Un pequeño bebe habia sido abandonado en el templo por una mujer que solo andaba de paso en el pueblo. estaba apenada de sus decisiones, y apenas pudiendo dar la cara ante los cuidadores de el templo por lo que haria, solo dejo al pequeño ser dormido a las puertas de el mismo y se marcho para jamas regresar.
En ese mismo momento estaba a punto de largarse una tempestuosa llovisna, y muy al contrario de lo que aquella mujer penso, la niña no habia sido encontrada hasta el dia siguiente en que una chamana la oyo llorar cerca de un arbol a los pies de una estatua de roca y un lobo, que rodeandola con su cuerpo, le proporsionaba calor. La chamana, mas conocida como una famosa sacerdotiza por los lugareños, acogió a la niña como una señal de el destinó y la llamo jeong ji, segura de que esta habia sido traida por los dioses y sido encomendada a su cuidado para cumplir un deber sagrado, enseñandole a partir de ese momento todo lo que ella debia saber para ser excepcional, unica y encantadora, criada con las enseñanzas y el respeto a los dioses que le habian salvado la vida, casandose mas adelante con un honrado muchacho de el pueblo quien pretendió su mano con creces de respeto a las tradiciones, teniendo 3 hijos con el mismo, los cuales crecieron fuertes y valerosos, siendo también fieles creyentes de la leyenda de el sol y la luna. Sin embargo ji, cada año, agradecía a los dioses la vida que había tenido, recluyendose a resar en los tiempos en que el templo quedaba vacío, usando vestimentas tradicionales y dando multiples ofrendas a los dioses hasta que un dia estos respondieron a su fidelidad con una misión. En esos tres dias en que la mujer se recluyo a resar los dioses liberaron de su forma animal al mismo lobo que tan solo siendo un bebe la había rescatado de la muerte para que estuviera con ella, apesar de que al principio no estaba segura de engañar a su esposo, ambos engendraran a un niño que presuntamente, gracias a la sangre pura de su padre, seria un alfa, estando juntos durante esos tres dias y noches, naciendo también un amargó amor al ji comprender que, incluso con todo el terror que de las leyendas había nacido hacia ellos, aquel muchacho de ojos ambar que no pasaba de los 27 años y que le superaba solo por 6 digitos, era tan dulce e incluso mas humano que todos los seres mismos vivos en la tierra, amandose hasta el ultimo momento, de el ultimo día, en que este volvió a convertirse en una bestia, y mirando hacía atras con su porte greñido de fuerte lobo negro, se despidió para siempre de la persona que le llego a enamorar. Jeong ji quedo embarazada de un varón que desde su nacimiento poseía los rasgos caracteristicos de su padre, contando con su nariz, pelo amarronado y labios finos, siendo solo diferente al carecer de esos ojos ambar que recordaba con anhelo, dandole lo unico que la mujer había podido aportar con tristeza como recuerdo de ese amor que debía ocultar ante el mundo, el nombre de aquel ser mágico que se desvaneció en el bosque.
-jungkook...- la mujer miro con pena a cada persona atemorizada por la repentina oscuridad que los acechaba interrumpiendo sus rezos, sofocando un lamento cuando su esposo coloco una de sus manos en el hombro de la misma llamando su atención, revelando una leve lagrima que había dejado caer por inercia a los recuerdos.
Por otro lado Jungkook conocia los nuevos placeres hundiendo su nariz en la garganta de el hombre, que con brazos abiertos, lo habia resivido en su nido con los sentimientos a flor de piel, soltado genuinos suspiros cuando sintió el tacto de él macho, que apacible roso su cuerpo pragmático a querer recordar fielmente el primer contactó entre ellos. Se había mirado durante minutos con severa intensidad por cada momento en que despegaban sus bocas, dejando besos y langidas mordidas en la piel de el otro mientras liberaban las mas radiantes feromonas para solventar las necesidades de ambos con mas pasión, sintiendose enloquecidos por como sus cuerpos se alineaban perfectamente para querer ser uno con tanta facilidad.
Jeon se habia convertido en un alfa completo y sus fauses se podían ver sobresalir cada que su boca gesticulaba un severo quejido angustioso de querer mas y a la ves no poder parar de disfrutar de la boca de su amante. Había duplicado su tamaño considerablemente siendo mas grande que el mismisimo hombre que debajo de su cuerpo con piernas abiertas trataba de desacerse de la ropa que aún el muchacho traía encima incluso luego de haberse tansformado en un lobo por primera ves, rogando mas contacto de el ya impuesto entre ellos con sus piernas casi temblando por el deseo de que este mismo completara sus entrañas, teniendo su entrada completamente humeda en espera de que el hombre que insistente le tocaba cada parte de su cuerpo entrara. Cosa que no debio eserar mucho mas, ya que al poco tiempo, apunto la cabeza de su miembro la parte intima del contrario, y arrastrando facilmente desde los tobillos al muchacho, planto sus brazos a cada lado de ma cabeza del muchacho mietras este mismo se sujeta de su cuello, apenas pudiendo retenerse a si mismo cuando la excitante sensación de calides lo envolvio al entrar, quejociando de pena por él dolor prematuro y extraño en su parte baja.
Jungkook estaba tan inquieto e incapaz de contenerse que casi y no se resistía a sus nuevos instintos, manteniendose lo mas calmado posible por aquella consciencia que aun mantenía, incluso con sus insistentes ganas de continuar, no queria lastimar al chico, respirando profundo y dejando que poco a poco con cada beso de consuelo que le daba en el rostro, le permitiera continuar.
Al cabo de unos minutos, un poco mas calmado y menos reaccio el joven indico con caricias que continuara, permitiendo que poco a poco se vaya adentrando dentro de su cuerpo, soltando suspiros que eran consolados con leves besos y relamidas suaves en sus ojos para limpiar sus lagrimas, hasta que finalmente, en una corta estocada su miembro completo penetro quitandole su virginidad.
El joven de greñas rubias lloriqueo en el pecho de el menor, quien con pequeños movimientos envolvía al joven con sus brazos entre el hueco de su cintura y las telas, lamiendo su zona erogena para que no sufriera por la incomoda intromisión, solo comenzando a moverse cuando el mismo amago con ligeras embestidas propias para que comenzara a moverse, aferrando aun mas sus manos en el cuello de el muchacho, poco a poco llevandolas a su espalda, clavando las pequeñas uñas de sus manos a medida de que el de ojos marrones se movia lentamente con el corazón angustiado.
Fue un completo momento de transe el que se desvelo entre ellos al momento de resivir el suave contacto de el otro, dejando escapar gemidos involuntarios por cada rose y besos desesperados que buscaban insesantes la boca de el otro, mordiendo el labio inferior de el contrario en varias ocaciones, hasta que jeon, insaciable, solto al muchacho de piel tersa para apoyar sus brazos y penetrarlo mas rapido que antes, proliferando nuevos gritos, arremetiendo entre sus muslos mientras acomodaba su cuerpo para poder tomar sus piernas y ayudarse de ello, besando las pantorrillas en su hombro con un deseo alocado desbordado de pasión.
Estaba completamente perdido en cuestiones de personalidad, variando en la confusión de su mente que le decia estar ahí con quien mas amaba en el mundo, pero en su aun conciencia desconocia las razones, sin poder evitar disfrutar aun asi de esa inevitable locura, elevando su rostro al aire mientras abrazaba las regordetas piernas de el muchacho quien se tapaba apenado el rostro con los brazos por la mezcla de sensaciones, dejando escapar gemido tras gemido por la fuerza que impartia ese hombre de piel dorada en su cuerpo, temblando cada que casi sacaba su miembro de su interior para volver a adentrarse con estocadas cargadas de poder, chillando al llegar al inevitable orgasmo varias veces sobre su abdomen, buscando el contacto de el menor aun concentrado en mantener sus piernas a flote para mantener sus movimientos, hasta que finalmente sediento de calor, poso sus manos en los muslos interiores de el muchacho, recostandose sobre el y estirando sus piernas hasta su torso, para poder depositar variados besos en su boca con aun continuas embestidas que poco a poco subian de tono al acercarse el momento que el omega mas habia esperado. Llegando el mas alto al climas, liberó su sencilla en el interior del omega, quien lo abrazo con fuerza a medida que se desarrollaba el nudo, sintiendo su miembro aumentar de tamaño, siendo recubierto por ese interior que reclamaba cada gota de su esperma con desesperación, dejando quejidos en el cuello de el otro hasta que finalmente se deciso con calma, empezando nuevamente con una nueva ronda poniendo de espaldas a el muchacho que no terminaba de dejar salir todo el esperma depositado en su interior, tomando sus posaderas con fuerza y elevandolas a lo alto para dejarlo a su altura y embestirlo mejor, sintiendo el liquido mezclado correr por las piernas de el mismo mientras lo hacia acabar una ves mas con caricias en su entrepierna como un benevolente acto de querer infundarle mas placer de el que recistiera, dejandolo acostarse entre las telas que el rubio sujeto con fuerza, mientras en su espalda baja soportaba el peso de aquel poderoso cuerpo que con sus manos, le rodeaba la cintura por completo, enbistiendo con fuerza hasta finalmente acercarse al punto en que mas fuerte sentia el olor de el muchacho, dejando lamidas y suspiros de placer hasta finalmente acrecentar sus fauses y clavarlos sobre la zona erógena de el chico, que con un grito, acabo una ves mas, proclamando el proximo climas de el alfa, que incluso con mas cantidad que la ultima ves, acabo en su interior con un nudo mas largo que no se dicipo en horas de espera, en las cuales apenas termino, aprovecharon para descansar entre los brazos de ambos, antes de que una nueva oleadas de pasión se formara entre ellos.
Pasaron varios dias, aproximadamente tres en que jeong ji junto a su familia, habian entrado en un extremo panico al no volver a ver al joven menor por ninguna parte luego de aquella noche. Buscandolo en el bosque, en las pocas montañas que se podían escalar con poco esfuerzo y en los senderos fuera de el pueblo, minimo para encontrar su cuerpo en caso de esperar lo peor, pero nada, no apareció por ninguna parte, y al contrario de lo que muchos esperarian de una madre afligida, ji solo miraba angustiada las afueras de su casa, en las entrañas de el busque, sin llorar, ni clamar empatia de los dioses para que se lo devuelvan, ella solo se sentaba en una silla y esperaba en silencio, descorsentando a toda su familia, mucho mas a su esposo, que incluso con todas sus dudas, estaba deprimido apretando la mandigula, enojado consigo mismo y con el muchacho por no haberlo protegido de lo que sea que le haya ocurrido y con el chico por irse sin avisar nada.
Se inpervetilaba cuando miraba a su esposa sentada en el portico de la casa esperando con la mirada en el camino y luego al bosque, tomandola de el hombro al cuarto día, sabiendo que si no se encontraba para ese momento ya no volvería, sin embargo esta no parecia estar escuchando sus palabras de advertencia, irritandolo su poco interes, pero pasa que él no sabia lo que ella, aunque era angustiante de cualquier forma, por que si no lo habia logrado solo seria un recuerdo lamentable en un intento fallido de los dioses, manteniendo sus ojos a medio abrir con el sofocante pensamiento, respirando agitada cuando a lo lejos un lobo se escucho aullar fuerte en las montañas, tan alto que a todos les temblo el alma, y tan repentino, que ninguno supo como reaccionar al evento que les dejo el cuerpo endurecido.
Era un aullar gruso, profundo, entremedio de un rugido a la ves que cantaba, zonando en la mitad de la noche estrellada, cuando la luna desapareció de los cielos, un momento en que todos creyeron que los males crecieron en esos picos negros.
F
ue en el quinto dia entonces en que todos comenzaron una mañana adecuada a sus respectivas costumbres, madrugando a las 7 empunto algunos, otros ya trabajando si eran de los campos, preparandose para los tiempos que se acercaban entre la cazas y ventas, muchos abriendo sus puestos en el momento en que el primer grito se escuchó fino y ronco de terror casi a las afueras.
Quien supiera lo que se sintió realmente en ese momento. una mujer que apenas comenzaba su mañana recogiendo agua de el poso comun de la aldea dejo todo, sus cosas y sus pulmones, al ver a la que considero una bestia, avisando a los que estaban cerca con sus gritos a medida que corría, que un demonio enorme bajaba de las colinas, y muchos mas gritaron cuando lo vieron cerca, adentrandose a la aldea.
Un lobo macho negro casi de tres metros de altura se entremetia a paso lento a el pueblo, mostraba los dientes cada tanto que pasaba sin levantar demasiado el rostro, el cual miraba de osico abajo, con ojos ambar clavados al frente en seño fruncido, cargando en su espalda al que muchos consideraron un angel dormido de piel blanca, cubierto por telas de seda, usando un vestido antiquisimamente viejo en modelo pero hermoso en diseño, abrazado y hundido entre los pelos crespados de la bestia, tan tranquilo que parecia no percatarse de lo que alrededor sucedía, calmando a muchos que pronto miraron en silencio la figura que avanzaba, sospechando de la presencia de un dios entre ellos.
Las noticias no tardaron en llegar a donde se encontraba la família kook, preparandose para el peligro con armas de filo y palos que muchos otros tambien fueron preparando, amenazando entre todos que irian contra el apenas lo vieran asomar el osico, cosa que alarmo a la mujer que sabiendo de la emboscada, apenas escucho los primeros gritos que advertían su acercamiento, corrió lo mas rapido que pudo entre las calles hasta la principal, donde antes de que todos pudieran siquiera levantar sus odjetos, interpuso sus brazos de espaldas al animal, que gruño ferozmente ante el casi ataque.
- NO, NO POR FAVOR, QUEDARSE QUIETOS TODOS - detras el lobo negro gruñia feroz herizando sus pelos sin atacarla a sorpresa de muchos.
- PERO QUE HACES JEON JI, TE MATARA -
- YA LO HUBIERA ECHO - espeto en nerviosismo, atreviendose a miras atras cuando todos guardaron silencio, viendo inmediatamente como de detras de la cabeza de el lobo negro, emergia lentamente un ser palido de rubio tan hermoso que robo susperos e hizo que otros tiraran distraidos lo que llevaban consigo, mirando con curiosidad y una profunda preocupación en sus ojos a todos, vestido en telas y usando collares de piedras brillantes como un dios, teniendo detras y en el costado de su cuello, una evidente mordida que apenas curando, estaba en esos momentos.
Ji inmediatamente quizo acercarse un poco mas, pero la gran bestia solo arremetió un gruñido espantoso contra ella, que solo fue calmado por el abrazo de el muchacho sobre él, quien miraba asustado a las desconocidas personas. Muchos tuvieron miedo y no se movieron de sus lugares, sin atreverse a atacar por la mujer enfrente de el mismo, la cual pronto, apesar de su basilante gestó de enojó, acarició su crespada mandíbula, obteniendo un respiro mas suave del animal que poco a poco fue transformándose en su hijo.
Todos miraron con sorpresa la transformación de el muchacho, anonadados por la extrañeza de lo que veían, notando el enorme cuerpo desnudo y fornido, acompañado de la suciedad que antes se veía en el pelo del lobo negro, teniendo ahora unos ojos ambar profundos, que ni corto ni perezoso, protegió con su brazo a su acompañante, el cual se escondió detras juntando sus manos en su piel dorada.
El muchacho tenía notables insignias en sus brazos, distintos símbolos y marcas en el izquierdo, mientras en el derecho, apenas y se notaba un tatuaje. los pueblerinos como turiastas se acercaban en sorpresa a la zona, odservando al ser divino entre ellos, notando la diferencia de el antes y despues al verlo, quedando en silencio. Siendo mas que nada ji, quien notaba la altura de su muchacho, quien ahora era tres cabezas mas alto que ella, casi midiendo dos metros con unos cuatos centimetros demás, mirando con la cabeza así arriba los detalles del rostro que le recordaban a su antiguo amante, tratando de estirar cariñosamente su mano hacia su mejilla, siendo interrumpida por el muchacho que tironeo del mas alto y con las telas que arastraba en el suelo desde sus hombros, tapó la mitad de su cuerpo con sumidos ojos de molestia, liberando feromonas amargas que ella no sentía, pero que le picotearon la nariz a su alfa, quien lo atrajo con un brazo para calmarlo, entendiendo la madre que tendría que guardar distancia y solo observar como su hijo menor besando la cabeza de el rubio, girandolo y levantando suavemente el pelo semi largo de su nuca mostrando la marca, y acto seguido apretandolo a él, mirándola fijamente sin decir palabras.
Ni su familia, ni hermanos ni, parientes podian creer la escena, pero jeon ji entendió y acentuó con los ojos enrojesidos, al saber que antes, ella también habría tenido una marca asi, si no fuera que se lo impidió para volver a su casa sin algo que le revelará.
El menor pronto, en continuación de él gesto de aprobación de su madre, cargo al omega al costado de su cintura planeando irse, siendo detenido por la misma que nerviosa, lo miraba con ojos llorosos, suplicandole que no se marchara.
- no...no... Por favor...- esta fue odservada por el omega que apreto sus manos quisquilloso al pecho de el muchacho, colgandose de frente a él para mirar directamente a la mujer desde su cuello mirandole con enfurecidos ojos, liberando una ves mas un aura de molestia que hizo al joven una ves mas tratar de irse sin exito, teniendo aun las manos de su madre en su brazo, que tratando de clabar los pies en la tierra, siendo atrastrada en el intento pero sin soltalo ni una ves.
- NAE SALANG BUDI...neu-eobonda...( por favor amor mío...te lo pido)- espeto primero en un grito que poco a poco se convirtió en una súplica de ojos lagrimados - degima...adeul-a....jebal...naneun gugeol( no te vayas hijo mio, por favor...te lo suplicó)- la mujer miró directamente al muchacho de rubio que la observo atentamente a diferencia de su hijo, que nisiquiera habia girado a verla, llorando angustiada casi al punto de arrodillarse hasta que sintió la suave y calida mano de el omega sobre la suya.
El pequeño hombre que antes tenía las piernas enredadas en la cintura de el mas alto, ahora bajaba lentamente descalzo al suelo, seguido con la mirada por su alfa, quien vio como este se acercaba a la mujer, teniendo casi la misma altura para acomodar su pelo con suavidad y ponerse frente con frente a ella, quien miraba sumisa sus ojos celestes cielos cargados de amor, sintiendo solo por un leve instante, el aroma a rosas que emanaba de él. Este miró a su alfa, el cuál abrazó a su madre de una ves por todas al saber que no pondría mas incómodo con ese acto a su omega, levantandola por los aires, seguido con los festejos de algunos aldeanos que confundidos aun asi se alegraban de el reencuentro de la mujer que creyo perder a su hijo.