Destinados ✔

By clco_31

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El problema de estar enamorados, en el momento equivocado, es que lleva a hacerse mucho daño a ambas partes... More

Prefacio.
U N O
D O S
T R E S
C U A T R O
C I N C O
S E I S
S I E T E
O C H O
N U E V E
D I E Z
ONCE
D O C E
T R E C E
C A T O R C E
Q U I N C E
D I E C I S É I S
D I E C I S I E T E
D I E C I O C H O
|Segunda Parte|
D I E C I N U E V E
V E I N T E
V E I N T I U N O
V E I N T I D O S
V E I N T I T R E S
V E I N T I C U A T R O
V E I N T I C I N C O
V E I N T I S E I S
V E I N T I S I E T E
V E I N T I O C H O
V E I N T I N U E V E
T R E I N T A
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
TREINTA Y SEIS
TREINTA Y SIETE
TREINTA Y OCHO
TREINTA Y NUEVE
CUARENTA Y UNO
CUARENTA Y DOS
CUARENTA Y TRES
CUARENTA Y CUATRO
|Tercera Parte|
CUARENTA Y CINCO
CUARENTA Y SEIS
CUARENTA Y SIETE
CUARENTA Y OCHO
CUARENTA Y NUEVE
F I N A L
EPÍLOGO

C U A R E N T A

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By clco_31

Estaba sentada con las piernas pegadas a mi pecho mientras trataba de que las palabras no salieran más fuertes de lo que ya estaban saliendo, sin embargo, los ojos oscuros que me miraban cada vez se ponían más serios a medida que me escuchaba hablar.

—Retrocede —me pidió deteniendo lo que estaba diciendo.

—¿Cómo? —Pregunté sin entender.

Se acomodó en su asiento y se sacó los lentes antes de mirarme con las manos cruzadas.

—Empezaste a hablar sobre lo mucho que te afectaba quedarte sin trabajo, disfrazando el dolor de perder a alguien que le tenías cariño y terminaste hablando sobre cómo te molesta que oculten las cosas.

Me senté derecha en el mueble y lo miré con el ceño fruncido.

—Carol —comenzó despacio y supe que venía algo que no me gustaría— ¿Qué es lo que realmente te molesta de toda esta situación?

Lo mire sin entender y baje hacia mis zapatillas sucias de barro por haber corrido en la mañana con Winnie en el parque.

—No tengo control de lo que estoy sintiendo en este momento.

—Está bien que te duela la muerte de tu jefa, estuviste con ella en el último tiempo de su enfermedad y murió estando contigo, aparte crearon un vínculo en el último año.

—Era mi jefa, no éramos amigas.

—¿Cómo entró Andrés en todo ello?

—No entra en nada, él no está ni siquiera en la ciudad.

Alcé la mirada y él seguía con su vista imperturbable. Asintió y anotó en la libreta antes de volver a mirarme

—¿Sientes que hubiese sido más fácil para ti todo esto si él estuviese aquí?

No lo quería decir en voz alta, pero no lo tenía que decir, él y yo sabíamos que era cierto.

—Te culpas por quererlo aquí porque estás molesta por haber descubierto la cuenta falsa.

Solté un quejido en voz alta por haber dicho aquello que quería acallar en el fondo.

—Detesto que me oculte las cosas y él lo sigue haciendo.

—¿No te has preguntado por qué siguen haciendo las mismas cosas?

—Porque él no aprende —respondí a la defensiva casi molesta.

—O quizás ambos aún no aprenden.

—No es así, le he dado todas las instancias para que hable conmigo y me cuente las cosas y aun así me sigo enterando por mí cuenta cuando me miente o me oculta cosas.

—¿Le das oportunidad de hablar o solo lo atacas?

Lo miré en silencio, por mucho tiempo me quedé en blanco porque no podía siquiera recordar la mitad de nuestras discusiones, pero ciertamente me exaltaba cada vez que descubría algo que me molestaba.

—Eso pensé —asintió cuando no le respondí— Carol, ¿Confías en él?

—No.

—¿Cómo puedes creer en algo que él diga si no confías en su palabra?

—Si empezara él a confiar en mí.

—Estamos en este momento hablando de ti, no de él, estoy seguro de que él lo hablará con su psicóloga y ella lo tratará a su manera, estoy hablando de ti y en tu confianza, no sólo en él, sino en ti misma.

—Tengo más confianza en mí misma de lo que tenía antes.

—Pero sigues desconfiando de él a pesar de eso.

—No tiene nada que ver conmigo.

—Tiene que ver con ambos, Carol, él no puede confiar en contarte las cosas si cada vez que menciona algo tú te alteras y peleas sin oportunidad a explicarse, ¿cuándo él te dijo que la cuenta no tenía ninguna importancia le creíste?

—No.

—Vos misma lo has dicho, él ha cambiado mucho en el último tiempo y ha crecido mucho como persona y se ha esforzado mucho por tener una relación sana contigo aún sin saber cómo tener una. Sigue estando en tratamiento con su psicóloga y se esfuerza por mejorar día a día en él mismo para estar mejor contigo. ¿Qué te detiene a ti?

—No quiero volver a pasar por el mismo dolor solo porque estuve con la guardia baja.

—Estás en una relación, no en una guerra.

—Pero cuando confié en él me falló al punto de dañarme.

—Entonces terminen la relación y se acaba todo el asunto, dejas de sufrir por qué no confías en él y comienzas a enfocar tu atención en otras cosas, como en recuperar por completo la autonomía que perdiste cuando llegaste a Argentina.

—Eres un pésimo psicólogo —me quejé.

—No quieres que te diga lo que no quieres escuchar, pero no me pagas por eso.

—No quiero terminar con él, no es por capricho, sino porque de verdad lo quiero, pero no puedo sentarme a esperar que me destruya de nuevo el corazón.

—Si no aprendes a dejar ir el pasado y miras hacia tu presente y futuro, entonces no podrás sacar adelante tu relación, estás acusando a Andrés constantemente por las cosas que ya pasaron, antes de tener una relación formal, cuando hace algo malo, no le das siquiera la oportunidad de defenderse porque ya en tu mente lo acusaste, estoy seguro de que no estás culpando a Andrés por la cuenta falsa, sino por todas las cosas que te hizo y que te siguen pesando, Carol, ¿Qué es lo que quieres?

Casi al punto de las lágrimas miré al piso y murmuré casi con el nudo formado en la garganta.

—Mi independencia, esa que perdí cuando empezó todo con él.

—No la perdiste por él, la perdiste por ti y eso es lo que debes trabajar. No con él, sino contigo, si no puedes seguir con tu evolución estando en la relación, vas a tener que dejarla y comenzar de cero, sola.

Se me hizo un hueco en el pecho cuando lo escuché, pero no podía desmentirlo, sabía que tenía razón y eso me molestaba aún más, decidí terminar antes con la sesión, me dio unos pasos a seguir para los próximos días y me fui caminando hasta mi casa pensando en todo lo que habíamos hablado.

Andrés y yo no habíamos vuelto a hablar después de la patética llamada, me escribió cuando estaba en el sanatorio, pero le dije que estaba ocupada y luego le dije que la señora había muerto y necesitaba espacio, él no insistió, me dejó tranquila y solo me hizo saber que estaría pendiente por si necesitaba algo.

Fui a la consulta para liberarme de la molestia que me había quedado luego de la muerte de la señora Cande, pero el asunto de Andrés me estaba taladrando en el pecho y lo demás era historia.

Sabía que ya en ese punto de nuestra relación el problema era mío, no de nosotros, ni siquiera de él, sino yo, mis depresiones y mis malos manejo de situaciones.

Me sentí caer en el abismo de nuevo, ¿En dónde estaba? En el hueco de la depresión no caía todavía, me había costado mucho salir de ahí y seguía batallando día a día por no caer de nuevo. Sin embargo, me faltaba mucho por recorrer.

Llegué a mi departamento y me tiré en el piso con Winnie en mis piernas, de pronto la presión creció hasta ahogarme y me largué a llorar sintiéndome miserable, estaba arruinando mi propio avance y no me estaba dando cuenta. ¿Qué era lo que necesitaba para avanzar?

Cuando pude parar de llorar me metí a bañar y saqué de mi sistema todo lo que pesaba, comencé a hablarme a mí misma con afirmaciones positivas como me había indicado el psicólogo.

Me arreglé para mí y salí a comer fuera, sin teléfono, solo conmigo misma y un libro que me había prestado Cheo.

Había olvidado lo que era andar en tacones, pero disfruté incluso del dolor en los pies porque me sentía linda, me pedí un cóctel, piqué unas papitas mientras leía unas cuantas páginas, disfruté del verano, del viento caliente que no me gustaba como me dejaba la piel.

Cuando me dio hambre me pedí una hamburguesa doble con una cerveza artesanal, rechacé un par de chicos que se quisieron sentar en mi mesa y volví a leer de mí libro mientras tomaba dos cervezas más, no supe qué hora era cuando decidí volver a mi casa, pude tomar un taxi, pero la noche estaba agradable para caminar y no estaba lejos de mi casa.

Sonreí ante la sensación de ligereza que tenía, solo conmigo misma, saludé un grupo de chicos que iban cruzando la calle que no conocía de nada, me detuve en un quiosco a comprar unos chocolates y entré en mi edificio sintiéndome bien conmigo misma.

Esperando el ascensor, llegó un chico que parecía ser nuevo, me saludo amable y subimos juntos el ascensor, íbamos al mismo piso, se había mudado al departamento al lado del mío, me puse a la orden por si necesitaba algo y entre a mi departamento escuchando los ladridos ansiosos de mí bebé.

—¿Quién extrañó a la mamá?

Camine como pude hasta mi cama, me saque los tacones y me puse unos tenis para llevarla a dar la vuelta.

Tomé su correa y salí de nuevo al pasillo encontrándome de nuevo al vecino.

—Disculpá, solo te aviso que el nuevo negocio de la esquina es mío y podés ir a comprar cuando quieras.

—Ah, bueno, muchas gracias, ya estaré pasando.

Me despedí y volví a entrar en el ascensor sin preguntar si bajaba, no me importaba mucho por parecer educada, no me generaba confianza puesto que recién lo veía.

Winnie estaba emocionada por salir, así que una vez fuera le saqué la correa y la dejé correr de un lado a otro, el portero me saludó junto al señor del quiosco, les hice un gesto con la mano y seguí de largo. Mire el edificio de Cande y un pequeño dolor me atravesó el pecho, me toque la zona sintiendo extraño y seguí caminando con el ánimo bajo.

Muchas cosas pasaban dentro de mí que no podía siquiera explicar, era una serie de explosiones que me hacían sentir viva pero vulnerable a la vez, era como si todo en mi hubiese estado entumecido y de pronto de un momento a otro todo se incendió dejando un desastre a su paso, ahí donde no llegaba la luz antes, estaba desordenado, vuelto patas arriba y no sabía cómo acomodarlo.

Tomé decisiones que no sabía si iba a poder cumplir, pero me hice una promesa a mí misma.

No tirarme más abajo.

Sé que llego tarde, pero hace mucho frio y me atrase haciendo todo hoy, mientras temblaba y me descongelaba. 

Mañana (media hora) es mi cumple y si todo sale bien, haré un maratón de capítulos, es una especie de regalos de cumpleaños y de verdad espero que lo disfrutemos 🥰🥰

Esta última parte será intensa, así que tomen toallitas. 

Los amo, besis, hasta mañana, bai.

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