El alfa reposaba comodente su cabeza del vientre de su omega, sus ojos se mantenían cerrados mientras intentaba percibir algún tipo de movimiento o sonido proveniente de aquel lugar pero a sus oídos sólo podía llegar el calmado latir del Corazón del pelinegro que acariciaba suavemente su pelo.
Allí estaban ellos sobre la cómoda cama, en silencio y tan cerca, disfrutando de un momento en donde las palabras no fueron necesarias.
Mientras jugueteaba con las largas hebras de su alfa y veía como este se mantenía pegado a su pequeño y abultado vientre, internamente Zhan se burló de su yo del pasado. Ahora que daba una mirada hacía atrás se había percatado que sus palabras, sus promesas y todo aquello que había asegurado con toda confianza cumplir, sólo habían sido palabras lanzadas al viento.
Si el Zhan del pasado y el del presente pudieran verse de frente sin dudas tendrían un altercado. El del pasado le reclamaria por no mantenerse fiel a sus palabras mientras que el del presente se burlaria abiertamente en su cara.
Había pasado a convertirse en todo aquello que siempre repudió. Era un omega perdidamente enamorado de su alfa y en espera de sus bebés. Sin dudas, la vida suele dar ciertos giros inesperados.
- ¿Sigues tratando de escuchar algo?.- Sonrió.
- Cuando LianHua tuvo a mi peonia el solía moverse mucho.- Levantó su mirada.- Su vientre se estiraba, parecía algo irreal pero era emocionante pues eso me dejaba ver que estaba allí.
- Imagino que aún no puedes sentir nada porque está muy pequeño.
- Si.- Depositó un beso en su vientre.- Debe ser eso.- Volvió a recostar su cabeza del vientre de su omega.
- ¿Puedo preguntarte algo?.- Se quedó viéndolo.
- Lo que desees.
- ¿Acaso sentiste celos de Shaham?
- ¿Puedo ser sincero?.-Volvio a levantar su cabeza.
- Por favor.- Asintió.
- En realidad.-Se incorporó quedando sentado frente a su omega.- Si me sentí celoso.
- ¿En serio?.- Sonrió.
- Verte tan desesperado por encontrarlo, incluso ver como te lanzabas a sus brazos y te aferrabas a él me provocó molestia. - Suspiró.- Se que quizás suene algo egoísta viniendo de mi parte ya que LianHua sigue a mi lado.
- No es lo mismo.- Lo interrumpió.
- ¿Como?
- No es lo mismo.- Tomó sus manos.- La emperatriz es su esposa y llegó antes que yo. No es como si usted la fuera a tirar al viento y se olvidara de ella solo porque llegué a su vida.- Negó.- No se puede borrar el pasado que existió entre ustedes, las relaciones que formaron y los sentimientos que desarrollaron. No se puede borrar el hecho de que es la madre de su hijo pero también es su primera compañera.
- Se que me comporte algo irracional al sentirme de esa manera.- Suspiró.- Por ello no dije nada. Aunque no lo creas, entiendo a la perfección el tipo de relación que ustedes tienen.
- Lo dije antes, Shaham es alguien por quien incluso puedo dar mi vida. Es mi alma gemela.-Sonrió.- Pero lo hay una gran diferencia entre lo nuestro y lo suyo con la emperatriz.
- Eres mi mundo Zhan.- Bajó su mirada a sus manos.- Increíblemente te convertiste en eso. Te amo, no quiero que tengas dudas sobre ello, en cuanto a LianHua.- Sonrió con suavidad.- Digamos que es un tipo de amor distinto pero ten por seguro que el amor que te tengo es mucho más fuerte.
- Lo sé.- Depositó un beso en la frente de su alfa.- Es lo mismo que yo siento hacia ti.- Se alejó y suspiró.- Además, no creo que haya necesidad de estar celoso de Shaham.
- ¿Ah no?.- Sonrió.
- Él no representa ninguna emanaza para usted.- Arrugó su nariz.- Y no lo digo porque antes haya intentado hacer algún movimiento hacia mí...si no porque...- Se mordió el labio.
- ¿ Por qué?...- Se sintió curioso.
- Bueno...- Tarareo.- Digamos que...quien si hizo un movimiento y terminó convirtiéndose al algo fallido...fui yo.
- ¿Qué?.
Aquel día el omega le contó una curiosa anecdota a su alfa, una anecdota la cual al principio no le pareció agradable pero que poco a poco fue captando toda su atención e interés.
Zhan estaba más que seguro que Shaham nunca representaría amenaza alguna hacia su alfa y detrás de esto había una poderosa razón.
Desde que el omega tuvo uso de razón, a su lado siempre estuvo aquel alfa persa de ojos dorados. Siguiéndolo a todos lados, acompañándolo en sus travesuras y aventuras, convirtiéndose en su sombra y en su persona más fiel.
Desde muy pequeño Shaham había demostrado lealtad absoluta a quien consideraba como su único maestro. Ni siquiera obedecía de forma tan fiel a su propio padre el cual era el alfa más temido en la guardia real.
Comer, estudiar, cabalgar, entrenar e incluso dormir, todo aquello alfa y omega lo efectuaban juntos y como uno solo. Zhan no sólo se había convertido en su maestro sino también en su mentor, compañero y único amigo.
El tiempo fue pasando y Shaham quien se destacaba por su ciega lealtad se fue convirtiéndo en uno de los más fieros y temidos guerreros del imperio de Liang. Quienes lo conocían, destacaban no sólo su lealtad y su fiereza sino también su exótica y salvaje belleza.
Para cuando finalmente se manifestó como alfa fue obligado al igual que su padre quien estaba al cuidado de la emperatriz a llevar una máscara anti mordida de cuero, cosa que hacía más atrayente su aspecto indómito.
Esto como una medida para mantener seguro a quien en aquel entonces era el 13avo príncipe de Liang. Shaham era un alfa dominante, de los mejores y más potentes de su raza, su fuerza y su destreza no se compraban al salvajismo que emanaba de él en sus momentos de furia.
Era el guerrero más capaz para cuidar al hijo más preciado del reino de Liang.
Al tratarse de aquel alfa de exótico atractivo, nunca faltaron aquellos que se sentían atraídos hacia él. La fila de pretendientes era larga, mucho más de lo que cualquier persona podría imaginar, incluso hubieron propuestas hacia el rey de Liang provenientes de familias influyentes, incluso príncipes que deseaban atrapar a aquel espécimen sólo con el fin de fortalecer su línea familiar.
Todos sabían que el o la omega que tuviera a sus bebés sin dudas traería al mundo a unos hermosos, poderosos y únicos ejemplares. Y es que Shaham no era un lacayo cualquiera, tanto el como su padre fueron un obsequio por parte del emperador persa al reino de Liang, ambos alfas venían del linaje real.
Todos querían atrapar al joven y atractivo alfa, todos trataban de robar su atención y encabezando esa larga fila, una vez estuvo aquel quien fuese el 13 avo príncipe.
Si, en algún momento de su vida Xiao Zhan formó parte del séquito de jóvenes que perseguían al silencioso y atractivo alfa. El joven príncipe al igual que los demás, había sido atraído por su compañero y único hombre de confianza, incluso mucho antes de que este se manifestara como un alfa.
Pero aquel interés no fue tan duradero, luego de algunos desaires sutiles y de la falta de interés por parte del alfa, el joven omega desistió. Entendió que aquel alfa sólo tenía un único interés y que ante sus ojos no sería alguien más que su maestro y compañero.
Más que molestarse por el rechazo, Zhan quien había crecido junto a aquel alfa entendió algo. No se trataba de que el alfa persa tuviera un interés nulo en su persona, sino que tenía un interés nulo en todas las personas e incluso el ambiente que le rodeaba.
Shaham sólo se enfocaba en una cosa, cuidar y protegerlo.
- Ahora no se si debo preocuparme más.- Yibo arqueo una ceja.
- No hay nada de que preocuparse.- Negó con una sonrisa.- No importa que, Shaham nunca me verá con otros ojos.
- ¿Y tu?.- Entre cerró sus ojos.- ¿Con que ojos lo ves?
- Con los ojos del alma.- Se acercó y deposito un beso en sus labios.- Y a ti te veo con los ojos del corazón.
- Quiere decir que yo gano.- Sonrió.
- Así es.
- Bien.- Recostó a su omega sobre la cama.- Ahora puedo estar más tranquilo.
- Emperador.- Sonrió mientras lo veía a los ojos.
- ¿Si?
- Hazme el amor.
- ¿No sería riesgoso en tu estado?
- Se que mi emperador será cuidadoso.
- ¿Tanto confías en mi?
- Te lo dije ya...- Besó la punta de su nariz.- Ciegamente.
- Entonces lo haré.- Sonrió mientras se colocaba entre las piernas de su omega y empezaba a desprender su túnica.- Te haré el amor de la forma más lenta y dulce.
........
- ¡Vamos! Debe andar por algún lado.- El eunuco mayor lideraba a un grupo de eunucos.
- No creo que se haya colado al palacio de nuestro rey.- Otro de los eunucos habló en voz baja.
- Espero que no lo haya hecho porque sino estaremos en problemas.
El grupo caminaba apresurado cuando aquel que lideraba de repente chocó tempestivamente con una gran figura que salía de entre las sombras. El cuerpo del pequeño eunuco cayó por inercia hacia atrás mientras frotaba su nariz, parecía que había chocado de frente con una gran pared.
- ¿Que hacen merodeando por aquí?.- La profunda voz del alfa persa los sorprendió.
- Eres tú.- El eunuco se levantó.- ¿Acaso eres un fantasma? ¿Por qué apareces de pronto?
- Les hice una pregunta.
- Estamos buscando a alguien.
- ¿A quien?
- Es un chico.- Otro de los eunucos habló.- De pelo castaño y largo, es mas bajo de estatura que tú, si no me equivoco alcanza hasta tu pecho. Lleva vestimentas sencillas.
- ¿Quién se supone que es?.- Shaham arqueo una ceja.- Debe ser un nuevo habitante o alguien sumamente estúpido como para colarse a este palacio a escondidas.
- Es un visitante.- El eunuco mayor se apresuró a hablar.- Así que si lo llegas a ver por favor tratalo con cortesía...si es que sabes hacerlo.- Retrocedió al escuchar al alfa gruñir.
- Largo...
- Debemos seguir buscando.
- Dije largo.- Volvió a gruñir.- Yo lo buscaré, nadie tiene permitido merodear en el palacio de mi maestro.
- Si...si lo encuentras llámame.- El eunuco retrocedió con sigilo.- Vamos, vamos.- Empujó al resto.- No quiero ser devorado.
Shaham observó como el grupo de asustados hombres se alejaban despavoridos. El alfa sabía perfectamente como provocar miedo y como hacer que las personas temblaran para él era algo natural pero desde su regreso y luego de que todos supieron lo que le había hecho al general Feng, el temor hacia su persona había incrementado de tal manera que incluso verlo aparecer era suficiente para que las personas fueran embargadas por el miedo.
Mientras caminaba dando su ronda por el palacio se percató de la sombra negra que pasó a toda prisa detrás de su espalda. Por debajo de su máscara anti mordida dibujó una fría sonrisa, burlándose secretamente del tonto que por alguna razón había pensado que se burlaria de él.
Lentamente deslizó la daga que siempre llevaba consigo en su cinturón y la empuño con fuerza. Con su agilidad y precisión sólo sería necesario un solo movimiento así que sin dudarlo dio un rápido giro sobre su eje y lanzando su daga terminó encrustandola en la manga del intruso que se encontraba a sus espaldas.
Solo unos centímetros más a la derecha y la daga hubiera perforado el brazo de aquella persona.
- ¡Vaya!.- La enérgica voz se escuchó entre la oscuridad.- Eso fue impresionante.
- ¿Quién eres tú?.- Shaham dio unos pasos hacia el frente.- ¿Y que haces merodeando por aquí?
- Solo quería conocer al famoso rey que conquistó el corazón de nuestro emperador.
- ¿Quieres que te crea? ¿Por qué ingresar como un intruso por la noche?
- Porqué me escape.- Trato de retirar la daga pero esta parecía estar pegada a la pared.- No me iban a dejar venir.
- No te creo.- Se acercó más al intruso.
- Si me sueltas puedo explicarte.
- Me vas a explicar de todas formas, aunque tenga que torturarte.
Shaham se detuvo a pocos metros de la persona que aún seguía cautiva por su daga. Aquella distancia fue la necesaria para poder divisar perfectamente al joven ante él.
Este lucia un tanto joven, entre 20 y 21 año, su piel era tan blanca que parecía un papel, su pelo largo largo y lacio estaba envuelto en una cola de caballo, era bastante delgado y su estatura era similar a la que el eunuco había descrito antes.
Aquel joven aunque seguía sonriendo a pesar de la situación en que se encontraba, parecía ser un tanto frágil. Por un instante Shaham dudo en que este fuera alguna clase de peligroso intruso, con aquel aspecto y aquella contextura no había probabilidad alguna, aún así se mantuvo alerta.
- ¿Cuál es tu nombre?
- ¿Mi nombre?.- El joven sonrió.- ¿Cuál es el tuyo?
- Detesto qué contesten mis preguntas con otras preguntas.- Arqueo una ceja.- Tu nombre.
- Li'An.- Su sonrisa se hizo más grande.- Mucho gusto.
...........
- Ya es tiempo de ir a la Corte.- Yibo arreglaba sus túnicas.- Una vez que termine iré a ver a madre luego a LianHua, al final vendré contigo.- Se giró hacia Zhan y deposito un beso en su cuello.- El resto del día y la noche quiero pasarla con ustedes.- Colocó su mano en el vientre de su omega.
- Haré que preparen ricos platos y un buen vino.- Sonrió.
- Haz que preparen la terraza, quiero que veamos las estrellas esta noche.
- Eso haré.- Asintió.- Majestad, en cuanto al general Feng.
- Hoy quiero que descanses.- Tomó su mano y la besó.- Mañana podrás encararlo finalmente y decidir lo que quieres hacer.
- Me preocupa la emperatriz.- Bajó la mirada.- A fin de cuentas es su hermano.
- LianHua ya tomó una posición en este asunto.- Suspiró.- No ha sido fácil para ella, por eso quiero visitarla. Debe estar pasando un mal momento.
- Se que mi decisión terminará por afectarla.
- Ella misma pidió que se castigara al culpable de tu accidente, supongo que ya tenía sus sospechas.
- Aún así.- Suspiró.- Usted y yo sabemos lo amargo que es tener que derramar nuestra propia sangre.
- Ella estará bien. Quizás no lo sepas pero nuestra LianHua es muy fuerte.- Sonrió.
- Me gustaría verla antes de tomar mi decisión.
- Sabía que dirías eso.- Rodeo sus hombros con su brazo.- LianHua no quiere que vayas a ella, no por ahora.
- ¿Como?.- Se sorprendió.
- Ayer su doncella me entregó su orden. No quiere que vayas a su palacio.
- Entiendo que no quiera verme.- Asintió.-No la culpo.
- Tonto.- Acuno el rostro de su omega entre sus manos y besó su frente.- No te hagas ideas locas. LianHua no quiere que vayas a su palacio por ahora porque no desea influir en tu decisión.
- ¿Que?
- Ella quiere que tomes la decisión como el rey de Yang y que no pienses en el general Feng como su hermano. Ella entiende que sólo así podrás dictaminar una condena justa.
- Entiendo.- Asintió.
- Una vez que todo haya terminado puedes ir a verla.
- Eso haré.- Los leves golpes en la puerta llamaron su atención.- Adelante.
- Lamento interrumpir.- Shaham aparecía tirando de una cuerda la cual estaba envuelta en las manos de un joven.
- ¿Quién es esta persona?.- Zhan se sintió curioso.
- Lo encontré merodeando por el palacio, entró sin permiso.
- ¿Que es lo que tengo que hacer contigo?.- Yibo dio algunos pasos hacia adelante mientras frotaba su entre cejo.- ¿Acaso no te puedes quedar quieto?.- Levantó su mirada hacia el joven que sonrió.
- ¿Lo conoce?.- Zhan cuestionó a su alfa.
- Perfectamente.- Resoplo.
- Buenos días su majestad.- El joven le sonrió a Zhan y luego se dirigió a Yibo.- Buenos días...hermano.
- ¿Hermano?.- Zhan se sorprendió.
- Vamos a tener una platica seria Wang Li'An.- Wang Yibo arqueo una ceja.
- ¿Hermano?.-Shaham susurró mientras observaba al sonriente chico.
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Wang Yibo expresó a Zhan lo celoso que se sintió sin esperar que a causa de eso vendría una confesión la cual hubiera no deseado saber jajajajaja
Al final el primer interés de Zhan fue su alfita persa pero como este no le dio bolas desistió rápido de la idea jajajajaja
Zhan en el pasado quería darle matarile a Shaham jajajaja ¿Que opinan sobre eso?
En el próximo cap el destino del general Feng en manos de Zhan ¿Que creen que hará?
Un nuevo personaje a aparecido y crea que ya suponen que esta será la causa de que Shaham se convierta en el dolor de cabeza de Yibo, si fue a así, entonces sus Suposiciones son correctas jajajaja
¿De dónde salió este pequeño Wang si se suponía que Yibo era el menor de todos? Ya lo sabrán.
Gracias por leer.