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Jess
Se sentó en la mesa de la cocina del apartamento más tarde esa noche después de dejar a Cassie en su casa. Tenía un libro en la mano y estaba leyendo tranquilamente. Hasta que su tío entró en la habitación.
Luke abrió la puerta y entró ruidosamente, haciendo que Jess lo mirara. —Oye Bigfoot, ¿te importa mantenerlo bajo?
Luke se acercó a él con el ceño fruncido. —No puedes hablar esta noche, te vas a callar y escuchar— le dice a su sobrino con severidad, sorprendiendo a Jess por su mal humor. —Escuché sobre tu pequeño juego en la ciudad.
—¿Qué?— preguntó Jess, sin saber de qué estaba hablando.
—Tú y Cassie— dijo Luke cuando un destello de reconocimiento apareció en los ojos de Jess. —¿Tuvieron un almuerzo divertido?— Preguntó sarcásticamente.
Jess cerró el libro en su mano, marcando su página con un recibo que encontró sobre la mesa. —¿Qué quieres que te diga?— Sabía que Luke era protector con Cassie, pero no se daba cuenta de cuánto. O tal vez fue solo porque estaba saliendo con un tipo como él.
Luke niega con la cabeza hacia él. —No quiero que digas nada, quiero que escuches— Repitió sus palabras de antes.
—Vamos a establecer algunas reglas básicas—, comienza Luke. —Cuando ella está aquí arriba, esa puerta permanece abierta—. Luke señaló detrás de él hacia la puerta. —Ustedes dos no podrán estar en ninguno de los extremos de este apartamento—, Luke levantó ambas manos e hizo un gesto hacia los dos lados del apartamento. —Se quedarán aquí, en la parte central de la habitación.
Luke se inclinó al nivel de los ojos de Jess donde se sentó en la silla. —Puedes sentarte en el sofá o en la silla, siempre que los dos estén sentados en asientos separados—, enfatizó. —Si ella está en el sofá, tú estarás en la silla y viceversa.
Jess puso los ojos en blanco ante el dramatismo de su tío. —Lo entiendo, gracias.
Ignoró a Jess y continuó. —Los días de semana la tendrás en casa a las nueve. Los fines de semana, estará en casa a las once—. Señaló con un dedo a Jess. —Cualquier evidencia de alcohol, humo de cigarrillo o cualquier cosa que Nancy Reagan encontraría inaceptable, y no se te permitirá acercarse a 3 metros de ella sin la presencia de un adulto—. Jess no tenía ninguna duda de que Luke mantendría su palabra.
Luke respiró hondo cuando terminó. —¿Están claras estas reglas?
—Sí—, responde Jess con los ojos en blanco.
—Bueno.
Mira a su tío, —¿Puedo hablar?— Luke abre los brazos en señal de concesión. —¿Quieres que te interne o quieres registrarte tú mismo?— Jess bromeó, tratando de aligerar la situación.
—No estoy bromeando aquí, señor—. Luke caminó detrás de Jess para llegar a la nevera. Lo abrió y tomó una botella de agua para él, probablemente para calmar su garganta de tanto gritar.
—Ya sabes—, Jess comenzó a girar en su asiento para mirar a Luke. —Eres mi guardián, no el de ella.
Luke tragó un par de tragos de agua antes de cerrar la nevera. —No necesitas a un guardián—, dice. Jess odiaba admitirlo, pero en el fondo de su mente sabía que Luke tenía razón.
—La pasamos muy bien hoy— comenzó a agitar Jess a su tío. Ganando unas cuantas 'paradas', a su manera. —Quiero decir que no pudimos ser expulsados de Al's, pero lo intentaremos de nuevo mañana.
Luke lo miró fijamente. —Jess, detente.
—¿Qué crees que va a pasar?— Le preguntó a su tío con curiosidad.
—Sabes lo que creo que va a pasar.
Jess inclinó la cabeza muy levemente.—No, no lo se— mintió. Dime qué le voy a hacer.
Esto parece hacer que Luke se sienta satisfecho por alguna extraña razón, sin que Jess lo sepa. —Nada, no vas a hacer nada—. Él dice. —Porque cuando estás en su casa, está María, luego, cuando estás aquí, estoy yo. Cuando estás en la ciudad, están la señorita Patty y Babette, y sabes que estarían muy felices de decirme lo que quieren.
—Romeo y Julieta tenían familias en guerra, y aun así lograron hacer un poco de daño— Jess comentó.
—Tan pronto como te atrape en un par de mallas y hablando como Shakespeare, me preocuparé—. Luke respondió. —Hasta entonces haz tu tarea—. Con eso, Luke salió del apartamento con una sonrisa de suficiencia. Dejando a Jess solo en el apartamento vacío con sus pensamientos.
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—Entonces, en caso de que no lo supieras, mi tío es un chiflado—, le dice a Cassie mientras le sirve una taza de café en Luke's al día siguiente. Él le había explicado todas las muchas reglas de Luke para ellos, lo que provocó que ella negara con la cabeza por el hecho de que Luke cree que en realidad las seguirán.
Se sentó sola en el mostrador mientras Luke le preparaba el desayuno en la cocina. —Sabes que podría escucharte verdad?— Ella le dice entre sorbos de su café.
—Bien— dice Jess. —Entonces tal vez finalmente pueda ingresar por sí mismo en la sala de psiquiatría.
—Pero entonces, ¿Dónde conseguiremos nuestros deliciosos panqueques?—Cassie pregunta justo cuando Luke regresa con su plato de panqueques empapados en almíbar.
Puso el plato frente a ella. —Esto te va a matar—, le dijo monótonamente ante la cantidad de azúcar en su desayuno. Sin esperar respuesta, se dirigió de nuevo a la cocina.
—Él es sólo un rayo de sol, ¿no es así?— Le pregunta a Jess con una pequeña sonrisa en su rostro mientras comienza a cortar sus panqueques.
—Bueno, entonces deberías verlo por las noches— comentó Jess mientras se apoyaba en los codos en el mostrador. —El parecido entre él y Severus Snape es asombroso.
Dejó el tenedor y el cuchillo con un grito ahogado y lo miró con una amplia sonrisa. —¿Fue esa tu primera referencia a Harry Potter?— preguntó emocionada.
En el tiempo que estuvo de regreso en Stars Hollow, logró terminar toda la serie de libros. Puede que haya llorado un poco al final, pero si alguien pregunta, definitivamente no lo hizo. Bueno, Cassie sabía que sí. Simplemente tenía esa manera de saber las cosas sin que tú tengas que decírselo.
Su entusiasmo lo hizo sentirse mareado. Entonces, cuando la besó suavemente en los labios, culpó a que ella fuera tan malditamente linda. —¿Suficientemente buena como referencia para ti?— Le preguntó una vez que se separaron.
—Hm, no está mal para tu primer intento— Dijo ella en broma.
Jess soltó una burla juguetona a su manera. —Bueno, ¿Quién más sería como Luke?
Cassie piensa por un momento mientras sus ojos verdes recorren sus panqueques a medio comer. Ella chasquea los dedos de repente. —Lo tengo—anunció con orgullo. —Ojoloco Moody.
—Supongo que encaja—, estuvo de acuerdo Jess asintiendo con la cabeza. Mira el reloj en su muñeca por un momento. —Termina la comida, tienes que irte pronto—, le dice.
Se suponía que Cassie iría de viaje a Yale por el día. Por eso vino sola, su madre estaba empacando en su casa. Si Jess recordaba correctamente, iban con Rory y Lorelai, además de sus dos abuelos. Lo que hizo que todo el viaje pareciera sacado directamente de Loony Tunes, énfasis en el chiflado.
Una vez que Cassie terminó su comida, Jess recogió los platos. —¿A qué hora volverás?— Le preguntó mientras recogía sus cosas.
—Umm, en algún momento después de las seis y antes de las doce de la noche. —Ella respondió.
—Qué gran ayuda fue esa— comentó Jess.
Ella se encogió de hombros ante él. —No tienes que venir— dice ella. —Me temo que te vas a cansar de mí con lo mucho que te he estado viendo.
—No me voy a cansar de ti— la tranquilizó. Jess sentía que podía verla cada segundo del día y aún así querría más.
—¿Promesa?— Preguntó con una ceja levantada.
Jess pone una cara pensativa antes de responderle. —No— dice a pesar de que ambos sabían que estaba mintiendo.
—Eres malo—, hizo un puchero cuando Jess le sonrió.
—Y tienes que irte— respondió Jess. —Te veré cuando regreses.
—Está bien— dice ella antes de acercarlo para darle un largo beso. Sintió las manos de ella ir a la parte de atrás de su cuello mientras lo besaba.
Jess levantó la mano para acunarle la mejilla, pero Luke los interrumpió en algún lugar de la cocina.—¡Adiós, Cassie!— Gritó para que se detuvieran.
Ambos se separaron con una mirada en dirección a Luke. Ninguno de los dos podía verlo desde el interior de la cocina, pero Jess sabía que Luke se sentía muy orgulloso de sí mismo.
—Adiós— le dice ella con un pequeño beso en los labios.
—Nos vemos, Cherry—. Jess se despidió mientras se levantaba del taburete y se dirigía a la puerta.
Se detuvo con la mano en el mango y se dio la vuelta. —Adiós, Lucas. —Gritó lo suficientemente fuerte para que Luke la escuchara desde la cocina.
—¡Vete ya!—Fue la única respuesta de Luke mientras salía por la puerta con una última sonrisa en el camino de Jess.