Verónica: ¿Daniel es el padre de tu hija?
Susana: ¡no puedo creerlo!
Verónica: ni yo.
Regina: fue un duro golpe para mí.
Verónica: y ¿por eso interrumpiste tu luna de miel?
Regina: ese viaje no podía seguir después de descubrir aquel engaño.
Susana: pero Daniel te quiere.
Verónica: y tú a él, deberías estar feliz al fin el hombre de aquella noche tiene un nombre y un rostro.
Susana: y es nada mas y nada menos que el hombre del que te enamoraste, tu esposo.
Regina: no todo es tan fácil como ustedes creen.
Verónica: ¿ por que no? cuando hay amor todo es posible.
Susana: haber, dime ¿Qué habrías hecho si el te lo hubiera dicho antes de la boda?
Regina: habría terminado mi relación con él.
Susana: ¿a pesar de que es el padre de tu hija?
Verónica: Regina, Daniel callo para no perderte, para no echar a perder su boda, no pensaba ocultarlo para siempre.
Susana: solo imagínate cuanto pudo sufrir guardándose ese secreto.
Verónica: lo que pasó entre ustedes no fue culpa de ninguno, ambos no estaban conscientes de lo que hacían.
Susana: además gracias a eso tienen una hermosa hija.
Verónica: el destino se encargó de volverlos a juntar, pero esta vez para enamorarse, y darse una segunda oportunidad de formar juntos una familia.
Susana: ¿habrías preferido ignorar toda la vida la identidad del padre de tu hija?
Regina: ¡claro que no!
Verónica: ¿entonces? Dinos, ¿Qué ganas con alejarlo de ti si te mueres por el?
Susana: y el por ti, y si ya trabaja en otro lugar con lo guapo que es, será un peligro, no le van a faltar admiradoras.
Regina: ¿Qué tratas de decirme exactamente?
Susana y Verónica se miraron entre sí.
Susana: Por mucho que Daniel te ame no va a esperar toda la vida a que te pase el coraje, en cualquier momento puede conocer a otra mujer que le de lo que tú le estas negando.
Verónica: no todo es sexo en un matrimonio.
Susana: no me refiero solo a eso, lo que quise decir es que si Daniel quiere rehacer su vida con otra persona estaría en todo su derecho por que tu le estas negando una relación en pareja.
Regina: es que no puedo tener una vida a su lado cuando estoy llena de tantas dudas.
Susana: ¿dudas de que te ame?
Regina: ¡No¡ siempre me lo dice.
Susana: ahí está, si hay amor de parte y parte que mejor que intentarlo de nuevo.
Regina: ustedes no entienden lo que siento.
Verónica: claro que entendemos, pero creemos que le estas dando demasiada importancia al asunto, Daniel es el padre de tu hija, desde que se conocieron no ha hecho mas que darle amor y portarse como tal.
Susana: no te engaño, solo se calló la verdad que seguro pensaba decirte en algún momento.
Verónica: pero Sofia se le adelanto... dime una cosa; ¿si te hubieras enterado de esa verdad por el después de su viaje de bodas habrías actuado igual?
Regina: no lo sé, tal vez habría entendido su silencio.
Verónica: ¿lo ves?, esto que haces parece más un berrinche de mujer enamorada que una lección de confianza.
Susana: estoy de acuerdo.
Verónica: Regina, si de verdad quieres estar a su lado, no lo alejes de ti, un amor como el de ustedes no se encuentra a la vuelta de la esquina.
Esas palabras retumbaron en su mente, Regina se quedó en silencio.
Ximena: es un poco tarde, ¿Qué te parece si vamos a comer luego de la visita al terreno?
Daniel: lo siento, pero mi madre me espera.
Ximena: ¿tu madre? ¿acaso vives con ella?
Daniel: sí, vino a quedarse por una temporada en la ciudad y después de lo que pasó ha sido mi mejor apoyo.
Ximena: te entiendo, mi mamá también es mi mejor apoyo en todo.
Daniel: bien, entonces vámonos.
Ximena: si vamos.
Se subieron al auto de ella, Regina condujo de regreso a la constructora de su padre, pensando en cada palabra de sus amigas, ¿tendrían razón? ¿estaba siendo injusta con Daniel?
Miranda estaba muy entretenida poniéndose al corriente con sus clases con la ayuda de Esperanza.
Daniel y Ximena llegaron a la pequeña constructora, cada cual siguió hasta su oficina.
Ximena: voy a tener que cambiar de táctica con Daniel, me gusta mucho ese condenado y haré lo que sea para hacerlo mío.
Regina fue a comer a casa de sus padres.
Esperanza: la niña va muy adelantada con sus clases, es tan lista que casi ni necesito ayuda.
Miranda: si, estuvo fácil, pero quiero que mis papitos revisen todo antes de volver a la escuela.
Lorenza: eso siempre, ¿sabes que yo hacia lo mismo con tu mamá y tus tíos cuando estaban, así como de tu edad? ¿Regina, te acuerdas cuando hicimos el zoológico en plastilina? ¿Regina?
Regina estaba muy pensativa, su cuerpo estaba en la mesa, pero su mente muy lejos de allí.
Esperanza: ¡Regina!
Miranda: ¡ mamitaaaaaaa!
Aquel grito sacó a Regina de sus pensamientos.
Regina: ¿qué paso? - dijo muy nerviosa-
Esperanza: ¿pues en donde andabas mi niña, en la luna?
Regina: no nana, aquí estoy, ¿me repiten que era lo que estaban diciendo?
Lorenza: ay hija, que Miranda va muy bien con los pendientes de la escuela, pero quiere que tú y su papá revisen todo antes de su regreso.
Regina: por supuesto, en eso quedamos.
Aunque Miranda no se dio cuenta Lorenza y Esperanza sabían que algo le pasaba a Regina, no dejaron de observarla durante toda la comida.
Alicia: ¿entonces todo bien en tu trabajo?
Daniel: si mamá, Ximena es una mujer muy comprensiva, imagínate sin conocer a Miranda no se rehusó a que la acompañara en el hospital.
Alicia: bueno, era una calamidad doméstica es apenas lógico hijo.
Daniel: si, pero apenas y empezaba a trabajar para ella, ¿sabes? aunque el lugar es agradable no dejo de extrañar la anterior constructora.
Alicia: ¿extrañas a la constructora o a Regina particularmente?
Daniel: no te lo puedo negar mamá, extraño mucho a Regina, trabajar con ella era la mejor que me pudo haber pasado, además gracias a esa cercanía nos enamoramos, temo que al no tenerla tan cerca pueda perderla.
Alicia: eso no va a pasar, ella te quiere tanto como tú a ella.
Daniel: si, pero mientras la sombra de su ex la este rondando no podré estar tranquilo sino estoy a su lado.
Alicia: pero me dijiste que no tolera a ese hombre.
Daniel: sí, pero ¿y si logra envolverla? No quiero que ese tipo se acerque a ella y a mi hija.
Alicia: no creo, Regina es muy firme con sus sentimientos, pero en ese caso pues toma las debidas precauciones, solo intenta no meterte en problemas con ella.
Daniel: tienes razón, debo irme, hay algo que debo hacer.
Alicia: ¿cómo? ¿Ya te vas?
Daniel: si, debo hacer algo y tengo el tiempo justo para ir y volver al trabajo, te veo en la noche.
Daniel le dio un beso a su mamá y se fue.
Regina le hizo una cola de caballo a Miranda.
Regina: listo mi amor, ya terminé.
Miranda: me gusta mucho que me peines, a mi nana le queda un poco chueca la cola de caballo.
Regina rio ante la ocurrencia de su pequeña.
Miranda: mamita ¿mi tía Sofia se va a casar con Gabriel?
Regina: ¿por qué me preguntas eso?
Miranda: por que van a tener un bebé, es que yo pensé que primero los papás se casaban y después venían los bebés.
Regina: haber mi amor, ven aquí.
Regina puso a su hija en sus piernas.
Regina: si, es muy normal que los papás se casen y luego tengan bebés, pero a veces ocurre lo contrario, que vienen primero los bebés y luego se casan.
Miranda: ¿Cómo mi papito y tú?
Regina: exactamente y en cuanto a tu tía, pues tendremos que esperar un tiempo mientras decide qué hacer con Gabriel.
Miranda: o sea que ¿se puede casar antes o después de que nazca mi primito?
Regina: así es.
Daniel llegó a la clínica.
Gabriel: en 5 minutos estará aquí, ¿quieres que me quede contigo? O ¿prefieres que me vaya?
Daniel: por favor quédate, necesito que escuches lo que tengo que decirle...