"¿Pondrías bebidas que no te gustan en tu nevera?" preguntó Tang Shi.
"Hay muchas bebidas en mi nevera y no todas son mis favoritas", Yan Xu levantó el Red Bull que tenía en la mano, "Este es mi favorito".
"Siempre y cuando te guste", Tang Shi dio por terminado el tema. Yan Xu no obtuvo la respuesta que quería saber.
El dolor en el cuerpo de Yan Xu 'se había reducido en gran medida y estaba listo para moverse.
Desde lejos, podían oír el rugido de la Bestia de la Tormenta y las piedras que se rompían. Tang Shi sacó comida y empezó a comer, mientras lanzaba dos bolsas a Yan Xu.
"Aliméntate primero. Una vez que las Bestias de la Tormenta abran el agujero, definitivamente habrá una batalla feroz".
Yan Xu hizo una pausa para comer. "¿Crees que realmente pueden abrir el agujero?"
Tang Shi dijo sin expresión. "Según la personalidad de las Bestias de la Tormenta, no nos dejarán ir fácilmente. Además, han dañado al Rey".
Después de comer, Tang Shi y Yan Xu miraron atentamente el agujero negro. Todavía podían oír a las Bestias de Tormenta escarbar en el montón de piedras. Las Bestias de Tormenta podían irrumpir en la oscuridad en cualquier momento para amenazar sus vidas.
Así, los dos estaban tensos mientras esperaban que el grupo de Bestias de Tormenta excavara en las ruinas para poder luchar inmediatamente. El nivel medio de las Bestias de la Tormenta era de nivel seis, y había muchas de ellas, además de un rey de las Bestias de la Tormenta. Sosteniendo con fuerza la Espada en la mano de Tang Shi, las palmas de sus manos estaban llenas de sudor frío. Prefería ser enterrado en esta grieta que luchar con las Bestias de la Tormenta. Casi no había necesidad de dudar de que una vez que la lucha comenzara, sin duda estarían muertos.
Justo cuando el rugido de las Bestias de la Tormenta se hizo más claro, el suelo sobre el túnel pareció no poder soportar el peso. Se derrumbó de nuevo, enterrando una parte del túnel. El rugido de las Bestias de la Tormenta volvió a ser distante.
Los ojos de Tang Shi se iluminaron y se le ocurrió una idea.
Sacando la carta de siervo del Oso Gris de Hierro, la apostó y la hizo avanzar para golpear el túnel desde dentro. El túnel era largo y sólo tenía unos pocos metros de ancho. La piedra de la parte superior no podía soportar ninguna violencia. Con un pequeño empujón, se derrumbaría. Tang Shi prefería cubrir la sección de casi 30 metros para que las Bestias de Tormenta pasaran mucho tiempo cavando. Aun así, era más seguro que luchar contra ellas.
El Oso Gris de Hierro era lo suficientemente poderoso como para colapsar una pequeña sección del túnel. El sonido de la Bestia de la Tormenta se hizo más bajo.
Tang Shi se sintió finalmente aliviado ya que su método era efectivo. Si las Bestias de la Tormenta seguían sin rendirse, un túnel tan largo era suficiente para que cavaran durante unos días. Pensando en esto, Tang Shi no siguió perdiendo el tiempo. En su lugar, se sentó con las piernas cruzadas y empezó a intentar hacer las cartas de poder de elemento. No estaba mal tener más cartas de poder de elemento a mano. Si fuera necesario, podría convocar al Herrero Vicioso para que le ayudara.
Así, después de tres días, las Bestias de la Tormenta aún no se habían ido y seguían excavando en las ruinas. Sin embargo, el Oso Gris de Hombre de Hierro colapsó el posible largo túnel, dejando sólo 5 metros de espacio para Tang Shi y Yan Xu. Si las Bestias de la Tormenta querían desenterrarlos, tenían que limpiar las ruinas, o podían cavar un agujero desde justo encima de Tang Shi si podían saber dónde estaba ahora.
"Lo siento".
El tiempo pasó especialmente lento en la oscuridad. Yan Xu estaba tranquilo. No tenía miedo a la muerte, y no se arrepentía de haber distraído a las Bestias de la Tormenta para ganar tiempo para que las masas salieran primero. Sólo se arrepentía de haber hecho que Tang Shi quedara atrapado con él y, lo que es peor, que pudiera ser asesinado por las Bestias de la Tormenta.
Tang Shi estaba concentrado en hacer las cartas de poder de los elementos cuando escuchó esto. Miró a Yan Xu y dijo: "No tienes que disculparte. Esta es mi elección".
Yan Xu le miró con afecto en sus ojos, y un impulso surgió en su corazón. Quería decirle a Tang Shi que su relación iba en serio. Cuando empezó este tema antes, Tang Shi era poco serio o sarcástico, haciéndolo parecer como si estuviera bromeando.
Sin embargo, él hablaba en serio.
Al final, Yan Xu no dijo nada. En este momento, estaban atrapados en una cueva fría y sofocante. En los últimos días de estar atrapados en una grieta, aparte de hacer en silencio cartas de poder de elemento, Tang Shi apenas tomaba la iniciativa de hablar. Esto no era como el Tang Shi normal. A veces, cuando Yan Xu iniciaba una conversación, Tang Shi respondía y continuaba haciendo sus cartas de poder de elemento.
La locura de las Bestias de la Tormenta hizo que Yan Xu fuera plenamente consciente de lo horribles que podían ser. Eran tercos, odiosos y unidos. Cavaron las ruinas durante muchos días. 10 días después, el sonido de la excavación se detuvo, pero las Bestias de la Tormenta aún no se habían ido. Esperaron afuera a que se fueran. Así, estuvieron esperando durante muchos días, y finalmente no hubo rugidos de las bestias.
Las bestias estaban cunadas. Tang Shi no salió inmediatamente, sino que convocó al Oso Gris de Hierro. El sentido de crisis de los animales era más fuerte que el de los humanos. El Oso Gris de Hierro tenía miedo de las Bestias de la Tormenta. Cuando olía su olor, se escondía y huía. Tang Shi confirmó que el grupo de Bestias de Tormenta seguía fuera por la reacción del Oso. No se marcharon, sino que estuvieron esperando en silencio a que su presa cayera en la trampa.
Después de este día, Tang Shi llamó a un oso gris de hombre de hierro todos los días para que pudiera saber si las Bestias de la Tormenta se habían ido. Afortunadamente, había comida en la pequeña red de Tang Shi. De lo contrario, les sería imposible sobrevivir después de estar atrapados durante tantos días. Así, el grupo de Bestias de la Tormenta les estuvo esperando durante casi un mes. El día que se fueron, rugieron como locos y arrogantes, como si estuvieran seguros de que los humanos que los atacaron estaban muertos. Aunque no les mordieron la carne, su venganza tuvo éxito siempre que los humanos estuvieran muertos.
Tang Shi, que tenía frialdad en los ojos verdes, se secó de repente un sudor frío que no existía con una expresión exagerada. Sonrió: "F*uk, la próxima vez, no te metas con una raza tan mezquina. Nos han atrapado hasta la muerte".
Yan Xu le miró sorprendido. Parecía que aún no había aceptado el cambio de Tang Shi. Dudó y preguntó: "¿Has vuelto a la normalidad?"
Tang Shi le miró. "¿Cuándo me he vuelto anormal?"
Esta vez, Tang Shi estuvo afectado durante más tiempo. Fue un mes entero. Aunque antes se vio afectado por la Guadaña No Muerta, sólo fueron unos días. Sin embargo, esta vez tardaría un mes largo, lo que hizo pensar a Yan que no podría recuperarse en absoluto, y que nunca volvería a ser el Tang Shi que siempre se burlaba, bromeaba y se enfadaba. De repente, se volvió normal. Aunque estaba contento, estaba atento y miraba a Tang Shi con seriedad.
Cuando Tang Shi vio su expresión seria, inconscientemente dio un paso atrás. El espacio era pequeño, así que llegó al borde del muro de piedra. Detrás de él había una fría pared de piedra que era realmente cómoda. Se puso en guardia ante Yan Xu, "¿Qué estás haciendo? Sabes que no puedes vencerme. Te aconsejo que te quedes tranquilo".
Los ojos de Yan Xu estaban llenos de ira. Cuando levantó el brazo y agitó a Tang Shi, éste pensó que iba a golpearle. Ya había preparado una posición defensiva. Para su sorpresa, Yan Xu dio un puñetazo a la pared de piedra que tenía detrás.
"Oye, cálmate. Si el muro se derrumba después, ninguno de nosotros podrá salir. Podríamos morir aquí".
"¿Tienes miedo a la muerte?" Dijo Yan Xu, apretando los dientes.
Tang Shi miró al hombre que era más alto que él. Bajo la tenue luz de la linterna, el rostro limpio de Yan Xu parecía mucho más cálido. Aparte de la expresión facial tensa, Yan Xu parecía muy cálido en esas circunstancias. De hecho, Tang Shi siempre había sabido que Yan Xu era un hombre guapo, aunque no tanto como él. Era un desperdicio poner una expresión tan rígida en un rostro tan apuesto.
Tang Shi lo consoló acariciando su duro pecho, y se sintió satisfecho de cómo se sentía el pecho de Yan Xu. "No tengo miedo a la muerte, pero estoy cuidando mi vida. No te enfades. ¿Por qué te enfadas?"
"¿Lo llamas cuidar tu vida? ¡Estás buscando la muerte! Te dije muchas veces que no usaras la Guadaña de los Muertos, y siempre no escuchas. Ahora estás completamente controlado por la Guadaña de los No Muertos esta vez. ¿Cómo te sientes? ¿Te gusta?" Yan Xu estaba tan enfadado que casi rugía. Realmente quería patearle como lo hizo hace cuatro años. Ahora no podía hacerlo porque el nivel de Tang Shi era superior al suyo.
Tang Shi murmuró: "No está completamente controlado. Todavía tengo conciencia..."
"¿Tú... dices...?" Estas palabras casi salieron de los dientes de Yan Xu.
Tang Shi se apresuró a sonreír. "En efecto, es peligroso. Es realmente peligroso. ¿Cómo puede ser tan peligroso? No puedo usarlo a menudo. Definitivamente me controlaré en el futuro y no lo usaré más a menudo. No te enfades. Lo más importante para nosotros en este momento es no desquitarnos, sino pensar en cómo salir".
Yan Xu siempre había sido auto-disciplinado y auto-controlado, siempre había estado orgulloso de sí mismo por ser tranquilo. Pero en este momento estaba muy molesto y desordenado por Tang Shi. Se sentía muy ansioso, con ganas de explotar, pero no podía estar en un lío ahora mismo. Lo más urgente no era arreglar el enfado con Tang Shi, sino cómo remover estas ruinas de nuevo, de lo contrario no saldrían nunca.
Se habían enterrado y tenían que volver a salir. ¡Qué tortura!
"Lo diré de nuevo. No vuelvas a usar la Guadaña de los No Muertos. ¿Me oyes?" Yan Xu estaba tan enfadado que jadeaba. Tang Shi no se atrevió a molestarlo más, así que cabeceó.
"Te he oído. Haré lo posible por no usarlo en el futuro".
"¡No te esfuerces!" Rugió Yan Xu.
"De acuerdo, de acuerdo, como has dicho, no lo usaré".
Lo que dijo no era lo que quería decir en realidad. Cuando estaba en peligro, usaría cualquier movimiento que pudiera asegurarles la vida.
Yan Xu lo fulminó con la mirada antes de ir a comprobar las posibilidades de salir de la cueva para encontrar una salida.
Tang Shi respiró secretamente aliviado. Aunque Yan Xu no se lo recalcara, no se atrevía a seguir usando la Guadaña de los No Muertos. El mes afectado fue definitivamente difícil para él también. Era increíble usar la Guadaña No Muerta, pero el que sufría era Tang Shi. Si estuviera en el pasado, nunca desafiaría a una especie alienígena superior a él, a menos que estuviera loco.
Desde que la Guadaña No Muerta se fortaleció, se volvió loco y mató a las especies alienígenas a la vista, sin importar si venían en grupo o solos. Simplemente mataba a todos los que se acercaban a su vista. Por no hablar de las criaturas de bajo nivel, incluso un alienígena de nivel 8 se asustó por su locura. Aunque tenía algunas heridas y la sangre fluía como agua corriente, no podía dejar de matar como si no pudiera sentir el dolor. Su ira no se calmó hasta que estuvo satisfecho de haber matado lo suficiente.
Tenía una impresión de lo que había hecho, pero el cuerpo no parecía estar controlado por él. No, para ser precisos, el cuerpo no parecía pertenecerle. Solía revolotear en el aire como un fantasma viendo cómo el cuerpo mataba criaturas alienígenas como un loco. Pero al final, tuvo que asumir todos los dolores. Esas heridas eran reales. Pensando en el pasado, Tang Shi era el que debía volverse loco porque era el que sufría mucho.
Yan Xu y Tang Shi se pusieron en cuclillas y trabajaron en el plan de cavar agujeros. Tang Shi se arrepintió de lo que había hecho. Si hubiera sabido que al final saldrían del agujero, habría dejado que el Oso Gris de Hierro enterrara menos. Al menos no tuvieron que gastar tanto esfuerzo para salir de la cueva.
Después de que Tang Shi moviera dos trozos de escombros, se sentó suspirando. No quería hacer ningún movimiento. Yan Xu seguía trabajando diligentemente. El Oso Gris de Hombre de Hierro arrastró las piedras hacia atrás y Yan Xu las apartó, dejando un estrecho camino para que pudieran pasar.