Fake Lover | Soukoku - BSD

By yanase_gr

131K 13.1K 4.6K

"Tienes una deuda que pagarme. Serás mi amante por un mes". La situación que enfrenta ahora Nakahara Chuya es... More

ADVERTENCIA/ANTES DE LEER
Prólogo
Día 1
Día 2
Día 3
Día 4
Día 5
Día 6
Día 7 - 1
Día 7-2
Día 8
Día 9
♡ Especial 1k lecturas ♡
Día 10
Día 11
Día 12
Día 13
Día 14
🎄 Especial Navideño 🎄
Día 15
Día 16
Día 17
Día 18
Día 19
💖 Especial de San Valentín 💖
Día 20
Día 21
Día 22 - 1
Día 22-2
Día 23
Día 24
Día 25
Día 26
Día 27
Día 28-1
Día 28-2
Día 29-1
Día 29-2
Día 30
Epílogo.
Agradecimiento
★ Especial 53k lecturas★
★ Agradecimiento +100k de lecturas ★

Día 31

2.1K 186 62
By yanase_gr

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

Día 31

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

—Así que Dazai es ese tipo de hombre... Y pensar que cuando planeaba rescatarte sólo parecía el demonio en persona —pensativo, Verlaine colocó el dedo índice en su barbilla.

—Creo que nadie cercano a su círculo puede imaginarlo —respondió atento a la expresión del más alto.

Después de haber regresado a casa, Chuya había recibido una llamada de Verlaine con el único propósito de tener un paseo como hermanos. El pelirrojo no pudo negarse, llegó a la conclusión de que si se quedaba en casa, sólo sobre pensaría las cosas y terminaría arruinando todo al final del día.

El puerto de Yokohama era muy tranquilo por la mañana; uno de los pasatiempos favoritos de Verlaine era salir a comer un pastel de tres leches acompañado de té cada fin de mes como una pequeña recompensa después de haber entregado su manuscrito. Esta vez, se dio el privilegio de invitar a su pequeño hermano.

Esperaba que esa salida fuera la primera de muchas.

—¿Tan bueno es ese lugar que mencionas?

—Es excelente. Creo que nunca encontraré un lugar así en Europa y, en realidad, descubrí ese lugar gracias a Rimbaud —ajustó su sombrero.

En medio del gesto de Verlaine, un hombre alto de pelo blanco chocó justo a un lado de Chuya. Inmediatamente se preparó para poner las manos al fuego por el pelirrojo si tenía que ser necesario, pero la actitud dócil del hombre albino dejó sorprendido al europeo.

—Oh, tu debes ser el actual novio de Dazai-kun. Mil disculpas —el albino extendió las manos hacia el frente.

—¿Qué? —cuestionaron Chuya y Verlaine al unísono.

—Fue mi error por no mirar por donde camino. Tengo una reunión importante justo ahora y voy demasiado tarde. Fue un placer conocerte, Chuya-kun.

—Oye, espera... ¡¿Cómo sabes mi nombre?! ¡Voy a arrancarte las piernas si no me dices!

El hombre continuó su camino sin prestarle demasiado atención a la amenaza de Chuya; Verlaine, por otro lado, jaló suavemente del brazo del más bajo para evitar que fuera e hiciera algo de lo que pudiera arrepentirse.

—Tengo la misma duda que tu, no me preguntes de donde lo conoce.

—Ese bastardo... ¿Por qué tiene amigos regados por todas partes?

—No creo que cualquiera deba llamarse con facilidad "amigo" de Dazai.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

—Todos, de pie. Él jefe ha llegado.

En la sala de juntas, todos los presentes se pusieron de pie al escuchar la voz de la mujer en kimono, Koyo Ozaki. En una mesa redonda, se encontraban las personas más importantes de la agencia de protección más importante de todo Japón; inmediatamente y a lado de una niña, el jefe hizo su entrada majestuosa.

—¡Hola a todos! —saludó felizmente la niña.

—¡Hola, Elise-chan! —respondieron con la misma alegría los reunidos.

—Que amables son todos contigo, Elise-chan —dijo el jefe, Ogai Mori—. Bien, pueden sentarse.

Ogai cruzó al piernas al tomar asiento, miró a los presentes y guardó silencio por unos segundos que parecieron eternos. El único ruido de la habitación era el zapateo de la niña que jugaba a dar vueltas al rededor de la mesa.

—Jefe, ¿para que nos ha citado aquí? —cuestionó Rando.

—Excelente pregunta, Rando —alzó la ceja.

—Si no sabe para que nos citó, entonces esta reunión es una perdida de tiempo —un hombre con aspecto de mayordomo se quejó.

—No es lo que parece, Ace —se defendió—. Después de lo ocurrido con Dostoievsky, me he estado preguntando de que manera podría presentarles al nuevo integrante de este gabinete.

—Si lo escogió Dazai, seguramente nos traerá más problemas.

—No fui yo, Rando-san —respondió sin interés—. Mori-san se encargó del trabajo por mí.

—Bien. Koyo, haz pasar al chico nuevo.

Koyo, quien permaneció de pie a lado del jefe, se dirigió hacia la puerta para darle instrucciones a la persona que al parecer se encontraba esperando afuera.

En esa sala, nadie tenía permitido murmurar y aún así, era imposible que en sus pensamientos cruzaran maldiciones y dudas hacia la nueva decisión del jefe. 

Elise dejó de correr y fue hacia donde se encontraba su madre, se escuchó que nuevamente saludó y regresó a recargarse sobre la mesa a un lado de Ogai. La ternura de Elise rebasaba los limites de la cordura del hombre e incluso en momentos como ese, le era imposible no acariciar el cabello de su pequeña hija.

—Es un honor estar aquí con todos ustedes —una nueva voz se escuchó en la sala—. Me presentaré por mí mismo. Soy Tatsuhiko Shibusawa, espero podamos trabajar juntos a partir de ahora.

—Vaya —susurró Dazai.

El hombre frente a ellos era alto, pelo blanco, ojos rojizos; en el ámbito personal, este hombre de nombre Tatsuhiko, tenía un buen gusto por la moda y disfrutaba de las puestas de sol bebiendo una taza de té.

Tatsuhiko miró de reojo a Dazai y sonrió discretamente, como si tratara de dejarle una especie de mensaje con esos gestos; ante esto, Dazai no pudo evitar hacer una mueca.

Esto debe ser una broma.

—Shibusawa-kun tiene un currículum impecable y tiene muy buenas referencias. Tomará el lugar de Dostoievsky y se hará cargo de la seguridad de nuestra organización.

—Ah, menos mal que Dazai-kun no se hizo cargo de reclutar —expresó Rando mientras frotaba sus manos.

—Creeme, si hubiera estado a cargo elegiría a alguien mejor.

—Pueden regresar a su trabajo. Doy por finalizada la junta de hoy, Shibusawa-kun, espera a que Koyo te dirija a tu nueva oficina.

De manera sincronizada, todos se inclinaron levemente hacia adelante antes de dejar el lugar tal como Ogai se los ordenó.

Tatsuhiko no iba a perder la oportunidad, no dejaría que Dazai se le escapara ni un segundo. Ahora que lo tenía a la vista, estaba seguro que su estancia en ese lugar iba a volverse más divertida de lo que pensaba.

—Dazai, es realmente un honor haber coincidido contigo aquí.

—Sólo para que lo sepas, no tengo intención de relacionarme contigo.

—¿Sigues enfadado por lo de hace once años? Caray, pensé que te olvidarias de eso si me iba un buen tiempo —rascó su nuca.

La mirada de Dazai era severa, ¿cómo podría olvidar algo que lo marcó para siempre?

El hombre frente a él no era alguien simple con grandes habilidades para desarrollarse en cualquier lugar al que iba; once años atrás había intentado, en diferentes ocasiones, destruir su relación con Odasaku.

La gota que había derramado el vaso, fue una noche de año nuevo. La editorial para la que trabajaba Odasaku había organizado una fiesta de fin de año para los autores, empleados y sus familias; Oda no había perdido la oportunidad de llevar a Dazai con él y, curiosamente, Shibusawa estaba a cargo del área de ventas digitales de la editorial.

Oda siempre había estado a la vista de Shibusawa, era un deleite para él tenerlo de frente y poder platicar con él, porque para el albino cada palabra que soltaba el castaño sonaba como poesía. Sin embargo, esa admiración rápidamente se había transformado en una obsesión, en un amor enfermizo que lo estaba matando por dentro y lo hacia sentir celoso siempre que veía al rededor de Oda.

En algún punto de esa fiesta, Shibusawa —quien se encontraba pasado de copas— aprovechó la distracción de Dazai y se acercó al escritor. Fue entonces cuando decidió que quería besarlo, y lo hizo. Para su mala suerte, Dazai había visto todo.

Lo que más había impactado en Shibusawa fue la reacción de Dazai: la misma mirada que en el presente le dedicaba era la misma que le había mostrado en esa fiesta hace once años.

—Recuerdo haberte dicho que si te veía cerca iba a sacarte el corazón, ¿no?

—Bueno... Ahora que Oda no está, será mejor que vayas olvidando todo eso. Yo me robé un beso, es cierto, pero tu lo llevaste a la luna... no hay razón por la cuál debas enojarte. Además —alzó una ceja, sabía que lo estaba a punto de decir le daría la victoria en esa conversación—, ya tienes a alguien más ¿no es así?

—¿Qué tanto has estado observando?

—Lo suficiente para darme cuenta que Oda es fácil de olvidar para ti.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

En la gran oficina, dos hombres estaban sentados frente a frente; el primero de ellos, estaba acariciando su sien, estaba seguro que iba a explotar si volvía a cruzar camino con esa persona tan indeseable, y el segundo, sólo miraba con atención las expresiones de la persona frente a él.

—¿No tuviste una buena noche? —rompió el silencio.

—Dormí tan cómodo que estuve a punto de no venir a trabajar...

—¿Entonces por qué te miras tan molesto?

—Solo miré algo que me puso de malas —suspiró con cansancio.

—¿Amaneciste estrenando un novio de verdad? Me pregunto si realmente estás listo para tener una relación estable.

—¿Hah? ¿Que estás diciendo, Ango? —bostezó— Me confesé ayer... pero me pregunto si hacerlo fue lo mejor o debí esperar hasta ahora.

—Como hombre, debiste haber esperado hasta hoy. ¿Al fin decidiste elegirlo?

—Sabes que no soy un hombre con fuerza de voluntad. Si no le decía como me siento, iba a explotar.

Ango se mantuvo sereno, escuchar a Dazai hablar de esa forma estaba a punto de sacarle una carcajada que, seguramente, se escucharía fuera del edificio.

—Bueno —aclaró su garganta—. En realidad, quien se confesó hace once años fue Odasaku, ¿cierto?

—Eh... Mitad y mitad —dudoso—. Esta vez quiero hacer las cosas bien.

—Entiendo, en ese caso. Deberías ser tu quien formalice esa relación extraña, ¿no crees? —ajustando sus lentes, sugirió.

—Tu solo estás buscando un pretexto para divorciar a alguien, Ango...

—No es lo que parece, pero ese chico necesita algo verdadero después de la tortura que le haces pasas con algo que no existe.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

Después de disfrutar del delicioso postre que Verlaine estaba ansioso de compartir con Chuya, ambos hombres decidieron continuar con su paseo.

De alguna forma, Verlaine quería demostrarle a Chuya que podía ser un verdadero hermano mayor; su tranquilidad era contagiosa, ambos se entendían perfectamente.

¿No será acaso mi hermano perdido? ¿Hermano de otra madre?

Verlaine pensaba mientras miraba desde afuera de una tienda de ropa una exhibición de trajes para caballero. Chuya estaba encantado con el sombrero que había visto, así que se detuvieron a mirar que más tenía la tienda para ofrecerles.

—Si te gustan los sombreros, podemos entrar y pedir el que más te guste. Yo m encargo del gasto.

—¿Eh? No, no... para nada. No tienes porque gastar en mí. Soy lo suficientemente maduro para pagarme mis propios lujos.

—Es un gesto de hermano, acéptalo. O bien, podemos volver a casa para que ofrecerte uno de mi colección.

—¡¿Tienes una colección de sombreros?!

—Hay uno que estoy seguro que va a gustarte —sonrió.

—Oh no...

La expresión de emoción del pelirrojo tuvo un cambio repentino. Verlaine volteó a ver, buscando el origen de los nervios de su pequeño hermano; instintivamente, Chuya jaló del brazo del más alto dirigiéndose a la tienda.

—He decidido que si quiero ver más a fondo la tienda.

—¿Por qué...? Espera, Chuya...

—Esa mujer por alguna razón no me da buena espina.

—¿La conoces?

—Fue a buscar al bastardo de Dazai hace unos días... Me confundió con su servidumbre y me pidió que le dejara un recado... Tsk... ¿Por qué no simplemente atiende sus problemas por su cuenta?

—Entiendo. No tienes porque preocuparte —intentó calmarlo.

—¿No? —curioso, miraba uno de los trajes— ¿Por qué estás tan seguro de eso?

—Mi intensión no es que te vuelvas paranoico, hermano... pero esa mujer es sólo una más de las tantas mujeres que están esperando su turno con Dazai.

—¿Su turno? ¡Ja! Creo que ese momento no va a llegar —alardeó.

—Me sorprende tu confianza —halagó—. También fue su novia por un tiempo. No duraron mucho, pero era un secreto a voces que esa mujer lo había estado pretendiendo durante su relación con Oda Sakunosuke.

—¿Por qué todo en Dazai gira en torno a Oda Sakunosuke? —aturdido, apretó la manga del traje.

—Es un punto de referencia actualmente —rio levemente—. Nadie sabe en qué términos quedaron cuando se separaron, pero será mejor que cuides tu espalda de todos modos.

—¿Es una advertencia? —entrecerró los ojos.

—Nadie conoce realmente las intenciones de las personas que nos rodean, mi querido hermano.

Chuya suspiró.

Estaba seguro que no había nada que pudiera separarlos una vez que ambos aclararan sus sentimientos; los susurros de Dazai diciéndole "te amo" seguían haciendo eco en su cabeza.

La forma en que se lo decía le daba seguridad, quería ser el único al que Dazai le dedicara esas palabras. Y aunque se las dijera a alguien más, debería existir alguna diferencia en la manera de expresarlo.

No imaginaba a Dazai diciéndole a una mujer "te amo"; entonces recordó el día que lo encontró batallando con ese ola de mujeres que estaba sobre él pidiéndole un poco de atención y no parecía nada cómodo siendo atosigado.

Creía fervientemente que tenía alma de mujeriego, pero no dudaba que conociera sus propios límites. Después de todo, sólo tenía conocimiento de una de las relaciones más profundas del desperdicio de vendajes andante.

Entonces, si Dazai siempre había tenido esa popularidad con las mujeres, ¿eso no representaba una molestia alguna para Sakunosuke?

Nunca conocería esa respuesta si Dazai no se la decía. Sólo le quedaba resignarse y averiguarlo por sí mismo.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

—¡¿En que mierda estabas pensando al salir al jardín mientras está lloviendo?! —gritando a lo lejos, Chuya apareció.

Dazai estaba de pie frente al gran sendero de flores que alguna vez le mostró a Chuya, no le importaba terminar empapado a causa de la lluvia. A ojos de Chuya, era como si no notara que estuviera lloviendo.

—Maldición, vas a agriparte. Y yo no voy a cuidar de ti por tu imprudencia —colocandose a su lado, lo cubrió con la sombrilla.

El castaño no respondió a ninguna de las quejas del pelirrojo, simplemente continúo viendo la enorme cantidad de flores que, ahora, estaban disfrutando de esa refrescante lluvia.

—El día está a punto de finalizar. Es maravilloso, ¿no lo crees? —finalmente dijo.

—Eh... Bueno, no sé como debería responder a eso.

—Chuya, ¿te gusta estar aquí? Me he preguntado si alguna vez no sentiste las ganas de huir de este lugar y de los recuerdos que me rodean...

—¿A qué viene esa pregunta, bastardo?

—¿Puedes ser sincero?

—Tsk... Odio cuando te pones sentimental, cucarachon —murmuró—... Odié estar aquí, no por ti, sino porque no entendía cual era mi propósito. Las cosas no resultaron a mi favor, así que simplemente opté por aceptar todo esto junto con tu estúpida presencia.

Silencio. La lluvia se intensificó un poco.

—... pero si te preocupa eso... No. Nunca intenté huir. Siempre esperé por ti, pacientemente, porque eso es lo que hacen las parejas comunes y corrientes, ¿no?

—Estoy feliz de saber que esperaste por ti por todo un mes —sonrió.

—Es por eso... que...

Se aferró al mango del paraguas, tan fuerte que sintió que sus hombros se tensaron; sus ojos trataron de mantenerse fijos en algún punto, pasando de mirar el ambiente lluvioso a las flores que empezaban a emanar un dulce aroma.

Apretó los labios y empezó a temblar, pero no a causa del frío del ambiente sino por los nervios que ya no podía contener ni un solo segundo más.

Dilo. Dile lo que sientes y no huyas... Cumple tu promesa. Demuestrale que eres mucho mejor que él para confesarte.

—Es por eso que —su voz tembló—... Que he decidido que me gustas. Eres repulsivo, molesto; siempre haces las cosas a tu manera sin importarte lo que los demás quieran... Como el día en que me obligaste a usar ese vestido...

Dazai lo estaba viendo, sin embargo no iba a dejarse perturbar por esa acción.

—Crees que eres mejor que mejor que muchos, pero la verdad es que no eres más un creído hecho con el pasar del tiempo... Y aún así, te metiste en mis pensamientos sin permiso y me has convertido en esta porquería...

Mirando a Dazai, sin huir y enfrentando su cruel realidad, finalmente sacó las palabras que por muchos días habían permanecido atascadas en su pecho.

—Te amo, Osamu. No puedo prometerte amarte de la misma forma en que Oda lo hizo, porque yo tengo mi propio corazón y sentimientos... No puedo permitirme ser él y seguir tus principios porque siempre he sido un alma libre, sin embargo...

Contuvo la respiración.

—Estoy dispuesto a amarte y a estar para ti en cada paso que das. Si un días te atascas y no puedes avanzar, seré yo quien te patee el trasero para que despegues tus pies del suelo y sigas adelante.

Dazai desvió la mirada y cubrió su boca con la palma de su mano: estaba conteniendo una risa.

—¡¿Que mierda es tan gracioso, imbécil?! —dejando caer la sombrilla, el pelirrojo se puso de mal humor.

—Chuya, espera... No me mates por favor —rio—... No es una risa de burla —secó su párpado—... Estoy feliz. Nadie antes me había jurado esa clase de amor.

¿Estaba llorando? ¿O acaso era la lluvia que antes lo había estado empapando?

Dazai continúo riendo mientras tomaba un tulipán del extenso jardín.

De ninguna manera este bastardo debe estar chillando.

—Chuya —extendiendo la flor, dijo—, es cierto que cuando te conocí te dije que este jardín le perteneció a Odasaku. No obstante, todas estas flores representan algo y, del mismo modo, tu representas algo para ellas. Si alguna vez te vas, sin decirme una sóla palabra como un símbolo de que nuestro amor se ha esfumado, estas flores ya no crecerán y se marchitaran... también mi corazón.

¡¿Q-Qué cosas me esta diciendo?!

—Eso... es lo más ridículo que has dicho en treinta días.

Sin pensarlo dos veces, tomó la flor; después dio un golpe con el puño en el brazo del mas alto. Dazai no se quejó por el gesto, al contrario, prefirió abrazar a Chuya y convertirse en un escudo para evitar que la lluvia siguiera cayendo sobre él.

—El amor que yo te ofrezco también es único, Chuya. Mi promesa de evitar que sigas viviendo ante mis recuerdos sigue en pie, porque ahora está es nuestra oportunidad de crear nuevos recuerdos... Nuestros, solo tu y yo... —susurró.

Chuya se aferró al más alto; inhaló su aroma y contuvo el tiempo que pudo en su pecho para volver a inhalar.

Hacer eso seguramente iba a volverse en una necesidad.

—Felicidades por llegar al último día de nuestro trato. Fue divertido tenerte como moneda, ¿que piensas tu?

—¡¿Hah?! —lo empujó— ¡¿Por qué mierda tienes que preguntar ese tipo de cosas en momentos como este?!

—A-Ah —nervioso, volvió a abrazarlo—, creo que estás empezando a tomar confianza... Voy a empezar a temer por mi vida desde ahora.

Dazai finalmente se alejó, tomó las dos manos del pelirrojo que estaba a punto de explotar como una bomba por sus comentarios innecesarios y se hincó ante él.

—Chuya Nakahara, ¿quieres seguir siendo mi amante por el resto de tu vida?

—El resto de mi vida suena como una tortura —alzó la ceja—, pero si ya he terminado de pagar esta jodida deuda...

Chuya miró detenidamente al feliz Dazai; estaba más que decidido a querer verlo con esa estúpida sonrisa por mucho tiempo más.

Quería atesorarlo y al mismo tiempo aniquilarlo; quería cumplir sus caprichos y que los suyos fueran cumplidos. Una vida a lado de Dazai no sonaba tan mal cuando ya se conocían el uno y al otro, y aún quedaba mucho más por descubrir.

Quien sabe que tendría el mundo planeado para ellos; su vida dejaba de ser monótona a lado de Dazai y estaba feliz con eso.

El tortuoso mes llegó a su fin.

Continue Reading

You'll Also Like

600K 80.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
4.6K 440 15
Jisoo lo tenía todo, un matrimonio feliz y una pequeña hija en camino pero un accidente podría cambiarlo todo. Jennie necesitaba una donante de coraz...
15.9K 721 7
Chūya Nakahara es un omega condicionado por un acuerdo que sus padres hicieron antes incluso de si quiera pensar en su futura existencia, para cumpli...