El dolor fue inevitable, fue instantáneo. Los músculos se tensaron ante la fuerte mordida, no pasó mucho para que la sangre escurriera desde la piel rota y herida. ¡Se escurrió como un río carmesí por todo el cuello y ensucio todo a su paso!.
El olor a sangre explotó en las fosas nasales de todos en la habitación y la persona herida apretó sus dientes reprimiendo el dolor en su garganta. Las quejas no salieron de su boca. Solo sangre de sus carnosos labios al romperse entre sus dientes tratando de sellar las quejas dentro de su boca haciendo resonar su cabeza en gruñidos nasales.
El lamento es como una bestia enjaulada dentro de una boca llena de sangre oscura y caliente que trata de salir mientras se vuelve débil hasta el punto de la extinción.
Y ante la reciente situación, Max quedo perplejo, estático, frente a sus ojos lo que había sucedido era irreal.
Fletcher había intentado morderlo...
Pero no lo logro.
—¡Mierda! —Exclamo el de cabello azabache aplicando más fuerza sobre sus propios labios, resistiendo la dureza de la feroz mordida de Fletcher sobre su brazo. Su mandíbula se cerró y no quería abrirse nuevamente para soltar la carne lastimada del alfa. —Bastardo, duele. —Gruño irritado mientras las venas en su cuello se saltaban. Ser mordido por un bastardo es un insulto grave hacia su ego.
Harto de ser mordido, agitó nuevamente el brazo tratando de aflojar el agarre, pero realmente es imposible hacerlo sin sentir un dolor terrible. Está seguro que la mordida ha llegado casi al grado de chocar contra su hueso, duele como la mierda y poco a poco siente que su brazo se acalambra. Si Max hubiese recibido la mordida, muy seguramente habría muerto desangrando.
Así que sabiendo que Fletcher no aflojaría la mordida, llevo su mano izquierda hasta el cuello del rubio y luego, con toda la fuerza que tenía, se lanzó hacia atrás mientras sostenía al alfa con fuerza, haciendo todo lo posible por inmovilizarlo.
[¡Bam!]
Ambos cayeron al suelo con una fuerza abrumadora, siendo Decker quien recibió el impacto directo al caer sobre sus propias heridas recién suturadas.
La piel, con el impacto, se lastimó y se abrió, las heridas se rompieron nuevamente y la sangre no tardó en aparecer.
—¡Carajo! —Gruño frustrado. —¡Joder, esto es una verdadera mierda!. ¡Hijo de perra, reacciona! —Cansado de recibir las heridas más dolorosas, grito exaltado. Está rojo. ¡Rojo de la furia!.
¿Se supone que este es al maravilloso alfa del que tanto presume Max? ¿Qué hay de diferencia en lo que Decker hizo a lo que estaba dispuesto a hacer Fletcher?. Sucumbir a las feromonas de esa manera lo vuelve lo mismo.
Un alfa incapaz de resistirse a las feromonas. ¿Qué tienen las feromonas de Max que los alborotan de ese modo? ¿Por qué son tan fuertes que les hacen perder el control? ¡¿Qué está pasando?!.
Incluso si trata de encontrar una razón válida o alguna respuesta congruente, simple, ya no importa. No es como que eso solucione algo. Igualmente, Max se irá, igualmente capullo de florecilla, está muerto, igualmente sigue siendo la misma mierda de persona ante Max.
Lo que pase con él ya realmente no importa mucho si al único que trataba de convencer, era a Max.
Todo se ha perdido.
—¡Deja de moverte! —Grito frustrado aumentando la fuerza en su brazo izquierdo, tratando de derribarlo por falta de aire, creyó que quizá así le soltaría el brazo para tratar de tomar bocanadas de aire —¡Reacciona bastardo, reacciona!
Pero Fletcher aún no está del todo dispuesto a cooperar. La feromona aún lo afecta demasiado al punto en el que no es capaz de controlar bien sus acciones.
Decker parece ser el único bien consiente, pero simplemente es por el dolor en su brazo que no se deja llevar por las feromonas.
—Bastardo, me romperá el brazo —Harto, verdaderamente harto de sentir la mordida sobre su brazo, hizo un último intento de ser liberado. Soltó el agarre que sostenía el cuello de Fletcher e hizo de su mano un puño en el aire, luego...
[Pum]
Lo golpeó justo al borde de las costillas del lado izquierdo, fue un sonido hueco, como si hubiese golpeado un tambor, quizás, no había dado en el blanco, pero si lo había hecho soltar un gruñido de dolor.
Así que volvió a levantar su brazo nuevamente, esta vez aún más arriba y tomo suficiente velocidad para golpearlo por un costado del abdomen. El golpe hizo un sonido en seco y el receptor del golpe, esta vez, verdaderamente sintió dolor.
—¡Agk! Basta...rdo.
Sus ojos se volvieron blancos, casi como si la consciencia se le fuera del cuerpo, y abrió su boca hasta el tope debido al profundo dolor en la herida casi recién operada y solo así libero el brazo de Decker.
Cuando el brazo finalmente fue liberado, Decker empujó a Fletcher, por un lado, y retrocedió rápidamente sobre el suelo, arrastrándose sobre sus glúteos alejándose un poco del campo de agarre del Alfa. Luego, levanto su pie desnudo y lo estampó con una fuerza abrumadora, contra en el pecho del rubio.
[¡BAM!]
Sonó con fuerza en toda la habitación, y debido al impacto duro y veloz, se estrelló contra un mueble de madera donde, yacía un tesoro invaluable para el azabache.
Una rosa del ramo de flores que Decker había regalado a Max por su cumpleaños.
Cuando Fletcher golpeó el mueble con su cuerpo, el adorno hecho de resina transparente se tambaleó fuertemente. Fue inevitable; cayó en el suelo rompiéndose en mil pedazos.
El sonido fue estruendoso y tan pronto los trozos de resina salieron volando en todas direcciones, la sangre en las manos de Fletcher, fluyó también y el corazón de Decker casi se detuvo.
Miro horrorizado la escena a un par de metros de distancia y se sintió aún más destruido. Sin querer, había empujado a Fletcher hacia la mesita de madera que tenía la última rosa bien conservada en resina que le dio a Max. El último recuerdo de los días perfectos con su Omega se ha destruido en el suelo ocasionando un silencio mortal.
Decker miro los trozos de resina transparente en el suelo y se dio cuenta de que el adorno en forma de pirámide se había roto en tres pedazos grandes y un millar de pedazos pequeños y filosos.
Una de esas tres piezas llevaba una rosa que solía estar iluminada por pequeñas luces led doradas dentro de la resina. Era un recuerdo hermoso que solía iluminar la habitación de una manera cálida, casi como una lámpara de noche reconfortante. Le hacía sentir tranquilo.
Ahora, esa tranquilidad también se ha destruido...
El gran alfa se perdió entre recuerdos nostálgicos y no reacciono hasta que Fletcher se levantó aún guiado por la feromona y sin querer, pateo la resina con la flor ligeramente intacta. Aunque al parecer la flor no estaba arruinada, la resina estaba estrellada totalmente, apenas y se podía ver bien la rosa de lo estrellada que yace cía la resina envolviéndola…
La belleza que había conservado con tanto esmero, había desaparecido tan rápido...
No pudiendo con el dolor en su pecho, levanto la mirada y con los ojos endiablados, observó a Fletcher que aún mantenía los ojos brillantes y se dio cuenta de que necesitaba más que unos cuántos golpes en el estómago y una patada...
—Aún no reaccionas, eh... —Murmuro cargado de furia, apretando sus manos, haciéndolas puño, con la suficiente fuerza como para hacer sangrar su piel —Te haré entrar en razón a madrazos cabrón.
Fletcher no respondió. Y trato de avanzar un par de pasos. Solo que Decker lo tumbo desde las piernas y lo hizo caer al suelo con mucha fuerza.
[¡BAM!]
Sonó cuando los cuerpos chocaron contra el suelo. Y tan pronto como Fletcher estuvo en el suelo, Decker atacó.
Levanto su puño al aire y lo estrelló contra el rostro de Fletcher de una manera desenfrenada. Fue una explosión de sentimientos encontrados.
Fue su manera de desquitarse con el bastardo de Fletcher.
—¡Hijo de perra, ni siquiera eres tan bueno! —Grito lo más fuerte que pudo y lo golpeó en la mejilla haciendo que la piel dentro de su boca se rompiera y provocará sangrando —¡Te atreves a pisotear mi compasión! ¡Lo que hice, no lo hice por ti, lo hice por Max! ¡Si no fuera por Max estarías muerto hijo de perra! ¡Muerto!.
[Zas, zas, zas]
En ningún momento dejo de golpearlo. Fue un terrible estallido de furia. Incluso si romper aquella resina no había sido su culpa, Decker no podía simplemente mirar su recuerdo roto y no tratar de encontrar culpables. Su corazón herido y destrozado le pedía a gritos un culpable. Fletcher para él, es el único culpable de muchas de sus grandes desgracias. Y fue la oportunidad perfecta para desquitarse.
—¡Decker detente! —Grito Max horrorizado viendo cómo el rostro de Fletcher era lastimado una y otra vez, la nariz derramó sangre, sus mejillas se hincharon y se enrojecieron y de su boca brotó sangre. —¡Decker por favor!.
—¡El habla maravillas de ti como si fueras la gran cosa! ¡Te atreves a pisotear lo único que me queda de Max! Eres un sinvergüenza descarado...
Con los ojos irritados y empapados en lágrimas, poco a poco se detuvo. Los golpes dejaron de ser violentos y se convirtieron en solo ligeros impactos sin fuerza. Al parecer finalmente se había cansado...
Y Fletcher, no se movía en lo absoluto. Simplemente, se quedó tendido en el suelo mientras miraba hacia la nada con los ojos entrecerrados. Al parecer, sin posibilidades de seguir peleando.
—Sé lo difícil que es lidiar contra las feromonas... —Murmuro con la voz ligeramente llorosa —Todo mi mundo se vio alterado después de que por primera vez sucumbiera.
El alfa de cabello azabache llevo sus manos temblorosas hasta el rostro de Fletcher, y como acto inconsciente, con cierto temor a que Max viera que lo dejo en terribles condiciones, le limpio ligeramente la sangre que brotaba de su nariz.
—Mis esfuerzos en ese momento fueron en vano. Todo lo que trate de hacer para que Max se quedará a mi lado resulto contraproducente. Esa terrible noche, luego de haber abusado de Max... Vomité tanto que sentía que mi garganta ardía en llamas. El asco que sentí por mis acciones fue tan terrible...
Cuando terminó de decir eso, extendió su mano y tomo un trozo de resina transparente entre sus manos. Más en específico, tomo la resina con la flor en ella.
Luego, soltó su frustración.
—Trate con desesperación de ganar tiempo para sacarlo de ese lugar. Quería esconderlo para que nadie lo encontrara. Pero tampoco pude hacerlo... ¿Puedes entender lo frustrante que fue? Toda... Mi vida fue entrenado siempre para mirar primero por la manada antes que por mí. Y por primera vez quería mandar a la mierda a todos en la manada... Juro que no estoy mintiendo...
Le mostró a Fletcher la resina con la flor y luego la apretó entre sus brazos con sentimiento.
—Es lo último que me quedan de recuerdos hermosos... Lo único que me quedaba de lo nuestro... Pero incluso también se ha roto.
Arrugó el rostro con ganas de llanto y con delicadeza puso la resina en el suelo.
Creyó que era el final de la batalla, pero antes de que pudiera hacer algo, Fletcher volvió a perder el control.
[¡Bam!]
Decker fue empujado al suelo con fuerza. Se golpeó la cabeza contra uno de los trozos de resina y su sien sangro al instante. El motivo de su caída; Fletcher y un estúpido movimiento acelerado.
—¡Bastardo! —Gruño furioso lanzando a Fletcher, por un lado, con fuerza, haciendo que cayera al suelo nuevamente. ¿Qué haría un hombre caliente guiado por el celo, contra un hombre que fue entrenado la mitad de su vida para matar?.
Max miró todo desde donde estaba en un estado de shock, petrificado. Asustado por lo que está viendo y acaba de pasar.
—¿Por qué está pasando esto? ¡No entiendo! —Asustado por ver cómo Fletcher perdía el control, retrocedió. Fue como ver una pelea de bestias carnívoras frente a un pequeño herbívoro incapaz de hacer algo más que mirar. No es algo que pueda procesar tan fácilmente.
No entiende por qué dicen que hay feromonas, si más allá de las feromonas que libero Fletcher, no es capaz de sentir alguna otra feromona. Antes de que Fletcher entrara, no había feromonas en el aire, está seguro de ello. ¿Por qué hay feromonas? ¡No es capaz de percibirlas!. Es un Omega mutante, inútil.
Sintiéndose terriblemente mal. Sin saber qué hacer o a quien creer, se volvió a cubrir los oídos tratando de no escuchar la pelea, los golpes y las maldiciones de ambos alfas. Siente que ya no reconoce a ninguno de esos hombres que se han convertido en bestias guiadas por el caos y la maldad.
—Tengo miedo... —Chillo nervioso —Fletcher tengo miedo...
Cuando Decker escucho ese pequeño chillido que parecía llamar a su alfa, reacciono. ¿Qué demonios está haciendo? ¡Se supone que está tratando de no asustar a Max! ¡Siempre que trata de hacer las cosas bien, salen mal! ¡Es una mierda de situación!.
Quiere correr y consolarlo, decirle que todo estará bien. Que el estará allí para cuidarlo. Pero no puede, ha perdido ese derecho hace mucho...
Entonces, mientras sostenía a Fletcher con fuerza, inmovilizándolo, se dio cuenta de que no podría detenerlo si no le suministraba supresores. Pero no puede soltar a Fletcher y tratar de ir por los supresores, se corre el riesgo de que trate de ir por Max nuevamente.
Así que por más que lo piense, no hay otra solución; Max debe ayudarlo, y para eso, necesita que Max salga de su shock emocional y ayude.
No puede perder más tiempo.
—¡Max, Max mírame! Necesito que me ayudes... —El nombrado, solo escuchando gritos distorsionados y gruñidos, cree que la pelea aún sigue y ni quiere ver. Niega alarmado con la cabeza, mientras cubre sus oídos y se encorvaba hacia adelante en un estado de pánico. —¡Max mírame!.
—¡Cállate, no quiero escucharte! —Cerro los ojos con fuerza mientras trata de no alterarse. Pero es prácticamente imposible —¡Fletcher detente por favor! ¡Detente! —Grito deseando que al abrir los ojos su súplica finalmente se haya cumplido.
Pero no pasó así.
Lentamente, abrió los ojos con los lagrimales irritados y mientras aún cubría sus oídos, observó atentamente el rostro contraído de Decker debido al dolor. Nuevamente, mordía su labio inferior hasta hacerlo sangrar mientras apretaba fuertemente sus párpados sobre las cuencas de sus ojos y trataba de noquear a Fletcher a golpes. Es una escena aterradora sin duda alguna.
Además, física o mentalmente, Decker ya llegó a su límite hace mucho. Está peleando contra todo pronóstico y se mantiene firme, con el deseo de proteger a Max. Pero siente que pronto llegará al colapso.
Así que, sabiendo que no resistirá más, Decker llevo su mirada nuevamente hacia Max y le miro con súplica y dolor, fue como si con sus ojos dijera; "por favor".
Fue un sentimiento extraño que recorrió en Max. Un sentimiento de compasión…
Solo así el pequeño Omega castaño destapó sus oídos que lo mantenían aislado del caos, y tan pronto lo hizo, la voz estruendosa de Decker lo hizo saltar en su lugar del miedo. Fue un pequeño brincó, pero provoco que incluso la piel de todo su cuerpo se erizara.
—¡Mírame a los ojos, necesito que me mires! —Las palabras son desenfrenadas y llenas de reclamo. Realmente no es intención de Decker hablarle de ese modo, pero en una situación, en dónde un alfa se ha salido de control y ya ha provocado daño, no hay realmente una manera tranquila de tomar la situación. —¡Max, Max, mírame! ¡Todo estará bien, tranquilo!.
—Estoy asustado —Confeso con la mirada perdida y la boca entreabierta. Realmente estaba tratando de llenar sus pulmones con aire, pero la situación no amerita tal gesto de tranquilidad. —Me siento mareado… Me siento…
—Mírame a los ojos y dime qué color son —Max no quiso hacer caso y miro fijamente a Fletcher que poco a poco parecía que realmente le faltaba el aire. Si Decker seguía así, Fletcher resultaría peor que lastimado, y pensarlo le altera nuevamente —¡Mírame a los ojos, Max, mírame a mí!
—¿Para qué?. —Decker no respondió, en cambio, siguió insistiendo.
—Mírame a los ojos.
—¡No quiero!
—Vamos, mírame...
Cansado del extraño juego, le hizo caso. Llevo su mirada hacia los ojos rojos e hinchados de Decker y los observo fijamente.
—Dime que color son…
—Azules... —Susurro mirándolos fijamente. Se ven irritados pero llenos de calidez. Es una calides indescriptible. Es la misma calidez con la que le miro cuando recién se conocieron. Quien lo diría, Decker es capaz de avivar recuerdos que Max no sabía que aún seguían en su memoria —Son muy azules...
—Eso es, sí, son azules —Forzó una sonrisa lo más cálida posible para calmar el corazón agitado de Max y siguió —Apuesto a que son los ojos más hermosos que has visto en tu vida —Alardeo.
—No es cierto —Murmuro ligeramente irritado.
—Claro que sí, admitiste eso hace meses, dijiste que te gustaban. —Arrugo el rostro un poco adolorido, pero continúo la conversación, solo con el propósito de tranquilizar la mente de Max, de lo contrario, el miedo no lo dejará ni moverse. —Dijiste que eran tus favoritos.
—Eso fue hace meses.
—Pero siguen siendo bonitos, nada ha cambiado.
—Todo ha cambiado —De algún modo u otro le tembló la voz, pero siguió reprochando.
—Pero mis ojos no. Son tus favoritos.
—¡Mis favoritos son los ojos de Fletcher! —Finalmente lo confesó en un estado irritado y enojado. Su rostro se puso ligeramente rojo del enojo y sus cejas se curvearon en una expresión reprochante.
—Bien, bien —Se rindió al ver el rostro molesto de Max. Aunque le pareció adorable, no le gusto la respuesta de Max. Es hiriente. Duele. —Ahora que ya pareces estar mejor, ¿Por qué no me echas una pequeña mano? Realmente duele.
—¿Eh…? —Se sintió ligeramente aturdido, pero se dio cuenta que la estúpida discusión le hizo sentir más relajado, aminoro el shock de la situación. Le hizo volver a retomar el control.
—Escucha, ve al escritorio, en el segundo cajón de la derecha, hay un supresor en una caja blanca. Es una jeringa. Pasme el favor de traerla. Es hora de que esto termine y puedas ir a casa...