JUNGKOOK:
Me va a coger.
Es lo que mi mente repite cuando estamos a solas en una amplia habitación que parece estar preparado para nosotros. Porque aparte de cama, tiene látigos y muchos juguetes sexuales. Siento nervios por lo que va a suceder, me voy a entregar a él, dejaré que invada una parte que tan solo imaginarlo me da escalofríos pero tengo que hacerlo. Voy a dejar que pase.
Pego un brinco cuando siento sus manos paseándose por mi cuerpo.
— Relájate chico.— Susurra sobre mi oído.
El ambiente se pone extraño a medida que sigue acariciando mi cuerpo, se siente el calor aumentar por lo que suspiro aliviado cuando me desnuda el torso. Uff, si que hace mucho calor en esa habitación.
Quiero creer que siento ese calor por estar encerrado en esa habitación y no por el señor Park y sus caricias.
— Me gusta, sigue así, relajadito.— Sonríe, mirándome a los ojos y deslizando su mano desde mi pecho hasta mi entrepierna donde deja un apretón.
Formo una mueca en mis labios y nervioso, pido: — Hágalo de una vez.
El señor Park ríe a carcajadas y niega, ignorando mi petición. Lleva una mano a mi rostro y me acaricia, haciendo que cierre mis ojos por instinto. Lo siento pegarse a mi cuerpo y pronto, lo siento presionando sus labios con los míos. Me besa al principio de una manera suave pero cuando empuja su lengua en mi boca me obliga a seguirle el ritmo que aunque él sea quien mande, no dejaría que me gane en esta guerra de lenguas. Jadeamos sobre nuestras bocas y esto se pone diferente a como iniciamos.
Abro los ojos y me encuentro con los suyos cerrados mientras sigue moviendo su boca con la mía. De cerca es más atractivo no lo puedo negar, esas facciones que tiene y esa expresión de cejas fruncidas me hicieron ponerme duro. Si, duro. ¿Por Park Jimin? Debo estar muy necesitado como para caer rápido y tener deseos sexuales cuando hace poco sentía aberración ante la idea.
Con un hilito de saliva, por fin se separa de mi boca.
— Delicioso...— Se lame los labios.
Mi pene salta de gusto ante ese acto y él se dio cuenta. Sentí morirme porque justo en ese momento tuvo que llevar su mano a mi entrepierna para acariciar. Él sintió toda mi erección.
— Señor Pa...— Callo ante su mirada retadora y corrijo.— Jimin por favor inicia de una vez.
— Si que estas desesperado por follar.— Se burla.
Desesperado porque acabe esto.
Estoy pensando seriamente en buscar después a una mujer para borrar rastros del señor Park. En el contrato no decía nada sobre estar prohibida relaciones con mujeres pero si con hombres, porque me quiere solo para él. Aunque se puede dar cuenta si hago esa barbaridad a sus espaldas, mejor no me arriesgo.
— Jungkook.— Lo miro cuando pronuncia mi nombre en un tono ronco.— No tendré compasión. Lo quiero todo de ti. Disfrutar de tu cuerpo.
Mmm...
¿Se supone que eso debe ponerme más duro?
Bueno. Funciono aunque aún no lo asimilo.
— ¿Tienes experiencia estando con hombres?
Asiento, pero no digo lo demás, que solo he sido activo en las relaciones sexuales. Grave error.
Regresa a mis labios para atacarme en un beso sucio. Me derrito ahí mismo y dejo que me empuje hacía la cama donde sigue atacandome de besos y mordidas pero esta vez en mi cuello. Me muerdo los labios y retengo los sonidos que quieren salir. Eso enojó al señor Park.— No
te detengas.— Ordena y tengo que obedecer. No controlo mis gemidos y dejo que resuenen en la habitación. Ladeo la cabeza dándole más acceso a mi cuello donde sigue atacando, donde dejaras marcas que serán difíciles de cubrir y parece que le excita la idea por el empeño que pone en hacerlas.
— Eres exquisito.— Murmura separándose de mi cuello y mirándome a los ojos, me besa de nuevo.
Me besa con lentitud, mis puños se sujetan de su traje que aún no se lo retira. Y no es que quiera que lo haga pero no me parece justo que me este desnudando y él se mantenga con sus prendas. Su lengua en mi boca causa que me pierda de nuevo, le correspondo de la misma manera intentando seguirle el ritmo dominante. Mis labios se mueven sobre los suyos de manera tosca pero exquisita, debo aceptarlo, su beso es excitante y delicioso, es mucho placer y quisiera que siga así pero sé que el placer se esfumara cuando me haga su pasivo.
El señor Park se separa de mis labios jadeante y con una sonrisita y mientras recupera la respiración de a poco, empieza a quitarse también sus prendas. Lo observo, observo la piel lechosa de su pecho que no imagine que tendría un tipo como él. Sus pezones se veían exquisitos que provocaba pasar la lengua por ellos. Esa cintura, dios era perfecto y lo que me gusta en el cuerpo de alguien para joderlo hasta que grite alto mi nombre. No necesito imaginarlo, con la esbelta figura el señor Park debe tener un trasero exquisito.
¿En serio este hombre que desprende sensualidad con su cuerpo perfecto me va a follar y a hacerme su sumiso?
Es de locos.
Sus manos comienzan a tocarme de nuevo y esta vez, desliza mi pantalón con la ropa interior, dejandome desnudo y expuesto ante él. Mi cuerpo siente más calor ante su intensa mirada que me recorre de arriba a abajo.
— No me arrepiento de este contrato. Que beneficioso es tenerte desnudo en mi cama.
Solté un grito cuando mordió uno de mis pezones.— Eso dolió Jimin.— Me quejo.
El señor Park ríe y sigue pasando su boca por otras zonas íntimas de mi cuerpo. Presiona su boca sobre mis muslos y sube con lentitud, torturandome en el proceso. Y llega a mi dura erección, donde pasa la lengua. Cierro los ojos y aprieto las sábanas de la cama ante lo que estoy sintiendo. No puedo ni saber lo que siento pero es diferente al resto. Un profundo hormigueo que solo siento cuando estoy en pleno acto pero el señor Park solo esta dándome una mamada y ya me llevó al paraíso del orgasmo.
Pensé que me correría de esa forma pero se alejó de mi pene para levantarse de la cama y buscar algo, lo veo regresar con lubricante, condones y un juguete sexual que no tengo idea como funciona.
— Me gusta jugar mucho antes del sexo. Así que abre las piernas.
Tiemblo, porque pienso que ya empezará a invadir esa zona que...
Hago caso y abro las piernas para él, con una mueca observo como sujeta el juguete sexual y lo coloca sobre mi pene, de manera que cubre mi erección y presiona mis testículos.— ¿Qué es eso? — Pregunto curioso, sin embargo, recibo la respuesta cuando saca un pequeño control y enseguida siento vibrar mi entrepierna.
— Ah~ah.— Me retuerso en la cama.
— Preguntaría si te gusta pero tu expresión de placer me es suficiente respuesta.
Maldigo a Park Jimin, él está jugando con mi cordura.
Fueron minutos de intensidad, sentí ahogarme en mis jadeos y sonreí satisfecho cuando siento liberarme. El señor Park se da cuenta y apaga esa maldita cosa, con una sonrisa me retira el juguete y fui iluso al pensar que acabó todo. Con sus manos masturbó mi pene y este revivió después del anterior orgasmo.
Maldigo traidor.
— Esto recién empieza. Y como es nuestra primera vez juntos te probaré rápido, ya otro día probaremos más cosas.
Asiento agradecido, la verdad quiero que se acabe de una vez.
Mi corazón se acelera cuando lo observo sacarse lo último de prendas y quedar desnudo ante mi vista. Es mejor de lo que pensé. Y no puedo creer que todo ese cuerpo perfecto oculte debajo de trajes. Lo que daría por joderlo yo a él pero lastimosamente será al revés.
Me toma del mentón y hace que lo mire a los ojos.— Voy a iniciar con la preparación.
Trago saliva.
Observo como unta de lubricante sus dedos, cierro los ojos y espero el contacto en mi frío trasero. Espero, espero y me impaciento cuando no siento nada. Al abrir los ojos me tope con la escena más sexy que pude imaginar.
El señor Park, se metía los dedos al trasero. Él se estaba preparando. Entonces, capte de inmediato lo que sucedería. Yo no sería el pasivo, si no él.
Quedo con las mejillas calientes ante la vergüenza. Es que soy un tonto al pensar que con ese cuerpo él me va a follar a mi. Lo que no entiendo es como alguien como el señor Park necesita pagar para tener cuerpos si cualquiera mataría por pasar las manos por sus curvas sin necesidad de algo a cambio.
— Déjeme yo lo hago.— Solté sin soportar más esa escena exitante.
El señor Park asiente y se da la espalda, dejándome ver esas enormes nalgas, cuando digo enormes no exagero. Es perfecto. Ya no puedo negar que si me atrae su cuerpo. Lo siguiente que hago es sin controlar mis impulsos y lamo su entrada, deslizo mi lengua en su agujero preparándolo con mi lengua. Ayudándome con los dedos para estirarlo.
— Ahí, mueve ese dedo.— Pide el señor Park meneando las caderas.
— ¿Aquí? — Hundo más ese dedo, tocando su punto dulce y logrando que suelte un gemido para mi.
Bien. Creo que no es tan malo tener sexo con el señor Park.
Sigo preparándolo, lubricandolo de todas las formas y siento que explotare si no entro en él de inmediato.
— Es suficiente.
Me separo de él cuando me lo pide.
Lo siguiente que pasa es, él masturbando mi pene, endureciendolo más. Abre un preservativo, lo desliza sobre mi erección y espero impaciente iniciar.
Él se levanta de la cama y busca entre sus juguetes sexuales. Trae unas pinzas a la cama y las deja un momento a un lado para ubicarse encima de mi.
¿Me va a montar?
Parece que esa será nuestra primera postura.
— Recuerda gemir mi nombre. Jimin.— Y dicho eso bajo el trasero sobre mi erección.
Ambos jadeamos ante el contacto.
Se inclina para besarme un poco y se endereza para iniciar. Empieza moviéndose de lado y poco a poco aumenta un ritmo. Me siento como un tonto sin hacer nada así que llevo mis manos a sus caderas y lo sigo en los movimientos.
— Jimin.— Jadeo ronco y con los ojos entrecerrados.
— Pongasmosle más placer a esto.
Y entendí sus palabras cuando después uso esas pinzas que trajo a la cama en mis pezones. Los torturó con estas y grité ante el dolor, no me quedo de otra que sujetarme con fuerza de sus caderas y retocerme mientras él continuaba saltando freneticamente sobre mi.
Es una sensación exquisita. Dolor con placer.
Sentí pronto llegar al clímax, con una sonrisa plasmada en mi rostro disfruto de estar en el paraíso por unos momentos pero regreso a la realidad cuando escucho al señor Park gritar y caer desplomado sobre mi cuerpo.
¡woow!
Nunca antes había experimentado esto. Fue increíble.
Park Jimin, aquel hombre que al principio me caía de la patada, me acaba de dar el mejor sexo de mi vida.
¿Y lo mejor?
Que él me paga por esto.
Creo que no fue una mala idea después de todo. Disfrutaré hacer esto.