Los jóvenes Hargreeves

By LorixPines

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La vida nunca es justa, y menos cuando eres especial. Seis niños entrenados para acabar con el mal de este mu... More

Aclaraciones
Cap. 1 Contexto
Cap. 2 Bienvenida a la Academia
Cap. 3 La verdad
Cap. 4 Una historia a medias
Cap. 5 El Número 1
Cap. 6 Una oportunidad
Cap. 7 El incendio
Cap. 8 La escuela
Cap. 9 Un Lunes por la tarde
Cap. 10 El concurso
Cap. 11 Una clase especial
Cap. 12 "Están tramando algo"
Cap. 13 Los preparativos
Cap. 14 Inusualmente alegre
Cap. 15 El cumpleaños
Cap. 16 La mejor fiesta
Cap. 17 Los regalos
Cap. 18 Dije la verdad
Cap. 19 Noche de tormenta.
Cap. 20 Un castigo a pequeña escala
Cap. 21 Misión casi fallida
Cap. 22 Perdidos ante las camaras
Cap. 23 "Soy un adorno"
Cap. 24 Confusión de jarras
Cap. 25 No levantar sospecha
Cap. 26 Muchas miradas
Cap. 27 Talasofobia
Cap. 28 El sótano
Cap. 29 Conociendo la isla
Cap. 30 Una noche larga
Cap. 31 La masacre
Cap 32. De regreso a la academia
Cap 33. ¿Quién es Venom?
Cap 34. Peligrosas confesiones
Capitulo 35.
Capitulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Cap. 41 ¿Confiar? ¿o no confiar?
Cap. 42 Paloma mensajera
Cap 43. Mira lo que me has hecho
Cap. 44 Sala de espera
Cap. 45 Los diagnósticos.
Cap. 46 Bitácoras
Cap. 47 "Eres mi favorito"
Cap. 48 Estando en coma
Cap 49. Dentro de mi mente
Capítulo 50. Actitudes extrañas
Cap. 51 Un error necesario.
Cap. 52 Un cumpleaños imperfecto
Cap. 53 Lo que se esconde detrás de las puertas
Cap. 54 Tres años después...
Cap 56. La tierra se mueve
Cap 57. Irse sin despedirse
Cap 58. "Mi lado oscuro"
Capitulo 59. El Final.
Canciones

Cap. 55 Noches de insomnio

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By LorixPines

Regresaron a la academia el día siguiente, el viaje había sido agradable como siempre, la limusina se había estacionado frente a la gran mansión. Ambos hermanos bajaron, su padre les había dicho que seguiría para hacer unas cosas así que bajaron sus maletas y entraron a la casa.

Ben: Hogar dulce hogar. —murmuró dejando las maletas en el suelo— ¡Llamalos! ¡Llamalos! —propuso emocionado—

Rose: —río— ¡¡Oigan familia de raritos disfuncionales, llegamos!! —se escuchó por toda la sala de la mansión—

Ben río por lo bajo amaba como ella llamaba a sus hermanos, le causaba gracias.

Klaus: Sabes que será un gran día cuando escuchas ese llamado. —decía mientras bajaba las escaleras— ¡Por fin! Esos dos días se hicieron ¡eternos!

Rose: Si, bastante. —bajó el bolso que estaba en su espalda—

Diego: ¡Mira! —salió de la cocina y señaló a Rose— ¡Una estúpida!

Rose: —lo señaló fingiendo emoción— ¡Oh mira! ¡Un inútil!

Diego: Increíble jamás vi alguien de esta especie. —se acercó—

Rose: Chicos no sabía que teníamos un perro de mascota. —coloca su mano en el hombro de Diego— Ahora si.

Klaus: Su amor es tan... Mejor no digo nada.

Vanya: ¡Beny! ¡"R"! ¡Llegaron! —corrió para abalanzarse y abrazar a los dos hermanos, luego se separó— ¡¿como les fue?!

Klaus: Aja, quiero ver los billetes hermana. —frotó sus manos de emoción—

Diego: Cuando te vayas, ¿me puedo quedar con tus cosas?

Ben: Chicos...

Hubo un momento en el que nadie dijo nada, esperando que dijeran que había pasado.

Rose: —suspiró y se cruzó de brazos— No gané.

Klaus: ¡¿Que?!

Diego: ¡¡¿No ganaste?!!

Vanya: Pero si habías ganado todos los demás ¡¿que pasó?!

Rose: Quedé en quinto lugar por ser chica.

Klaus: Esos idiotas. ¡¿Deben estar bromeando?!

Diego: ¿No los amenazante así como lo haces con todos? —dijo un poco molesto—

Ben: Diego. —le dio una mirada cansada—

Klaus: No, no, estoy con el segundo, ¿no hiciste algo?

Rose: —se alzó de hombros— ¿Qué podía hacer?

Vanya: Hablar con ellos.

Klaus: Dejarlos sin cara.

Diego: Matarlos. —los presentes miraron a Diego— o... Convencerlos.

Rose: ¿Y para que? No cambiarían de opinión igual.

Klaus: Que se vayan a carajo esos imbéciles, estoy seguro que tu invento fue ¡el mejor!

Vanya: Somos dos.

Ben: ¡Y lo fue! Wow chicos la hubieran visto. ¡Estuvo asombrosa!

Rose: —volteo los ojos— Bueno ya no falta alardear.

Ben: ¿Y Allison y Luther?

Klaus: Están en el paseo del amor —junto sus manos haciendo ojitos falsos—

Diego: Mentira, están entrenando.

Klaus: Idiota, arruinas mis dramas. —lo miro mal—

Vanya: ¿Y papá?

Rose: Fue a hacer una cosas, dijo que vendría luego.

Klaus: ¡Excelente! ¿Dijo como en cuanto tiempo?

Ben: Ehh ¿mañana? Creo.

Klaus: ¡Es mi momento! ¡Si! —celebró—

Diego: Acabará mal, muy mal.

Ben: ¿Ahora que vas a hacer?

Rose: Lo que sea no me metan en eso. —tomo su mochila—

Klaus: Hace tiempo estaba esperando el día en el que el viejo no estuviera para hacer un fiesta.

Rose: Invitenme para el funeral de Klaus. —comenzó a subir las escaleras—

Ben: ¿Una fiesta Klaus? ¿Estas loco?

Klaus: El que no arriesga no gana hermano. Haré una súper fiesta aquí en la mansión. Mientras no esté papa, tenemos el 70% de la fiesta lista.

Diego: Claro, bueno si tu lo dices.

Klaus: Me ayudaran ¿no?

Diego: ¡Ja! Y además ¿quieres que te ayudemos? No puede ser Klaus.

Ben: Pero si te atrapan será tu culpa —lo señaló en forma de advertencia— ¿Que hay que hacer?

Diego: Ben, ¿enserio?

Ben: —se alzó de hombros— será divertido ¿no?

Diego: ¿Y qué hay de nuestras identidades?

Klaus: Allison se ofreció a rumorearlos cuando llegara.

Diego: Increíble —nego—

Klaus: ¿Entonces? ¿Me ayudaras?

Diego: Bien, pero si te atrapan será tu culpa.

Klaus: ¡Si! ¡Genial!. Ok, hay que preparar todo, llamaré a los invitados y podrían decirle a mamá que prepare bocadillos.

Ben: Debes decirle a Luther, sabes lo que dirá si se entera así.

Klaus: "R" dirá que está bien, y convencerá a Luther, siempre lo hace.

Diego: Si, pero sabes que a veces se le aflojan los tornillos.

Ben lo miró con mal, reclamando el comentario. Diego alzó las manos en paz. Tenían el plan y estaban listos para comenzar a preparar su fiesta secreta. A pesar de ser un poco más grandes ya, seguían divirtiéndose juntos.

Por otro lado, Rose fue a su habitación, su lugar seguro, en donde se la pasaba casi todo el día, ya no iba a otras partes de la casa si no era necesario. Dejó su mochila en la cama y se sentó en el escritorio para anotar unas cosas en su libreta. Una tonada que conocía bien hizo sacar su celular del bolso, al ver la pantalla veía la videollamada entrante de Luca, quien estaba lejos por la universidad.

Rose: Salut lier —le habló al chico detrás de la pantalla, se volvió a sentar en el escritorio y colocó el teléfono de manera que se viera su imagen y pudiera anotar en su libreta—

Luca: ¡¡Felicidades!! —dijo disparando un pequeño cohete de confeti—

Rose: —rió por debajo— No gané genio.

Luca: ¡Si!... Espera ¡¿que?! 

Rose: —dejó su lápiz y miro al de la pantalla— No gané, quedé en quinto lugar.

Luca: Ok, ahora si los voy a demandar.

Rose: Quieto tigre, está bien, ya es normal.

Luca: —alzó las cejas sorprendido— Wow, Ocho estas actuando con mucha madurez al respecto.

Rose: —sonrió sin mostrar los dientes mientras escribía— La verdad es que si quería ganar, hubiera sido cool estudiar más cerca de donde estás.

Luca: ¿La escuela quedaba en Nueva York?

Rose: Si, en parte era una motivación.

Luca: Aww, hey que lindo de tu parte.

Rose: Y ¿como va todo por allá?

Luca: Mmmm bien, normal, relajado.

Rose: Todo un desastre ¿no?

Luca: ¿Me creerías si te digo que no?

Rose: Ehh, nah.

Luca: Entonces si, un desastre. —se quedó un momento en silencio— ¿Ya tienes los preparativos?

Rose: ¿Para?

Luca: Vamos Ocho, la boda.

Rose: Ah, si, emmm bueno la verdad nunca he ido a una, ¿hay preparativos?

Luca: Aún faltan unos meses así que por ahora solo es... ¿Fotos? Cosas así.

Rose: Mmm. —contestó mirando su libreta, no le prestaba mucha atención a Luca—

Luca: Te pareces a tu padre, cariño. —dijo con humor atrayendo la atención de Rose— ¿Algo que me quieras contar?

Rose: Eh, no... Todo bien.

Luca: Detecto mentiras. —levantó una ceja—

Rose: No es nada solo tengo cosas que pensar.

Luca: Ya, dime.

Rose: —suspiró— Ok, —cerró su libreta— ¿recuerdas que hace meses te dije que estaba experimentando con mis poderes?

Luca: Ehh si, Vanya se molesto por eso, por unas semanas.

Rose: Bueno, el día antes del  concurso yo... Yo traje la energía de Cinco.

Luca: —la miró serio— Rose, ¿otra vez con eso?

Rose: Ésta vez es verdad, no es una alusión.

Luca: Sí, eso dijiste las 641 veces anteriores.

Rose: Luca, hablo enserio, ¡era el!. La servidumbre lo vio, le pregunté y dijo que si lo había visto.

Luca: Ya pasamos por esto, creí que el doctor Hansen te había ayudado con eso.

Rose: Me ayudó, pero con alucinaciones. Esto fue real.

Luca: Rose, no creo—

Rose: ¡Tienes que creerme! —alzó la voz—

Luca: —suspiró tomando paciencia—  Ok, digamos que trajiste su energía, ¿qué significa? ¿Que está...?

Rose: Vivo, si. S-se que suena loco, cuando obviamente es todo lo contrario, pero se que era el.

Luca: Bien, si tu lo dices, si haces otra prueba no se te olvide grabar. Recuerda, un descubrimiento no es real si—

Rose: Si no hay documentación, lose. —termino por el—

Luca: Bien —de fondo se escuchó una alarma— Ay no.

Rose: ¿Ya debes ir a clase?

Luca: Si, voy tarde, esta es la segunda alarma.

Rose: Bien, tranquilo.

Luca: Mira antes de irme... Siempre mantente objetiva, si no es Cinco tal vez no te—

Rose: Se lo que vi, aún se diferenciar la realidad de mi mente.

Luca: Ok, solo decia. Bueno, nos vemos, cariño. —le guiñó un ojo y trancó la llamada—

Rose: Adiós.

Pasaron los minutos, Rose se disponía a leer en su cama tranquilamente, haciendo que su mente estuviera ocupada en otra cosa. La puerta sonó y abrió con sus poderes, entró Luther.

Luther: ¿Ya viste lo que están planeando?

Rose: ¿La fiesta? Si. —aún concentrada en su lectura—

Luther: ¿Y?, ¿lo dejaras?

Rose: —se alzó de hombros— Me parece entretenido. Además Klaus dijo que asumiría la responsabilidad.

Luther: ¿Cuando lo ha hecho? 

Rose: Probablemente no muchas.

Luther: ¿Ves?

Rose: ¿Entonces que quieres?

Luther: Garantía, garantía de que no será a mi que me culpen.

Rose: Bien, la tendrás. Si descubren a Klaus tu nombre no será mencionado.

Luther: Bien.

Klaus: ¡"R"! —entró como su propia casa— Quítate fortachón —empujo a Luther y se abalanzó hacia Rose— Convence a Luther de que hagamos la fiesta poooor fiiis ¿si?

Rose: Primero: ¡Au! Tu pesas ¿sabes?

Klaus: Lo que estoy es bueno.

Rose: Segundo: Ya lo hice. Ahora quitate tu —lo empujo hacia el otro lado de la cama —

Klaus: ¡Si! —la abrazó— ¡gracias hermanita!

Rose: —volteo los ojos— Aja.

Luther: Pero, con la condición de que no me echaras la culpa. —se cruzó de brazos—

Klaus: Ouh, pero-

Rose: Es la condición Klaus, sino, no hay fiesta.

Luther: Siempre soy yo el que recibe la culpa, es injusto así que más vale que papa no te encuentre porque las pagaras tú. —y con eso salió de la habitación—

Klaus: A ese tipo, le falta novia.

Rose: Dejalo, tiene razón.

Klaus: Aunque la tuviera ya no es tan relajado.

Rose: Ujum. —tomó su libro otra vez—

Klaus: ¿Que haces? —se recostó junto a ella—

Rose: Podando un árbol, ¿te interesa?

Klaus: Amo tu sarcasmo. —dejo un beso en su mejilla y se levantó— Hoy saldrás a la fiesta ¿no?

Rose: Eh ¿no? ¿Para que?

Klaus: No puede ser —volteo los ojos—, socializar, dah.

Rose: No, me quedaré aquí.

Klaus: Bueno como quieras.

La música sonaba por todos los pasillos de la academia, era extraño Rose no estaba acostumbrada a escuchar tanto ruido en la mansión, siempre solía estar en silencio y un ambiente serio. Lo bueno es que a pesar del ruido no le impidió que su mente dejara de pensar. Eso era algo que sabía que estaba relativamente mal, sobre pensar las cosas, pero la paranoia era se había tatuado en su piel, estar alerta si hay peligro, buscar la verdad y no quedarse con duda. 

Ahora, el construir cosas debajo de la casa era algo normal en Reginald, extraño, pero normal. Ya había hecho el bunker en donde se castigaba, además del laboratorio que bastante bien conocía. La incógnita estaba en, ¿cuánto más iba a bajar? y... ¿para qué necesitaba un lugar tan lejos de la gente como para que no se oyeran gritos?, la idea le puso los pelos de punta. 

Actuar sola no era algo que le gustara, debía admitirlo, pero ¿a quien le podria decir?. Ben probablemente le diría que no debía pensar en eso y que su padre nunca haria algo asi. Vanya, era demasiado ingenua, además, si una de sus hijas seria la proxima que iba a estar alli no queria meterla mas en eso. Klaus, probablemente lo contaria, o solo se asustaria, ella sabia bien que su hermano no era el mejor para estas cosas. Diego, Allison, Luther, ni les importaría. En estos casos, Cinco era el único que podría tanto entender cómo ayudar, pero no estaba. Así que por ahora, le tocaba actuar sola. 

Por eso en este mismo momento estaba dirigiéndose a la puerta que llevaba al sótano, pasaba entre las personas concentrada en su mundo sin darles importancia. 

Diego: Oye, inútil ¿a donde vas? —pregunto un poco a la distancia, se acercó hacia donde estaba ella— Creí que no bajarias. 

Rose: No lo hago por gusto, iba a buscar algo. —contesto seria, su estado normal—

Diego: Uy disculpe, su majestad.  —hizo una reverencia— 

Rose: ¿Podrías hacerme un favor? 

Diego: Si me vas a pedir que te ayude a ligar mejor ahorratelo. 

Rose: ¿Ligar? por favor. Imbécil hablo enserio. 

Diego: Bien ¿que quieres que haga? 

Rose: Sabes como es la gente de entrometida, esta pendiente de que nadie entre al sótano ¿ok?

Diego: ¿Ok? 

Rose: Ok. 

La chica se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta del sótano, al estar adentro cerró y miró las oscuras y tenebrosas escaleras que daban hacia bajó. Tantas veces que pasó esas escaleras y llegaba, golpeada, cortada, débil, malherida, asustada, abusada. Cada escalón lo pisaba con seguridad. Al llegar al sótano empolvado caminó a la puerta que quedaba en la pared derecha de este, esa puerta conduce a un pasillo no tan largo en el cual al final de este estaba el elevador donde se iba al salón de castigos y al laboratorio. 

Estando adentro, cerró las rejas y revisó el panel de botones, en donde se decía a qué nivel iba a ir, sacó su linterna, la llevaba dentro de su saco. Alumbrando el panel pudo notar dos botones ya listos: el laboratorio y la sala de castigos. Pero, había otro botón, que aunque aún no tenía tapa y parecía estar en construcción tenía la opción de bajar. Lo presiono, el elevador desciende pasando por los niveles anteriores, no llegó completamente al último piso, se quedo trabado casi 40cm despegado del suelo. 

Rose: Interesante, el viejo sí que puede guardar más secretos. —hablo sola y comenzó a alumbrar la habitación bajando del elevador, el polvo llegó a su garganta haciéndola toser un poco— Se nota que aún no a venido nadie a limpiar.

Algo que debía quedar claro, el silencio era terrorífico, y si, no se oía absolutamente nada, parecía que no hubiera una fiesta encima de la mansión. Se podrán escuchar el chillido de las ratas que viven ahi, pero además de eso, se sentía el ambiente raro. Con sus poderes vio la energía térmica y se sorprendió, las paredes, estaban casi azules, heladas, frías. Mientras que el suelo, parecía ser el infierno, casi rojo. ¿Pero porque no sentía ninguna temperatura?

Al acercarse a las paredes efectivamente podía sentir que estaban heladas, y lo mismo con el suelo. Y al estar agachada para tocarlo su linterna captó otra cosa tirada en este. Un llave, pequeña, con una rara forma, bastante original. Obviamente la recogió, guardandola en uno de sus bolsillos. Parecía que que había terminado aqui, asi que decidio regresar. Subió al elevador y regreso, ya se escuchaba que había vida sobre ella, caminó por el pasillo que llegaba al sótano cuando la puerta de arriba se abrió mostrando a Pogo bajando por las escaleras. 

Rose: Carajo. 

Busco rápidamente donde esconderse, Pogo paso al pasillo de donde había venido a paso apresurado, parecía ir con urgencia. Cuando vio el camino libre ella subió las escaleras y salió de la oscuridad y el silencio, hacia la gente, música y gritos. Justo al lado de la puerta estaba Diego con una mirada un tanto preocupada. 

Diego: ¿No te vio verdad? —se notaba que estaba nervioso—

Rose: Por suerte no, te dije que no dejaras entrar a nadie. —recordó con molestia—

Diego: Disculpa genio, pero era Pogo, lo entretuve lo mas que pude. Se veía desesperado. 

Rose: Lo se... —y ahi recordó, acaba de cometer un muy grave error— Mierda, con razon. 

Diego: ¿Que? ¿que pasa? 

Rose: Las cámaras. —murmuro— que imbecil. 

Diego: ¿Qué pasa con ellas?

Rose: Seguro Pogo vio que entre al sótano. 

Diego: Pero las cámaras de seguridad no registran ese pasillo. 

Rose: Olvidalo, debo irme, si el pregunta, no sabes donde estoy. 

Diego: No, no, esperar quiero saber. —la tomó del brazo—

Rose: Pareces una vieja chismosa, esto no te incumbe.

Ella lo miró seriamente pero los ojos del moreno estaban puestos en otra cosa, miraba hacia un lugar detrás de Rose, lo que hizo que ella se volteara siguiendo su mirada. Y supo el porqué se quedó así.

Rose: ¿Pero que mierda?

Diego: No puede ser.

Ambos veían a su hermana Vanya quien al parecer estaba siendo besada plácidamente por un chico pelirrojo alto, casi de su edad.

Rose: —frunció el ceño— Diego estas viendo lo mismo ¿verdad?

Diego: Absolutamente, me sorprende.

Rose: —apretó los puños— a mi no. —comenzó a caminar hacia donde estaba vanya—

Diego: "R" ¿adonde vas? ¡No!. —trato de detenerla—

Pero no fue suficiente pues Rose ya se encontraba del otro lado de la sala donde estaba su hermana el y el chico. Ella los separó y tomó a Vanya del brazo.

Vanya: ¿"R"? Espera ¿que haces?

—Que grosera —se quejó el chico a quien dejaron plantado—

Rose metió a Vanya en la lavandería y cerró la puerta detrás de ella.

Rose: ¿Se puede saber que mierda hacías allá afuera? —se cruzó de brazos y activo su modo hermana mayor—

Vanya: —roja como un tomate desvió la mirada— Y-yo... Yo me... Dejé llevar.

Rose: Claro, dejarse llevar, muy maduro de tu parte ¿no?

Vanya: Rose basta ya no soy una niña pequeña.

Rose: Eso no quiere decir que sigas siendo ingenua.

Vanya: ¿De que hablas? Solo fue un... Pequeño beso.

Rose: Sí, ¿y luego será qué, un chupetón? O no ya se, vendrás embarazada.

Vanya: ¿Que? Rose exagera sólo—

Rose: No, Vanya, no exagero.  ¡No puedes hacer eso!

Vanya: ¡¿No puedo besarme con un chico?!

Rose: ¡No con cualquiera que te trate bien!

Vanya: ¡No hice eso!

Rose: Claro si perdón es que seguro no recordé limpiar mis lentes.

Vanya: Actúas como si fueras mi mama, soy capaz de cuidarme sola.

Rose: ¡No, Vanya, no eres capaz de cuidarte sola! —alzó la voz, su contraria solo la miró un tanto apenada— Los hombres solo quieren una cosa y es utilizarte, para lo que sea. Solo porque venga uno y te diga... No se, unos tres cumplidos y te trate amable no significa que sea bueno o tenga intenciones agradables.

Vanya: Tu que sabes.

Rose: Oh, creeme se mas que tu. Además eres presa fácil para ellos.

Vanya: ¡¿Me estas diciendo puta?!

Rose: No, porque si lo fueras tú les coqueterías. Lo que digo es que si lo ves desde el punto de vista de ellos, buscan a alguien tímida, callada, que se ponga nerviosa cuando solo se acercan y que con los tres cumplidos y contacto visual las hipnotizan. Y en eso si no te voy a mentir, es lo que ven en ti.

Vanya bajo la mirada un tanto apenada, sabía que era cierto, pero a veces sentir que alguien te notaba se sentía bien, y eso fue lo que la engañó.

Rose: Y agradece que no he golpeado al imbécil de afuera.

Vanya: No, no me vayas a avergonzar por favor. S-solo... Agh ¿por qué haces esto? Ya no tengo 13 y ya puedo defenderme.

Rose: Porque como siempre soy capaz de decírtelo a la cara y no a medias como lo hacen el resto de nuestros hermanos. Estoy haciendo algo que Allison probablemente nunca haría y es protegerte. Y aunque ya no tengas trece sigues cayendo en sus redes. Lo haré hasta que entiendas que no puedes confiar en el primero que te trate bien.

Vanya no dijo nada, solo se quedó escuchando el regaño de su hermana, que a pesar de que todos tuvieran la misma edad, ella actuaba como la mayor.

Rose: Ahora saldrás allá, ignoraras al pelirrojo pervertido, y te mantendrás junto a Ben o Luther ¿entendido?

Vanya: Esto es injusto, Allison puede coquetear con mil chicos a la vez y ni la tomas en cuenta, yo beso a uno y armas la tercera guerra mundial.

Rose: ¡¿Crees que tampoco le he dicho a Allison que es malo usar sus poderes para ganarse a los chicos?!

Vanya: ¿Que?

Rose: Vanya, en esta casa soy la única que puede decir las cosas a la cara, sin eufemismos, rodeos y atajos. O ¿quien crees que le da una paliza a Luther cuando se pasa de idiota, o a Klaus cuando se droga seguido? No quiero que seas como Allison, por eso te lo digo. 

Vanya: ¿Enserio?

Rose: Si, es enserio. Solo que tu eres la única que escucha y que probablemente —

Vanya: Obedezca, como la niña buena que soy.

Rose se quedó en silencio por un momento. Luego le levantó el rostro a su hermana.

Rose: La que probablemente tome la mejor decisión para sí misma.

En el fondo, Rose no quería que le hicieran daño a Vanya, y tal vez por esa sobre protección, era que Vanya no daba sus errores sola para aprender. Desde lo de Cinco, Rose protegía más a Vanya, inconscientemente, pero lo hacía. Aún así fue suficiente regaño para que la número Siete hiciera lo que dijo Rose. Salieron de la lavandería y la número siete se sentó junto a Ben en el sillón, él sólo hablaba con otras personas. Rose por otro lado...

Rose: Si te le vuelves a acercar te corto la lengua. —amenazó al chico sosteniendo lo del cuello de la camisa y lo soltó, este no dijo nada sólo se apartó—

Klaus: ¿Qué fue eso? —pregunto llegando junto a Rose— ¿Todo bien?

Rose: Ese idiota besó a Vanya. —le reclamo mostrando su molestia—

Klaus: Oh, uhhh —coloco una cara pícara—

Rose: No puede ser —volteo los ojos— no puedo seguir aquí.

Rose subió las escaleras de nuevo, si, la verdad no entendía a los de su generación, y menos siendo adolescentes que sólo piensan en una relación.

El agua de la ducha bajaba por la espalda de Rose, un baño caliente ayudaba a que, en estos momentos de insomnio, el sueño comenzara a volver. Silencio absoluto se podía apreciar en la noche fría que se presenciaba hoy, después de esa fiesta, la mayoría de sus hermanos quedaron rendidos en sus camas, y a hora que el reloj marcaba las 2:12am solo estaba ella, caminando por el pasillo con la toalla cubriendo su cuerpo.

Entró a su habitación y se colocó un un suéter bastante grande, y un corto short, medias, zapatos, su skate y se dispuso a salir de su la academia por la ya conocida ventana que daba hacia el callejón. No le apetecía dormir esta noche, si había mucho en qué pesar.

Pasando por las oscuras calles de la ciudad las ruedas de su skate sonaban con el rodar, dirigiéndose a un lugar que estaría abierto las 24 horas: Griddy's Doughnuts. Paseaba seguido por allá, Agnes probablemente la estaría esperando, con la misma vieja emisora de siempre y el café que nunca podía faltar. Al llegar, impulsó su skate para luego sostenerlo con una mano y con la otra abrir las puertas de la tienda.

Rose: ¡Hola Agnes! —saludo en voz alta y sentó en una de las sillas del mostrador— hoy ha sido un día largo. ¿Que tal el tuyo? —al ver que nadie contestaba se extraño, Agnes solía estar despierta todo el turno de madrugada— ¿Agnes? —frunció el ceño— ¿Estás en el baño?

Pasaron unos segundos, le pareció raro que nadie apareciera pues era miércoles y el turno de madrugada, Agnes, era la que atendía. Al no recibir respuesta casi inmediata como acostumbraba decidió pasar hacia atrás del mostrador.

Así estaría segura que todo estuviera bien. Pero al entrar a la habitación de mezclas lo que encontró fue diferente, era una chica, podría decirse que de su misma edad, parecía estar... dormida, recostada a una silla. Alzó una ceja y se cruzó de brazos.

Rose: Ehh disculpa, —llamó pero vaya que estaba profunda— ¿Hola? —la movió para que despertase—

La chica se sobresaltó y perdiendo el equilibrio cayó de la silla donde estaba recostada. Rose la miró seria desde arriba y ella solo se tensó.

—¡Alto ladrón! —exclamó apuntando a Rose con una cuchara de madera que había agarrado—

Rose: Cuidado, con esa arma podrías prepararme una sopa.

—¿Q-quien eres? —se levantó de golpe. La chica era un poco mas bajita que Rose, tenía el cabello castaño claro largo cayendo a los lados de su rostro y sus ojos tenían un color miel muy hermoso—

Rose: La ladrona, pero como soy cortés vine a decirte que me llevaré la máquina de expreso. —dijo con sarcasmo, la chica de ojos claros verdosos frunció el ceño—

—¿Eh? —dijo algo confundida—

Rose: —volteo los ojos— soy un cliente, y tu, veo que la mascota de aquí. ¿Donde esta Agnes?

—E-ella... Ammm no trabaja hoy.

Rose: ¿Y por que?

—Tomará los turnos matutinos, ya sabes la... Edad —explicó tratando de no intimidarse por la mirada fría y seria que caracterizaba a Rose—

Rose: ¿Eres algún familiar de ella? —inquirió dándose la vuelta para volver a la barra—

—S-soy su nieta, lamento que... —se acomodó el delantal rosa y se colocó el sombrero del mismo color haciendo juego— me hayas encontrado así... Es mi primera vez en el turno de madrugada.

Rose: Me pregunto si así le explicarías a un ladrón de verdad el por qué te quedaste dormida. —rudo pero cierto, la pobre chica trató de esconder su vergüenza—

—¿Q-qué puedo servirte? —continuó ignorando el comentario anterior de su contraria—

Rose: Un café, dos de azúcar y tres donas de fresa

—Claro.

La chica comenzó a hacer el café y batirlo. Mientras Rose esperaba, fue un momento súper incómodo para la castaña, su primer cliente en su primera madrugada de trabajo y la habían encontrado dormida.

—Aquí tienes. —le entregó lo que ella había ordenado— Son...

Rose: 4$ con 36¢ lose. —le entregó el dinero—

—¿Vienes aquí seguido y pides lo mismo? —pregunto curiosa dejando el dinero dentro de la caja registradora—

Rose: ¿Acaso importa?

—L-lo siento... —dijo tímida, Rose no le quitó la mirada de encima, estaba escaneando a la chica quien al ver esto se aclaró la garganta—

Rose: ¿Cómo te llamas? —pregunto mirando su café—

—Eh... Lily.

Rose: Tus padres deben ser muy permisivos para dejar que trabajes sola en una tienda de madrugada. —le dio un mordisco a su dona—

Lily: M-mis... Ammm bueno, lo hago mas por mi abuela. Mis padres no sabes del todo que estoy aquí. —por un momento la chica se arrepintió de haber dicho eso—

Rose: Tiene sentido, deberías tener cuidado niña, esta es la hora mas peligrosa del día.

Lily: ¿Cuantos años tienes?

Rose: ¿Por que debería de decirte?

Lily: Me dices niña como si fueras mayor que yo. No aparentas mas de 16... Te pongo mi misma edad.

Rose: Fascinante, pero, jamás te pregunté, marmota.

Lily: ¿Mar-que?

Rose: Marmota, así te encontré, dormida como una.

Lily: No me digas así es grosero.

Rose: Uy, perdón marmota.

Lily: ¿De donde eres?

Rose: La luna, pero los sábados normalmente voy a la tienda de Hot Dogs que queda en Saturno.

Lily: ¿Siempre eres así de sarcástica?

Rose: ¿Y tu así de entrometida?

Lily: P-perdón...

Después de eso, no hubo más charla. Lily se había ido a atrás en la sala de mezclas, y Rose al terminar dejo las cosas.

Rose: La próxima vez mantén preparado esta orden entre 1 y 2 de la mañana ¿ok? —caminando hacia la puerta—

Lily: Claro.

Rose: Y por cierto, si te llegan a robar, sal por la puerta de atrás y deja todo, no te hagas la heroína.

A la chica le pareció raro el consejo tan repentino y específico de Rose, pero lo mantendría en mente así que asintió.

Lily: Espera, no se como te llamas.

Rose: —sonrió de lado— mientras me mantengas las donas y el café listo estamos bien. No quisiera entregarle mi identidad a una desconocida.

Y sin más salió de la tienda. La chica mentalmente se golpeó varias veces, se dio cuenta de la mucha información que le había revelado a Rose.

Y así habían pasado en la mansión varios días, constructores vinieron a "remodelar" el laboratorio, o eso fue lo que les dijo Reginald a sus hijos, cosa que, todos sabían que era algo más pero no investigaron a fondo. No como Rose, quien cada noche antes de ir a Griddy's Doughnuts bajaba al tercer subnivel de la mansión buscando alguna pista de lo que era esa llave. Con el pasar de esos días Lily hacía una buena compañía.

Rose había decidido contarle su investigación, lo que pensaba que había debajo de su casa y quien era, después de interrogarla y amenazarla de que si decía algo las pagaría, pero Lily amaba tanto el chisme y la aventura que aceptó.

Lily: ¿Entonces irás? —preguntó entregándole su orden—

Rose: Es el único lugar que se me ocurre para encontrar alguna pista. La oficina de Reginald está llena de sus cosas... Tendré que hacerlo cuando no esté.

Lily: ¿Por que no le dices a uno de tus hermanos que te cubra?

Rose: Ya te lo dije marmota, lo único que harían sería arruinarlo todo.

Lily: Ok, necesito preguntar porque sinceramente nunca me lo dijiste. ¿Por qué decidiste contarme y mostrarme todo esto? Digo, me halaga que confíes en mí, pero llevamos poco tiempo de conocernos.

Rose: Primero: No confío en ti, pero te estoy dando una oportunidad de ser útil en esta vida.

Lily: Auch.

Rose: Y segundo: Eres como un... Archivo de respaldo.

Lily: ¿Osea como?

Rose: Al hacer esto necesito a alguien afuera de la academia que no se involucra para nada en los asuntos familiares, que sea tan inocente y simple para que no sospechen de que sabía todo lo que planeo y que si me llega a pasar algo pueda hablar por mi.

Lily: Ok. Primero: ¡Auch! Otra vez, se que soy invisible pero ya esto es bullying.

Rose: En este caso ser invisible es una ventaja.

Lily: Hablas como si tu padre te quisiera muerta.

Rose: Mmmm meh, no muerta pero si a raya. Controlarme no es algo que se me de bien.

Lily: Y supongo que ninguno de tus hermanos es capaz de romper las reglas contigo ¿eh?

Rose quedó callada un momento pensando, eso dependía de a qué tipo de reglas se estuviera refiriendo pero sabían que hablan de: infiltrarse en la habitación prohibida de la casa robar cosas de su padre y detenerlo o descubrirlo. Si era en ese caso, no, ninguno.

Rose: Solo uno... —murmuró, al darse cuenta que esas palabras dejaron sus labios—

Lily: ¿Uno? Bueno por lo menos, ¿quien?

Rose: Nadie. Ya olvidalo.

Lily: No, no, quiero saber.

Rose: Dije que nadie.

Lily: Dilo, dilo, dilo, por fis. —suplico— prometo que no se lo diré a nadie. Si soy tu confidente prefiero saber todo, ¿no?

La pelinegra lo pensó un momento, lo bueno es que Lily no era una "súper fan" de la academia Umbrella, al tener que estudiar y trabajar no tenía tanto tiempo para estar pendiente de esas cosas.

Rose: Numero Cinco.

Lily: Cinco, cierto, es el que se transporta ¿no?.

Rose: Se transportaba. —le corrigió—

Lily: ¿Perdió sus poderes?

Rose: Desapareció.

Al oír eso, Lily se quedó en silencio apenada por haber preguntado.

Lily: Ay, perdón yo... Agh qué torpe lo siento no debí preguntar.

Rose: Fue hace mucho, es la razón por la cual investigo.

Lily: ¿Crees que tu padre tuve algo que ver?

Rose: No del todo, pero si hay algo que Cinco odiaba, y me lo dejó muy claro, era que Reginald reprimía mucho nuestras habilidades. Si va a hacer una cárcel es para encerrarnos o separarnos de  las personas por miedo a nuestro poder.

Lily: Cierto... —un silencio apareció en la tienda, hasta que continuó— ¿Eran muy unidos?

Rose solo asintió.

Lily: Lamento haber tocado el tema.

Rose: Ok.

Lily: Vaya, creo que podría patinar en tu frialdad, iceberg.

Rose: —frunció el ceño— ¿Iceberg?

Lily: Eres tan fría como el hielo y me tratas mas seca que un desierto.

Rose: —soltó una pequeña risita— ¿No has pensado en además de doctora ser poeta?

Lily: Tal vez, soy multifactorial. —alardeo juguetonamente alzándose de hombros—

Rose: Si, claro. —negó disimulando una sonrisa—











***

Está por venir algo fuerte, para todos...

Feliiiz sábado bandaaaaaa c les kiere. 

Muaaak!



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