JUNGKOOK:
Me relajo y toco la puerta.
— Adelante.— Escucho su voz al otro lado de la puerta de la oficina.
Ingreso enseguida y lo miro con seriedad.— Señor Park vengo a avisarle que voy a salir a verme con un amigo.
Él quita la mirada de su computador, y enfoca la mirada en mi. Por cierto, una mirada atractiva.
— Bien, anda.— Se levanta de su lugar y camina unos pasos hasta llegar a mi.— Pero no llegues tarde. Sobre todo, llega a dormir.
Mandón.
Aun no me acostumbro a recibir órdenes y reglas pero puedo soportarlo.
Hasta que se canse de mi.
Y no entiendo porque me preocupo por el acercamiento del señor Park con aquel doctor y la posible idea de que lo meta a su cama. Esto realmente me está afectando, tanto que siento celos de que mire a otros.
— ¡Jungkook!
Pestañeo y lo miro.— ¿Eh?
— Te estoy hablando y tu no pareces escucharme... ¿Te pasa algo?
Niego.
— Nada. Creo que es hora de irme.
Apenas doy unos pasos, siento que me toma del brazo y me estampa contra la pared más cercana. No asimilo lo que sucedió, cuando ya lo tengo besándome con pasión. Me dejo llevar, dejando que su lengua invada mi boca. Que adentre sus manos por mi camiseta. Jadeo ante el beso rudo que se extiende, es tan caliente el momento que una erección se hincha en mis pantalones. Me sonrojo cuando lo siento desabrocharlo e ingresar su mano para masturbarme.— Debo irme, usted me dió permiso.— Le recuerdo.
— Será un polvo rápido...— Responde.
No puedo hacerlo entrar en razón.
— Esta bien pero que sea rápido o se me hará tarde y mi amigo me esta esperando en su trabajo.
El señor Park ignora lo dicho por mi y me observa detenidamente.
— Cállate, me quitas las ganas.
Auch...
Si me dolió.
Ok, me callo. Dejo que ahora sus labios se peguen como sanguijuelas en mi cuello. Deja sonoros besos mientras sus manos van desnudandome de a poco, solo me dejo hacer, cierro los ojos y me pierdo en su accionar. Muerde y lame repetidas veces mi cuello, estoy muy seguro que me quedarán marcas en esa zona. Las cuáles serán difíciles de ocultar. Abro los ojos notando que estoy desnudo y él aun sigue intacto con sus prendas. Es injusto. Formo un puchero que él observó con una mueca de diversión.
— En serio me encantas.— Menciona y tomándome de la mano, me guía a un sofá donde me avienta.
De inmediato toma lugar sobre mi y continúa besándome. Dudoso pero decidido, guio mis manos a su gran trasero donde aprieto mientras él se menea sobre mi entrepierna.
No puedo negarlo, también me encanta.
Estoy con el señor Park para obtener dinero a cambio de sexo pero él me gusta desde el primer momento que probé sus labios, su cuerpo, las partes más íntimas y deseo probar más... sin embargo, estoy consciente que esto no será duradero. El señor Park aseguró que pasé lo que pasé entre nosotros él continuará cubriendo los gastos de mi madre lo cual es una clara advertencia que se aburrirá en cuanto obtenga el suficiente sexo de mi. Y ya no debo negar que me afecta, lo hace. Mi orgullo esta siendo pisoteado, eso es la causa de que me afecte esto.
Mi orgullo..
— Métela Jungkook.— Lo escucho decir.
Mis ojos se abren como plato y caigo en cuenta que estuve perdido en mis pensamientos mientras lo preparaba.
— ¿Condón? — Pregunto.
El señor Park señala el minibaño de la oficina. Y con el bichito de los celos molestandome me aproxime al baño para buscar el dichoso condón que resultó ser un inmenso paquete de este.
No te pongas celoso por nada no te pongas celoso por nada no te pongas celoso por nada.
— ¡Jungkook!
Y ahora es el señor Park el desesperado.
— Si, ya voy.— Regreso con él después de haberme puesto la protección.
Me instalo entre sus piernas e ingreso en su interior. Lo observo arquearse y abrir su boca mientras gime al tenerme por completo. Enrolla sus piernas en mis caderas y se aferra a mi espalda cuando empiezo a embestirlo. Su cuerpo se sacude en cada movimiento, es tan excitante ver a alguien como el señor Park debajo de mi gimiendo mientras lo follo con ganas.
— ¡Más! ¿Esto es todo lo que tienes?
Me esta retando.
Enojado aumento la velocidad de mis embistes. Él pega un grita e incrusta sus uñas en mi espalda, lo cuál aparte del dolor me causa un gran placer porque eso me dice que lo está disfrutando tanto. Que le soy suficiente como compañero de sexo. Le quiero dejar una buena impresión y que me recuerde como uno de los mejores entre los tantos que ha tenido como compañero de sexo.
— ¿Te es suficiente o quieres más? — Me burlo al notar que se está mordiendo los labios para callar sus gemidos.
— Quiero montarte.
Asiento.
Me retiro de su cuerpo y tomo asiento en el sofá. Ayudo al señor Park a instalarse en mi pene y él baja sobre este sin nada de delicadeza.
Empieza a moverse increíble, de lado a lado, de arriba a abajo, con una experiencia evidente y los celos regresan a mi. No puedo controlarlo, y lo hago notar al empujar en su interior al ritmo de sus saltos. El señor Park se sigue contorneando sobre mi con su formada figura, siento que en cualquier momento explotare pero me aguanto porque quiero que el señor Park sea el primero en correrse.
— Quiero disfrutarte mucho tiempo. — Habla entrecortado sin dejar de moverse.— Quiero descubrir hasta tus minúsculas debilidades en el sexo.— Y se acerca a mis pezones donde los lame, los muerde y chupa, eso fue un desborde de placer para ambos.
Suficiente para llegar a un orgasmo bestial. Ambos jadeamos exageradamente como si estuviéramos en celo. El señor Park termina cansado, se mantiene sentado con mi ahora flácido miembro aun dentro de él. No sé que me pasó por la mente pero tuve un impulso y me atreví. Rodeo su cintura con mis brazos y lo acerco a mi, de manera que nuestros pechos quedan pegados, tanto que podía sentir los latidos de su corazón.
Fue como una paz, en ese minuto que duró el abrazo fue como una paz y tranquilidad con él pero se dió cuenta de lo relajado que estamos que de inmediato se separó de mi cuerpo. Alejándose a unos metros volteó a verme y lo noté extraño.
— Ya puedes irte.
Esas palabras tan simples me lastimaron. Aunque... ¿que esperaba de él? ¿Mimos y palabras cursis después del sexo?
— Si, claro.— Contesto y recojo mi ropa para vestirme.
El señor Park desnudo caminaba de un lado a otro. Me confundía su actitud. Abrumado camino hacia la salida pero me detengo cuando habla una vez más.
— Pronto empiezas a ir a la universidad.
¿Qué?
— No entiendo señor.
— Estoy enterado de que abandonaste tus estudios para ponerte a trabajar para tu madre enferma.— Se detiene para analizar mi reacción.— Y yo hablé con unos contactos, seras recibido si te preparas y das todo de ti. Estoy seguro que esta noticia te alegró mucho.
Mentira no es, por eso no niego nada.
— Me gustaría asistir a la universidad.— Soy sincero con mi respuesta.
Y le dedico una sonrisa que también es sincera.
(...)
Cubro mis oídos para no escuchar las ruidosas carcajadas de Taehyung. Desde que terminé de contarle todo lo sucedido con el señor Park en nuestro primer encuentro íntimo, él no deja de reírse por mi versión de como estaba nervioso a ser el pasivo.
— Es que.... Me imagino que estabas preparándote mentalmente para que te la meta y no fue así. Quedaste bien payaso amigo.
— Ni lo repitas.— Bufo y algo enojado le dí una mordida a mi hamburguesa.
Taehyung palmeo mi espalda aun riéndose pero se calla cuando llega unos clientes al local de comida rápida donde él es empleado. Lo observo atender a los clientes y sonrio por lo trabajador que es mi amigo. Estoy seguro que yo también me veo así cuando trabajo.
Mi amigo regresa a mi lado y continúa riéndose, a lo que ruedo los ojos.
— ¿Y que tal es el señor Park moviéndose? ¿Es bueno en la cama?
Suspiro.— Bueno le queda corto. Es increíble, se nota que tiene mucha experiencia follando, mucha.
Taehyung se asombra.
— ¿Tanto así? ¡Yo también quiero probarlo!
Aprieto los puños ante lo que dijo mi amigo.
— Como mencioné antes, el señor Park es quien escoge a sus acostones. Por eso me perseguía en el bar hasta que cedí a estar en su cama como compañero de sexo.— Más que explicación fue una indirecta para mi amigo.
Taehyung no captó y siguió comentando sobre el señor Park.
— Cuando se aburra de ti, presentamelo, yo también quiero a un millonario que sepa moverse bien en la cama. Así como el señor Park.— Se muerde los labios al finalizar.
Eso fue suficiente.
Apreté tanto mis puños que se hicieron blancos. Taehyung no es tonto. Lo notó y enseguida soltó otra carcajada.
— Calma amigo. Es todo tuyo. Era broma, no lo decía en serio.— Me tranquiliza.
Solté un suspiro y niego con la cabeza.
¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy actuando así por él?