I FEEL YOU / Pierre Gasly

By viaxhxrryx

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"Déjame sentirte al menos una vez en la vida, déjame desnudarte". "Lo haces cada que te place". "No, déjame... More

Prologo
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¿preguntas?
preguntas y respuestas.
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preludio
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letras a Carlos... (especial) 1/Septiembre.
56.
Epílogo
Extra I
Extra II
Extra Especial

47.

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By viaxhxrryx




PIERRE POVS.





¿Cuánto tiempo ha pasado sin ver a Hemma Wolff?

Australia.

Italia.

España.

Miami.

Oh Miami.

Mi concentración se queda estancada en la ventana de mi departamento en Francia, mientras las delicadas gotas de lluvia que están sobre este se unen y se deslizan hasta que forman una sola.

El invierno se ha ido, pero aunque se vaya el invierno hay personas que se quedan.

Pyri me observa del otro lado del lobby y alza las cejas cuando niego con la cabeza, negando que saldré a correr hoy con él.

He corrido 4, 6 y 8.

Ni yo sé de donde saque la condición para lograrlo. Con Hemma lo único que hacíamos era ir al gym, correr media hora por las mañanas y después tener sexo.

Demasiado sexo.

Era entretenido, ¿Qué digo? ¡era mágico!

Como si quisiera que me diera cuenta del error que cometí, Camille entra a mi departamento, sus ojos se entrecierran en mi dirección y se lleva el teléfono al oído simulando que está hablando con alguien mientras me sigue ignorando.

Camille no me habla desde que pasó la conferencia de prensa.

Después discutimos y nuestros gritos subieron de tono cuando ella gritó que ojala Hemma estuviera enamorada de Carlos Sainz y no de mi.

Me quedé sin palabras.

Porque si Hemma estuviera enamorada de Carlos yo no tendría ninguna oportunidad y ella sería la mujer más feliz del mundo con él.

Con alguien que no tuviera miedo de admitir que estaba enamorado de ella más allá de lo razonable, más allá de lo permitido por miedo a perder su lugar en la parrilla, por miedo a renunciar a un sueño por tratar de querer tener otro.

Aunque la verdad era que Hemma Wolff se convirtió en mi nuevo sueño probablemente mucho antes de que admitiera en mi mente que mis latidos le pertenecían a ella.

Los excesivos mensajes que he recibido por cada uno de mis amigos en reproche por lo que dije en la conferencia de prensa de Arabia Saudita, solo me hacían sentir peor.

Porque sabía que tal vez lo que cometí no tenía retorno.

"¿Pierre?". Desvió la mirada del ventanal y giró mi rostro para ver a mi hermana.

Elevo las cejas asegurándole que tiene mi atención. ¿Por qué está aquí? Estoy cansado de escuchar sus reproches, de todos en realidad. Estoy harto de que mencionen lo mal que la ha de estar pasando Hemma y estoy harto de sentirme miserable cuando mis ojos la buscan desesperados en el box cuando llega George o Toto.

Camille había reprochado cada una de mis actitudes en cuanto lo supo y el nuevo curso de algo que no tenía idea que mierda era había comenzado en el peor momento.

El primer día que llegué aquí después de lo que pareció una eternidad sin estar en mi departamento, había querido llorar en silencio cuando su rostro sonriente apareció en las noticias informando que definitivamente Hemma Wolff era nueva accionista en Williams, una parte del equipo era de ella.

No había terminado de maldecirme cuando mi hermana entro bufando, con una mirada acusadora y apago el televisor para después decirme que era un idiota.

Tenía toda la razón.

Hemma no apareció en Australia y ese día supe que era por mi.

De hecho todo el mundo sabía que era por mi.

Gigi la chica de Daniel apenas y me regaló una sonrisa cuando me acerqué a saludarla y cuando le pregunté por ella, se encogió de hombros y contestó -¿Por qué no se lo preguntas a Toto?- me quedo en silencio mientras ella se marchaba para encontrarse con Daniel unos metros después, me lo merecía la verdad.

"Iré por algo de comer... ¿quieres algo?".

Niego con la cabeza, mi hermana no le toma demasiada importancia, se coloca los audífonos y sale por la puerta principal dejándome de nuevo solo.

En Emilia Romagna tuve esperanzas. Creí que llegaría con George por un lado, con un pantalón rojo en señal de apoyo a Ferrari pero con su camisa impecable de Mercedes.

Pero no sucedió.

En España solamente escuche lo que Charles me quiso decir, le había enviado un video a Carlos deseándole buena suerte. Está de más compartir el gran desempeño que ha tenido Carlos en sus primeras carreras en Ferrari.

El terror de que algo pudiera ocurrirle se apoderó de mí cuando Toto se marchó a media carrera ese día, y después George lo hizo.

Ganó el Gran Premio de España, con un P2 de Carlos.

Hemma no me sonrió en esa ocasión.

Días después escuché mencionar a George que se habían marchado porque el vuelo de Susie y Hemma había tenido un aterrizaje forzado cerca de Italia.

Los nervios me invadieron y marqué su número tres veces.

No obtuve respuesta en ninguna.

En Miami fue la primera vez que soñé con ella. Soñe con su risa, con sus mejillas sonrojadas, con sus bufidos y con esas miradas que me dedicaba solo a mi.

Fui a la playa donde un año antes había estado con ella y recibí el amanecer ahí sentado solo, sin Hemma Wolff en mis brazos. Me fue horrible en la qualy, salí decimotercero y terminé sexto.

Había sido un fin de semana horrible.

En Miami las preguntas relacionadas con ella se detuvieron.
Por petición de Toto Wolff.

Las había estado ignorando todas y cada una de ellas. Y los chismes sacando supuestas respuestas a nuestra ruptura no tardaron en llegar a todo el mundo.

Ninguna era cierta.

La única verdad era que yo había lastimado a la mujer que he querido con toda mi alma por una tontería. Por miedo y cobarde.

Había pasado más de un mes cuando me dí cuenta de que sus cuentas estaban activas pero yo no contaba como un seguidor más en su Instagram.

No tenía idea en qué momento me había eliminado, aunque estaba un 90% seguro de que quien lo había hecho podría ser George y no Hemma.

Solo había posteado tres fotos, una de ella con George diciendo lo orgullosa que estaba de él en su podio de Australia, otra con Jack y la última con Susie en Berlín.

Todos los post tienen los comentarios desactivados, y lo único que me reconfortaba era que las pocas fotos que tenía conmigo seguían intactas.

Cuando puse un pie en la fábrica después de Miami, me dolió el pecho cuando la vi y supe que había estado en la fórmula e. Con Susie.

No tardó más de diez minutos en la fábrica, ni siquiera me pude acercar cuando ella ya estaba cruzando la entrada por las puertas de Cristal.

El terror de no volver a tenerla cerca jamás un día de carrera me invadió. De no verla con sus macchiatos de caramelo por el paddock, de no escucharla reírse o bromear con los ingenieros me hizo sentir débil.

Pero el pensar que no iba a volver a tener sus besos cortos y suaves antes de subir al monoplaza, de no ver su sonrisa alegre mezclada con algo de preocupación cuando me indicaban que podía salir a pista me hizo sentir incompleto.

Y me sentí vacío cuando obtuve la segunda victoria en España, y que a quien ese día le haya deseado suerte y dado las felicitaciones haya sido a Carlos y no a mi, me hizo querer morirme. Sobre todo cuando desvié la mirada a la multitud de Mercedes y estaban todos menos sus ojos brillosos mirándome con admiración y orgullo.

Pero el vacío se sintió peor cuando desperté sin ningún mensaje de su parte, sin sus tarareos de canciones en la ducha, sin sus leves ronquidos en mi pecho, sin sus gruñidos cuando le decía que tenía que ir a entrenar, cuando no tuve ningún desayuno apresurado, o un juego interrumpido, cuando sus besos se convirtieron en recuerdos y sus caricias en cicatrices.

Ahí supe que la había perdido.

Me estiro en mi lugar antes de abrir la ventana y dejar que la brisa fresca de París entre en mi ventana. Estoy jodidamente cansado, con el pecho oprimido y con ganas de tomar el primer vuelo a Mónaco para poder buscar a Hemma.

"Pierre Gasly". Salto sobre mi lugar cuando la puerta se abre y mi  madre entra con una mirada acusadora. "¿Quién demonios crees que eres para no llamarle a tu madre?".

"¿Donde has estado jovencito?". Pregunta con bastante enfado en su voz.

"He estado aquí". Respondo simplemente, cierro la ventana interrumpiendo el paso del aire y bajo los pies del sillón en el que estoy.

Suspira tratando de encontrar paz y camina unos cuantos pasos hasta llegar frente a mi. Sus manos toman mi barbilla y hago un pequeño puchero antes de que ella se incline y entrelace sus brazos a mi alrededor. Encerrándome en un abrazo que necesitaba desde hace bastante.

"Oh mamá".

"¿Cuánto hace que estas así?".

Bajo la mirada a mis manos entrelazadas con las suyas cuando toma asiento a un lado.

"Más de un mes..".

"Pier...".

"Hace aproximadamente dos meses que yo la lastimé".

"Pero...".

"Hace dos meses que mi mundo comenzó a desmoronarse porque ella no está aquí".

"Me gustaría poder decirte algo bueno, hijo, pero tú mismo te lastimas por miedo a amar". Murmura, mirándome a los ojos con una sonrisa ladeada acompañando su expresión.

Los ojos me pican, pero no me quiero poner a llorar cuando fui yo el que arruinó todo lo poco que construimos, el que hizo trizas el "nosotros" que alguna vez tuvo existencia.





...








Mi cabeza punza demasiado y quiero vomitar hasta el alma.

El pequeño rayo de sol que entra por las ventanas me molesta ya que al impactar en mis ojos me marea aún más.

Me levanto de mi cama la cual está totalmente hecha un desastre, en busca de unas pastillas y un vaso de agua, no aguanto la cabeza.

Escucho ruido en la cocina, que provoca que me alarme y vaya sigiloso hacia allá, pero con las manos sosteniendo mi cabeza del dolor.

Leclerc está como si nada con el cabello mojado, mientras toma de una botella de agua y se pasea por la sala de mi departamento.

"Buenos días". Habla cuando me observa.

Debo lucir destruido, llevo solamente unas bermudas puestos y mi cabello está despeinado, no se como él siempre puede mantenerse tan bien después de fiestas o salidas.

"¿Qué tienen de buenos?". Musito, dirigiéndome a la alacena, para tomar una caja de pastillas.

Ríe por mi actitud, mientras sigue con el celular y el agua en sus manos, solamente que ahora en el sofá.

"La fiesta de ayer fue otro nivel, Gasly". Dice, en lo que yo me sirvo un vaso de agua. 

Abro la pequeña caja de pastillas, saco una y la pongo en mi lengua para después llevarla a mi estómago de un trago.

"No recuerdo absolutamente nada". Murmuro.

"¿Nada? Fue una joy...". Sus palabras se quedan en el aire, gracias a que por la puerta entra Camille hecha una furia, caminando a mi.

Primero, ¿Cómo entro sin llave?

Segundo, creo que ya me doy por muerto, ¿no?

"Charles me harías el favor de irte por favor. Seguro Norah u otra te espera, déjame con Pierre por favor". Dice sin importancia

¿Norah? ¿Norah Willson estuvo anoche con nosotros?

"¿Eh?". Pregunto confundido, pero mi hermana al escuchar mi voz me ve con una mirada asesina y niega.

"Cállate, Pierre".

"Bueno... me voy". Mi mejor amigo se levanta y camina con dirección a la puerta.

"¿Qué? ¡No! No te vayas".

"¡Vete!" Decimos Camille y yo al unísono, confundiendo al monegasco y saliendo de mi departamento aún con más prisa.

Y finalmente escuchamos la puerta cerrarse y mi hermana bufar molesta, ¿por qué? Yo también quisiera saberlo.

"¿Qué sucede?". Le pregunto sin saber el por qué de su actitud, llego muy repentina, a decir verdad.

"¿De verdad eres tan idiota Pierre?".

No entiendo nada de lo que está pasando.

"Camille, ¿podrías decirme por favor a qué te refieres?".

"¿En verdad no recuerdas nada?". Pregunta todavía desafiante y con el azul de sus ojos furioso.

¿Qué pasó ayer y de qué no me estoy enterando?

No alcanzo ni siquiera a formular una pregunta cuando su mano avienta con furia un periódico con las noticias del día de hoy. Probablemente el niño que los reparte lo habrá dejado esta mañana en mi buzón.

"Yo juraba que tu eras diferente".

Mi ceño se frunce de inmediato y bajo la mirada al periódico que literalmente arrojó a mi, decenas de fotos mías decoran la portada y no alguna fotografía agradable, no, claro que no, son mías y de otra mujer, otra mujer que no es Hemma, la tengo abrazada mientras le susurro no se que estupidez en el oído y ella mantiene una sonrisa boba en los labios que hace interpretar todo muy mal, incluso yo desconfío de mi mismo.

Y es horrendo no recordar nada porque no me puedo excusar.

Levanto los ojos encontrando a los de mi hermana, está roja, molesta y probablemente las ganas de partirme la cara no le faltan.

Una sensación horrible se forma en mi estomago cuando en la esquina izquierda de la revista se lee con letras en mayúscula, grandes y blancas -¿Hemma Wolff donde quedo?-

Hemma.

"Ella...".

No formulo bien mis palabras, sigo desconcertado viendo las imágenes una y otra vez, como si mi mirada pudiera borrarlas.

"Ella seguro ya lo sabe". Gruñe. "¡Eres un verdadero idiota!". La furia se apodera de su ser y se acerca a dejar leves golpes en mi pecho de coraje.

Tomo sus muñecas frenándola y niego arrepintiéndome.

"Ni siquiera lo recuerdo Camille, perdón". Digo casi en un susurro.

"Suéltame". Se zafa de mi agarre y camina directo a una de las habitaciones en mi departamento.

Al principio me quedo sin hacer nada, pero después escucho voces y camino sigiloso hasta donde me llevan los murmullos de mi hermana.

"No hemm...". La escucho murmurar bajo como dolida, después de eso la voz de Wolff se cuela, pero no es mucho lo que alcanzó a escuchar, es literalmente una palabra y esa es un "no" firme que ni siquiera se como interpretar.

Me quedo en el marco de la puerta, rezando para que Camille no note mi presencia, pero no dura mucho mi tiempo ahí.

"Espera...". Dice y quita el altavoz a la llamada con Hemma aparentemente.

"Lárgate". Me enseña el dedo de en medio de la mano vacía y azota la puerta en mi cara, provocando que de un paso inmediato a atrás.

Me recargo en la puerta, pero la voz de mi hermana una vez más me grita que me vaya y obligado voy frustrado al baño de invitados, necesito ducharme y pensar en las una y tantas estupideces que hice anoche.


....





Han pasado dos horas desde que Camille se encerró en mi habitación y me ha negado la palabra infantilmente.

Me canse de rogarle para que abriera y decidí seguir el día en el living de mi hogar, con comida rápida a delivery y mis ganas de vivir en el piso, sobre todo al mirar las cientos de notificaciones en mi teléfono. Estaba completamente segura de que me odiaba ahora mismo la mitad de mis seguidores.

Suspiro frustrado al notar como no paran todas mis notificaciones, es exhausto, ya no soporto que escupan mi nombre con cosas horribles, pero al final lamentablemente lo merezco.

Trato de recordar una y otra vez quien es la niña que esta en las fotos. ¿Con quien demonios me enrede anoche que no recuerdo absolutamente nada?

Tiro de mi cabello frustrado y me pongo de pie volviendo a tomar mi teléfono entre mis manos, me tallo la cara con frustración y espero paciente que mi amigo responda.

Lo hace al tercer tono. -¿Está calmada la fierecilla?- Contesta, mi cabeza vuelve a martillear con fuerza cuando su risa inunda mis oídos.

-¿Qué demonios sucedió anoche Leclerc?- Gruño a la línea, cierro los ojos y dejo caer mi frente contra el frío cristal de la ventana de mi habitación.

-¿No recuerdas nada?- Murmura. Niego aunque él no pueda verme y supongo que mi silencio lo toma como una negación ya que él continua. -Pierre...-

Paso saliva pesadamente y siento como las manos comienzan a sudarme. -Ella y yo....-

-¿Follaron? ¿Cogieron? ¿Se besaron?- La carcajada que suelta solo me hace sentirme peor de lo que ya me siento.

-Charles...- Suplico

-Cuando ella te pego el culo y te metió la mano dentro del pantalón pareció que Hemma Wolff se apoderó de tu ser- Echo mi cabeza hacia atrás y la dejo caer con más fuerza golpeando el cristal. -Le dijiste que no te tocara, que estabas enamorado y..-

-¿Y?-

-Cuando te intento besar le vomitaste encima, la chica lloro, tu la abrazaste, ella se río, le diste tu efectivo, ella accedió, besaste su mejilla y alguien aprovechó el momento y sacó fotos- No recuerdo nada de aquello, no recuerdo absolutamente nada.

El alivio se apodera de mi cuerpo al confirmarme que definitivamente no he tocado a ninguna otra mujer, ¿Cómo podría hacerlo? ¿Cómo hacerlo cuando Hemma vive hasta en mis sueños?

-¿Donde esta Hemma?-

-¡Y yo que se!-

-Charles- Gruño nuevamente.

Mi mejor amigo bufa y una sonrisa se apodera en mi rostro cuando estoy convenciéndolo para que confiese el paradero de mi monegasca.

-Te mato si dices que yo te dije...-únicamente alcanza a decir estas palabras, ya que en el fondo se escucha una voz femenina llamándolo.

-Demonios, ¡voy! -murmura, mientras mis ansias colman esperando su respuesta.

-Me tengo que ir, perdón. -pero esto es lo único que obtengo, basura.

-¿Qué? ¡Charles, no! ¿Dónde está? ¡Es más! ¿Quién es la chica que está contigo?... ¿Es norah acaso? -lo comienzo a llenar de palabras, prácticamente logrando desesperarlo hasta el punto de colgarme la llamada antes de decir un fuerte "cállate".

"¡Mierda!". Molesto por no tener lo que quería, arrojo mi teléfono al sofá y me tomo la cabeza frustrado, mientras la dejo caer en el respaldo del sillón.

"¿Lamentándote?". Camille por fin se digna a salir de mi habitación a seguirme pudriendo más de lo que ya con sus palabras.

"Camille no quiero ser grosero, pero cállate".

La expresión vacía de mi hermana ahora se detona molesta, si, una maldita vez más.

"Yo no fui la que jodió tu relación, Pierre". Dice, aun echándome mierda.

"¡Exacto! ¡Mi relación! ¡No tuya!". Suelto ahora realmente enojado, estaba tratando de contenerme pero simplemente ya no puedo, no más.

"¡No me hables así! Ahora entiendo porque Hemma se fue". Y esas palabras vuelven a volverme loco.

"¿¡De qué demonios estás hablando!? ¡Camille! ¡Hemma ni siquiera te agradaba!". Grito exaltado y con un coraje que ya necesitaba sacar.

"No entiendo como ahora estás más con ella cuando en un inicio jamás le dabas la palabra ni por un milagro".

"No sé ni por qué sigo aquí". Musita, antes de tomar rápidamente su chamarra y caminar a la salida.

"Ni yo". Murmuro mirándola.

"Me voy, no te soporto".

"¡Claro!, ¡Ve a seguir siendo igual de hipócrita con todo el mundo!". Digo un tanto fuerte, al verla caminando con dirección a la puerta.

"No somos iguales, Pierre".

"Eres mi sangre, lo eres por mucho que lo niegues".

"No puedo contigo". Dice molesta.

"Verás que pronto Hemma se dará cuenta de tu hipocresía". Sigo escupiendo cosas que simplemente ya salen por si solas.

"Verás que pronto Hemma se dará cuenta que Carlos es la mejor opción". La gota que derramó el vaso.

Chasqueo mi lengua sin nada que decir hasta que solo me sale decir una corta oración.

"Lárgate de mi casa y no vuelvas".


...





Bufo y con maletas en mano me quedo a esperar el llamado de mi vuelo.

Y después de tanto tiempo sin volver a cruzar palabra sin ella o de que tan solo me escribiera, la melena rubia de mi hermana llega frente a mi y pone los ojos en blanco seguido de sentarse a mi lado sin ganas.

"¿Qué haces aquí?". Pregunto entre dientes.

"Vivir". Responde ignorante, mientras saca unos audífonos de su bolso y se los coloca para no tener que hablar conmigo.

Y gracias al cielo en ese mismo instante llaman a mi vuelo. Pero al parecer la vida quiere seguir jodiendome, pues Camille se pone de pie al mismo tiempo que yo y camina prácticamente detrás de mí a abordar.

Aceleró el paso, llegando hasta las escaleras del avión con éxito y los ojos de mi hermanita mirándome desde lejos aún con la actitud ignorante que lleva.

Parece que no la he visto en semanas cuando solamente son días en los que no he tenido comunicación con ella, como era de esperarse después de nuestra pelea, regreso. En la madrugada, con un chico detrás de ella el cual me ignoró cuando ambos se sentaron a conversar en mi barra.

No habíamos cruzado ninguna palabra, ni siquiera los buenos días le respondía y a ella parecía encantarle mi actitud infantil.

Con el universo escupiéndome en la cara, veo los asientos y me maldigo al momento en el que Camille se sienta junto a mi.

¿Qué esto es a propósito?

Me mira con disgusto y yo claramente le regreso la mirada, para seguir ignorándola, los dos con audífonos que no quitan sonido de cualquier mínima cosita que esté sucediendo en el exterior.





...





Mientras yo tomé camino a la fábrica de Mercedes en Brackley, mi hermana se fue a no se que lugar cerca de aquí sin mencionar nada al respecto, seguimos en las mismas así que tampoco le dije nada y me fui a mi destino sin despedirme.

Me coloco mis Hawkers oscuros y sigo caminando directo a la oficina de mi jefe, en la cual fui citado hace media hora y apenas estoy llegando.

"Toto te está esperando". Me dice Norah cuando me ve entrar, está mujer aparece en todos lados como por arte de magia.

"Ya voy".

"Apúrate que ya no se le ve muy paciente".

Con esto último, optó por literalmente correr hasta el segundo piso y de ahí rodear el gran pasillo para llegar a la oficina de Wolff.

Los pedazos de mi corazón se remueven cuando observo el nombre de Hemma en una de las puertas antes de la de su padre, bajó la velocidad con la que iba caminando y tratando de ser lo más despistado posible echó una mirada por encima del cristal, Hemma no esta por ningún lado, hay una mujer que parece estar acomodando las pertenencias de mi chica, bajó la mirada cuando la morena eleva la suya y finalmente avanzó para tocar en la de mi jefe esperando no me reciba con un regaño.

"Cuarenta minutos después. ¿A qué se debe tanta puntualidad?". Bromea obviamente siendo sarcástico y con una sonrisa más molesta que sincera en sus labios.

"Lo siento, el vuelo se atrasó". Miento.

"Ya no te preocupes, siéntate que esto es importante". Me señala la silla giratoria frente a él, donde tomó asiento un poco desconcertado por el hecho de que solamente está él aquí y nadie más cuando se supone había dicho que el motivo de que me quería aquí era por una "junta laboral".

Finalmente me mira a los ojos y suspira fuertemente para después hablar.

"Hablemos de mi hija". Mis ojos no se apartan de los suyos cuando analiza mi reacción, esperando que salga tal vez corriendo cuando vuelve a hablar. "Hablaremos de Hemma hoy".

Toto Wolff. Mi jefe, supongo que aún lo es. Porque no ha mencionado nada después de lo sucedido con Hemma, creo que la relación sigue igual que siempre con él. Entrelaza sus manos con total tranquilidad sobre su regazo y se echa para atrás en el momento en el que Norah abre la puerta y deja dos cafés sobre el escritorio. Uno para él y otro para mí, aunque dudo que la cafeína sea de ayuda ahora mismo.

"¿Sabes cuantas veces intente alejarla de Carlos, Pierre?".

Me tensó al escuchar su nombre, Toto se acomoda las gafas de pasta negra y arremanga sus mangas para posteriormente tomar la taza de café humeante sobre el escritorio.

Me muerdo la punta de la lengua y niego. Por primera vez desde que mencioné el nombre de la rubia me muevo.

"Incontables". Bufa. "Incontables veces y en el fondo yo sabía que él le hacía bien, sabía que él podía hacerla feliz, así Hemma tuviera que soportar todos mis reproches, su sonrisa era mágica cuando estaba con él".

Me siento fatal porque en el fondo se que es verdad, se que Carlos es la persona indicada  para Hemma, no solo lo sabe él, lo saben todos. Lo sabe George, Lando, Camille, su padre y ....yo, no digo nada y él suspira frotándose el entrecejo.

"Pero contigo volvió a ser mi Hemma".

Mi corazón late a mil por hora, mis manos sudan y se me oprime el pecho cuando en sus labios se posa una sonrisa ingenua. Suspiro y ladeo la cabeza un poco para mirarlo, para comprender lo que me está diciendo.

¿El cree que...?

"Contigo volvió a tener esa confianza, volvió a ser desatada, libre, feliz... tú la haces feliz".

Su rostro luce calmado, su media sonrisa me pone los pelos de punta cuando le da un trago a su café. Las ganas de abofetearme y preguntar si esto es un sueño son cada vez más fuertes.

"Señor....".

No lo es, no es un sueño y esto definitivamente está pasando.

"¿Sabes las veces que le pedí a Dios que Hemma volará a Austria para las fiestas? ¿Sabes las veces que peleábamos por cosas tan tontas? ¡Hemma ni siquiera podía tocar el tema de su madre conmigo! Y tú le haces bien".

Boom...

boom...

boom...

boom...

Se pone de pie y saca de su cartera una pequeña tarjeta de papel, duda unos segundos en dármela pero al final me la extiende y asiente...

"Arregla esto Pierre Gasly.. arréglalo y si la amas tanto como ella te ama a ti no la dejes ir".

Observó la tarjeta de papel y mi corazón golpea con fuerza al ver la dirección escrita.

Me pongo de pie aún en silencio y me dirijo a la puerta con algo de duda. "Pero...". Me frena cuando tengo una mano en el pomo de la puerta. "Si tu amor por ella no es suficiente... tienes que dejarla ir y en tu vida Pierre Gasly vuelvas a mirarla, a dirigirle la palabra, es más ni siquiera se te ocurra pensarla porque ella no se merece eso... no merece a alguien que juegue a medias con lo que las personas sienten".

"Pero...".

"Debes dejar de tener miedo y comenzar a arriesgar un poco por quienes arriesgan todo por tí".

No hacen falta más palabras para hacerme tener un poco de lógica, le regaló una gran sonrisa al impotente hombre frente a mí, Toto bufa pero termina sonriendo cuando abro la puerta de su despacho, el corazón me golpea con fuerza cuando su nombre nuevamente se atraviesa en mi campo de visión y es suficiente para salir de ahí y correr por lo que quiero.

Por lo que siempre he querido.










...

soltar capítulos a media noche cuando todxs duermen... es mi pasión 🤍

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