I FEEL YOU / Pierre Gasly

By viaxhxrryx

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"Déjame sentirte al menos una vez en la vida, déjame desnudarte". "Lo haces cada que te place". "No, déjame... More

Prologo
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invitación.
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¿preguntas?
preguntas y respuestas.
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preludio
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letras a Carlos... (especial) 1/Septiembre.
56.
Epílogo
Extra I
Extra II
Extra Especial

48.

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By viaxhxrryx




PIERRE POV.


Miro el papel de nuevo en mi mano, con la dirección bien escrita.

Bloomsbury St. A400
London, United Kingdom.

Y sigo sin moverme, la gente avanza a mi al rededor, la calle es demasiado concurrida, con el Big Ben a solo unas cuadras y el London Eye la zona es demasiado prestigiosa, y no me asombraría para nada que el edificio de tres piso frente a mi, perteneciera a Toto Wolff.

Las paredes de ladrillo se alzan frente a mi, con tres ventanas en los do pisos, suelto un chiflido al aire cuando observo la cochera subterránea.

Miro mi móvil esperando retrasarme con algo, me pican las manos por tocar la puerta de caoba negra frente a mi. Unas chicas pasan detrás de mi y les devuelvo la sonrisa un poco nerviosa que me dan.

Inhalo fuertemente y cierro los ojos.

No puedo hacer esto. ¿O si?. A la mierda. Ni siquiera me da tiempo de pensarlo nuevamente cuando ya he tocado dos veces el timbre.

Meto las manos a las bolsas de mi abrigo blanco, apretando los puños dentro de estás. Los nervios me invadieron nuevamente mientras espero paciente. El miedo se apodero de mi al imaginarme que podría enfadarse por verme aquí frente a ella.

Saque de nuevo mi mano derecha para volver a tocar, cuando la puerta de repente se abrió, mostrando a Hemma en su pijama de conejitos, con una blusa de tirantes blanca y su cabello alborotado recogido en un moño.

"Pierre...". Su sonrisa titubeo al verme hasta desaparecer completamente. Lo único que mantuvo la mía en mi rostro fue cuando llevo su labio inferior entre sus dientes. "¿Qué haces aquí?".

En un acto tan Hemma Wolff que me quito por un segundo el aliento.

"Yo...". Comienzo a murmurar, sin embargo me interrumpe en seguida.

"Toto está en la fábrica y no creo que regrese hoy..". Suspiro. "Puedo prestarte mi..".

"Hem vine a verte a ti".

"Oh..". Se removió incómoda y bajé mi mirada a sus pies descalzos.

"Deberías usar calcetines..".

"Si.. yo..". Algo no estaba bien, se cruzó de brazos y se giro dejando la puerta abierta así que sin más la seguí.

Observe con atención cada parte del lugar, las paredes blancas cubiertas con fotografías, los sofás de color negros con la gran pantalla colgada en la pared y detrás un ventanal con acceso a lo que parecía un patio.

Me espera paciente recargado en la entrada de lo que parecía ser la cocina, hasta que la seguí. El olor a palomitas de maíz me invade y lo confirmo cuando saca del microondas dos bolsas llenas para proceder a servirlas en un bowl.

"Bueno...". Suspira. "¿Qué es lo que sucede?... ¿por qué viniste?".

El silencio que se creó después solo sirvió para conectar mi mirada con la de ella, parecía tranquila, su respiración era pausada pero sus manos que no dejaban de agarrar cada objeto que se le atravesara me indicaba que estaba todo, menos tranquila.

Me limité a observarla sin saber que hacer, con la garganta seca y con mi estómago revoloteando por la chica de ojos cafés enormes que me robaba el sueño. Por la que me costaba respirar si no estaba ahí.

Entonces, no se como camine tan rápido a ella, ni como ella accedió. Lo siguiente que sentí fueron sus labios contra los míos, mientras mi mano la apegaba con más fuerza a mi, su mano subió a mi cuello y se río contra mi boca cuando me las apañé para sentarla sobre la encimera de su cocina.

Necesitaba besarla de esta manera, para mostrarle que ella me es indispensable para respirar, su respiración se agitó y mi corazón latió con fuerza cuando coloco ambas manos en mi pecho.

Realmente necesitaba detenerme, no estaba en mis planes que esto sucediera, quería hablar con ella. Necesitaba que escuchara lo que me estaba muriendo por decirle.

"¡Yo elegiré la película de hoy... la anterior fue..".

Me separé de ella cuando la conocida voz del nuevo piloto de Ferrari nos interrumpió. Carlos se rasco la nuca incómodo y murmuró un -lo siento- mientras seguía observándonos a ambos.

Los celos fueron imposibles de controlar cuando se giró y salió de la cocina, con el cabello húmedo e igual que Hemma venía descalzo.

No estaba sola.

Y era difícil imaginarla con alguien más que no fuera yo.

Trate de aparentar que no me había importado, que no me había dolido saber que alguien más estaba en su cama tal vez esperándola para ver películas.

"El...". Ella por fin se dignó a hablar pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta.

"Será mejor que me vaya". Murmuré.

Me obligue a arrastrar mis pies fuera de ahí, la sala estaba desierta sin rastro alguno de Carlos. Escuché mi corazón romperse con cada paso que daba, trague saliva y me sentí mareado cuando ella tiró de mi brazo impidiéndome avanzar.

Sabía que me lo merecía. Y también sabía que Hemma no esperaría por mí siempre.

"Pierre... yo y el..".

En mi mente toda la información se acumuló. Hemma no estaba en mi box más y tal vez la respuesta era porque ahora ella estaba del otro lado. Ella estaba saliendo con Carlos Sainz.

"Pierre..".

"No se si quiero escuchar lo que dirás Hemma".

"Él y yo no estamos juntos".

"No quiero que lo ocultes".

"¿De qué hablas? ¡Pierre! ¡No!".

"No tienes que explicarme nada cariño...". Murmuré, sus ojos volvieron a llenarse de terror cuando subí una de mis manos a su mejilla. "Ambos sabemos que.. él te hace bien".

"No te atrevas a compararte con él".

"No podría compararme con Carlos, no cuando ambos sabemos que él te merece más que cualquiera".

Se quedó muda con mis palabras, observándome expectante mientras se pasaba las manos por el cabello, mientras retenía su labio inferior entre sus dientes.

"Pierre..". Niega con la cabeza suspirando. "Yo no quiero a nadie más que no seas tu".

Trague saliva fuertemente y cerré mis ojos inhalando profundamente

"Te amo..".

"¡No!". Definitivamente esperaba todo menos el grito que dio.

Retrocedió dos pasos atrás y ahora sí soltó su labio para dejar de detener las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos.

Mi cuerpo enteró hormiguea y el sentimiento de soledad me invadió al darme cuenta de que estar con ella ya no era una opción. No después de haberla lastimado como lo hice, no después de haber negado lo que sentía por ella una y otra vez, no después de no ser sincero conmigo mismo ni con nadie. Me limpio rápidamente la lágrima que comienza a resbalar por mi mejilla.

"Amor....".

"No me digas así Pierre Gasly... ¿por qué después de lastimarme? ¿por qué después de decirle a todos que yo no significaba nada para ti?".

Una risa amarga brota de mis labios y me encojo de hombros.

"Supongo que tenía que decírtelo al menos una vez antes de dejarte ir para siempre".








...








Apenas ha pasado una semana desde lo sucedido en el departamento de Hemma, días en los que mi corazón no cree aguantar las apuñaladas y en los que me he ahogado en alcohol con regaños de mis amigos diciéndome lo típico en relaciones.

-No es sano que te lastimes así-

-Nunca cerrarás la herida si sigues así-

-No la pierdas-

Y así van una y otra de las letanías que me dan.

Pero aunque me duela y me rasgue hasta el alma verla con alguien más, me lo merezco y estoy... estoy tranquilo de saber que está con alguien que si le dará el trato que se merece, lo que yo le pude haber brindado.

Pero creo que nada dura para siempre, ¿no? Supongo que los finales felices jamás tuvieron existencia.

"Pierre, suelta eso". La voz de mi mejor amigo llega, como usual en estos días, a mi casa.

Me arrebata la botella de alcohol que estaba pegada a mis labios y la deja en la mesa de centro en mi living.

Él es de los pocos y únicos que puedo decir no me ven con lástima, que no me dan una mirada deprimente que ellos piensan es "comprensiva" para mostrar "apoyo hacia mi".

Charles ha sido el único en ponerme los pies en la tierra cuando no doy más y agradezco demasiado eso, porque siempre se ha mantenido conmigo sin importar las circunstancias.

"Ve a tomar una ducha, Pierre, ya hueles mal". Dice, mientras me arroja una toalla y se va a la cocina por algo de tomar.

"No quiero hacer nada". Me recargo en el respaldo de mi sofá, tragando en seco cuando siento el nudo en la garganta formarse de torturarme con los recuerdos con Hemma, mi Hemma.

¿Por qué soy tan idiota?

"Pierre ve al baño, ya". Pide, con sus ojos verdes mirándome reclamantes.

Tallo mis ojos evadiendo las lágrimas que amenazaban con salir, suspiro y me levanto en dirección a mi ducha. Mi amigo luce tan bien, tan... enamorado que me causa envidia.

Me marcho con la toalla en mis hombros, hasta llegar a la ducha y quitar el único bermuda que me ha acompañado en mi soledad.

Me siento cansado, son escasas las horas de sueño que he tenido en estos días y se que voy a recibir un gran regaño de mi coach si sabe la alimentación y el estilo de vida que he llevado en esta última semana.

El agua caliente impacta mi cuerpo de poco a poco, ardiendo por mi espalda y mi abdomen, fuertes suspiros salen de mi, pero ya ni se si son de tristeza, coraje o simple pereza de mover un dedo.

Mi baño se prolonga ya que me siento exhausto de hacer nada y me voy duchando en una lentitud impresionante que si no hubiera tenido los gritos de Leclerc desde afuera diciendo que me apurara, hubiera seguido igual o peor.

Salgo con la toalla en mi cintura, dando un vistazo a todo mi departamento, siendo imposible no recordar los momentos con mi monegasca en cada rincón del lugar.

Su respiración tranquila mientras dormía y me abrazaba en el sofá.

Los besos que me repartía por todo el cuello en la barra.

Los lugares en los que nuestro sudor y nuestras respiraciones fueron las única cosa que nos acompañaba.

Todo ahora se queda como un recuerdo que no tarda en llenarse de polvo y olvidarse.

"Gasly, arréglate que hoy saldrás de tu cueva". Una vez más la voz de Charles interrumpe mis pensamientos, provocando que lo mire confundido.

"¿De qué hablas? Estoy cansado no tengo ganas de salir".

"¿Cansado? ¿Cansado de ahogar tus penas en una botella de tequila y no poner un pie fuera de tu departamento? ¿Cansado de no hacer nada y lastimarte?". Habla con la voz firme y una expresión sería.

Su honestidad me cae como un balde de agua fría y me estremezco cuando siento como el aire de la ventana llega a mi cuerpo.

"Amigo esto ya no me sorprende, pero no quiero seguir viéndote así". Ahora cambia a estar un tanto decaído.

"Dame cinco minutos".

En esos cinco minutos que terminan siendo casi veinte, simplemente me pongo unos jeans y una camisa para salir, es que ni siquiera se a dónde me llevará.

Me roció un poco de perfume en el cuello, tomo mi cartera, una chamarra y me dispongo a salir.

"Ya Pierre". Mi mejor amigo llega hasta mi, posa uno de sus brazos en mis hombros y me da una sonrisa ladeada. "Todo mejorará".








...








Llevamos no más de tres horas aquí y ya me harto el exceso de gente, volumen, calentura y alcohol.

Incluso a mi me es raro sentirme así, antes probablemente ya estaría a los pies de Hemma en un baño mientras devoro su boca, pero ahora? ahora apenas si le he dado un trago a la cerveza que Charles me ha traído hace horas.

Probablemente ya me vaya, creo que hasta sueño tengo.

Se me han acercado impresionante cantidad de mujeres a las cuales no les encuentro algo bueno, algo honesto o algo que le pegue en similitudes a Hemma.

Ojos azules, verdes y miel se han colado en mi camino amenazando con estampar sus labios contra los míos, pero no puedo porque al verlas el marrón de Hemma me invade y siento una culpa horrible, aunque ella ni siquiera me quiera tomar la palabra ahora.

No se ni dónde está, no se si sigue en Inglaterra, si está en el principado o donde sea, es más no se nada de lo que está pasando fuera de mi departamento.

"¿Charles?". Lo llamó, mientras lo busco con la mirada entre el montón de gente.

Y logró dar con él, pero en una situación un poco comprometedora.

Inflo mis mejillas con aire antes de girarme y comenzar a caminar a la salida.

¿En qué momento llegó ella a Londres? No tenía idea, pero estaba contento por Charles.

Camino lentamente a la salida del lugar, no tengo ganas de estar aquí. Así que quiero llegar lo más pronto que pueda a casa.

Entro a mi Mercedes y me recargo en el respaldo del asiento, soltando un fuerte suspiro arranco el auto dejando atrás la música a estallar en el club.

Las calles de Francia están solitarias y con simplemente el sonido de la noche acompañándolas, siento relajación por un segundo al apagar la radio y conducir camino a casa en silencio, pero todo se va cuando decido encenderla de nuevo y las frases de una familiar canción que Hemma adoraba y repetía disimuladamente cada que estábamos juntos en un auto comienza a sonar.

La letra de la canción pasa de darme cariño a abofetearme y decirme que estuve mal en muchas cosas obvias, la tengo en un volumen bajo que está provocando que el camino se haga infinito.

Y justo al llegar a casa finaliza dirigiéndose a los comerciales.

Con cansancio invadiéndome, salgo del coche ignorando las palabras de los guardias en el lobby.

En el ascensor lucho para no cerrar los ojos, pero igual no sucede gracias a un par de mujeres ruidosas que entran justo dos pisos antes del mío. Me obligo a arrastrar los pies fuera de la caja metálica cuando el típico sonido que avisa que he llegado a mi destino invade mis oídos.

Ignoro por completo el sonido que emite el televisor que está encendido cuando abro la puerta de mi piso.

Supongo que Camille estará de regreso ya, y yo lo olvidé por completo.

Mi hermana esta acostada, envuelta en una manta profundamente dormida mientras en la gran pantalla que esta en la pared de color azul se reproduce un capitulo de TVD.

Bajo el volumen del televisor esperando no despertarla y apago la luz que emite la lámpara que está a un lado de ella que ilumina todo su rostro.

Ojala Charles no se estampe de cara cuando llegue a casa, si es que llega claro.

Aunque a como lo vi su noche será larga y probablemente ni siquiera sepa de él hasta mañana, pero bueno.

Tratando de no hacer ruido, voy hasta la cocina de donde me llevo una botella de agua y me marcho a mi habitación.

Cierro la puerta de mi cuarto, doy un trago al agua y me recuesto arriba de las sábanas desatendidas que llevan así más de tres días, no se ni como yo me aguanto en estos momentos.

Las piezas de mi corazón se remueven cuando miro a lado mío, con algo de duda tomo la almohada del lado derecho y la jalo apretándola contra mi pecho. Cierro los ojos antes de inhalar con fuerza. Rogando porque el olor de Hemma aún esté aquí, porque aún permanece desde la última vez que durmió a mi lado aquí.

El estómago se me revuelve cuando el tradicional shampoo de frutas y el perfume Chanel se hace presente colándose por mis fosas nasales, recuerdo su ceño fruncido cuando paso la primer noche aquí antes de ir a Ruan al darse cuenta de que había tirado su bote de acondicionador después de su primera visita aquí creada por su padre.

Bendito ¿o maldito? el día que Toto Wolff la puso en mi camino.

Una sonrisa nostálgica se forma en mis labios al recordar que recorrimos tres supermercados tratando de encontrar el maldito acondicionador con aroma frutal.

No de fresa.

Ni de durazno.

Debía de ser frutos cítricos o arándanos.

Y para ser sincero, me volvía loco con cualquiera de los dos.

Hemma me podría volver loco con cualquier aroma, siempre y cuando fuera ella.

Suspiro, pero abro los ojos de inmediato cuando puedo percibir nuevamente su olor en la almohada que tengo entre mis brazos y mi agarre se hace más fuerte en ese momento.

Al abrir los ojos solo puedo ver el color café en sus ojos y su sonrisa, mientras su mano acaricia mi cabello hasta quedarme dormido.

Pero eso ahora no sucede ni sucederá.

Solo estoy yo, ahora con el sonido de la lluvia que ha iniciado apenas cinco minutos atrás.

La lluvia era algo que amaba, siempre en cada noche de tormenta su cuerpo se pegaba al mío sin intenciones de separarse de mi, mientras los dos estábamos debajo de la fina sabana que nos cubría en el sofá de mi living.

Y aquí me surgen todas las preguntas de las letanías que he estado recibiendo esta semana.

¿Por qué nos lastimé de esta manera?

¿Por qué demonios mi miedo a amar jamás me permitió ser honesto con la persona que más amo en este maldito mundo?

¿Por qué mentirle de esa manera cuando sabía que Hemma jamás haría algo para poner en duda mi posición en Mercedes?

Ninguna tiene respuesta y realmente no sé si llegarán a tenerla.

Inevitablemente siento como una gota de agua se derrama por mi mejilla hasta impactar en mi almohada.

Un sollozo se escapa de mis labios con los cientos de recuerdos junto a ella.

Y algo que más me cala en el alma es que su padre también encontró confianza en mí para darme el corazón de su hija y, ¿Qué hice yo? Arruinarlo, llevarlo todo a la mierda en el segundo que mi cobardía tomó mi cuerpo.

Tengo los ojos directos en mi ventanal con el montón de gotas cayendo e impactando.

Gracias al cielo el sonido de la lluvia puede cubrir mis sollozos y mi sufrir al menos un poco.

Si mi mundo se está desmoronando con cada cosa que hago, ahora no puedo siquiera imaginarme cómo está Hemma.

No merece nada de lo que le hice, no merece ningún idiota como yo en su vida.

Ojalá mis ojos no la hubieran topado en el paddock en mis años de Toro Rosso, pero no hay ni habrá vuelta atrás, aunque no lo quiera ella siempre aparecerá en mi vida de alguna u otra forma.

Me asusto cuando escucho dos golpes detrás de mi puerta sonar unos segundos, me levanto a cuestas dejando el almohada en mi lugar y abro la puerta encontrando los ojos de mi hermana mirarme cansados.

Lleva una cobija tapándola y nada más.

"¿Qué pasa?". Pregunto sutilmente.

"La lluvia no me deja dormir". Responde.

Ya sabiendo a qué se refiere me hago a un lado y le doy el paso a mi habitación.

Como cuando éramos pequeños su cuerpo se acomoda en la otra esquina de la cama enredada en su cobija y sin una almohada en su cabeza.

"Toma". Le digo, dándole mi cojín pero ella se niega y me da una sonrisa ladeada.

"Duerme, deja de torturarte". Dice, casi leyendo mi mente.

Me acomodo tal cual y como estaba antes, dándole la espalda a mi hermana.

"Buenas noches hermano".








...








La mañana en Cataluña es más que fría, ni siquiera la sudadera y chamarra de Mercedes que llevo puestas logran darme calor. Lewis está de visita y me da una mueca extraña cuando la mejor amiga de Hemma tira de su brazo impidiendo que se acerque siquiera a mi.

Me encojo de hombros indicándole que no pasa nada y continuo con mi camino. Camille está acompañándome ya que -casualmente- tendría libre esta semana en su escuela.

No le había creído nada, pero no quería estar solo en el gran premio de casa de la otra persona que amaba a Hemma.

No cuando ella podía estar aquí con él.

Y aunque hayamos tenido peleas horribles, Camille sigue siendo mi hermana y eso no cambiará. Ella me ha servido para no ahogarme en mis lágrimas por ahora.

Anoche había sido una de esas noches en las que me debatí demasiadas cosas, mi mente trabajó como nunca para tomar esta decisión pero creo que es lo mejor para todos, y con esto hablo en general, ya sean temas familiares o que tengan que ver con mi equipo y mi carrera.

Fue una de esas noches en las que no sabes quien eres y de esas en las que deseas no despertar al día siguiente.

He tenido escalofríos desde que puse un pie en el circuito, no hablé esto con nadie porque estoy seguro de que nadie estará de acuerdo conmigo y honestamente no quiero eso ahora. Pyri llega trotando hacia mí y le recibo sin muchas ganas la barra energética que me ofrece.

No he desayunado nada y estoy seguro de que apenas y comience la práctica 3, mi estómago querrá devorar mi intestino, eso a pesar de los litros de agua que ingiero cada que me subo al monoplaza.

Si ya de por si he recibido varios regaños por parte de Pyri en cuanto a mi salud, no quiero ni saber qué pasará cuando vea los kilos abajo de mi peso y mi dieta totalmente atareada. Aunque sinceramente espero que no lo note o que al menos no mencione nada al respecto.





..





El sudor frío se hace presente en mi cuerpo cuando me saco el casco frustrado, Pyri no dice nada pero se que lo piensa cuando eleva ambas cejas en el momento en que prácticamente aviento mi casco en su dirección.

Lugar 14 en la qualy para alguien que está peleando por el campeonato. ¿Vaya día no?

George festeja su primer pole position y mi corazón late agitado cuando la cámara enfoca una melena rubia en la gran pantalla que está justo arriba de donde he dejado mi auto.

Mis esperanzas se dispersan cuando me doy cuenta que no es Hemma, si no alguien más de su box.

Norah camina a paso apresurado hasta llegar frente a mi, me tiende mi bote con solución isotónica, murmura que entraremos al corral para las entrevistas después de Carlos.

Vaya.

Resoplo y me jalo el cabello cuando escucho las risas de Toto con mi compañero de equipo a un lado.

Toto no ha mencionado nada, no sé si sepa lo que ha pasado con Hemma, ni tampoco se si está molesto por mi rendimiento de este fin de semana.

Ha sido un infierno.

"Pierre". El entrevistador de Sky me sonríe a medias antes de continuar. "Fin de semana ¿difícil eh?".

"Si..". Suspiro, me talló la frente frustrado y escucho a Norah murmurar que puedo dejar de responder si algo no me hace sentir cómodo.

Gracias Norah.

"¿Toto estará molesto no?".

"No entiendo porque... George está en pole". El sarcasmo se filtra en mi voz haciéndome apretar los labios un momento. "Supongo que él podría pelear por el campeonato ahora".

La confusión se hace presente en su rostro. Me muerdo la punta de la lengua con fuerza hasta que siento el sabor amargo invadir mi boca.

Norah carraspea haciendo que desvíe mi mirada hacia ella. Sus ojos me miran atemorizados un segundo pero los entorna provocando que dirija mi vista de nuevo al reportero.

"¿A qué te refieres?".

"Mañana daré todo en la carrera". Corto la plática anterior y asiento finalizando la entrevista. No quiero hablar más. "Trataremos de llegar a sumar puntos importantes... gracias". Y sin más me marcho de ahí con Norah detrás de mí.

"Puedes irte, come algo o ve con Hemma, yo que sé". Le habló, antes de entrar a mi box, las mejillas de Norah se tornan carmesí y se pierde por el hospitality de Mercedes.

Por mi parte una ducha y un cambio de ropa me dejan como nuevo, pero sigo con nervios y con la ansiedad a la punta.

Espero unos cuantos minutos a que la gente en el box se disperse y pueda salir, no quiero ser muy visto al lugar al que me dirigiré.

La gente comienza a dispersarse, los ingenieros salen calmados del box agradecidos de no tener que reparar algún auto de nosotros para mañana. Agradecidos supongo de tener la tarde libre.

Entró al hospitality de Mercedes y con pereza subo los escalones, uno a uno hasta llegar a la segunda planta.

George me da un leve asentimiento antes de palmear cálidamente mi espalda en modo de saludo para marcharse por el lugar donde yo venía.

¿La decisión que estoy a punto de tomar es correcta?

No lo sé .

Estoy a punto de golpear la puerta cuando mi sangre se congela impidiéndome respirar, su voz se cuela con dulzura por mis oídos y mi cuerpo reacciona de inmediato ante los efectos de Hemma Wolff.

Se ríe de algo que dice su padre ya que segundos después escuchó la risa de Toto hasta que ella le dice que se detenga.

"¿Lo harás?". Toto pregunta divertido.

Puedo imaginarme a Hemma achinando sus ojos con una sonrisilla entre sus labios.

"No lo sé...". Toto carcajea por algo que no alcanzo a escuchar. Mi pecho se estruja cuando entiendo de que es lo que están hablando. "No quiero regresar... aún".

"¿Por?".

"Tu sabes porque". Responde con obviedad. "Pierre piensa que Carlos y yo...". Hace una pausa donde puedo escuchar el bufido de su padre. "Fue inútil negarlo... no me creyó nada".

"Hem..".

"Pensó que lo mejor era dejarme ser feliz con el ¿puedes creerlo? Si parecía que lo odiaba cuando estaba con el".

"Cariño..".

"No quiero que piensen que estuve con ambos cuando.. no". Mi corazón se agita con fuerza.

Hemma y Carlos no estaban juntos.

No están juntos.

No podía yo ser más idiota. Cierro los ojos y me golpeo con un bate con fuerza el cerebro mentalmente.

"A mi no me importa lo que piensen los demás Hemma". La voz de mi jefe se vuelve seria, Hemma vuelve a carcajear y no puedo resistir el impulso de mirar un poco.

Hemma está sentada en la silla de jefazo de su padre, con los tenis sobre su escritorio mientras Toto trata de levantarla.

Y luce preciosa como siempre.

"Y ni a ti te debería de importar". Termina. Vuelvo a mi posición anterior tratando de no ser vistos.

"Papá".

"Puedes llamarle a Mount". Hemma carcajea mientras le dice que deje de buscarle novios.

La sangré me arde de solo pensar que ella y Mason.

No.

"Basta de errores, vamos a casa".

Y eso es suficiente para arrepentirme de cualquier decisión que iba a hacer, no puedo, no me atrevo y no lo haré, o al menos por ahora no.

No puedo irme. No sin pelear por ella. No dándome por vencido tan rápido.












......

guau!

100k leídas!

no me lo creo!!!

GRACIAS GRACIAS 💖💖




.

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