PREPARATIVOS PARA LA PELEA
ESTACIONÉ MI vehículo en la entrada de la casa de Charlie. Izzie estaba bastante callada después de que en el camino le dije lo que había sentido antes el comentario de Jasper. Podría parecer insignificante, pero no lo era. Mire la entrada de la casa al sentir un lindo aroma, allí estaba Alice. ¡Genial! Que se note el sarcasmo.
-Mas fríos -me quejé bajando y cerrando de un portazo. Izzie bajó poniendose a mí lado.
-Bueno, Alice ya no te pierdas -Papá le dijo sonriente a la vampiro y me cruce de brazos confundida.
-no lo haré -Se despidió sonriente. Mire a mí papá ceñuda, este alzó las manos en seña de inocencia.
-si coartada para la batalla ya está arreglada -Alice me sonrió. Cómo detestaba que la vampiro sea tan linda, tan tierna -le dije a su padre que toda la familia se irá de campamento, entonces nos quedaremos en mí casa. De todos modos Charlie piensa irse a pescar.
-¿Charlie? -Izzie sonreía -¿Ahora son los mejores amigos?
-pues le agrado -Se encogió de hombros -ademas, tuvimos una charla respecto a un tema y él entendió perfecto -Me miró. Genial, si de por si papá aveces me daba en bandeja de plata, ahora me entregó en bandeja de oro -de hecho, tú y Edward tendrán la casa para ustedes -se dirigió ahora a Izzie.
-¿Solo nosotros? -le sonreí con burla a mí hermana que me miró asustada. Claro, cómo si Edward quisiese perder la virginidad, de seguro solo estarán abrazados mientras mí hermana ruega por al menos un besito.
-iremos de cacería, preparación para la batalla -contestó asintiendo repetidas veces -de nada.
-Es cómo tener un gran bufé de comida, estar muerta de hambre y no poder comer nada -Me reí mientras mí hermana me golpeaba avergonzada.
-¿Sabes? Creo que oí a Charlie llamarme -Izzie señaló comenzando a caminar. Hija de...
-¿En serio? Yo creo que no -quise frenarla pero me sonrió a labios sellados entrando dentro.
Me rasque la nuca y luego la acaricie con fuerza, ya estaba incomoda, fantástico. Izzie parecía tener un complot con todo el mundo para que yo hablase con uno o en lo posible todos los Cullen. Mire a la de cabello corto que jugaba con el brazalete que hicimos juntas en clase de artes. Ese estupido brazalete que teníamos juntas.
-Leo... -sonrió encogiéndose un poco en su lugar. Dentro se podía escuchar a papá alagar a Alice -no tuvimos tiempo de hablarlo bien y sé que estás molesta aún.
-Alice, ustedes no lo entienden -me quejé pasando una mano por mí frente -sé que ya es repetitivo usar la excusa de que ustedes me dejaron y me abandonaron, pero en verdad no comprenden la impotencia que sentí, su manera de despedirse, su desaparición, tantos meses... -Me quejé poniendo las manos en los bolsillos de mí pantalón.
-Lo sé, pero nosotros también la pasamos mal y sé que estás consciente de eso -dió un paso al frente quedando más cerca. Baje la mirada, si de por si antes de irse era las baja que yo, ahora con mí transformación lo era un poco más -Se puede morir de amor y lo estamos haciendo por ti.
-ustedes ya están muertos -Murmure pausadamente antes de pasar a su lado.
-¡Ay, por favor! -gire cuando estaba por subir las escaleras -¿Tiene que venir cada uno de nosotros a ponerse de rodillas para que lo perdones? Porque si es lo que quieres, lo haremos. Solo dinos lo que debemos hacer, te lo suplico... -puso una mueca triste, suplicante de hecho.
-Ya no sé si los quiero lejos o cerca -me sincere subiendo dos escalones -tengo la mente hecha un desastre y toda esta situación no ayuda. Necesito tiempo.
-van más de tres meses de tiempo -Se quejó, podía ver sus ojos de color dorado cristalizados en lágrimas estancadas que nunca caerían -casi cuatro.
-aun falta más.
Me di la vuelta entrando a la casa.
Cerré la puerta detrás de mí sintiendo mí respiración temblorosa. Voltee asustada al escuchar un ruido y vi a papá e Izzie. Papá se chocó con el marco de la puerta y mí hermana casi tiraba un florero.
-no estábamos escuchando -Izzie negó abrazando el florero.
-Solo estábamos... Viendo las puertas, que buen carpintero contraté -Papá fingía demencia viendo el marco de madera y golpeandolo dos veces para después verme.
-Son unos chusmas -me quejé yendo a la cocina -Paul vendrá en un rato, almorzaremos acá.
-Bien, bien -aceptó papá llegando con Izzie a mí lado.
-En verdad, nosotros no estábamos escuchando -Izzie dejó la decoración dónde iba y los mire con una ceja alzada.
-ay, aja.
Podía sentir el aire fresco por mí piel hirviendo pasar. Por alguna extraña razón, una bastante obvia, mis manos cosquilleaban de una manera molesta, mi cuerpo se sentía molesto y tenía una especie de escalofrío constante en mí nuca. Estaba terminando de armar la carpa sobre la montaña. Podía sentir la tormenta avecinandose.
Estábamos a pocas horas de la batalla, según Alice.
Había venido hasta lo más alto que podría, pensando en la presión de Izzie, pero no tuve en cuenta la tormenta y no sabía cómo afectaría. Aún así, conociendo a Edward y conociéndome, Bella no pasaría mal la noche con nosotros dos viendo que ella esté bien.
Tenía unas inmensas y poco usuales ganas de llorar de la ansiedad y preocupación. Tal vez era que recién estaba tomando en cuenta la seriedad de la situación, dejando los chistes y la molestia de lado. Había vidas en juego, la de mis dos hermanos, mí mejor amigo, la manada, los Cullen. Si fallabamos, también estaba en juego todo Forks.
Sentí unas pisadas y el olor de Edward acercarse. Termine de clavar una estaca del lado derecho de la carpa y mire al cobrizo que apareció de un salto, al parecer escaló la montaña cómo un demente en vez de subirla a pie. Tal vez lo suyo era más rápido.
-¿Sabes? -Puse las manos en mí cadera -en estos momentos me recuerdas al novio de Mavis, la hija de Drácula. Con tú mochila enorme, pesada y verde, tú cabello anaranjado y mal peinado. Eres idéntico.
-Me estoy arrepintiendo de haberte pedido venir -se quitó la mochila para sacar las cosas, cómo la manta térmica de Izzie.
-no me pediste, me obligaste -Lo corregí ayudándolo.
-me obligaron a obligarte -Fue su turno de corregirme. Sabía que por culpa de ellos estaba aquí -solo querían protegerte -dijo al leer mis pensamientos.
-Cómo yo a ellos, a pesar de que sigo enojada, pero son siete contra una -me encogi de hombros. Ambos estábamos acuclillados.
-me sorprende tú... No sé si decirle orgullo o voluntad -Admitió sonriendo -Pero eres muy decidida, morocha, yo no hubiese aguantado jamás lo que tú.
-gracias, creo -Terminé y me levanté sacudiendo mis manos -significa bastante viniendo de quien creía que era mí amigo -se giró a verme con tristeza.
Me cruce de brazos esperando, Jacob e Izzie ya deberían estar llegando. Edward terminó de arreglar todo solo, sabiendo que yo no lo escucharía.
Al menos dos horas pasaron, el frío aumentó un poco, ni Edward, ni yo lo sentimos, pero el viento nos lo daba a entender. Mire a mí derecha y chasquee los dedos llamando la atención de Edward, el niño Black ya estaba llegando con Izzie en sus brazos.
-Creí que habían tropezado y se habían caído colina abajo -me reí abrazando a Izzie.
-Casi, pero no -Jake sonrió. Le devolvi el gesto agradecida y él asintió. Ya estában las pases hechas un poco entre nosotros. Solté a mí hermana para que abrace a Edward.
-gracias -le agradeció una vez la soltó. Jake le hizo el mismo gesto que a mí.
-debes volver antes de la tormenta -Izzie le pidió al lobo.
-Mi conexión con la manada los mantendrá al tanto -Me acerque a hacer un choque de puños con Jacob -igual, necesitaré que mañana a la mañana, antes de la batalla, vengas con leña para el fuego. Olvidamos de traer.
-de acuerdo.
Se alejó corriendo y mí hermana junto a su sanguijuela entraron a la carpa. Yo me dispuse a revisar el perímetro y, tristemente, agarrar dos ardillas para llevárselas a Edward que salió, cuando ya era de noche.
-¿No te preocupa que algún día los animalitos del bosque se reúnan y te maten? -pregunte dándole las dos criaturas -digo, ya te conocen -Edward negó sonriendo un poco y se alejó para comer -¡Lo digo en serio! -grité cuando ya estaba más lejos. Él hizo lo mismo que yo hice muchas veces, sin darse la vuelta, levantó su dedo de en medio en mí dirección -¿Esos modales te enseñaron en la época de Moisés, abuelo?
Pase la lengua por mis dientes con diversión pero mire preocupada dentro de la carpa. Abrí y entre para ver a mí hermana abrigada pero con frío.
-debí escoger un punto más bajo -suspire al ver sus labios morados -lo siento, Izzie.
-no es nada -negó, pero el castañeo de sus dientes decía lo contrario.
-entonces supongo que no querrás que una estufa humana te abrace, digo, cómo no es nada -Me encogi de hombros dispuesta a salir.
-no... -sonreí dandome la vuelta. Moví q mí hermana y me puse detrás de ella, me abrazo por la cintura soltando un suspiro de alivio al tocar mí cuerpo -dejó de gustarme dormir contigo en cuanto me asfixiabas pero ahora lo agradezco -reí al oírla.
-tú estás congelada y eso que es difícil para mí sentir frío -Puse mí mano en su mejilla y ella se aferró más, apoye mí cabeza sobre su feo gorrito de lana. Me sentí culpable de ver a mí hermanita así.
Edward entró a la tienda y nos miró para después sentarse frente a nosotras. Izzie estaba por voltear a verlo pero le hice una seña al cobrizo de que se limpie la comisura de sus labios ya que tenía sangre de ardilla bajando. Él se limpio rápido.
Ayude a Izzie a darse vuelta y la abrace por la espalda, puso sus manos sobre la mía y se durmió viendo al cobrizo.
-lindo tatuaje -mire mí brazo, el símbolo de iniciación a la manada.
-si tú inicio de tema de conversación va a ser alagar el tatuaje que ya viste treinta veces, eres pésimo para hablar -Me burle hablando en voz baja por Izzie.
-Bueno, a Bella la primera vez le hable del clima -se encogió de hombros sonriendo.
-¿Y así ahora quiere pasar la eternidad contigo? Vaya -Alce las cejas oyendolo reír, pronto quedamos en silencio.
-Entonces, ya te dijo -asentí -Quiero decirte que yo no quiero eso, en verdad...
-si lo quieres -lo interrumpí viéndolo -porque la amas, lo que no quieres es que sufra. Pero, entre nosotros, ambos somos muy egoístas, Edward, y los dos preferimos que Izzie pase la eternidad con nosotros antes que verla envejecer sabiendo que ella no lo quiere.
-creí que querías que ella viva una vida normal -se cruzó de brazos sobre sus rodillas.
-antes. Pero ahora, si voy a vivir por toda la eternidad, quiero tener a mí hermana conmigo si es que ella también lo quiere -admire el rostro de mí hermana. Ya había tomado color su rostro, ya no temblaba.
-yo... Lamento haberme ido -lo observé, él miraba un punto en la carpa -en verdad lo siento. Eras mí única amiga por elección, reíamos y nos apoyamos, sinceramente fui un idiota -dirigió sus orbes dorados a mí -Y me arrepentiré toda la vida porque te hice odiar a mí familia por algo que en realidad solo fue mí culpa.
Creo que a pesar de que la mayoría del peso del asunto caía en los hombros de Edward, fue el primero al que disculpe. Ya que él tomó una desición por su propio mérito, no se dejó llevar por nadie cómo el resto. Alcé mí puño y él negó con una sonrisita pero estiró el suyo para chocarlo con el mío.
-Me alegra saber de qué te arrepientes y te duele -Sonreí burlona. Él asintió dándome la razón -Pero a mí también me dolió perder a mí alma gemela.
-somos iguales y pensamos igual -Aceptó -tambien sentimos de misma manera.
Me acomode para dormir junto a mí hermana, involuntariamente, tenía una sonrisa en el rostro.