Buenos días, Cariño

By AkariKiseki1997

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¿Cómo puedes medir la felicidad? ¿En las cosas que tienes? ¿En el dinero que ganas? ¿En la carrera que estudi... More

Casa compartida
Balcón
Burbujeante
Mariposas inquietas
Flores en el cielo
Intermedio
Desconocido
Vínculo

Puntiagudo

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By AkariKiseki1997

Su mente estaba en blanco.

Intentó recordar cuáles habían sido las decisiones de su vida que la habían llevado hasta ese momento. Pero honestamente no había nada que se le viniese en primera instancia. Era como si de pronto hubiera una interferencia en su cerebro que le impedía rememorar cualquier cosa que no fuera su nombre.

¿Eso había sido un beso?

Sus labios habían chocado por un par de segundos, ¿Verdad?.

Aunque el roce no había durado lo suficiente como para poder creer que realmente había sucedido. Sin embargo el calor y la suavidad del otro seguían latentes en sus bocas.

—¡L-lo si-siento...!—exclamó recuperando la compostura al notar que las luces de la calle se encendían nuevamente.

El espectáculo de fuegos artificiales había terminado, sin embargo Hinata aún podía sentir el retumbar de las coloridas explosiones dentro de su cuerpo.

Recapituló lentamente todos los sucesos ocurridos para determinar el origen de la escena que habían protagonizado hacía unos segundos.

Ellos estaban discutiendo la relación que los unía, y aunque seguía sorprendida por la firmeza con la que él  había asegurado que no se consideraba su amigo, eso terminó pasando a un segundo plano cuando sintió una fuerza extraña que la empujó desde atrás y la cual no la dejó controlar su propio cuerpo.

Pensó en lo mucho que le gustaría esfumarse en el aire en ese preciso momento y mientras se agarraba el rostro con ambas manos para ocultar la creciente vergüenza que la afligía, se apresuró a soltar una serie de balbuceos que pretendían ser excusas sobre lo sucedido, más lo único que consiguió fue enredar su propia lengua.

Sabía muy bien que no debía darle otro significado a un suceso accidental como ese, pero...

¡Su corazón no la estaba obedeciendo!

—¡Vuelve a tus sentidos, no deberías mostrarle un lado tan vergonzoso a Sasuke-san!—gritó histérica dentro de su cabeza.

Por otro lado, el Uchiha la observó sin siquiera parpadear un ápice.

Estaba completamente absorto en cada una de las acciones de la chica. Aquello lo había tomado con la guardia completamente baja. Pero no resultaba desagradable para nada. Más no estaba muy seguro de querer admitir eso en voz alta.

¿Por qué actuaba tan raro cuando ella entraba en la ecuación?

Si, era divertido verla nerviosa, no lo iba a negar, pero le resultaba bastante inverosímil lo increíblemente cautivado que se sentía por su torpeza y honestidad.

Su cara siempre era un cuadro transparente de su alma, como si no tuviera ninguna intención adversa. Era fascinante la forma en que dejaba que sus emociones se desbordaran y mostraran lo que pasaba dentro de su cabeza con tanta claridad. Cuando creía que ya conocía sus expresiones por completo, ella dibujaba muecas nuevas que nunca había visto y eso lo mantenía atento a cada una de ellas, como si acabara de descubrir el espécimen más raro del universo. Era algo tan adictivo, que dudaba mucho el llegar a aburrirse de ello. Resultaba bastante curioso lo inmerso que podía estar en esa clase de detalles y eso era algo que ya había notado unas cuantas semanas atrás. Su cabeza se llenaba inevitablemente de todas las formas posibles en las que podía llegar a conocer las facetas más profundas de la Hyuuga. No obstante, el único pensamiento que tenía en ese momento era uno que, honestamente, le parecía bastante peligroso.

Quería tocarla.

Todo se había vuelto tan surrealista que, de no hacerlo, perdería por compleeto la razón. Levantó una de sus manos y la extendió hacía ella completamente gobernado por sus instintos.

—Hi...

—¡Teme!— su extremidad se detuvo tan sólo un par de centímetros antes de tocar la cabeza de la muchacha—, ¡Hinata-chan! ¡Aquí estamos! ¡Vengan acá!

Maldito Naruto...

—Tch... maldición— gruñó al darse cuenta que el Uzumaki les hacía señas desde la lejanía.

Conociéndolo, seguramente iría por ellos si tardaban mucho en hacerle caso.

Bufó.

Hizo una mueca disgustada y luego atrapó ágilmente la mano izquierda de su acompañante.

Por un segundo le cruzó por la cabeza la idea de ir en la dirección contraria y continuar lo que estaba intentando hacer, pero sería demasiado molesto tener que explicar por qué razón había "huido" con Hinata frente a sus narices.

—¡¿Sasuke-san?!— masculló agitada y sintió como se sonrojaba desde la base del cuello hasta la punta de las orejas por el agarre de sus dedos.

—Sería molesto si te pierdes— explicó sin mirarla y sutilmente entrelazó sus dedos con con los de la chica que ahora parecía un tomate humano.

—Y-ya veo...

Ciertamente era una acción innecesaria, ellos podían cruzar el mar de gente sin hacer eso, pero la verdad es que solo quería una pequeña excusa para cumplir su deseo.

Ah, mierda, ¿Que demonios le pasaba?

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

—¡¿Lo dices en serio?!

Se separó rápidamente del auricular del móvil cuando su hermana gritó al otro lado de la línea.

Luego de reunirse con el resto, ella y Sasuke se habían separado por completo todo el tiempo que estuvieron en el festival. Afortunadamente no habían tenido oportunidad de quedarse a solas luego de ese incidente y ella huyó a la habitación ni bien llegaron a la casa al terminar su recorrido por los puestos nocturnos, les dijo que tenía un fuerte dolor de cabeza y que iría a descansar luego de darse una ducha. Ino y Sakura le prometieron que la alcanzarían más tarde ya que Tsunade había sacado un par de botellas de Sake para celebrar su reunión luego de tanto tiempo.

Le sabía un poco mal el metir de esa forma, pero la verdad es que no se sentía capaz de estar en la misma habitación que el Uchiha al menos por esa noche.

—Tra...tranquilízate Hanabi-chan podrían oírte nuestros padres....

Su hermana fue la primera persona en la que pensó para contarle lo sucedido, aunque viendo lo alterada que estaba, comenzaba a dudar de que esa fuera una buena opción.

—Y una mierda...ah, digo... Lo siento... Lo que quiero decir es, ¿No crees que ese tipo está jugando contigo?— gruñó la menor.

—No es así....

—¡Pero dijo que no eran amigos y luego te besó, ¿No es eso lo que hacen los mujeriegos cuando quieren aprovecharse de una chica linda e inocente como tú, Hermana?!

Sin embargo, tiene razón, no somos amigos, él es el casero de la casa compartida y yo sólo soy una inquilina más, además...— se llevó una mano a la comisura de sus labios—. Eso no fue un... be-beso... fue... un accidente.

—Ni siquiera sé disculpó contigo, ¿Crees que eso es lo que haría un hombre de verdad?

De alguna forma era tierna la manera en que Hanabi se molestaba en su lugar, sonrió.

—Está bien, en realidad, yo debería disculparme— lentamente comenzaba a relajarse—. Si buscamos un responsable de lo sucedido, esa fui yo— cerró los ojos y recargó la cabeza contra el marco de madera que adornaba la puerta que daba al patio trasero.

—Eres demasiado amable, ¿No podrías enojarte un poco más? Aún si quieres tomar toda la culpa, él fue muy rudo.

—Yo... no lo sé...—separó sus párpados suavemente y a su cabeza llegaron los recuerdos del momento en que Sasuke intentó ayudarla al creer que había sido abordada por un tipo extraño.

Sasuke Uchiha era una persona inesperadamente amable.

—Hinata-Nee...

—¿Huh?

—¿Te gusta?

—¡¿Qué?!— pegó un saltó y se puso de pie.

Su cara inmediatamente ardió por completo.

—No veo otra razón por la cual insistirias tanto en ser condescendiente con él, en 19 años nunca has mostrado interés por alguien del sexo opuesto, así que es raro que seas tan considerada con un chico que no es Neji-Nii, la única explicación para eso es que él te guste...

—¡Te-te e-equivocas! ¡Yo no... él no... no es así!

—¿No lo es?

No...— se detuvo abruptamente cuando de repente fue inundada por las memorias de su propio comportamiento las últimas semanas.

La ansiedad, el nerviosismo, los tartamudeos, las mariposas inquietas que le revoloteaba en el estómago cada vez que el Uchiha estaba cerca, los momentos en los que su presencia la hacía sentirse inexplicablemente emocionada. Cuando él la tocaba suavemente para medir su temperatura o esa delicada firmeza con la que sostenía su mano en medio de un mar de gente, ya sea que fuera en una salida inesperada para comprar la despensa o por el hecho de no querer perderse el uno al otro en un festival atiborrado.

Lo cierto es que, desde un inicio, su corazón había estado latiendo frenéticamente por cada una de las pequeñas acciones del moreno.

—¿Y bien?— casi pudo imaginar el rostro de su consanguínea.

Tragó saliva.

—Tal vez... me gusta... ¿Un poco?

Aunque ni ella misma podia creer esa conclusión.

—¿Tal vez un poco? Hermana, cuando alguien te gusta no es un "tal vez" y mucho menos "un poco", es si o no, así de sencillo, no puede haber un punto medio en eso, serías demasiado frívola si lo tomas a medias— rezongó.

A veces Hanabi actuaba como la hermana mayor.

—Lo siento... no estoy segura si es de ese modo o no—suspiró volviéndose a sentar.

—Entonces sólo hay una cosa que puedes hacer.

—¿Una cosa?

—Compruebalo.

—¿Co-comprobarlo?

—Sí, comprueba si él te gusta o no.

—¿Cómo... hago eso?

—Bueno....

Ah, demonios, parecía que su vida estaba a punto de complicarse.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

El chasquido de la lengüeta de su cerveza rompió el silencio que lo envolvía en medio del porche que daba al patio intermedio. Miró de reojo  hacía el interior de la sala y vio como Naruto y Chouji interpretaban un chiste improvisados frente a los demás, lo cuales reían por sus ocurrencias. Era armonioso y no exageraban con el ruido. Sin embargo, de algún modo era bastante insulso. Desde que la Hyuuga se había retirado, el no había podido compaginar con el ambiente. Bueno, no es como si le gustara ese tipo de cosas en primer lugar, pero siempre había tenido la habilidad de convivir adecuadamente con sus amigos independiente de cualquier otra cosa. Lo único diferente ésta vez es que no podía dejar de darle vueltas a lo que había pasado durante el espectáculo de fuegos artificiales.

Dio un sorbo a su efervescente bebida y saboreó la espuma en su paladar mientras reflexionaba todos los acontecimientos de esa noche.

—Eran suaves—susurró recordando la sensación los pequeños y redondos labios de la muchacha.

Era perfectamente consciente de la naturaleza de ese tacto, pues sólo había sido un accidente que no pudieron prevenir. Sin embargo, había una parte en lo recóndito de su ser que deseaba fervientemente que  aquello hubiera sido algo más prolongado y profundo.

Tan molesto.

Su teléfono vibró en el interior de su chaqueta, así que ágilmente lo extrajo del interior para poder contestar la llamada entrante.

—Nii-san— musitó.

—Ay pero que alegre estás de escuchar a tu hermano mayor— pronunció una voz suave y elegante al otro lado de la línea.

—¿Qué sucede?

—Nada, solo que mamá quería saber si su viaje estaba yendo bien, después de todo no nos has enviado ninguna foto.

—Eso es una molestia.

—Dime qué cosa no es una molestia para ti— casi lo pudo ver rodar los ojos—. En cualquier caso, será mejor que envíes esas fotografías, si no mamá no te dejará en paz por el resto del mes.

—Tch, vale...

—Por cierto....

—¿Huh?

—¿Estás bien?

—¿Qué?

—Puede que sólo sea impresión mia, pero... No te oyes como siempre.

Que terrorífica habilidad.

—Estoy bien, sólo... estoy pensando en algo.

—¿En algo? ¿De qué se trata? Sabes que si tienes dudas sobre cualquier cosa puedes acudir a mi— Itachi siempre era bastante atento con su hermano menor, desde que eran pequeños tenían una conexión especialmente profunda que era digna de admirar.

Sasuke torció una media sonrisa y dejó caer la cabeza hacia atrás mientras exhalaba.

—¿Te he dicho alguna vez que da miedo ese sexto sentido tuyo?

—Un millón de veces, quiere decir que no he perdido mi toque.

—Izumi-Nee la tendrá difícil para poder sorprendente en el futuro.

—Desafortunadamente, mi tercer ojos sólo sirve con mi querido hermanito, así que en realidad es una habilidad inútil.

—Como digas— entornó los ojos.

—¿Y bien?— inquirió luego de un par de segundos en silencio.

—Puede que me tarde un poco en explicarlo bien, ni siquiera sé por dónde comenzar exactamente.

—Está bien, no tengo prisa.

Sasuke asintió aunque sabía que su hermano no podía verlo.

Tomó un ligero respiro y luego atinó a resumir todos los sucesos que habían pasado hasta el momento del incidente. La verdad es que necesitaba crear una especie de línea de partida para poder llegar a una auténtica respuesta sobre lo que estaba sucediendo.

Intentó no omitir ningún detalle, e hizo todo lo posible para ser conciso y no dar tantas vueltas, al final su discurso se extendió aproximadamente por veinte minutos. Tiempo en el cuál abrió sinceramente todos sus pensamientos con la única persona que lo conocía de verdad y la cual, seguramente podría aconsejarle genuinamente.

Después de todo, no quería estropearlo.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

El repiqueteo de su tono de llamada la hizo abrir los ojos de golpe. Tardó un par de segundos en enfocar correctamente lo que la rodeaba y un ligero mareo la atacó al erguirse.

Notó que la habitación era demasiado luminosa y no vio señales de la otras dos chicas por ningún lado cuando se puso de pie para acercarse al mueble dónde estaba su celular, el cuál había puesto a cargar antes de dormir.

Su móvil volvió a sonar y está vez logró cogerlo antes de que se supendiera la llamada.

—¿Hola?— su voz sonó un poco ronca.

—Gracias al cielo que contestas— la voz de Sakura se escuchó de pronto al otro lado del auricular.

La Hyuuga miró confundida su teléfono. Fue entonces que reparó en la hora que marcaba su reloj y no pudo evitará abrir los ojos de par a par.

¿En qué momento había dormido tanto?

—¿Sakura-chan? ¿Por qué...?

— Lo siento, la verdad es que no quisimos despertarte porque parecias bastante exahusta— explicó—. Jiraiya-sensei dijo que deberíamos dejarte descansar en la habitación hoy, solo estaba un poco preocupada— confesó.

—Lamento eso—sintió sus mejillas arder por la vergüenza.

Había pasado toda la noche dándole vueltas a las palabras de su hermana, y cuando menos lo pensó, se había quedado dormida en plena madrugada. Sin embargo eso no justificaba el haber hecho que sus amigos se preocuparan por ella.

—Está bien, no te sientas mal por eso, algunas personas no son buenas con los cambios de región—aseguró la pelirosa—. De cualquier modo, solo quería ver que estuvieras bien, si tienes hambre Tsunade-sama pidió que guardaran tu parte del desayuno en la cocina.

—Gra-gracias.

—Tómatelo con calma y si te siente mejor, tal vez podamos reunirnos más tarde en la plaza.

—Vale.

—Ah por cierto...

—¿Huh?

—¡Sakura-chan apresúrate, la presentación está por comenzar!

—¡Ya voy! Lo siento Hinata, tengo que irme, te enviaré los detalles por LINE.

—Ah, si, descuida...

—Nos vemos más tarde.

—Sí...

La llamada terminó y Hinata clavó la mirada en el color del cielo que se dibujaba  en la ventana del cuarto. Parecía un tono agradable. Así que seguramente era un día hermoso. Se golpeó suavemente las mejillas para terminar de despertarse y acto seguido cogió su maleta para tomar un cambio de ropa del interior. Lo mejor sería no devanarse los sesos en la culpa de haberse quedado dormida y enfocarse en usar su energía para estar lista y alcanzar al resto en el pueblo.

...

Se acomodó suavemente la falda del vestido y caminó parsimoniosamente por el pasillo  que la llevaría hacia la sala. Su larga melena estaba atada en una coleta alta y aunque utilizó un poco de maquillaje, su piel lucía ligeramente pálida.

Había subestimado el estrés que le había supuesto las cavilaciones de la noche anterior. Por lo que agradeció haberse quedado sola en la residencia.

Hubiera sido vergonzoso si alguien la miraba en ese estado antes de poder reponerse completamente.

—Al fin despertaste — se detuvo de golpe apenas dió un paso dentro de la sala de estar.

Sus ojos se abrieron tanto que parecía que los globos le saltarían fuera de las cuencas y el cuello le dolió al enderezarse para.poder comprobar que no estaba sufriendo ningún episodio psicótico al imaginar la voz de la persona que menos quería ver en ese momento.

Sasuke se levantó ágilmente del sillón en el que había estado sentado y caminó directo hacia la muchacha que continuaba petrificada.

—¿Sa-Sasuke-san?

—Tu cara luce fatal—soltó mientras examinaba sus facciones cuidadosamente.

—N-no es así — se sostuvo las mejillas y desvió el rostro hacia su izquierda.

El morocho estrechó la mirada.

—¿En serio te enfermaste?—cuestonó acercándose a su altura suavemente.

Su respiración se sentía tan cerca.

Hinata se mordió el labio inferior y percibió cómo la sangre inmediatamente le llenó los pómulos. Pero aún así no levantó el rostro.

Él era la última persona que deseaba ver en ese estado.

—¿Por qué estás... aquí?

—Yo pregunté primero— gruñó.

—...— pestañeó repetidas veces antes de girar un poco la cara para verlo a través de los mechones de su fleco—. Yo... estoy bien.... so-sólo me quedé dormida.

—¿Es así?— sin previo aviso, le tocó la frente con su mano izquierda.

La Hyuuga no pudo ocultar los estragos que esa acción descuidada había causado en su sistema.

—¿Qué estás...?— pronunció estupefacta.

Negro contra perla.

—No me mirabas a la cara, creí que estabas intentado ocultar tu fiebre o algo así— musitó sosteniendo su mejilla con delicadeza—. No es fiebre, pero....

—¡Por favor!—exclamó para interrumpirlo—¡N-no te burles de mi Sasuke-san!— profirió empujándolo lejos de ella debido a la sobrecarga de emociones que le había provocado el toque de su piel.

Su corazón comenzó a latir como loco.

Giró sobre la parte redonda de sus pies y antes de siquiera notarlo, había comenzado a correr a ciegas.

—¡Hey...!— gritó al recuperar la estabilidad que había perdido por causa de la huida de la Hyuuga—.¡Espera...!— se apresuró hacia el pasillo por dónde la muchacha había salido disparada y su expresión se crispó al notar la dirección que había tomado en su frenesí  por alejarse—. ¡Hinata, detente!

La Hyuuga bloqueó por completo su voz, no estaba lista para afrontarlo y mucho menos luego de la conversación con su hermana.

No tenía preparado el corazón.

Algo crujió.

De repente sintió que el suelo bajo su pie izquierdo se rompía y antes de poder entender la situación por completo, su extremediad se hundió en lo profundo de un hueco. Algo filoso le razgó la pantorrilla y su cuerpo chocó bruscamente contra la duela del pasillo. Su cabeza rebotó un poco contra la madera, lo que la hizo quedar momentáneamente desorientada.

¿En serio tenía tanta mala suerte?

—Ugh— se tocó la cabeza y mientras trataba de recuperar la compostura un ardor insistente se apoderó de su pierna.

—¡Hinata!— el Uchiha se barrió a su lado y con una expresión preocupada le revisó la cabeza.

Inmediatamente después dirigió su atención a la extremidad de la muchacha, la cual seguía engullida por el suelo y cuidadosamente levantó la tela de su falda para poder examinar su pantorrilla.

Sus ojos se abrieron de par a par al notar un pequeño hilo de sangre que había desde una herida abierta por una de las astillas de madera.

Hinata había corrido directamente hacia la zona de la casa donde estaban cambiando las duelas y desafortunadamente había caído en una de las tantas tablas podridas. La cual le había cortado la piel al partirse por el peso de la Hyuuga.

Sasuke quitó los trozos de madera cuidadosamente para despejar el orificio y de ese modo no lastimarla más al momento de sacarla.  Tomó la cintura de la muchacha con un brazo y con el otro la sostuvo de la felxion de sus rodillas. Una vez se aseguró de estar lo suficientemente firme, la levantó en un movimiento limpio.

—¡¿Sasuke-san?!— instintivamente dirigió sus brazos hacia los hombros del muchacho.

—¡Cállate! ¡Tenemos que parar el sangrado y limpiar la herida!— ladró corriendo con ella hacia el baño.

Repasó mentalmente todos los pasos de primeros auxilios que Sakura les había obligado a aprender. Lo cual agradeció, ya que de momento no tenían cómo llegar a la clínica del pueblo, aún si le marcaba al resto, tardariam en llegar a ellos y seguramente una ambulancia tampoco era buena opción por las festividades.

Deslizó bruscamente la puerta del baño y llevó a la muchacha hasta la bañera para sentarla en la orilla y luego buscó el botiquín de primeros auxilios. No tardó demasiado en dar con él y luego regresó con la ojiperla que poco a poco recuperaba la estabilidad.

Su cabeza dolía, pero no era insoportable, definitivamente lo peor era la cortada en su pierna.

—Sasuke-san— llamó cuando lo vio acuclillarse frente a ella con la caja de médicamentos y vendas entre sus manos.

—¿Eres estúpida? No importa cuánto odies verme en este momento, no debiste correr de esa forma tan descuidada y hacerte esto—regañó.

Su toque fue delicado contrario a sus palabras.

Conforme limpiaba la herida, notó que el corte no era demasiado profundo, de hecho, era bastante superficial, como si la astilla sólo hubiera levantado la piel, por suerte no llegó al tejido subcutáneo, así que podían descartar la necesidad de puntos.

—Lo... siento...

—¿Tanto así querías huir de mi?— cuestionó mientras le ponía una gasa con alcohol para desinfectar la herida.

Hinata reprimió un gemido de dolor.

—Yo... no estaba huyendo— susurró apretando las manos sobre su regazo.

—¿Entonces que fue eso?— la miró directamente a los ojos una vez que se aseguró de colocar el resto de la curación.

Sus pupilas se achicaron al notar un raspón en su pómulo izquierdo.

Frunció el seño.

—Yo... no estoy segura...de que sea bueno acercarnos — luchó por dejar que las palabras salieran sin tartamudear.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Dijiste que no... éramos amigos...y eso lo e-entiendo—explicó al tiempo que el rubor lentamente le adornaba las mejillas.

El dolor de su pierna poco a poco se fue adormeciendo.

Era excesivamente vergonzosa la forma en que se encontraba hecha un desatre frente a Sasuke. Pero ya era muy tarde como para dar marcha atrás en sus palabras.

—...

—Pero...no quiero hacerme ideas raras o caer en malentendidos por tus acciones, sé... que te gusta burlarte de mi— sus ojos lucieron brillosos, como si retuviera las lágrimas.

Perla contra onix.

Ella clavó su mirada cristalina en la de él.

—Eso...

—Después de ese incidente en el festival, no he dejado de pensar en la razón por la que me afectó tanto— la adrenalina la hizo sentir un poco más valiente —. Y mientras más lo pienso, la única conclusión a la que pude llegar es... que me... gustas... quizás— susurró escondiendo el rostro entre sus manos.

No quería ver la expresión del Uchiha en ese momento.

El silencio se instaló entre los dos por un largo rato.

Una risa ronca y baja razgó el mutismo.

Algo puntiagudo se le encajó en la base del estómago.

¿Él...se estaba riendo?

—En serio.... no puedo contra ti— se despeinó frenéticamente los cabellos—. Siempre logras superar mis expectativas y definitivamente no eres aburrida.

—¿Qué...?

Abrió los ojos de golpe al sentir una par de manos grandes tomando las suyas.

—No me estoy burlando— aseguró despejando su rostro y acariciando la herida de su mejilla con suavidad.

Hinata lanzó un pequeño quejido y luego notó que el muchacho torcía una diminuta sonrisa.

—Tú...

—Espero que esto no digas que también fue un accidente— masculló por lo bajo.

Pasó suavemente su mano por la parte trasera de su cabeza, y con sumo cuidado de no lastimarla debido al golpe que se había dado, la atrajo hacia su altura.

Hinata sostuvo su respiración.

—Sasuke....

—Cállate ya.

La besó.

Ah, definitivamente eso no podía catalogarse como un error de percepción.

Que beso tan dulce y suave.

Continuará

————————————————

Muchas gracias por sus comentarios, me hacen feliz.

Cómo ya saben los personajes No me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, yo sólo lo uso para mis locuras.

Lamento lo errores, trataré de corregirlos pronto

Akari se despide.

¡Yanne!

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