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La fecha de la boda se fijó para el cumpleaños de Ji Xinglan: El 2 de mayo, el final de la primavera y el comienzo del verano.
Yan Qiu no tenía la afición de vestirse con ropa de mujer, y sin importar lo que dijeran todos, se negó a vestirse con el vestido que le dio la Señora Ji. Así que encargó unos trajes de colores claros.
En la víspera de su boda, Yan Qiu y Ji Xinglan fueron a la playa junto al hotel que habían reservado para su cena-banquete para hacerse las fotos de boda. Ninguno de los dos llevaba vestido de novia. Yan Qiu y Ji Xinglan llevaban trajes. Uno iba de negro y el otro de blanco, combinando perfectamente.
Los dos se besaron en la playa y jugaron junto a los arrecifes a pescar cangrejos. Joyce era la que sostenía la cámara y les sacaba fotos. Había venido con la única intención de asistir a su boda.
Desde que había volado de vuelta anoche, tenía bolsas bajo los ojos. Pero cuando vio a Ji Xinglan, suspiró. ―Sólo ha pasado medio año desde la última vez que nos vimos y ya tienes hijos.
La Señora Ji estaba bajo una sombrilla de playa cercana, recostada en una tumbona con las gafas de sol puestas. Ji Nai estaba de pie junto a ella, y ambos tenían sonrisas en sus rostros mientras observaban a la joven pareja jugueteando en la playa.
―Quiero llevar un vestido de novia durante mi boda. ―La Señora Ji se quitó de repente las gafas de sol y le dijo a Ji Nai.
El Mariscal de Campo Ji parecía un poco sorprendido. ―Pero cariño, ya tuvimos una boda.
―Eso no cuenta. ―La Señora Ji puso los ojos en blanco, y con un escozor en sus palabras, ―Volver a casarse también es casarse.
Culpable, Ji Nai se encontró sin palabras. Entonces, sonrió y la abrazó. ―De acuerdo, te escucharé. Podemos organizar una boda también.
. . .
La boda se celebró un sábado. Era un día raro y claro. No había nubes en el cielo azul, que se fundía con el océano azul en la distancia, el paisaje parecía hermoso.
A Yan Qiu no le gustaba la sensación restrictiva de las iglesias. Después de discutirlo, acordaron organizar la boda en un prado.
La Señora Ji dijo felizmente que no se entrometería en los asuntos de los jóvenes y que les dejaría hacer lo que quisieran. Por lo tanto, Ji Xinglan y Yan Qiu fueron los que prácticamente manejaron todo el procedimiento por su cuenta.
Como el verano estaba a la vuelta de la esquina, la hierba del jardín era verde y exuberante.
En el centro del césped había una alfombra blanca que formaba un largo camino. A sus lados había rosas y globos. Yan Qiu y Ji Xinglan tuvieron que atravesar tres arcos decorados con flores y gasas. Había un escenario para la ceremonia, y a los lados del camino había sillas colocadas ordenadamente para los asientos VIP.
Los músicos tocaban repetidamente la Marcha Nupcial detrás del escenario.
Cuando era casi mediodía, llegaron los invitados.
Yan Qiu vio algunas caras conocidas entre la multitud.
Li Chengyan y Xie Yu ya habían mencionado antes que estaban aquí para ser los padrinos. Xie Yu llevaba un traje adecuado e incluso se puso una pajarita, lo que le hacía parecer un auténtico caballero.
Sin embargo, cuando el personal le puso el boutonnier para las damas de honor, Xie Yu pareció desconcertado. ―¿Por qué soy una dama de honor?
Yan Qiu levantó la vista y lo vio. Se rió y se encogió de hombros.―Sólo tienes que llevarlo.
Los mejores hombres que encontraron eran prácticamente todos jóvenes alfas que medían más de 185 cm. Cuando se ponían sus trajes y se ponían de pie juntos, parecían llamativos, lo que hizo que Bai Yuanyuan se sonrojara y gritara. Agarró a Yan Qiu y le preguntó si iban a emparejar juntos a los padrinos y a las damas de honor.
El estilista estaba peinando a Yan Qiu. Yan Qiu hizo un gesto con la barbilla y dijo: ―¿Quieres a Xie Yu?
Bai Yuanyuan se vistió muy bien hoy para asegurarse de estar aún más guapa que Lin Wei. Incluso se maquilló para parecer encantadora porque quería engancharse a un tipo atractivo.
Pero Xie Yu... Xie Yu era sólo un compañero de clase que se sentaba detrás de ella y babeaba por todo su escritorio durante la clase.
―No...
Antes de que Bai Yuanyuan terminara de hablar, de repente se dio cuenta de que el guapo estudiante de la escuela militar al que había estado mirando la miraba con fiereza, y se quedó callada mientras temblaba.
A pesar de que Li Chengyan la miraba fijamente, se sintió muy feliz de poder volar. Dos sospechosas manchas rojas aparecieron en su cara.
Dios mío... ¿Ese chico tan guapo está celoso de mí?
No podía creer que tuviera esta suerte.
. . .
Yan Qiu seguía odiando maquillarse, así que sólo se puso una fina capa de base y se peinó un poco. Era suficiente para que pareciera más enérgico.
Una vez que terminó de maquillarse, se miró en el espejo.
Lo sabía. Este traje reflejaba bien su figura. Aunque no tenía un cuerpo tan robusto como el de un alfa, el traje blanco le abrazaba bien la cintura, permitiéndole desprender un aire juvenil. En general, se veía bien, aunque no en el sentido tradicional.
Ji Xinglan abrió la puerta y entró. Cuando vio a Yan Qiu, sonrió.
―Te ves bien.
Mientras hablaba, Ji Xinglan quiso besarlo, pero Yan Qiu lo apartó.
―No lo hagas. Me he puesto brillo de labios.
Efectivamente, hoy se había puesto un poco de brillo de labios, pero se acercaba al color de sus labios. Ambos tenían un ligero color rosado, por lo que no era obvio.
―¿No se supone que no debemos vernos antes de la ceremonia de la boda? ―Yan Qiu tenía un poco de curiosidad por saber por qué había venido aquí. Parecía que estaban teniendo una aventura amorosa.
―Silencio. Nadie lo sabe. ―Ji Xinglan tomó la mano de Yan Qiu y la besó. ―¿Estás nervioso?
Por supuesto que lo estaba. Yan Qiu asintió.
Estaba a punto de desmayarse por los nervios.
―Yo también estoy nervioso. ―Sin embargo, nadie podía decir que Ji Xinglan estaba nervioso basándose en su apariencia. Aun así, sonrió y acercó la mano de Yan Qiu para poner la palma contra su pecho y así poder sentir los latidos de su corazón.
A través de la tela, Yan Qiu pudo sentir la sangre caliente que latía en su pecho, junto con el cálido corazón que latía por él.
. . .
La ceremonia de la boda comenzó a mediodía y los asientos se llenaron de gente. Tanto las personas que conocían como las que no conocían habían llegado.
La campana sonó. Yan Qiu llevaba su traje blanco hecho a medida y frunció los labios tímidamente mientras subía al escenario con la Señora Ji sosteniendo su brazo. La gente lo miraba y le aplaudía.
Vio a Ji Xinglan en el otro extremo de la larga alfombra con una camisa blanca y un traje negro de alta costura. Llevaba gomina en el pelo y en el pecho se veía una rosa roja brillante pero no cursi. El Señor Ji y los demás padrinos estaban de pie detrás de él.
El sol dorado brillaba entre las nubes. Mientras la gente presenciaba la ceremonia, el sacerdote rezaba por ellos. Ji Xinglan sonrió desde el otro extremo de la alfombra y caminó hacia él con el sol detrás.
El sol era cegador. Los recuerdos del pasado empezaron a pasar ante sus ojos.
Sabía que Ji Xinglan no sólo estaba caminando por la alfombra hacia él. Estaba caminando a través de la sangre y las lágrimas para finalmente llegar a él.
Mientras el sacerdote, todos los invitados, el cielo infinito y el vasto océano servían de testigos, completaron el voto solemne.
Yan Qiu miró fijamente a Ji Xinglan, con los ojos enrojecidos.
Sabía que no se trataba de un simple voto, sino de una promesa cumplida.
En medio de las aclamaciones y los aplausos, Ji Xinglan tomó suavemente la mano de Yan Qiu. Bajo innumerables pares de miradas, puso el anillo en su dedo antes de acercarse para besarlo.
No había lujuria en el suave beso. Era sólo un simple y sincero beso que representaba promesas y amor.
―Ahora, eres mío.
Cuando Ji Xinglan rompió el beso, le susurró al oído.
. . .
Aunque ya habían recibido su licencia de matrimonio hace mucho tiempo, completaron el juramento con todos como testigos. Ahora, Yan Qiu finalmente sintió que estaba casado.
Yan Qiu casi lloró cuando hizo su juramento. Cuando pensó que nadie le estaba prestando atención, se escondió en la sala de maquillaje y se secó las lágrimas, pero Ji Xinglan lo vio.
Ji Xinglan despidió a todos y tocó la cara de Yan Qiu mientras limpiaba cuidadosamente las lágrimas.
―¿Qué ocurre? ¿Por qué estás llorando?
En un instante, Yan Qiu lloró aún más.
No sabía por qué estaba llorando. En cualquier caso, tenía un pozo de emociones inundando su pecho y quería llorar.
Ji Xinglan no lo detuvo. Le acarició la espalda y cuando Yan Qiu dejó de llorar, se secó las lágrimas por él.
Las gruesas pestañas negras de Yan Qiu estaban manchadas de lágrimas. Las puntas de sus ojos y la punta de su nariz estaban rojas, y se veía lamentable.
Ji Xinglan lo besó y puso su frente contra la suya mientras le preguntaba suavemente: ―¿Terminaste de llorar?
Yan Qiu usó el dorso de su mano para limpiarse los ojos.
Sintió que este era un día feliz, por lo que no debería ser tan aguafiestas, pero simplemente no pudo contenerlo.
Así que se obligó a sonreír, pero su sonrisa se veía peor que su llanto.
Ji Xinglan suspiró y le dio unas suaves palmaditas en la nuca. ―No te fuerces. Cuando lloras, yo también quiero llorar.
Cuando Yan Qiu finalmente se calmó y se quedó en silencio. Ji Xinglan apoyó la cabeza en su hombro y se burló de él. ―¿No quieres casarte conmigo?
Yan Qiu frunció los labios y sacudió la cabeza repetidamente.
―Entonces, ¿por qué estás llorando?
―Yo tampoco sé por qué estoy llorando.
Después de que terminó de hablar, Yan Qiu sintió que era un idiota. ¿Por qué de repente se puso tan emocional?
Nunca tuvo familia cuando era joven. Lógicamente hablando, incluso después de casarse, no debería estar tan triste. Pero de repente, pertenecía a una familia y se sintió tocado. Su corazón dolía por Ji Xinglan, por lo que se derrumbó un poco.
Ji Xinglan suspiró y acarició el cabello de Yan Qiu.
Había sido difícil para ellos llegar a donde estaban ahora.
. . .
Una vez terminada la ceremonia de la boda, los invitados se trasladaron al hotel para comer.
Cuando el cielo se oscureció y una apagada luz roja brilló en la tranquila superficie del mar, comenzó el banquete de la cena.
Yan Qiu se sentó solo en la sala de maquillaje y se alisó la ropa frente al espejo. Se puso un traje rojo vino y se arregló las solapas.
Su vientre todavía no era obvio, e incluso cuando llevaba un traje, nadie podía ver nada.
La puerta detrás de él se abrió y entró el ruido del banquete de bodas, pero pronto volvió el silencio.
Yan Qiu pensó que Ji Xinglan había entrado, pero cuando se giró para mirar, descubrió que era la Señora Ji. Cerró la puerta tras ella y se rió al ver a Yan Qiu.
―Estás muy guapo así.
Yan Qiu sonrió tímidamente por sus elogios, y la Señora Ji le arregló el cuello de la camisa.
El banquete acababa de empezar, y su presencia no era necesaria por el momento. Yan Qiu se quedó en la sala de maquillaje para esperar a que Ji Xinglan se acercara a él.
Después de estar ocupada durante todo el día, la Señora Ji finalmente tuvo algo de tiempo libre para sentarse y hablar con Yan Qiu.
―Querido, escuché de Lan Lan que hoy lloraste.
Yan Qiu se sintió aturdido antes de frotarse la nariz tímidamente para ocultar su vergüenza.
Ji Xinglan... ¿Cómo podía contarle a otra persona algo tan embarazoso?
La Señora Ji parecía saber en qué estaba pensando Yan Qiu, así que le cogió la mano y le dijo suavemente: ―No hay nada de qué avergonzarse. Es normal que quieras llorar durante tu boda. En el pasado, cuando me casé con su padre, me escondí en el hotel y lloré durante tres días.
Yan Qiu casi se rió.
La Señora Ji le dio unas palmaditas en el dorso de la mano y le dijo suavemente: ―Lan Lan es leal a la persona que ama. Creo que lo sabes.
La Señora Ji dejó de hablar por un momento, y la preocupación brilló brevemente en sus ojos, pero esa preocupación se desvaneció rápidamente, y Yan Qiu pensó que sus ojos le estaban jugando una mala pasada.
―La persona que le gustaba a Lan Lan antes... ya no está. Lo siguió desde la sala de emergencias hasta la morgue, y después de que volvió del cementerio, no comió ni durmió, y se encerró en su habitación durante días. Estábamos preocupados por él, pero no hacía caso a nadie. Al final, no tuvimos más remedio que derribar su puerta, y descubrimos que el estúpido muchacho se había cortado las muñecas y estaba tan delgado que estaba demacrado. Incluso sostenía el retrato del niño muerto.
La Señora Ji no pudo continuar cuando dijo esto. Sacó un pañuelo de su bolso y se secó las lágrimas.
―Lo siento. ―La Señora Ji se calmó y se disculpó. ―No sé por qué le digo esto. Es una ocasión feliz y no debería decir esto.
Aunque Yan Qiu ya había adivinado que esto había sucedido, cuando alguien que sabía lo que había pasado se lo contó, todavía se le cerró la garganta.
―Mamá. ―Los labios de Yan Qiu temblaron. Le preguntó a la Señora Ji: ―¿Sabes el nombre de la persona que le gustaba a Ji Xinglan?
La Señora Ji lo miró boquiabierta antes de decir el nombre con sus labios color de rosa. ―Yan Qiu.
Yan Qiu frunció los labios y lo miró fijamente. Mientras tenía el valor, le dijo la verdad. ―... Soy Yan Qiu.
Para su sorpresa, la Señora Ji se quedó sin palabras por un momento, pero no pareció sorprenderse demasiado.
―Querido, para ser sincero... Lan Lan ya me lo dijo. ―Ella suspiró y dijo: ―Suspiro, ese chico... Ya tenía un vago presentimiento de antes. Es tan terco como su padre, así que es imposible que cambie de opinión.
La manzana de Adán de Yan Qiu se movió. No pudo decir nada.
La Señora Ji se acercó a su lado y le dio un fuerte abrazo. Luego, con los ojos inyectados en sangre, tocó la cabeza de Yan Qiu. ―Buen niño. Contigo cerca, ya no me preocupa. Ha sufrido mucho por ti, así que tienen que vivir una buena vida juntos.
. . .
Cuando comenzó el banquete de bodas, Yan Qiu ya se había calmado. Sus huellas de lágrimas y sus ojos ligeramente hinchados fueron cubiertos ingeniosamente por el maquillador.
Él y Ji Xinglan salieron juntos a saludar a los invitados.
Esta vez habían invitado a muchos amigos a su boda. Entre ellos también había gente importante que el Señor Ji y la Señora Ji conocían. La Señora Ji se comportó como la típica mujer rica de la alta sociedad y gastó su dinero sin reparos. Pidió lo mejor para todos. Si Yan Qiu no le hubiera aconsejado que no actuara de forma tan extravagante, habría querido organizar su boda en el extranjero, en alguna isla.
Se utilizó un salón de alta gama para el banquete de bodas. Sobre sus cabezas colgaban brillantes candelabros, y a su alrededor se oía el sonido de la gente chocando sus copas de vino. Incluso el suelo estaba tan pulido que brillaba.
Aparte de sus propios amigos, incluso los parientes y amigos del Señor Ji y la Señora Ji estaban alrededor. Yan Qiu tuvo que sonreír todo el tiempo, por lo que sus músculos faciales estaban casi rígidos ahora.
Se suponía que nunca podría asistir a un banquete tan grande, y sin embargo, aquí está.
Después de brindar por todos, Ji Xinglan bebió bastante vino, la mayoría porque tuvo que beber en lugar de Yan Qiu.
Xie Yu también estaba borracho. Abrazó a Yan Qiu y lloró, sus lágrimas y mocos se esparcieron por todo el traje de Yan Qiu. Li Chengyan tuvo que hacer un gran esfuerzo para arrastrarlo.
Una vez terminado el banquete, Yan Qiu los envió a la puerta giratoria de la entrada del hotel. Cuando Yan Qiu vio lo borracho que estaba Xie Yu, no pudo evitar preocuparse. ―¿Estará bien?
―Estará bien. Lo enviaré de vuelta. Deberías volver y descansar con Xinglan. ―Li Chengyan llevó a Xie Yu al coche y se despidió de ellos.
Aunque había oído muchos rumores sobre Li Chengyan por parte de Ji Xinglan, Yan Qiu seguía pensando que Li Chengyan parecía bastante fiable. Puede que se deba a la presencia única de los estudiantes de la escuela militar.
Lin Wei sujetó el brazo de su nuevo novio y se acercó. Se detuvo frente a Yan Qiu, lo saludó y sonrió. ―Felicidades.
Al ver a Lin Wei marcharse, Yan Qiu se llenó de repente de emociones complicadas.
Él y Ji Xinglan pasaron por un montón de malentendidos a lo largo de su relación, y Lin Wei era una razón importante detrás de ello.
Hace dos años, nunca hubiera esperado que terminaran de esta manera.
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Una vez que despidieron a todos los invitados, la Señora Ji arrastró al Mariscal de Campo Ji arriba para una sesión de spa, porque habían trabajado durante todo un día.
Yan Qiu no vio a Ji Xinglan cuando estaba abajo. Cuando pasó por la sala de espera, de repente encontró a Ji Xinglan sentado en el sofá del vestíbulo, y en su estado de embriaguez, usó su mano para cubrirse el brazo.
―¿Estás borracho?
Yan Qiu se acercó, y Ji Xinglan movió su brazo un poco más abajo. Debido a su estado de embriaguez, sus ojos estaban rojos. El brillo acuoso de sus ojos lo hacía aún más seductor que de costumbre.
Por lo que parece, estaba bastante borracho. Yan Qiu no pudo resistirse a inclinar su barbilla para burlarse de él.
Ji Xinglan normalmente tenía una buena tolerancia al alcohol, aunque parecía que hoy había bebido demasiado.
Yan Qiu normalmente podía controlar su consumo de alcohol. Sin embargo, como hoy era su boda, era una excepción. Suspiró y agarró el brazo de Ji Xinglan, queriendo levantar al alfa borracho.
Pero una enorme fuerza tiró hacia atrás, y en lugar de tirar de Ji Xinglan hacia arriba, Yan Qiu cayó en los brazos de Ji Xinglan. Estaba rodeado por las espesas feromonas del alfa, y se sintió como si hubiera caído en un barril de cerveza. Casi se intoxicó él mismo.
Ji Xinglan le presionó el cuello y se acercó lentamente. Sus acciones fueron aún más suaves que las habituales, mientras le besaba tímidamente los labios. Yan Qiu pudo saborear la fragancia del vino en sus labios, y frunció los labios.
―Suficiente. ―Yan Qiu lo apartó con la cara roja. Al ver que Ji Xinglan aún no se había saciado, le rogó: ―Subamos, ¿de acuerdo?
Estaba oscuro y no había nadie en el vestíbulo. Con el bonsái de roca que los ocultaba, los recepcionistas en la distancia no se dieron cuenta de ellos.
―Llámame 'Querido. ―Ji Xinglan se abrazó a su cintura y se negó a soltarla, actuando con descaro.
A Yan Qiu le preocupaba que dejaran una mala impresión de sí mismos si alguien los veía, así que cedió y le rogó: ―Querido, subamos, ¿de acuerdo?
―Bien. ―Ji Xinglan parecía satisfecho.
―Llévame.
... Está muy borracho, ¿eh?
Yan Qiu lo miró con resignación. No quería jugar el juego infantil de llamarse cariñosamente, pero no había forma de que pudiera llevar a un alfa tan grande, por lo que solo podía pasar el brazo de Ji Xinglan sobre sus hombros y llevarlo arriba.
Pero el alfa borracho no se quedó quieto. No solo presionó todo su peso contra Yan Qiu, sino que incluso se atrevió a manosearlo en el ascensor.
Las paredes del ascensor estaban decoradas con brillantes espejos. Yan Qiu estaba atrapado contra la esquina mientras miraba el reflejo en los espejos. Podía ver que se estaban besando por las imágenes reflejadas en los espejos.
Cuando llegaron al último piso, el ascensor se abrió con un ding y Yan Qiu casi se asfixió a causa del beso. Sus ojos estaban llorosos mientras miraba enojado al alfa borracho. Con el dorso de la mano, se limpió la humedad de los labios. Luego alisó sus solapas desordenadas y arrastró a Ji Xinglan fuera del ascensor.
Yan Qiu abrió la puerta con la tarjeta de la habitación y arrojó a Ji Xinglan sobre la cama.
Ya eran las once y algo de la noche. Había estado ocupado sirviendo a los invitados, así que no comió. Ahora, se sentía hambriento. Entonces, Yan Qiu llamó a la recepción y les pidió que enviaran dos comidas preparadas a su habitación.
Una vez que colgó el teléfono, Yan Qiu hirvió un poco de agua y preparó té para Ji Xinglan para ayudarlo a recuperar la sobriedad mientras iba al baño.
Estaba demasiado cansado y necesitaba darse un baño para relajarse.
Después de bañarse y salir mientras se secaba el cabello, llegó la comida que ordenó.
Yan Qiu trajo la comida para comer con Ji Xinglan. A pesar de que era solo una pasta simple, Yan Qiu tenía hambre y, después de que terminó de comer, casi lamió el plato.
Apartó el plato con satisfacción y se tumbó en la suave cama con su bata de baño.
La cama era grande y los dos podían hacer lo que quisieran.
Ji Xinglan lo siguió y comenzó a besarlo y manosearlo, inmovilizándolo. Yan Qiu se rió por eso antes de echarlo a tomar un baño.
―Ve a la ducha. Una vez que hayas terminado, jugaré contigo.
Ji Xinglan parecía un poco triste, pero aun así hizo lo que le dijeron.
Después de que se deshiciera del olor a alcohol de su cuerpo y sólo tuviera feromonas mezcladas con la fragancia del jabón corporal, el refrescante aroma de sus feromonas se hizo mucho más débil, olía como el calor de los comienzos de la nieve.
Podían ver el océano, los faros brillantes y el deslumbrante cielo estrellado a través de la ventana del suelo al techo. La brisa marina hacía bailar las cortinas de gasa blanca. Yan Qiu se recostó en el regazo de Ji Xinglan y escuchó el chapoteo de las olas contra los arrecifes.
De repente miró a Ji Xinglan. ―Ji Xinglan, quiero darte un regalo de bodas. ¿Lo quieres?
―¿Regalo de bodas? ―Ji Xinglan no tenía prisa por preguntarle a Yan Qiu qué regalo era ese. En su lugar, se quedó mirando a Yan Qiu. De repente, agarró su mano y la besó.
―Parece que estoy soñando. ―Aunque nadie sabía a quién le estaba diciendo esas palabras.
Cuando Yan Qiu falleció, faltaba un mes para el decimonoveno cumpleaños de Ji Xinglan. Casi no pudo vivir su decimonoveno cumpleaños por eso también.
Ese día, en su cumpleaños, todos los regalos que recibió estaban relacionados con Yan Qiu.
Ese día, desapareció por la mañana, y cuando su familia pudo finalmente encontrarlo, lo encontraron sentado frente a la lápida de Yan Qiu, y el sol poniente tiñó su camisa de rojo.
Había dos botellas de vino frente a él. Una de ellas ya estaba vacía y depositada en el suelo, mientras que la otra permanecía sin cerrar. Nadie la bebió.
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Yan Qiu se planteó muchas cosas respecto a los vínculos permanentes.
Ji Xinglan quería darle una relación en la que fueran iguales.
Aunque dijo que no necesitaba vínculos permanentes, Yan Qiu seguía pensando en muchas cosas.
Para él, no había nada más sagrado que los vínculos permanentes. Una vez hecho el vínculo, sólo le pertenecería a Ji Xinglan sin importar si vivía o moría.
Honestamente hablando, Yan Qiu esperaba que Ji Xinglan lo marcara.
No importaba si Ji Xinglan pasaría por la cirugía de vinculación inversa por él, Yan Qiu aún quería que Ji Xinglan formara un vínculo permanente con él.
Ji Xinglan no tenía ninguna sensación de seguridad cuando estaban juntos, así que Yan Qiu le daría esa sensación de seguridad.
―Siento no haber estado durante tu decimonoveno cumpleaños.
Yan Qiu corrió las cortinas y llegó frente a la cama. Tiró de la mano de Ji Xinglan para que se desatara la bata, revelando su largo y delgado cuello. ―Ji Xinglan, tu regalo de vigésimo cumpleaños está aquí. Te permitiré formar un vínculo permanente conmigo.
Las olas golpeaban la orilla fuera de la ventana del suelo al techo, y la luna salía.