zhan se encontraba sentado en su terraza con la mirada puesta en el cielo oscuro. Frotaba su abultado vientre mientras soltaba casuales suspiros y navegaba entre sus pensamientos.

Wang Yibo por su parte lo observaba desde su asiento. Desde que habían regresado de los aposentos de la emperatriz, su omega se había mantenido en silencio.

No sabe que fue lo que ocurrió en aquella conversación, solo sabe que cuando finalmente se le permitió ingresar a la habitación, su emperatriz yacía dormida profundamente en el hombro de su consorte.

Siente curiosidad por saber lo que allí ocurrió pero no quiero ser invasivo, no quiere adelantarse. Espera que sea su omega quien decida cuando hablar así que lo esperó pacientemente.

- ¿Quieres comer algo?

- No tengo hambre.- Dirigió su mirada hacía su alfa y sonrió con suavidad.

- Deberías descansar, hoy ha sido un día muy cargado para ti.

- Estaba a punto de pedirte que nos fueramos a la cama.

- Entonces vamos.- Se levantó tomó las manos de su omega para ayudarlo.- Dentro de poco se hará oficial el anuncio. Todos sabrán que Yang tiene un nuevo general. Vamos a esperar a que pase el tiempo de duelo en la mansión Feng.

- Me parece bien.

- Ahora, dejame llevarte a descansar.- Rodeó sus hombros con su brazo.

- ¿No me vas a preguntar sobre la conversación que tuve con la emperatriz?.- Se detuvo.

- En tí está la decisión. Si quieres que lo sepa me lo dirás y si no...respetaré tu silencio.

- Me alegra saber eso.- Besó su mejilla.- Porque me gustaría que lo que ocurrió allí dentro solo quede entre la emperatriz y yo.

- Entiendo.- Sonrió.

- Cada día y gracias a tus acciones, me doy cuenta que tomé la mejor decisión al seguirte hasta aquí.- Sonrió.- Al elegirte como mi compañero.- Besó la frente de su alfa.

Las cosas que ocurrieron y las palabras que se dijeron dentro de los aposentos de la emperatriz, eran algo que se quedaría como un secreto entre ellos. Zhan no pretendía revelar ni siquiera a su alfa el como había visto a su emperatriz en tal estado vulnerable y lamentable.

Era una mujer la cual había sido considerada como magnanima por lo que en un acto de empatía y cariño, decidió que dicha imagen debía mantenerse intacta. No quería que los demás supieran lo debíl y fragil que se había vuelto la emperatriz de Yang a causa del dolor y el amor.

Quería preservar su dignidad y lo haría por lo que jamás le contaría ni siquiera a su emperador como la gran emperatriz de Yang abrió su corazón ante él con aquel llanto lamentable. Este sería un secreto que solo compartirían ambos omegas, una pequeña complicidad.


**Meses después**


- ¿Podría el emperador sentarse?.- La emperatriz rodó los ojos.- Está a punto de marearme.

- Hua Hua.- Se sentó junto a la emperatriz.- ¿Es normal que se demore tanto?

- Usted no lo sabe pues cuando nuestra peonía nació estaba en medio de una expedición pero esto se toma su tiempo.

- ¿Es muy doloroso?

- Lo es.- Asintió.- Pero su consorte es un hombre sumamente fuerte por lo que podrá con esto.

- Estoy nervioso.- Se quedó viendo hacía la puerta.- No quiero que les pase nada. No puedo dejar de recordar cuando mi peonia nació y tu te viste en peligro, eso me preocupa.

- Ya le dije.- Sonrió.- Su consorte es distinto, es fuerte. No es como yo.

- Tu tambien eres fuerte.- Tomó su mano.- Siempre lo has sido.

- Ya estamos aquí.- La emperatriz madre llegaba junto a la emperatriz de Liang.

- ¿No hay noticias de mi hijo?.- La emperatriz de Liang se acercó a su yerno.

- Madre, Zhan ha estado pidiendo verla.- Yibo se levantó de su asiento.

- Fui al templo con la emperatriz madre a elevar una plegaría por mi hijo y mi nieto.

- Por favor, pase y acompañe a su hijo.- Lian Hua invitó a su mayor.

- De acuerdo.- La emperatirz de Liang caminó hacía la habitación junto a su yerno.

- Digale a Zhan que aquí estoy.- Yibo se detuvo.- Digale que aquí estaré.

Han pasado unas cuantas horas desde que el rey consorte de Yang ha entrado en labro de parto. Finalmente el día tan esperado había llegado, aquel bebé tan esperado por sus padres había decidido salir al mundo.

Tanto el emperador como la emperatriz y la emperatriz madre, esperaron fuera de los aposentos mientras que un grupo de medicos imperiales y la emperatriz de Liang se encontraban asistiendo al rey consorte.

La emperatriz de Liang había viajado al reino de Yang unas semanas atrás, quería estar junto a su hijo para cuidar de él y recibir a su nieto. Esto hizo muy feliz a Zhan quien en esos días se encontraba más que irritable pues su enorme vientre le impedía realizar algunos actos, entre ellos el esgrima.

Luego de haber sido nombrado como el general con mayor rango en Yang, el omega se encargó personalemente tanto del entrenamiento de sus tropas como de los asuntos militares pero ultimamente sus responsabilidades se vieron interrumpidas por aquel vientre el cual parecía no dejar de crecer.

El fuerte llanto del recien nacido alertó a aquellos que esperaban fuera de los aposentos. El ansioso padre se levantó con tal rapidez de su asiento que dejó caer la taza de té que había sido preparada expresamente para calmar sus nervios.

Cuando la puerta finalmente se abrió, la emperatriz de Liang apareció cargando entre sus brazos a un pequeño y regordete bebé, su piel estaba enrojecida por el llanto y su voz era sumamente fuerte. Su cabeza estaba revestida de una hermosa cabellera negra y sus ojos se mantenían cerrados.

Wang Yibo se quedó inmovil al ver a su suegra caminar hacía él. Su corazón golpeaba fuertemente y sus temblorosas manos sudaban por montones. Su hijo, aquel fruto de su amor con su destinado, finalmente había nacido.

- Felicitaciones Emperador.- La emperatriz de Liang colocó al bebé en sus brazos.- Acaba de convertirse en padre de otro hermoso niño.


.

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Los omegas del emperador de Yang finalemente se vieron a la cara luego del desastre que dejó la muerte del general Feng.

Al final fue tal y como la emperatriz madre pronosticó. La emperatriz Lian Hua ni siquiera se enojó con Zhan, en cambio se enojó con ella misma por no poder odiarlo.

Yo nomas les digo que mi emperatriz esta chiquita, ella no es mala y tampoco quiere hacer daño.

¿Sserá que al final Shaham si aceptó ser amigo del pequeño principe? Ese alfa persa no lo sabe pero ya encontró quien domará a la bestia jajajaja

Ya nació la bendi del Yizhan y es un varon, en el proximo cap sabrán cual es su nombre.

Pido disculpas a todo el que asusté con el one shot de Halloween jajajaja si les sirve de algo yo tambien me llevé mi sustotes escribiendo jajajaja.

Gracias por leer.




















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