—¿No busca un culpable? —Su voz fue fría y sus palabras directas. Sin rodeos.
—Sí. —Contesto.
—Le propongo algo, joven Fletcher. —Hizo una pequeña pausa, y llevo su mano derecha hasta el fondo de su bolsillo derecho del pantalón. De allí, saco una pequeña grabadora de bolsillo en color plateado y la dejo con cuidado sobre la pequeña mesa, por un lado de la camilla —¿Por qué no lo hace usted?
—¿Qué? —Se mostró un poco confundió. ¿Era en serio lo que le pedía? Fletcher miro la pequeña grabadora y quiso tomarla entre sus manos y destruirla a la mierda.
—Preguntarle y grabar. —Dijo con más claridad en sus palabras.
Lo que Farkas estaba pidiendo era una confesión...
—Haha—Soltó casi como una risa burlona y dejo que toda su compostura lo abandonara —Usted cree que Alex lo hizo...
Se llevó la mano derecha hacia la frente e hizo una expresión de molestia mientras sostenía una sonrisa incrédula y falsa.
—Mi pareja es un Omega, embarazado, delicado y débil. Además, le aterran los alfas. Y me está diciendo que le pudo haber roto la cabeza, a un Alfa con una musculatura dos veces mayor... ¿Es acaso un chiste? —Fletcher realmente no supo cómo reaccionar y lo tomo como una broma. Soltó la carcajada sin importarle nada. Después de todo, si aquel alfa frente a él, ofendida tan abiertamente la moral de su pareja, ¿Por qué no podía el burlarse de algo tan tonto?.
—Haa —Soltó un suspiro marcado y se cruzó de brazos mientras veía como el hombre sobre la camilla se burlaba de él. Se le agota la paciencia. —No entiendo que es tan gracioso.
Fletcher se detuvo. Miro con dirección hacia el hombre y cuando se dio cuenta de que Farkas lo miraba con total seriedad, se dio cuenta de que realmente no mentía.
—Joven Fletcher, será mejor que coopere —Dijo ya con un tomo más serio. Fletcher le estaba complicando las cosas demasiado. Y, aunque no quisiera, tiene que buscar mostrarle autoridad, verdadera autoridad —La persona que resultó herida es el alfa de la manada Nyx. Es algo que no podemos tomar a la ligera.
—¿Me está diciendo que es más importante lo que le sucedió a su hijo, que si está vivo que lo que le sucedió al mío? Que, a diferencia, está muerto. ¡Mi hijo!. —Exclamo a la defensiva con el rostro casi rojo de la furia y las manos hechas puño.
Fletcher ya no puede con el insulto que le genera a su persona, a su pareja, a su difunto hijo, y a su manada, el hecho de que tomen más en cuenta a un alfa, que a un Omega que tienen el mismo rango.
—Joven Fletcher, por favor, no haga un escándalo mayor. Créame que es un verdadero dolor de cabeza tener que lidiar con las leyes. Las leyes no perdonan a nadie. Ni a razas, ni géneros, ni a reyes y reinas o gobernantes.
—Confió plenamente en que mi pareja no haría algo así, él no sería capaz de mentirme ni de traicionarme. Mucho menos de tratar de asesinar a alguien. E incluso si llegara a pensar en algo así, no lo haría sin motivos válidos. Así que nos enfrentaremos al peso de la ley si es necesario.
—¿Está seguro de eso? —Hablo en crudo, cuestionando las palabras de Fletcher de manera abierta, sin tapujos.
—Totalmente seguro —Fue una afirmación con total confianza — Pero... ¿Qué hay de su hijo? ¿Qué hacía en la residencia? ¿No se supone que cuando tienes huéspedes, les das privacidad? —Tres preguntas retóricas salieron disparadas de su boca con veneno, trata de desacreditar a Farkas con la misma velocidad que él intenta difamar a Alex —Lo siento, pero yo he tenido huéspedes y jamás me he metido en sus alcobas durante la noche mientras sus parejas no están.
Lo que Fletcher dijo fue una total falta de respeto; Difamación.
Estaba tratando de decir que Decker era un roba esposos, de... Dudosa moralidad. Fue un contraataque un poco desesperado, pero pareció rendir frutos.
El alfa frente a él apretó la mandíbula y se notó a simple vista, era como si tratara de tragarse las palabras que amenazan con salir de su boca.
—Puede seguir tratando de culpar a Alex una y otra vez, puede seguir creyendo que mi pareja es tan potencialmente agresivo como usted lo afirma. Pero incluso si eso es cierto, no dejaré de defenderlo.
—Solo busco a un responsable.
—Y yo quiero a mi hijo de vuelta.
Farkas no responde, está más que claro que no sabe que decir, está frente a otro alfa de manada, no puede simplemente ir y demandar obediencia, eso sería aún peor que ofender a la luna de la manada Antonov.
Lo que Farkas trato de hacer al tratar de "Asustarlo" con el supuesto peso de la ley. Era como decir; Tengo el control de la situación, dame lo que quiero o te destruiré. Fue simple de entender. Farkas estaba manipulando información, así podría tratar de hacerse pasar por "Bueno" frente a Fletcher y tratar de hacerlo ceder por las buenas. Cosa que no pasó. Así que decidió ir por las malas.
Fletcher se resistió y Farkas, inevitablemente, mostró su verdadera naturaleza. Una naturaleza agresiva, un verdadero lobo escondido bajo la piel de un cordero. Y, aunque sabe muy bien que todos, incluyéndolo a él, son así, se sintió extrañamente defraudado y decepcionado.
Farkas busco contraatacar, palabras en forma de dagas buscaron salir de su boca, entreabrió los labios e inhaló llenando sus pulmones de veneno.
—Mi hijo- —Pero se vio fuertemente interrumpido —¡...!
Farkas tuvo que detener su hablar y darse la vuelta para ver qué estaba sucediendo. La respuesta a su pregunta realmente no llego mucho después.
Andrey entro por la puerta sin tocar ni nada, simplemente la abrió de para en par y entro, sus intenciones no estaban en interrumpir una discusión disfrazada de conversación, pero las palabras que lleva en la boca son importantes.
—Alex despertó.
Las palabras fueron claras; Alex lo necesita.
En ese momento, Fletcher sintió como se le encendieron las alarmas en la cabeza. Sabe bien cómo puede llegar a ponerse Alex cuando se encuentra confundido y asustado. Debe correr y auxiliarlo, debe decirle que allí está para él, debe decirle que todo estará bien y que podrán superar este terrible acontecimiento, juntos…
Pero no puede levantarse, sus piernas se encuentran adormecidas y cansadas, al igual que algunas partes de su cuerpo que las sienten adormecidas, es estresante querer levantarte y no poder hacerlo.
Sus piernas pican, le recorre una terrible sensación de hormigueo, desde los muslos, hasta los dedos del pie, pica, en ocasiones arde y le produce una sensación de cosquilleo justo en los dedos del pie. Cada vez que las mueve, el cosquilleo vuelve y le prohíben la movilidad. Inevitablemente, se siente aprisionado y vulnerable.
Pero eso no le impedirá llegar a Alex.
—¡Llévame con él! —La orden fue clara, Andrey ni siquiera lo pensó mucho. Siempre obedecerá lo que Fletcher diga, y si Fletcher dice que lo lleve, así tenga que cargarlo o arrastrarlo, lo llevará.
El soldado, al ver el cuerpo semi desnudo de su alfa mostrarse tan abiertamente, simplemente se acercó al sillón, por un lado, tomo la gabardina que llevaba Fletcher el día del atentado y se la coloco suavemente sobre los hombros.
Piensa honrar el honor de su alfa por encima de todo.
Y bajo la atenta, confundida y aturdía mirada de Farkas, Andrey ayudo a Fletcher a tocar el suelo con la planta de los pies y lo sostuvo de la cintura para ayudarlo a levantarse. Es la única manera en la que puede mover a Fletcher; Un hombre que pesa lo mismo que él y, aún es más grande.
Hace lo posible por sostener al gran alfa, pero le es imposible sostener todo el peso de Fletcher en un solo brazo. Su brazo se dobla hacia abajo y su codo amenaza con romperse. Pero incluso si su hueso se rompe y se sale, Andrey obedecerá y llevara a su alfa a dónde esté lo desee.
Sin reprochar.
Farkas guardo silencio y se hizo a un lado, pero al ver que Andrey batalla un poco para sostener a su amigo sin lastimarlo, decidió hacer algo, no le gusta quedarse a ver cómo los demás batallan. Así que se acercó del otro lado e hizo lo mismo; Cruzo el brazo de Fletcher sobre su hombro y le sostuvo de la cintura para evitar que callera.
—Vamos —Miro a Fletcher a los ojos y luego asintió con la cabeza, fue como si le dijera; Ve con tu esposo, hablaremos en otro momento.
Y el joven Antonov, lo agradeció de igual manera; Asintiendo con la cabeza.
De algún modo, la furia burbujeante que albergaba Fletcher en su interior, pareció disiparse un poco.
Y entre tambaleos y pasos de agua, lograron llevar a Fletcher hasta la puerta de la habitación donde se encontraba Alex, batallaron mucho y un par de veces casi calló al suelo de rodillas al no poder soportar la sensación de hormigueo, pero en cuanto llegó frente a la puerta, toda sensación que no fuera dolor en su corazón, dejo de parecer importante.
Luego, se detuvo de golpe al sentir como su pecho se llenaba de dolor, y se pregunta a sí mismo si realmente está listo para entrar en la habitación. Traga saliva y siente el nudo en la garganta obstruyendo un poco su respiración.
Es una sensación tan pesada.
—Tranquilo... —Murmuro el soldado tratando de darle fuerzas a su amigo, sabe que no es fácil lo que está por venir, debe enfrentar una dura y triste realidad en pareja. Ver con sus propios ojos el destruido cuerpo de su pareja agonizando en tristeza.
Después de cierto tiempo, el alfa tomo valor, asintió en dirección a Andrey tratando de decir que ya estaba listo.
Quito su mano del hombro de Farkas, como si le dijera; Desde aquí voy por mi cuenta. Y se alejó lentamente mientras se sostenía de la puerta. El hombre entendió y se alejó mientras observaba a Fletcher y Andrey entrar en la habitación y cerrar la puerta.
Era más que obvio que no le permitirían cruzar, y les dio espacio. Se puso en el lugar de Fletcher y se dio cuenta de que se habría vuelto loco si su pequeña hija hubiese muerto. Fletcher debía ser un hombre demasiado fuerte para no haberse vuelto loco desde hace mucho. Y con eso en mente, agacho la cabeza un poco avergonzado y se retiró.
Ya en la habitación, cuando los dos alfas estuvieron adentro, Erick los recibió rápidamente con ayuda.
—En serio que si te sigues forzando tanto morirás —Murmuro Erick, sintiendo una jaqueca indescriptible, sabe que la herida de Fletcher puede abrirse en cualquier momento, pero también sabe que no recibirá un "No" como respuesta y hará hasta lo imposible por llegar con Alex.
Es inútil tratar de detener a alguien con tal fuerza de voluntad.
—Alex... —Murmuro el alfa al ver a la distancia como su pareja yacía recostado sobre una cómoda cama matrimonial en el centro de una habitación blanca y limpia. El aroma a desinfectante, el clima fresco y el lugar silencioso, dan tal sensación casi idéntica a una habitación de hospital. Pero de igual manera, es un ambiente deprimente y solitario.
Los ojos del alfa inevitablemente se llenaron de lágrimas al no recibir respuesta, sus párpados se abrieron y cerraron rápido, trataba de retener las lágrimas con desesperación mientras paso a paso se acerca.
[Tump Tump, Tump Tump]
Su corazón se aceleró y chocó contra su pecho de una manera escandalosa, su piel se sintió fría mientras gruesas gotas de sudor rodaban sobre su cuello y se sintió como un animal yendo al matadero; Sintió terror.
Fue la primera vez que temió acercarse a Alex. Y conforme se acerca, sus piernas se volvieron débiles, amenazaron con detenerse y su respiración se agitó.
—Alex... Cariño —Cuando está lo suficientemente cerca de su pareja y puede ver con claridad el rostro del chico recostado sobre la cama; Sintió náuseas.
Hay una expresión apagada, es una expresión de derrota, de tristeza infinita que se expande por sus ojos, su boca y sus finas facciones.
Los ojos llenos de lágrimas, los labios ensangrentados y la manera en la que soporta el llanto reteniendo los gritos en su garganta es desgarrador.
Se aferra obstinadamente a tratar de aguantar sus sentimientos y aprisionarlos en su corazón sin dejarlos escapar. Es como si dijera abiertamente que ya no confía en nadie.
Fletcher detesta eso, detesta saber que Alex se esforzó en sus terapias durante meses para superar el dolor, el miedo, la desolación y la desconfianza, para que un día, simplemente volviera al punto de partida e incluso retrocediera aún más.
Avanzaron un paso y retrocedieron tres.
—Alex, amor, mírame —Susurro con palabras dulces mientras el alfa se sienta sobre la cama tratando de no reabrir su herida en el proceso.
El general y el soldado se dan la vuelta y salen de la habitación dándoles espacio y privacidad.
—Cariño, ya estoy aquí...
Cuando esas palabras salen de su boca, el alfa puede ver claramente como Alex arruga el rostro con tristeza y tres lágrimas brotan de sus ojos.
"Ya estoy aquí" aquellas palabras llegaron demasiado tarde e inevitablemente destruyen su corazón.
—Alex, mírame amor —Se inclinó incluso cuando sintió su herida doler, solo para tocarle el rostro con dulzura, le acaricio las mejillas, limpio sus lágrimas y le plantó un beso en las comisuras de su boca —Perdóname por no estar allí para ti.
Cada vez que abría su boca, era para pedir perdón, incluso si no fue su culpa lo que sucedió, no puede evitar sentirse culpable, por dejarlo solo, por traerlo a un nido de bestias, por no haber estado cuando más le necesito...
—Amor... ¿Podrías mirarme? Por favor... —Murmuro con súplicas tratando de hacer que Alex le mirara, sus ojos están concentrados en la ventana de la habitación que da hacia afuera. Observa el paisaje del atardecer que se vuelve poco a poco nocturno y aprieta su mandíbula de manera caprichosa. —Yo-
Cuando más palabras estuvieron a punto de brotar de su boca, una simple frase lo detuvo y cambio el ambiente totalmente.
El ambiente paso de ser triste y melancólico a volverse tenso y volátil.
—Fletcher... Terminemos.
Fue una frase dura y fría que jamás pensó escuchar, que hasta incluso le quitó el aliento y le hizo sentir aún más aterrado y molesto; Lo que Alex dijo, no fue una pregunta, no, lo que le dijo fue una afirmación, no le estaba preguntando su opinión, no le pregunto cómo se sentía al respecto con la decisión o si quería o no. No era una decisión de dos.
Fue como una fuerte bofetada que lo dejo aturdido.
—¿Qué estás diciendo...? ¿P-porque dices esto? —Fletcher se alejó un poco de Alex buscando darle espacio para respirar y le observo fijamente con el corazón en la mano —Alex, Alex, por favor no me asustes de ese modo.
Su voz poco a poco se rompió.
—Lo que estamos pasando debemos superarlo entre los dos. Como pareja. Asi que no digas algo como esto...
Alex no respondió y tomo la cobija que le cubría hasta el pecho y la levanto hasta su cuello dejando solo su cabeza fuera de la manta, luego, de una manera infantil y caprichosa, se dio la vuelta para darle la espalda a Fletcher.
Fue como si le dijera; No.
El alfa se quedó callado, las palabras simplemente no salieron de su boca y lágrimas de tristeza bajaron de sus ojos.
Sin poder evitarlo, arrugó el rostro con dolor y agacho la cabeza mientras las lágrimas recorrían su rostro. No sabe cómo lidiar con algo así, no sabe de palabras de consuelo.
Inhaló y busco calmar su respiración que parecía querer volverse una taquicardia. Es inevitable sentirse tan desesperado en un momento así. Sintió como si se le fuera el aire de golpe, se asfixia, se ahoga y su cerebro parece palpitar dentro de su cabeza de una manera estrepitosa.
Duele, todo en su cuerpo duele y tiembla. Jamás en su vida, Fletcher se ha sentido tan frágil y vulnerable.
—No me abandones... —Las palabras salieron por si solas, ni siquiera tuvo que pensarlo. No sé, sintió avergonzado, no sintió que estuviese mendigando amor o denigrándose, sintió que era lo único que podía salir de su boca.
Cuando no recibió respuesta, se recostó sobre la cobija que cubría a su Omega, justo detrás de Alex, como solía hacerlo siempre y llevo su mano derecha hacia la cintura de Alex. Cuando su mano llego hacia el abdomen plano, se sintió terrible; Por un instante olvidó que Tulipán ya no estaba en su nido, había marchitado...
—Hug... —El alfa sintió como un grito de agonía se retenía en su garganta cuando palpo una zona indebida. Una zona que es vulnerable y prohibida. Una zona donde ya no había nada —Alex...
Susurro con cuidado y le planto un beso en el cuello.
—Cariño...
Volvió a susurrar mientras rodeaba su cuerpo con la mano derecha y le apretaba contra su cuerpo buscando brindarle calor. Quiere derretir las frías murallas de hielo que Alex ha colocado alrededor de su corazón.
—No te dejaré solo. No te abandonaré, jamás voy a aceptar que te vayas de mi lado. No lo permitiré...