La bala llegó muy cerca de Fletcher y se estampó contra el suelo de una manera escandalosa.
Pequeños trozos de asfalto volaron por los aires y no pasó mucho tiempo para que todos se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo; Los estaban atacando.
—¡Al suelo! —Exclamo Erick, el general corriendo a esconderse detrás de uno de los autos buscando que en ese lugar no fuese un blanco fácil, se tiró al suelo, ensucio su ropa con tierra y sangre coagulada y se molestó. —¡Estos hijos de perra! —Gruño emputado.
Se había raspado la mano al dejarse caer al suelo de esa manera. Se había ensuciado su traje de sangre y para el colmo se estaba escondiendo. ¡Escondiendo!. Cómo un perro asustado escondiendo la cola entra las patas.
Para el colmo.
Había dejado su arma en uno de los Convoys mientras sacaban a Scott, bajo la guardia, se quedó sin arma, sin posibilidad de hacer algo.
Se volvió un blanco fácil.
[Shium]
Nuevamente, el sonido llegó, está vez cerca del cuerpo de Erick. El general se pegó al suelo y se cubrió la cabeza con las dos manos esperando que la siguiente bala no llegara a su cráneo.
—Mierda, ¡Puto francotirador! —Grito al sentir un terrible escalofrío recorrerle la columna vertebral. Esa bala había llegado demasiado cerca. Casi a nada de golpearlo.
—¡Andrey, por un carajo, has lo tuyo cabrón! —Grito Fletcher en una rotunda orden, incluso palabras vulgares salieron de su boca desesperada por llegar junto a Alex.
Andrey, ante la reciente orden de su alfa, hizo lo que cualquier soldado normal haría; movilizar a su equipo.
Escondido detrás de uno de los autos volcados, dirigió rápidamente sus dedos al pequeño audífono en su oído derecho, lo encendió y comenzó a hacer lo que mejor sabía hacer; Matar.
—Delta y Bravo, aquí Alpha uno, solicito reconocimiento del perímetro, cambio —En cuánto dijo "Cambio" uno de los tres soldados que usaban la misma línea de comunicación, tomo el mensaje y contesto.
—Aquí Bravo atendiendo a Alpha uno, el disparo llego directo desde el "Este", del lado derecho de la carretera. Se desconoce el paradero del tirador, pero se cree que es a más de setecientos metros. Cambio.
—Entendido Bravo. Delta, necesito que utilices mira infrarroja y localices al tirador. Cambio —Mientras uno de sus compañeros buscaba al objetivo, Andrey camino hasta la parte trasera de convoy y entro.
Debajo de las pequeñas bancas que usan para sentarse, hay un estuche de casi un metro sesenta de largo por cincuenta centímetros de ancho.
Dentro; Un fusil barret calibre 50.
Rápidamente, saco el arma de 14 kg de peso, salió en convoy y se metió debajo.
Debe ser cuidadoso moviéndose afuera, incluso el hecho de asomar una mano puede ser letal. Un oponente que no puedes ver, pero el sí. Es como pelear contra un fantasma fuertemente armado hasta los dientes. Incluso se corre el peligro de que sean más de uno.
—¡Delta necesito la información ahora! —Exigió ya molesto de sentir los pequeños pedazos de asfalto que volaban en todas direcciones cada vez que una bala chocaba contra el suelo
Una y otra y otra vez las balas cayeron buscando derribar a los soldados, ante cualquier movimiento o cualquier firma de calor expuesta, disparaba.
A Andrey le molesta sentirse así, como una jodida presa asustada, arrastrándose por el suelo buscando un lugar donde esconderse.
—¡Delta, necesito coordenadas del tirador ahora!.
Su voz se intensificó de golpe al ver cómo a uno de sus soldados lo golpeaba una bala en la pierna.
La sangre voló por los aires en forma de gruesas gotas color carmín oscuro y se regaron por el suelo del asfalto oscuro.
—¡Ahhh!
Soltó un grito de agonía pura hasta rasgar su garganta.
La pierna literalmente le había estallado. El impacto de la bala había llegado casi a la altura de su rodilla y la había mutilado en un instante.
El hueso blanco de su rodilla se rompió y un pedazo de carne y cuero fue lo único que mantuvo la pierna unida.
—¡Ahhh! ¡Gaaah! —Grito, gruño y se retorció buscando aliviar su dolor. Pero no podrá, no al menos que esté inconsciente.
Es un escenario escalofriante.
Andrey debe apresurarse y terminar con esto para auxiliar al joven soldado gritando y llorando de agonía.
—Aquí Delta, el paradero del tirador aún es desconocido, la mira térmica no lo detecta, al parecer está usando un aislante térmico. Cambio.
—¡Carajo! —Gruño molesto dando un fuerte golpe al suelo con el puño, de todos los que se tuvieron que enfrentar hoy, ese jodido francotirador es el peor. Cómo un molesto cadillo en el culo.
Luego, recordó una parte importante del aislamiento térmico; No dura por siempre.
El aislante térmico solo dura unos cuántos minutos, simplemente sirve para evitar ser detectado por mira térmica. Pero, igual que el cuerpo, se calienta. Pueden localizar al tirador por el calor del cañón del arma que expulsa calor durante unos segundos después del disparo.
—Bravo necesito que crees una distracción para localizar al objetivo. Ese bastardo ya me colmo la paciencia.
—Si señor.
En cuanto recibo la orden, Bravo se quitó el casco, y lo lanzó al suelo.
[Shium]
La bala llegó con una rapidez impresionante. Ni siquiera lo había pensado, no calculo la caída de la bala, ni la gravedad, ni la rotación de la tierra, o el ángulo. Simplemente disparo.
—Ha... —Soltó extasiado Alpha uno. Es como pelar a muerte contra el mismo. Un oponente digno de hacerlo estresarse y sobre pensar.
Un verdadero oponente.
—Alpha uno, aquí Delta. Detectamos la firma de calor del cañón del tirador. Jefe, ¿Está listo para recibir coordenadas?
—Listo. —Contesto Andrey acercándose a la parte delantera del convoy aún estando abajo.
Es un lugar muy peligroso para dar un tiro a alguien que si te puede ver. Pero incluso así, solo estuvo dispuesto a asomar el cañon del arma, e hizo lo posible por no acercarse mucho al exterior.
No quiere ser al siguiente desangrándose, ni perdiendo una mano.
Luego inicio su parte favorita; El momento de contraatacar.
—Dirección del viento.
—90° Este. —Contesto Delta.
—Distancia del objetivo.
—Mil doscientos noventa y tres metros.
—¿A qué altura se encuentra el objetivo?
—Quince metros sobre tierra, jefe.
—Bien...
Soltó un pequeño suspiro y siguió con su trabajo; Debe calibrar la mira del arma para acertar el tiro sin ningún problema, de lo contrario el objetivo sabrá su ubicación y podría huir, o peor aún, le dispararía, quizá la bala, con suerte llegué directo a su cabeza, Andrey no quiere lidiar con la humillación de haber Sido golpeado por un francotirador.
Luego de haberse dicho a sí mismo; "Concéntrate o mueres" se dedicó totalmente a calibrar la mira.
Primero ajusto la elevación y la deriva, que son simplemente los ejes vertical y horizontal en la mira, luego, el enfoque, quizá de lo más importante, el enfoque le permite a Andrey tener una imagen más clara de su objetivo, de lo contrario simplemente ni siquiera logrará ver una mierda.
—Veamos... Velocidad de la bala 854 m/s, peso de munición; 46 g. Elevación... Deriva... Enfoque; calibrados.
Su mente, igualando a la de un genio, resolvió una compleja fórmula de gravedad, distancia y elevación casi en un instante. Y cuando estuvo totalmente listo, activo el pequeño audífono en su oído y se comunicó con su equipo nuevamente.
—Bravo, aquí Alpha uno, listo para disparar, necesito que cuentes hasta diez y luego crees otra distracción.
—Entendido jefe.
Cuando la orden fue acatada. Todo se volvió silencioso para Andrey.
Fue como si el tiempo se detuviera de golpe.
Inicio la cuenta regresiva en su mente mientras agarraba una fuerte bocanada de aire y la contenía en sus pulmones. Ante un tiro a más de mil metros, tienes que tener el cuerpo relajado y una respiración mínima, pues se corre el riesgo de que al soltar un simple suspiro, alteres totalmente la dirección del disparo, y más si el disparo debe darse a cuarenta y siete metros sobre el objetivo. La fuerza de la gravedad, el peso y la caída de la bala ya harán su trabajo.
Si todo sale bien, en menos de diez segundos el tirador estará muerto.
De lo contrario, revelará su posición también.
[Shium]
En cuanto la cuenta regresiva llegó a cero, Bravo se salió de su escondite y cambio de lugar. Fue rápido, tan rápido que el tirador no logro darle. Pero si reveló su posición ante la vista de Andrey.
El pequeño destello que soltó el cañón del francotirador al dar el disparo, reveló su paradero.
Está en lo que parece ser una zona boscosa en una pequeña montaña a más de un kilómetro de distancia. Se esconde detrás de un árbol camuflado entre las ramas usando un equipo térmico a su alrededor en forma de tienda de campaña. Lo único que se ve es la pequeña boca del cañón que hierve ante el reciente disparo.
"Allí estás putita" —Pensó Alpha uno mientras sostenía una sonrisa de entera satisfacción.
[¡Bang!]
Disparo.
El sonido del disparo hizo eco con una fuerza abrumadora casi al grado de amenazar con destrozarle los tímpanos a Andrey. Está en una zona cerrada y no cuenta con las medidas de seguridad para evitar lastimar sus oídos.
Fue inevitable lastimarse.
—¡Ah, carajo! —Exclamo conteniendo sus quejas de dolor. Realmente ese disparo le había movido hasta el cerebro. Lo dejo aturdido.
El retroceso de un fusil francotirador, como lo es el calibre 50, es muy fuerte, es casi como recibir el golpe de un martillo en el pecho, si no eres capaz de sostener bien el arma con fuerza, te golpeara incluso el ojo y te dejará ciego.
Andrey no recibió tal golpe. Solo lo golpeó el sonido. Un sonido explosivo.
—Delta, aquí Alpha uno, ¿La bala dio en el blanco?. Cambio. —Cuestiono mientras metía un dedo en su oreja y trataba de destaparlo.
—Aquí Delta a Alpha uno. El objetivo fue neutralizado. Repito; el objetivo fue neutralizado. Fue un tiro perfecto jefe.
Y Andrey pudo respirar tranquilo y sin problemas.
Se sintió genial haber cobrado venganza por lo que había hecho ese bastardo entre las sombras.
Cuando salió de abajo del convoy sosteniendo el arma, lleno de tierra y pequeñas piedras, lo primero que hizo fue entrar al convoy y tomar una mira infrarroja. Debe estar seguro de que es el único tirador en el área.
Lo que percibieron sus ojos fue simplemente una zona roja; Sangre derramada por montones.
Lo único que pudo pensar el alfa al ver tal escena fue; "Soy el puto amo".
—Nado hay más pájaros en el alambre señoritas. Todo despejado.
Solo así pudieron salir todos de su escondite. Fue un poco gracioso ver a todos salir de su escondite. Fue como decir; "Corte" en una película y ver cómo todos los actores abandonaban su personaje.
—¿Dónde le di? —Cuando Andrey vio a Delta llegar junto a él, no se contuvo y pregunto. Quiere saber a qué parte de todo ese estúpido cuerpo llegó la bala.
—Directo a la cabeza. Lo hizo mierda jefe.
Una rotunda victoria.
—Volvamos, entonces, debemos ir a proteger a nuestra luna —El soldado recién triunfante soltó una nueva orden y rápidamente fue obedecido.
Luego llevo su mirada hacia todos lados y vio a su amigo, el gran alfa, mirándolo con ojos de orgullo.
Se le notaba en esa mirada de azul profundo, incluso si se le veía enteramente preocupado había una chispa de orgullo.
—Volvamos Fletcher. Tranquilo, todo estará bien.
Busco calmar el agitado corazón del gran alfa. Aunque simples palabras realmente no lo ayudarán a calmar el agitado mar de emociones en su pecho.
—Me iré a cambiar. —Soltó en un suspiro agotado.
Y se dio la vuelta. En cuanto llego al auto de vidrios polarizados, entro por la parte de piloto y se despojó de su forma de lobo. Adentro, sobre el asiento del copiloto aún estaba su ropa intacta casi en su totalidad. Solo faltaban sus boxers.
Se sentó en el asiento del piloto y se sintió un poco avergonzado por su desnudez, incluso si el auto estaba polarizado, sintió vergüenza.
Así que se apresuró a buscar las pequeñas maletas que suelen llevar en las piernas cada vez que se transforman en lobo.
Debía cambiarse rápido y conducir a la mansión Raxton.
—Mierda, ¿Dónde demonios la dejé?—Y cuando se quiso dar la vuelta, un dolor punzante lo hizo detenerse en seco —¡Ha...!
Soltó un jadeo pronunciado y se dobló del dolor. Su cabeza casi chocó contra el volante y sus manos instintivamente fueron hacia su abdomen.
—¿Eh...?—Gruño conteniendo su voz todo lo que podía.
Lo que pasó después fue muy rápido, incluso fugaz.
Mientras bajaba la mirada, el color rojo, que era como una pequeña gota de agua, se volvió gradualmente más oscura y se extendió sobre su abdomen.
Ni siquiera estaba seguro de lo que estaba sucediendo; Sus ojos brillaron al ver cómo sus manos se llenaron de sangre, mucha sangre, y su abdomen se sintió muy caliente, era como si lo hubiesen quemado con fuego.
Tan pronto como la sangre fluyó desde su abdomen y viajo hacia sus muslos empapándolos de sangre, sus ojos brillaron y sintió pánico.
Cada gota de sangre que salía de su cuerpo con una sensación burbujeante manchaba sus manos y el interior de cuero del automóvil de una forma destroza.
—¡Maldicion! —Jadeo y apretó los dientes resistiendo el punzante dolor abismal que lo hacía querer gritar.
Luego, bajo la mirada y se dio cuenta de que había un agujero en su estómago, una jodida bala lo había atravesado desde el costado derecho de su cuerpo.
La bala entró y se quedó atorada adentro de su cuerpo.
—En serio debe ser una broma... —Murmuro fastidiado conteniendo el dolor en su garganta.
Rápidamente, saco la pequeña maleta de poyo que suelen llevar debajo del asiento de piloto; Es una versión mejorada de la maleta de poyo que usan en la manada Nyx.
La manada Antonov se centra en la salud y en la vida de los soldados, por lo cual hay un pequeño e improvisado material quirúrgico; Desde hilo y aguja, alcohol, gasas, analgésicos y una pequeña cuerda ajustable para hacer un torniquete y una grapadora quirúrgica.
El agua, la comida y las provisiones vienen en cantidades reducidas; solo para un día. No son importantes. Ni siquiera la vestimenta.
Para Fletcher, hacer el esfuerzo por sacar la maleta de apoyo, teniendo que soportar el dolor, fue muy difícil.
Pero cuando la maleta estuvo en sus manos, actuó con agilidad; Saco gasas estériles de sus empaques y las coloco en la herida buscando evitar que la sangre siguiera fluyendo tan rápido.
Una y otra y otra y otra vez coloco más y más gasas. Pero la sangre seguía saliendo desde su cuerpo. No le quedó de otra que tomar medidas drásticas.
Si quería regresar e ir a buscar a Alex, debía sellar la herida y no decir nada a nadie. Si alguien se entera de que está herido, dejarían de lado a Alex y buscarían internar al alfa en un hospital.
No está dispuesto a dejar a Alex, así le cueste la vida.
—Por un carajo... — Siente que flaqueara y que incluso colapsara. Su mente se volvió débil ante el dolor.
Y más cuando de aquel bolso de emergencia saco una grapadora quirúrgica y la coloco, por un lado. Debe hacer que esa herida deje de sangrar, o de lo contrario simplemente se desmayara por la perdida de sangre.
Saco un pequeño frasco de alcohol, y trago varias pastillas de analgésicos de ante mano para alivianar el dolor al que se someterá.
Lo que viene no es nada bonito.
Del pequeño estuche quirúrgico dentro del bolso saco una pequeña pinza estéril; Debe meter la punta de la pinza de metal y sacar la bala lo antes posible.
Usa el espejo retrovisor para ver lo que está haciendo y procede a colocar una muy generosa cantidad de alcohol etílico para meter la pinza.
—Ha... ¡Huug! —Se puso totalmente rojo al sentir dolor. Pero incluso si removió y rasgo accidente su interior, no se detuvo.
Sus manos temblaron y sus molares chocaron y crujieron buscando no liberar ningún sonido de su boca.
Metió la pinza profundo, escarbó y raspó los costados de la herida mientras metía la pinza. Pero no sé detuvo hasta chocar contra algo duro; metal.
—¡Huug!
Cómo pudo hizo lo posible por sostener la bala, aunque falló un par de veces y se lastimó aún más.
En cierto momento, pensó que era más fácil dejar la bala en su cuerpo, pero temió morir por intoxicación del metal o bacterias.
Así que sostuvo la bala muy fuerte y la saco con cuidado. Cuando el pedazo estuvo fuera se dio cuenta de algo un poco gracioso; Ni siquiera era una bala. Lo que lo había golpeado era un pedazo de la bala. Un pequeño trozo que quizá se había desprendido al chocar contra el asfalto y chocó contra su cuerpo.
No podía creer que un simple pequeño pedazo de bala estuviese haciéndolo sangrar a mares, agonizar y casi llorar.
Algo pequeño ocasiona un caos grande.
Cuando la bala salió, se sintió un poco aliviado, aunque la cosa no acababa allí. Debe cerrar la herida pronto, antes de que alguien se dé cuenta de que está demorando mucho.
Con la mano derecha temblando y su cuerpo pidiéndole detenerse, sostuvo la grapadora y la acercó a la herida. Se detuvo y agarró una bocanada de aire y se preparó mentalmente para lo que venía.
Luego, sostuvo la piel abierta con la mano izquierda y coloco la primera grapa.
[Crac] Se escuchó como la grapa salió y se clavó en su piel.
—¡Hug! —Se tragó un grito de dolor al sentir la grapa, perforar la piel y sintió como se le fue el aire y se mareó.
En verdad duele, duele mucho.
Jamás había Sido perforado por una bala. Es horrible; El ardor en el área, el dolor, la sangre, y la cantidad limitada de movimientos que puede hacer debido al dolor. Es desesperante.
Pero la cosa no se detuvo allí. La herida es un poco grande, así que debe poner por lo menos tres grapas.
Una a una las grapas perforaron la piel y detuvieron un poco el sangrado. El alcohol llovió nuevamente y las gasas cubrieron la herida cuando esta estuvo finalmente sellada.
Se veía horrible, la piel estaba al rojo vivo y las grapas se veían manchadas de sangre sobre su color metálico.
Al final, solo al final, la herida dejo de doler solo debido a los analgésicos que literalmente lo habían drogado.
Cuando no sintió dolor, se sintió aliviado. Rápidamente limpio la zona afectada con más alcohol y se vendó el abdomen con gasas con tal fuerza que sintió que apenas podía respirar.
Luego se cambió y limpio lo mejor que pudo el auto. Debe hacerles crees a todos que absolutamente nada ha pasado.
Pero las malas noticias no acabaron allí...
[Tac, Tac, Tac, Tac]
Erick apareció cerca de la ventanilla del conductor. El toque rápido y desesperado con el que sus nudillos chocaron contra el vidrio del auto le hizo darse cuenta rápidamente que lo que escucharían no le agradaría realmente.
Fletcher, al momento de bajar la ventanilla dispuesto a actuar como si no hubiese sucedido nada, recibo una noticia inesperada;
—Hey, debemos volver a la residencia rápido. Dahara recibo una llamada de su Omega y...
Luego guardo silencio un par de segundos con el rostro pálido y se mordió las paredes bucales. No supo cómo decirlo y simplemente cerro los ojos y suspiro.
—¡¿Qué sucedió?! —Exclamo rápidamente mientras sentía como su corazón latía como loco, el efecto de las pastillas colisionando le hicieron estallar en taquicardia y siente que lo único que oye son sin latidos, se está volviendo loco con tanta adrenalina recorriéndole el cuerpo—¡Erick, mírame y dime qué putas sucede!
—Lastimaron a Alex...