MENTES RETORCIDAS [Yeonbin]

By TumishaSioSi

16.5K 2.8K 676

Algunos creen que la suerte no existe. Yo lo confirmo. Cuando me enteré de que el chico que me gusta es gay... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39

40

331 46 23
By TumishaSioSi

Yeosang ignoró las catorce llamadas de Soobin esa misma tarde.

Era bueno, en parte, porque Soobin estaba ebrio, claro. También era conveniente que su hermano no estuviera en casa; no querría recibir más regaños que le instalaran una culpa innecesaria.

Kiara lo había llamado unas cinco veces también, pero Soobin no tenía ganas de estar con ellos tampoco.

Tal vez debería morir solo.

Sintiendo que su alma dejó su cuerpo, vio las cinco botellas vacías sobre la mesa, aquellas cinco botellas que él mismo había vaciado en su dolor. Se supone que estaba bebiendo para detener un poco el sufrimiento que lo atestaba al despertar, se supone. Sin embargo, ¿por qué en ese momento estaba pensando en lo mierda que se había vuelto su vida? ¿Qué hacía extrañando a un idiota que no debía extrañar? ¿Qué hacía pensando en la muerte? ¿En su muerte?

Su vida nunca fue la mejor, pero Soobin ahora al pensar en esta y en lo que se había convertido, no sabía si reír o llorar. Por efecto del alcohol optó por la primera opción, con clara pena de por medio.

Para ese punto todos estaban decepcionados de él, y claro, quién no, pero, ¿qué más podía hacer?

Lágrimas pronto atiborraron sus ojos, pero él estaba tan cansado de estas que no quería derramar ni una sola, no importaba lo que le costase.

--Necesito algo más fuerte --dijo para sí mismo levantándose con el objetivo de justo buscar eso, aquello que lo haría volar y olvidarse de que estaba vivo, por lo menos un momento.

La bolsita la había escondido debajo del jarrón de la entrada, sabía que necesitaba tenerlo a la mano.

Con las manos temblándole un poco, se apuró en sacar la bolsita de su escondite, una vez la tuvo en su mano, volvió a la mesita pequeña de la sala, sentándose estrepitosamente en el suelo una vez más. Rompió con cuidado la bolsa con la ayuda de sus dientes, procurando que ni un poco del polvo se desperdiciara por su fuerza bruta y desespero emocional.

Una vez el plástico roto, Soobin utilizó la punta abierta de este para hacer un trazo recto y horizontal sobre la mesa con el polvo blanco. Sacudió la bolsita para asegurarse de que se estuviera aprovechando todo, luego, cuando estuvo seguro de que cada partícula estuviera en la mesa, tiró la bolsita vacía por ahí, y entonces, ya con el veneno listo para entrar a su cuerpo, acercó su rostro a la superficie, tapó una de sus fosas nasales con sus dedos y empezó a aspirar con la otra.

Ardía como siempre, pero nada que no valiera la pena después de todo; él sabía que ese ardor no tendría comparación con lo que estaba por sentir.

Hizo lo mismo con su otra fosa nasal hasta que solo quedaron los restos blancos del polvo por sobre la mesa. Recostó su peso hacia atrás al mismo tiempo que echaba su cabeza para la misma dirección, sosteniéndose de sus brazos que pronto empezarían a adormecer.

Los segundos eran cada vez más inconcretos y la realidad más borrosa, el dolor se convirtió en paz y el agujero negro que lo consumía todo en su interior, fue cubierto por una hoja de papel que, después del cruel pasar de algunos minutos, sería arrancada por el viento así como sus más puras ilusiones del pasado.

Todo sería como siempre, tan reconfortante pero vacío a la vez.

Soobin cerró los ojos mientras se dedicaba a pensar, imaginar.

Una nueva vida.

Un Soobin que sus padres amaran.

Un Soobin que tuviera amigos.

Un Soobin que fuera digno de Yeonjun.

Un Soobin que no fuera escoria.

Aquellos torutosos y destructivos pensamientos lo hubieran llevado a hacer tonterías esa noche, no obstante, tenía a su buena amiga alucinógena acompañándolo para poder hacer de esa experiencia imaginativamente dolorosa, algo más agradable.

Si tan solo hubiera sabido que alguien llegaría a casa esa noche...


--¿Beom?

--Hyung... --El menor acababa de tomar una ducha, estaba por lavarse los dientes cuando Taehyung lo llamó. Beomgyu notó de inmediato que algo sucedía por el tono de voz usado por el mayor de los Kim.

--¿Estás ocupado ahora?

--Iba a hacer tarea, o sea, no. ¿Por? ¿Pasó algo?

--¿Has hablado con Soobin?

--Apenas en la mañana sobre una tarea, luego ya no respondió. Se supone que iban a ir a tu ceremonia, ¿no?

--No es mía --exhaló.

--Bueno, esa de tu universidad.

--Ya salimos hace rato. Como Soobin a veces se comporta raro conmigo, no quise presionarlo demasiado para que se quedara, porque yo me fui después. Me dijo que iba a salir con Yeosang, así que le escribí y le pregunté donde iban a estar, pero me parece que se han peleado porque Yeosang dijo que no estaban juntos, y no lo dijo con el mejor tono.

--No me dijo nada.

--Te llamaba para que, por favor, veas si está en casa. Él... --Se escuchó un suspiro por parte del mayor --. Últimamente ha estado saliendo mucho, a lugares que no son decentes, por así decirlo.

--¿Fiestas? También me lo dijo, fue una sorpresa obviamente, pero no lo veo como algo malo, hyung. O sea, se me hace raro el hecho de que quiera tomar y fumar de la nada, pero es medio normal hoy en día, supongo.

--Sé que esa mierda es entre comillas normal, pero estamos hablando de Soobin, él nunca ha sido así.

--Lo sé, por eso también estaba algo preocupado, pero no es como que podamos obligarlo a que lo deje, ¿sabes? Diría que es hasta algo bueno, voy a poder acompañarlo en las fiestas y cuidarlo. No creo que sepa manejar el alcohol muy bien --dijo con un dejo burlón pero a la vez cariñoso.

Si tan solo supiera que Soobin ahora podía tomar seis botellas él solo sin sentirse tan ido.

--Gracias, Beom, igual hay cosas que él no me dice. De hecho, no me dice nada --se burló de sí mismo --, pero bueno, supongo que me lo merezco, no he sido un buen hermano.

--¿Cómo hyung?

--Creo que es mejor que hablemos de esto en otra ocasión y en persona.

--Es verdad. ¿Dónde estás, hyung?

--Caminando hacia la casa de un amigo, estoy yendo a devolver el traje, me lo presté porque no encontraba el mio. ¿Tú?

--Nada, acabo de bañarme, me iba a cambiar y me iba a tirar en mi cama a perder tiempo.

--¿En ese caso crees que puedas ir a ver si Soobin está casa? No me responde los mensajes ni las llamadas. Y cuando está enojado o triste, lo mejor que sabe hacer es ir a tomar por ahí o a ir a besuquearse con alguna chica.

Lo último, fue lo último para Beomgyu.

En el reflejo del espejo Beomgyu pudo ver cómo sus propios ojos se agrandaban tanto que temió dejar de ser coreano.

--¡¿Besuquearse con alguna chica?!

--¿No te dijo? Creo que sí, bueno, no me correspondía decírtelo, así que lamento eso.

--¡¿Como qué besuquearse con alguna chica?!

Beomgyu no podía creerlo.

--Háblalo con él, Beom; si está en casa ahora, puedes ir para que hables con él. ¿Tienes aún la llave que te di? Dudo mucho que te abra si tocas aún si está dentro de casa; anda más rebelde que nunca.

--La tengo. Le avisaré que voy. Tengo que ir. ¿Cómo mierda no me cuenta esto?

--No sé, Beom, solo avísame cuando estés con él si es que está en casa.

--Ok, descuida hyung, te aviso.

Después de dicha conversación, Taehyung colgó.

Inmediatamente después, Beomgyu llamó a Yeosang. No tenían demasiado confianza, pero sabía que igual el mayor le diría lo que quisiera saber.

Tendría una larga charla con Soobin.

La puerta se abrió con más brusquedad de lo normal.

Soobin no lo notó obviamente, solo fue el grito lo que invocó de nuevo su atención.

--¡¿Que mierda?!

Todo todavía estaba algo distorsionado en la mente del castaño, así que no reconoció rápidamente de quién se trataba.

Entre tanto, Beomgyu, quién estaba en su totalidad sobrio, no demoró en notar que algo estaba mal con su amigo, sentado en el suelo, viéndose increíblemente somnoliento, con ojos rojos y nariz roja también.

Su ceño se hundió al notar esos últimos detalles, pero la confusión desapareció de la escena una vez enfocó su vista en la mesa, no sólo en las tantas botellas que había notado apenas llegó, sino en la delgada marca blanca que había quedado en la mesa.

No le fue difícil conectar hilos.

Beomgyu nunca se había sentido tan dolido y enojado a la vez.

Dio una zancada hasta Soobin y lo obligó a levantarse de un jalón, siendo muy poco amable, luego sostuvo su cara con la misma brusquedad para poder verlo de más cerca.

Y efectivamente, partículas pequeñas de polvo blanco habían quedado en la punta de su nariz. Soobin parecía un zombie, no estaba deteniendo nada.

Los ojos de Beomgyu se colmaron de lágrimas al mismo tiempo que sentía un peso en el pecho.

--¿Te drogas? --le preguntó directamente en un susurro incrédulo y dolido el cual contrastaba con su agarre firme.

La pregunta era en sí estúpida, era obvio. Era como preguntar al asesino con el cuchillo ensangrentado en mano si era el asesino, pero Beomgyu necesitaba escucharlo de su mejor amigo. Porque algo en su cabeza, le decía que se trataba de un juego mental, una mentira o una broma.

Su mejor amigo no podría verse tan deprimente y roto. No podía estar haciendo esas cosas por puro despecho.

La llamada que tuvo con Yeosang lo preparó para algunas cosas, más no lo peor.

Soobin, después de unos segundos, lo empujó. Con la parte dorsal de su brazo se limpió la punta de la nariz de manera torpe y volvió a sorber de esta. Ahí noto que era Beomgyu, y por eso, simplemente no respondió, porque no le dio la gana, no obstante, nunca dejó de verlo.

El rostro de Beomgyu refleba todas las emociones que riman con dolor, como el enojo. Su pecho subía y bajaba, la cabeza le empezó a doler.

--¡¿Qué mierda te pasa?! --le gritó Beomgyu, pero como no obtuvo una respuesta, solo siguió --. ¿Por qué te estás haciendo esto? Jo- Joder... Es que... Yo no lo entiendo. --Bajó la cabeza tragando más saliva.

Por supuesto que no se lo había esperado.

Yeosang solo le había contado lo que vio esa mañana y lo que había averiguado por Mijoo: básicamente que Soobin ahora se metía con cualquier persona que le pareciera atractiva, que fumaba y tomaba como cualquier adolescente rebelde, pero no sabía qué otras sustancias ingería. Nadie lo hacía.

Soobin se tambaleó un poco al retroceder, la mirada que le estaba dando a su mejor amigo parecía ser rencorosa y agria.

Beomgyu quería a su mejor amigo de vuelta, porque el chico que estaba en frente de él, era cualquiera menos Soobin.

--¿Y por qué no, huh? --Por fin respondió Soobin --. ¿Se supone que tengo que quedarme para siempre deprimido? Esto... --Torpemente Soobin alzó la bolsita cuadrada rasgada y vacía del suelo y se la acercó a la cara a Beomgyu --, esta porquería es lo único que me mantiene con vida ahora. Es la única mierda que me hace olvidar que nadie me quiere y nunca nadie lo va a hacer.

Beomgyu lo miró con asco, pero el dolor en su mirada era predominante. Negó con la cabeza viendo esos ojos rojos como los suyos, pero por una razón diferente, claro.

Soobin se permitió desahogarse, desinhibido y rencoroso con la vida.

--¿Sabes Beomgyu? Y me encanta, me encanta ser así, ¿Sabes por qué? Este era el puto cambio que tanto necesitaba --Sonrió abiertamente --. Ahora la gente me busca, Beom, la gente me quiere, me desea. Se siente tan jodidamente bien... Me gusta eso, y no quiero detenerme, porque la mejor parte de todo, es que no tengo que ser como mi puto hermano para que así sea. Nadie quería a ese Soobin débil y estúpido, ahora puedo ser libre, feliz, a mi manera. Antes no tenía nada, y...

--¡¿Antes no tenías nada!? --interrumpió alterado el pelinegro --. ¡Siempre! --Beomgyu empezó a llorar de impotencia --¡SIEMPRE he estado para ti! ¿Entonces yo y Yeosang estamos pintados? ¡No tienes que convertirte en esta mierda vacía para tener cariño, entiéndelo!

Soobin se acercó a Beomgyu con una sonrisa diminuta, lo miró desde arriba por la diferencia de altura.

--No tengo nada, Beom. No me queda nada --susurró con una sonrisa, pero esta no estaba rota, parecía indiferencia. Tal vez Soobin ya se había secado.

Beomgyu emplazó un puchero.

--¿Y que hay de mí? Maldito idiota. ¿Qué hay de nosotros? ¿Y qué con nuestra amistad, eh? ¿Eso es "nada" para ti? --Beomgyu sintió que esos ojos rojizos y secos no expresaban nada.

Beomgyu fue su primer amigo, el único que tuvo por mucho tiempo. Recapacitó por un segundo. No duró mucho.

--Te adoro, idiota, claro que sí --confesó Soobin ya con la voz más quebradiza al recordar por todo lo que había pasado con Beomgyu, eso provocó una pequeña sonrisa en su hermano, sin embargo, no duró mucho --, pero no es suficiente, Beom, lo siento.

Su corazón se hundió un poco más. Si su más sincera amistad no era suficiente, Beomgyu ya no sabía qué más podía hacer, que más podría dar.

Soobin había sido claro: prefería estar con mucha gente vacía, sexo vacío, tomar y meterse mierda antes que intentar sanar a su lado, a lado de una persona que de verdad lo amaba y daría el mundo por él.

Beomgyu asintió rencoroso, enojado.

--Bien... --Retrocedió hacia la puerta asintiendo, resignándose --. ¡Está bien! ¡ESTÁ BIEN! ¡Sigue con tu mierda entonces! ¡Tanto te gusta, pues hazlo! ¡Y no vuelvas a mí cuando sea muy tarde, porque no voy a estar ahí para decirte te lo dije! ¡¿Quieres joderte?! ¡Jódete solo! --Fue lo último que exclamó antes de irse y cerrar la puerta de un portazo.

Soobin se sentó en el suelo de nuevo, con lágrimas en los ojos. Abrió la misma hoja de la aplicación de notas para agregar algo en esta.

Cosas que he perdido:

+ El respeto y cariño de mis padres.
+ Buenas notas.
+ La confianza con mi hermano.
+ Yeonjun.
+ Beomgyu.

La noche era fría y Yeonjun había caminado demasiado, sentía que las piernas le dolían, así que en vez de seguir caminando, decidió sentarse por ahí. Sabía que había un parque cerca, el que fuera el de la casa de los Choi era una coincidencia, en verdad lo era.

Estaba casi vacío el parque, casi, porque Soobin estaba sentado en una de esas bancas viejas.

Su corazón se disparó de un momento a otro.

Se veía su perfil, su piel blanquecina que le recordaba a un ángel, encapuchado, cortesía de aquella polera negra que tanto le gustaba usar, unos jean simples y unas zapatillas cualquiera. Se veía tan lindo como siempre. La parte que no le gustó a Yeonjun fue que se veía triste, cabizbajo, pero fuera de eso, le gustó ver a Soobin tan tranquilo.

Dudó en acercarse, pero él no había ido allá por gusto. Con un poco de miedo se acercó. Soobin ya podía sentir su presencia, y como no se movió ni dijo nada, Yeonjun entendió que no le molestaría que él se sentara.

Cada uno estaba en su lado de la banca, el silencio los comía vivos, el peliazul estaba tan nervioso que no supo que más hacer que empezar a juguetear con sus manos sudorosas.

--Hola Yeonjun.

El susodicho volteó abruptamente porque no creyó que Soobin iniciaría la conversación.

--H-Hola.

--¿Qué haces aquí? --preguntó con serenidad.

--Vine a caminar y tomar a aire. --Intentó parecer lo más natural posible.

--No, ¿qué haces aquí, conmigo en esta banca?

--Oh, yo... --Exacto, para qué había ido si no era honesto, ese era el punto --, quería hablar contigo, eso es todo.

--¿De qué?

Yeonjun inspiró para tomar el valor de decirlo.

--De mis sentimientos.

--Estoy tan cansado que no pienso gastar más energía poniéndome más triste. Solo quise salir de mi casa para despejar mi mente. No quiero oír más mentiras, Yeonjun, o que me cuentes cuánto te gusta mi hermano. He tenido suficiente mierda por hoy. --Soobin exhaló cansado.

A Yeonjun le sorprendió que no se hubiera ido ya. ¿En serio estaba dispuesto a escucharlo?

--No quiero hablar de tu hermano.

--¿Entonces qué quieres? --Soobin por fin se giró para enfrentarlo.

Ver sus ojos oscuros fue peor para el nerviosismo de Yeonjun.

--Decirte la verdad --Los ojos de Soobin no parecían más amables, tan duros y fríos como un trozo de hielo --, p-por favor.

--Adelante entonces --dijo despreocupado.

Las palabras no salían, pero estaban en la punta de su lengua. Tenía mucho miedo de que terminara mal de nuevo.

¿La diferencia? Ahora las mentiras ya no serían parte de lo que le quedaba por vivir.

--Estoy enamorado de ti, Soobin.

Decir eso le costó mucho más de lo que creyó, solo por eso no se explicó más. El rostro de Soobin no cambió ante la confesión, solo miraba atentamente.

--¿Es extraño que no sienta una mierda ahora mismo? No me siento ni emocionado ni triste. Creo que ya no puedo sentir nada --Sonrió cabizbajo --, pero gracias por decirlo.

--¿M-Me crees? --cuestionó sin poder creerlo, juzgando por sus reacciones pasadas.

--Honestamente, no me importa si lo dices para redimirte o si de verdad logré conseguir algo en esta vida. Fuera cual fuera, no me importa.

--Te prometo por lo que quieras que estoy siendo honesto, de verdad te quiero, m-mucho.

La cabeza de Soobin cayó en su hombro. Nada lo prepararía para lo que Soobin diría.

--Bésame, Yeonjun --susurró.

Cada músculo en el cuerpo del peliazul se contrajo, lo cual lo pudo sentir el causante. El aire quedó recluso en sus pulmones.

--Ha sido tanta mierda hasta ahora, que solo quiero hacer feliz al Soobin del pasado, una vez --continuó Soobin --. Entonces, ¿por qué no?

Yeonjun tragó saliva en seco y giró la cabeza hacia el chico que había hecho de su vida un huracán.

Soobin estaba recostado hacia él, con el rostro hacia la dirección del suyo, dejando más claras aún sus intenciones por medio de acciones.

Yeonjun sabía que Soobin no lo buscaría, él miraría sus labios todo lo que quisiera, pero jamás se acercaría a buscar cuando lo hubo hecho tanto tiempo. Ahora era su turno, le tocaba a él, ¿y cobarde? Ya no quería ser.

Yeonjun acunó su rostro y sin pensarlo mucho lo besó lento, dulce, muy diferente a aquel primer beso que compartieron.

¿Cuál era el problema? El mismo Soobin se lo había pedido y Yeonjun siempre fue débil. Entonces no había nada malo en ello, en ese parque, en esa banca, en ese beso cargado de tanto sentimiento recluso que, incluso si una parte intentó disimular los sentimientos que empezaban a salir a flote, intentando cubrirlo con indiferencia; el otro sabía por sintonía, que ambos iban en una misma dirección en cuanto al camino del amor. Juntos.

Yeonjun solo había besado a una persona en toda su vida, Soobin a más de las que se puede contar, pero algo en lo que coincidían era en que sentían que no podrían encontrar eso en alguien más. Porque eran los únicos.

Sus labios se abrazaron en un reencuentro tortuoso que le escapaba a la dicha, pero al mismo tiempo mantenía aquella pizca de genuina felicidad, sus lenguas se encontraron ansiosas por conocerse para barrer el dolor y las mentiras de sus bocas pecaminosas, los jadeos murieron en la boca contraria, sellando el pacto tácito.

Su mano en su mejilla, la contraria en su pecho.

Los roles habían cambiado, y nuevos sentimientos habían florecido. Yeonjun estaba dispuesto a curar las heridas de Soobin antes que las suyas. Después todo, los dos estaban demasiado arruinados como para hacerlo solos.

Cada quien con su trauma.

Soobin rompió el beso respirando más agitado, apoyó su frente en el hombro de Yeonjun, donde se ocultó, se aferró al cuello de su camiseta.

--Te odio, Yeonjun --susurró Soobin a punto de quebrarse, porque sabía que era mentira.

El peliazul lo atrapó entre sus brazos, quería darle la seguridad que él no sentía.

--Te quiero mucho, Soobin.

...

Eso fue lo último que podía recordar mientras hacía memoria, desayunando solo.

A veces los sueños son muy realistas.

El peliazul estrujó con con fuerza la caja de leche mirando un punto ciego.

Ojalá su sueño hubiera durado un poco más o hubiera tenido un final distinto, uno feliz.

Nota:

Por favor pasen por alto los errores de dedo, o es eso o no subo capítulo, todo lo hago de madrugada cuando tengo tiempo, sacrifico horas de sueño, porfi no me condenennn

Matemos a Mey por engañarnos de nuevo x1.


























Continue Reading

You'll Also Like

57.3K 3.7K 45
Malachi Barton Madelaine Lee
177K 23.1K 115
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...
2.5M 252K 134
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
658K 96.2K 96
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...