Jaemin había dormido casi un día entero. Entre el poco descanso por el parto de Taeyong, y la horrible situación gestándose en el palacio, se había desmayado y dormido hasta la mañana del día siguiente. A Jeno le hubiera gustado quedarse a su lado, pero no podía, no cuando su hijo había desaparecido, no cuando el podría estar buscándolo. Así que al llegar el otro día, con su cuerpo y mente agotadas y una búsqueda eterna que aún seguía siendo una búsqueda, se dejó caer en la cama de Jaemin. Él a penas se habría despertado, Jungwoo dormía sobre su pecho y él lloraba en silencio.
-Descansa -susurró Jaemin y acarició el cabello de Jeno.
-No puedo.
-Puedes. Por favor.
Jeno sujetó la mano de Jaemin y la besó con dulzura.
-De ser necesario, dejaré mi vida en esta búsqueda.
-No -suplicó Jaemin-. No dejarás tu vida en ningún lado, te necesitamos, el reino te necesita.
-Prometo encontrarlo, Jaemin. Lo juro por mi vida, voy a encontrar a nuestro hijo.
Jaemin acarició una pequeña mano de Jungwoo y dejó escapar un tembloroso llanto.
-No puedo perder otro hijo -susurró-. Rompería mi corazón, no podría seguir.
-Hey -Jeno sujetó su rostro entre las manos-. Voy a encontrar a Jisung. No perderemos nada en absoluto.
Jaemin lo besó ligeramente y volvió a insistirle que durmiera por un momento. Esta vez, Jeno lo escuchó.
( . . . )
-Tranquilo amor. Vamos, respira.
Jaemin se sujetó con fuerza de la camisa de Jeno y respiró agitadamente, el sabor y olor a vómito dejándolo con una sensación terriblemente desagradable.
Era el tercer día. Jaemin ni siquiera quería contarlos. Tres días sin su hijo. Tres días en los que había llorado y vomitado sin parar. Tres días en los que había abrazado a Jungwoo y HyeJoo como si no hubiera un mañana. Tres días en los que se sujetó a Jeno como su fortaleza y más seguro aliado.
Jeno lo sujetó por los hombros y lo observó con preocupación. No podía soportar ver a Jaemin de aquella manera, le rompía el alma.
-Ya estoy mejor -susurró-. Tranquilo.
Jaemin no usaba su nombre, pero tampoco se refería a él con increíble respeto. A Jeno no podía importarle menos.
-¿Seguro?
-Aún me siento mareado, pero no creo seguir vomitando.
-Bien -susurró y lo atrajo en un abrazo-. Te amo.
-También te amo.
Golpes apresurados en la puerta, hicieron que se separaran. Jeno lo hizo sentarse antes de abrirla, el cariño en sus ojos completamente borrado, para dejar paso a la mirada de dureza y seguridad que un rey debía reflejar.
-Soldado.
-Su alteza -susurró inclinándose-. El general me ha enviado a usted. Su alteza, han encontrado al príncipe.
Jeno volteó hacia Jaemin, quien se puso de pie de inmediato y se sujetó del brazo del mayor.
-¿Cómo dijo? -exigió.
-Mi señor -el soldado se inclinó-. Han encontrado al príncipe Jisung.
( . . . )
Si esos tres días fueron un martirio diario para Jaemin, esas horas de espera sabiendo que habían encontrado a su hijo, fueron el mismísimo infierno. Mantuvo a una muy despierta e inquieta HyeJoo en sus brazos mientras contenía una nueva oleada de náuseas que lo dejaba mareado. Esta vez, su hermano estaba a su lado. Jaehyun cargaba a un semi dormido Jungwoo mientras acariciaba una de sus manos.
-¿Cómo se encuentran Taeyong y Sullyoon?
Jaehyun lo observó y apretó los labios.
-Ellos se encuentran perfectamente. Descansando -hizo una pausa-. Su alteza me dijo que has estado vomitando.
-Bueno, nunca sufrí tanto estrés en mi vida. Supongo que era de esperarse.
Jaehyun asintió y dejó su cabeza caer suavemente sobre la de Jaemin.
-Todo saldrá bien -afirmó-. Mi sobrino se parece a su padre. Y su padre es un sobreviviente.
-Gracias por estar a mi lado en este momento.
Jaehyun resopló.
-¿En dónde más estaría?
-Con tu familia.
-Tú también eres mi familia, no pienso dejarte solo nunca más.
Jaemin asintió y limpió una lágrima que amenazaba con resbalar por su mejilla.
Entonces alguien llamó a la puerta. Jaehyun dejó a Jungwoo en su cuna y corrió a abrirla.
-Jaehyun -saludó Jeno.
-Su alteza.
Jaehyun bajó la mirada a los brazos del rey, en donde Jisung descansaba plácidamente.
-Gracias a los dioses -susurró.
Jaehyun se hizo a un lado, y Jeno entró en la habitación. Jaemin parpadeó intentado empujar las lágrimas fuera de su campo de vista, pero estas continuaron cayendo. Jaehyun tomó a HyeJoo de los brazos de su padre y lo empujó suavemente hacia adelante.
-Sunggie. -jadeó.
A paso lento se acercó hacia Jeno.
-Prometí que lo traería de vuelta.
Y Jaemin los abrazó a ambos, las lágrimas aún cayendo por sus mejillas, eran mas un reflejo de felicidad que de dolor.
( . . . )
Mark chasqueó la lengua y observó por el balcón. Jeno se inclinó hasta tener la cabeza entre los brazos y suspiró profundamente.
-Esto se me ha ido de las manos -susurró.
-Debí haber dejado que le cortaras la cabeza, meses atrás.
Jeno gruñó y estiró ligeramente de sus cabellos.
-No puedo creer de lo que ha sido capaz. No tienes una idea lo roto que Jaemin se veía todos estos días, y lo mucho que eso rompía mi corazón.
Mark frunció el ceño.
-¿Qué va a hacer con ella?
-Nada, no ahora. Necesito saber quién la ayuda. Mark, ella estaba a kilómetros de aquí ¿Cómo diablos lo ha hecho?
-Aliados, por supuesto -contestó con seguridad.
-Necesito que se le realice el interrogatorio más duro que se le pueda brindar sin matarla -gruñó-. No voy permitir que esa mujer acabe con la vida de otro de mis hijos. Cuando diga la verdad, le cortaré la cabeza yo mismo.
-Por supuesto, mi señor. Prepararé lo necesario para el interrogatorio.
-Mientras esto dure, necesito completa seguridad sobre Jaemin y mis hijos.
-La boda deberá suspenderse -murmuró Mark.
-Esperaremos a estar en mejores condiciones -afirmó con seguridad-. Mientras tanto, mantén tus ojos muy abiertos y cuida a tu familia. A esta altura, ni siquiera se a donde apunta MinJu con sus locuras.
-Doblaré la seguridad de ser así necesario, mi señor. Haré todo lo que esté en mis manos para que esto se resuelva lo más pronto posible.
-Mark -meditó un momento-. También manda soldados al hogar de Na Jaehyun.
-Enseguida, mi señor.
Mark se retiró con paso sigiloso.
Jeno volvió a la habitación de Jaemin con velocidad. Él dormía abrazado a Jisung, tenía las majillas y ojos rojos de tanto llorar, pero se veía como si estuviera en paz. Jeno haría todo lo posible para ver a Jaemin en paz por el resto de su vida. Aún si eso implicaba matar a la mujer que le habría dado su primer hijo.
-Mataría a quien sea por verte feliz -susurró a acariciando una mejilla de Jaemin.
Entonces se dejó caer en la cama, y abrazando ambos con fuerza, decidió recuperar el sueño perdido durante esos días.