Vida de Papá

By SingtuanKrist

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Arthit está decidido a tener una vida respetable. Estudió una carrera y ahora está buscando empleo para demos... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Epílogo

Capítulo 24

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By SingtuanKrist

KONGPOB

Veinte minutos no era mucho tiempo, y se acortó aún más cuando Kongpob tuvo que contenerse para no dar un puñetazo en la cara a Warut. La mirada engreída y triunfalista que arqueaban las comisuras de los labios de su primo y brillaba maliciosamente en sus ojos era horrorosa. Kongpob quería borrar esa expresión de su rostro.

—Lárgate de mi oficina, —Kongpob espetó. Quería quedarse y enfrentar a Warut por las cosas que había dicho, pero su cuerpo le urgía a correr tras Arthit. Warut hizo la elección por él, bloqueó la puerta, manteniendo a Kongpob dentro.

—Ya no es tu oficina.

—Lo es por los próximos veinte minutos. —La mano de Kongpob se crispó y casi se dejó agarrar a Warut del cuello. Solo su amor por Dae le evitó hacer eso. No quería que su hijo estuviera implicado en una pelea. —Lárgate.

—¿Quieres que llame a tu putita para que vuelva? —Preguntó casualmente Warut mientras salía por la puerta. Dae empezó a llorar, sus chillidos agudos llenaron sus oídos y lo arrastraron de vuelta a la tierra. —Veré si puedo dar con ella.

—Deja a Arthit fuera de esto. —Kongpob no tenía ni idea de qué pensar sobre de lo que se había enterado, pero sabía que no confiaba en Warut . Tenía que haber una explicación. —Él no te ha hecho nada.

Warut resopló, pero no hizo ningún comentario. Salió de la oficina, dejando a Kongpob atender a su bebé.

Todo lo que Kongpob quería hacer era salir de todo y olvidar lo que había sucedido, pero ser padre anulaba sus necesidades. Se apartó de la puerta y se acercó al lado de Dae, lo soltó de la sillita del coche y lo tomo en brazos.

—No pasa nada, hombrecito, —Kongpob murmuró. Sujetó a Dae contra su pecho y le dio palmaditas en la espalda. —Vas a estar bien. Sé que he hablado con un tono que no debía, pero algunas veces los adultos necesitamos hacerlo. No estás en problemas. Estás a salvo. Nunca dejaré que nada te pase.

Incluso si eso significaba separar los caminos con Arthit.

Kongpob cerró los ojos, meciendo a Dae suavemente en un intento de calmarlo.

—Tú y yo somos un equipo. Vamos a hacer esto funcionar. Sé que no va a ser divertido, pero ambos vamos a ser valientes el uno para el otro, ¿bueno? Nadie va a hacerte daño. No vas a sufrir ni un solo día de tu vida.

Gradualmente, los gritos de Dae se fueron apagando. Balbuceó contra la camisa de Kongpob, probando consonantes en patrones al azar.

Kongpob estaba acostumbrado a escuchar los pequeños sonidos y todavía lo asombraban. Su hijo estaba creciendo tan rápido. En poco tiempo, estaría hablando y caminando, y después ya no necesitaría a Kongpob tanto como lo hacía.

No necesitaría a Arthit, tampoco.

—No importa lo que duela, tú estás primero. Lo prometo. —Kongpob besó la parte superior de la cabeza de Dae. —¿Puedes ser valiente por mí ahora y sentarte en tu sillita mientras papá recoge sus cosas? No es mucho. Vamos a estar bien.

—¿Kongpob? —No era Warut el que hablaba desde la puerta, sino Kyuhyun . Kongpob miró sobre su hombro para encontrarse con su amigo con el rostro demacrado. —Yo, eh, he oído lo que ha pasado. Alguien ha escuchado la discusión y ha corrido por todas las plantas. Tenía que venir para ver si era cierto.

Kongpob frunció el ceño.

—Es verdad.

—Mierda. —Kyuhyun entró en la oficina. Cruzó las manos sobre su pecho. —No puedo creer que Warut te hiciera eso. Todo el mundo de los pisos inferiores está de tu lado. Todos hemos visto lo que ha pasado desde que te tomaste la baja de paternidad y sabemos que los nuevos ejecutivos que contrató Warut no están ayudando. Sé que no es mucho, pero creo que mucha gente va a renunciar como protesta por tu despido. No te vas a ir sin hacer ruido, eso seguro.

Era un pequeño consuelo, pero saber que tenía aliados no pagaría sus cuentas. Kongpob manejaba su dinero con astucia y tenía suficientes ahorros para seis meses con un gasto austero, pero no había tenido en cuenta pagar el salario de otra persona.

—Deja que te ayude. ¿Qué puedo hacer? —Kyuhyun echó un vistazo por la oficina. —Tengo algunas cajas abajo puedo correr y traerlas. ¿Cuánto de la oficina es tuyo?

—No mucho. —Los muebles pertenecían a Warut, así como la mayoría de la decoración. Kongpob mantenía su espacio simple. —Unas cuantas baratijas en mi escritorio y un par en los cajones.

—Entonces, una caja. Iré a traerla. Tú empieza a recoger todo.

Kyuhyun salió. En su ausencia, Kongpob sentó y ató a Dae, luego recogió las cosas que le pertenecían. Dae le hizo compañía balbuceando y estirando las manitas, y Kongpob se entretuvo con él tanto como pudo. Recogió todo lo que le importaba, el resto pertenecía a la compañía o no tenía valor para él.

Al final, mientras tuviera a Dae, estaría bien.

Kyuhyun volvió no mucho después. Tenía una caja bajo su brazo, pequeña pero aun así demasiado grande para las pertenencias que Kongpob quería llevarse con él. Kyuhyun abrió las solapas superiores y le pasó la caja a Kongpob para que guardara en ella sus pertenencias.

—No sé cuánto tiempo más me voy a quedar ahora que Warut ha hecho esta jugarreta, —admitió Kyuhyun mientras Kongpob empaquetaba. — Este lugar se va a la mierda. Quería llegar hasta el final, pero si tú no estás allí para mantenerme cuerdo durante los almuerzos, ¿qué demonios voy a hacer?

—No estaba allí para mantenerte cuerdo durante los almuerzos hasta hace poco. —Kongpob le miró con escepticismo. —Sé que eres mi amigo, pero no tienes que exagerar.

—No he necesitado a nadie que me mantuviera cuerdo en los almuerzos hasta hace poco. A Warut se le ha ido la cabeza. Ya no tengo ni idea de qué esperar. —Kyuhyun se encogió de hombros. —Voy a buscar si hay otros lugares contratando. Tengo diez años de sólida experiencia aquí. La mayoría de la gente abandona el barco mucho antes. Cualquier empleador potencial verá un historial como ese y me considerará una inversión sólida.

—Sí entro en algún sitio rápidamente, te informaré de los puestos disponibles. —El temor estaba todavía allí, tan profundamente arraigado al estómago de Kongpob que era imposible sacarlo, pero no permitiría que pudiera con él. La situación daba miedo ahora, pero tenía un clavo al que agarrarse. Todavía podía hacer las cosas funcionar. —No tengo nada más que hacer con mi tiempo ahora salvo buscar empleo, así que si encuentro algo, te lo enviaré.

—Gracias. —Los artículos del escritorio de Kongpob estaban guardados en la caja. Kyuhyun la dejó en la mesa, luego pasó una mano sobre el hombro de Kongpob. —Pero yo soy quien debería darte apoyo en este momento. Todavía tengo trabajo... de momento. Si hay algo en lo que pueda ayudarte, dímelo.

—¿Crees que puedes llevar la caja al coche por mí? Tengo que llevar a Dae.

—Sí, por supuesto. —Los labios de Kyuhyun se movieron ligeramente. — Pero, creo que tal vez deberíamos esperar un segundo. ¿Qué pasó con el chico que contrataste para que cuidara a Dae?

Kongpob sacudió la cabeza. Se le encogió el corazón. No sabía qué había pasado con Arthit, pero después de lo que Warut le había dicho, no era una sorpresa que Arthit hubiera salido corriendo.

—Si no quieres hablar de ello, está bien, pero... —Kyuhyun dejó de hablar, luego sacudió la cabeza y empezó de nuevo. —Pase lo que pase, cualquier relación que tengas, si él es bueno para Dae, debe haber alguna forma de hacerlo funcionar. Sé que vas a estar en casa por tu cuenta ahora, y realmente no me corresponde intervenir, pero desde que regresaste pareces tan feliz, y odiaría que eso cambiara.

—¿Crees que mi felicidad está atada a él? —Kongpob no estaba fuera del closet en el trabajo. Él no estaba fuera, punto. Ahora que Kyuhyun lo sabía, sabía que podía ser más honesto sobre su vida amorosa, pero a Kongpob no le entusiasmaba la idea de transmitir su sexualidad al mundo.

—Sé que lo estás. —Kyuhyun se rio. —Reconozco el amor cuando lo veo, y voy a aventurarme y decir que tu lindo niñero es el que te hace verte así. No sé los detalles y, francamente, no quiero saberlos, pero sé que te mereces ser feliz sin importar lo que Warut piense.

Kongpob sonrió.

—Gracias.

—Así que ve a casa, pon tu vida en orden y mantenme informado de lo que está pasando. Sé que tienes mucho en tu plato, pero si alguna vez necesitas a alguien con quien desahogarte, estoy aquí. —Kyuhyun se metió la caja bajo el brazo y señaló hacia la puerta. —Vámonos antes de que seguridad nos patee el culo, ¿vale?

Kongpob se rio. Levantó la sillita del coche de Dae y se hizo cargo de su bolsa de pañales, luego hizo un barrido rápido para asegurarse de que no se olvidaba de nada. Se despidió silenciosamente de la vista desde la ventana de su oficina y de las paredes que habían sido su segundo hogar durante todos estos años, luego siguió a Kyuhyun hacia la puerta.

Nada en la vida era seguro. Había construido la mejor defensa posible que podía contra lo desconocido, pero ninguna preparación era perfecta.

Kongpob necesitaba tiempo para pensar. Más que nada, quería encontrar una manera de mantener a Arthit como el niñero de Dae, pero la situación era desoladora y no estaba seguro de qué podía hacer para mejorarla.

Pero encontraría una manera. Si había aprendido algo con Warut , era que no era un perdedor.

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