El humo del cigarrillo fue expulsado de su boca al momento en el que la última succión hizo su vientre contraerse y su esencia derramarse en el rostro de la mujer rubia agachada frente a ella. Sus ojos oscuros miraban los ventanales de su habitación, con la ciudad brillante de Brooklyn anunciando el anochecer.
Soltó el cigarrillo en el suelo y bajo su mirada hacia la mujer que limpiaba la comisura de sus labios, decidió tomar su cabello rubio y jalarlo hacia atrás para hacerla elevar su rostro, mirando el miedo en sus ojos verdes y escuchando los latidos de su corazón frenéticos.
Con solo una mirada hizo a la rubia gemir descontroladamente, controlando su cuerpo y su mente con sus ojos, haciéndola gritar del placer que sin un solo toque la hacía sentir. Una ladina sonrisa apareció en su rostro, para terminar empujando a la mujer con el orgasmo aún presente en su cuerpo.
Camino hacia su cama tomando el albornoz de seda rojo, sirvió un poco de vino y lo llevo a sus labios para darle un sorbo. Sin embargo la puerta de su habitación se abrió y cierto chico de cabellos rubios y traje de cuero lo miro fijamente como si buscará una respuesta a lo que estaba viendo justo ahora.
—¿Acabaste? —cuestiona el chico cruzándose de brazos.
La castaña dejó la copa en la mesita y se acercó a su armario para sacar su atuendo de esa noche.
—Ahora si. —murmuro con la voz ronca.
El chico miro a la mujer en el suelo desnuda y temblando ante los orgasmos que seguía psicológicamente sintiendo.
—¿Debo deshacerme también de ella? —la señala.
—Si quieres. Un alma más, un alma menos ¿A quien le importa? —se encoge de hombros.
—Noceda, hay cosas más importantes ahora que hacer sufrir a mundanas cualquieras. —espeto con molestia— Por ejemplo, ya saben que fuiste la héroe de una humana, ¿Sabes lo que eso significa?
La castaña camina hacia el baño indiferente, el chico suspira sobando su cien.
—Problemas, Luz, eso significa. Lilith está custodiando tu paradero, quiere que regreses a donde perteneces.
La mujer sale del cuarto de baño con una toalla alrededor de su cintura, todo su cuerpo tatuado junto a la marca en su espalda que representaba lo que era y lo que seguiría siendo hasta el final de sus tiempos y existencia en esta tierra.
—Corrección, Hunter. —comento— Yo no pertenezco a ese lugar, mi padre sí.
—Pero eres su legado.
— ¿Y quién lo dice? —le da una mirada fuerte y profunda, haciendo al chico dar un paso atrás.
—Solo quiero que recapacites, huir no te llevará a ningún lado, únicamente al destierro definitivo de este mundo, en el limbo inexistente para toda la eternidad. —advirtió.
Luz no respondió, colocó su chaqueta de cuero y tomo las llaves de su auto para salir de su lujoso apartamento. Hunter suspiró dándose por vencido, se acercó a la chica colisionando en el suelo, y dejo su mano en su frente para hacerla caer en un sueño profundo.
La castaña salió del edificio hacia su auto negro, un Mercedes Benz convertible. Metió las llaves para encenderlo y conducir a toda velocidad por la ciudad. Una música de fondo sonaba haciendo mover su dedo índice sobre el volante.
Se detuvo frente a un semáforo y suspiró recostándose del asiento. En su mente no dejaba de llegarle la imagen de aquella chica pelimorada, y lo que había visto dentro de ella cuando dejo su marca en su piel. Estaba segura que jamás olvidaría el rostro lloroso de esa chica, más aún porque ese rostro parecía ser conocido para ella, pero no sabía de dónde o a qué venía tal apariencia física.
Solo tenía en mente lo que su voz musito cuando lo llevo al hospital más cercano, ella pidió ayuda incluso en sus sueños. Estaba loca si consideraba volver a verla.
Pero algo le decía que tenía que, por más loca que fuera su pensamiento en este momento.
Cuando el semáforo marco verde, arranco nuevamente hacia el club de la ciudad, la cual era de su propiedad. Una larga fila se vio a la lejanía, producto de las personas que esperaban entrar al famoso club Demon's.
Luz bajo del auto acomodando su chaqueta de cuero negra, varias miradas se pasaron en ella como tal celebridad famosa. Los vigilantes lo dejaron entrar y la morena lo hizo siendo recibida por una fuerte música y los mundanos bailando y divirtiéndose.
Sonrió con el olor a cocaina, alcohol, sexo, sudor y cigarro.
—Perfecto. —murmura yendo hacia la barra donde una de sus amigas lo atendió.
—Luz, que bueno verte por aquí, ¿Estabas de vacaciones? —comento la peliblanca entregándole una copa de vodka.
—Atendía otras cosas, Shaka. —fue lo único que dijo.
—Hunter les dijo a todos que Lilith te buscaba, ¿No darás la cara?
—No tengo que hacerlo, de todas formas, nadie me obliga a hacer lo que no quiero, ni me apetece.
— ¿Y tú padre? —cuestiona. Luz le da un sorbo a su bebida.
—Puede irse al infierno. —musito.
Shaka comenzó a reír.
—Pero ya vive ahí, Luz. —le recuerda.
Luz esboza una sonrisa girándose en la silla para mirar el lugar, mujeres con poca ropa, hombres besándose, chicas acariciándose en lugares prohibidos, adolescentes probando por primera vez cocaina.
Todo un paraíso pecaminoso, dónde Luz era la reina, la única en lograr controlar la mente de cada ser humano que pisaba aquel lugar, entregándose por completo y de forma inconsciente, a la hija del rey de las tinieblas.
A la princesa del Inframundo.
Luz Noceda.
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— ¿Estás segura que quieres ir? —cuestiono Willow por décima vez en la noche.
Amity se pone su chaqueta y la mira.
—Estoy segura, ya han pasado varios días del accidente, no quiero seguir encerrada. Además, me siento como nueva. —se encoge de hombros.
— ¿Cómo si un camión te hubiera arrollado? —bromeo, Amity golpea su trasero con su zapato.
—Chistosita, pero enserio, el lunes debo volver si o si a la academia, no quiero perderme las pruebas para el lago de los cisnes.
—Amity, es obvio que vas a quedar como la protagonista, no te preocupes por eso. Todos te adoran. —asegura sincera.
La pelimorada le sonríe.
—Eso espero. —extiende su mano hacia la azabache— Ahora llévame al club.
Willow suspira dándose por vencida, Amity aplaude satisfecha y salen del apartamento de la peliverde para ir hacia la entrada donde estaba estacionado el auto de Willow.
Ingresan al vehículo poniendo un poco de música, Amity se coloca el cinturón de seguridad para prevenir, Willow encendió el auto dando camino al club que su amigo le había pedido ir.
Amity miro por la ventanilla ansiosa de ir a aquel lugar, había soñado con aquel club y por alguna extraña razón tenía deseo de ir. Miro su muñeca asegurándose que la vendita cubriera la marca, que, a pesar de intentar quitarla con cremas y ampollas, no podía. Era como un tatuaje en su piel permanente.
El auto de Willow estacionó rato después en frente del club Demon's. Ambas bajaron y aprovecharon la fila corta para pasar, dieron sus tarjetas de identificación y se adentraron al club.
Amity miro las luces rojas adornando el ambiente movible y sudoroso. Habían muchas personas bailando y bebiendo, incluso strippers en los escenarios.
—Esto parece el infierno del adulterio y fornicación. —bromea la azabache riendo.
Amity tragó saliva sintiéndose mareada por tanto ruido y personas por doquier. Se detuvieron en frente de la barra para pedir dos vasos de cerveza. La chica peliblanca les entrego sus bebidas y le dio una mirada a Amity, la pelimorada la observa sin saber porque aquella extraña la miraba de manera curiosa.
Willow observa el lugar arrugando su nariz.
—¿Cómo hay padres que permiten a sus hijos venir a estos lugares?
—A lo mejor se escapan.
—Lo dudo. —da un suspiro— Yo creo que mienten diciendo que irán a hacer un trabajo y se terminan yendo a estos clubes.
Amity observa de igual manera el club.
—Hm, es lo mismo que escaparse. —dice con obviedad.
Le da un sorbo a su bebida barriendo sus ojos ámbar por todo el lugar, pero deteniéndose en unos ojos oscuros que la miraban desde el otro lado sentada en un sillón de cuero negro, con un traje negro, cabello castaño corto y aquella mirada profunda.
Amity sintió su pulso acelerarse con esa mirada clavarse en ella. Entrecierra sus ojos confundido, sintiendo la garganta seca y las manos frías.
Luz por otro lado, miraba atenta a la pelimorada frente a ella, con cierta inconformidad en su interior, su rostro se le hacía tan conocido, era incluso misterioso para ella. Era como si un puro y hermoso ángel hubiera bajado del cielo hacia este pecaminoso lugar, dónde ella era dueña y ellos sus servidores.
Su alma era pura y sagrada, lo podía sentir en su espesa sangre.
¿Y ella? Quería corromper aquel rostro angelical, jamás había tenido estás ganas de arruinar la inocencia de alguien, pero se sentía inquieta, podía escuchar su corazón latir y su mente dialogando consigo mismo.
Esa chica parada con temor a metros de ella, no era quien decía ser, no era la persona que mostraba.
Luz vio su alma oscura, vio sus deseos más profundos. Vio la tentación que emanaba su cuerpo y esa lujuria en sus ojos ámbar.
Si, lo había descubierto, ese sería su nuevo reto.
Esa sería, su Illecebra.
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Mañana hay maratón, dejo este trozo :P
Spoiler: Coito pq a Blush y a Lib les gusta el coito JSAKJKSD