Capítulo 22.

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Salieron con el amanecer. DongHyuck seguía adormilado, y el movimiento del carruaje le provocaba más mareos de los que ya sufría todas las mañanas. Llevaba la cabeza apoyada en el hombro de Mark y sus manos estaban entrelazadas.

Ellos no estaban bien, DongHyuck lo sabía más que nadie. Su matrimonio no tenía ni pies ni cabeza, y desde un comienzo solo se basó en su atracción sexual. Para DongHyuck, eso era lo único que parecía funcionar como debía. Y ahora él estaba embarazado. No podía culpar a Mark por ello, claramente ambos habían sido participes de aquello, pero nunca había deseado llevar un hijo suyo en el vientre. Iba a acabar con su vida, realmente tenía la intención de hacerlo, porque no deseaba seguir viviendo así. Y no es que el mayor fuera un tirano, ni mucho menos. Era un buen hombre si llegabas a conocerlo. Pero el nunca había deseado esa vida.

¿Quién era él acaso? ¿Un vientre para llevar los hijos de un poderoso alfa? Ese no era DongHyuck. DongHyuck era un joven seguro y decidido que daría la vida por su familia.

Su familia.

-¿Cómo te encuentras?

-Estoy mareado -confesó.

-No tardaremos mucho.

-¿A dónde vamos?

Mark suspiró y bajó la mirada hacia su vientre. Aún no se notaba demasiado, solo un muy pequeño bulto.

-Llegaremos pronto -casi susurró.

DongHyuck resopló, pero apretó la mano de Mark con aún más fuerza.

-Si sientes que vas a vomitar, solo dímelo.

-Bien.

-Cuando lleguemos me aseguraré que tomes un té para calmar las nauseas.

-Eso sería perfecto.

Había algo que lastimaba a DongHyuck más de lo que su "encierro" lo hacía. Ellos funcionaban, y cada día conocía y entendía más a Mark. Se atrevería a decir que estaba comenzando a quererlo, pero no deseaba admitirlo. Porque eso significaría admitir su derrota.

-Será un niño omega. -soltó DongHyuck de golpe.

-¿Eh? -Mark parecía bastante confundido.

-El bebé, será un omega.

-¿Por qué tan seguro?

-A mi vientre no le agradan las pretensiones de un mundo dirigido por alfas.

Mark rió despacio.

-Bien, que sea como a tu vientre mejor le parezca.

( . . . )

El viaje duró gran parte de la mañana, tanto que cuando llegaron a su destino, el sol brillaba fuertemente sobre sus cabezas. DongHyuck estaba sinceramente confundido. Estaban en su ciudad natal.

-¿Por qué estamos aquí?

Mark arqueó una ceja hacia él.

-¿A qué te refieres?

-¿Por qué? Es una pregunta sencilla como para responderse con otra pregunta -lo retó.

-Confía en mí.

Esta vez fue DongHyuck el que arqueó una ceja.

-La última vez que te confié mi persona, terminé así -dijo DongHyuck señalando su vientre.

DongHyuck si quería al bebé en su vientre. Quizás no había llegado en un momento excelente, ni el otro padre era el amor de su vida, pero DongHyuck podía vivir con ello. Por lo menos ahora que su bebé ya estaba allí, ya existía. Debía vivir con ello, porque no pensaba dejar a su hija sola en el mundo.

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