Durante la siguiente media hora no dejé de pensar en lo que estaría sucediendo dentro del salón. Me encontraba junto a Niall y Perrie en la parte de atrás del lugar. Ellos intentaron distraerme lo más que pudieron pero era casi imposible dejar de pensar.
-Todo se solucionará- comentó Perrie sacándome de mis pensamientos.
-Gracias- susurré y ellos sonrieron- No creí que lo encontraría aquí... Simplemente no estaba preparada.
-Para eso estamos- respondió sonriente el rubio- Harry es uno de mis hermanos- explicó- Para él eres importante por lo tanto para mí también- sonrió- al igual que Zayn con Perrie...
-Oh eres un dulce- respondió Perrie abrazándolo.
El silencio reinó cuando Harry pasó la puerta rápidamente para acercarse a mí con su expresión preocupada. Me rodeó con sus brazos en un segundo y me perdí respirando su aroma.
-¿Cómo estás?- preguntó separándose para mirarme.
-Bien... ¿Qué sucedió?
-Nosotros iremos...- habló Niall señalando el salón.
-Gracias- les dijo Harry antes que ellos desaparecieran. Él me miró y nuevamente me unió a su cuerpo- Se lo llevó la policía- susurró- Ya no molestará- mi cuerpo se relajó por completo y con ello algunas de lágrimas rodaron por mis mejillas.
-Gracias- susurré. Tomó mis mejillas con dulzura y secó mi mojado rostro.
-¿Quieres volver a casa?
-No- negué y dejé que toque mis manos, pero cuando acaricié una de ellas la noté extraña, la elevé para ver qué sucedía con ella y pude ver como se encontraba levemente lastimada. La solté rápidamente dando una paso hacia atrás- ¿Tú... tú lo golp...?- no podía, no podía hacerlo.
- ¿Qué?- intentó acercase, pero instintivamente me alejé, él no podía haberlo golpeado, él no podía ser violento.
-¿Lo golpeaste?- susurré.
-No- respondió rápidamente- Claro que no, hermosa- ahora si lo dejé que se acerque.
-Entonces ¿Por qué...?
-Sólo- contestó- Sólo golpee una pared... no lo pensé, sólo lo hice- lo abracé por la cintura en respuesta, hundiendo mi rostro en su pecho.
...
-La única condición para que vuelvas a tu casa es que me des una copia de tu llave- dijo seguro unos días después.
-Rulos, tú dijiste que volvería cuando él esté tras las rejas- me quejé acomodando mis cosas para irme a trabajar.
-Las cosas cambiaron- contestó- Necesito asegurarme que siempre que algo esté extraño pueda entrar.
...
¿Cómo había pasado esto? ¿Cómo había llegado a esta situación? Entrar a mi casa y ver a Harry recostado en mi cama escribiendo en su pequeño diario de cuero como si fuese su propia casa era completamente irreal.
-Creo que estás excediendo los límites- hablé dejando las cosas que traía sobre el sofá a un lado de la cama.
-Hola Kate ¿Cómo estás? Bien, yo bien, gracias por preguntar- se burló dejando su diario en la mesa de luz, lo miré con odio y comencé a buscar algo de ropa más cómoda para ponerme- ¿Qué límites excedí? – preguntó, me giré con la ropa en la mano.
-¿Debo decirlos?- pregunté sacando mis jeans para cambiarlos por un short.
-¿Qué esperas? ¿Que me quede en la puerta esperando que llegues?- preguntó- Es completamente lo mismo si estoy aquí o afuera- le mostré la lengua y quité mi camiseta... vi su mirada completamente invadiendo mi intimidad y me giré para desabrochar mi sostén- ¿Necesitas ayuda?- preguntó seductor.
-JÁ- ironicé- Ya quisieras- respondí luego de colocar una camiseta más cómoda.
Me recosté en la cama junto a él y suspiré sonoramente. Apoyó un codo en el colchón para mirarme de lado por unos segundos. Conecté nuestras miradas por otros tantos segundos más despejándome de todos los problemas que traía del trabajo.
Hoy realmente no estaba de buen humor, simplemente necesitaba dormir y organizar en mi mente todos los pensamientos, quizás encontraría la forma de solucionar los problemas financieros del bar.
Se acercó lentamente a mis labios y los rozó con dulzura para luego capturarlos con delicadeza e introducir su lengua con determinación, llevé mi mano a su nuca para adentrar mis dedos en sus suaves rulos haciendo una leve presión. Su mano pasó por debajo de mi camiseta para posarse en mi cintura desnuda y acercarme más a su cuerpo, sin dejar de acariciar su lengua con la mía.
Cuando el beso tomó velocidad y su mano comenzó a subir por mis costillas lo separé. Sabía lo que quería pero realmente hoy no era un buen día.
-No- susurré cuando sus labios se separaron de los míos, me miró confundido- Lo siento, no es un buen día...- depositó un último sonoro beso y se separó de mí para volver a mirarme.
-¿Qué sucedió?
-Problemas- respondí mirando el techo- Problemas y más problemas en el bar.
-¿Problemas?- cuestionó- ¿De qué tipo?
-Financieros- bufé- Malditos problemas con el dinero- lo miré, notaba que no comprendía lo que decía- Tenemos nuevos gastos, menos gente está viniendo y además hay que pagarle el sueldo a Amber- nunca creímos que contratar a otra empleada traería tantas perdidas, aunque realmente no podíamos despedirla, su trabajo nos servía mucho y ella era una genial persona, no creíamos encontrar a alguien igual.
-¿Muy graves los problemas?- preguntó serio.
-Bastante- confesé. Se lo veía serio, se lo veía pensativo.
-Quizás- soltó, mirándome luego de algunos segundos de silencio- Quizás yo pueda...
-¡Espera!- lo interrumpí antes que siga diciendo lo que sabía que diría, me miró confundido- Ni se te ocurra mencionar algo relacionado con tu dinero porque desde ya te digo que no- hablé seriamente para que ni se le ocurra ofrecer dinero. La mayor parte del tiempo olvidaba que era famoso, que era millonario y prefería mantenerlo así, nunca aceptaría su dinero ni aunque esté en la mismísima calle.
-Pero...
-Harry- me quejé.
-¿Qué? ¿Acaso no puedo ayudarte?- preguntó sin comprender mi reacción. Me levanté para sentarme en la cama y él me siguió.
-Rulos te lo pido por favor ni lo menciones- respondí- Algo se me ocurrirá para solucionar todo- seguí- Pero ni lo digas, ambos sabemos que si seguimos hablando del tema las cosas se arruinarán, así que mejor dejémoslo ahí- él se rindió más rápido de lo que pensé y agradecí aquello.
-¿Puedo ayudarte a relajarte por lo menos?- lo miré frunciendo el ceño.
-Rulos, nada de sexo por hoy dije- soltó una pequeña carcajada.
-Ven- dijo tomándome de los hombros- No todo lo que pasa por mi cabeza es sexo- se quejó riendo mientras me acomodaba entre sus piernas, de espalda a él. Giré mi cabeza para observarlo.
-¿De verdad?- pregunté riendo, él me giró y apoyó mi espalda en su pecho poniendo cada pierna a mis lados.
-Eres una mal pensada- susurró riendo mientras comenzaba a acariciar mis brazos con dulzura. Apoyé mi cabeza en su hombro y sentí su mejilla rozar la mía -¿Mejor?- preguntó. La vibración de su pecho al hablar me hizo estremecer.
-Ajam- respondí incapaz de formular una palabra coherente.
Sus manos iban de arriba abajo por mis brazos, lenta y delicadamente. Cerré los ojos respirando profundamente. Uno de sus dedos delineo todo mi brazo hasta llegar a mi hombro donde comenzó a moverse más lento para acariciar mi cuello con suavidad y luego volver a bajar hasta mi mano. Cada caricia removía todo en mi interior, sentir su pecho subir y bajar acompasadamente en mi espalda me traía tanta paz.
-I find your lips- comenzó a cantar suavemente- So kissable- lo miré y nuestras miradas se conectaron- And your kiss...Unmissable- su voz me hipnotizaba completamente, sus manos se extendieron por mi brazo hasta llegar a mis manos y las tomó, llevó una de ellas hacia nuestros rostros- Your fingertips- acarició dulcemente mis dedos- So touchable- sonrió- And your eyes Irresistible- nos quedamos unos segundos en silencio, un silencio completo, sólo nuestras respiraciones se escuchaban. Entrelazó nuestros dedos y besó cada yema de los míos delicadamente.
Me giré sin separarme de él, simplemente para mirarlo mejor. Sus piernas rodeaban mi cuerpo, sus brazos cubrían los míos, sus manos estaban posadas en mi cintura y sus dedos comenzaron moverse lentamente propiciando las mejores caricias que podía haber.
Nos quedamos observándonos, perdiéndonos en nuestras miradas.
Quizás había pasado media hora o quizás medio minuto no lo sé. Un costado de mi cuerpo se encontraba completamente apoyado en su pecho. No lo soporté más y rocé nuestros labios delicadamente, para capturar su labio inferior y estirarlo un poco, introduje mi lengua en su boca y llevé mi mano a su mejilla para besarlo mejor.
Era un beso tierno, suave, lleno de tanto que no se decía. Nuestras lenguas se mezclaban, nuestras respiraciones se hacían una. Un pequeño gemido salió de lo bajo de su garganta mientras me presionaba más a su cuerpo. Mi mano se dirigió pausadamente a su nuca y se enredó con los cabellos que cubrían aquella zona.
Separé nuestros labios sin mover mi mano y deposité un pequeño beso en su boca, para luego dejar un pequeño recorrido en toda la piel de su rostro. Finalmente apoyé mi cabeza en su hombro y respiré profundamente, acariciando su cuello con mi nariz.
-Eres hermosa- susurró acariciando mi mejilla, queriendo decir más pero consciente de que no podía hacerlo.
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