Durante mucho, mucho tiempo, Fletcher y Alex permanecieron simplemente recostados en silencio, nadie dijo nada en todo ese tiempo, y solo la respiración de Alex tratando de ocultar su llanto es lo único que se escucha.
Inhala y exhala una y otra vez atrapando y soltando el aire contenido en sus pulmones. Su cuerpo se sacude con la fuerza de un espasmo y Fletcher, cada vez que siente que ese movimiento agita su cuerpo, entristece más y más.
Alex no le dice nada, se traga su dolor y se niega a soltar palabra alguna. Fletcher lo aprieta, lo sostiene con firmeza y busca demostrar que estará allí para consolarlo por siempre.
No lo quiere soltar, así que encaja sus dedos en la cobija sobre la zona entre la cadera y el vientre.
El alfa mantiene su rostro pegado a la nuca de Alex mientras lo sostiene firmemente de la cintura, esperando no causarle repulsión a su compañero. No lo quiere soltar, teme que al soltarlo pueda desaparecer para siempre de entre sus manos.
No quiere, no dejará que eso suceda, jamás.
Prefiere apuñalarse y sacarse las tripas hasta morir que simplemente dejar a Alex solo. Es lo único que le queda en la, su hijo ya no los acompaña, su hijo ya no les causa felicidad infinita.
Su hijo ya no está allí.
—Huug... —Nuevamente, aquel sonido de llanto se atora en su garganta y se sacude un par de veces al soltar el aire. Luego, inhala con fuerza y sostiene la respiración mientras sus ojos gotean una y otra vez.
Cada vez que Alex hace eso, el de cabellos rubios, que le sostiene desde atrás, afianza su agarre y se acerca más y más.
Durante todo el tiempo en el que el Omega contuvo su llanto y se tragó su sufrimiento; Llegó la noche. Todo se pudo apreciar desde la ventana frente a ellos que se mantenía abierta dejando entrar un ligero aroma fresco.
Desde donde están, se puede ver el mar a la distancia. Las olas, con cada minuto y cada segundo que pasa, se vuelven más fuertes y voraces, casi al grado de parecer que si metes un pie en el agua, está, instantáneamente, te arrastrará hasta las profundidades y te destruirá. Es escalofriante.
Pero incluso entre aquella imagen que provoca nerviosismo en el corazón, hay belleza, una belleza inexplicable, la belleza de lo natural, el sonido que provoca el choque de las olas, la espuma que se forma cada vez que una ola impacta contra otra y crea una capa sobre la superficie que después de disipa con el paso del tiempo.
Alex está realmente embobado en tal paisaje, parece que es lo único que parece tranquilizarlo. Eso, y el cielo nocturno. Las estrellas atravesando el cielo de manera fugaz. Las constelaciones brillando y parpadeando una y otra vez bajo sus ojos, la manera en la que lo atraen y lo relajan es infinita.
De alguna manera lo mantienen totalmente distraído.
Prefiere eso, simplemente distraer su dolor, que a afrontarlo.
Después de mucho tiempo de silencio, el alfa apretó su agarre y llevo sus labios hasta los hombros de su Omega, y los beso con suavidad. Fue como si con esa simple y pequeña acción le dijera; Sabes que no puedes evitarme siempre.
Marco un antes y un después en lo que haría; Buscar entablar una conversación.
—Alex, hablemos... —Tal vez, es un poco temprano para tratar de reabrir la herida en el corazón de su pareja, pero siente que debe saber lo que ha sucedido, para poder tener una buena defensa en contra de Farkas y sus acusaciones.
De lo contrario, incluso si Alex está deprimido, asustado y desgarrado, no importará, será llevado y puesto tras las rejas.
Fletcher quiere evitarlo a toda costa. Él simplemente quiere mantener el nombre de su pareja limpio. Saber la verdad, restregarle en la cara a Farkas que Alex no tiene la culpa de nada y simplemente deslindarse de toda responsabilidad de lo sucedido.
Además de que sabe que no tiene la manera de defenderse, está encerrado, las fronteras fueron bloqueadas y lo mantienen cautivo, igual que a un prisionero de guerra.
Seguido a eso, no puede hacer casi nada para detener a Farkas, si este decide decir; Este Omega se queda aquí.
Fácilmente, puede decir que Fletcher conoció a ese omega en la manada y que está tratando de llevárselo después de casi haber cometido un crimen contra el gran alfa.
La manada Antonov incluso no podrá negarlo, Fletcher, oficialmente no tiene pareja, la manada no tiene una luna.
Y debido a que Alex fue ocultado del ojo público por meses, nadie sabe de su existencia, solo los amigos cercanos, pero incluso una declaración o un testimonio no serán suficientes para demostrar la verdad.
No hay nada, nada en verdad que pueda estar a su favor, ya que Fletcher falsificó los pasaportes, actas de nacimiento y registros de nacionalidad, únicamente para mantener a Alex unido a su manada. Si alguien decide entrar en el sistema y buscar a Alex, podrá encontrarlo.
¡Sabrán que el alfa de la manada Antonov es un mentiroso y que hace actos ilegales de manera desvergonzada!.
Nada de lo que diga o haga, puede ser usado para defender a su Omega o a sí mismo, si él no coopera.
Poco a poco se está volviendo una pesadilla.
Fletcher únicamente quiere regresar a su manada y lamerse las heridas en paz. Llorar lo que tenga que llorar y volver al mando con la cabeza en alto sosteniendo a su pareja de la mano.
Quiere formalizar la relación ante todos, quiere oficializar a Alex en el puesto de "Luna" ¡Y gritarle al mundo entero quien es el hombre al que ama!.
Pero nada de eso sucederá si no pueden salir de allí. ¡Deben salir de ahí, ya!
—Hey, escúchame... —Murmuro nuevamente y se levantó con cuidado, sabe que Alex no lo mirara. Buscará ignorar sus palabras y simplemente guardará silencio.
Observa fijamente el mar y no despega la mirada. Así que debe interferir y obligarlo a que lo voltee a ver, incluso si es solo para gritarle y golpearlo, será un comienzo y recibirá el dolor y la furia de Alex sin negarse ni un poco
—Gah... —Se queja el alfa al sentir dolor en su abdomen cada vez que hace un movimiento brusco, el dolor llega con la ferocidad de una apuñalada, duele, arde, incluso si solo respira, la herida dolerá y amenazara con reabrirse y hacerlo sangrar hasta la muerte.
Pero decide ignorar el dolor tan fuerte y seguir caminando mientras se sostiene del colchón blando. Se tambalea un par de veces, sus piernas aún cosquillean y pican, le hacen sentir hormigueo incómodo. Aun así, se esfuerza.
Solo que... Incluso si el alfa se esfuerza tanto en llamar su atención, Alex Simplemente no reacciona. Sus ojos, que se han cerrado pocas veces mientras lloraba, se mantienen rojos, el brillo en ellos ha vuelto a desaparecer y el chico de los ojos de cristal, ha vuelto a aparecer.
Esos ojos de vidrio que dejan ver hasta lo profundo de su interior; Dónde únicamente hay tristeza y dolor, son lamentables.
Lo que en un principio son globos oculares blancos se han vuelto rojos, igualando el color de la sangre. Sus párpados están terriblemente hinchados y parece que los han rellenado de agua con una jeringa. Se notan cansados, pesados y con cada segundo que pasa, se vuelven más y más rojos.
Eso destroza a Fletcher al instante. Sus ojos ya no son los mismos de antes, ahora, esos hermosos ojos de miel ya no quieren mirarlo, lo evitan de manera cruel haciéndole sentir más y más culpable.
—Hey... —El alfa de aroma fresco se aparece frente a Alex y le obstruye la vista hacia la ventana. Cómo puede, se arrodilla en el suelo y pone sus codos sobre la cama para sostener el rostro de Alex con cuidado y acariciarlo —Hey... Mírame, por favor, te lo ruego, no me ignores...
Los ojos del alfa también volvieron a derramar lágrimas y trato de parecer fuerte, pero no pudo. Sus ojos se derritieron sin su permiso y provocaron que las emociones que había estado intentando retener con desesperación, se liberarán.
Fue como dejar libre a un toro furioso dentro de su pecho, el dolor y la furia lo golpearon, aturdieron una y otra vez de manera histérica. Se sintió impotente. Se sintió incapaz de controlar sus emociones tan agitadas y temió volverse loco.
—Por favor perdóname... Lamento haber llegado tarde, lamento haberme ido, lamento todo lo que sucedió, lo lamento mucho, mucho... —Sus manos, que acarician tan dulcemente las mejillas de Alex, poco a poco tiemblan y son incapaces de dar una caricia decente. —De ver...dad lo... Siento —El llanto se expulsó de su boca y le impidió hablar de manera tranquila.
Sus labios temblaron y sus dientes se aferraron a la carne delicada de sus labios y la rompieron con fuerza. La sangre fluyó en forma de gotas al rojo carmín que rodaron por su barbilla y se estamparon contra la sábana blanca del colchón.
Pero, incluso si se sintió frustrado y dolido al no ser consolado, siguió.
—Sé que estás sufriendo... Pero tienes que decirme que sucedió... de lo contrario no podremos salir de aquí... Si quieres enojarte conmigo, reclamarme y golpearme, puedes hacerlo, no me resistiré. Pero tienes que ayudarme primero a sacarte de este lugar para mantenerte a salvo.
Pero no hubo respuesta.
Alex simplemente cerro los ojos y arrugó el rostro mientras lloraba y usaba sus manos para cubrir su rostro. No quería mirarlo.
El, de cabellos rubios, arrugó el rostro y se sintió aún más terrible que nunca. Álex no le quería mirar los ojos, no quiere saber nada de él, probablemente está enojado por qué siente que lo abandonó.
Debe odiarlo desde el fondo de su corazón, maldecirlo y repudiarlo por no haberlo llegado a tiempo.
Debió ser muy difícil haber tenido que sostener a su bebé en brazos y no verlo respirar.
Debió ser terrible haber gritado una y otra vez por ayuda, pidiendo con desesperación alguien que le ayudará.
Debió ser muy traumante haber tenido que cavar un agujero en dónde enterrar a su bebé...
Cada vez que lo piensa, el alfa arruga el rostro y siente que se derrumbara a llorar como un niño pequeño.
—Por favor mírame... —Hablo con la voz rota —Te lo ruego...
Al no recibir respuesta, el alfa intento quitar las manos del Omega de su rostro buscando acariciarlo y consolarlo, pero rápidamente fue rechazado.
Fletcher sabe que su pareja quiere estar solo, que quizá quiere llorar y desahogarse por horas y horas hasta que sus ojos dejen de producir lágrimas.
Pero no puede permitirle hacer eso, dejarlo hundirse en un vacío emocional, no es algo que permitirá, mientras pueda, le apoyará incondicionalmente.
—Cariño, puedes... ¿Puedes intentar mirarme? ¿P-puedes?
Lo dijo con palabras rotas y dolidas, disfrazadas de cálidas y dulces, buscando no dañar más la frágil estabilidad emocional en su pareja. Era como querer golpear su corazón con un algodón de azúcar, el golpe, no será duro, pero inevitablemente, será un golpe. Uno que no dejara de doler, así sea golpeado con un algodón, o un pétalo de rosa.
—Alex...
Volvió a llamar con una voz dulce. Pero nuevamente fue ignorado. Tal parece que las palabras dulces y las caricias de algodón únicamente llegan a oídos sordos.
—Terminemos.
Murmuró Max con voz monótona, sin siquiera dirigirle la mirada. Era como si el simple hecho de dirigirle la mirada a Fletcher fuera asqueroso. Lo evitaba a toda costa.
Y con aquella última palabra indeseada, Fletcher enfureció.
Un calor ardiente brotó desde su cabeza e impacto todo su cuerpo como un rayo. Su pecho se infló con rabia y sus manos se hicieron puño hasta que sus propias uñas rasgaron su piel y temblaron ante la fuerza acumulada en sus puños.
De un momento a otro, su actitud cambio de golpe. Su lobo lo estaba golpeando con impulsos de sangre cuando ni siquiera está en peligro de muerte.
Es un sentimiento ardiente que lo hace sentir asfixiado y furioso, es como fuego que lo carcome y lo hace querer volverse desquiciado al punto de la locura y la irracionalidad.
—¡Alex mírame! ¡Tienes que decirme que sucedió, buscaré un responsable y lo mataré, pero tienes que decirme que sucedió y no solo echarte a llorar!. ¡Estoy tratando de mantenernos vivos!
Exclamó perdiendo el control. Sostuvo las muñecas del Omega con las manos y las separó de su rostro. Fue un movimiento rápido y brusco, en el proceso, Alex se rasguñó las mejillas con sus uñas e hizo un sonido de dolor.
—¡Tienes que decir algo, habla! ¡Yo también estoy hasta la mierda de esta situación!, ¡Hasta la mierda!. ¡Joder!.
Exclamó con la voz ardiente en irracionalidad y afianzó el agarre sobre sus muñecas.
El Omega no respondió, le miro con terror en los ojos, sus manos se volvieron tensas al sentir la fuerza con la que sus muñecas eran sostenidas y sintió como se le iba la respiración.
Cuando el pequeño rasguño, causado por el brusco movimiento, soltó un poco de sangre, Fletcher reacciono sin dejar de sostener las manos de Alex. Se muestra aturdido, también, incrédulo de lo que acaba de hacer...
—Yo... Lo siento —Murmuro con la voz desconcertada mientras aflojaba el agarre sobre las muñecas de Alex. Finalmente, cuando las dejo libres, pudo ver claramente como un par de marcas rojas y violetas, con la forma de sus dedos, se habían formado en ellas.
Él... Él le había hecho daño en un arranque de furia...
—N-no fue mi intención… No quería hacerlo, yo de verdad no... No sé que me pasó —Al sentirse terriblemente culpable por lo que ha hecho, se aleja de golpe y observa sus manos con desprecio, como si estás lo hubiesen desobedecido y hecho lo que quisieran, las mira con furia, con infinitas ganas de correr y arrancarlas como castigo.
No tiene excusa, no pondrá una excusa para su comportamiento. Un comportamiento tan... Vergonzoso, que jamás fue incluida en su educación lo está carcomiendo.
Jamás le enseñaron a dañar a personas indefensas. Jamás le enseñaron a hacer llorar a omegas indefensos. No sabe que le está pasando... No sabe por qué tales sentimientos de irracionalidad están carcomiéndole la mente.
Como si de un trastorno de bipolaridad se tratara, Fletcher simplemente se calmó y hablo con calidez.
—Te daré lo que me pidas, pero no me abandones.
Max sintió dolor en su pecho, un dolor indescriptible por el hombre que se derrumba frente a él y llora con una expresión miserable. Siente terrible al ver cómo una persona suplica por tu perdón, como suplica por no perderle.
Fletcher no es alguien que merezca estar así, tan vulnerable, llorando de una manera tan desgarradora. Así que decide que es mejor terminar con esto ya.
Sin más rodeos.
Debe romper el corazón de Fletcher hasta que lo odie.
—Fletcher...
Sus intenciones son claras, decir palabras hirientes hasta que Fletcher decidiera echarlo a patadas de su vida. Incluso si dolía, incluso si lo destrozaba saber que debía alejarse de Fletcher, lo haría.
Sabe que Decker sabe de su existencia, y no se detendrá hasta que esté en sus manos de nuevo, moverá cielo, mar y tierra para arrastrarlo a dónde pertenece; Posiblemente, una habitación oscura y triste con vista al mar. O quizás, con vista al jardín trasero, dónde podrá ver cómo desayuna todos los días con su esposa y sus futuros hijos, mientras espera a que caiga la noche para que ese hombre entre en la habitación para violarlo.
Le causa repulsión, solo imaginarlo.
Pero... Fletcher no se detendrá tampoco, hará hasta lo imposible por defenderle, incluso si le cuesta la vida...
¿Cómo podrá vivir sabiendo que el más grande amor de su vida murió en vano? Si de cualquier manera terminara dónde empezó; En la miseria.
Sabe que Fletcher está en peligro, lo sabe bien. E incluso si debe quedarse y sufrir en las garras de Decker para salvar a Fletcher. Lo hará. Lo hará y no se arrepentirá...
Cuando estuvo a punto de decir palabras de las que probablemente se arrepentirá, el aullido de una bestia, que parecía haber emergido desde las profundidades del infierno, impacto contra las paredes de la mansión Raxton.
Produjo un eco impresionante, los vidrios y las ventanas temblaron ante la fuerza del sonido y todos en la mansión, al escucharlo, se tensaron.
Un terrible escalofrío les recorrió toda la espalda y los hizo sentir vulnerables. Fue como si el miedo hubiera chocado contra ellos y lo hubiese derribado.
Los únicos que no reaccionaron ante tal amenaza; Fueron los grandes alfas.
Pero incluso ellos percibieron el peligro al instante.
Un lobo desquiciado ha Sido domado por su lobo, y anda suelto.