Daciana POV.
Doy vueltas frente a la puerta de su oficina, con la carta en mis manos, no tengo idea de como va a reaccionar a esta invitación. No puedo decirle que tengo mis sospechas de que Nate sabe acerca de mi, se volverá loco.
- ¿Te va a recibir? - pregunta uno de los lobos Pete.
- Si, tengo que entregarle esto. - digo sin entrar en mas detalles sobre la carta.
Pete es uno de los soldados con mayor rango por aquí, sus padres fueron expulsados de una manada desde hace años, condenados a morir en el exterior y lo hicieron. Solo Pete sobrevivió. Cuando eres lobo y eres expulsado de una manada dependiendo de lo que hayas hecho se te condena, no se muy bien que hicieron los padres de Pete, pero se que fueron expulsados de su manada y se les quito la oportunidad de pertenecer a cualquier otra.
Y cuando eso pasa, solo hay una de dos opciones.
O te integras a los humanos escondiendo esa parte de ti para siempre.
O te internas en el bosque en los terrenos que no pertenecen a nadie, que están llenos de picaros o renegados, como los quieras llamar, lobos que han sido expulsados o se han separado de sus manadas. No hay ley. Nada les impide tomar lo que es tuyo.
Ahí es donde entra Dominic, un rey de la nada, alguien a quien todos los expulsados respondían, les promete un hogar, un lugar al que pertenecer, pero la verdad es que estamos condenados, no podemos formar un hogar, estamos rotos, solo Pete no se a cuantos lobos han asesinado para llegar a donde estamos.
Con un estúpido cuartel militar, con armas experimentales y humanos bajo su control.
¿Como ha ocurrido todo esto? No lo se.
La puerta de la oficina se abre y me trae de regreso a la realidad.
Pete entra junto conmigo a la oficina y le entrega una caja alargada de madera a Dominic, una caja que no había visto que traía en las manos.
- ¿Esta lista? - pregunta Dominic con un brillo de emoción en sus ojos, como si fuera un niño pequeño con un juguete nuevo. A lo que Pete solo asiente.
Abre la caja de madera y puedo ver una flecha, no tiene nada en especifico, es solo una flecha de metal, y parece ser que tiene un liquido corriendo dentro de ella, un liquido blancuzco. Pareciera que es leche rebajada.
- ¿Que es eso? - pregunto pero eso solo hace que Dominic se de cuenta de que estoy aquí y cierre la caja.
- ¿Que haces aquí? - hace una seña a Pete para que se vaya.
- Los Black me han dado esto. - un peso se asienta en mi estomago mientras le entrego la invitación, donde claramente invitan a mis padres a cenar.
Toma la carta de mis manos y la abre, lee brevemente y suelta una maldición.
- Cambio de planes. - dice mientras se pone de pie y se empieza a pasear de lado a lado. - No podemos ir a la cena, ellos se darán cuenta inmediatamente, tenemos que hacer todo ahora. Familias, familias, familias. - repite una y otra y otra vez.
De pronto se detiene.
- ¿Quienes se van a casar? - dice acercándose a mi.
- Primero seremos Eros y yo. - digo con temblor en mi voz. - Después los gemelos compartirán boda.
- ¿Harán algún viaje? - pregunta casi gritando, mi mente empieza a ir a mil por hora.
¿le diré?
- ¡DIME! - grita mientras me toma por los brazos.
- Siiiii. - digo al borde de las lagrimas. - Van a a a a a....
- a a a a a - dice en burla de mi tartamudeo. - ¡¿A donde?!
- A un lago. - digo con lagrimas corriendo por todo mi rostro.
Me suelta y empieza a reír.
- Es perfecto corazón, gracias por la información. - dice mientras despeina mi cabello. - Ya puedes irte.
Me pongo de pie rápidamente y corro a la puerta.
- Diles que tu padre quiere saber si sera posible moverlo otra semana. - dice con una sonrisa que me hace querer vomitar.
Salgo corriendo de la oficina.
Esto esta a punto de terminar.
Y cuando termine Eros y yo podremos ser felices.