ARTHIT
El almuerzo no era una palabra en el vocabulario de Kongpob. Al menos, no la mayoría de los días. Hoy, agotado después de una intensa semana de cuidar a Dae por su cuenta, dedicó una hora de su tiempo a desaparecer de la oficina y desintoxicarse del estrés que era el mundo empresarial. Las previsiones no pintaban bien. Si no podía sentarse con los otros ejecutivos novatos que Warut había contratado y planificar un plan concreto con ellos, iba a suceder algo grave.
Kongpob no quería llegar a eso.
Salió por la puerta trasera, esquivando con éxito a Jisoo, la secretaria charlatana. La puerta trasera rara vez se usaba, daba aun callejón que no se mantenía muy limpio y que era utilizado principalmente por el personal de cocina de la cafetería de la planta baja, pero a Kongpob no le importaba romper con la rutina.
Ya nada de su vida era una rutina. Llegar a un punto en el que pudiera aceptar eso y seguir adelante era vital.
Además, incluso si no comía, la hora del almuerzo le vendría bien.
Kongpob miró a izquierda y derecha del callejón. A la izquierda había algunas cajas de cartón empapadas, apiladas y dejadas para descomponerse. A la derecha había un gran contenedor de basura. El callejón conducía a la calle desde cualquier dirección, pero lo que Kongpob quería más que nada era dejar algo de espacio entre él y la línea de visión de la puerta. Como un adolescente que intenta faltar a clase sin que lo atraparan, rodeó el contenedor de basura, con la intención de esconderse en el otro lado hasta que se desestresara lo suficiente como para poder volver a trabajar.
Para su sorpresa, se encontró con una cara familiar. Kyuhyun, uno de sus mejores amigos del trabajo, apoyado contra la pared al otro lado del contenedor de basura, con una bebida energética inclinada hacia sus labios. Su corbata estaba aflojada y su chaqueta de traje estaba abierta.
Parecía que llevaba allí un rato.
—¡Mierda! —Kyuhyun saltó cuando Kongpob entró en su campo de visión. La bebida energética salpicó desde la abertura de la lata. —Dios. Tenemos que poner una campanilla en esa puerta. Ha estado a punto de darme un infarto. Pensé que era Warut.
—Solo soy yo. —Kongpob se situó a su lado, apoyándose contra el muro como lo hacía Kyuhyun. La gravilla de la fachada se enganchaba en las finas hebras de su chaqueta, pero mientras no se frotara contra ella, Kongpob estaba seguro de que estaría bien. —Parece que hemos tenido la misma idea.
—Nunca te he visto por aquí antes, —comentó Kyuhyun. Bebió la bebida que se había derramado del borde de la lata. —¿Es tu primera vez o te presentas más temprano para tu puesto regular?
Kongpob rio entre dientes.
—Primera vez.
—He estado viniendo aquí desde que te tomaste tu permiso de paternidad. Las cosas se fueron a la mierda realmente rápido después de eso. Warut nos ha estado echando el aliento en la nuca todo el tiempo.
—Es bueno saber que no soy solo yo. —Kongpob miró hacia el cielo. Estaba nublado. —Quiero decir, no es que me alegre que todos los demás estén sufriendo. Es bueno saber que no estoy siendo acosado.
—No puedo decirte. Trato de mantenerme alejado estos días. — Kyuhyun sacudió la cabeza. —No tengo ni idea de lo que Warut está pensando. Es como si se hubiera vuelto loco, ¿sabes? Tal vez está celoso de que eres padre y él es un tipo soltero, malhumorado y cascarrabias acercándose a la mediana edad.
—Yo también soy un tipo soltero, malhumorado y cascarrabias que se acerca a la mediana edad. —Kongpob entrecerró un ojo y le dio una mirada bromista a Kyuhyun.
—Pero tú eres un tipo malhumorado y cascarrabias, aproximándose a la mediana edad que tiene un bebé. Eso es lo que le está comiendo vivo a Warut -Kongpob se encogió de hombros. No le gustaba pensar en eso. —Por lo que estoy pensando que desde que te volviste oficialmente padre, él ha estado actuando de forma impredecible. Es una teoría inverosímil, pero ¿qué más tengo para pensar cuando estoy aquí fuera?
—Mm. —Kongpob pensó en ello por un momento. Warut era su primo por ley, pero apenas se consideraban parientes. Un conflicto en el lado materno de Kongpob había dividido a sus tíos y tías, y las tensiones eran altas. Algunos de los primos estaban más involucrados en el conflicto que otros. Kongpob no le daba mucha importancia, pero en los últimos años, el creciente rencor de Warut hacia él había empezado a convencerle de que Warut no se sentía de la misma manera.
—Bueno, sea lo que sea, espero que lo supere pronto y las cosas puedan volver a la normalidad. La gente ha empezado a marcharse. ¿Puedes imaginarlo? Hemos tenido uno de los mejores índices de satisfacción de los empleados en la ciudad durante tres años, y ahora la gente está abandonando el barco. Algo ha estado pasando. No sé lo que pasa por su cabeza, pero espero que ustedes, los peces gordos de los puestos ejecutivos puedan enderezarlo.
Kongpob resopló.
—Si te refieres a mí, olvídalo. Warut no escucha ni una palabra que lo que digo.
—Tú y los demás. Son unos cuantos ahora. Suficiente para que escuche si todos se acercan diciendo lo mismo. —Kyuhyun pasó el pulgar por el borde de su lata. —Ya sabes, puede ser su empresa, pero te contrató por una razón. Tienes la cabeza bien amueblada, una mente aguda para los negocios y tiene suerte de que hayas decidido trabajar para él en vez de abrir tu propia compañía. Imagino que eres muy eficiente. Su negocio podría estar en peligro si decides ir a la guerra.
—Eso es halagador, pero no quiero eso. —No ahora.
Con Dae en casa, Kongpob tenía mucho más por lo que vivir que el éxito profesional. Mientras obtuviera un salario adecuado que le permitiera pagar la hipoteca y aportar a la cuenta de ahorro para la universidad de Dae, era todo lo que importaba. Trabajaba tan duro para Warut que no podía imaginar la responsabilidad que caería sobre sus hombros si se embarcaba en su propia empresa. Tal vez cuando Dae estuviera en el instituto y pudiera estar solo, lo reconsideraría. Otros quince años le darían mucho tiempo para idear un plan de negocios sólido.
—Bueno, no creo que tú quieras esto tampoco. No con Warut actuando a su manera. —Kyuhyun sacudió la lata. El sonido del líquido sobrante le dijo a Kongpob que casi había terminado su bebida. —Puede que no sepas esto, pero mientras no estabas, casi todo el departamento de contabilidad se fue.
Kongpob frunció el ceño.
—¿Contabilidad?
—Ajá. Simplemente se levantaron y se fueron. Creo que hubo una mujer que se quedó, solían ser cuatro, ya sabes. Y después que eso pasó, Warut le dijo que tenía que asumir el trabajo de los que se habían ido hasta que pudiera encontrar un reemplazo. Han pasado casi cuatro meses y nada. He oído que la contable ha estado enferma estos últimos días debido al estrés.
Kongpob apretó los labios.
—¿Está contratando a alguien?
—Está tratando de formar un equipo, pero aparentemente es duro encontrar personal calificado. No lo sé. —Kyuhyun se acercó un poco más. — Pero ya sabes, tengo el correo personal de Rosé de contabilidad y le envié un mensaje deseándole suerte. Me dijo que le iba genial y también a los otros dos que se marcharon. Aparentemente, se está abriendo una gran empresa sedienta de todo tipo de talento, contabilidad, administración, ejecutivos, cualquier cosa que pueda conseguir.
Kongpob escuchó, almacenando la información en el fondo de su mente. Sabía que ser niñero no era el objetivo final de Arthit. Con información como esa, potencialmente podría encontrar un trabajo que se convertiría en una carrera en el campo que eligió.
Pero con información como esa, dejaría a Kongpob y a Dae detrás.
—¿Crees que puedes enviarme el nombre de la compañía para la que trabaja? —Preguntó Kongpob.
Kyuhyun se rio.
—¿Pensando en dejar el barco también? No te culpo. Te mentiría si dijera que no he estado investigando, pero todavía no estoy rendido. Siento que después de que solucionemos los errores, este lugar volverá a ser como solía. Lo que sea que le haya picado a Warut morirá, y cuando eso pase, se relajará y volverá a la normalidad.
Kongpob esperaba eso, también. Conocía a Warut, y cuando Warut recobrara el sentido y viera lo que estaba pasando, haría lo que fuera para arreglarlo. Kongpob solo deseaba que no fuera demasiado tarde.
—Entonces, creo que necesito volver dentro ya. He estado fuera por demasiado tiempo para pasar desapercibido. Fue realmente genial hablar contigo hoy. —Kyuhyun se separó de la pared y asintió respetuosamente a Kongpob. —Podíamos hacer algo de esto, como el cambio de guardias. Pensé que necesitaba tranquilidad, pero ha sido muy bueno desahogarme con alguien sobre el trabajo. A Irene no le gusta escuchar sobre ello. Dice que estoy hiperbolizando.
—Está bien. No creo que estés hiperbolizando en absoluto.
—Porque tú lo estás viviendo. —Kyuhyun soltó una risita. —Gracias por escuchar. Si quieres, mañana puedes desahogarte. Te traeré una bebida energética. ¿Qué sabor te gusta?
—Una botella de agua me vendría bien.
—Aburrido, pero aceptable. Te veo mañana. —Kyuhyun agachó la cabeza, luego rodeó el contenedor de basura y desapareció.
Durante un rato, Kongpob permaneció apoyado contra la pared, pensando. Tenía las conexiones que Arthit necesitaba para comenzar su vida profesional, pero ¿podría obligarse a compartirlas?
Me hace tan malditamente feliz que no quiero dejarlo ir, pero si lo retengo y lo obligo a quedarse conmigo, ¿en qué tipo de hombre me convierte?
Kongpob cerró los ojos y dejó que la elección luchara tanto en su corazón como en su cabeza. Si le daba tiempo, uno de ellos emergería como victorioso.
Pero Kongpob ya sabía cuál estaba apoyando. Esperaba que estuviera eligiendo bien.