Verdad Oculta: Soy una gran fanática del mundo Disney Pixar.
Sólo quedan 24 horas para la gala y lo único que hago es entrenar por órdenes de Hades.
—¡ERES UNA INÚTIL!
—¿INÚTIL? ¿Una inútil haría esto?
Harta, ya estaba harta de Hades.
Horas entrenando y sólo recibía desprecio hasta que no me pude controlar y en pocos segundos, derribé a tres guardias.
Y pensar que este idiota me atrae...
Cuando me dí cuenta, Hades sonreía con placer mientras los guardias incluido Alec, se quejaban del dolor.
—Alec lo siento, ¡lo siento!—Me tiro al suelo para abrazarle y este me felicita.
—Muy bien, gracias por ayudarme con su entrenamiento, podéis iros—Hades finaliza y me dispongo a ir tras ellos.—¡Tú! ¿A dónde crees que vas?
—Ya he terminado el entrenamiento, y tengo que preparar las cosas para mañana.
—¿Para qué? Si no tienes pareja—Hades se burla e intento ignorarlo hasta que se acerca más a mi.
—Hades basta, yo también puedo reírme de tí. Tú tampoco tienes pareja y a la gala no puedes llevar a ninguna amiga tuya. Nadie quiere ir contigo.
Le contesto seria y este me mira furioso hasta que de un movimiento, hace que mi espalda golpee la pared fuertemente y hago una mueca de dolor.
—Estamos hablando de tí, no de mí. ¿Entendido? Además yo que tú cuando vuelva a tener una conversación íntima hablaría en voz baja, recuerda que desde mi habitación se escucha todo. Se que no iré solo—Hades me responde rozando mis labios con los suyos mientras intento aguantar la respiración.—Porque tú vendrás conmigo.
Hades se aleja dejándome espacio y estira su mano hacia mí.
—Mañana yo cero plásticas y tú cero Nicolay, ¿trato?
Le miro extrañada, no hay quién lo entienda. Suspiro. Yo quería ir con él desde el principio así que aceptaré. Estiré la mano igual que él y la estrechamos.
—Trato—Hades se alejaba hasta que le hablé por última vez.—Voy de rojo, por cierto.
Debía decirselo porque según Carlos y Trevor, los hombres deben llevar una pequeña rosa situada en el pecho del mismo color del vestido de su pareja. Ellos dicen que es para saber quién es la pareja de quién.
—Lo sé.
Responde rápidamente mientras desaparece de mi vista. ¿Lo sé? ¿Cómo lo sabe?
A saber qué ha echo para saberlo.
—¡Hey Mel!
Volteo y mis ojos posan a los de Nicolay y lo abrazo eufórica.
Después de explicarle lo de mi entrenamiento de hoy, decidimos ir a comer fuera.
Durante mucho rato, intento pensar en cómo decirle a Nicolay lo sucedido con Hades.
Hasta que sin pensarlo dos veces, decidí contárselo.
—Por cierto Nicolay... lo de la gala...
—Tranquila, Hades ya le ha dicho hasta a los guardias que irás con él. Mientras te preparabas para venir a comer conmigo, se a dedicado a hacer eso. Recuerda, es muy orgulloso—comenta Nicolay frunciendo el ceño.
—¿Cómo? Mira... da igual, ¿tú con quién irás?
—Prefiero ir solo, no me gusta fingir.
—No digas tonterías además él y yo no somos nada y vamos juntos.Y es raro de decir porque me odia—explico sin importancia.
—Eso es lo que tú crees—Nicolay susurra.
—¿Qué?
Cada vez que en la conversación aparecía Hades, había mucha tensión para comunicarse, como si estuvieran mintiéndome constantemente.
No soportaba que me tratasen así.
Volví a casa y durante la cena, Hades no me quitaba la mirada y eso hacía que cada vez me intimidara más. Siempre lo consigue.
Al acabar de cenar, nos quedamos los gemelos, Jason, Hades y yo viendo una película de disney.
—¿Estáis llorando?—Hades mira a los gemelos haciendo una mueca con asco.
—¡Disney pixar arruina la infancia! Mira el pobre bicho feo azul, al final quiere a su familia ohana.
Fred habla mientras intenta no llorar. ¿Os podéis creer que nunca habían visto Lilo y Stich? Y las películas que les quedan ver conmigo, pienso hacer que vean todas.
—Chicos... a dormir que mañana hay que madrugar y prepararnos.
Tío Brad aparece y nos trae de vuelta a la realidad.
Con lo que me encantan las pelis de disney.
—Pienso quedarme más noches y ver estas pelis—Marco habla seguro de sí mismo y tío Brad golpea a los gemelos a la vez en la cabeza.
—Parece mentira que seáis tan blandos.
—Tío Brad el bicho azul era malo pero se hizo bueno por...
Lo último que escuché era el intento de Fred explicándole a tío Brad la película. Estaba cansada y me dirigí a mi habitación.
Cuando llegué, puse mi cuerpo estirado y preparada para dejarme caer en mi cama hasta que alguien me detuvo.
—¿Hades que haces? ¡Me has asustado!
Sin decir ni una sola palabra, me agarra y me coge como un saco.
—¡Maldito loco! ¡Suéltame!—intento pegar débilmente en su espalda y trasero ya que es lo único que podía ver.
—¿Siempre eres así de irritante?
—No, pero como estás completamente loco, eres un idiota mal educado y un...
En medio de nuestra discusio, sin esperármelo Hades me bajó de su regazo y nada más tocar mis pies al suelo, levanté mi mirada.
Increíble.
Mis ojos estaban tan abiertos que dudo que alguien notara mi cansancio.
—P...pero... ¿dónde estamos?—pregunto intentando no tartamudear.
—Es una parte de la casa donde sólo vengo yo.
Comienzo a observar cada detalle que hay. Es una pequeña terraza independientemente de la casa. También hay una pequeña habitación con una cama y varias fotos y murales.
Cuando observo que aquí venía Danielle, simplemente sonrío y no le dirijo palabra ya que no quería ponerlo de mal humor.
Parece mentira que esté en un sitio tan íntimo y significativo para Hades.
—¿Así que aquí vienes cuando te enfadas o necesitas reflexionar no?—pregunto mientras recuerdo todas las peleas que hemos tenido con él. Simplemente subía las escaleras pensando que iba a su habitación.Pero me equivocaba.
—¿Tú crees en el destino?
Evita mi pregunta.
Confundida de escuchar su pregunta, le miro.
—Supongo, aun que soy más de creer en el Karma.
—El destino está relacionado con el karma al fin y al cabo. El karma es el destino del bien o el mal que una vez hiciste—Hades habla tranquilo mientras está sentado a mi lado mirando al cielo e hice lo mismo que él.
Las estrellas eran preciosas.
—Es bueno saber lo que piensas del karma—digo mientras miro mi brazo derecho mi tatuaje de la palabra karma y vuelvo a mirar a Hades curiosa.—Y tú qué piensas del destino?
Hades suspira y me mira.
—Un buen destino es que dos personas se encuentren, cuando ni si quiera se estaban buscando.
Y de pronto mi corazón dejó de latir por un instante, nuestras miradas se cruzaron y miramos los labios del otro.
No sé qué estoy haciendo, pero lo que sí se, es que estoy segura de esto.
Instantáneamente, cierro los ojos y los labios de Hades posan en los míos encajando a la perfección.
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—¡Clara me has quemado ya seis veces!
Nada más despertarme bueno, más bien desde que Clara me despertó a las ocho de la mañana no he parado.
Ya mismo era la hora de irnos y en las horas que llevábamos preparándonos, Clara no ha parado de quemarme mientras me hacía ondas con la plancha.
—¡Mel lo siento! ¡Estoy muy nerviosa!—Clara se disculpa y Katia le quita las planchas.
—Mejor termino yo, no quiero que nadie salga herido.
Alec y Dasha comenzaron a reír mientras Katia acaba con mi pelo.
—Listo...—Katia suspira cansada y sonríe mientras nos miramos entre todos.
—¡Vamos espectaculares!—Clara como siempre, chilla eufórica.
—Nada de eso Clara, somos diosas. Ahora vamos a darle una patada en el culo a la idiota de Cornel—Dasha habla desahogándose mientras los demás le apoyan.
Cuando escuchamos las voces de desesperación, por fin bajamos las escaleras y mi mirada se centró sólo en Hades.
Pocas horas antes después de besarnos, nos fuimos a dormir sin dirigirnos palabra. Sólo recuerdo que Hades no me soltó de la mano hasta yo entrar en mi habitación y perdernos de vista.
Si Hades ya intimida, imaginaros con traje.
Nunca lo había visto tan arreglaro.
Pero lo que sí veo es que sin darme cuenta, me saca una sonrisa.
No quiero ilusionarme de una persona que quiere jugar conmigo, ya lo han echo muchas veces y una de ellas sigue pasándome factura.
Me da miedo volver a equivocarme.
Todo el mundo nos comenzamos a halagar entre nosotros y tío Brad dijo unas últimas palabras antes de irnos.
—Chicos recordar, siempre con vuestra pareja, intentar relacionaros y saber cosas personales, debilidades, felicidad... lo que sea pero sutilmente.
—Katia y Hades, va por vosotros. Sutilmente porfavor—El padre de Katia mira a los dos advirtiéndolos.
El tío Brad y el padre de Katia, nos dividieron en dos grupos y cada uno iba en una furgoneta.
¿El por qué de esto? Simple, la gala acabaría antes de cenar y nos reuniremos todos en nuestra casa con los Ivanov para compartir lo que habíamos visto o descubierto algo sospechoso e importante.
Al bajar de la furgoneta, Hades me sujeta de la mano fuertemente pero sin presión para no dañarme y se acerca a mi oído.
—Ni se te ocurra soltarme la mano en ningún momento, porfavor.
Por primera vez, Hades no me da órdenes y asiento nerviosa pero a la vez tranquila ya que a su lado, se que siempre estaré segura.
Unos hombres de traje, nos abren las puertas y uno de ellos nos indicó que éramos los últimos en llegar.
Poco a poco, en fila, iban entrando a la sala donde se celebraría la gala.
Respiré hondo, Hades y yo nos miramos y asiente con la cabeza.
—¿Preparada?
—Supongo que esto será mejor que quedarme atascada en una ventana del baño—Intento bromear por los nervios y Hades ríe débilmente mientras comenzamos a caminar.
Comienzo a caminar junto a Hades de la mano mientras observo curiosa las caras de los Cornel, Suexe, Muffig y aliados de ellos.
A mitad del camino, mis ojos se toparon con una mirada muy familiar.
Cierro los ojos por un instante y los vuelvo a abrir confundida.
Intenté evitar lo que pensaba que era, seguramente una simple ilusión hasta que comencé a ver más caras familiares y paré de caminar al darme cuenta que no era una simple ilusión.
No estoy alucinando.
Esto es real.
—Hades... tengo... tengo que irme. Porfavor...—suplico a Hades.
—No puedes quedarte quieta, camina.
Esta vez caminé lentamente ya que me temblaba todo el cuerpo.
Hades y los demás no paraban de mirarme preocupados, no entendían lo que me estaba pasando.
Cuando por fin paramos de caminar.
Nuestras visiones quedaron posadas en nuestros enemigos, pero la mía quedó posada en los ojos del chico que sigo enamorada.
Mi ex.
Kyle.
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