Los dos Príncipes. [part 2]

By ZairaLys1

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Después de muchas tormentas, llegó el arcoíris... o al menos eso creían. Harald y Adrien deberán luchar cont... More

➖Sinopsis➖
1. ➖ Paso a paso ➖
2.➖ Un nuevo comienzo ➖
3.➖Heredero, Gay.➖
4. ➖ Los cambios ➖
5. ➖ Déjame avanzar ➖
6. ➖ La música➖
7.➖ Errores ➖
8.➖Armonía➖
9. ➖ Guerra ➖
10.➖ Difamaciones ➖
11. ➖ Inseguridades ➖
13.➖ Trabajo ➖
14.➖Rayos y color azul➖
15.➖ Encerrados ➖
16.➖ Oscuridad ➖
17.➖ Vivir el momento ➖
18. ➖ Deseo ➖
19.➖ Atrapados ➖
20. ➖ El sí➖
21.➖ Conflicto ➖
22.➖ Engaños ➖
23. ➖ Bizcocho ➖
24➖Recuerdos➖
25.➖ Reglas ➖
26➖ Obstáculos ➖
27.➖ Apoyar ➖
28.➖El mejor día➖
29.➖ Paz 1/2 ➖
30.➖Paz 2/2➖
31. ➖El tiempo➖
32. ➖Sin ti➖
33.➖Contigo➖
34.➖Fin➖
✨Capítulo Especial✨
✨Especial de Navidad✨
➖DESPEDIDA ➖

12. ➖ El regreso a casa ➖

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By ZairaLys1

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Adrien

Comentarios. Comentarios. Comentarios.
Críticas. Criticas. Criticas.

Toda clase de odio hacia mí. Ya sea por mi cuerpo o por mi postura en Inglaterra. Literalmente era el que hablar en las redes sociales. ¿quieres criticar a alguien? Critiquemos a Adrien. ¿por qué? Porque últimamente parece una albóndiga con corona.

Si, así me imagino a las personas que me repiten una y otra vez mi subida de peso. Mi inseguridad constante acerca de lo deforme que estoy, me hace plasmar esos comentarios una y otra vez.

Me miro en el espejo esperando a que por arte de magia funcione lo de no cenar y comer poco en mis tiempos de comida, esperando a que esta grasa baje y pueda volver a ser yo mismo. Pero lo único que me ha estado provocando es que coma y coma sin parar mientras lloro desesperadamente al no ver resultados en esta semana.

La ropa holgada era mi solución.

Adrien, la discográfica quiere hablar contigo.— la mayoría de veces lo hacen con Gloria y ella me da la información a mí. Pero ahora ella me esta pasando su teléfono.

Me senté en el sofá.

—Diga.— respondí

Adrien, nosotros te hemos tenido paciencia durante estos últimos meses, te hemos apoyado con las decisiones que tomaste estos últimos días por tu propia cuenta, y jamás hemos manchado tu imagen en ninguna ocasión, la mantenemos impecable todo el tiempo.—

—¿Cuál es el punto?

—Estamos viendo tus redes sociales, estás manchando tu imagen tú solo. Te mandaremos un entrenador cuando estés en Los Ángeles, tienes que bajar de peso en dos meses, él te entrará en detalle. Por ahora, deja de comer tus dulcecitos.—

Colgué la llamada dejando su teléfono al lado. Me recosté en el sofá agotado mientras estiraba un poco mi pelo hacia atrás tratando de pensar y en sacar los comentarios de mi cabeza.

Adrien...— me dijo Gloria a mi lado.

¿Por qué no me dijeron la verdad? ¿Por qué no me dijeron que estaba gordo y feo?— me levanté con dirección a mi habitación.

Tal vez lloré mientras Gloria y Eira trataban de hablarme detrás de la puerta.
Tal vez grité y tiré algunas cosas mientras escuchaba a Frederick empujar la puerta.
Tal vez me vi una, dos o más de diez veces en el espejo con miedo a quitarme la playera.
Tal vez rechacé todas esas llamadas de mi padre y Clara.
Y tal vez ignoré a todo el mundo durante tres días.

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 * ☆ 。・゚*.。
* ★ ゚・。 * 。
 * ゚☆ 。

El mensaje de Harald había hecho que me levantase y me cambiase enseguida. Mañana por la noche me iría a Los Ángeles y no podía marcharme sin antes despedirme de Harald. Así que me quedaría en el palacio, y al siguiente día madrugaría para dirigirme al aeropuerto.

Una camisa holgada y grande para cubrir mi peso. Unos vaqueros negros y unos zapatos deportivos fueron suficientes para sentirme cómodo, no me sentía atractivo, pero no quería ponerme otra cosa, de todas formas, mi peso no iba a desaparecer.

Lo que sé ahora, es que Harald no sabe absolutamente nada sobre mi nueva inseguridad, nadie le dijo, y supongo que no ha visto las redes sociales, o al menos no cree que esos comentarios me estén afectando, porque hace tiempo que no lo hacían, y menos cuando era relacionado con mi cuerpo. Si él lo supiera, sus llamadas hubieran sido constantes y preocupadas. Además, el heredero de Inglaterra tiene cosas mucho más importantes que mis tontas inseguridades nacidas desde hace unos días.

Hoy, Harald me presentará a una persona, no me dijo quién era, y yo tampoco agregué curiosidad, mi cabeza solo pensaba en ocultar mi barriga para que ni la visita, ni Harald se dieran cuenta.

Harald nunca había dicho nada de mi cuerpo, nada con la que yo me sintiera incómodo. A veces me decía que me miraba atractivo, y yo le creía, porque se escuchaba lindo que saliera de su voz. Y él, al igual que todos, no me había dicho nada de mi cuerpo. ¿lo ignora porque piensa que decir la verdad me afectaría? ¿Qué pensará él al respecto con mi cuerpo? ¿Le sigo gustando? ¿Le sigo pareciendo atractivo?

Suspiré cansado mientras entraba a la oficina de Harald con ayuda de los guardias.

—Adrien.— alcé mi mirada encontrándome a... ¡dos príncipes de diferentes Estados!

Mierda. Cerré el zíper de mi chaqueta.

Buenas tardes... Oh... lo siento...— incliné un poco mi cabeza hacia el frente.

—Por favor, no es necesario.—

Levanté mi cabeza de nuevo un poco nervioso y vi a Harald esperando alguna presentación.

—Adrien, te presento al príncipe Arturo de Noruega.— dijo Harald .— Arturo, él es Adrien Gutiérrez, mi compañero de vida.— Harald habló en inglés, con ese típico acento que tiene y que probablemente a mí se me esté pegando, aunque a él se le escucha encantador.

El príncipe Arturo es el hijo de la familia real de Noruega, uno de los tres, no estoy seguro del cual sea. Inicialmente, se decía que sería el heredero de la familia, pero al final, el mayor es el que está ahora mismo llevando ese papel. Es un chico como de la altura de Harald, mismo tamaño, un poco mas delgado que Harald. Se le mira a simple vista un tipo duro y educado al mismo tiempo, moreno con ojos miel claros, y unos rulos que caían a los costados de sus hombros. Un tipo bastante elegante.

Sonreí nerviosamente acercándome del lado de Harald. Supuse que Arturo no sabía español, así que nuestras conversaciones serían en ingles delante de él.

Mucho gusto... yo... si hubiera sabido que... tendría tal invitado... tal vez me hubiera vestido un poco mas formal.— dije mirando a Harald de reojo.

Una pequeña y formal risa se formó.

Sentirse cómodo es más agradable que llevar este apretado atuendo.— Arturo se acondicionó su costoso traje de color rojo vino.

Por supuesto que si, por eso mi vida en pijama.— hablé como si tuviera el derecho de conversar con esa confianza. Me disculpé enseguida, pero a Arturo no le importó, solo rio.

Eres mejor de lo que creí, ahora entiendo por qué le gustas tanto. Desde que llegué, el tema principal has sido tú.—

Sonreí viendo a Harald de reojo visiblemente sonrojado.

Me siento honrado.— dije

Adrien, la visita de Arturo se debe a que, él, al igual que yo, tiene algunos planes a largo y corto plazo.— habló Harald cambiando de tema poniéndose nerviosos.— La mayoría de planes, se asemejan con los míos, como, por ejemplo, los albergues construidos por todo el mundo de países bajos para los niños que carecen de hogar.—

Claro, el proyecto en el que Harald ha estado trabajando desde hace dos años, primero empezó por Inglaterra, pero ahora quiere hacerlo por todo el mundo. Es una locura, pero me encanta como se sigue involucrando en ayudar a los niños con problemas o situaciones diferentes. Se ve sumamente atractivo cuando habla de ayudar y apoyar a las personas, lo hace con toda la sinceridad, corazón y bondad. ¿Por qué no las personas dejan de lado la idea de que es mi pareja y piensa en todo lo que ha hecho a tan poca edad para Inglaterra? Tiene muchos planes, muchas obras, mucho amor para dar y las personas, de lo único que hablan es de nuestra relación.

Hacen viral lo que no tendría que ser viral.

Mi cuerpo es el tema principal ahora. ¡Deberían de hablar sobre lo que está haciendo! Es mucho más importante y menos dañino.

Harald estuvo ocupado por casi todo el día tomándose fotografías con Arturo para dar la noticia. Tenían el apoyo de los reyes de Inglaterra, haciendo que esto se volviera aún más público. Más fotografías, charlas y firmas. Yo lo acompañé, porque Harald quería que lo hiciera, aunque yo creería que no estuviera haciendo algo importante con solo estar ahí. Pero lo apoyé en todo momento, porque sé lo que significa esto para él, y porque admiro lo que hace, cosa que pronto haré yo también, así que estaba tratando de tomar nota en mi cabeza para recordarme de todo este papeleo mas adelante.

El príncipe Arturo estaba igual de comprometido con Harald, los dos en cierta manera tienen un parecido bastante notorio, si hablamos del trabajo. Porque en sus personalidades, Arturo es más duro con una postura bastante tenebrosa. Harald es un caramelo salido de su propia envoltura, aunque a veces saca su lado duro y se ve realmente desafiante. Pero la mayoría de veces, es blando como un algodón de azúcar.

Dos personalidades distintas con pensamientos y dedicaciones iguales.

Perdona que no pude estar mucho tiempo contigo.— caminábamos de la mano hacia la habitación de Harald luego de las largas horas escuchando como charlaban de muchas propuestas y muchos diseños.

El príncipe Arturo se quedaría unos cuantos días en el palacio, los suficientes para que estén satisfechos con el trabajo. Supuse que este no sería la última vez que le vería.

No te preocupes, tendremos todo el tiempo del mundo después, hoy era el día de un duro trabajo.— nos abrieron la puerta.

Solo entré a esta gran habitación, me quité mis zapatos y caminé tirándome en esta hermosa e incomoda cama. Tengo un poco de calor, llevar esta chaqueta todo el día me estaba sofocando.

¿No quieres ponerte cómodo? Aún hay algunas prendas tuyas, o puedes ponerte las mías.— me gritó desde su armario.

Estoy bien así.— no quería vestirme delante de él.

Tomé mi celular cuando vibró en mi bolsillo. Solo eran noticias de Harald con Arturo y otros dos mensajes sobre mi estómago. Esperen... tres mensajes sobre mi cuerpo.

¿Pasa algo? Desde algunos días estás un poco extraño.

Usuario389: obeso

Estoy bien.

Dejé mi celular en la mesita de noche y cubrí mi cuerpo con estas pesadas sábanas. Harald apareció con su pijama de color negro de seda. Se acostó y le di la espalda para que no notara nada, aunque con la ropa que traía puesta, era un poco difícil que se hiciese notar, mas cuando la habitación estaba en oscuras y la única fuente de luz era del ventanal enorme dispuesto a reflejarnos la luna.

Harald se acercó a mi cuerpo abrazándome por detrás llevando su mano a mí estomago mientras lo apretaba gentilmente. Me ponía un poco incomodo que pueda tocarlo y sentir cada grasa acumulada en el.

¿Estas listo para ir a Los Ángeles?— me susurró contra mi oído.

Tomé su mano, para que dejara de tocar mi estómago, y la llevé un poco mas arriba, cerca de mi pecho. Harald no notó nada, solo siguió abrazándome.

Si... tal vez regrese un poco más temprano a casa...—

—¿Tu vuelo no era en la noche?

—Tengo que alistar unas cuantas cosas...

—¿Quieres que te acompañe al aeropuerto?

—No... digo... mañana estarás ocupado con el príncipe Arturo, aún les hace falta muchas cosas que hacer, no quiero que pierdas tu tiempo...—

—Puedo pedirle a Claudia que me de un espacio para ir a dejarte

—No creo que sea necesario, de verdad...

Se quedó unos minutos en silencio, pensé que se había quedado dormido, pero su mano aún seguía apretando mi pecho.

Habrán algunos días en los que tu presencia será obligatoria en el palacio, ¿recuerdas? Eso no quiere decir que no te dejarán trabajar en tu carrera, solo serán unos días en los que me tendrás que acompañar para asistir en algunas reuniones.—

—Lo sé, no hay problema.—

De todas formas, cuando él me pida que regrese por asuntos de trabajo, yo ya habré bajado de peso.

Ahora dime, ¿qué es lo que te ha estado preocupando? Sabes perfectamente que es imposible que me mientas, sé cuando lo haces, sé cuando no estás bien y sé cuando si lo estás.

—Eso se escucha un poco a que no solo tienes una cámara en mi cabeza, sino que dos cámaras en mi cabeza.—

Un apretón en mi cintura hizo falta para que me girase quedando frente a frente ante él.

Dime que pasa

Suspiré ocultando mi rostro cerca de su cuello.

¿No podemos solo suponer que no pasa nada?

—No me quedaría tranquilo sabiendo que algo te preocupa

Me separé un poco de él y me senté. Me quité mi chaqueta quedando solo con la fina tela blanca y delgada de mi camisa. Harald también se sentó a mi lado inspeccionando lo que estaba haciendo.

Suspiré.

Estoy gordo— mi voz se escuchó algo entre cortada.

Cerré mis ojos apretando con fuerza para escuchar su reacción, no sabía qué esperar, no tenía ni idea de qué iba a suceder, pero jamás me imaginé escuchar la risa de Harald. Lo miré enojado por su reacción. Él dejó de reír al ver que no era ningún tipo de broma, y como se estaba aguantando la risa, traté de levantarme de la cama aún más enojado que antes.

Espera...— Harald me tomó de mi cintura sentándome de nuevo, yo traté de levantarme de una y mil maneras, pero la fuerza de Harald era mayor.— Tranquilo, Adrien, lo siento... Adrien... deja de esforzarte, sabes que no escaparás de mis brazos.— dejé de intentarlo cuando me rodeó.

Suéltame, me iré ahora mismo a Los Ángeles—

—Adrien, perdona.— me recostó en la cama sujetando mis manos para que dejara de forzar mi salida.— es que no entiendo el por qué te sientes así, pensé que era una broma, ya que tú no sueles prestarle mucha atención a tu cuerpo—

—Pues ahora si, ¿no has visto lo que dicen las personas de mí? ¡Literalmente hay una revista que habla sobre mi horrible estado! En la página 35, 36 y 37, para ser más exactos. Todas esas criticas dedicadas hacia mí—

—Yo... no lo vi. Pero, no sueles prestarle atención a ese tipo de comentarios, ¿por qué ahora sí?

—Porque ahora todos tienen razón, mi cuerpo es horrible y asqueroso, ¿no lo ves?

—¿Dónde dices que está la parte de horrible y asqueroso? Tal vez estoy ciego, porque yo solo veo a un chico totalmente espléndido.

Aparté mi mirada.

Sé que no lo dices en serio, nadie me dirá que me veo horrible... no entiendo como puedes estar conmigo y solo...— Harald subió mi camisa un poco mas arriba de mi ombligo. Luego me empezó a besar todo mi estómago haciéndome cosquillas.

Estoy contigo porque te amo, y no me importa si estás delgado, gordo, o cualquier otro tipo de cuerpo.— me miró .— yo te seguiré viendo espléndido, me encantas así, me encantas tal y como eres.—

—¿Yo... te gusto así?

Harald asintió exageradamente.

Me encantas, me encantas así.—

Saqué un poco de aire que había retenido hace unos segundos.

Yo... tal vez retome el ejercicio... las personas...—

—Adrien, no pienses en lo que dicen los demás, piensa en ti y en lo que a ti te hace sentir cómodo, lo que tú quieres para tu cuerpo, no lo que ellos quieran.—

—La discográfica me agregó la tarea de ejercitarme—

—¿Y tú que es lo que quieres?—

—Quiero... quiero hacerlo—

—Pero, ¿por ti o por ellos?

—Por... mí—

Harald sonrió para después darme un pequeño beso en los labios. Luego otro. Y otro. Hasta que nos quedamos dormidos.

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Entré a la oficina de Harald con la intención de despedirme de él, voy tarde al aeropuerto, las cincuenta llamadas de Gloria me están persiguiendo y otras cuarenta de Frederick avisándome que Gloria estaba enojada, cosa que ya sabía con anticipación.

Hablé en ingles.

Oh... perdone... pensé que Harald estaría aquí...— dije al ver que solo estaba el príncipe Arturo revisando unos papeles en el sofá de Harald.

Adrien, no te preocupes, salió hace un momento, no tardará.—

—Gracias, lo espero afuera entonces...— me di la vuelta.

No, por favor, quédate, yo soy el que está irrumpiendo su espacio, además, dijo que no tardaría.—

Lo miré de nuevo. Estaba dejando sus hojas a un lado junto con sus lentes. Estirándose un poco para luego volver a su antigua postura. Me acerqué a él sentándome del otro lado, justo al frente.

No irrumpe el espacio, Príncipe Arturo...—

—Deja las formalidades a un lado, estaremos por un largo tiempo en contacto, y príncipe suena demasiado cargado, solo dime Arturo.— tocó sus rizos haciéndolos a un lado.

—Esta bien, Arturo... ¿cómo van con los albergues?

—Justo estábamos viendo el diseño hace un momento, Harald tiene unas grandes ideas, me siento satisfecho de poder compartir la misma emoción, he querido avanzar con este proyecto hace ya un par de años atrás.—

—¿De verdad? Bueno, conociendo a Harald, ese proyecto se verá reflejado en corto plazo.

—Y cuanto antes, mejor.

Arturo pensaba exactamente a como lo hacía Harald. Arturo tomó su copa empezando a beber de ese mismo, era un líquido rojo, supuse que sería vino.

¿Hace cuánto se conocen?— me preguntó. Me esperaba que no lo supiera, ya que probablemente en su país no hace falta hablar sobre una amistad de adolescentes.

—De toda la vida, desde muy pequeños nos presentaron.—

Él abrió los ojos como platos dejando su copa de nuevo en la mesita pequeña.

Lo de compañero de vida era cierto entonces.— reí.

Si, lo que dijo Harald es cierto.

—No quiero ofenderles, quiero decírselo si me lo permite.— asentí.— admiro la valentía con la que han enfrentado las cosas, y Inglaterra cada vez se ponen a su favor, lo que han construido es fascinante, debo suponer que no fue fácil.—

Sonreí mientras asentía.

No fue fácil llegar hasta aquí, muchas críticas y muchas difamaciones, pero gracias, poco a poco iremos mejorando.— acepté su alago.

No lo dudo.

Giramos hacia la puerta cuando la escuchamos abrirse. Era Harald un poco exaltado.

Lo siento, cariño, ¿te hice esperar...?— se detuvo cuando miró la escena que se había montado. — Bueno, ahora ya sé porqué no recibí las treinta llamadas tuyas, conociendo tu impaciencia, Arturo fue una perfecta distracción.— el antes mencionado levantó su copa de vino acertando con lo que dijo Harald.

Me levanté acercándome a él.

Ja. Ja. Ja.— le di un corto beso en su mejilla .— ya me tengo que ir, te escribo cuando haya tocado las tierras del éxito.—

Harald rio acercándose a mi cuerpo y abrazando mi cintura con un apretón sutil.

¿Seguro que no estás viendo el éxito frente a tus ojos?— me sonrió maliciosamente.

Miré hacia atrás de él simulando buscar algo.

No lo encuentro.— dije bromeando.

Harald rodó los ojos. Reí por su reacción, luego me robó un beso en los labios.

Te extraño.

—Aún estoy aquí.

—Te empiezo a extrañar desde ya.

Reímos y nos volvimos a besar.

El apodo cariño te está gustando, ¿no?— le dije no olvidándome de como me había llamado antes.

Me sale totalmente natural— nuestras frentes chocaban mientras que nuestras narices se rozaban.— pero debo admitir que me gusta más cuando sale de tu boca.—

—Vale... que creo que estamos incomodando a Arturo.—

Los dos reímos. Nos separamos, pero Harald tomó mi rostro ahuecando sus pulgares en mis mejillas.

¿Seguro que no quieres que te acompañe al aeropuerto?

—Seguro—

Besó mi frente, luego mis labios y luego mi nariz.

Te amo.

Sonreí.

Yo también te amo.—

Me separé de él dándole el último beso en sus labios para luego caminar hacia la puerta.

¡Yo más!— alzó la voz. Los guardias me abrieron la puerta.

¡Si, tu más!— le dije.

¡Así no era!—

Reímos. Me giré antes de salir completamente.

Nos vemos, Arturo.— me despedí del príncipe que estaba de expectante ante tal escena de pareja cursi.

Ten un buen viaje, Adrien.— me contestó amablemente.

Miré de nuevo a Harald. Me sonrió y me guiñó un ojo. Le sonreí y me retiré de su oficina.

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Un mes después.

¡Duele!

—¡Quédate quieto o te dolerá más!

Un cambio de imagen. Había iniciado por eso desde que viajé a Los Ángeles. Y no, no lo hacía por los mensajes, que ya habían bajado su intensidad, lo hacía por mi mismo, porque yo quería hacerlo, porque así quería verme todos los días en el espejo. Empecé ejercitándome, todas las mañanas o a veces por las tardes, dependía de como estuviera mi agenda, lo hacía con un entrenador y con una nutricionista que la disquera había contratado para mí. En este mes empezaron a notarse los cambios, mi ejercicio era algo exigente, así que se empezaron a notar rápido. Me sentía bien ejercitándome y comiendo "saludable". Mi cuerpo liberaba toda esa tensión acumulada por el estrés de todos esos problemas de antes. Era una sensación de libertad constante.

Luego, mi cabello cambió. Tenía unas pequeñas mechas color grises por todo el cabello haciendo que se vea increíble. A mí me gustó, a la disquera le gustó, y a Harald le encantó. Me arrepentí de no haber enmarcado su reacción.

Y ahora, ahora me estoy haciendo un tatuaje... a escondidas... con Eira...

Ok, probablemente estén pensando que es una terrible idea, y yo les puedo asegurar que es cierto, es una terrible idea. Primero, porque a la realeza no se le permite tener algún tipo de tatuaje... tampoco lo de teñirse el pelo... pero eso se puede arreglar fácilmente. La cosa es que, no soy ningún príncipe, aunque bueno, soy el pretendiente del heredero, pero, no un príncipe... ok, tal vez esto es una mala idea, pero ya no hay marcha atrás...

Apreté la mano de Eira mientras terminaban de hacerme el tatuaje en mi espalda, cerca de mi cuello. Solo un poco más abajo de este.

Te voy a matar... si llego a tener problemas de esto...— le dije mientras sentía de nuevo esa aguja penetrar mi piel.

El señor era amigo de Eira, así que prometió no difundir esta información. ¿Podemos creerle que no dirá nada? No lo sé. Pero no teníamos otra opción.

Se te ve muy guapo, luego me lo agradeces, corazón.—

Sentí que el señor había limpiado la superficie que antes me dolía.

¿Terminamos?

—Eso es correcto, ya está hecho.— dijo el señor.

Suspiré aliviado acomodándome y sentándome en esta camilla. Él sostuvo un espejo algo grande enfrente mía, luego Eira sostenía un espejo del mismo tamaño, pero detrás mía. Haciendo que mirara del mismo reflejo de los dos espejos.

Era una corona siendo atravesada por una espada. La lucha constante por la corona.

Es la cosa mas cursi que te he visto haciendo jamás.—

Rodé los ojos dejando que el señor terminara su trabajo. Me puse de nuevo mi camisa. Le agradecimos por su increíble trabajo, le pagamos y luego, de nuevo estábamos en el auto.

Ok, definitivamente, somos rebeldes ahora... ¿Qué sigue? ¿matar a alguien?— Le di una cara asesina. — ¡Oh, vamos Adrien! Antes hacíamos cualquier cosa, ahora que estás con Harald, te has vuelto un aburrido, estricto y un muy buen niño.—

Negué viendo mi celular para terminar de subir la publicación de publicidad. Últimamente varias marcas han estado contactando conmigo, porque por supuesto, soy la valla publicitaria más vista hasta el momento, y todo se aprovechan de ello. La discográfica está subiendo y subiendo cada vez que yo publico una fotografía de cualquier cosa. Las personas ya se dieron cuenta que he regresado a Los Ángeles, la prensa anda en busca de mi presencia, pero la discográfica no quiere que conteste ninguna pregunta, ya que cualquier mal comentario puede verse reflejado, así que esperaremos para los premios, supongo que no podré escaparme de los reporteros.

Porque ahora seré rey, no debo manchar mi imagen, sino, Harald también se verá reflejado... ¿Te imaginas lo que dirían las revistas? "el pretendiente del heredero de Inglaterra es un descontrolado" y luego, todo se viene a bajo.—

—Qué... imaginación.—

—Es la realidad.—

—¿Y entonces qué crees que pensarán las personas por tu tatuaje?

—No lo sé, estaba pensando en ocultarlo con maquillaje cada que vez que tenga que salir

—¿Y así piensas vivir toda tu vida? ¿ocultando quién eres en realidad?

La miré dejando el celular a un lado.

¿Estás tratando de decirme algo detrás de todas tus quejas?

—Solo digo... que... deberíamos de hacer un pro y contra sobre lo que pasará luego de mudarte a Inglaterra.—

—Eira, yo estoy muy seguro de lo que quiero, quiero a Harald, y si de eso depende que yo tenga que seguir algunas reglas de la monarquía, lo haré. Tampoco hay que exagerar mucho, digo... Harald y Estela siguen siendo ellos mismo a pesar de ser príncipes.—

—¿Y Harald que hará por ti? Digo... tú piensas seguir sus reglas, ¿y él qué? ¿solo observará?

—Harald...— pensé. Pensé en muchas cosas. Miré hacia la ventanilla ignorando la mirada de Eira.— solo necesito su apoyo y que me ame, no más.—

—Ya... desde que pude observar ese otro lado de Harald, donde era de todo menos gentil...—

—Él cambió, es el mismo de nuevo.—

—No lo sé, detrás de todo esto... tengo un mal presentimiento

—Estás llenando mi cabeza de cosas negativas.

—Te digo la verdad porque te quiero, y si no quisiera verte feliz, te llenaría de mentiras sobre la idea de volverte rey.

Suspiré mientras mi vista seguía en esa ventanilla. Viendo pasar los enormes y grandes edificios con muchos cristales impregnados.

*Nuevo mensaje de "Heredero"*

Sonreí desbloqueando el celular.

Me había enviado una fotografía de una publicación de la revista people. Era una foto mía en la portada, con unas letras en mayúscula de color blancas que decía: "El nuevo cambio de imagen de Adrien Gutiérrez" y en letras pequeñas de color rojo decía "Escribiendo una nueva historia", luego otras cuantas criticas.

Harald: Deseo besarte ahora mismo.

Adrien: Es un lindo deseo.

Harald: Deseo estar contigo ahora mismo.

Adrien: ¿se puede cumplir dos deseos a la vez?

Harald: ¿Por qué no lo comprobamos?

Adrien: porque los dos estamos ocupados.

Harald: O podemos dejar a un lado nuestros trabajos y así podremos cumplir esos deseos.

Adrien: El heredero de Inglaterra quiere escaparse de sus labores, y a mí me siguen llamando rebelde.

Harald: Después de la fecha de los premios Mtv, debo asistir a una audiencia privada con el presidente de Estados Unidos.

Adrien: Washington está literalmente al otro lado de Los Ángeles.

Harald: pensaba en quedarme en los Ángeles, ya sabes, tengo un novio con una casa cerca, no sé si lo conoces.

Adrien: Ja. Ja. Bien, ya entendí.

Harald: ¿Puede acompañarnos Arturo?

Adrien: claro, ¿quieres dormir con él o prefieres camas por separado?

Harald: ¿No está la opción de dormir junto a ti?

Adrien: ¿Arturo y yo? Tendría que pensarlo.

Harald: Tomaré un avión ahora mismo solo para estrangularte.

Reí.

Adrien: Bien, haré que le arreglen una habitación.

Harald: Te extraño.

Sonreí. No sabía que ese simple mensaje podría hacer que mi corazón se acelerase a estas horas de la noche.

Adrien: Yo también.

Tardó un poco en contestarme, luego recordé que la diferencia de horario es enorme entre nosotros dos, supuse que se había quedado dormido. Guardé mi celular y mi vista regresó al auto y a la persona que tenía a mi derecha. Me estaba fulminando con la mirada.

¿Qué? ¿No puedo hablar con mi pareja? Dices odiar a Harald, pero los dos se parecen demasiado.

Ella rodó los ojos.

—No es que lo odie, solo tengo algunas cuantas cosas de que hablar con él.—

Los dos se parecen.

*Mensaje nuevo de "Manager gruñona"*

Gloria: tenemos un problema.

Adrien: Muchos, Gloria, muchos.

Gloria: ¿Dónde mierda están? Tenemos un grave problema y ustedes de fiesta.

Adrien: No estamos de fiesta, ya vamos para casa. ¿Qué pasa con ese problema?

Gloria: Es mejor que regresen a casa rápido.

—¿Podría acelerar por favor?— le dije al conductor. Él asintió y le agradecí.

—¿Qué pasa?— me dijo Eira.

—Problemas.

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Mi banda y yo ya estábamos practicando en el estudio, muy cerca de mi casa, solo eran dos horas de diferencia. La entrada y alguna que otra parte había que pulirla al cien, pero aún teníamos tiempo para ello, así que nos lo estábamos tomando con bastante calma, claro, sin dejar el trabajo duro de todos los días. Pero creo que la calma ha acabado...

—No me jodas.

Vi a mi guitarrista con su mano enyesada. Sentado en mi sala con una cara de pánico.

—Lo siento mucho... Adrien, yo tuve un accidente y...—

—No, no, tranquilo. ¿Tú cómo te sientes?

Él se tranquilizó un poco más. Miró su mano antes de verme de nuevo con una notoria tristeza.

—Afortunadamente estoy vivo.— rio un poco nostálgico .— me pidieron reposo por unos meses y... no podré estar en su presentación... de verdad, lo siento...—

—Tranquilo.— me agaché para estar a su altura.— lo importante es que estés bien.—

—Pero... arruiné su presentación, esto atrasará a la banda y a usted.

—Si, si que lo hará.— respondió Gloria. Le di una cara asesina.

—Lo resolveremos, buscaremos un remplazo temporal en lo que tú te recuperas, no te preocupes.— él asintió más animado. Me puse de pie y miré a Gloria.— ¿Alguna idea?

La disquera está buscando candidatos, otros guitarristas de otros artistas, no lo sé. Mañana iremos nosotros para verificar que sea el o la correcta se todas formas.—

Si, tal vez este sea un problema un poco grande. Pero no lo iba a mencionar ahora delante de la persona que se está mordiendo las uñas, y de Gloria, que la miro con menos cabello de tanto estrés.

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Muchos, muchos participantes, candidatos, personas emocionadas con estar en mi banda temporalmente. Cada uno tocaba la canción que presentaría en los premios, por supuesto que ese iba a ser unas de las necesidades principales para tocar esa noche, ya que no tendríamos tiempo para esperar a que primero se aprendiese la canción y que luego sea malo o mala tocando los acordes.

Realmente todos lo hacían bien, digo, sería fácil que aceptemos a cualquier persona que sepa tocar la canción y ya está, pero las cosas no son así. Es como preparar algún plato de comida, probablemente ese pastel se vea totalmente hermoso por fuera, perfecto y simétrico, pero cuando te lo comes, sabe peor que algo rancio. Es lo mismo con nuestro guitarrista, sabe tocar bien mi canción, pero se escucha mal cuando lo hace con toda la banda.

Eira, Gloria, la disquera y yo estábamos sentados frente a una mesa, donde había muchos papeles regados, papeles que hablaban de la vida de cada candidato que pasaba. Frederick estaba detrás de nosotros junto con otros guardias riéndose en voz baja, como si yo no los pudiera escuchar claramente.

Gracias, te llamaremos si quedaste.— dijo Fredy, jefe de la discográfica. Es la frase que repite siempre cuando sabemos que no quedará.

El joven se retiró dejándonos de nuevo sin guitarrista.

Obvio no lo vamos a llamar.— dijo Eira.

Eira está de pesimista echando a todos los que ve, ella y Fredy. Gloria está que se le cae el único cabello que aún seguía en su cabeza y Frederick no para de reír. Gloria se giró para darle una cara asesina. Frederick dejó de reír.

No, no lo vamos a llamar... llama al siguiente, por favor.— Habló Fredy hacia su asistente.

Vimos a una chica con una complexión delgada y una sonrisa enorme. A su alrededor podía observar todo tipo de felicidad, sus rizos dorados, sus ojos grises o verdes... no estoy muy seguro, su vestido amarillo que hacía juego con sus converse de color amarillo con unos pequeños dibujos de margaritas en ellos. Literalmente se le ve resplandeciente y muy nerviosa.

Ho..la, me llamo Tayra...— balbuceaba un poco.

Nos dejó su formulario. Eira lo tomó rápidamente revisando e inspeccionando mientras que la chica jugaba con sus pies balanceándose de un lado al otro.

Bienvenida querida, tienes la guitarra eléctrica detrás, puedes empezar cuando quieras.— contestó Gloria amablemente.

Tayra asintió y se dirigió al fondo junto con la banda. Miré de reojo a Eira porque no había reprochado nada de esta chica, cosa que me pareció raro porque es lo que ha estado haciendo con todos desde que llegó. Solo estaba de expectante y callada.

Tayra por su parte tomó la guitarra eléctrica, el baterista dio la señal y empezaron a tocar. Tenía muchas esperanzas en ella, reflejaba esa vibra de poder y vigorosa a la vez, pensé que sería la chica indicada para el puesto, hubiera sido perfecta, pero lo que tocó no solo era descoordinado, sino que también parecía que la canción no se la hubiese aprendido. La banda dejó de tocar cuando se dieron cuenta que no iban a llegar a ningún lado si seguían.

Suspiré desanimado.

Gracias, te llamaremos cuando...—

—Por favor, ¿pueden darme otra oportunidad? Sé que lo puedo hacer mejor... es solo que estoy un poco nerviosa y...— interrumpió Tayra a Fredy.

—Chica, estarás frente a miles de personas, millones de personas, no puedes ponerte nerviosa estando sola con nosotros.— Respondió Fredy.

Fredy...— le reprendí.

La chica dejó la guitarra empezando a caminar hacia la salida desalentada.

—Espera.— Eira se levantó de su asiento. — Yo quiero darte otra oportunidad.— la chica se detuvo, luego Eira me miró a mí por apoyo.

Si, yo también.— dije no sabiendo muy bien a donde llegaríamos con esto, pero si Eira quiere darle una oportunidad a la chica que peor lo ha hecho de todos los participantes, significa que de verdad le ve potencial o...

Perderemos el tiempo.—dijo Fredy susurrando a mi lado.

Le di una cara asesina.

Te daremos otra oportunidad, empieza cuando quieras.— dijo Gloria.

¿Podría... podría tocar con mi... guitarra eléctrica?— balbuceó Tayra.

Madre mía...— de nuevo Fredy.

Por supuesto.— dijo Eira rápidamente. Su reacción ante la situación ya me está pareciendo incomprensible. Pero dejé que llevara las riendas de esta chica, vamos, que ha estado quejándose todo el día, y hasta ahora puedo verle una mini sonrisa mientras que la chica prepara su guitarra de color rojo, la conecta a los cables y da la señal de que está lista.

La comprendía, porque yo también me siento más seguro cuando estoy con mi guitarra, no puedo tocar otra guitarra que no sea la mía.

La chica cerró sus ojos y el baterista fue el primero en empezar, luego la banda entera y, por último, Tayra se les unió.

Lo admito, fue mucho mejor, sonaba igual o incluso mejor que con el otro guitarrista. Es muy buena, justo lo que necesitamos, justo lo que necesito. La canción le sale muy bien, tal vez algún que otro error que abría que corregir en los ensayos, pero es lo típico, no puede ser todo perfecto. Igualmente, no podemos aceptarla ahora porque, tenemos que hacer otro tipo de pruebas, conocerla mejor, saber qué es lo que dirán los demás productores, equipo de trabajo, algunas que otras preguntas que le tiene que hacer Gloria y también...

Perfecto, quedas dentro.— Eira habló interrumpiendo mis pensamientos.

La expresión de la chica se tornó a una de emoción, la mía era una de confusión y Gloria junto con Fredy me estaban acompañando.

Eira...— Gloria trató de corregirle, porque no podíamos aceptarla solo así por así.

Es perfecta, lo tiene todo, no hay que pensar mucho más, no tenemos tiempo y ella ya está aquí.— me dijo Eira especialmente a mí.

¿Eira hablando bien de una persona? Si, claro. Me parece más creíble la existencia de los unicornios. Me levanté tomando la hoja de la chica, revisando su formulario, todo lo que había llenado para al menos saber algo de ella. Trabaja en una panadería, tiene veintidós años, le gusta todo tipo de Arte en general, ha tocado para una banda más pequeña, y sus pasatiempos favoritos es tocar la guitarra eléctrica. No hay mucho más, lo demás es información poco valiosa para mí. Vi como Eira me hacía una cara de cachorrito, no sabe que la cara de cachorrito solo funciona con una sola persona, pero entendía lo que le estaba pasando y me dan unas ganas inmensas de burlarme de esto al rato con ella, así que...

Felicidades.— dije dejándole las hojas a Gloria para que terminara de hacer todo el procedimiento debido. Por más que su confirmación ya sea afirmativa, tenemos que hacerle otras cuantas preguntas, pero de eso se ocuparía la discográfica.

La chica se emocionó aún más y Eira estaba con la misma expresión.

Eira. Eira. Eira. Que grave error acabas de cometer.

*.。☆。★ *・ 
 * ☆ 。・゚*.。
* ★ ゚・。 * 。
 * ゚☆ 。

Íbamos a salir, pero Frederick se interpuso en nuestro camino. La puerta estaba literalmente a cinco pasos de nosotros y el ruido de personas empezaba a hacerse notar. La noche ya había llegado, nos tardamos más de lo debido, pero fue necesario y al menos tuvimos suerte de encontrar a la persona indicada.

Hay algunas fans afuera, no son muchas, pero al menos no hay prensa.— dijo Frederick hacia Gloria.

—¿No hay otra salida?— preguntó Gloria mientras revisaba su celular.

No importa, solo son fans, ¿no?— Frederick asintió .— bien, no hay problema entonces.— avancé, pero Frederick me detuvo.

¿Quieres saludar o solo quieres entrar al auto?

—Sabes cuál será mi respuesta.

Abrí la puerta, pero primero salió Frederick y luego yo. Algunos pequeños gritos se hicieron presentes, no eran muchas personas, pero si las suficientes como para saber que no me daría tiempo de prestarles toda mi atención a cada una de ellas, así que hice lo que pude. Me acerqué a la valla que nos separaba, empecé a firmar autógrafos mientras saludaba y mostraba mi mejor sonrisa. Las chicas y los chicos, (la mayoría eran chicas) fueron amables y esperaron pacientemente a que yo llegara hacia ellos, me entraron varios regalos, cartas y flores, se las iba entregando a los guardias para que me lo guardaran. Luego unos cuantos abrazos y fotografías se hicieron presentes mientras avanzaba de poco en poco hacia el auto color negro que me estaba esperando. Más gritos y más abrazos. Muchas cámaras y muchos saludos.

Cuando estaba a punto de terminar, tomé la libreta de la última chica y firmaba mientras que ella me decía lo mucho que me admiraba. Sonreí.

—...y gracias a ti, mi familia tiene una hija que aún vive.— me detuve. La miré un poco preocupado. Mi corazón probablemente se encogió. La abracé segundos después.

¿Está todo bien ahora?— le dije mientras nos separábamos.

¡Si! Mis padres... me aceptaron y... me siento mucho mejor... tuve el valor de decirles gracias a ti, ¡tú valentía literalmente me contagió!— rio y yo la acompañé.— la comunidad LGBT está siendo más apoyada gracias a ustedes y son...— sus ojos se tornaron llorosos .— son los mejores—

La abracé de nuevo.

No sabes lo mucho que significa esto para mí esto.— le dije.— pronto todo esto será solo un mal recuerdo, y gracias, gracias por estar ahora aquí sonriendo.— ella asintió y le quité unas cuantas lágrimas de su rostro.

Me despedí de todos entrando al auto de ultimo. Gloria y Eira ya estaban aquí, luego Frederick nos acompañó cerrando la puerta.

Alguien me dijo que está viva por mí.— hablé mientras miraba un punto fijo en el suelo.

Eso tal vez sea por la influencia que has estado llevando últimamente.— no entendía a que se refería Gloria.

¿Yo? ¿Crees que estoy haciendo algo importante? No estoy haciendo nada... sólo... salí de ese infierno y me quedé callado... callado esperando a que otras personas me ayudaran... siento que no hago nada importante...—

—Tu presencia estando delante de las cámaras tomado de la mano con Harald, eso es bastante importante.

—Siento que no es suficiente, siento que podría hacer más, aprovechar los números que he estado recibiendo.

—¿Qué tienes planeado hacer? Te apoyaremos.— levanté mi vista. Los tres me estaban sonriendo y sentí que era una sonrisa sincera, que lo de apoyarme era cierto.

Tal vez...

✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦

/Autora

¡Regresan las notificaciones!

Tenemos un personaje nuevo, Arturo. Lo veremos mucho en los siguientes capítulos. Y Tayra, la chica que le robará el corazón a Eira.

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