La velada continuó siendo más que espléndida, el señor Bülgader se portó como un caballero; ambos tenían una plática muy amena sobre el trabajo de Selena.
—Realmente me impresiona, su jefe debe estar más que encantado con usted. —exclamó el hombre mientras se llevaba un trozo de carne a la boca.
Selena rio con diversión, no había algo más lejano a la realidad.
—En realidad no, cómo le dije, él siempre cuestiona mis métodos de investigación.
Los meseros trajeron otra botella de vino, ese par ya llevaban varias copas.
—Tonterías, él debía aprender de usted, una chica tan enérgica podría ser la estrella del mejor noticiero del país. Me gusta su actitud desafiante. —Selena se sonrojó al escuchar eso.— Sin embargo, por lo que veo también es muy confiada...
—¿Disculpe...?
—Vino a este lugar a obtener información, se sentó conmigo sabiendo que podría ser un asesino en serie, violador o secuestrador. —El hombre chasqueo los dedos y todos los meseros desaparecieron.— Debería ser más cuidadosa, el cementerio está lleno de personas curiosas.
Selena se sintió amenazada, por lo que busco en su bolsa el arma que había conseguido meses atrás, era un pequeño revolver.
—¿Buscaba esto?
Selena vio con horror como el señor Bülgader sostenía la pequeña arma, ¿cuándo se la había quitado?
—Oh, no me mire así, yo no fui quien te la quitó. —Y en ese momento, el tipo tatuado entro al lugar, su sonrisa ladina indicaba que había sido él.— Ahora que no hay asuntos que impidan que yo confíe en usted dígame, señorita, ¿qué es lo que necesita saber?
Selena se quedó mirándolos unos instantes.
¿Entonces no iba a asesinarla?
—Le dije que no era más que una pequeña broma, sé que probablemente esté muerta de miedo, tranquilícese...
Selena intentó calmarse; esa era la oportunidad de obtener algo de respuestas.
—¿Usted sabe que es lo que está pasando en la ciudad? —preguntó ella de pronto, como si la pregunta hubiera estado atrapada en su garganta todo el tiempo que estuvieron ahí.
El hombre río, esa era una muy buena pregunta.
—En esta ciudad ocurren demasiadas cosas, ¿puede ser más específica?
—¿Que es lo que pasa con los Haven y sus socios?
Fue entonces que el hombre cambio de actitud por un segundo, sus ojos tranquilos reflejaron una mezcla de Odio, miedo y rencor, para después suspirar pesadamente.
—Hay muchas cosas que si se las contará, jamás me creería.
—Tal vez pueda intentar, tengo una mente muy abierta.
Tod comenzó a reírse, esa chica realmente no sabía dónde se estaba metiendo.
—En este mundo hay personas peligrosas, como yo, y luego están ellos. —Selena puso cara de confusión.— Y por lo que veo usted quiere meterse con ellos, lo cual me parece una idea estúpida, pero a su vez me parece interesante.
—¿Estan el algún tipo de organización criminal, o algo por el estilo? —preguntó Selena mientras veía como Tod dejaba de reír.
—Solo puedo decirle que ellos son mil veces peores que la gente como yo, pero si realmente quiere respuestas, no busque en los acontecimientos que acaban de suceder. Busque en el pasado, todo lo que necesita es saber dónde buscar...
—¿No podría ser más específico?
—Oh, no, lo siento, tengo una agenda ocupada, pero debo admitir que la velada fue grandiosa. Solo un consejo, si piensa investigar sobre los Haven, tenga cuidado con a quien le pregunta, en esta ciudad hasta las paredes oyen.
Dicho esto, el hombre se retiró, dejando a la reportera con más dudas que respuestas.
¿A qué se refería el señor Bülgader con que los Haven eran peligrosos?
¿En qué estaban inmiscuidos?
¿Tan malos eran para que incluso un hombre como él les tuviera pavor?
Con esas y muchísimas más preguntas, la chica abandonó el restaurante secreto, no sin antes recoger su arma de la mesa.
***********
Cristhian no se movió del hospital, incluso cuando la seguridad del hospital lo escoltó fuera de edificio. El padre de Lucas había cumplido su amenaza, había hecho que ningún Haven pudiera entrar a verlo. Lo que naturalmente supuso una confrontación directa entre Derek y el padre de Lucas.
Lucas por otra parte, prefirió no pelear, solo escogió quedarse junto con Cristhian en el auto, el Omega lloraba de impotencia. Él pudo haber acabado con ese hombre en un segundo, y vaya que su Lobo quería hacerlo. Pero luego recordó que Jackson estaría muy decepcionado si se llegará a enterar de eso. También estaba el hecho de que era el padre del Lucas, mismo que ahora estaba cumpliendo el rol de Jackson en su vida. Y es que el pelinegro se estaba haciendo cargo de él, a pesar de que habían tenido sus problemas en el pasado. Y ahora estaba durmiendo en su auto, todo para no dejarlo solo.
Cristhian supo lo que ocurrió con Jaydan, y se alegro de que Lucas le hubiera dado su merecido. Ese tipo no le caía nada bien, incluso Derek le caía mejor cuando lo conoció.
—Debes dormir Cris, a este paso vas a enfermarte... —dijo Lucas dándole su abrigo, pues a pesar de tener la calefacción, el clima afuera era extremadamente frío.
—No, debo estar despierto, no quiero que se lo lleven mientras estoy dormido.
—Mira, hagamos un trato, intenta dormir un par de horas, yo me mantendré despierto y vigilanré por ti.
—¿Prometes despertarme si algo pasa?
—Lo prometo, pero tú debes descansar.
Cristhian acepto a regañadientes la propuesta de Lucas, sin embargo no podía dormir de la preocupación.
—¿Luck podrías...?
—Por supuesto...
Lucas pronunció un hechizo de sueño, y el Omega cayó rendido ante el cansancio. Espero un par de minutos, para cerciorarse de que él estaría bien, y salió del auto.
El frío le calaba hasta los huesos, y no dejaba de temblar.
—Lo siento, el horario de visitas acabo así que...
—Solo vengo a decirle algo a mi padre y salgo enseguida.
La mujer estuvo a punto de interponerse en su camino, pero Lucas aprovechó su poder para meterla en una especie de hipnosis.
Y no solo lo hizo con ella, sino que también con cada doctor o enfermera que se le cruzó por el camino, nada impediría que él fuera hablar con su padre.
Cuando lo vio, el hombre parecía estar esperándolo.
—Llegas tarde.
—Ya me esperabas. —respondió Lucas sentándose frente a su padre.
—Por supuesto, eres mi hijo, sé cómo piensas...
El hombre le ordenó a sus guardaespaldas cerciorarse de que nadie los molestará.
—Sin embargo, —continuo el hombre— me siento decepcionado de ti. Estás tirando todo lo que construiste, solo por ese chico. Todos los años en los que te preparaste para ser perfecto, un chico de bien.
—Sigo siendo el mismo, padre, solo que ahora sé por quien vale la pena luchar.
El hombre sonrió sonrió con amargura antes de fruncir el ceño.
—No puedo creer que tu madre tenía razón, sabía que Jackson iba a dañarte tarde o temprano. Mira lo que esa familia le hizo a Alfred.
—Ya no somos unos niños papá, y lo que pasó con Alfred es muy diferente a lo que está pasando con Thomas. —Lucas se esforzaba en mantener la calma, su padre era quizás la única persona que él siempre temió.— Lo que estás intentando hacer solo lo lastimará.
—Hare lo que tenga que hacer, para impedir que acabe como Alfred...
—No puedes decidir por ellos, papá, Thomas no tiene la culpa de lo que sea que tú tengas contra los Haven.
—¿Acaso crees que soy idiota, Lucas? ¿Crees que no se el pasado turbio de los Haven? ¿De su naturaleza Mágica?
Lucas se sorprendió al escuchar eso, ¿su padre sabía que los Haven eran Brujos?
—¿Qué quieres decir?
—Sé que tienen habilidades sobrenaturales, sé de las cosas que han mantenido en secreto. Lo que me decepciona es que tú te hayas dejado llevar por esas cosas, dime, ¿él te hizo algo? ¿Usó sus trucos o artimañas para hacer que te enamoraras de él?
La cara de Lucas era un auténtico poema.
—Debí haber hecho algo por ti también... debí alejarte de él en el momento que supe que era un Haven.
—No, tú estás malinterpretando las cosas, Jackson no me hizo nada.
—No estoy malinterpretando nada —Lo interrumpió—, veo que a pesar de lo graves que están las cosas, tú no vas a aceptar mi ayuda, así que tendrás que decidir. ¿Te quedas con los Haven, o con tus padres?
Lucas se sentía tan decepcionado, él sabía que su padre era muy rígido en su manera de pensar, pero jamás imaginó que a ese punto.
—No puedes disponer de Thomas así como así, Alfred es su hermano.
—Y él ahora mismo está siendo buscado por la policía, que futuro le espera a Thomas si decide quedarse con Alfred.
—Pero no puedes separarlos, —Lucas tomó a su papá del cuello.— ellos solo se tiene el uno al otro. No Voy a permitirlo.
El padre de Lucas retiro las manos de su hijo, y lo miró fijamente.
—Entonces estás eligiendolos a ellos...
Lucas no dijo nada, sintió sus ojos arder, pero no iba a llorar frente a su padre, no en ese momento, no cuando necesitaba hacerle frente.
Sin embargo, el señor Athens se sintió dolido: su propio hijo había decidido abandonarlo. Por lo que comenzó a caminar rubo a la dirección del hospital. No había otra cosa en el mundo que le molestará más que el escuchar que alguien le decía que no podía hacer algo.
Él creció en un hogar en el que siempre obtuvo lo que quiso, y siempre impuso su voluntad. En toda su vida jamás se había quedado con las ganas de hacer algo, y está no iba a hacer la excepción.
—Haré lo que sea mejor para él, y nadie me lo va a impedir, así que dile a Alfred que si quiere verlo, deberá hablar primero conmigo.
Lucas no dijo nada, él no confirmaría las sospechas de su padre, de que él sabía dónde estaba su mejor amigo.
—Ahora, si me disculpas, iré a tramitar el traslado de Thomas, dejara el hospital está noche.
El pelinegro apretó sus puños con fuerza, debía hacer algo, ¿pero qué?
***********
Eran las diez y media de la noche cuando Beth llegó a la mansión Jones, ya había hablado con Alexander para cenar juntos, así que se detuvo a comprar un poco de comida.
La morena compró comida china, aunque gracias a Sarah la cena, se había hecho un banquete: pues la rubia se la había encontrado en el área de comida del centro comercial de Stilzar, y fue una incómoda y divertida casualidad.
La rubia había ido ahí para comprar comida china para toda la manada, dejando al pobre restaurant sin más comida para vender.
Ahora ambas iban en el auto de Sarah, pues la camioneta del canal donde normalmente se trasladaba Beth, la había dejado en su casa.
—¿En serio hizo eso?
—Sí, ¿puedes creerlo? Dobló la barra de metal para demostrar que era el más fuerte, sin embargo necesitó ayuda para devolverla a la normalidad antes de que su padre lo supiera, él es todo un desastre.
—Conmigo siempre es tan propio y caballeroso.
—Supongo que él quiere hacer las cosas bien, —exclamó Sarah viendo de reojo a la morena.— tú eres la persona que la Luna escogió para él.
—Si bueno, aún no entiendo eso de la luna y la pareja destinada, pero supongo que la Luna debió estar borracha ese día. Ustedes casi me devoran en ese bosque.
—Bueno estabas invadiendo propiedad privada, además, nosotros no solemos comer humanos.
—Y eso último es tan reconfortante. —Ambas rieron.
—Sera bueno tener a una chica en la manada con quién hablar...
Beth no dijo nada, en su lugar guardó silencio algo de pena.
—Oh, entiendo, ustedes dos aún no hablan sobre eso, lo siento, no quería...
—No te preocupes, solo quiero que las cosas vayan despacio. Quiero conocer al chico del que me enamoré de un para otro. No creo que pueda amarlo simplemente y ya, necesito conocerlo más.
Fue entonces que Sarah recordó al pelirrojo que últimamente le estaba quitando el sueño, al Alfa imbécil que por poco mata a su familia, pero que aún así ella que era el hombre más bello que había visto en su vida.
Y es que la Luna era un ente muy extraño, sin duda tenía muy buen sentido del humor, pues se la pasaba uniendo parejas que no tienen nada que ver ente sí.
—¿Y tu Sarah, ya encontraste a esa persona lunática?
Sarah hizo un gesto de horror al escuchar eso último. Y es que si. Scott era la definición de Lobo loco, tóxico e imbécil. Y aunque Alexander lo fue en su tiempo, Scott le ganaba por creces.
—Algo así, es complicado...
Beth entendió que había algo que la rubia no podía o no quería contar, por lo que ella no insistiría y se propuso cambiar de tema, cosa que Sarah agradeció internamente.
—Quiero que sepas que la manada y yo estaremos de acuerdo con la decisión que tomes, no te debes sentir obligada a ser la pareja de Alexander, honestamente creí que se quedaría solo toda la vida por lo amargado que es.
—Es como el café...
—¿Amargo y caliente? —preguntó la rubia
—¿Qué? ¡No! —Beth se abochorno ante ese comentario, cosa que no hizo más que divertir a Sarah— Me refiero a que es amargo, pero a todos nos gusta...
—Aaah, ya entendí. —En ese momento el auto se estacionó frente a la mansión de la manada.— Para la próxima explicate bien, una es un poco mal pensada...
Beth se rió tímidamente sin saber que responder hasta que lo vio.
—Ahí está... —dijo señalandolo con los ojos.— ¿Me veo bien?
—Por supuesto, solo déjame ayudarte un poco...
Sarah se acercó a Beth, abrochó uno de los botones de su abrigo, y le puso la una bufanda.
—Ahora si, estás perfecta.
—Gracias Sarah. —exclamó la morena junto antes de bajar del auto, y abrazar a Alexander.
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El reloj hacia el clásico sonido de tic tac, Aldair no paraba de ver el enorme reloj de la torre Pirkgrum, la nieve había comenzado a caer con más fuerza. Pero aún asi el chico no poseía un abrigo que lo mantuviera caliente ante las bajas temperaturas. Pero eso no importaba, ya que su atención estaba en el reloj de aquella torre.
Busco el reloj más exacto del mundo, probó con los atómicos, los nuevos y viejos. Pero solo había uno que mantenía la completa exactitud. Y estaba en Feltwell, la ciudad más olvidada de las 3 que conformaban el territorio.
Aldair estaba sentado en la cornisa de la iglesia frente a la torre. No tardó mucho para sentir la Pequeña presencia de Ernesto a sus espaldas.
—¿No deberías estar evitando la masacre de esta noche? El tiempo se agota, él podría volver está noche.
Aldair sonrió mientras tomaba un cigarro de la bolsa de su pantalón.
—¿Me vas a decir que ahora te importa la vida de personas inocentes? —inquirió molesto justo antes de darle una calada a su cigarrillo.— Hasta cuando dejarás de fingir que esto te importa...
El niño no dijo nada, supo entonces el motivo por el que el guardián del destino estaba ahí.
—Sé lo que va a pasar cada día, puedo ver la vida, muerte y renacimiento de todo lo que existe en el cosmos. Soy capaz de alterar los acontecimientos para encaminar el destino de alguien o de algo, por dónde necesita ir. —Ernesto observó la torre con nostalgia, era primera vez en siglos que venía a este lugar.— Sin embargo no puedo devolver el tiempo, tampoco puedo saber la hora exacta de lo que va a pasar...
—Eso nunca a sido facultad del guardián del destino, el tiempo suele ser cruel cuando ve que alguien desea manipularlo.
Las manecillas del reloj casi daban la media noche, ya casi era sábado.
—¿Te han dado la oportunidad de escoger que destino tiene una persona?
Ernesto caminó hasta llegar al filo de la cornisa.
—Nunca podría hacerlo, yo existo para dar legitimidad al todo...
—Entonces jamás haz tenido la oportunidad de decidir sobre el destino de un ser. —Aldair espero a terminar su cigarro para dirigir su mirada a los azules del niño a su lado.— Pues hoy es tu día de suerte, hoy te daré la oportunidad de decidir quién muere está noche...
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Scott corría velozmente por el bosque, el enorme Alfa estaba fuera de si, la ira había acabado con su poco autocontrol. Sus pisadas eran silenciosas, era como si estuviera flotando. Una habilidad que usaban los Licántropos para cazar o defender a su manada, pero que ahora estaba usando para correr directo a la mansión Jones.
Su manada le seguía a unos cientos de metros, ahí estaban todos los que tenían edad de pelear y/o quisiesen ser voluntarios, pues todos serían recompensados cuando hubiesen acabado con la manada de Alexander.
El Alfa logró sentir las salvaguardas justo antes de activarlas, lo que garantizó el factor sorpresa del ataque. Ya no había forma de que Alexander y su manada supieran de su inminente muerte.
Nelson liberaba la mitad de su manada, ellos atacarían desde el sur, así no habría escapatoria para esa sucia manada.
Para cuando los betas de Alexander descubrieron a la enorme manada acercándose ya era tarde. Uno a uno esos Lobos cayeron, no sin lograr avisar a su Alfa del ataque.
No obstante, aún sabiendo que Alexander y el resto de la manada ya los estaba esperando, Scott no se detuvo. Su hocico ya había saboreando la sangre de la manada Jones, no se detendría ahora.
Lejos de ahí, en la mansión Jones se había comenzado con la evacuación, Alfred había creado un portal en el sótano de la mansión que daba directo a el hotel donde los Vampiros se reunían.
Los niños y sus madres salieron del campo de batalla, dejando a los pocos miembros fuertes de la manada ahí, dispuestos a defender el territorio que sus padres les habían dejado.
Alexander ya había cambiado, el enorme lobo negro creció de manera descontrolada hasta ser del tamaño de un caballo mediano. Beth no quiso irse, no podía, a pesar de ser una simple humana, en su corazón latía la necesidad de proteger a esas personas.
Tal vez por su lazo con el Alfa, o tal vez por lo buenos que habían sido con ella esa noche, lo que si tenía claro, es que no se quedaría ahí sin hacer nada.
Algo que Alexander definitivamente no aprobaba, sin embargo no pudo haber mucho para convencer a la morena, era igual de testaruda que él.
Isabella y los Vampiros llegaron con refuerzos, era cerca de una docena. Está vez no sería como la vez que pelearon con el Profesor Moore, está vez ellos estaban preparados, sabían pelear y usar sus habilidades, ya no eran inútiles.
Por su parte, Ofelia y el aquelarre de Stilzar ya habían llegado al lugar. Las Brujas y Brujos ya habían comenzado a conjurar protecciones sobre todos los Licántropos, Vampiros y sobre Beth quién se negó a irse. Tal vez la protección no sería tan efectiva como la de Jackson, pero sin duda resistiría uno o dos golpes.
Julissa también apareció, la Bruja había hecho muy buena amistad con Sarah, así que apoyaría a la manada a toda costa.
Pasaron varios minutos hasta que la manada de Scott rodeo por completo la mansión, no había a dónde correr.
***********
La manifestación afuera del hospital se intensificó cuando se filtro la noticia de que Thomas Omne, hermano del presunto responsable por la muerte de tres estudiantes en la preparatoria de Soul Note, sería transferido a una clínica privada.
Los familiares y amigos de las víctimas, exigían la captura del hermano mayor del chico; la nieve no les impidió incendiar botes de basura y romper los cristales de las ambulancias, todo se estaba saliendo de control.
Lucas y Cristhian habían ido a comprar algo de ropa, había decidido llevarse a Thomas en cuanto lo subieran al la ambulancia. El mayor usaría su poder para dormir a los paramédicos, mientras que Cristhian cargaría a Thomas directo al auto de Lucas.
Sin embargo, el destino no les sonría esa noche. Pues en medio de la multitud, tres hombres fuertemente armados, se abrieron paso por el cerco de policías que resguardaban el hospital.
Todo paso muy rápido, los disparos hicieron que todos en el hospital corrieran a esconderse; los guardias del hospital fueron sometidos rápidamente, mientras que uno de los hombres (su líder) caminaba en dirección al tercer piso del lugar. Tomó las escaleras y comenzó a subir.
Los doctores y enfermeras salieron disparados cuando lo vieron, sin embargo, el hombre no abrió fuego contra ninguno de ellos. Él tenía un objetivo, uno que reposaba a unos cuantos metros de él, y era a dónde se dirigía rápidamente.
Subió hasta el tercer piso, cómo alma que lleva el diablo, viendo todo el caos que él y sus secuaces habían generado. Cuando abrió la puerta de cuidados intensivos fue recibido por 3 hombres de traje, estos intentaron someterlo, pero fueron rápidamente asesinados por el hombre, quien disparó una ráfaga de balas en su dirección. Levantó la cabeza y vio el letrero:
Habitación 25-08
Abrió la puerta con el arma y apunto su arma hacia el chico castaño que estaba en la camilla.
Pero justo cuando estaba por disparar, fue golpeado en la cabeza con un extintor.
El autor fue el padre de Lucas, quien rápidamente pateó el arma del sujeto.
Fueron los segundos más largos de su vida, el señor Athens vio como el hombre se levantaba para sacar un arma corta del bolso café que llevaba cargando, estaba poseído por la locura, y no se detendría por nada del mundo.
El asesino le apuro con el arma y disparó una, dos, tres veces, haciendo que el hombre dejara caer el extintor.
Cuando el padre de Lucas cayó al suelo, el asesino apunto el arma hacia Thomas, disparándole en dos ocasiones.
Y cuando estaba por terminar su trabajo, un Lobo Blanco salto sobre él mordiéndole el cuello, acabando con su vida instantáneamente.
★★★
Aquí está el segundo capítulo
(ﾟοﾟ人))
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