— Profesor Dumbledore. – saludo aquella chica de dieciséis años amablemente le regaló una sonrisa mientras se sentaba. — Me fue notificado que solicitaba mi presencia, ¿Esta seguro que no buscaba a mi hermano?
Harry sonrió al ver la sonrisa de su hermana, y aquellos gestos que tanto había extrañado.
—Estoy muy seguro de que no mande a llamar a tu hermano, ¿Cómo va este año?
— Pésimo, mi hermano es menor de edad y sin embargo usted no hizo nada para que no participe en el torneo de los tres magos.
— ¿He notado, la cercanía que tienes con Diggory, pero también con Granger? ¿Sucede algo con ellos? Parece que tienes por escoger. – Alyssa rió logrando que Ginny, Harry, Remus, Ron y Hermione sonrieran.
— Cedric es mi mejor amigo y por más que parezca que tenemos algo más allá de la amistad, eso jamás sucederá y en cuanto Hermione, vale hay veces que las cosas no se pueden dar.
— Claro, disculpame, solo que me causa curiosidad, pues ya has crecido. De un momento a otro ya tienes dieciséis. – dijo dándole una sonrisa cariñosa.
— Si...pero no creo que me haya mandado a llamar para preguntarme sobre mi vida amorosa porque la curiosidad le ganará. ¿A qué me ha mandado profesor?
— Podrías decirme...¿Qué sabes sobre Tom Ryddle?
— Relamente nada, solo se que es el heredero de Slytherin, por eso puede hablar con las serpientes, y por eso mismo controla el basilisco de la cámara de los secretos. Ohh y no nos saltemos el detalle de que quiere muerto a mi hermano. – Remus sonrió al notar a esa ahijada que siempre usaba un tono sarcástico.
— Bueno, creí que al saber que quiere a tu hermano muerto, investigarias un poco sobre el.
— Lo lamento profesor, pero ¿Por qué quiere hablar sobre Voldemort?
— Ya sabes, hay que estar informados de lo que sucede a nuestro alrededor. Dime algo Aly, ¿Te gustan las promesas?
— No. En realidad las detesto. – Harry abrió los ojos al oír aquello.
— ¿Por qué? No les veo nada de malo.
— Porque si prometiste algo, debes hacer todo porque se cumpla, las promesas me las tomo muy enserio.
— ¿Y entonces jamás romperías una? ¿Siempre cumplirias con todas?
—No, nunca voy a poder cumplir todas, pero lo intento, por eso no prometo nada si se que no puedo cumplirlo.
— ¿Y como sería que lo prometieras pero sabes que no lo puedes cumplir?
— En realidad espero que eso jamás suceda. – murmuro y Harry agachó la cabeza sintiendo la mano de Ginny entrelazarse con la suya. — Pero sería porque la otra persona esté desesperada porque en verdad le importe tanto que yo lo prometa, es donde entran las mentiras y más cosas.
— ¿Y los secretos?
— Bueno mayormente las promesas son parte de los secretos, pues siempre terminando diciendo algo como “promete que guardarás este secreto” o “promete que no se lo dirás a nadie nunca y bla bla bla. Pero jamás los dirías hasta que la persona que me lo confío me lo autorice.
— Así que eres una persona en la cuál se puede confiar.
— No realmente, todo depende. – respondió mientras miraba el despacho de Dumbledore.
— ¿Serías capaz de mentirle a tu hermano por yo confiarte un secreto? – entonces ella paso su mirada a Dumbledore. Harry presto atención aunque ya sabía la respuesta.
— Sería capaz de mentirle a cualquiera si se requiere.
— En todo caso, creo que te puedo confiar como prueba, lo que sucederá en estas pruebas del torneo, solo para ver si lo que dices es verdad.
— Bueno, verá que no miento, es decir si, pero no en cuanto lo que le acabo de decir.
Harry pasmado vio a la misma chica sentada en el despacho de Dumbledore.
— ¿Y la segunda prueba? – está ya no se miraba como la de el recuerdo anterior, está más bien se veía cansada.
— Deberás fingir que no sabes nada, y te pido que te mantengas con tu túnica, tal vez puedas estar en la biblioteca fingiendo ayudar a Harry o a Cedric Diggory.
— ¿Y que haré exactamente?
— Debes fingir, escucha bien Alyssa, debes fingir ante cualquier maestro que no sabes nada, quién te vaya a buscar en el lugar que sea, no puedes demostrar que lo sabes. Estarás en el lago, Harry deberá buscarte, serás el tesoro que el debe averiguar.
— Bien, seguiré haciendo todo lo que me pide, pero no solo quiero que me diga que sucederá o lo que asume que puede suceder cada año, quiero que me dé información sobre mis padres y lo que Peter Pettigrew dijo aquella noche en el sauce.
Remus frunció en entrecejo, pues creía que Alyssa había dejado a un lado lo que Peter había dicho, pues en realidad él no le tomaba tanta importancia.
Aún con eso en mente vio a otra chica, ella corría por los pasillos de Hogwarts hasta que se detuvo, buscaba huellas recientes.
Los cinco adultos miraban curiosos aquel recuerdo. De un momento a otro se encontraban en la oficina del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, se acercaba a un baúl donde había infinidad de frascos, abrió uno y la olió haciendo una mueca, pronto comenzó a vaciar todos, sin dejar ni una sola gota, sabía de qué se trataba y debía ir a buscar a Dumbledore y decírselo.
Escucho un ruido en un cofre que era enorme, asustada corrió de regreso a donde todos se encontraban esperando a los campeones, pero le dolían tanto las piernas pues había corrido del castillo a una larga distancia.
Pero al bajar su mirada a su mano está sangraba, la cicatriz comenzaba a sangrarle, fue detenida por Hermione pequeña. Esta misma en adulta miró, pues por fin podría saber que era lo que tanto le preocupaba a Alyssa y ella no lograba ver.
Y ahora entendía porque estaba tan paranoica pues su mano si sangraba, pero era demasiado, solo prestaba atención y se dio cuenta que Alyssa nunca le había escuchado ese día.
Entonces la chica cayó al suelo, estaba cerca de colagusano, viendo a su hermano y después paso su mirada a Cedric, mientras tanto sentía un gran ardor en su cicatriz. Estaban en un cementerio, está intento moverse pero no podía, vio el cuerpo de Cedric caer, con aquella mirada confundida y de miedo, la chica grito sollozando.
Cuando miró arriba, solo vio a Voldemort mirándola, que articulaba su segundo nombre con una sonrisa.
Harry jamás supo que su hermana había visto eso, siempre creyó que no lo sabía, de un momento a otro ella sollozaba cantando mientras acariciaba el cabello de Cedric, Remus miró, pues sabia que después de eso nadie supo de Alyssa.
La chica no parecía estar bien, nada bien, estaba pérdida, se veía tranquila, manteniendo la calma pero se negaba a aceptar que su mejor amigo estaba muerto y por esos actuaba como actuaba.
Veía a Sirius abrazando fuertemente a Harry, todos preguntando por su hermano, mientras ella esperaba a que alguien le abrazará pues no solo Harry había presenciado aquello, no solo Harry había sufrido una perdida ¿No ella debía estar más dolida? Estaban hablando de Cedric, su mejor amigo desde el primer año.
Ahora ya no veía a Sirius abrazando a Harry. El aire le faltaba y sentía como si una gran fuerza se impactará en su pecho y le empujara, pero nadie la había atacado, miro a Sirius y esa era la razón, estaba justo a metro y medio del arco.
Busco a su oponente, Bellatrix Lestrange, si ahora mismo le gritaba seguro que se distraía y sucedería. No, no estaría otro año sufriendo por la muerte de su familia.
— ¡Crucio! – el mortifago que estaba atacándole cayó al suelo retorciendose. — Imperio.– este le miró y apunto a Bellatrix Lestrange que sonrió mirándola.
Le apuntó directamente hasta que los músculos de su mandíbula se tensaron y le ardía la sangre.
— ¡Avada Ked...! – la mujer negó y dejo de mirarla a los ojos, pero había sido demasiado tarde está estaba herida pero Sirius ya no estaba.
Un dolor en el pecho se formó, está le sonrió ladeadamente para guiñarle el ojo, se fue, ignoro los llamados de los demás, había lanzado un hechizo a Sirius pero parecía que no había funcionado. Y sus ojos le ardían, sentía ganas de llorar.
Ninguno sabía nada de eso, pues solo habían visto que Harry estaba con él y de aún momento a otro este será retenido por Remus pero jamás nada de Alyssa
La chica al igual que su hermano, se estaba retorciendo en el suelo, sin embargo el Potter decía algo que no podía por muy claro la chica.
Murmuré algo y ahí estaba, un animal muy enorme, sonreí, no sabía que tipo de animal era pero se veía realmente asombroso, solo veía su cola.
Voldemort charlando conmigo, en ese mismo pasillo negro y frío.
Cedric en el suelo mientras yo miraba a Harry sufriendo por mi mejor amigo, Pettigrew se acercaba junto de mi.
Mi primer año, con alucinaciones con un joven de ojos castaños alto y de piel morena, muy apuesto, debía ser de último año o sexto pues llevaba la insignia de premio anual, un Slytherin que me sonreía, era extraño, bastante para ser sincera, sabía mi nombre.
Bartemius Crouch mirándome asustado al verme a un lado de su hijo, cayendo al suelo con una mirada confundida y de susto.
— Una Slytherin por hecho. – el sombrero estaba por anunciarlo, estaba decidido pero la chica sentía que lloraría.
— No Slytherin, no Slytherin. – murmuro suplicante.
— Eso será un error, debes estar en Slytherin, eres una de ellos.
— Demostraré que soy una Gryffindor, dame unos años, verás que no te equivocara, te lo ruego. – pensó para el sombrero.
Aquella noche gritándole a todos los de su alrededor, ofendiendo a sus empleados por no tenerlo a tiempo, sabía que estaba equivocada pero se sentía tan mal que no razonaba, los empleados estaban asustados al verla.
Cuando su hermano debía verla molesta, muy molesta siempre debía ver aquellos ojos que le provocaban escalofríos, pues sentía que le miraba a él.
Desquitandose con su novia, está sollozaba, la chica no siquiera sintió una pizca de arrepentimiento, solo se quitó la corbata que sentía que le quitaba el aire.
Gritándole a Dumbledore, el hombre parecía sorprendido ante la actitud de aquella chica, notando a detalle cada expresión de la Potter y entre otras cosas, esa no parecía ser Alyssa Potter.
Harry trago en seco, al ver aquello, si Dumbledore pensaba eso, entonces ¿Cuántas veces la había visto de esa manera? Pues Alyssa era muy impulsiva y sus recuerdos...ella parecía que no tuvo recuerdos buenos para salir de ahí, o al menos que no lo mostrará, lo más seguro era que si los hubiera.
— Está bien, pero linda, debo ayudar a Ron con los de primer año. Suerte mañana. – dijo besándome introduciendo su lengua que se única con la mía, sentía la gloria. — Te quiero cariño. – murmuro al separarse para después irse corriendo.
— Que intensidad.
— Eres un metiche, ¿Irás a pociones? El profesor a cambiado.
— Ni me lo recuerdes, estaba seguro de que esté año me iba a librar de Snape.
— No será tan malo, pero solo asegurarme algo sencillo.
—¿Qué?
— Si intenta humillarte, dale un reversa. – el rió asintiendo hasta que vi a Dumbledore delante nuestro, lo pasamos por lado para llegar a la torre. — Espera ya vuelvo, descansa Harry. – dejo un beso en mi mejilla y camine.
— Creí que habías dicho algo.
— Se lo que dije, pero se lo prometí y no romperé mi promesa.
— Hay veces que no puedes cumplir lo que prometes por más que lo intentes ¿Qué pasará cuando eso suceda en tu caso?
— Nada, es mi hermano...
— Sabes bien lo que debes hacer.
Todos fruncieron el entrecejo, ¿Qué se supone que era lo que Alyssa debía hacer? ¿Por qué no podía cumplir con su promesa?
— ¿Cómo lograste esto con tan solo dieciséis años?– Harry se le aceleró el corazón al reconocer aquella voz.
— Si es un reportero puede marcharse, me parece una falta de respeto que interrumpa el tiempo de mi empleado y el mío. – dijo sin levantar la mirada a la puerta.
— En realidad no soy un reportero, era más como...un auror y también detestaba a los reporteros.
— Ya veo, ¿Me vendrá a contar de sus lastimas de la vida y hacerme perder el tiempo o me dará la propuesta?
— ¿No levantarás la mirada?
— Escuché señor, le prometí a mi hermano y a mi novia ir para antes de navidad y...– a la chica se le detuvo el corazón al sentir que conocía a aquel hombre. — ¿Disculpe lo conozco?– la chica dejo de hacer todo lo que estaba haciendo y se levantó del asiento.
— Si pero a la vez no, te pareces tanto a...
— A mi padre, ya me lo han dicho suficientes veces, pero le hice una pregunta y solo me da más dudas.
— Si Aly, si me conoces. – dijo sonriendo el hombre, acercándose más a la chica.
— Su nombre, ¿Cuál es su nombre?– pregunto la chica sintiendo que la respiración le faltaba.
— James Potter. – La Potter se quedó helada mirando a aquel hombre que tenía delante, pronto reaccionó y comenzo a negar. — Escúchame no es mentira, soy yo. Alyssa, soy tu papá cariño, solo....
No pudieron ver qué sucedía después pues ahora estaba en ese mismo lugar, ese mismo día pero una plática más adelante, los que más prestaban atención era Remus y Harry, pues ninguno sabía nada de eso.
— No lo entiendes....
— No, tu no lo entiendes. ¿Tienes idea de lo que pudiste haber evitado si tan solo hubieras ido a buscarnos a casa de los Dursley? ¿Por qué vienes a mi? Puedes ir a buscar a Harry, estoy segura de que te escuchará, lo que más necesita es un padre, el que tenía se le murió hace años y su padrino se murió este año.
— Ya lo se, Aly solo escúchame.
— No, de todas maneras ni siquiera eres mí padre y lo sabes bien. – el hombre negó.
— ¿Qué fue lo que te dijo Dumbledore? – pregunto James de inmediato negando.
— Lo que debía saber.
— Entonces si lo que te dijo lo crees ¿Dime porque eres una Gryffindor? ¿No deberías ser una Slytherin?
— Porque yo se lo pedí al sombrero, el estaba decidido a qué era completamente Slytherin.
— ¿Qué hay de tu físico? ¡Tus ojos son idénticos a los míos!
— No, sabes que no, aquel recuerdo....esos ojos eran idénticos a los míos y aquel niño... Pettigrew lo dijo, y cada vez que estamos enfrentandonos a los mortífagos ninguno me ataca.
— No, Aly. No sabes la verdadera historia, eres mi hija. Eres hija de Lily Evans y de James Potter.
— ¿Qué hay de la cámara de los secretos? ¿Por qué hablo parsél?
— ¡Porque tienes una conexión con Voldemort! ¡Pero eres mi hija! – grito el hombre. — ¡Por favor Alyssa! Merlín esto sonara mal, pero ¡Yo te hice!
— Dumbledore demostró demasiadas pruebas y... Y mi Patronus...
— Una serpiente ¿No? Lo sé, pero no es por esa razón, es porque tienes tanta personalidad de Slytherin, pero juro que eres mi hija. – dijo suplicante con lágrimas. — De no serlo así...jamás me preocuparía por la hija del hombre que asesino a mi Lily.
— ¿Entonces porque me busca tanto?
— ¡No lo sé!...no lo sé...– dijo con los ojos rojos por las lágrimas, no podía creer que su propia hija, pensaba eso.
— Debo seguir trabajando.– hablo con seriedad y su padre soltó una risa.
— Si estás aquí es porque lo quieres, sabes que ese trabajo lo puedes hacer con magia. Es solo que no quieres regresar porque te sientes agobiada de todo.
Hermione agachó la mirada, sabía que Alyssa no se encontraba nada bien en ese año, pero ahora se sentía egoísta al percatarse de que solo quería que ella estuviera con ella, pero Alyssa solo se quería tomar su tiempo.