— Harry...– hablo débilmente Hagrid que tenía los ojos hinchados al no parar de pensar en la muerte de Alyssa. Sin embargo abrazo a Harry que le sonrió.
En cuanto se separaron, Harry no borraba su sonrisa. Y es que si bien su hermana había muerto, pero sabía que no había sido en vano, pues sin ella Voldemort podía haber vuelto en cualquier momento.
Hagrid miró por un momento al chico, intentando darle unas palabras que le demostrarán que se sentía mal por la muerte de su hermana, pero al no encontrarlas camino fuera del castillo.
Harry hizo lo mismo, pero no con la intención de seguirlo, solo salir a tomar aire sintiendo tranquilidad al no sentirse amenazado porque lo quisieran matar.
Pronto vio a Ron y Hermione, Hermione parecía tener la mirada perdida, se veía realmente cansada mientras Ron sse preocupaba por la mal cara que tenía su amiga.
Harry le sonrió a Ron que también se la devolvió pero Hermione no. Caminaron fuera del castillo para ponerse en el puente y mirar a su alrededor.
Pero cuando miró todo y lo proceso, Harry no podía hacer nada, había dejado de fingir que en realidad se sentía bien, porque no era así, se sentía tan vacío y ya no sentía que se complementaba, sentía que algo muy valioso le faltaba, como si se lo hubieran arrebatado. Y era su hermana...
Apretando los labios asintió, bajo su mano a el bolsillo de su pantalón y miro la varita de saúco con detalle.
— ¿Por qué a él no le funcionó? – pregunto Ron sin apartar la mirada de Hermione que prestaba atención a lo que Harry hacía. — La varita de saúco.
— Le pertenecía a alguien más. – respondió Harry para girarse a mirarlos. — Cuando mató a Snape, creyó que la varita sería suya, pero.... jamás fue de Snape. Fue Draco quien desarmó a Dumbledore esa noche en la Torre de Astronomía. Desde ese momento...le respondió a él. – la voz parecía cortarse mientras miraba con atención la varita que tenían en manos. — Hasta....la otra noche cuando Alyssa desarmo a Draco, en la mansión Malfoy.– contó mientras sus amigos abrían los ojos.
— Significa que...
— Es de Alyssa. – respondió restándole importancia mientras jugaba con está, como solía hacerlo su hermana.
— ¿Qué haremos con ella?
— ¿Haremos? – pregunto de mala manera Hermione, mirando mal a Ron.
— Es la varita de saúco, la más poderosa del mundo. Con ella...cualquiera sería invencible.– Harry miró con atención aquella varita, ahora era de su hermana, pero su hermana estaba muerta...
— Habrá un funeral, como debe ser, Alyssa se sacrificio, es de ella, será mi hermana pero yo no puedo decidir por algo que es de ella. Y tampoco la puedo mantener porque si alguien lo sabe, entonces terminarían atacandome o a cualquiera de ustedes. Así que regresará a su tumba, nadie sabrá de ella, porque pensaran que es de Voldemort y jamás se imaginarán que está en la tumba de mi hermana.
Débilmente bajo de la piedra en la que se encontraba, mientras lágrimas bajaban por sus mejillas, ya no tenía a su hermana...ahora se había quedado sin nada de familia.
Pero no estaba solo, pues tenía a Hermione y a Ron, aunque sabía que ninguno de los dos se encontraba bien, pues Hermione había perdido también a Alyssa, no como hermana pero si como su pareja, y Ron, también había perdido a su hermano.
Hermione se acercó a él que era su cuñado y le tomo de la mano, le sonrió mientras Harry le miró por un momento, Hermione creyó que vería alguna expresión que fuera parecida a las de Aly, pero no había nada parecido.
Ron tomo de la mano a Hermione, y Hermione se percató de que ninguna mano era como la de su amada Aly, no sentía aquella seguridad como la que sentía con Giorgia, no se sentía completa.
Ese día los tres amigos habían perdido mucho, pero se tenían a ellos mismos y eso era más que suficiente.
19 AÑOS DESPUÉS
Los Potter caminaban hacia aquella pared de ladrillos, Lily, se bajó del baúl de su hermano mayor el cual cruzó con rapidez, mientras su hermana regresaba junto de su madre.
Albus por lo tanto se detuvo nervioso, mirando con miedo aquella pared, su padre se acercó abrazándolo por el hombro sonriendole abiertamente.
— Juntos. – dijo mirando a su hijo que asintió y así lo hicieron, cruzaron la pared. No tardaron en ambos Potter mirar la plataforma 9 ¾.
Con Ginny y Lily Potter detrás suyo que también observaban aquella plataforma. Hasta que un pequeño pájaro de papel apareció en su camino, distrayendo de esa manera a Lily.
En otro lado se encontraban los Malfoy, que se veían muy tranquilos,y felices, Astoria Malfoy dejaba un beso acojedor en la frente de su pequeño hijo, al cual no paraba de repetirle que lo echaría de menos.
Pero también estaba la familia Granger – Weasley, Hermione miraba a su hija con una sonrisa.
— Tu mochila. – hablo poniéndose la en el brazo mientras su hija sonría viendo a su madre.
— Si..– respondió la chica mirando divertida a su padre que rodaba los ojos con diversión.
— Cierratela bien. – dijo acomodando un poco su suéter. — Ven aquí. – abrazo a su hija mientras dejaba un beso en su frente, y disfrutaba del abrazo de su pequeña hija. — Te extrañaremos. – dejo un rápido beso en la cabeza de su hija y fue interrumpida por la voz de su esposo.
— Ahí vienen. – dijo Ron haciendo que la familia Granger girará mirando a la familia Potter.
Albus se detuvo soltando su carrito, Harry regreso a su hijo que se amarraba las agujetas falsamente. Se arrodilló para llegar a la altura de su hijo y le miró sonriente.
— Papá....¿Y si me envían a Slytherin? – el tono de el joven sonaba preocupado, pues su hermano no paraba de molestarlo todas las vacaciones, con que quedaría en Slytherin.
— Albus Severus Potter....llevas el nombre de dos directores de Hogwarts. Uno fue de Slytherin, y fue el hombre más valiente que conocí.
— ¿Pero y si termino ahí? – la preocupación seguía apesar de las palabras de su padre.
— La casa de Slytherin habrá ganado a un mago maravilloso. Pero, escucha, si de verdad te importa tanto, puedes escoger Gryffindor. El sombrero toma tu elección en consideración .
— ¿De verdad? – pregunto más animado el de ojos verdes, mientras Harry asentía.
— De verdad... Aly...– Harry se cortó de inmediato cerrando los ojos al darse cuenta de su error, pues sus hijos no tenían la menor idea de su hermana mayor. — Lo hizo conmigo, yo tampoco quería quedar en Slytherin, pero si tú quedas, eso no cambiará nada.
— ¿Quién es Aly? – Harry hizo una mueca, pues apesar de que habían pasado varios años, no estaba nada listo para hablar del tema. — En las reuniones que tienes con nuestra tía Hermione, Ron, Mamá y Remus, suelen nombrarle.
El joven miró a su padre en espera de respuesta pero no recibió ni una sola.
— ¿Listo?
— Listo. – asintió levantándose mientras asentía, su padre lo abrazo con tanto cariño y recargaba su mentón en la cabeza de su hijo cerrando los ojos.
Hasta que esté abordo el tren y Harry se reunió con sus amigos, que ahora eran familia, mirando con orgullo a sus hijos, los cuales se despedían de ellos.
— Al, pregunto por Aly...– dijo abrazando a su esposa a la cuál se le borro la sonrisa y lo miro, pero también lo miraba Hermione al escuchar el nombre de Alyssa. — No he...no puedo abrir sus carta..han pasado ya diecinueve años y aún no puedo....y sus recuerdos...jamás entendí porque le asustaba tanto la verdad, o decirmela, pero ahora...ahora yo tengo miedo a saber la verdad... ¿Que sucede si en verdad no era mi hermana? – entonces antes de poder seguir hablando, fue empujado.
— Oh cuánto lo lamento. ¿Se encuentra bien? – dijo muy avergonzada la mujer que claramente era más joven que ellos. Hermione sintió que el mundo se detenía al ver a aquella joven.
— Si...si...
— Lamento haber oído pero, aunque no sea tu hermana será tu hermana. Y lamento si le lastime, no fue mi intención, hasta luego. – a Harry se le figuro que esa joven tenía los mismos movimientos que su hermana, y su voz era algo parecida, la joven se veía que era divertida, y su sonrisa era como la de su hermana.
Por otro lado Hermione se encontraba con los ojos muy abiertos con dificultad de respirar, pues ella también había notado eso, pero la forma de los ojos de aquella joven eran idénticos a los de Alyssa, la forma de sus labios, su sonrisa, sus cejas, su tono de piel. Pero era imposible pues aquella chica tenía los ojos verdes y un color de cabello llegando al rojizo.
— ¿Era...?
— No, Alyssa está muerta. – le cortó algo dolida Hermione. — Y debes ver esos recuerdos, de una vez, y creo que quiero acompañarte.
— Hermione....– murmuro Ron pero su esposa le ignoro mirando únicamente al que aún consideraba su cuñado.
— Está noche. – Hermione asintió queriendo buscar con la mirada a aquella chica que había chocado con Harry. — En la casa de Alyssa. – entonces Hermione miró a Harry confundida, pues jamás supo que Alyssa tenía casa, ella no se lo dijo...o al menos no lo recordaba. — Si quieres puedes venir Ron, hablaré con Remus...no parece estar nada bien desde ese día.
Asintieron por otro lado estaba la joven que miraba de lejos a aquellos adultos, pronto hizo una aparición, camino a la casa de Alyssa, tomo unas cosas y en un cerrar de ojos estaba delante de una pequeña casa.
Miro por la ventanilla y sonrió mirando a aquella niña junto con otro pequeño jugando, sus padres y otras personas les miraban con orgullo, riendo divirtiéndose. Limpio sus lágrimas y se asusto al percatarse de que la niña le miraba con una sonrisa bastante hermosa.
[.....]
— Bueno, ¿Podrían decirme que hago aquí?– pregunto el hombre mientras limpiaba sus gafas y se sentaba mirando con atención a los jóvenes que tenía delante.
Harry hizo una mueca, pues sabía que Remus siempre había preferido a su hermana, y desde ese entonces había sido más seco con ellos.
— Se trata de Alyssa. – pronto se detuvo de limpiar sus gafas y miro a los ojos a Harry.
— ¿Después de casi veinte años, vas a hablar de Aly? Escucha Harry, aún no superó ni un poco su muerte, claro que ustedes si, son más jóvenes y yo ahora tengo cincuenta y siete pero que quieras hablar de ella después de diecinueve años después de su muerte...no le veo mucha lógica.
— Lo sé, pero no hablaré de su gran heroísmo, no hablaremos de ella. Veremos desde su punto de vista, veremos lo que en realidad sucedió, lo que tanto le atormentaba contar y estoy seguro de que ella sabrá porque decían que era hija de Voldemort.
— ¿Y como se supone que lo haremos? – pregunto Remus confundido, mirando ahora intrigado en el tema.
— Justo antes de que me diera cuenta que ella estaba por morir, Buck, su lechuza, me dio una carta que venía con un frasco, era rojo, como sangre, creí que tal vez lo era, pero cuando ella murió...eran recuerdos, estoy seguro de que son de ella.
— Supongamos que es cierto, ¿Desde que perspectiva lo veremos? ¿Desde 1978? – dijo negativo, mientras todos hacían una mueca.
— Remus...– pidió Hermione suplicante. — ¿Te arriesgaras a no saber nada de lo que sucedió en verdad? ¿De la verdadera historia de Alyssa? Solo quédate a verlos, no por ti, ni por Harry, ni por nosotros, por ella. – Remus lo pensó un momento y asintió levantándose para ponerse a un lado de ellos.
— Hay algo más que debes saber, hoy en la plataforma había una mujer, que estaría seguro de que se trataba de ella, de no ser porque los ojos y cabello eran parecidos a los de mi madre, bueno, el verde de está joven no eran así, pues eran extremadamente claros, y su cabello no era totalmente rojo, si no que apenas llegaba al rojizo.
— ¿Y que tiene que ver esa mujer con Alyssa?
— ¿Y si Alyssa no murió? Nadie sabía de su hechizo.
— Dijiste que no hablaríamos sobre ella, además Alyssa está a tres metros bajo tierra, ya no queda nada de ella. – hablo Remus, los más jóvenes pero adultos, asintieron, dándose cuenta que no podrían contra ese Remus. Pues no era nada idéntico al que habían conocido en 1993.