31 Días [COMPLETADA ✔]

By Camila__Mendiola

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¿Sabes? No todo en él fue siempre oscuridad y perversión, como todos, Henry había tenido una linda infancia l... More

Antes de leer.
P r ó l o g o
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15 [Final].
E p í l o g o
Agradecimientos.

Capítulo 12.

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By Camila__Mendiola

Mis ojos ardían y estaba segura de que los debería de tener de un color rojo muy intenso, todos estos efectos eran gracias al estar llorando casi la noche entera; de cierto modo eso había ayudado un poco, todo el peso que sentía sobre mis hombros se había aligerado un poco.

Un consejo: esta bien llorar ¿De acuerdo?, esta bien sentir dolor; el dolor que llegamos a sentir siempre nos hace recordar que después de todo somos humanos, que tenemos sentimientos; está bien reír, pero también está bien sufrir.

Está bien el no sentirte bien.

Los días pasaban, y cada vez más mi luz se iba apagando,  me estaba desvaneciendo con el tiempo; leer siempre había sido mi pasatiempo favorito, mi escape de la realidad, pero con toda esta agonía acumulada en mi cuerpo no me daban ni las ganas de coger un libro para distraerme. No me daban ganas ni de levantarme de la cama.

Sin embargo me obligué a hacerlo porque una arcada subió por mi garganta y después las ganas de vomitar llegaron a mi cuerpo, traté de levantarme lo más rápido que pude de la cama pero me fue casi imposible por el desgaste en mi cuerpo que terminé vomitando una parte el suelo antes de llegar al inodoro de la habitación; me sujeté el cabello para no manchármelo y seguí vomitando en el inodoro.

Mi garganta dolía por el esfuerzo que hacía en cada arcada que me venía, a este punto también lágrimas comenzaron a salir de mis ojos; me sentía asqueada de mí misma.

Aún no paraba de vomitar cuando la puerta fue abierta. Genial, lo que menos quería era que el maldito de Henry me viera en este estado.

—¡Lauren! —exclamó horrorizado mientras se acercaba a mi lado—. ¿Estás bien? ¿Qué te sucedió?

Hice un gesto con una mano para indicarle que se fuera, que no lo necesitaba y que tampoco necesitaba su preocupación, claramente él no supo interpretar mi señalamiento o simplemente la mandó por el caño, ignorándola completamente.

Me obligué a mí misma a detenerme, así que con la poca fuerza que aún tenía aguanté las pocas ganas de seguir vomitando que aún me quedaban; no tenía fuerzas para levantarme del suelo así que me apoyé con la pared para poder pararme y caminar hacia el lavamanos para enjuagarme la boca.

—¿Estás bien? —volvió a preguntar Henry.

Y no pude más, rompí en llanto; tantos días en los que me había evitado llorar frente a este monstruo, tantas veces en las que me había prometido no ser débil frente a él se habían ido a la basura en cuestión de segundos, ya no podía seguir fingiendo que nada me sucedía.

—¡No estoy bien! —exclamé— ¡Mírame! —me señalé con ambas manos—. Estoy hecha un asco ¡Y todo por tu culpa! —el sabor salado de las lágrimas ya había llegado a mi boca—. Me privaste de mi libertad, me llamas por el nombre de tu novia muerta, abusas de mí física y emocionalmente, me alimentas cuando te viene en gana, me obligas a ver asesinatos o torturas ¡No estoy bien! ¡Me siento como una mierda! ¡Y todo por tu culpa!

Caí de rodillas al suelo, dejándome llevar por la tristeza y la rabia que emanaba de mi cuerpo; llevé mis manos a mi rostro, cubriéndome con estas. Sentí el cuerpo de Henry acercarse a mí, trató de abrazarme pero yo no lo dejé. 

—No, déjame.

—No voy a dejarte.

—¡Vete! ¡Déjame en paz!

No sé de donde saqué las fuerzas para empujarlo pero lo hice, lo empujé lejos de mí, apartándolo. No quería que me tocara; estaba cansada de él.

—¿Por qué no solo me matas y terminas con esto? —las palabras salieron de mi boca sin pensarlo.

—¿Qué? Yo jamás haría eso.

—Dijiste que preferirías matarme antes que dejarme ir —recordé sus palabras—. No me dejes ir si no quieres, al fin y al cabo ya me acostumbré a la idea de que jamás saldré de aquí; pero si de verdad me amas, mátame.

—Yo no...

—¡Mátame! ¡Termina con mi sufrimiento! ¡Hazlo de una maldita vez! Por favor.

—Lauren, necesitas calmarte; respira.

Henry me había atrapado entre sus brazos, estaba aplicando un poco de presión mientras que yo pataleaba y me movía con brusquedad para tratar de liberarme; no quería que él me tocara.

—Tienes que calmarte —volvió a decirme, pero esta vez sus palabras fueron acompañadas por un punzante dolor en mi brazo.

—¿Qué me has hecho?

—Te inyecté un tranquilizante, ya lo tenía preparado.

—¿Con esto me voy a morir? —pregunté, mi voz ya se escuchaba cansada.

—No, pero sí te calmará.

—¡No quiero estar calmada! ¡Me quiero morir!

A este punto mi voz ya se comenzaba a escuchar pesada, el tranquilizante ya estaba haciendo efecto pero yo me negaba a quedarme dormida así que comencé a patalear y moverme bruscamente tratando de no quedarme dormida.

—Es inútil que te resistas al efecto, pronto te quedarás dormida.

—Te lo ruego, concédeme este favor como si fuera cualquier otra cosa que has hecho por mí, mátame.

No logré escuchar su respuesta, pues el tranquilizante ya había hecho total efecto en todo mi sistema: me había quedado dormida.

[...]

Vacío.

Eso era lo que sentía, un vacío, uno en mi corazón, uno en mi alma y otro en mi mente. No podía seguir soportándolo más, todos tenemos un detonante para caer en la desesperación, este era el mío.

Mi cabeza dolía, mis manos temblaban. Creo que ya no podía estar peor, estaba marchita; era una flor marchita en un inmenso desierto sin fin. 

Traté de levantarme de la cama con toda la fuerza que tenía, logré conseguirlo. Entonces, en eso, la puerta fue abierta.

No necesitaba ser un genio para descubrir quién era: Henry.

—¿Cómo te sientes?

—¿Otra vez con esa misma pregunta?

—La última vez que estuve contigo te pregunté si estabas bien, ahora te estoy preguntando como es que te sientes.

—Técnicamente es lo mismo, solo que preguntado de diferente manera.

—Da igual como haya sido preguntado, contesta mi pregunta.

—Pues mi respuesta es la misma que te había dado, no pienso volver a repetirlo.

—Ya —hizo una pausa mientras se estrujaba los dedos, parecía nervioso—. Escucha, quiero que sepas que hace rato me preocupaste; las palabras que me dijiste resonaron en mi cabeza por mucho tiempo incluso ahora lo siguen haciendo.

—Claro, como si yo fuera a importarte.

—Por supuesto que me importas, es por eso que decidí concederte lo que me pediste.

¿Qué? ¿Había escuchado bien? Iba a concederme lo que le había pedido, iba a terminar con mi sufrimiento.

—¿Vas a matarme?

—No, no podría hacerlo.

—Pero tu dijiste que... —las palabras quedaron en el viento, Henry me había interrumpido.

—No hablaba de eso, hablaba de que voy a dejarte hablar con tus padres.

Estaba perpleja, no sabía que decir porque literalmente las palabras habían desaparecido de mi boca ¿De verdad esto estaba pasando?. Pasados unos segundos logré salir de mi trance así que abrí la boca para poder decir algo:

—¿D-de verdad? ¿Podré llamar a mis padres? —las lágrimas amenazaban con salir, pero me obligué a contenerlas.

—Si eso logra hacerte feliz y mantenerte más tranquila, entonces sí.

—Pero ¿Ahora?

—Si eso quieres —se encogió de hombros, yo solo asentí con la cabeza—. Entonces iré por el teléfono.

Salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él, yo, por mi parte estaba impaciente; después de tantas semanas iba a poder hablar con mis padres.

Pasaron unos cuantos segundos cuando volví a escuchar la puerta abrirse, mis nervios crecían pero era más el anhelo que sentía de volver a escuchar la voz de mis padres.

—Ten, ya es hora —me extendió un teléfono pequeño de teclas—, no hagas nada que me haga enojar, no quiero hacerte daño y ten la llamada en alta voz.

Prácticamente le arrebaté el teléfono, una vez que lo tuve en mis manos comencé a teclear el número de mi madre.

Un timbre.

Dos timbres.

Tres timbres.

Cuatro timbres.

Y justo cuando creí que no contestaría, cuando ya me iba a dar por vencida; la llamada fue contestada.

—¿Hola? —era la voz de mi madre, la cual se escuchaba algo adormilada.

Tuve que contener un sollozo para poder hablar con ella.

—Hola mamá —mis ojos ya habían soltado un par de lágrimas.

—¡Alice! ¡Hija! ¿Dónde estás? ¿Por qué no habías llamado antes? Nos tienes muy preocupados a todos ¿Qué te sucedió? —sentí una gran tristeza en mi cuerpo, debía estar muy preocupada de que un día ya no haya vuelto a casa.

—Estoy encerrada —apenas y pude hablar con algo de entendimiento, pues me encontraba sollozando un montón—. Me tienen secuestrada, no puedo salir.

—¿Dónde estás? —preguntó y yo me quedé helada, Henry tenía su mirada puesta en mí.

—Mamá... —murmuré mientras tragaba saliva con dificultad, esta era mi oportunidad—. Bosque —en seguida Henry me arrebató el teléfono de las manos, cortó la llamada y quitó la pila del teléfono.

—¡Lo único que te dije! ¡Eres una maldita! —comenzó a gritarme, estaba totalmente molesto; se acercó a mí y me cogió del cabello.

—¡Lo siento! Perdóname —dije mientras acercaba ambas manos a su rostro.

—¡Eres una tonta! ¡Quiero ahorcarte! —exclamó, en seguida lo abracé.

—Perdóname, lo siento —murmuré con lágrimas en los ojos, lo abracé fuerte mientras dejaba besos en sus mejillas—. Por favor, bésame —supliqué, tratando de calmarlo pues no quería que me golpeara.

—Eres una tonta —dijo mientras me cogía del cabello y hacía mi cabeza a un lado para comenzar a besarme—. Una estúpida —continuó besándome.

Cerré los ojos y me preparé mentalmente para lo que sabía que venía, complacerlo era la única manera en la que podía mantenerlo tranquilo, así no me haría daño.

Ya no quería que me hiciera más daño.

.....................

Nota de Autora: Helouuuu!!! Lo sé, se que estuve desaparecida por aquí pero la razón es que tuve un problema con la computadora y el avance del capítulo lo tenía escrito en un documento de Word que ya no pude recuperar, por suerte aún recordaba que era lo que más o menos había escrito así que me dediqué a volver a escribirlo en otra computadora que si funcionaba.

En fin, vayan a seguirme en Twitter ( EscritoraCamila ) que ahí estaré publicando pequeños fragmentos de los capítulos y en Instagram ( camila.escritora ) también vayan a seguirme que ahí de vez en cuando también doy a conocer algunas cositas de las historias. De verdad espero que hayan disfrutado el capítulo; no se olviden de picarle a la estrellita si les ha gustado; nos leemos pronto.

Adiós.

—Camila.

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