JUNGKOOK:
— ¿Me veo patético por llorar por un amor imposible? — Me pregunta el señor Park aun abrazado a mi cuerpo.
Su tono de voz delata su estado de vulnerabilidad. Ha estado llorando desde hace minutos, me mantuve abrazándolo en consuelo y aunque siento que no es correcto por nuestro trato inicial, tengo el impulso de hacerlo. Suspiro pesado y me deshago del abrazo para verlo. Ver sus mejillas empapadas de lágrimas me apretujó el corazón. No imagine que vería al señor Park de esta manera, en este estado vunerable.
Sin embargo, es un ser humano y tiene todos los lados sentimentales.
Contesto por fin a su pregunta.— No se ve patético. Se ve como un ser humano normal. Yo me preguntaba si usted solo era un gruñón mandón coqueto sin sentimientos pero me equivoque.
Palabras incorrectas para el momento pero funcionó. A pesar de mi respuesta brutal.
El señor Park ríe entre lágrimas, casi me derrito ahí mismo cuando lo vi sonreír por mi. Una sonrisa muy hermosa.
— Todos dicen lo mismo.— Comenta soltando otra risita y parece que sus lágrimas se detienen en sus ojos.
No quería que siguiéramos hablando de mi respuesta ni que llore más por sus problemas amorosos así que hice algo que tampoco debía y es iniciar la sesión por mi cuenta. El señor Park es quien debe iniciar la sesión de sexo cada que él desee hacerlo conmigo. ¡Diablos, lo olvide! Pero me sorprendo cuando el señor Park me corresponde el beso, sus manos viajan a mis prendas y las va desapareciendo de mi cuerpo.
Quizás sexo por la mañana logre calmar su estado vunerable.
— ¡Qué bueno estas! — Su actitud cambia y eso me gusta, que piense en mi, bueno en mi cuerpo, pero que piense en mi y no en su amor imposible que tanto lo hace sufrir.— ¿Lo quieres en estos momentos?
¿Y lo pregunta?
Yo inicie el beso porque tenia ganas de hacerlo como también tengo ganas de follarlo duro y fuerte en ese preciso momento.
— Si.— Respondo y él se muerde los labios antes de saltar a mi cuello.
Besa, muerde, chupa. Hace un desastre delicioso en mi cuello, cierro los ojos y jadeo dejando que siga haciendo de mi su sumiso por unos momentos porque después planeo follarlo y que me ruegue por más. Sus dedos peñizcan mis pezones logrando que curvee la espalda y suelte un gemido nada silencioso. El señor Park se sube encima de mi cuerpo y sigue atacandome de besos y mordidas. Mis manos se detienen en su voluptuoso trasero, sostengo esos glúteos y lo incito a que siga moviendo las caderas. Ya sobre excitados y con unas erecciones a punto de explotar, decido desnudarlo y él se deja, deja que mis manos recorran sus curvas. Que lo toque y lo llene de placer con mi tacto. Beso cada porción de su abdomen bajando hasta su miembro que brilla por el pre semen. No lo dudo mucho y lo llevo a mi boca, saboreando el salado de su líquido, chupando como si fuera una paleta. No soy de hacer mamadas, me las hacen a mi, pero estoy haciendo un buen trabajo al ver la expresión de placer del señor Park.
Gime mi nombre y me toma de la cabeza, empujandome más a su erección.
— ¡Jimin! ¡El desayuno! — Ambos escuchamos el llamado en la puerta.
El mayordomo Seokjin.
El señor Park ni se inmuta y sigue empujando sus caderas para que siga tragandome su miembro.
— ¡Jimin! ¡Señor! — Sigue insistiendo tanto que el señor Park bufa entre gemidos.
— Pasa rápido y deja el desayuno.— Le da permiso al mayordomo.
Abro los ojos de más ante ese suceso porque el señor Park sujeta mi cabeza para que no me aparte y sigue usando mi boca para su beneficio. No digo nada ni intento alejarme y continuo con la mamada.
— ¡Mis ojos! — Escucho la voz de Seokjin pero no lo puedo ver por estar entretenido.— Desayunen pervertidos.— Tras decir eso escucho la puerta cerrarse.
Avergonzado sigo con el acto y unos segundos después, el señor Park gime alto y explota en mi boca. Me trago su semen sin poder evitarlo. Toso un poco y lo miro enojado.
— ¿No te incomoda que tu mayordomo nos haya visto? ¡Porque a mi si!
Él ríe y niega.
— Me ha visto en situaciones así antes y esta acostumbrado.— Se encoge de hombros.
No quería saber eso.
Me llega pensamientos de el señor Park follando con otros y eso me causa malestar.
¿Cuántos.... cuántos ha habido antes que yo?
No debería importarme la respuesta a eso pero quisiera saberlo, pero no es el momento de preguntar.
— ¿Jungkook? — Lo miro.— Follame rápido para poder desayunar juntos.
Juntos.
Esa palabra me emocionó y en un abrir y cerrar de ojos lo tenía en cuatro, lo preparaba con mi lengua y él lo disfrutaba. Me preparo para ingresar en el señor Park y cuando lo hago, fue una deliciosa sensación. Tan apretado y cálido... ¿cálido?
Mientras lo embisto me doy cuenta que ingrese en él sin preservativo. Con razón se sentía tan bien.
— Lo olvidamos...— Menciona el señor Park entre jadeos.
— Estoy limpio y si no me cree me haré una revisión.— Le aseguro.
Él asintió.
— Yo tambien estoy limpio. Debo cuidarme mucho si cambio de compañero de sexo a cada instante.
Escuchar eso me molesta y lo demuestro empujando más mi pene en ese apretado agujero. Él gime casi gritando.
— No quería escuchar eso justo cuando estamos haciéndolo.
— Te entiendo. Si te hace sentir especial, eres el primero que no usa preservativo para cogerme... ¿Es inevitable, verdad?
Sentí mi pecho inflarse.
¿La razón? ¿Quizás ser el primero en algo?
Tomo sus caderas y sigo embistiendo con rapidez.
— ¡Mierda, eres bueno! ¡Dame más!
Y sigue alimentando mi ego.
El cambio en mi a diferencia entre la primera vez juntos a ahora es evidente. El sexo con el señor Park es tan placentero que saco lados en mi que no conocía.
— Jimin.— Digo su nombre y me corro en su interior.
Él llega al mismo tiempo, manchando las sábanas debajo de él.
Con delicadeza salgo de él y me siento en la cama para calmar mi respiración. El señor Park me mira con una mirada seductora, esa que me dedico cuando nos conocimos y tomo lugar en mi regazo e incluso enrollo sus brazos en mi cuello. Lo cual me sorprendió pero no me disgustó.
— La próxima vez quiero azotarte con un látigo, eso me pone mucho.— Murmura lamiendo mi cuello.
Trago saliva.
No contesto a eso y cambio la conversación por una pregunta.— ¿Nos damos una ducha rápida antes de desayunar?
Asiente.
Como noto que no quiere moverse de mi regazo y estoy seguro que le duele el trasero para caminar, lo cargo en mi brazos para llevarlo al baño. Ahí, dejo que el agua recorra nuestros cuerpos, nos limpie el sudor, entre otros.
No me lo pidió pero paso el jabón por su espalda, él se relaja y se deja hacer. Se gira, me mira fijamente y yo le sonrio.
— No suelo hacer ese tipo de cosas con mis sex parterns pero...— Apenas menciona eso mi sonrisa se borra porque no me gusta que mencione a otros.— ¿Te gustaría salir a beber conmigo hoy en la noche? ¡Esto es fuera del contrato de sexo que tenemos!
Me toma desprevenido pero mi respuesta es inmediata.
— Si, me gustaría.
— Gracias, seras muy bien recompensado por acompañarme a beber.
Quise decirlo que lo acompañaré con gusto y sin nada a cambio pero no lo hice, sentí que no cambiaría nada entre nosotros si le digo eso.
— ¿Puedo elegir el lugar? — Pregunto.
— Mmm, te daré ese gusto esta vez, lo que me importa es beber porque eso me ayudará mucho a relajarme y olvidar algunas cosas por unos momentos.— Hace una mueca.— Ahora vamos a desayunar.— Es el primero en alejarse de la ducha.
Por el cambio de tono pude adivinar a que se refiere con olvidar algunas cosas. Su amor por el jardinero es una de esas cosas. Espero saber más sobre eso pero no quiero preguntar, quiero que sea él quien me cuente.