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Caminando hacia el Independence Inn noté una figura familiar frente a mí. Parecía que llevaban un montón de papeles y Dios sabe qué más. Caminaban velozmente como si siempre tuvieran un lugar donde debían estar. Conocía ese andar.
—¡Paris!— La llamo, caminando hacia ella en la nieve. El cielo oscuro dificultaba ver si se dio la vuelta o no.
Cuando me acerqué a ella pude ver que había dejado de caminar y me esperaba. —Bien, estás aquí—. Ella comienza antes de tirar lo que debe ser una pila entera de papeles en mi brazo.
Ambas seguimos caminando mientras hablo. —¿Qué es esto? ¿Y qué haces aquí?
—Esto es lo que tenemos que repasar para el debate de la próxima semana, y estoy aquí para dárselo a Rory—. Ella abre las puertas de la posada y entra.
Sin siquiera molestarse en quitarse el abrigo, se dirige directamente a Rory. Niego con la cabeza hacia ella, debería dejar de preocuparse tanto. Cuelgo mi abrigo y paso mi equipaje al botones, agradeciéndole.
Me dirijo hacia Rory y París. Le dio a Rory lo que necesitaban para el periódico. —Ella usa la versión Prince para escribir— explicaba Paris cuando me uní a ellos.
Rory se da cuenta de que me acerco detrás de Paris y le digo algunas palabras. —Invítala —digo señalando a Paris con la boca. Ella acepta mi sugerencia antes de asentir levemente.
—Hola, Paris— comienza Rory. —¿Tienes algo que hacer esta noche?
Me doy a conocer mientras estoy junto a París. —Estoy segura de que ella no"
—¿Qué se supone que significa eso?— Ella pregunta.
Miro a Rory, animándola a continuar con la pregunta principal. —Nada, es solo que vamos a tener una gran cena y me preguntaba si te gustaría unirte a nosotros.
Frunciendo el ceño, como si no entendiera la invitación, se gira hacia mí para conformarse. —Tienen un montón de comida extra—intento, notando que Paris todavía parece insegura. —Incluso podemos repasar el debate esta noche—suspiré mientras asentía ante mi propuesta.
—Bueno, tendría que hacer una llamada—Paris toma su teléfono celular de su abrigo.
—Bien, hazlo—. Rory me mira con orgullo porque en realidad habíamos logrado que Paris hiciera algo más que trabajar. Bueno, todavía tenía que hacer el debate con ella, pero eso fue un contratiempo menor.
Ambos nos dirigimos a Paris que estaba hablando en portugués con quien supongo que es su niñera. Se aleja para escuchar mejor a su niñera por encima del parloteo de voces.
Buscando a Rory, veo que estaba conversando con Dean. Todavía estaba bastante enojada con él por todo su arrebato en el mercado. Entonces, cuando lo atrapé mirándome como si quisiera hablar, rápidamente desvié la mirada.
Lo cual no hizo absolutamente nada, ya que todavía caminaba hacia mí. —Oye—, me saluda nervioso.
—¿Vas a gritarme de nuevo?—Cruzo los brazos frente a la camisa de vestir que llevaba puesta.
Dean dejó escapar una risa seca. —No— dice.
Lo miro con un suspiro. —Está bien, di lo que tengas que decir.
—Escucha, lamento haberme enojado antes—. Se disculpa mientras relata los hechos con una mirada sombría en su rostro.
—No deberías haber gritado.
—Lo sé, y lo siento—. Dijo antes de girar su cabeza hacia el sonido de la puerta cerrándose.
Ambos vemos que Jess y Luke entraron mientras se quitaban los abrigos. Rory se acerca a nosotros, notando lo molesto que se veía Dean.
—Está bien, voy a ir a buscar a mi madre— dije rápidamente, no quería estar aquí cuando Dean tuviera otra rabieta. Me despedí antes de irme a la cocina.
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—¡Hola a todos!
Todos en el comedor dejaron de hablar y miraron a Lorelai y Sookie, quienes estaban al frente de la sala.
—En primer lugar, me gustaría darles la bienvenida a la primera cena anual y probablemente nunca más se celebre porque Sookie está al borde de un ataque de nervios en Bracebridge Dinner—. Lorelai dice mientras Sookie mira alrededor de la habitación como si fuera a colapsar.
Sookie le dice a Lorelai que se vaya.—¡Estoy bien! ¡Todo está bien!— Ella nos asegura rápidamente mientras todos sueltan unas pequeñas risas.
—También quiero agradecer a la madre naturaleza por nevar en Trelling Paper Company en Chicago para poder organizar esta gran fiesta para todos mis amigos. Es una noche muy especial. Y como no puedo comer increíblemente extraño comida todas las noches organizaba una sorpresita— continúa Lorelai.
Me inclino hacia Rory y Lane, —Espero que la sorpresa sea que consiguió que Johnny Depp se una a nosotros—. Bromeo mientras Lane y Rory me sonríen.
Lorelai pone una sonrisa emocionada mientras habla. —Afuera, mientras hablamos, hay una fila de trineos tirados por caballos, que todos se pueden subir.
La gente vitorea y aplaude, bueno, la mayoría de la gente. Veo a Luke y Jess sentados en una de las mesas de café. Ambos tenían la misma mirada de desesperación mientras sus ojos estaban fijos en el suelo. Si supieran lo parecidos que son. Creo que si le dijera a Jess que él es exactamente como Luke, realmente lloraría, y viceversa.
—Entonces, hagan fila. Manténganse en orden—. Lorelai anunció cuando la gente comenzó a acercarse a la puerta. —Dos por trineo y no hay cortes uno frente al otro. Bueno, excepto yo.
Cuando todos comenzaron a salir por las puertas, Rory se acercó a mí. —Oye, ¿quieres viajar conmigo?— Ella pregunta. —Dean va con Clara.
Le doy un asentimiento. —Claro... —Fui interrumpida por Paris corriendo hacia nosotras.
—Necesito tu ayuda— le dice a Rory. Sin duda algo para el debate.
—Paris— objeto. —Íbamos a ir en los trineos.
Ella deja escapar un suspiro molesto. —Bien, entonces. Rory, vámonos.
Antes de que alguna de nosotras pudiera objetar, Paris estaba tirando de Rory por el brazo hacia la puerta. Rory me envió una mirada de disculpa. Estoy segura de que podría seguir solo. Sería capaz de disfrutarlo aún más, nunca me ha importado mucho estar sola de todos modos.
Al salir por las puertas, miré a mi alrededor para ver que todos se habían ido en los trineos. Solo quedaba un trineo y decidí que era para mí. Me subí al trineo y me acomodé.
El conductor me miró con curiosidad. —¿Sola?
Miré a mi alrededor para asegurarme de que nadie más quería subir. —Sí, solo yo.
Sentí que comenzamos a movernos. Estaba mirando la nieve y las luces de hadas mientras pasábamos lentamente. El pueblo frente a mí estaba iluminado con pequeños puntos amarillos. Mis pensamientos tranquilizadores fueron interrumpidos por un fuerte trepar por el lado derecho del trineo. Jess saltó al trineo y se sentó a mi lado con su chaquetón de color amarillo.
—¿Qué estás haciendo?— exclamo con mi mandíbula abierta.
Jess me envía una sonrisa tímida. —Bueno, escuché que eran dos en un trineo. Ni más, ni menos.
Lo miré con el ceño fruncido. —Podrías haberte lastimado— trato de razonar.
—Espera un minuto—comienza con una sonrisa torcida. —¿Es preocupación lo que escucho en tu voz?
Siento que rápidamente desvío la mirada, no queriendo que él vea el rojo en mis mejillas, antes de responder a su pregunta. —Creo que ya tienes suficientes lesiones por un día, ¿no crees?
Sus ojos se mueven rápidamente hacia sus nudillos ahora un poco menos magullados mientras digo esto. —Bueno, yo vivo al límite— Dice, con la cabeza inclinada hacia atrás.
—¿Cómo es que no estás de vuelta en Nueva York?— Inclino la cabeza hacia un lado.
—Mi mamá no me quiere de regreso.
me burlo —Eso no puede ser verdad.
Jess me miró con una sonrisa burlona. —¿Me estás llamando mentiroso?— Él bromea.
Lo ignoro. —¿Luke dijo que ella no quería que lo volvieras?— Pregunto. Me costaba creer que su propia madre no lo quisiera para Navidad.
—Luke me dijo que fue idea suya que me quedara—respira hondo. —No fue idea suya— añade con amargura.
—Oh— digo en voz baja, sin saber cómo responder a eso. —¿Quieres tomar prestado un libro?— Pregunto, tratando de no tocar el tema de su madre.
Levantó las cejas ante mi sugerencia. —¿Qué libro?
—Harry Potter—. Jess gimió y le di una palmada en el brazo juguetonamente. —¡Es una saga increíble!
—¡Es para niños!— Protestó cuando le envié una mirada fría. —Y pensé que me ibas a tener mas tolerancia—se refirió a nuestra conversación anterior.
—Bueno, te ves mucho mejor ya que hablas mal de Harry Potter— Respondo mientras Jess deja escapar una pequeña risita.
Piensa por un momento, mirando la ciudad cubierta de blanco que nos rodea. —Bien, lo leeré—, comienza mientras aplaudo con mis manos en señal de logro. —Pero tendrás que leer a Hemingway—. Me señala con el dedo, sus ojos marrones brillan con deleite.
—No—protesté mientras Jess suspiraba. —¡Era un alcohólico que escribió todos sus libros ebrio!— Me quejo.
Jess me mira pensativo, con el atisbo de una sonrisa en su atractivo rostro. —Sabes, Ernest solo tiene cosas lindas que decir sobre ti—. Pude sentir mi corazón prácticamente saltar directamente de mi pecho.
Parecía una escena sacada de una película de James Dean. La nieve blanca sobre los edificios y los árboles creaba un hermoso paisaje detrás de Jess, que estaba sentado a mi lado. Las luces de hadas que hacían que su rostro pareciera tener un brillo. Había una extraña sensación en mi pecho que no podía identificar.
Algo en sus palabras debe haber accionado un interruptor en mi cerebro. —Está bien, es un trato. Leeré a Hemingway si tú lees Harry Potter.
Jess extiende su mano para que se la estreche. Muevo mi mano para agarrar la suya, pero rápidamente retrae su mano. —Aquí está la cosa, Harry Potter son siete libros—. Hace una mueca cuando lo miro, sabiendo a dónde va esto.—Entonces, es justo si también lees siete libros.
Lo miro por unos momentos, contemplando cómo podría cambiar esta situación. La cosa es que tiene razón. Que es justo. Con un gruñido le extiendo la mano.
Él sonríe antes de tomar mi mano entre las suyas cálidas. —Trato.— Después de eso, nos sentamos en un cómodo silencio durante unos minutos mientras observábamos el pueblo que pasaba.
—Oye, ¿de qué hablan tú y ese tipo?— pregunta de repente.
—¿Qué tipo?
—El de tu casa el otro día.
Pienso en quienquiera que estuvo en mi casa y era un chico. —¿Tristán?— Él asiente repentinamente interesado. —Eso fue hace mucho tiempo. ¿Por qué todavía recuerdas eso?
—Simplemente nunca lo había visto antes, y mucho menos contigo.
—Bueno, Tristan y yo hablamos de muchas cosas. Por lo general, cualquier tarea con la que necesitaba ayuda—explico mientras pensaba en el chico que ahora estaba en algún lugar de Carolina del Norte. —No sé por qué eso te interesaría.
Se encoge de hombros. —Solo curiosidad. ¿Así que ustedes no hablan de libros o películas?— Continuó curioseando mientras me preguntaba por qué estaría tan interesado en estas cosas.
Niego con la cabeza hacia él. —No, por lo general eres tú o Rory con quien hablo sobre cosas así.
Jess pareció satisfecho con mi respuesta. —¿Te lleva a otro de esos bailes?
—Oh, Dios, no— respondo rápidamente con horror.—No quiero volver a ir nunca más a una de esas cosas. Sentí que tenía las cicatrices del Guasón en la cara después de toda esa sonrisa falsa. Además, se fue— Traté de no dejar que lo último me molestara.
Se enderezó en el asiento. —¿Se fue?— Respondí con un pequeño 'sí' a su pregunta. —Oh, lo siento.
—Está bien, no importa de todos modos.
En este punto, habíamos dado una vuelta completa a la ciudad y habíamos llegado de nuevo a la posada. Jess salió del trineo primero y luego me ayudó a bajar. Parecía que todos los demás habían entrado, ya que fuimos los últimos en salir.
—¿Entramos? —Me pregunta mientras niego con la cabeza.
—Quiero jugar con la nieve.
Jess me miró. —¿Quieres jugar con la nieve? ¿Ahora?— Me preguntó como si estuviera loca pero ya había caminado hacia donde estaban todos los muñecos de nieve.
—Vamos— le llamo con una sonrisa.—No hay nadie aquí, construiremos un muñeco de nieve.
Con las manos en los bolsillos, Jess me sigue hacia el claro de nieve. "¿Un muñeco de nieve?
—Sip.— Ya había reunido un poco de nieve para hacer una bola cuando Jess se paró frente a mí y me ayudó a rodarla.
—Será mejor que ganemos el concurso.