Hechizo De Amor || L.S.

By RubySeb

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Dos hechiceros de diferentes reinos que causan una terrible guerra debido a su desenfrenado amor son separado... More

Prólogo
Introducción: Orígenes
Capítulo I: Incertidumbre
Capítulo II: Lugar Seguro
Capítulo III: Hechizo De Amor
Capítulo IV: Triste Reencuentro
Capítulo V: Dolor
Capítulo VII: Nuevamente Juntos
Capítulo VIII: Un Largo Viaje
Capítulo IX: Fiesta De Coronación
Capítulo X: Última Batalla

Capítulo VI: Deja Vu

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By RubySeb

Durante semanas, Harry no sacó de su cabeza a Louis, a pesar de todo, no podía evitar pensar en la realidad de lo sucedido, sin embargo, no quería tachar a su padre de mentiroso, lo «amaba»; él a Harry no. Cuando la duda lo hizo decaer, se decidió por volver a la caverna, así, día tras día pasaron dos semanas más en las que el castaño siquiera se acercó al lugar. Louis pensaba en que el rizado quería causar daño en él, se había decidido por nunca volver a la caverna...hasta cierto día, Louis se encontró rodeado por más de diez fuertes hechiceros de Suçlu, toda su tropa había sido asesinada, tras su espalda había un gran tronco y aunque para Louis sería fácil deshacerse de los hechiceros, esto no era posible porque sus extremidades estaban congeladas junto al gran árbol tras de sí.

Dos hechiceros se acercaron a él con una daga de hielo a punto de herirlo. Levantaron su camisa y sin pensarlo, marcaron el símbolo de Suçlu en su costado, el grito fue escuchado a metros, la fuerza fue tal que bastó para romper el hielo que lo ataba, sin embargo, no fue suficiente para evitar que los hechiceros lo golpearan hasta casi dejarlo inconsciente.

—¿Este es el príncipe patético?

—Se ve como un vagabundo.

Los hombres se carcajeaban mientras Louis escuchaba su humillación.

A su cuerpo llegó la ira, con mucho dolor logró enterrar sus dedos en la tierra y con las pocas fuerzas que le quedaban susurró entrecortado—C-crystallum filla—Y del suelo salieron cristales de turmalina en forma de aguja que atravesaron a cada uno de los hechiceros desde su parte inferior hasta la nuca. La sangre salpicó en su rostro, un poco aterrado y con debilidad se adentró en el bosque, el único lugar donde podría descansar sería en su caverna. Al entrar, como era costumbre el lugar se iluminó con mil colores, en ese momento se llevó una gran sorpresa cuando observó el interior, El rizado estaba allí sentado, sintió gran temor cuando al darse la vuelta escuchó un fuerte estruendo y observó la entrada sellarse con hielo, luego una voz profunda salió desde los adentros:

—Louis...por favor, no huyas más de mí—Suplicó el rizado dándole la espalda.

El castaño no respondió, y solo se recostó en el frío suelo, hasta ahora Harry no había visto el estado de Louis.

Cuando al fin se dio la vuelta observó al castaño malherido, con su ropa bañada en sangre y a su vez, su boca manchada de saliva mezclada con el espeso líquido rojo que escurría de ella.

Harry se quedó paralizado, luego se acercó a él:

—¿Qué te sucedió?—Preguntó algo preocupado mientras intentaba mostrar desinterés sin éxito.

Ambos tuvieron un deja vu.

—Esto me recuerda a cuando caí por un barranco y luego me...—Se detuvo en seco—Olvídalo, no es momento.

De repente Harry reaccionó y sacó de su cinturón una poción—Tui gratia lovis, gratia sit cura—Pronunció y la bebida se iluminó.

Con delicadeza se puso de rodillas en el suelo y dio de beber a Louis casi obligado, pues el castaño no quería recibir nada de él.

Segundos después las heridas comenzaron a sanar y su cuerpo se comenzó a recomponer.

—Harry, no sé a qué estás jugando conmigo, hace unas semanas me querías matar, luego me manipulabas y hoy ayudas a sanar mis heridas.

—Hace tres años limpié tu suciedad y hoy...—suspiró entrecortado—Debo hacerlo de nuevo.

Louis luchaba por no caer ante él, podría significar que algo malo sucedería, su corazón no paraba de latir acelerado y en sus mejillas no desaparecía el tono rojizo, el ojiazul tenía miedo de ser agredido.

—Tal vez me hiciste daño, tal vez todo fue una mentira, hoy estoy aquí para que me aclares todo—Suplicó.

Louis solo escuchó la primera frase y su corazón no resistió más, tenía que decir lo que sentía.

—Si crees que yo te he hecho daño no sabes lo que realmente significa esa palabra, tu padre te debió haber hecho mil cosas peores y tú simplemente lo ignoras y me culpas a mí de toda tu desgracia—Tomó aire y se levantó del suelo—Lo único que he hecho es buscarte para siquiera tener una conversación normal contigo, luego haces que te odie por querer lastimarme, ahora eres tú quien me está haciendo daño a mí y además me confundes enormemente, sumado a eso repites cada cosa que tu padre hizo, ¿crees qué yo te hice daño?—Lo miró a los ojos con furia—Tu padre te manipuló psicológicamente, te manipuló solo para que tuvieras una razón para pelear—Empezó a lagrimear—¡Pero no la tienes!, solo lo haces porque crees en una falsa traición de mi parte, porque yo sé que tú sientes algo por mí, ¡si no lo hicieras no estarías aquí frente a mí, con los ojos llenos de lágrimas y el rostro rojo!—Tomó aire por unos segundos para calmarse—Te contaré lo que sucedió si prometes que me creerás y lo meditarás.

Harry sollozaba; después de años de reprimir sus sentimientos su llanto era incontenible, el rizado se tiró al suelo y se agarró de los pies de Louis, suplicaba que lo disculpara.

—Me tardé varios días pensando en el por qué habías cambiado así y recordé las historias que narrabas acerca de Desmond y la forma en que hacía que todo sucediera como él lo quería—Varias lágrimas resbalaban por sus suaves mejillas—Supuse que él te manipuló, luego lo confirmé hace un par de semanas, ¿al menos recuerdas lo que sucedió?

Harry negó con la mirada baja y se levantó del suelo para ver a Louis a los ojos, el castaño tomó aire y le narró todo lo sucedido hace tres años en la noche de un 31 de diciembre de 1262; un Hechizo de Amor fallido, dos jóvenes casi muertos encontrados en la madrugada del 1 de enero y una gran guerra entre dos imperios que acabaría con uno de ellos tarde o temprano.

Harry no tenía palabras para disculparse por todo el daño que le causó, por creer todo lo que su padre inventó y por nunca intentar comunicarse con él.

Durante largo tiempo solo creyó ciegamente en la palabrería y el teatro en su familia, tras varios minutos de sollozos y súplicas de perdón surgió un comentario.

—Louis, ¿Puedo limpiarte?—Propuso Harry.

El castaño evitó el contacto visual y con la mirada baja asintió.

—Venire Acua—Susurró y una capa de agua rodeó las manos del rizado.

Con delicadeza, Harry comenzó a humedecer el rostro de Louis sintiendo una gran incomodidad al pasar sus dedos sobre sus suaves mejillas. Un tenso ambiente hacía crecer los nervios, debido a esto, de repente el rizado se convirtió en presa de un ataque de risa que lo hizo reír sin parar.

En principio, el castaño se sintió confundido, no era el momento para reír de esa manera, pero inevitablemente fue contagiado y comenzó a reír junto a Harry sin razón, debido a varios minutos de risa que siguieron, el ambiente se sintió ligero y cómodo una vez más igual que en los viejos tiempos.

Harry comenzó a recorrer los delgados brazos de Louis con suavidad, su piel era como de porcelana, lo hacía sentir en casa, sus ojos brillaban, tal vez como nunca antes, entonces levantó su vista y se encontró con el pacífico celeste en la ansiosa mirada del castaño. Louis estaba embelesado en el rostro de Harry y al ver que él levantó su mirada, rápidamente volteó a mirar hacia abajo, disimulando mientras con rápidos movimientos volteaba a ver al rizado cada segundo; Harry le regaló una tierna sonrisa, haciendo visible su pequeño hoyuelo. Sin darse cuenta, Harry había caído ante Louis, al igual que en el pasado. El odio y el desprecio que sintió nunca fue suficiente para terminar con este amor, amor que volvía a surgir y se sentía de nuevo como un deja vu mientras corría el agua de la cascada y brillaban las enredaderas que ahora querían florecer.

Harry siguió con una pierna del castaño, su pulso comenzó a temblar y su frente empezó a derramar sudor. Louis decidió sentarse, tomó las manos del rizado y comenzó a deslizarlas suavemente sobre sus muslos, poco a poco sus vestiduras se veían más limpias, y después de largos minutos la labor finalizó.

—La última vez que hicimos esto nos besamos—Recordó Louis sin pensar lo que sus palabras inquirían.

Sus miradas se encontraron una vez más y segundo tras segundo se acercaban más y más. no era momento de resistirse; cerraron sus ojos y comenzaron a sentir la lenta respiración del contrario, una temblorosa mano se posó en el rostro de Harry, y otra sobre la nuca de Louis, de pronto, sus labios se encontraron, tan suaves, húmedos, dulces y...Familiares, así como en la profundidad de sus pasados habitada el distorsionado recuerdo. Un mar de emociones invadió los cuerpos de ambos; La tierra se sacudió y el cielo lagrimeó cuando fueron testigos del destinado encuentro. Por largos minutos se extendió este beso, un beso que era tan necesario para ambos, Harry no necesitó una palabra más para creer en el castaño; Louis no tuvo que sufrir más la búsqueda de atención del rabioso rizado.

El panorama no cambió mucho por algunos días, besos y más besos, hasta que la confianza fue máxima:

Louis llamó al rizado a sentarse junto a él en una esquina de su caverna, la entrada estaba sellada con una gran capa de roca para evitar intromisiones inesperadas.

Harry se sentó a su lado, ahí Louis comenzó a besar sus labios con deseo, a lo que el rizado correspondió.

La mano de Louis atrapó la cintura de Harry y él puso su mano sobre las piernas del castaño, haciéndolo sentir un escalofrío recorrer su cuerpo. Luego, la mano del castaño agarró el bulto de Harry y comenzó a acariciarlo, mientras el rizado comenzaba a adentrarse bajo las prendas superiores de Louis para alcanzar su pecho. Sus labios se separaron por algunos segundos, dejando en silencio la sala hasta que el castaño habló

—Estoy algo oxidado—Aclaró con sus mejillas sonrojadas.

—No creas que yo soy un experto—Respondió Harry seguido de una suave risita.

Louis sonrió y de pronto el rizado se lanzó a besar y chupar el cuello de Louis dejando una marca, una pequeña mordida de amor.

Seguido a esto y con desespero, despojó a Louis de su camisa y retiró la suya con el mismo afán, lo tiró al suelo y se lanzó sobre él, besando apasionadamente al castaño mientras acariciaba su abdomen y se adentraba entre su ropa interior en busca de algo, algo que lo haría feliz.

Encontró dos pequeñas y suaves esferas que con delicadeza apretó, pero no era lo que buscaba, bajó más hasta la mitad entre sus redondeadas nalgas, Louis dio un pequeño brinco cuando sintió el dedo de Harry en ese lugar tan íntimo. El castaño no se quedó atrás, mientras el rizado acariciaba su pequeño agujero, él retiraba la vestimenta de Harry hasta dejarlo al natural, no tardó mucho en estar igual que su adorado ojiverde. Louis se dedicó a agarrar la fuerte erección de Harry y masturbarla, mientras el rizado mojaba uno de sus dedos y los introducía en Louis, buscando aquella zona, aquella protuberancia de placer que doblegaba al castaño y evitaba que sus piernas funcionaran correctamente, la encontró.

Un jadeo salió de la boca de Louis cuando sintió el toque, y aún más fuerte lo hizo cuando sintió un segundo y unos minutos después un tercer dedo dentro suyo, Louis suspiraba fuertemente y un pequeño gemido escapó cuando los dedos de Harry salieron rápidamente del castaño. El ojiverde montó las piernas de Louis en sus hombros y se posicionó para empezar con esta nueva etapa y nuevo paso en su relación, por primera vez, el rizado colocó su miembro en la dilatada entrada de Louis y muy lentamente se deslizó en su interior, un gran suspiro salió de la boca de Harry cuando logró entrar por completo en Louis quien agarró fuerte los musgos del suelo al sentir la intromisión.

Luego el punzante, pero leve dolor desapareció, entonces comenzó a mover sus caderas suavemente y el rizado comenzó con su lento vaivén, sus embestidas variaban el ritmo, entre una lenta penetración llena de amor y una rápida estacada cargada de lujuria.

Luego Harry paró y se sentó en el suelo invitando a Louis a sentarse sobre su regazo. El castaño vio los brillantes ojos de Harry mientras estaba sobre sus rodillas y manos gateando hacia él—Sé que no te gusta hablar en este momento, sin embargo, quiero demostrarte que a pesar de lo que sucedió hace unas semanas ya soy todo tuyo.

—No tienes que ser mío, solo tienes que estar dispuesto a estar junto a mí en los buenos y malos momentos—Respondió Louis mientras se sentaba sobre el miembro de Harry.

Alrededor, la exótica flora brillaba con más intensidad que nunca y la humedad se condensaba en las paredes y techo haciendo que pequeñas gotas de agua cayeran como una leve llovizna.

—Te p-prometo—El discurso de Harry era pausado por los jadeos que no le permitían hablar bien—Prometo que estaré junto a ti hasta que seamos viejitos y no podamos hacer esto—Bromeó para después besar a Louis, evitando que respondiera.

En esa posición la escena era lenta, llena de mucho amor con pequeños besos en el cuello y rostro, cuando Louis estaba cansado se dejó caer hacia atrás, llevándose al rizado hacia él; el castaño se dio la vuelta, dando la espalda a Harry y levantando su gran trasero para que el rizado volviera a entrar en él, sin embargo, recibió un cálido lenguetazo y luego muchos besos sobre su parte trasera, lo que causó que sus piernas dejaran de responder y su pelvis cayera sobre el suelo, además logrando así, que segundo tras segundo una nueva flor diera luz y brotara del suelo con mil colores cada vez más brillantes e intensos.

Harry dio una nalgada y volvió a entrar en Louis, para que al cabo de unos minutos, con estacadas cada vez más rápidas, llegará al clímax y derramara su preciada agua de vida en el interior del castaño. Dejó de caer agua del techo y entonces el líquido que había caído comenzó a hacerse vapor, haciendo que la caverna se sintiera tibia. Harry puso a Louis con la espalda en el suelo y con velocidad masturbó al castaño hasta que, como si fuera un géiser, un chorro de blanquecina esencia voló hasta el rostro de Harry y el abdomen del castaño. El rizado lamió el espeso líquido y luego besó una última vez a su castaño, antes de limpiar sus cuerpos y vestir sus prendas nuevamente.

—La caverna luce hermosa cuando lo hacemos, debería ser más seguido—Habló Harry.

—¿Qué te parece si lo repetimos?—Propuso Louis con picardía.

—Claro que sí, ¿Cuándo?

El castaño no respondió, solo tiró a Harry en el suelo para sentarse en su regazo y comenzar a desvestirlo otra vez.

La escena se repitió, ahora acompañada de fuertes gemidos y gruñidos, jadeos y suspiros, lujuria y amor.

—Louis, que la próxima sea otro día, no puedo más por hoy—Decía mientras jadeaba debido al cansancio.

—Yo puedo hacerlo otra vez—Bromeó Louis.

Harry lo miró con un puchero y ojos de perro.

—Louuuuis—Suplicó extendiendo la primera sílaba con preocupación—Si lo hacemos de nuevo me desmayaré.

El castaño soltó una carcajada—Si lo volvemos a hacer ambos nos desmayaremos.

Harry sonrió y se hizo junto a Louis, abrazándolo con sus manos y pies, hasta que sin darse cuenta cayeron en un profundo sueño.

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