Daniel
Esto esta mal. ¿Ella quedarse en mi casa? ¿Dormir bajo el mismo techo que ella? ¿En que pensaba? Evangeline. En ella.
¿Por que ella?
Llego a casa, me estacionó en el jardín y entro, al hacerlo noto que la sala esta vacía, camino hacia la cocina y justo al pasar el umbral me detengo atónico.
Veo como Evangeline tiene huevo en la cabeza, Bruno harina e igualmente huevo o lo que queda de este en la cara y bastante humo en la estancia, la isla de la cocina echa un asco o peor.
-¿Seguro que así va la receta, tío?-pregunta mi nena metiendo sus manos en un tazón, mientras el imbécil de mi hermano bate algo en otro traste.
-Sí creo, pero tranquila estamos solos, no le digas a tu papá y ahorita que terminando nos bañamos o sino nos matan, a ti mi hermano y a mí tus abuelos.- contesta Bruno, Evangeline saca sus manos del tazón y se lame los dedos embarrando sus mejillas de la mezcla, su cara se hace una mueca de asco.
-Esto sabe horrible , ¿Qué le pusiste tío? - Bruno va en busca de su teléfono y lo toma, frunce el ceño al ver la pantalla.
-Lo último que le agregué fue... azúcar- toma el pequeño contenedor de azúcar pero lo analizo bien y es la sal, Bruno se percata abriendo sus ojos como platos rotos.- Qué imbécil- murmura y ve a Evangeline.-Pues acabamos de inventar las galletas saladas pequeña.
Ante su confesión el rostro pálido de mi nena se enrojece.
-¿¡Sal?! ¡Llevamos aquí 3 horas, tratando de hacer galletas! ¡Y les pones sal!- exclama muy enojada y sin verlo venir, le lanza de la mezcla en sus manos al rostro y se defiende Bruno echándole harina en la cara, pero le cae en la boca causándole tos.- ¡Ay! ¡Bruno Eduard Dagger Chadburn!-
-¡Evangeline Chelsea Dagger Chadburn de Barbrow! ¡Te voy acusar con mi hermano...!
-Ya no es necesario Eduard, yo ya estoy aquí y yo le diré a mis papás- anuncio mi presencia y los 2 niños pequeños me miran aterrorizados, la cara de Evangeline se torna roja y poco a poco camina lento- Alto ahí jovencita- advierto y me sonríe inocente- Y no Evangeline, tu sonrisa tierna ya no tiene poder- de inmediato se desvanece el gesto, me cruzo de brazos- Estas en serios problemas.
Miro a Bruno e igualmente me sonríe.
-Y tú Eduard, estarás en graves problemas sino limpias ya el sagrado espacio de la terrorista que puede ser Annabet Eleanor Chadburn Gastrell, y puede llegar a traumarte, te lo digo por experiencia.- Un escalofrío da mi espalda. De nuevo veo a Evangeline y me saluda con la mano.
-Hola papi, estás muy pero muy guapo ¿lo sabías?
-Sí sabía que era guapo desde que me vi en un espejo gracias, ahora tienes 20 minutos para irte a bañar y arreglarte, que vamos a salir.- Anuncio y salgo de la desastrosa estancia camino a las escaleras, pero oigo los pasos de mi niña tras de mí. Sonrío interiormente.
-¿A donde? ¿Vamos a ver tu coche de las carreras? ¿A Marck? ¿Iremos al parque?- me bombardea con preguntas, se postra frente a mí y trata de poner sus manos todas sucias en mi pantalón, retrocedo, la señalo con el dedo.
-No me toques que estas toda sucia, mejor ya vete a bañar o voy solo yo.- sigo mi camino y llego a la segunda planta camino a mi habitación, trato de pasar y de nuevo se pone frente a mí la pequeña.
-¿A donde?
-¿No quieres ir a ver a Ruth?- cuestiono enarcando una ceja, su rostro se ilumina y empieza a saltar.
-Sí, sí, sí, sí...- se detiene y me frunce el ceño- ¿Me llevarás con Ruth, por que?
-Hicimos un acuerdo.- Tomo aire para decirle la noticia.- Ella... vivirá con nosotros, a partir de hoy e iremos por sus cosas.
Ante la noticia grita y vuelve a saltar.
-¡Si te gusta Ruth!- exclama y mi cara se descompone.
-No me gusta, solo que está en una situación... difícil y busco ayudarla, además para que pueda hacer mejor su trabajo hago este cambio... pero, ¿Estás de acuerdo?
-¡Obviamente Daniel Felipe Dagger Chadburn de Barbrow- dice todo mi nombre y le pongo mala cara, ella lo nota, se encoje de hombros en respuesta.- No es mi culpa que mis abuelos te hayan puesto el abecedario de nombre Felipe.
-Ya vete a bañar CHELSEA- remarco su segundo nombre y enrojece.
-Por tu culpa también tengo el abecedario como nombre, ayer en la escuela al decirlo, me sentí como recitando un poema o un trabalenguas.- Me cuenta su anécdota y río. Porque así fue para mí tener que decirlo en todas las etapas educativas que pase .
-Se lo que se siente nena, ahora ve a ducharte rápido o voy so...
-¡Voy contigo!- me interrumpe y se echa a correr a su cuarto, pero sin verlo venir se cae de cara al suelo. Me alertó, pero inmediatamente se pone de pie.- ¡Estoy bien, no me dolió!- exclama y se encierra en su cuarto.
Niego con la cabeza divertido y entro a mi cuarto, tomo asiento en mi escritorio, abro mi laptop y enseguida me llega la noticia que estuve esperando todo el bendito día.
¡Felicidades Daniel Dagger, haz entrado en el top de selección en representación del Reino Unido, en las 500 vueltas por el mundo!
Salto de la silla y alzo los brazos eufórico.
-Lo logré, lo logré, lo...- anuncio contento por toda la habitación pero mis palabras cesan al verla vacía. No hay nadie.
Bajo mis brazos y voy a un cajón de mi armario, de este saco una foto, regreso y recuesto mi espalda en la pared deslizándome en esta para quedar sentado en el suelo, con las rodillas en el pecho. Siento ese nudo en la garganta formarse, ese pinchazo en el pecho. Veo la foto en mis manos. Somos Lizbeth y yo, tomé la foto el día en el que le propuse ser mi esposa... lo cual había aceptado.
Al ver mi sonrisa tan pura y sus ojos azules brillando, no lo tolero más y las lagrimas bajan por mis mejillas. Recuerdo lo que dije en ese día.
Hemos pasado bastantes cosas juntos, hemos reído, llorado al lado del otro, conocemos las sombras, fantasmas del otro... así que te ofrezco mi amor, mi cariño, mi corazón y con todo eso y más te pregunto: ¿Te casarías conmigo?
Que iluso.
El amor tan grande que tenía por ella me cejo y no me dejo ver la realidad que se avecinaba. Y ahí fue cuando conocí una parte de Lizbeth guardaba, misma que fue la que mato mis ilusiones, sentimientos, e ilusiones al amor.
En ese momento mi celular suena, lo saco del bolsillo y veo un mensaje de Mark.
(Tenemos problemas, y graves Dagger, te necesito en la pista 04 mañana a las 3 de la tarde)
Leo el mensaje y seco mis lágrimas, me levanto del suelo, guardo en el cajón de mi escritorio la foto y agarro el celular, abriendo el nuevo chat de la castaña, guardándola como: Princesa castaña.
Veo su foto de perfil. Es ella misma sosteniendo un par de pinceles sonriente y atrás de ella un lindo atardecer en la playa.
Miro los mensajes que acaba de mandarme.
(¿Vendrás o no Daniel?)
(Hace mucho frío y heme aquí esperándote, en serio Dagger 😠😠)
(¡¡Ven ya que tengo frío y hambre!!)
Sonrío inconscientemente por el último, pero al percatarme niego con la cabeza. Tecleo respuesta.
(Ya vamos, desesperada)
Enseguida se marca como leído y aparece el "Escribiendo".
(No se si necesitas lentes o no hay ventanas en tu casa, pero esta lloviendo, estoy bajo el mismo diluvio de Noé)
Al leer el mensaje abro la cortina de mi ventana y efectivamente, el cielo se desmorona.
-Mierda- maldigo y escribo respuesta.
(En 5 minutos te veo pero, ¿Por que no te metes suicida?)
(¡Que gran pregunta! será porque me han cerrado la reja de la universidad y estoy sola en plena tormenta a media acera)
(¡¡YA VEN GUEVÓN QUE ME CAGO DE GRIO!!)
(FRÍO*)
Apago el celular guardándolo en mi bolsillo. Salgo de mi habitación y toco la puerta de Evangeline.
-Nena ya vámonos o voy so...- no termino de hablar porque está se abre dejándome ver a Evangeline con el cabello enmarañado, con un pantalón y su abrigo. Se me sale una pequeña risa y me mira amenazante.
-Guárdate las risas papá y vamos por tu enamorada que se va a resfriar.- Sale del cuarto y yo tras de ella, frunzo el ceño ante su comentario.
¿Qué parte de que no es mi enamorada no entiendes jovencita?- empezamos a bajar las escaleras.
-Esa de que no lo es, o sea tu negación- responde, veo a Bruno aún en la cocina.
-¡Vamos a salir, regresamos en un rato y ya limpia la cocina sino quieres perder los productos de gallina animal!- exclamo en la puerta y salimos.
◈◈◈
Después de 15 minutos en coche diviso en pleno diluvio diría ella, su cuerpo en la acera.
Sin pensarlo me quito el cinturón, pero veo por el retrovisor que Evangeline también quiere salir y la detengo.
-Tú te quedas aquí...
-Pero...
-Pero nada estrellita obedece-demando y salgo a la lluvia corriendo hacia ella. Tomo sus maletas y sin verlo previsto me da una bofetada.
-¡AHHH! ¡DEJA MIS COSAS PINCHE CUCHO RATERO!- Exclama y empieza a golpearme.
-¡Maldita loca, soy yo Daniel!- respondo molesto y con dificultad por la lluvia veo como sus ojos se abren como platos.- Entra al auto, yo llevo las cosas.
Sin decir nada hace lo que pido y tomo las 3 maletas que ha dejado, metiéndolas 2 a la cajuela y otra al asiento trasero.
Entro en el coche empapado y giro para encontrarme a la castaña igual.
-Se ve que Dios se ha enojado ¿Qué no?-Dice Evangeline en un intento de parar las asesinas miradas que damos el uno al otro la castaña y yo.
-Lamento el gol...
-Guárdate las disculpas y silencio ambas- sentencio.
-Menuda melona que traigo y tu con tus guevonadas y se llego a enfermarme pues esta vaina se prendió. murmura y no logro entender, arranco yendo a casa.
-Rézale a la virgen no a mí, castaña- hablo enojado y no contesta dejando el auto y el resto del camino en silencio.
Al cabo de unos 30 minutos llegamos a la casa, Evangeline y Ruth entran y yo con las maletas. Ambas se quedan paradas.
-Evangeline lleva a Ruth a su habitación.
-La que está a lado de la mía- responde mi nena y la toma de la mano jalándola de la mano, voy detrás de ella con las maletas en mano. Llegamos y efectivamente Evangeline abre la habitación a lado de la suya, nuevamente jala a Ruth adentrándola, esta la examina en silencio.-¿Te gusta?
-Ah... sí, es linda y espaciosa, esta bien y no es por arruinar el momento pero ¿Dónde esta el baño?- pregunta en un susurro, dejo las maletas a media alcoba, señalo la puerta enfrente.
-Es ese, la habitación a lado es la de Evangeline y la mía esta a lado del baño, las demás puertas son de mis padres y hermanos pero para mañana estas serán para huéspedes. Al rato hablaremos de esto.
-Bien.- asiento y mira a Evangeline, ella le sonríe sin soltar su mano.- Am... ¿me puedo meter a bañar?- pregunta un tanto incomoda.
-Claro ¿Tienes hambre?.- respondo, pone mala cara y recuerdo su mensaje.
-No, solo siento como mi estomago se ha de comer mis intestinos, nada grave- habla en sarcasmo.-Bueno... pues...- Trata de deshacerse del agarre de Evangeline pero ella la sostiene con fortaleza.
-Ya déjala- Digo a Evangeline, pero ella solo mira embelesada a Ruth, me acerco a ella, la tomo de la cintura por un brazo.- Ya déjala pequeña- sigue sin soltarse.
-Daniel me va arrancar el dedo- dice asustada Ruth y en un jalón se suelta la nena.
-Eres muy linda, entonces por eso eres la enamorada secreta de mi papá.- confiesa la nena loca pegada a mí siendo cargada en un brazo. Ruth me ve asustada.
-No le creas, si hace rato me abofeteaste, te conocí en un casi asesinato...
-Casi nos volvemos matones- Añade Evangeline.- Y es por eso que le gus...- paro las tonterías de mi hija cesan porque mi mano tapa su boca.
-Báñate, nos vemos en la cocina- hablo demasiado rápido y cierro la puerta, dejo a Evangeline en el suelo quitando mi mano de su boca.-como jodes con eso de que me gusta, no me gusta y deja de decir esas tonterías.
-Número 1 no digas graserías conmigo sino quieres que le diga a mi abuelita y 2 yo se que te gusta solo tú, tienes que aceptarlo y ¡pum! ya no llorarás en la noches, ni te cortarás en el baño papi y por fin podrás dejarás de viajar mucho para estar con ella y conmigo, yo lo sé.- dice segura y besa mi mejilla. Me quedo atónico ¿Cómo sabe eso?
-¿Como sabes eso, pequeña?- pregunto asustado.
-Una vez entre a tu baño y te vi con algo gris en la mano, mientras a tu brazo le salía sangre y tú llorabas, pero me saco la tía Laura y se que lloras porque una noche baje a la sala y te escuche llorar en la barra de la cocina, pero tranquilo se que ella es a quién buscas... es la indicada.
-Mira nena, lo que yo hago no esta bien y te pido disculpas se...
-No- me corta y toca mi mejilla- Se que te sientes solo como yo, yo también quiero alguien para llamarle mamá, tú siempre has sido mi papá y mamá a la vez lo cual me encanta, pero ayer que vi a mis compañeros con sus papás me puse triste, pero recordé que tú eres mi papá... mi princesa diamantina... mi súper y guapo chulo papá- besa mi frente y se va a las escaleras.
Me quedo unos segundos ahí parado. Ella sabe lo que hago. Eso está mal.
◈◈◈
Ahora mi niña y yo estamos en la cocina, Bruno se fue a dormir y no limpio, tratamos de quitar las manchas. Afortunadamente mis papás y Laura se quedaron en el departamento de ella, solo por esta noche.
-No se puede, papá- reprocha con el trapo en mano Evangeline.
-Recuérdame porque la cocina esta así nena.
-Mi tío y yo pensamos que sería bueno hacer unas galletas o un pastel de despedida para ellos y buscamos en internet los ingredientes, pero empezamos a jugar.
-Su juego hará que tu abuela se los coma vivos...
-¿Que hacen?- una tercera voz se une en la estancia, veo parada a la castaña recargada en el umbral de la puerta, sin filtro la examino con la mirada. Lleva unos pantalones de peluche con figuritas de osos y una sudadera holgada junto a su cabello trenzado.
-Quitando o tratando de limpiar el desastre que hicimos mi tío y yo- responde Evangeline y la castaña se adentra.
-¿Qué intentaban cocinar?- pregunta curiosa y se postra a lado mío.
-Según galletas, pero como podrás ver, termino en desastre- hablo tratando de limpiar la mancha de mezcla.
-Así no se va a quitar, es mejor con una fibra de lava trastes- sugiere la castaña y Evangeline y yo la observamos.- ¿Puedo ayudarles? Porque al paso que van no podrán.
-Por favor Ruth, o sino mi abuelita se va de una cólera- comenta Evangeline asustada.
-Bien dividamos el trabajo ¿Ok?
-Bien, solo porque sino limpiamos esto a la velocidad de la luz mi mamá me deja sordo con sus regaños.
-Bueno, Evangeline tú limpiaras la barra y recogerás los platos sucios, Daniel, lavarás los trastes y yo haré las galletas ¿De acuerdo?
-Listo- decimos al unísono los 2 y empezamos a ordenar.
1 hora después
Quién diría que la castaña se entendiera con la cocina.
Seco mis manos con el trapo, mientras Evangeline y Ruth ponen en platos las galletas recién salidas del horno.
Veo la escena, junto a la sonrisa tierna de Evangeline. Está feliz y si ella lo está yo estoy el doble.
-Papá, ¿puedo agarrar tantita leche? Ruth me ha dejado comer 3 galletas.
-Sí nena- Ruth, abre el refrigerador y saca el envase, me observa y se percata de su acción, trata de hablar pero me adelanto- Es tu casa ahora, calma castaña.
-Gracias y trataré de no ser un...- traga grueso- un estorbo.
-No serás Ruth, me cuidarás a mí, ahora yo soy también tuya, tu estrellita- sonríe Evangeline, besa su mano y agarra 2 vasos del escurridor.- Toma leche conmigo.
Sirven la leche en cada vaso y ambas toman sus 3 galletas.
-¿No quieres?- pregunta con la boca llena como ardilla Ruth.
-No castaña, no me gustan las galletas, soy más de panqueques, disfruten- Me quedo embelesado la escena ante mí, Y por primera vez veo que Evangeline brilla más fuerte.
◈◈◈
Después de comer ambas, se quedaron hablando hasta que Evangeline se moría de sueño.
-Descansa Evangeline, sueña bonito- se despide Ruth y quita un mechón de cabello de Evangeline de su rostro.
-Descansa Ruth y gra... gracias por ser ahora sí, mi princesa unicornio... ¿Mañana jugaremos?- murmura Evangeline.
-Sí, puede que si.- contesta tierna la castaña.
-Duerme mi estrellita, te amo 3 millones.- me despido y beso su frente.
-Te amo 3 millones papi- cierra sus ojos al fin descansando.
Salgo del cuarto con Ruth a mi espalda, cierra la puerta y gira hacia mi.
-Tienes una linda hija...
-Gracias es igual a su padre.-Le interrumpo y solo me regala una sonrisa divertida.
-Bueno... Sí tú quieres creer eso adelante.-Ante su murmuro frunzo el ceño.
-¿No crees que soy lindo?-Le pregunto incrédulo.
-Brad Pitt te gana, lo siento.-Se encoge de hombros sonriendo.
-Yo soy la octava maravilla del mundo.-Sigo su juego y suelta una risilla que silencia con su mano tapando su boca.-Ve a dormir, Ruth.
Termino por cortar la conversación y doy la vuelta para entrar a mi habitación, pero su toque en mi hombro me hace girar a verle cansado.
-¿Ni un " Oye Ruth, gracias por limpiar mi cocina y hacer las galletas"? - pregunta esperanzada a lo cual sonrío.
-No, ve a dormir castaña.
Sin esperar respuesta cierro la puerta y me despojo de la camiseta para caer en la cama.
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Su estrella ha de saber lo roto de su luciérnaga.
Y ambos han de esconder sus sombras, en la soledad que los carcome .
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Hola buenas madrugadas. Antes que nada lamento la hora pero si me tarde en escribirlo como mil veces pero ya está. Bueno y gracias por todo el apoyo que han estado demostrando a este trío, amo leer sus comentarios. Gracias <333
Ahora el lunes ya será actualización para mi otra historia pero como me entusiasma este proyecto PUEDE SER QUE EL VIERNES SUBA UN PEQUEÑO CAPÍTULO. O como vaya mi semana.
En fin eso es todo por hoy.
Comenten los leo.
Con amor y besos sabor sandía.
-M.J-