Yizhan.

Da MichiLugo

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- Para tí ¿Que es Yizhan? - Un nombre. - ¿Y si te dijera que más que un nombre, son dos, que incluso existe u... Altro

Prólogo.
Promesa.
Feroz.
Deuda.
Destinados.
Desde aquel balcón.
Mi Corazón es Tuyo.
Solo Mio.
Unión.
Nuestra Noche.
Esa Flor.
Una Vida Pacífica.
Convivencia
Armonía.
Lucharé por ti.
Confabulación.
Cautiverio.
Nuestras Almas Gemelas, Nuestros Grandes Amores.
Inesperada Confesión.
El Pequeño Príncipe.
Castigo.
Paseo.
Tristeza.
Confesión.
El Cachorro del León.
Batalla.
En el frente.
Sorpresas.
Sol y Luna.
Una luna travieza.
Cambio.
Una Peonia Oscura.
Resentimiento.
Peonía negra.
Un amor que provoca enojo.
Cuando el peligro acecha.
Una gran lealtad.
Calma antes de la tormenta.
Preludio.
El desastre se aproxima.
¿Un adios o un hasta luego?
El caos se avecina.
El dolor de la traición.

Promesa Rota.

978 219 253
Da MichiLugo










- Mi querido niño.- La madre sostenía las manos de su hijo.- ¿En verdad encontraste a tu persona destinada?.- Sonrió con dulzura.- ¿Un omega?

- Así es mamá.- Asintió con una suave sonrisa en sus labios.- Y no es cualquier omega. Es uno único.

- ¿Del reino de Liang? ¿Por eso te demoraste tanto en llegar?

- Así es, es del reino de Liang.- Llevó las manos de su madre a sus labios y beso sus nudillos.- Es el 13 avo príncipe de Liang.

- ¿Que?.- Su sonrisa se tiñó de sorpresa.- ¿El 13 avo príncipe?

- ¿Lo conoces?

- Cariño ¿Quién no conocería al príncipe?.- Sonrió.- Además, recuerda que en algunas ocasiones visité Liang junto a tu padre. Llegué a conocer alguno de sus príncipes y entre ellos estaba él.- Se quedó pensativa.- En ese tiempo era muy pequeñito pero era precioso. Tenía la belleza de su madre.- Palmeo la mano de su hijo.- También supe sobre la predicción del oráculo. Luego tu padre y yo nos enteramos que en realidad tal predicción fue aceptada.

- Nunca me imaginé que podría encontrarlo madre.- Suspiró.- Y cuando lo hice una gran avalancha de sentimientos y emociones me embargaron. Traté de evitarlo, de alejarme pero no pude.- Negó.

- Es imposible evitar tu destino. Las personas destinadas tienen una atracción natural, un magnetismo mucho más fuerte que cualquier otro.

- Le hice una promesa a LianHua.- Bajó la mirada.- Al final...la rompí.

- Sabes muy bien que esa promesa fue injusta y sabes que ella lo hizo por egoísmo. Nunca estuve de acuerdo con ello.

- Se que fue egoísta de su parte pero también se que lo hizo por miedo.- Miró hacia la salida de su habitación.- Ahora debe estar desconsolada con la noticia pero...- Negó.- Para mi fue imposible dejarlo ir. Cuando supe que sería enviado a Mongolia y que allí se quedaría, algo dentro de mi se despertó. Fue como una gran desesperación y miedo. Yo...- Suspiró.- Incluso lo marque esa misma noche madre.

- ¿Lo marcaste ya?.- Sonrió un tanto sorprendida.

- Si.- Sonrió.

- ¿Cuando vendrá a palacio?

- Esa es una de las razones por la cual te llamé madre.- Rodeó los hombros de su madre con su brazo. - Me gustaría que te hicieras cargo de la comitiva y la bienvenida para Zhan. No creo que sea algo justo hacer que LianHua lo maneje.

- De acuerdo.- Asintió.- Me haré cargo del tema pero...- Se quedó pensativa.- ¿Como debería ser la comitiva? Recuerda que se debe establecer un rango y un título.

- Esa es otra de las razones por la que te hice venir.- Sonrió.

- ¿Que estás planeando.- Sonrió mientras lo veía con sospecha.

- De eso hablaremos luego.- Apretó suavemente su abrazo.- Madre...- Hizo una pausa.- ¿Estás de acuerdo con esto?

- Estoy más que de acuerdo.- Tomo el rostro de su hijo entre sus manos y besó su mejilla.- Estoy feliz por ti.

Wang Yibo se sentía aliviado ante la reacción de su madre. Aunque era un monarca a cargo de un gran imperio, nunca podría ignorar los sentimientos de su madre, sobre todo sus opiniones.

Había subido al trono siendo muy joven y de no haber sido por sus enseñanzas, no se hubiera convertido en el hombre que era hoy en día. No sólo era su madre sino su guía y su todo, para él era importante saber que tenía su apoyo.

En temas de la corte no tenía reservas algunas, sabían que estos estarían de acuerdo con aquella decisión. Por mucho tiempo habían estado instando en que encontrara a alguien más para estar a su lado, al igual que su madre se preocupaban por la línea de sucesión, entendía que un solo príncipe no era suficiente, no cuando la vida era tan incierta y muchas cosas podían ocurrir en ese trayecto.

Ahora, sólo le quedaba platicar con su Emperatriz quien triste y con el rostro lleno de lágrimas se había marchado sin siquiera escucharlo correctamente. Debía disculparse por romper su promesa, quería hacerle saber lo arrepentido que se sentía pero también quería dejarle ver su decisión era una y que no había marcha atrás.

Zhan era su destinado, su otra mitad y este llegaría al palacio para tomar su lugar a su lado.

..........

Zhan caminaba por los pasillos del palacio, escaneando con sus ojos todo el lugar. Buscaba a alguien en específico, una persona que siempre había estado a su lado cual sombra pero que por alguna razón, había estado desaparecido por algunos días desde la partida del emperador de Yang, su prometido.

- Príncipe.- Una joven doncella hizo una reverencia.

- ¿Has visto a Shaham?

- ¿Shaham?.- Sonrió con nerviosismo.

- ¿Que sucede?

- Pues...

- ¿Mi padre lo volvió a castigar?

- No.- Relajó su expresión, luego soltó un suspiro.- Él se encuentra en el área de arqueria, es solo que...luce algo molesto. Ha destruido en total dos arcos mientras entrena y cuando alguien se acerca para saber como está, termina gruñendole. Hace poco uno de los eunucos fue a ofrecerle agua, salió corriendo y llorando porque Shaham lo asustó.

- Si que está enojado.- Sonrió.- Gracias por avisarme.- Pasó a su lado.

- ¿Va a verlo? ¿No cree que es peligroso?

- Shaham podría devorar a cualquiera de ustedes de unos pocos mordiscos, al único que no lastimaria es a mi.

Terminando de decir estas palabras, el joven príncipe se dio la vuelta y se marchó. Si conocía a alguien mejor que la palma de su mano, era a aquel feroz alfa que se mantenía a su lado.

Habían crecido juntos como compañeros, luego del tiempo, así como lo hizo su padre, Shaham tomó entre sus manos la responsabilidad del 13 avo príncipe. Terminó convirtiéndose en su sombra, su hombre de confianza o como muchos lo llamaban, su mascota fiel.

A Zhan le desagradan mucho esta última expresión pues para él Shaham era más que un escolta y nunca había sido un esclavo. Se había asegurado de firmar su libertad en el momento en que adquirió poder.

El alfa persa seguía a su lado y no era por alguna obligación, era por lealtad e incluso amor. Un amor de hermanos y cómplices.

El omega se detuvo a sólo unos pasos del enfurecido alfa quien seguía clavando sus flechas en la diana con tal ferocidad provocando que esta se tambaleara. Por las pronunciadas venas en sus brazos y el notable gruñido que se escapaba de su máscara antimordida, Zhan pudo deducir que se encontraba sumamente enojado.

Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras observaba su espalda. Se lo imagino gruñendole a cuanta persona se paraba a su lado e imaginaba a estos correr mientras lloriqueaban tal y como lo hizo aquel eunuco.

Para todos, Shaham era una fiera intimidante capaz de hacer temblar hasta al más fuerte con su mirada. Solo Zhan había visto aquella sonrisa gentil, aquella dulzura oculta e incluso había escuchado las suaves palabras salir de aquellos labios, sabía que no era la bestia que todos creían.

- ¿Se puede saber por qué estás tan enojado?.- Zhan finalmente habló.

- ¿Ahora que encontraste a tu destinado me quieres desechar?.- Seguía dándole la espalda.

- ¿Quién dijo que te quiero desechar?.- Sonrió.

- He recibido la orden de que una vez que te marches a Yang, debo ir al campo de batalla.

- ¿Que?.- Se acercó más a él.- ¿Quién dio esa orden?

- Su majestad.- Se giro para verlo.- Quiere que me marche a entrenar a los nuevos reclutas.

- No.- Negó.- Definitivamente no.

- Es una orden, no puedo hacer nada.

- ¡Tu vienes conmigo!.- Sostuvo su muñeca y tiró de él con fuerzas.- Vas a seguir a mi lado y no me importa que digan o que orden hayan dado. Estoy dejando mi reino, a mi familia y me voy a un lugar desconocido. Al menos quiero llevarme algo conmigo. Tampoco quiero separarme de ti, hemos estado juntos por tanto tiempo, tu me conoces más que nadie.- Negó rápidamente.- No te voy a dejar aqui. Vendrás conmigo.

- Yo también quiero ir contigo su alteza. Se que no lo necesitas pero yo estoy para cuidarte y protegerte. No puedo dejar que te quedes solo por allá.

- Está decidido.-Sonrió.- Vendrás conmigo. No nos vamos a separar.

...........

- Emperatriz, necesita comer.- La joven doncella sostenía la bandeja.

- No tengo apetito.- Frotaba sus sienes.

- ¡¿En qué estaba pensando el emperador?!.- La señora Feng estaba alterada.- ¡¿Donde quedó la promesa que te hizo?!

- Madre.- Suspiró.- En este momento tengo un fuerte dolor de cabeza. Si te pedí que vinieras, lo hice para que me acompañaras, no para que formaras escándalo.

- Es que no puedo calmarme. ¿Donde está su palabra de hombre?

- ¡Madre!.- Golpeó la mesa con la palma de su mano.- Te recuerdo que estás hablando del emperador.

- Se que debo respetarlo como súbdito pero eres mi hija. Me siento herida por ti.

- Emperatriz.- La doncella habló con timidez.- El emperador se quedó un rato anoche fuera de sus aposentos. Esperaba que lo dejara pasar.

- Gracias por informarme.- Se quedó viendo a la nada.- ¿Que espera? ¿Espera que me sienta feliz luego de romper su promesa?

- No puedes ceder.- La mujer golpeó la mesa con su mano.- Definitivamente no debes ceder.

- Creo que en los asuntos de pareja, los demás sólo son extraños.

La voz del emperador hizo sacudir todo el cuerpo de la mujer quien con rapidez se levantó e hizo una reverencia. La señora Feng se mantuvo en su posición, con la cabeza baja y sus manos juntas sobre su vientre esperando por la orden para levantarse pero esta se prolongó ya que el emperador seguía viéndola con un notable enojo.

La emperatriz por su parte se sintió nerviosa y preocupada por su madre. Muchas veces le había advertido sobre hablar de forma descuidada e irrespetuosa hacia la familia real.

Esto era algo con lo que luchaba casi a diario debido a la soberbia de su madre. Ambas venían de la línea del emperador fallecido, la mayor era prima segunda de su majestad por lo que se sentía con el derecho de renegar sobre otros y apuntar con su dedo cuando no era lo correcto.

- Su majestad.- La emperatriz se levantó e hizo una reverencia.

- Levantense.- Yibo se quedó viendo a la emperatriz.- Tenemos una platica pendiente.

- Hoy tengo mucho dolor de cabeza ¿Podría ser en otro momento?.- Forzó su sonrisa.

- No.- Habló con firmeza.- Está conversación no se puede postergar.- Le dio una mirada furtiva a su suegra.- Necesito estar a solas con mi emperatriz. Jiang Hao.- Le habló a su escolta.

- ¿Si majestad?..

- Escolta a la señora Feng a su hogar y asegúrate que se quede allí por unos días reflexionando.

- ¡Su majestad!.- La emperatriz se agitó.

- No lo tome a mal madre.- Yibo fingió una sonrisa.- Solo le estoy brindando un momento de relajación para que pueda poner algunos pensamientos e ideas en orden. ¿De acuerdo?

- De...de acuerdo.- La mujer hizo una reverencia.- Lo que su majestad ordene.

- Andando.- El escolta le habló de forma fría a la mujer y está lo siguió.

- Su majestad, por favor perdone a mi madre. Sabe como es ella.

- Porqué se como es lo hago. No puedo permitirle que hable de forma tan descuidada y tu como emperatriz tampoco. Eso sería darle un mal ejemplo a las personas del palacio.

- Entiendo.- Tomó asiento.- Si vino a hablar sobre su decisión, no tiene que preocuparse.- Negó.- Lo que su majestad decida yo como súbdito debo obedecerlo.

- Vine a disculparme contigo por haber roto mi promesa.

- Usted es el Emperador.- Sonrió con ironía.- Puede hacer lo que desee.

- Sabes que odio el sarcasmo ¿Cierto?

- Lo siento.- Bajó la mirada.- No espere que esté de acuerdo con esto su majestad. Tampoco espere que este feliz. Usted rompió con su palabra y de paso rompió mi corazón.

- Lo sé.- Se sentó a su lado y tomó su mano.- Y lo siento. Aunque no lo creas, mientras esto ocurría, no podía dejar de pensar en ti y en esa promesa que te hice.

- ¿Entonces por qué lo aceptó? Debió de alejarlo.

- ¿Te estás escuchando?.- La vio a los ojos.- No es una persona cualquiera, es mi destinado.

- ¿Y qué? ¿Eso que tiene que ver?

- ¡LianHua!.- Se alteró.- ¿Te atreves a decirlo así tan tranquilamente? ¿Te olvidaste de ChengYan?

-......- Bajó la mirada y apretó sus manos entre sí.

- ¿Se te olvidó que tu también tuviste un destinado? ¿Que hice en ese momento?

-.......

- ¿DIME QUE HICE?

- Le permitió entrar al palacio.- Levantó la mirada.- En ese tiempo a penas éramos unos niños.

- Aún así entendí que era tu destinado. Aunque nuestras familias tuvieron que obedecer la orden del fallecido emperador de unirnos, yo acepté que él era tu destinado y dejé que entrara a palacio. Sabes que traté de evitar que fuera al frente de batalla pero el insistió y yo no pude hacer nada. De no haber sido por su muerte en batalla, estaría todavía aquí...a tu lado.

- Se muy bien que me hiciste esa promesa por mi desesperación.- Levantó la mirada, sus ojos estaban repletos de lágrimas.- Pero aún así, fue una promesa.

- Te hice eso promesa porque creí que era justo. Habías perdido a tu destinado, así que no me sentí merecedor de encontrar al mío. Por eso lo hice pero...- Negó.- No puedo evitar, ya no quiero hacerlo. Lo he encontrado y no quiero dejarlo ir.- Llevó sus manos a su rostro.- Tu más que nadie sabes sobre este sentimiento de necesidad, lo has vivido.

- ¿Te enamoraste de él?.

- Me enamoré.- Asintió.- Me sentí atraído como nunca me había sucedido.

- ¿Quiere decir que ahora que encontraste a tu destinado yo seré descartada?.- Sonrió con tristeza.

- Jamás.- Tomó sus manos.- No sólo has sido mi emperatriz. Has sido mi compañera, eres de las personas que más me comprenden. Estuvimos de frente al altar y te prometi protegerte, voy a mantener mi palabra.

- ¿No sería mejor deponerme?.- Una lagrima rodó por su mejilla.- A fin de cuentas, ya encontraste a tu persona.

- ¿Que motivos tengo para deponerte?.- Sonrió mientras limpiaba la lagrima de la mejilla de la emperatriz.- Aunque en la Corte no todos te ven con buenos ojos, has sido una excelente emperatriz para tu pueblo y para mí. Ellos te aman y ante mis ojos eres especial.- Beso su mano.- Seguirás siendo mi emperatriz. La emperatriz de Yang, mi gran amiga, mi compañera.

- Pero ya no seré tu esposa.-Su voz se quebró.- ¿Cierto?

- Eres mi primera esposa, la madre de mi primer hijo ¿Crees que eso se puede borrar?

- ¿Y si me niego a aceptar a esa persona?

- Esa persona es el 13 avo príncipe de Liang y su nombre es Xiao Zhan.

- ¿Y si no quiero aceptarlo?

- Lo lamento.- Soltó su mano y borró su sonrisa.- Pero aunque no lo aceptes, mi decisión no va a cambiar. Xiao Zhan será mi esposo y estará a mi lado.

- No esperes que sea su amiga. No esperes que comparta un té o una platica con él.

- Está bien.- Sonrió con suavidad.- Zhan es un hombre de batallas, no creo que la hora del té sea de sus momentos favoritos.- Volvió a borrar su sonrisa.-Lo único que quiero es que todo esté en orden y en paz. Que ambos se respeten y que vivan tranquilamente. Te recuerdo que eres la emperatriz y que no está bien visto que hagas berrinches. Entiendo tu dolor pero espero que algún día me entiendas a mi.

-Puede hacer lo que desee.- Se levantó e hizo una reverencia.-Usted es el Emperador. Además, dicen que las promesas se hicieron para romperlas.- De sus ojos brotaron lágrimas. Discúlpeme si decido no asistir a su boda.

- Puedes hacer lo que desees.-Sonrió.- Siempre y cuando sea de la manera correcta.- Se dio la vuelta y se marchó dejando a la emperatriz con un nudo en la garganta y el rostro empapado.

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Decidí dejar la boda para el. Próximo cap y así colocarla junto con la primera noche de papapasion jajajajaja

La emperatriz madre está más que de acuerdo con su hijo y está feliz por él.

Yibo piensa darle un rango a Zhan y para ello necesitaba platicar primero con su madre ¿Cuál rango será y porque tanto misterio?

El alfita persa estaba enojado creyendo que su amo lo iba a dejar atrás. Preparense, se vienen algunos momentos curiosos y jocosos entre él y nuestro emperador jajaja

La emperatriz dejó en claro que no piensa aceptar a Zhan pero Yibo le dejó en claro que eso le importa pingo jajajajaja

Ahora saben la mayor razón detrás de aquella promesa, LianHua tenía un destinado y lo perdió.

Por cierto, quiero compartir con ustedes mi alegría. Gracias a sus votos aquella vez, pude obtener a mi parejita WangXian en versión bunnys.

Toy feliiiiii.❤️


Gracias por leer.

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