PIERRE GASLY POV.
Nunca había sentido mi corazón detenerse por terror.
De hecho nunca pensé tener miedo de algo, jamás pensé que algo de mi trabajo me atemorizaría en algún momento con tal terror.
Jamás me había importado morir haciendo lo que más amaba.
Pero era porque nunca antes había amado otra cosa o a alguien mucho más de lo que amaba el golpe de adrenalina, la sensación que me hacía sentirme vivo, el sentimiento que me llenaba cuando estaba arriba de un monoplaza.
Hasta que llegó ella.
Sentí mi corazón detenerse, las voces hablando, personas gritando y en el fondo como en un lejano eco a Hemma Wolff llamarme a lo lejos. Mi pecho subió y bajó una y otra vez, mi corazón tratando de aferrarse a algo y mis pulmones buscando algo de aire.
Sin embargo me tope con la nada, mientras aún escuchaba sus gritos llamarme, escuchaba como decía que no le hiciera esto y trate. Trate con todas mis fuerzas de pronunciar su nombre.
Sentí los ojos somnolientos la mirada pesada después del pinchazo en mi brazo e hice un ultimo vago intento de abrir los ojos para ver si podía visualizarla pero me fue imposible, mis manos trataron de aferrarse a algo y me sorprendí cuando sentí el cálido tacto de la persona por la cual mi corazón se agita a una velocidad impresionante, trate de regalarle un atisbo de sonrisa, me esforcé todo lo que pude pero lo único que pude hacer es jadear en busca de aire antes de dejar que el negro me consumiera totalmente.
Y el terror volvió a hacerse presente, cuando mi último pensamiento antes de perderme fue que tal vez no volvería a verla.
HEMMA WOLFF POV.
Apreté el vaso del café tan fuerte que lo único que conseguí de nuevo fue quemarme los dedos por el líquido caliente que se derramó, la chamarra de Toto Wolff estaba puesta sobre mis hombros cubriéndome un poco del espantoso frío que hacía afuera.
Esperaba que las puertas de urgencias se abrieran y saliera por ahí la doctora que estaba a cargo.
Charles estaba frente a mí, con los ojos llorosos por su mejor amigo y de manera disimulada tenía entrelazada la mano de él junto con la de Norah.
Supongo que la castaña era su mejor muestra de apoyo en estos momentos. Apenas terminó la carrera ambos llegaron, Charles con las manos temblorosas pidiendo ver a Pierre y yo que apenas y podía hablar cuando los vi.
Me eché a llorar en el hombro de Leclerc cuando me envolvió en un abrazo ante mi silencio.
Mi padre se puso de pie después de un rato, en modo negocios hablando por teléfono. Y odiaba con todo mi ser los hospitales, aún más cuando habían pasado tantas malditas horas del accidente y no teníamos una maldita respuesta, ni siquiera sabíamos qué demonios era lo que ocurría.
¡No sabía si estaba bien!.
Me negaba a creer que algo malo le podía ocurrir, las manos me temblaban y los ojos se me llenaban de lágrimas de pensar que él podría... no.
"Hemma".
George se enderezó en el sillón permitiendo que alzara la mirada para observar a la dueña de esa voz.
Y oh.
Camille Gasly se veía igual de destrozada que yo.
Me puse de pie a toda velocidad y mis manos se aferraron a ella en un abrazo, no tardó en sollozar en mi hombro preguntándome por su hermano, y agradecí la poca fuerza que me quedaba por no hacerlo junto con ella.
Quería decirle que iba a estar bien, que él estaba bien y que solo tenía algunos rasguños.
Pero la verdad era que no tenía ni idea. No podía asegurar eso.
"Mi hermano...". Murmuro aún aferrándose a mi con una voz totalmente cortada. "Mi héroe". Mi corazón sentía una punzada terrible con cada palabra que era citada por Camille.
La rubia se alejó de mí y vi sus ojos, su azul rojizo por las lágrimas y su nariz y mejillas igualmente por el frío.
Se sentía un día de mierda.
No escucho unas palabras de mi parte, su rostro se llenó de decepción y se giró a observar a su madre que venía acompañada de su esposo. Ni yo supe cómo camine tan rápido para aferrarme a ella.
Pascale me recibió en un abrazo que necesitaba tanto, mis ojos no tardaron en comenzar a derramar lágrimas y mi boca no tardó en liberar sollozos. Sus manos me acunaron haciéndome sentir pequeña.
"Venga Hemmy". La voz melosa de mi abuela me hizo separarme y mirar los ojos azules de la madre de Pierre.
Mis mejillas se pusieron coloradas cuando beso dulcemente mi mejilla y me acompañó a sentarnos en un sofá de la sala de espera. Jean el padre de Pierre se excuso dejándonos solas diciendo que iría a ver si podía conseguir información.
"Discúlpeme... discúlpeme estoy aquí aferrada a usted tratando de que me consuele cuando..".
Trato de decir mientras mis manos siguen aferradas a las de ella, sus ojos brillas entre lágrimas y niega.
"Oh Linda". Toma mi rostro entre sus manos y acaricia mi mejilla.
"Es su hijo". Susurro. "Es su hijo y yo... ¡ni siquiera le he preguntado cómo está! ¡estoy aquí solamente llorando en lugar de decirle que..".
"Linda..". Demanda.
"Perdóneme, Pierre.. su hijo esta allá adentro y yo estoy aquí llorando como idiota cuando usted debe de sentir que el alma la abandona".
"Es mi hijo". Asiente en acuerdo conmigo, sacó unos pañuelos desechables y me ofrece uno, el cual aceptó. "Y es el amor de tu vida, así que no menosprecies tu dolor Hemma"
Sin pensarlo ni un segundo la abrace nuevamente. Con fuerza aferrándome a ella, me rompí otra vez, mis sollozos ruidosos, mi llanto y siento de dolor transportado entre ella y yo.
No merecemos esto, no cuando su hijo y yo por fin habíamos logrado perder un poco del temor que le teníamos a amar libremente.
.
Trato de que mis ojos se mantengan abiertos, estoy cansada. La cabeza me duele y mi estómago se siente vacío.
Toto se dejó caer a mi lado y le sonrió agradecida cuando de su abrigo saca un pay de manzana. Perfecto en su empaque.
El estómago se me revuelve con hambre así que lo destapó en seguida llevándome un trozo a la boca. Delicioso.
Mi padre me regala una sonrisa comprensiva y suspira de una manera extraña. No sé cuantas horas han pasado, solo sé que afuera está lo suficientemente obscuro para deducir que es tarde.
"¿Por qué no duermes un poco cariño?". Sugiere mi papá. Mis ojos se comienzan a cerrar poco a poco pero me resigno a dormirme sin saber algo de él.
"Te hará bien". Vuelve a decir.
George llega con una botella de agua y me la extiende. La destapó en seguida y le doy un trago dejando que me refresco un poco. Cierro el empaque donde venía el pay y lo dejo a un lado acurrucándome en el pecho de Toto, sus brazos no tardan en rodearme y una de sus manos acaricia mi cabello.
El lugar se ha quedado en silencio y aunque lo esté evitando aprovecho para cerrar mis ojos aunque sea cinco minutos.
.
Mi descanso no dura casi nada, de hecho el bullicio que se crea poco tiempo después hace que me despierte desorientada. Nadie está a mi lado.
Observo a lo lejos a Toto junto a los padres de Pierre hablar con alguien vestido de blanco.
¡De blanco!
Me pongo de pie y me llevo las manos a la cabeza evitando que el mareo aumente por el movimiento tan brusco. Me tenso de pies a cabeza al notar las expresiones serias de todos los presentes. Pascale tiene una mano en su pecho mientras Camille trata de reconfortarla, el padre de Pierre está unos pasos detrás de ellas y se marcha cuando la doctora termina de hablar.
George llega a mi lado Toto se marcha furioso detrás del médico que estaba detrás de la doctora de mechas rojizas.
"Hemma". George me habla.
"¿En un sueño profundo? ¿Debido al Propofol?". Pregunto.
La doctora se acerca casi con timidez y nos murmura que pasará a Pierre a una habitación para que pueda descansar como es debido.
"Hem...".
"¿Que demonios significa eso?". Gruño. Los brazos de mi mejor amigo me envuelven en un abrazo apegandome de nuevo a él.
Ya no sé en que pensar, mi cabeza no deja de dar vueltas una y otra vez en Pierre y cuestionándome como está. Trato de no llorar y me encamino al sanitario de damas para mojar un poco mi rostro.
Cuando salgo de los sanitarios la misma doctora de la cual desconozco su nombre y que se ve sumamente cansada me dedicó una sonrisa comprensiva y se acerca con algo de duda a mi.
"¿Quieres verlo?". Me dice, no sale si quiera como cuestión. Sale como un leve murmullo parecido a una sugerencia. "Supongo que le hará bien sentir tu presencia".
Entreabro la boca sin saber qué decir. Mi corazón golpea con fuerza y lo único que quiero hacer es echarme a llorar en su pecho y me diga que está bien. Que me ama y que podemos ir a casa.
"¿Por qué no vienes a verlo primero que todos?".
No necesita siquiera que conteste, su mano con total confianza se engancha en mi brazo y tira de mí obligándome a caminar a un lado de ella.
Las manos me sudan cuando abre la puerta de la habitación. El pasillo está completamente desierto y el olor hospital al cual ya me estoy acostumbrado parece ahí yacer con más fuerza.
Lo primero que divisó cuando abre la puerta es el ventanal abierto, el aire se cuela un poco dejando que la habitación se refresque, hay una puerta que quiero imaginar da al baño y a la derecha, en medio de la habitación está el.
Los ojos inmediatamente se me llenan de lágrimas, la máquina que marca los pitidos de su corazón suena y es la señal que ocupo para avanzar a un lado de su camilla.
Mi corazón se apachurra aún más al verlo con los ojos completamente cerrados como si estuviera dormido.
Oh Pierre.
Casi con miedo bajo mi mano derecha y me atrevo a tocar su mejilla. La doctora me da una cálida sonrisa y desaparece por la puerta después de indicarme que volverá pronto.
El estómago se me revuelve de nervios mientras lo analizo. Su cara no tiene ningún rasguño más que uno del lado derecho en su mejilla, es un pequeño corte que estoy segura que en unos días sanará. Bajo la mirada y observo sus brazos descubiertos, su torso está cubierto por esa horrible bata blanca típica de los hospitales, el cuello no parece tener ningún rasguño y lo agradezco, sus brazos están perfectas a excepción de su muñeca izquierda la cual tiene una pequeña venda en esta.
Entrelazo mi mano con la de él después de jalar la silla que hay en la habitación, tomo asiento a un lado de él. Acaricio sus nudillos y observó que los anillos que siempre trae con él los han dejado sobre la pequeña mesita que hay a un lado.
Están sus anillos, las pulseras y el dije de cruz con la cadena que yo le obsequie. Intuitivamente me llevo la mano al cuello y tomo entre mis dedos la que antes era de él.
Trago saliva y me coloco la cadena que ahora es de él teniendo las dos juntas en mi pecho.
"Si te sientes mal te amaré el doble cariño". Susurro, apoyo mi frente en su mano antes de besar el dorso de esta. "Pero más te vale que despiertes.. aún debes de escuchar mi respuesta mientras me susurras que me amas".
Me quedo con él un rato más, de hecho no se cuanto tiempo lo hago. Me sacan de ahí cuando la doctora va a despertarme al día siguiente por la mañana van a tomar más muestras supongo para el laboratorio. Después de eso ella desapareció jurándome que estaría al pendiente del caso del francés.
Han venido Carlos, Lando, Max, Gigi y Daniel por la noche.
Llore aun mas cuando fueron los brazos del español los que me acunaron.
Con los ojos perdidos, dejo un beso en la frente de Pierre y lo veo por un segundo.
"Despierta, mi amor...". Digo en un susurro, seguido de salir de la habitación.
Con la manga de la sudadera que llevo puesta, me limpio una lágrima que descendió por mi mejilla y camino instintivamente a la cafetería.
Mis ojos alcanzan a visualizar una mesa vacía, así que rápidamente voy a ella y me siento para sacar mi celular del bolso de mis jeans.
Tiene un montón de notificaciones que me dan demasiada pereza revisar, así que de nuevo lo apago y recargo mi mentón en la palma de mi mano viendo hacia algún punto en la mesa.
"Hemmy...". Reconozco perfectamente la voz que me llama, es Charles.
Está igual o más devastado que yo, no ha querido poner un pie fuera del hospital, sus ojos rojizos y una sonrisa nostálgica me da a saber de inmediato que ha estado llorando aún más.
"Toma". Me deja un café y se sienta frente a mí.
"Gracias". Le agradezco y me acercó el pequeño vaso de café del hospital.
No es que me agrade demasiado pero es lo único que ha entrado en mi estómago estos días.
"Hola". La madre de Charles toma asiento en la silla vacía junto a su hijo y frente a mi. No tengo idea de a que hora llego, pero por su apariencia quiero suponer que no hace demasiado tiempo.
"No me imagino ni cómo es que se sienten". Murmura, aunque en el marrón de sus ojos puedo ver comprensión y apoyo.
"Deben seguir fuertes". Nos dice al monegasco a su lado y a mi.
"Son lo que Pierre más ama en todo este mundo y necesitan darle fuerza para sacarlo de esa cama de hospital". Deja el café en un lugar y sus manos toman una nuestra, para darle un apretón.
"Hemm, ya merecen felicidad". Me habla primero y puedo comenzar a sentir como de nuevo un fuerte nudo de forma en mi garganta y pocos segundos después ya una lágrima baja por mi mejilla. Pierre adora a esta mujer, es como su segunda madre, lo se.
Su mirada ahora va en dirección a su hijo.
"Mi amor, tú mereces dejar de sufrir con una pérdida más". Esas palabras incluso me duelen a mi y mi corazón se remueve, Charles ha pasado casi lo mismo que yo, digo casi porque él ha pasado por más y ha sabido perfectamente cómo sobrellevarlas, cosa que yo sigo sin aprender.
Los ojos verdes de Leclerc se llenan de lágrimas en un abrir y cerrar de ojos, y finalmente rompe en llanto, quita la mano que tenía debajo de la de su madre para tapar su rostro y luego las baja.
"Perdón". Se levanta de su lugar y sin poder aguantar más, camina lejos de nosotras, veo detrás de Pascale y puedo observar como Norah sale disparada detrás de él.
"No soporto esto". Digo, recargando mi espalda en el respaldo de mi silla, con la mirada en el techo.
Ya ni siquiera controlo las lágrimas, bajan desesperadas por sí solas y mi corazón late con fuerza todo el tiempo, solo espero que esto no me afecte.
Mi mente se pierde en lágrimas, mientras escucho unas últimas palabras de Pascale y seguido siento mi cuerpo desvanecer por unos segundos pero simplemente termino débil con mis codos recargados en la mesa y con mis manos agarrando los dos lados de mi cara.
Ya no aguanto más, mi corazón deja de soportar poco a poco pero me digo a mi misma que debo de seguir, porque el amor de mi vida está postrado en una cama inmovilizado y las palabras de la madre de Charles me deben de servir, tengo que darle fuerza para que él también siga.
De pronto siento un repentino dolor en mi estómago que me hace pararme y correr directo al baño con la mano cubriendo mi boca. Pascale me observa preocupada por mi repentino movimiento, no escucho con claridad lo que dice.
Me cruzo a varios médicos que me miran y me dicen si necesito ayuda pero me es imposible responder pues entro rápidamente a un baño, me inclino sobre el retrete y vómito cualquier mínima cosa que haya entrado en mi.
Mi mente da vueltas mientras con dificultad mi estómago da repetidas arcadas tratando de expulsar lo que tengo dentro. Y recapitulo lo que ha sucedido, mi periodo ha estado como un sube y baja estos meses, pero ahora se ha retrasado. Y no quiero ni siquiera pensar en... no.
Tiro de la cadena y me dejo caer contra las baldosas frías del piso.
"No es verdad... no puede ser". Repito tantas veces como puedo.
Debe ser una jodida broma.
Saco mi celular con manos temblorosas de la bolsa de la chamarra de mi padre, me talló la cara aún más frustrada que antes y con los nervios consumiéndome.
Oprimo la app de mi calendario menstrual y el alma se me viene al piso. Pronto se cumplirán dos meses de la ausencia de mi periodo. Pero los meses anteriores estuvo presente.
Es imposible que esté embarazada.
Debe ser un desajuste hormonal o alguna mierda así.
La última vez que me acosté con Pierre fue en su cumpleaños, en esa noche del demonio y yo...
Me llevo una mano al pecho algo decepcionada. Me pongo de pie y me miro en el espejo antes de inclinarme y mojar mi rostro seguido de enjuagar mi boca retirando el olor asqueroso de esta.
Sin asimilar aún el episodio que acabo de sufrir inconscientemente me llevo ambas manos a mi abdomen.
En un impulso estúpido.
Un hijo de Pierre, eso sería... fuerte.
Los nervios vuelven a traicionarme haciendo que derrame un par de lágrimas de nostalgia, ¿Qué rayos sucede conmigo?.
"¡¡HEMMA!!". Me es imposible seguir pensando pues unos fuertes golpes en la puerta y la voz desesperada de Charles Leclerc me interrumpen.
"¡HEMMA PIERRE DESPERTÓ, VEN RÁPIDO". Sus palabras me alarman y aceleran mi corazón una vez más, de inmediato me limpio las lágrimas y abro el grifo para mojar nuevamente mi boca seguido de limpiar con la manga de mi sudadera el agua restante alrededor de mis labios.
Abro la puerta sin importarme mi mal aspecto y tratando de no tropezar con las personas que están caminando de un lado a otro.
Mi cerebro procesa tan rápido las palabras que ni siquiera me da tiempo de esperar el maldito ascensor. Escucho voces de las enfermeras llamándome y doctores reprochando porque voy corriendo.
El terror me consume cuando llegó a la habitación, no hay nadie afuera y sacudo la cabeza tratando de recordar las palabras de Charles asegurándome que no fue una broma o un producto de mi imaginación.
Pero no es así. Abro la puerta de golpe y veo a Pierre con el ceño fruncido observando a la doctora de la noche anterior. Sigue luciendo igual de cansada y puedo casi jurar que es de la misma edad que yo. De hecho aseguraría que hasta un poco más joven. Tiene el cabello húmedo y no puedo creer que ni siquiera han pasado 10 horas desde que ella se fue de aquí cuando ya está de regreso.
"Y ahí está...". Habla ella. Pierre voltea la cabeza y su mirada azulosa me descoloca por unos segundos.
Parece que el tiempo se detiene ya que ninguno de los dos dice nada mientras la chica sigue tomando sus signos vitales, una risa escapa de sus labios cuando la máquina emite pitidos más apresurados y las mejillas de Gasly se tornan rojas.
Avanzó y en menos de dos segundos ya tengo entre mis manos su rostro analizando cada parte de este, me trago el nudo que se ha formado en mi garganta y gruño molesta cuando no hace nada más que observarme. Me abalanzó sobre sus labios y parece en shock unos segundos hasta que entreabre su boca permitiéndome acceso.
Pero no. Me detengo y me aparto de él.
"¡Como mierda se te ocurrió desobedecerme!". Espetó furiosa.
Su mirada pasa de confundida a aún más confundida.
"Pierre..". Susurro más tranquila al ver que no sabe qué decir. "Me asuste muchísimo. Amor no vuelvas a hacerme esto nunca más...".
Sus manos toman delicadamente las mías, me dedica una mirada tranquila y dirige su mirada a la doctora un momento para después volverla a posar en mi.
Las palabras que menciona justo en el momento en que la habitación comienza a llenarse de gente hace que los ojos se me llenen de lágrimas y las palabras se queden atascadas en mi garganta.
"¿Quien eres?".
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AH QUE NO SE LO ESPERABAAAAN 🫣🫣
todos al ver el final
ustedes
yo al saber que las dejaré así por otro pequeño lapso de tiempo 😂