Capítulo catorce.
Brújula moral
Sería seguro decir que después de sus mensajes de texto con Scott en química, el estado de ánimo de Aspen mejoró. El pensamiento de la carta de cuatro palabras de su supuesto hermano fue completamente borrada de su mente, al menos por el resto del día escolar. El resto de química transcurrió con el coqueteo continuo e implacable de Jackson, solo que después del último mensaje que recibió de Scott, ella se entregó un poco.
Eso no quiere decir que ella fuera directamente tras el chico que estaba saliendo con Lydia Martin, pero ella se permitió. La sensación de aleteo con la que su estómago estaba muy familiarizada regresó, sabiendo que existía la posibilidad de que Stiles la estuviera mirando mientras coqueteaba con sus mechones castaños alrededor de sus delicados dedos.
—¡Oigan! ¡Creo que encontraron algo! —La voz de Harley resonó a través del salón de clases. En segundos, toda la clase estaba reunida alrededor de la ventana, viendo lo que parecía ser alguien en una camilla que una ambulancia se llevaba.
—Eso no es un conejo... —Aspen escuchó a Scott murmurar a su lado. Stiles estaba al otro lado de ella, muy cerca.
—Está bien. ¡Esto es bueno, esto es bueno! Se levantó, no está muerto. Los muertos no pueden hacer eso —Stiles dijo en voz baja.
—Chicos, yo hice eso —Scott dijo inexpresivo.
—Pero los sueños no son recuerdos, Scott —dijo la morena entre los dos chicos.
—Entonces no fue un sueño... Algo pasó anoche, y no puedo recordar qué.
. . .
Almuerzo. El período favorito del día de Aspen. Excepto hoy.
Scott y Stiles estaban entrando en pánico por toda la situación de Derek, junto con la conmoción de la ambulancia fuera de la escuela, mientras que Aspen literalmente miraba fijamente su teléfono. Su pantalla estaba fija en la conversación que tuvo lugar entre Scott y ella en química, e inconscientemente dejó que sus labios se dibujaran en una sonrisa.
—¿De qué estás sonriendo? —La voz de Stiles la sacó de su trance.
—Nada —mintió, apagando su teléfono, pero por el rabillo del ojo notó que Scott le estaba dando una sonrisa diabólica—. ¿Qué estabas diciendo? —ella añadió.
—Scott cree que debería cancelar lo de Allison esta noche —Stiles respondió.
—¡¿Qué?! —Aspen chilló—. No vas a cancelarla, Scott. O la llevas a esta cita esta noche o lo haré yo —su amenaza ganó miradas extrañas de ambos.
—Tienes a una de las chicas más lindas que he visto en mi vida que no solo sabe tu nombre, sino que también quiere salir contigo. Ergo, no vas a cancelar. Lo resolveremos.
—¿Resolver qué? —dijo la voz de Lydia Martin, ganándose una rápida mirada de la chica Carter. La pelirroja tiró su bandeja justo al lado de Scott, que estaba frente a Aspen. Fue seguida por Allison ocupando el asiento al otro lado de Scott, y otro tipo cuyo nombre Aspen no sabía se sentó al otro lado de ella.
—Solo, eh... tarea —Scott mintió en respuesta.
—Sí... —agregó Stiles, siguiendo con un susurro de "¿por qué están sentados con nosotros?" a Aspen y Scott.
—Levantáte —dijo una voz exigente y masculina. Aspen levantó la cabeza para encontrar nada menos que a Jackson Whittemore dando la demanda, al chico sentado a su lado. Oh chico.
—¿Cómo es que nunca le pides a Danny que se levante? —dijo el chico.
—Porque no me quedo mirando el trasero de su novia —Danny respondió, ganándose una risa incontrolada de Aspen. El tipo cuyo nombre Aspen no se molestó en aprender se levantó y se fue, dejando a Jackson para reemplazarlo.
Aspen ahora estaba intercalada entre Stiles Stilinski y Jackson Whittemore. Qué divertido.
—Entonces, escuché que dicen que es algún tipo de ataque animal. Probablemente un puma —dijo Danny, refiriéndose al ataque de la ambulancia.
—Escuché que un león de montaña —Jackson respondió.
—Un puma es un león de montaña, idiota —Aspen murmuró, dando un mordisco a su manzana. Tomándola por sorpresa, Jackson le quitó la manzana de las manos y le dio un mordisco.
—Yo soy el tonto, tú eres la sabelotodo. ¿No hacemos una buena pareja? —le susurró. Sintió que el calor subía a sus mejillas por el comentario, pero no lo devolvió con un comentario coqueto, principalmente porque por mucho que le desagradara Lydia, estaba sentada allí.
—A quién le importa, el tipo probablemente era un idiota sin hogar que morirá de todos modos —añadió él a un volumen normal.
—En realidad, acabo de descubrir quién es. Miren esto —Stiles anunció, colocando su teléfono en el medio de la mesa, mostrando un video de lo que parecía ser la transmisión de noticias de Beacon Hills.
Todos vieron la pantalla de Stiles, pero fue entonces cuando Aspen sintió algo que definitivamente no debería estar en ese entorno.
Sintió una mano en su muslo.
La mano de Jackson.
Ella giró su cuello en su dirección, pero él estaba completamente imperturbable. Estaba viendo el video como todos los demás. Excepto que su mano estaba sobre el muslo de Aspen. No la estaba moviendo, simplemente estaba allí.
Los ojos de Aspen casi se salen de sus órbitas, por suerte la atención de todos estaba en la pantalla del teléfono y no en ella. Ella hizo lo único que se le ocurrió y agarró su mano y se la quitó. Solo entonces Jackson levantó la mirada para mirarla.
Él estaba sonriendo.
¿Por qué estaba sonriendo? Oh, porque Aspen se había olvidado de soltar su mano en el proceso.
Y poco sabía ella en ese momento, pero Stiles lo vio.
—Conozco a este tipo —Scott habló.
—¿Sí? —preguntó Allison.
—Sí, solía tomar el autobús, cuando vivía con mi papá. Él era el conductor.
—¿Podemos hablar de algo un poco más divertido, por favor? Como, oh, ¿adónde vamos mañana por la noche? —dijo la pelirroja, ganándose los ojos muy abiertos de casi todos los adolescentes en la mesa—. Dijiste que tú y Scott saldrían mañana, ¿verdad? —añadió, hablando con la chica Argent.
—Um, estábamos pensando en lo que íbamos a hacer... —dijo la chica de cabello negro.
—Bueno, no voy a sentarme en casa otra vez, viendo videos de lacrosse, así que si los cuatro vamos a pasar el rato, haremos algo divertido —Lydia despotricó, provocando que una carcajada en voz alta brotara de los labios de Aspen.
—¿Que es tan gracioso? —Lydia se quedó inexpresiva, no impresionada.
—Nada, nada... —dijo Aspen, todavía riéndose. Estaba recibiendo miradas tanto de Scott como de Allison que gritaban 'ayúdanos'. Eso es lo que la hizo reír tanto.
—¿Pasar el rato? ¿Los cuatro? —Scott dijo confundido—. ¿Quieres pasar el rato, como, nosotros y ellos?
—Sí, supongo... Suena divertido... —dijo ella tímidamente.
—¿Sabes qué más suena divertido? Apuñalarme en la cara con este tenedor —dijo el chico Whittemore, llevándose el tenedor a la cara.
—¿Puedo hacer los honores? —Aspen replicó en broma.
—¿Qué tal jugar a los bolos? Te encanta jugar a los bolos —Lydia le dijo a su novio.
—Sí, con competencia de verdad —respondió él inexpresivamente.
—Yo soy competencia de verdad —Aspen dijo con confianza, mirando a Jackson mientras lo decía.
—Oh, sé que eres competencia, Carter, créeme —murmuró, provocando el ceño fruncido de todos alrededor de la mesa, y las mejillas sonrojadas de Aspen.
En serio, no estaba siendo sutil en absoluto. Y Stiles quería levantarse de la mesa e irse en ese mismo segundo.
—¿Cómo sabes que no somos competencia de verdad? Sabes jugar a los bolos, ¿verdad? —Allison le dijo a Scott, tratando de desviar la atención de lo que sea que fuera.
—Más o menos... —respondió Scott.
—¿Es 'más o menos' o 'sí'? ¿McCall? —Jackson se burló.
—Sí —Scott dijo con falsa confianza—. De hecho, juego muy bien.
. . .
—Necesito hablar contigo —Aspen rechinó entre dientes, agarrando al chico Whittemore por el cuello de su camisa una vez que todos habían salido de la cafetería.
—Figuras —sonrió.
Aspen no estaba pensando con claridad. Todo en lo que estaba pensando era en lo ridículo que estaba actuando Jackson en la mesa del almuerzo, desde coquetear descaradamente con ella frente no solo a Lydia, sino a todos, hasta poner su estúpida mano en su estúpido muslo.
Ella lo arrastró por el pasillo de los casilleros sorprendentemente fácil, aunque probablemente él no estaba contraatacando. En realidad, una gran parte de él lo estaba disfrutando. La luchadora morena vio un salón de clases vacío y lo empujó dentro. Cerró la puerta detrás de ella y se dio la vuelta para mirarlo, con los brazos cruzados. Esperó a que él dijera algo. Esperó a que él borrara esa ridícula sonrisa de sus labios.
—¿Bien? —Ella chasqueó.
—Eres sexy cuando estás enojada —fue todo lo que dijo.
—¿Qué diablos está pasando, Jackson? ¡Tienes novia, no puedes coquetear conmigo! ¡Y ciertamente no puedes poner tu mano en mi muslo cuando ella está literalmente a un metro de distancia! Prometimos que íbamos a seguir a delante de lo que pasó entre nosotros, ¿recuerdas eso?
—Sabes, me está resultando muy difícil, Asp —dijo casi seductoramente, caminando lentamente hacia ella—. Lo estaba intentando, de verdad. Traté de no pensar en eso. Seguía diciéndome a mí mismo que lo que pasó fue mi estúpido error, y que no había nada. ¿Pero sabes lo que pienso? —dijo a través de una voz ronca. Sus palabras estaban haciendo que su corazón se acelerara por alguna razón.
—¿Qué piensas? —trató de decir con confianza, pero su voz la traicionó, saliendo más como un chillido.
—Creo que me devolviste el beso ese día —dijo él, todavía caminando hacia ella a pasos lentos.
—Creo que en secreto te gusta cuando coqueteo contigo, porque no recibes la atención de quien realmente la quieres —continuó, ella sabía que estaba hablando de Stiles.
—Creo... que la razón por la que no quieres contarle a nadie lo que pasó entre nosotros es la misma razón por la que yo no lo hice.
—¿Y qué es eso? —ella desafió, la proximidad entre ellos se estaba cerrando.
—Porque hay cierta adrenalina por tener un secreto sucio que nadie más conoce, ¿no?
La morena se quedó sin palabras, porque por mucho que odiara admitirlo, él tenía razón. Había una parte enferma de ella a la que le gustaba que tuvieran un secreto. Demonios, una parte aún más enferma de ella disfrutaba de cómo él coqueteaba con ella, a pesar de que tenía novia.
Excepto que Scott ahora también sabía su secreto.
—Tienes que dejarlo, J. ¿Está bien? —dijo ella, nerviosa—. No más tocar mi muslo en la mesa del almuerzo, nada de eso.
—De acuerdo —dijo, poniendo sus manos en un movimiento de rendición.
—¿De acuerdo? —repitió ella.
—No soy un monstruo, Aspen. Si realmente quieres que me detenga, me detendré.
¿Lo quería? ¿De verdad quería que se detuviera? Su brújula moral le decía que sí. Pero su lado más travieso y atrevido dijo que no. Después de lo que Scott le dijo acerca de que Stiles estaba celoso, ¿cómo podría no estar un poco tentada de ponerlo celoso con Jackson?
—Amo a Stiles. Lo sabes —dijo con voz ronca.
—Sé que lo haces.
—Pero él ama a Lydia.
—Lo sé también.
—Entonces, ¿cómo te sientes tú acerca de Lydia? —finalmente hizo la pregunta que había querido hacer desde hace un tiempo.
—Me gusta, seguro. Pero no es tan divertida como tú. No es tan chispeante como tú. No es un gran desafío —hizo hincapié en la última palabra como él mismo citó antes.
Aspen negó con la cabeza. En medio de una vida en la que su mejor amigo es un hombre lobo y Dios sabe qué más, todavía encontró tiempo para ser una adolescente loca por los chicos con un plato lleno de drama.
Pero estaría mintiendo si dijera que no lo amaba en secreto.
—Si quieres seguir coqueteando conmigo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y tocándome en lugares en los que no deberías estar, debes hacer algo sobre el hecho de que parece que te gusto más que tu novia —dijo ella con confianza.
—¿Me estás pidiendo que rompa con ella?
—Eso no es lo que yo dije.
—¿Qué está pasando en esa cabeza tuya, Aspen? —dijo, intrigado—. En realidad, creo que lo sé.
—Dame tu mejor tiro.
—Creo que quieres poner celoso a Stiles. Y creo que estás contemplando usarme para hacerlo —adivinó correctamente. El calor subió a las mejillas de Aspen avergonzada, tenía toda la razón.
—Pero también creo que tu brújula moral estaría girando si lo hicieras mientras estoy con Lydia. ¿Correcto? —dijo él y ella asintió.
Cortando su conversación, sonó el timbre, lo que significaba que en cualquier momento entraría gente en este salón de clases.
Ambos corrieron hacia la puerta, luego ambos se dieron cuenta de lo mismo.
—Ve tú, yo salgo veinte segundos después —Aspen murmuró, y él hizo lo mismo. Si la pareja se hubiera ido al mismo tiempo, sería muy sospechoso.
—Esta conversación no ha terminado —Dijo mientras abría la puerta, giró la cabeza y vio a un familiar chico rapado mirando en su dirección. Él simplemente sonrió.
Veinte segundos no serán suficientes, pensó él. Oh bueno.
Y tenía razón, veinte segundos después, la morena apareció de la misma habitación que Jackson, y Stiles la observó mientras escaneaba los pasillos para ver si alguien la veía.
Y cuando sus ojos se posaron en los de él, ella supo que había visto.