↢ 🍒 ↣
Sorprendentemente, anoche salió bien. Muy bien en realidad. Jess y mi madre hicieron un esfuerzo y todos descubrimos que no son tan diferentes. Aparte de que hubo cierta tensión en el ambiente durante media hora, se llevaron bastante bien.
Con eso, quiero decir que nadie se mató entre sí. Cada uno hizo algunas bromas aquí y allá antes de que Jess decidiera irse. Incluso agradeció a mi madre por dejarlo quedarse. Él le agradeció. Creo que nunca lo he visto agradecer a alguien.
En conclusión, ya no se odian y mi madre dijo que no era tan malo. Eso fue lo máximo que saqué de ella.
Ahora, caminando hacia Luke's con Rory, Lorelai y mi madre, me sentí menos preocupada de que mi madre entrara. Lorelai estaba hablando de cómo casi se cae del techo.
Lorelai le estaba mostrando a mi mamá su herida debajo del vendaje cuando Rory habló. —¡Deja de jugar con eso!
Lorelai hizo un puchero y mantuvo sus manos quietas. —Tal vez, nuestras canaletas están infectadas con veneno radiactivo o están hechas de algún tipo de metal extraterrestre. Este podría ser mi origen de superhéroe— Explicó rápidamente con los ojos muy abiertos.
Mi madre la empujó ligeramente. —¿Estás segura de que no nos empujaron de tu techo?— Ella comentó mientras nos dirigíamos dentro de Luke's para el desayuno.
Nos sentamos todos en una mesa para cuatro. Me quité la chaqueta y miré a mi alrededor. —¿Dónde está Luke?
El lugar estaba lleno de sus clientes habituales en un domingo por la mañana. Vi a Jess ayudando a servir a algunas personas. Por desgracia, no hay Luke a la vista.
—No sé dónde está, pero estoy comprare panqueques con una guarnición de panqueques—, dice Lorelai mientras todos buscamos a Luke.
—Oh, no—dice mi madre mirando hacia la cocina. Todos seguimos su línea de visión y gemimos.
Rory miró hacia nosotros. —La cocina de César— Ella declaró.
—Esperen aquí— les digo antes de levantarme y dirigirme detrás del mostrador.
Me acerco a Jess que estaba contando algo en la caja registradora. Cuando me vio dejó de hacer lo que estaba haciendo para darme una pequeña sonrisa.
—Hola, Cherry. —saludó.
le devuelvo la sonrisa. —Oye, solo quiero darte las gracias por lo de anoche.
Jess se encoge de hombros. —No es gran cosa—dice.
Apoyado en el mostrador, empiezo con por qué vine aquí en primer lugar. —Es una gran cosa. Pero vine aquí para preguntarte si sabías dónde estaba Luke.
—Creo que está arriba, ¿por qué?
—Cesar está cocinando y Lorelai quiere buenos panqueques—le explico.
—Bueno, entonces será mejor que vayas a buscar a Luke.
Le doy las gracias rápidamente antes de volver a la mesa. —Entonces, Luke está arriba.
Lorelai me envía una sonrisa agradecida. —Gracias—, dice antes de subir las escaleras.
—Bueno...—comenzó Rory cuando me dio una mirada de complicidad.
—¿Qué?—Estaba confundido.
Mi mamá se burló. —Ahora veo por qué ser amable con Jess fue tan importante anoche.
Rory se vuelve hacia mí. —¡No me dijiste que vino anoche!— Ella exclama en voz alta.
Rápidamente tapo su boca con mi mano. —¿Podría ser más alto?— Apartó mi mano con una mirada de disgusto.
—Te gusta él, ¿no es así?— Mi mamá bromea mientras yo gimo y apoyo mi cabeza en la mesa.
—¡No!— protesté.
Rory me señala con el dedo. —¿Qué hay de lo que dijiste en el autobús... —Rápidamente la callé con una patada debajo de la mesa.
Desafortunadamente no fui lo suficientemente rápida. —¿Qué dijiste en el autobús? —Preguntó mi madre con una ceja levantada.
Antes de que pudiera responder, Jess se acercó a nuestra mesa con una taza de café en la mano. —¿Café?— Pregunta mientras todos asienten. Cuando estaba llenando mi taza, comienza a decir algo. —Sabes, todavía te debo otro Hemingway.
—¿Terminaste El prisionero de Azkaban?— Lo miro. Nuestro trato fue que una vez que terminara un libro de la serie de Harry Potter me daría otro Hemingway.
—Sí, pero Harry me molestó.
—Amo a Harry pero estoy de acuerdo.
Cuando terminó de llenar todas nuestras tazas, me mira expectante. —Si pasas por aquí cuando estoy limpiando, te daré un Hemingway y tú me puedes dar el próximo libro—. Asiente con la cabeza hacia Rory cuando menciona sus canaletas.
—Claro— asentí con la cabeza antes de que me envíe una última sonrisa y se vaya.
Cuando me vuelvo hacia la mesa, Rory y mi madre me miraban levantando las cejas.
—¿Qué?— Pregunto por segunda vez ese día.
—Él acaba de invitarte a mi casa. Mi casa— Rory dice emocionada.
Ruedo los ojos hacia ella. —Cálmate, solo quiere tomar prestado mi libro.
—Le gustas—dice mi madre sugestivamente.
—Creo que estás delirando— le respondo.
—Y yo creo que estás llena de mierda—Rory responde justo cuando Lorelai y Luke bajan las escaleras.
Ella vuelve a sentarse en su asiento. —Está bien, ¿Qué me perdí?
↢ 🍒 ↣
—¿Has visto nuestro nuevo despertador?—Fue lo primero que me preguntó Lorelai cuando abrió la puerta de su casa.
—A menos que tenga superpoderes y pueda estar en dos lugares a la vez, entonces no, no he visto tu despertador— Respondo mientras cuelgo mi abrigo en una de las perchas junto a la puerta. Guardé el libro que se suponía que debía darle a Jess en mis brazos.
Rory me saludó desde el sofá cuando me senté a su lado. —Corre mientras puedas,— me susurra.
—¡Miren!— Lorelai exclama felizmente desde su asiento a mi lado. Presiona un botón en el despertador gris que estaba en la mesa frente a nosotros.
Comenzó a emitir ruidos de animales que iban desde el chillido de un cerdo hasta el relincho de un caballo. Pensé que mis tímpanos iban a estallar por su alto volumen. Simplemente repitió los ruidos de los animales hasta que Lorelai presionó un botón para detenerlo.
—¿No es genial?— Dice emocionada mientras lanza sus manos al aire.
Rory tenía la cabeza entre las manos.—Fue genial las primeras diez veces que me lo mostraste— se quejó.
—Bueno, gruñona, ¿no se supone que te reunirás con Dean?— comenta Lorelai.
—Oh, sí, gracias por recordármelo—. Rory salta de su asiento y se dirige a su habitación.
Lorelai se gira hacia mí. —Y tú—comienza dándome una mirada mordaz. —Chico lindo está afuera.
—Ugh, ¿Rory te lo dijo?
Ella acaricia mi mejilla cariñosamente. —Rory me cuenta todo.
—¡Rory!— Grito en dirección a su habitación. Escucho un débil 'qué' en respuesta. —¡Te odio!
—¡Yo también te amo!
Me levanto de mi asiento en el sofá y me dirijo a la cocina. Cojo un refresco de su nevera. —¡Voy a salir!— Llamo a los dos Gilmore. Sin embargo, antes de que pudiera salir, Rory me detuvo y me llamó a su habitación.
—¿Sí?— Pregunto mientras me apoyo en el marco de su puerta. Su habitación se veía igual que de costumbre. Su cabeza casi se hizo, su tarea y notas escolares en su escritorio. Por último, pero definitivamente no menos importante, su colección de libros en los estantes.
—Hoy hay una venta de libros en la ciudad"— me dice mientras se coloca una diadema en el cabello.
Cruzo los brazos frente a mí. —¿Y por qué solo estoy escuchando sobre esto ahora?— Traté de recordar si alguna vez vi algo por el estilo, pero me quedé corto cuando me di cuenta de que la librería no estaba de camino hacia aquí.
—Merritt puede haberme dicho que te lo dijera ayer, pero lo olvidé—dice tímidamente.
Agito mi mano hacia ella. —Está bien— digo con desdén. —Voy a salir un rato.
Rory me lanza algunas palabras burlonas mientras salgo por la puerta trasera. Miro a mi alrededor con la esperanza de ver a Jess en alguna parte, pero todo lo que vi fueron unos cuantos guantes y pipas. Había algunas bolsas de basura esparcidas por el viento.
En los escalones del porche vi un ejemplar de The Sun Also Rises. Sin duda, la copia de Jess para mí. La copia estaba desgastada y desgastada como si hubiera sido arrojada al mar. Lo recogí en mi mano con cuidado. Hojeé las páginas. No había una sola página en la que no encontrara notas en los márgenes.
—Esa es buena.
Miro hacia arriba para ver a Jess arrodillada en el techo de la casa. Tenía puesto su habitual par de jeans que se veían sucios por toda la mugre. Las mangas de su camiseta negra estaban arremangadas hasta los codos. Él me miró con una sonrisa.
—Dices eso de todos los libros— respondo. Levanto la copia del cáliz de fuego hacia él. —Lo dejaré en el porche.— Grita un 'está bien' antes de continuar cortando las canaletas con cualquier herramienta que tenga en la mano.
—¿Te cambiaste el pelo?— pregunta de repente.
De repente, cada vez más consciente, llevo una mano a mi cabello. —Um, no. ¿Por qué?
Se encoge de hombros. —Simplemente se ve diferente que ahora.
—¿Bueno diferente o malo diferente?— Pregunto con curiosidad.
Antes de que pudiera responderme, Lorelai salió con una chaqueta sobre los hombros. —¿Quieres unirte a nosotros para el almuerzo?— Me pregunta con una sonrisa.
—No, tengo que ir a la librería. Probablemente Rory limpió todo—. Le dije a ella.
Ella hace un movimiento para volver adentro pero la dejo caer. —¿Por qué no invitas a Jess?—Sugiero en voz baja mientras ella hace una mueca.
—¿Tengo que?— Ella gime con un puchero.
—¿Te mataría ser amable?— Agrego con los brazos en los bolsillos.
Ella suspira antes de mirarme. —Bien, pero ¿puedo al menos llamarlo Tess?
Asiento ante sus palabras. —También podrías llamarlo Jessie— Me despido rápidamente de Jess y Lorelai antes de dirigirme a la ciudad.