Capítulo veintiocho.
El baile
Aspen se preparó para el baile con Allison, las dos se peinaron y se mimaron mutuamente con maquillaje.
Habían hecho un viaje a Macy's el día anterior, y ambos eligieron hermosas vestidos de satén. Se habían topado con la rubia rojiza allí, Allison intercambió sutilezas con ella, mientras que Aspen mantuvo su distancia.
No era que se sintiera culpable por ligar con Jackson, pero tampoco estaba muy segura de cómo hablar con la chica Martin ahora. No es que lo hiciera antes.
El vestido que había elegido era rojo vino, fue el primero que se puso e inmediatamente descartó del resto de su montón. Si fuera posible casarse con un vestido, lo habría hecho en ese mismo momento.
—Lo juro por Dios, Asp, Jackson y Stiles van a desgarrarse la garganta unos a otros por ti esta noche —Aspen silbó en broma.
—Bueno... Stiles tuvo su oportunidad —respondió la morena mientras miraba su reflejo en el espejo.
Había tenido tiempo de entender la confesión de Stiles. Era algo que había querido escuchar durante años, desde que podía recordar, ¿pero ahora que lo había hecho?
No podía dejar de pensar en el hecho de que le tomó verla con alguien más para finalmente notarla. ¿Se suponía que eso era romántico a la manera de Stiles? Porque cuanto más reflexionaba sobre ello, más casi perdía su sentimiento.
Tenía que verla feliz con alguien más para que finalmente se diera cuenta.
¿Cómo fue eso justo para ella? ¿Significaba eso que si no fuera por Jackson, él nunca habría visto sus sentimientos por ella?
La chica de cabello negro cruzó la habitación de Aspen hacia la morena, mirándola en el reflejo frente a ellas.
Veo la forma en que lo miras, Aspen. ella dijo, "es la misma forma en que miro a Scott".
Aspen dejó escapar un suspiro reprimido.
—Pero... —continuó Allison—. Mereces ser la primera opción de alguien.
Aspen le sonrió en el espejo.
—No es por sonar como esa cursilería chic en cada paso que se haya hecho para llegar a la mayoría de edad, pero... sigue tu corazón —dijo la chica Argent, girando uno de los rizos perfectos de Aspen alrededor de su dedo y dándole una sonrisa de apoyo.
—Si sigo a mi corazón, estoy bastante segura de que sé a dónde me llevará —suspiró Aspen de nuevo—. Simplemente no sé si ahí es donde quiero ir, al menos no ahora.
—¿No sientes que tu tiempo es el correcto? —Allison respondió, sabiendo de qué chico estaba hablando.
—Ha estado jugando con mis sentimientos durante años... —dijo—. Lo amo, creo que siempre lo haré... pero cuando sea el momento adecuado, necesito saber que no soy solo su respaldo.
—Le dije que me guardara un baile —añadió Aspen—. Me desahogaré todo lo que necesito al final del baile. En caso de que salga terriblemente mal, no quiero que arruine mi noche.
La conversación fue interrumpida por el sonido de un automóvil que se detenía frente a la casa de Carter.
Jackson estaba allí para recogerlas a ambas, porque Allison iba sola, ya que Scott estaba en período de prueba y no se le permitió ir al baile.
—¿Estás lista para hacer esto? —dijo Allison.
—Lista como nunca lo estaré.
. . .
—Woah... —Jackson jadeó cuando sus ojos se posaron en la morena, su mirada se posó en el precioso vestido rojo que llevaba puesto.
Las mejillas de Aspen se sonrojaron un poco cuando sintió su mirada. Allison lo tomó como su señal para meterse en el asiento trasero del Porsche de Jackson, queriendo evitar los momentos de mal tercio.
—Te ves bien, Whittemore —Aspen habló, sonriéndole.
—Tú misma no estás tan mal, Carter —dijo de vuelta, tratando desesperadamente de mantener la calma, pero no podía dejar de mirar lo bien que ese vestido halagaba su cuerpo, así como lo perfectamente rizado que estaba su cabello y sus labios rojo carmesí.
Caminó hacia el asiento del pasajero del Porsche, manteniéndose estable sobre sus tacones altos, y Jackson siendo Jackson, se robó un vistazo mientras la miraba caminar desde atrás.
Una vez que estuvieron atados a sus asientos, Jackson miró por el espejo retrovisor y notó que la chica Argent tenía una expresión extraña.
—¿Por qué es la mirada? —le preguntó mientras comenzaba a conducir.
—No hay mirada —Allison respondió, poco convincente. Definitivamente había una mirada, no pudo evitar tener las cejas levantadas y una sonrisa furtiva, estando en el mismo auto que estos dos.
Jackson captó una idea.
—¿Ella... —le susurró a la morena en el asiento delantero. Aspen se hizo la tonta y lo miró confundida—. ¿Ella sabe sobre... —su voz se apagó.
Aspen asintió de mala gana. Ella esperaba una reacción irritada de él, ya que habían acordado no decirle a nadie, pero él solo sonrió.
—Entonces, ¿ustedes hablan de mí? —dijo en un volumen normal, sosteniendo una sonrisa arrogante.
—Supérate y conduce —Aspen replicó, pero no pudo evitar sonreír mientras lo decía.
. . .
El infame Porsche se detuvo en la escuela secundaria al mismo tiempo que el infame jeep azul, lo que provocó un encuentro muy incómodo.
Muy incomodo.
Stiles ayudó a Lydia a salir de su jeep, solo entonces Aspen se dio cuenta de que los dos venían juntos. Allison salió de la parte trasera del Porsche, pero se dirigió directamente al baile.
Lo que dejó a Jackson, Aspen, Stiles y Lydia.
Los ojos de Stiles se dirigieron de inmediato a la morena con el vestido rojo, en lugar de a la pelirroja de rosa.
Si se había quedado impresionado por la belleza de Aspen cuando vestía su atuendo diario, verla así hizo que su corazón se saltara un par de latidos. Era una belleza morena, que parecía su propia princesa de Disney. Su vestido mostraba sus hermosas piernas bronceadas, halagaba su piel perfecta y mostraba solo la parte más pequeña de su pecho que era suficiente para provocar.
Sus ojos debieron haberse demorado demasiado porque los ojos de Jackson lo miraban fijamente.
—Jackson —dijo Lydia, extrañamente entusiasta—. Te ves guapo.
—Obviamente, es Hugo Boss —respondió, ofreciendo un brazo para que Aspen lo agarrara—. ¿Puedo?
Los ojos de Aspen se encontraron con los de Stiles por un breve momento, y notó que parecía herido.
Pero no tenía derecho a sentirlo, pensó.
—Puedes —ella le sonrió al chico Whittemore, entrelazando sus brazos.
Pasaron junto a los otros dos, y Jackson movió ligeramente el hombro de Stiles por pura mezquindad.
—No te veas demasiado triste, hermano —le susurró sarcásticamente a un volumen que Aspen no pudo oír—. No es como si no hubieras tenido tu oportunidad.
. . .
—¿Quieres bailar? —Stiles le preguntó a Lydia nerviosamente. Todavía era un adolescente vertiginoso y aplastante a su alrededor. Después de todo, los viejos hábitos son difíciles de morir.
La mirada de Lydia estaba brillando en la parte posterior de la cabeza de Aspen, viendo como Jackson tenía sus manos en su cintura y sus brazos envueltos alrededor de su cuello. Los dos se mezclaban demasiado bien con todas las otras parejas para su gusto.
—Paso —Lydia dijo inexpresivamente, sin apartar los ojos de Aspen y Jackson.
Stiles notó que su atención estaba en otro lugar y se dio la vuelta en su asiento para ver qué era tan interesante.
Su corazón se hundió, notando lo mismo.
Aspen y Jackson estaban sonriendo, riendo, hablando, bailando. Parecían la pareja perfecta.
Pero incluso si se juntaran oficialmente, no podrían durar para siempre, ¿verdad?
—¿Puedo preguntarte algo? —Stiles murmuró a Lydia.
—De acuerdo —ella obedeció, agitando agresivamente su ponche mientras continuaba disparando láseres en la espalda de Aspen con sus ojos.
—¿Qué ves en él? —preguntó Stiles, permitiéndose ser vulnerable por un segundo.
Su pregunta la tomó por sorpresa cuando finalmente apartó los ojos y miró al chico rapado a su lado.
—Esa no es realmente tu pregunta, ¿verdad? —ella preguntó. Lydia, a pesar de la actuación que hizo, era increíblemente inteligente y podía ver directamente a través de la pregunta críptica de Stiles.
Stiles se dio la vuelta para mirarla, sorprendido por el comentario de Lydia.
—Quieres saber lo que ella ve en él —Lydia continuó, asintiendo con la cabeza en dirección a la morena.
Stiles dudó por un momento antes de asentir derrotado.
Dios, finalmente estaba manteniendo una conversación real con su crush de toda la vida, un momento que había deseado durante tanto tiempo, y estaba preguntando por Aspen Carter.
—La escuché la otra noche —comenzó Lydia, cambiando repentinamente su postura de una manera increíblemente coqueta—. La escuché hablando con Allison sobre ti y él.
—T-tú... ¿qué? —La voz de Stiles salió como un simple chillido. Se dio cuenta de la forma en que sus modales habían cambiado, y la forma en que prácticamente podía ver todo su escote.
—Sí —dijo—. La escuché hablar de lo bueno que era en la cama... —ella se burlaba de él—. Cómo estar cerca de él era fácil.
—¿Por qué me cuentas todo esto? —dijo Stiles.
—Porque estás celoso de él —ella respondió—. ¿Pero no quieres ponerla... celosa?
Antes de que pudiera tomar las palabras, la pelirroja agarró su muñeca y lo arrastró hacia la pista de baile.
. . .
Mientras tanto, la música sonaba a todo volumen, y Aspen y Jackson experimentaron un ligero deja vu mientras bailaban juntos.
Sus manos estaban en su cintura, otra vez, y las manos de ella envueltas alrededor de su nuca, otra vez.
—Te ves muy hermosa esta noche —Jackson le sonrió. Quería hacerlo mejor que su comentario de 'tú misma no estás tan mal'.
El calor subió a sus mejillas mientras sonreía, genuinamente divirtiéndose en su compañía.
—Gracias —dijo suavemente.
—No quiero ser ese tipo que arruina un momento perfectamente bueno ni nada, pero... ¿deberíamos hablar de la otra noche? —dijo Jackson.
—Sí, probablemente deberíamos —respondió ella, sacudiendo sus mechones rizados detrás de sus hombros, exponiendo más piel que ahora lo estaba volviendo loco.
—Yo iré primero —dijo, sus manos todavía firmemente en su cintura mientras bailaban al ritmo lento—. ¿Qué somos, Asp?
Los dos han evitado la conversación de 'qué somos' durante días, porque en realidad, ninguno de los dos lo sabía.
—¿Qué quieres ser? —ella respondió con una pregunta, no queriendo ir primero.
—Me gustas, Aspen —dijo honestamente—. Me gustas mucho.
—Tú también me gustas —ella respondió, pero de repente su momento íntimo fue interrumpido cuando los ojos de Aspen vieron algo más.
Lydia y Stiles, a solo un par de metros de distancia, bailando juntos.
Volviendo al tema de los viejos hábitos que mueren con dificultad, una pequeña punzada de celos golpeó el estómago de Aspen.
¿Pero era extraño que ella también se sintiera feliz por él? Sabía que Stiles sentía algo por ella ahora, pero había estado entusiasmado con su amor eterno por Lydia Martin durante años, y finalmente está bailando con ella. Los ojos de la morena se detuvieron en la pareja con muchas emociones encontradas.
Una parte de ella estaba celosa, la parte de ella que había pasado tanto tiempo suspirando por él.
Otra parte estaba feliz por él, porque como su mejor amiga, ella estaba feliz de que Lydia Martin finalmente se hubiera fijado en él, a pesar de lo mucho que le desagradaba a Aspen.
Y luego otra parte de ella se sintió increíblemente culpable. Culpable por la parte celosa. Tenía un chico frente a ella que le estaba mostrando que ella era su primera opción, un chico que la quería, y claramente la quería desde hace un tiempo.
Apartó los ojos de Lydia y Stiles y trató de apartarlo de su mente para poder disfrutar de su baile con el chico Whittemore.
—¿Tierra a Aspen? —lo escuchó decir, y se dio cuenta de que había estado mirando a los otros dos durante demasiado tiempo.
—Lo siento —ella suspiró—. ¿Estabas diciendo?
—Solo preguntaba si Stiles todavía estaba en el panorama —Jackson respondió. Trató de ocultar la incomodidad que sentía.
—Yo... —vaciló ella—. No lo sé, es la respuesta.
Jackson asintió definitivamente, pero con comprensión.
—Sabía en lo que me estaba metiendo cuando nos besamos la otra noche —él dijo—. Sé que tus sentimientos por él no pueden desaparecer en el aire.
—Jackson...
—Pero puedo esperar.
—¿Qué?
—Puedo esperarte.
—No... no, no es necesario —ella objetó—. ¿Crees que podríamos continuar esta conversación después de esta noche?
—Sí, por supuesto, sí —sacudió la cabeza—. Lo entiendo, no pongamos una decepción en una buena noche.
Los dos abandonaron la conversación y continuaron bailando con la música, y disfrutaron el resto del baile sin hablar del chico Stilinski.
. . .
—Entonces, ¿estás bailando conmigo para poner celoso a Jackson, para que yo pueda poner celosa a Aspen? —Dijo Stiles, muy confundido acerca de la idea de Lydia.
—¿Te callarías? Funcionará.
—Ni siquiera están mirando hacia aquí —Stiles suspiró.
—Ella lo estaba —Lydia le informó, haciendo que sus ojos se abrieran más.
—¿Lo hizo? —chilló.
—Oh sí —bromeó la rubia fresa—. Confía en mí, esto funcionará totalmente. Tú y ella harían una pareja mucho más linda, de todos modos.
—¿De verdad lo crees?
De repente, Stiles se dio cuenta exactamente de lo que estaba haciendo.
Sus manos estaban en la cintura de Lydia Martin, sus manos perfectamente cuidadas estaban envueltas alrededor de su cuello, y sus pechos estaban tan juntos que probablemente podía sentir los latidos de su corazón.
Se suponía que este era su sueño.
Pero ahí estaba, bailando con Lydia Martin, deseando que fuera Aspen Carter.
Solo le rogó a Dios que ella hablara en serio cuando le pidió que le guardara un baile.
. . .
Aspen había salido del gimnasio para refrescarse en el baño de damas, pero cuando regresó no pudo encontrar a Jackson por ninguna parte. ¿Tal vez había ido al baño? ¿Salió a tomar un poco de aire fresco?
Sin embargo, encontró a Stiles, parado en medio de la pista de baile solo, moviendo nerviosamente su pierna hacia arriba y hacia abajo.
La vislumbró junto a la puerta y la miró con añoranza. No sabía si este era el momento adecuado o no, pero no podía esperar más. Sus piernas lo llevaron rápidamente hacia la morena de rojo, sonriendo instantáneamente mientras la miraba, incluso desde la distancia.
Mientras se acercaba a ella, reunió todos sus nervios y trató de mantener la calma.
—¿Puedo, umm... tener ese baile ahora? —dijo nervioso.
Dondequiera que estuviera Jackson, ella no creía que él estaría en peligro, y si salía por un segundo, tal vez podría terminar este baile con Stiles antes de que Jackson lo viera.
Porque no quería lastimar a Jackson, pero también necesitaba hablar con Stiles más que nada.
—Puedes —ella asintió, tomando su mano mientras los dos se dirigían a la pista de baile.
Sintió una sensación demasiado familiar de mariposas cuando sus manos encontraron su cintura, y de mala gana puso las suyas sobre sus hombros. Ella no las enroscó alrededor de su cuello como lo había hecho con Jackson.
—Si no fuera completamente obvio, te ves hermosa esta noche —dijo Stiles, haciéndola sonrojarse de nuevo.
—Gracias, Stiles —dijo suavemente.
Bailaron sin intercambiar palabras durante una canción completa, ambos queriendo saborear el momento antes de que esta conversación tuviera el potencial de salir increíblemente mal.
—Necesitamos hablar —dijo ella sin rodeos por encima de la música alta.
—Sí, me imaginé —respondió con nerviosismo—. ¿Puedo ir primero?
Ella solo asintió.
—Lo siento mucho —él empezó—. Lo siento, fui un idiota tonto que no podía ver lo que estaba justo en frente de él. Lo siento, parece que tengo la costumbre de llegar demasiado tarde.
Su voz se detuvo cuando se aclaró la garganta.
—Quiero demostrarte que soy digno de ti, aunque en serio no lo soy —se rio torpemente—. Yo solo... verte con él me está matando.
—No es justo —Aspen se apresuró a decir.
—¿Qué? —su voz era simplemente un susurro.
—Pasé años enamorada de ti, Stiles —ella suspiró—. Lo descubriste, y acepté que no ibas a sentir lo mismo, así que traté de seguir adelante.
—¿Con Jackson?
—Sí, con Jackson —dijo ella, un poco más de chispa en su tono—. Puede que no sea perfecto, pero me ve como su primera opción, no soy su respaldo ni su plan B. Finalmente pensé que tal vez, solo tal vez, podría permitirme desarrollar sentimientos por alguien que no eras tú, ¿y ahí es cuando decides verme diferente?
Ella retiró lentamente las manos de sus hombros.
—¡Tú no eres mi respaldo! —Stiles respondió—. Te lo juro, no eres...
—Ya sea que te des cuenta o no, lo soy —ella lo cortó—. Los dos nunca funcionaremos hasta que me sienta como tu primera opción.
Stiles tragó el nudo en su garganta, esta conversación no había ido como esperaba.
Demonios, ¿qué había esperado?
¿Pensó que ella iba a huir hacia la puesta de sol con él?
Sin decir nada más, Aspen lo soltó por completo y se alejó. Se dirigió a la puerta para poder ver si Jackson había salido a tomar aire fresco como había supuesto.
—Lo siento, amigo —La voz de Scott salió repentinamente de la nada, sorprendiendo a Stiles cuando se dio la vuelta.
—¿Estabas escuchando? —preguntó, su voz era tranquila y su expresión era solemne.
—Sí... —Scott hizo una mueca, pensando que se había excedido al escuchar. En su defensa, no fue a propósito, todavía no tenía control total sobre su audición sobrenatural.
—Tendremos nuestro tiempo eventualmente —Stiles suspiró, tratando de mantenerse optimista—. Pero todavía no.
. . .
—¿Jackson? —La voz de Aspen llamó desde el estacionamiento. Todavía no había tenido suerte en encontrarlo y estaba cada vez más preocupada.
Entonces sus ojos captaron un atisbo de un vestido rosa champán a lo lejos, y reconoció que era Lydia. Estaba caminando hacia el campo de lacrosse y, por alguna razón, Aspen se encontró siguiéndola.
Hacía mucho frío afuera, siendo pleno invierno después de todo, Lydia no debería estar aquí sola.
—¿Lydia? —Aspen gritó, dirigiéndose al campo—. ¡Lydia!
Fue entonces cuando ella lo vio.
A él.
Peter Hale.
—¡Lydia, corre! —Aspen gritó, tratando de correr lo más rápido que podía sobre sus tacones.
La pelirroja escuchó los gritos de Aspen y giró la cabeza en su dirección, para encontrarla corriendo hacia ella, gritándole que corriera.
—Lydia, lo digo en serio, ¡corre! —la morena siguió gritando.
Pero fue demasiado tarde.
Aspen hizo una mueca y soltó un grito cuando vio que el alfa mordía un pedazo del costado de Lydia.
No tenía que agradarle la chica para saber que no se lo merecía.
—¿Por qué hiciste eso? —le gritó a Peter mientras caía de rodillas sobre el cuerpo inerte e inconsciente de Lydia.
Debería haber tenido miedo de él, debería haber tenido miedo de que él le concediera el mismo destino, pero él había tenido tantas oportunidades de hacerlo y no lo había hecho.
Si Peter quisiera morder a Aspen, ya lo habría hecho.
—Aspen... Aspen... Aspen... —el alfa Hale suspiró—. Ahórrate las falsas lágrimas.
—Púdrete —ella hervía, revisando el cuerpo de Lydia en busca de pulso. Habría llamado inmediatamente a una ambulancia, o a Scott, Jackson, incluso a Stiles, pero dejó su teléfono adentro.
—¿Por qué estás llorando? —se burló, colocando una sola garra sobre el cuello de Lydia—. La odias.
—No, no lo hago —ella escupió.
—Seguro lo haces —Peter argumentó—. La segunda opción de tu pequeño amante para ella.
Aspen debería haberse asustado de por qué Peter Hale sabe tanto sobre su drama adolescente, pero apenas la desanimó.
Ya sabes, cosas más importantes que hacer.
—¿Viene de la familia? —Agregó Peter, haciendo que la morena levantara el cuello para mirar a Peter a los ojos con lágrimas en los ojos.
—¿Qué? —Ella susurró.
—Tu hermano también tenía la habilidad de ser la segunda opción, ¿no es así? —Peter se rio—. Pobre Ace...
—¿Qué sabes de mi hermano? —dijo ella con despecho.
—Mucho —él inexpresivo—. ¿Alguna vez te habló de Paige?
Aspen se tragó el nudo que tenía en la garganta y asintió.
—¿Alguna vez te dijo cómo ella amaba a alguien más?
Ella asintió de nuevo.
—¿Alguna vez te dijo... quién?
Ella negó con la cabeza esta vez.
—Bueno... eso es una pena, ¿no es así?